Saludo de fin de año de Dígalo ahí Digital

2020 será un año que todos quisiéramos poder olvidar y eso solo será posible si el que viene trae un cambio profundo en la forma que hacemos y aceptamos las cosas, permitiendo el comienzo de una manera distinta de relacionarnos con nuestros semejantes y con el entorno en el que vivimos.

Para ello es indispensable reconocer como razón de supervivencia, el que nuestro bienestar depende de que el mismo alcance a la mayoría de los seres humanos, sin diferencias de sexo, genero, color, idioma o creencias. Que las actuales pueden ser remediadas, no solo reconociéndolas, sino contribuyendo a que el acceso a la salud, educación, vivienda y trabajo justamente remunerado sea una realidad legalmente amparada y éticamente respetada por todos.

Al releer lo anterior, uno no deja de pensar en que esto es lo que todos los años pedimos sin que hasta ahora lo hayamos conseguido; la ceguera de nuestros dirigentes y la apatía de nosotros los dirigidos nos mantienen repitiendo las mismas consignas y haciendo las cosas de la misma manera de siempre, esperando que sin esfuerzo y gracias a una providencia, de repente todo cambie y el mundo ansiado se haga realidad.

En el fondo sabemos que esto no es posible; se requiere trabajar duro, respetar al otro aunque no coincidamos con su forma de ser, ver y hacer, cumplir con nuestras obligaciones para con la sociedad así como recibir los servicios y compensaciones a los que tenemos derecho, pero sobre todo, ejercer la potestad de disfrutar el vivir que realmente deseamos, sin atropellar ni ser atropellados por nadie.

No dudamos que lo anterior pueda ser calificada como una forma irreal de ver la existencia, pero no encontramos otra forma de expresar lo que entendemos como libertad, algo que tanto estamos notando en falta en Venezuela y que no puede seguir esquivándonos por mucho tiempo más. Merecemos un país mucho mejor que el que tenemos y por lo tanto, seguimos comprometidos con aquellos que están luchando por lograrlo, que no siempre son los más visibles pero que en definitiva son los más.

Nos reencontramos en enero, con nuevos bríos y las convicciones de siempre.