Todos los zombies del presidente

El gobierno, si pudiere llamársele  gobierno al régimen que todos los días depaupera más al noble pueblo venezolano, pone la cómica cada vez que algún “harto” funcionario abre la bocota, y si no fuera por la tragedia que sufrimos, también a diario, la gente no tendría que añorar a la Radio Rochela. Cada vez que hay una fecha festejable montan una parranda, una charanga, una rumba con el fin de entretener a los nariceados asistentes para que no se aburran con las “perolatas” oficiales tratando de explicar la inexplicable infelicidad de la nación y la invencibilidad de la ya vencida revolución.

Mientras la galería se entretiene entre trago y trago, en perfecta formación todos los zombies del presidente, unos muertos de miedo y de hambre otros, se mantienen como en algunos ritos haitianos bailando los ojos y abriendo la boca, entre bostezo y bostezo, rogando a Dios que terminen la latosa parada y la pesada cadena para también participar en la callejera francachela con los respectivos bonos y “ranchos”, por amor a la patria, dentro de la gandola de reparto que estacionan estratégicamente en la periferia.

Siempre se pregunta la gente que pasaría si una avispa le aguijoneara la nariz o una oreja a alguno de los militares y milicianos amontonados en el patio, pero esta vez fue un dron de VTV el que paseó por el espacio aéreo de la parada. Un francotirardor, despistado y aburrido, probó puntería con el avioncejo y con tan mala suerte que atinó, se produjo una detonación (no una explosión) y todo el mundo se cuajó, y no de la risa, marcando la milla en 21 3/5, demostrando que en esas filas no abundan los ateos.

Todos los zombies del presidente siguen órdenes e instrucciones a ciegas, sin medir ni mediar palabras, al son del sable y de la peinilla que sus jefes planean y chasquean contra el macádam, y se mueven sólo pensando en salvar su propio pellejo, no el de algún pendejo al que le perdieron miedo y respeto, el que otrora inspiraban sus superiores a cualquier venezolano, incluso en aquellos desfiles esperados con disciplinada ansiedad y admirados con ceremoniosa solemnidad.

Los zombies del presidente no se calan al comandante alterno que no respeta y se irrespeta a sí mismo por lo que dice, lo que hace y lo que deja de hacer para desgracia del país que les entregó la confianza, el poder, y ahora se encuentra sumido en la peor de las tragedias. Para colmo, inventan una supuesta conspiración para cometer un presunto “magonicidio” e iniciar feroz cacería de brujas y con palos de ciego seguir arremetiendo contra la dirigencia que queda y los jóvenes que se quedan en su tierra para defender, con sus luchas y sus vidas, el hipotecado futuro que les pertenece, que falta les hace para desarrollarse, como fue costumbre en esta Venezuela desde el mismo día 9 de agosto de 1498, cuando llegó la primera avanzada cruzada de españoles.

 7 de agosto de 2018