Pasar al contenido principal

Opinión

Andrea J. Arratibel

El año 2011 marcó un antes y un después en los paisajes caribeños. La proliferación sin precedentes de algas sargassum pelágicas, el sargazo arrastrado por las corrientes oceánicas, empezó a quedar varado en las playas de toda la región, con un impacto catastrófico en los medios de vida costeros y en las economías nacionales, muchas sustentadas por el turismo.

Pero, donde algunos solo ven una amenaza, otros han hallado una oportunidad, como los tantos emprendedores y equipos de investigación que utilizan el sargazo como recurso primario para diferentes beneficios. “Son muchos los sectores que lo están aprovechando y más los que podrían hacerlo”, apunta Brigitta van Tussenbroek, especialista en macroalgas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, y una de las autoras de una guía sobre los usos del sargazo que ha lanzado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que aglomera su potencial para hasta 15 ámbitos distintos.

La aplicación de la macroalga como materia prima para una amplia gama de industrias no es novedosa: se estima que cada año 12 millones de toneladas de algas son aprovechadas en todo el mundo, particularmente en Asia y el Pacífico. En el Caribe, el uso de vegetales marinos ha sido hasta ahora bastante limitado. No obstante, la gravedad que ha generado este problema asociado a los efectos del cambio climático ha despertado el ingenio empresarial de la región.

Alimento para el ganado y sustrato para la agricultura

Las algas se han utilizado tradicionalmente en la cría de animales, “y el sargazo pelágico, compuesto por una amplia gama de macro, micronutrientes y minerales, puede ser utilizado para su alimentación con muchos beneficios”, asegura van Tussenbroek, de origen holandés, pero que lleva más de tres décadas en México.

Análisis detallados del sargazo señalan su composición rica en proteínas, vitaminas, grasas poliinsaturadas ácidos, carbohidratos, fibras y compuestos bioactivos, apta para alimentar a un sinfín de especies como vacas, ovejas, caballos, aves, peces o camarones, entre muchos otros, “y hasta mascotas”, agrega la bióloga. Según apuntan diversos estudios, estas algas pardas tienen el potencial de incrementar el crecimiento, desarrollo, salud general y la inmunidad animal, por lo que varias iniciativas de investigación en el Caribe están estudiando el valor de los vegetales pelágicos para la alimentación animal y algunas ya lo están comercializando, como la empresa jamaicana Awganic Inputs, que transforma la macroalga en alimento para ganado caprino.

“El sargazo también es activador del crecimiento de plantas, resultando un magnífico bioestimulante”, señala la bióloga marina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Rosa Rodríguez. La empresa dominicana AlgeaNova, que un principió ofrecía soluciones para frenar el sargazo que llegaba hasta las playas paradisíacas de Punta Cana, anunció recientemente su asociación con otra empresa canadiense para empezar fabricar una composta orgánica de alta calidad que reacondiciona los suelos agrícolas.

Los proyectos caribeños de investigación y desarrollo comercial de sargazo pelágico en aplicaciones de producción de cultivos comprenden desde la producción de composta para hortalizas, fertilizantes, hasta bioplaguicidas. “Pero es importante extraer antes los metales pesados evitando que pasen a los vegetales”, aclara Rodríguez. Los altos niveles de arsénico y otros químicos tóxicos del vegetal marino son perjudiciales para la salud animal, con el riesgo sumado de que salten a la cadena alimentaria.

“Un proceso que nosotros llevamos a cabo rigurosamente”, afirma Héctor Romero, fundador de Ficotecnología Bianco, la única empresa a nivel mundial que produce fertilizante del sargazo en dimensiones industriales. Alineada con las estrategias ambientales del Gobierno, esta compañía mexicana recibe en su extensa planta entre Cancún y Puerto Morelos hasta 60 toneladas diarias de sargazo que procesa en fertilizante orgánico. “En vez de que deposite en la selva o en cualquier lado, el sargazo es descargado en nuestras instalaciones y se evita su impacto en los subsuelos”, explica Romero, responsable de una iniciativa que, según cuenta, “aprovecha el 100% de las macroalgas sin generar residuos”. El material recogido de la limpieza de playas que llega a sus manos puede llegar a constituirse de un 70% de arena y sólo un 30% del vegetal marino. “Nosotros recuperamos hasta el 95% de esa arena y la regresamos a las playas”, asegura, exponiendo uno de los grandes problemas que presenta retirar el enredo de macroalgas de las costas.

“Las malas prácticas a la hora de recolectarlo generan un gran impacto en los ecosistemas, y los métodos de extracción acaban arrancando la arena, haciendo que perdamos kilómetros y kilómetros de playa”, explica van Tussenbroek. Como expone la bióloga, “un poquito de sargazo no hace daño, incluso ayuda a fijar la arena, pero mucho provoca su erosión”. Cuando el sargazo se acumula en las orillas forma un nudo de materia orgánica en descomposición que ahoga al resto de especies, entre ellas los mantos marinos, lo cuales se encargan de reducir la fuerza destructora de las olas, protegiendo así la línea de costa contra las embestidas del mar.

La macroalga parda desplaza estas praderas de la orilla, arrastrando hacia el interior los pastos y haciendo que la pendiente costera, a falta de la arena extraída, cada vez sea más pronunciada. “Por eso es importante mejorar estas prácticas de recolección de sargazo y seguir buscando aplicaciones. La energía el uso de algas como materia prima para producir bioenergía es otra aplicación muy prometedora”, anuncia la bióloga.

Bioenergía, moda sostenible, alta cocina y uso terapéutico

El rápido crecimiento y alto rendimiento, así como la capacidad de capturar CO2 de estas especies pelágicas, entre otras características, está siendo ya aprovechado para producir los llamados biocombustibles de tercera generación: bioetanol, biodiesel, biopellets y biometano. De acuerdo con los expertos que lo están investigando, como el equipo del Centro de Investigación Científica de Yucatán que ha desarrollado una metodología prototipo para producirla, la bioenergía derivada de las algas se considera una opción más sostenible que las que utilizan cultivos como maíz, caña de azúcar y semillas oleaginosas.

México no es el único país que está aprovechando rentabilidad del crecimiento descontrolado de las macroalgas. Entre otros ejemplos, compañías como la costarricense C-Combinator también investiga la utilización del sargazo para la obtención de energía. “Y hay iniciativas que lo aprovechan para la elaboración de bioplásticos y material de construcción”, señala van Tussenbroek. Además de ser un buen candidato para la construcción de edificios de arquitectura sostenible, el sargazo se utiliza ya para la producción de fibras y colorantes en la industria textil y del calzado, en la cosmética y alta cocina como ingrediente emulsionante y espesante, y hasta para producir cerveza artesanal, como demostró la colaboración entre un grupo de investigadores la de la Universidad de Texas y la empresa Galveston Island Brewery, que crearon la bebida alcohólica a base de macroalga.

Pero, si hay un campo en el que destacan las posibilidades de este vegetal marino que tanto daño ecológico y económico está provocando es el farmacéutico, que está destinando recursos para investigar las propiedades de las impurezas sobrantes del proceso de extracción de su biopolímeros por su acción antitumoral.

Las trabas y limbos legales para la comercialización del sargazo

Como exponen algunos de los empresarios y expertos consultados, el mayor problema para aprovechar el sargazo por parte tanto del sector privado como público es la dificultad para gestionar los permisos de comerciarlo. “Al tratarse de un fenómeno muy reciente, hay un vacío legal y los trámites resultan muy confusos y complicados. Y cuando no hay legislación no hay transparencia”, lamenta la bióloga. “Y ya se está creando un mercado negro alrededor de estas algas”, advierte a su vez Romero.

Otro de los inconvenientes consiste en que la gran mayoría de iniciativas que han salido adelante hasta el momento “son a pequeña escala, y para solventar este problema se requieren la comercialización del sargazo a nivel industrial”, asegura Rodríguez. En México, por ejemplo, se estima que sólo del 10% al 20% de sargazo se está utilizando. “Lo que significa que el 90% se queda en la costa dañando al ecosistema”, apunta van Tussenbroek. Para ella, el paisaje de enredaderas marrones arrasando las playas, “ya se ha vuelto una normalidad en la mayoría de regiones que conforman el Caribe”.

“No hay que olvidar que este fenómeno es afloramiento algal, es decir, un evento increíblemente imprevisible”, recuerda la experta. “Al igual que hace años no nos imaginábamos que podría expandirse como lo ha hecho, tampoco podemos predecir su comportamiento a futuro: aunque es una necesidad para atacar por algún lado el gran problema, dedicarse al sargazo no deja de ser una actividad empresarial de riesgo”.

23 de septiembre 2022

El País

https://elpais.com/america-futura/2022-09-23/el-potencial-del-sargazo-cu...

 6 min


Miro Popic

El dilema

La historia de la polarización venezolana es de larga data y comenzó, no con la política, sino con la alimentación. Mucho antes de convertirnos en nación, los primeros grupos humanos que se asentaron en esta geografía llegaron divididos. En oriente se instalaron los comedores de yuca y en occidente los comedores de maíz. Es lo que en antropología se conoce como teoría de la H. El paso de recolectores a sedentarios supuso un proceso de fijación de la tierra y el surgimiento de relaciones sociales jerarquizadas, con la creación de una ideología de poder y el control de los medios de producción. A partir de entonces no nos hemos detenido y hoy una nueva discrepancia nos divide como si siguiéramos en Bizancio buscando el sexo de los ángeles. Esta vez son las caraotas negras. ¿Se comen dulces o saladas? ¿Con azúcar o sin azúcar?

Llevamos varios miles de años comiendo caraotas de manera natural, sencilla, condimentadas sólo con algo de sal, onoto y ají, y unos pocos cientos de años, que no llegan a quinientos, adicionándoles algo de dulce. Y no lo hacemos todos por igual, sólo algunos, dependiendo más de la región donde nos encontremos que del gusto que, como todos sabemos, se adquiere y tiene su propia dinámica. Como dice F. Bellisle, citado por Christian Boudan en Geopolítica del gusto (2004): “Lo bueno y lo malo son, por lo tanto, nociones en gran medida culturales, y participan de un repertorio de sabores que pueden extenderse hasta lo profundamente amargo o hasta lo picante y lo ardiente que produce dolor”. En cocina y en la vida misma, ¿cuáles son las razones para el uso de ingredientes con sabores marcadores, como el azúcar, por ejemplo? ¿O el comino?

El caso de las caraotas negras venezolanas es la síntesis del eterno enfrentamiento entre lo dulce y lo amargo donde la sensibilidad actúa como disposición heredada, pero también impuesta por circunstancias alejadas del gusto y del sabor. ¿Qué sería de lo amargo sin lo dulce? ¿Qué sería de lo dulce sin lo amargo?

La palabra

El Diccionario de americanismos reconoce como venezolana la voz caraota y la describe como:

“Planta herbácea de hasta 4 m de longitud, de tallos endebles, hojas grandes, compuestas de tres hojuelas acorazonadas unidas por la base, flores blancas en grupos axilares, y fruto en vainas aplastadas”.

En Colombia tienen 251 acepciones para designar a los frijoles americanos. Están en el Atlas linguístico-etnográfico de Colombia (ALEC). Entre ellas se incluyen las voces caraota, carauta, caraúta, indicando que son de origen cumanagoto del oriente venezolano, usada también en la Orinoquia colombiana. Para el maestro Ángel Rosenblat, en Buenas y malas palabras, esta es una de las pocas voces indígenas privativas de Venezuela que son de carácter general en el país.

La primera vez que se dejó constancia escrita de la palabra caraota fue en italiano, en la narración de Galeotto Cei, Viaggio e Relazione delle Indie (1539-1553), traducida como carabotas, descritas por el viajero florentino como “una semilla que siembran los indios en las montañas frías o calientes. Las hay de varias clases: como habas pequeñas, algunas redondeadas y otras más grandes un poco aplanadas. Son de diversos colores: algunas todas negras o moradas, otras verdes, o mixtas de todos colores y también grises, blancas y rojas. Es comida pesada de digerir, y amarga, hinchan mucho y son ventosísimas. He visto personas comerlas con tanta avidez, por hambre, que luego casi revientan”.

Juan de Pimentel, en 1578, en Descripción de Santiago de León de Caracas, reseñando la alimentación de los indígenas, habla de frisoles pero también de “carahotas, que son como habas”. Antonio Arellano Moreno, en su Relación Geográfica de Venezuela, cita un documento de 1578 donde consta la presencia de caraotas en El Tocuyo, diciendo que “son a modo de habas de España”. Un escribano en 1585 le dirige al Rey un largo relato de lo que se cultivaba en el valle de Los Caracas, y le habla de la caragota. Por su parte Joseph Luis de Cisneros, en su Descripción exacta de la provincia de Benezuela (sic), de 1764, escribe que la plaza principal de Caracas “es hermosa, y muy bien delineada, con dos fuentes por sus lados, adornada de pórticos, primorosamente hechos, donde se vende diaria, y abundantemente, quanto (sic) comestible da el país; y es abundante en hortaliza y de todo género de vituallas, garbanzos, lentejas, avichuelas cardos, escarolas, remolachas, espárragos, caraótas y zanahorias”.

Lo popular

La incorporación de las caraotas a la nueva dieta que surgió con el intercambio y el aporte hispano fue casi inmediata. Ya los conquistadores traían en sus alforjas habas, garbanzos y lentejas cuyo consumo era habitual en la Europa del Renacimiento. No hubo aquí transculturación, sino una simple sustitución de ingredientes. Según el historiador José Rafael Lovera, en Historia de la Alimentación en Venezuela, en la Provincia de Venezuela, en 1775, el consumo diario de caraotas era de 107,3 gramos por persona, con un aporte de 333 calorías. Hoy ese consumo se ha reducido a 20 gramos por persona/día. No porque no nos gusten, sino porque la mayoría carece de recursos para adquirirlas o para pagar la energía (agua, luz o leña) que acarrea su procesamiento para hacerlas comestibles.

Pedro Núñez de Cáceres, un dominicano que llegó como exiliado a Caracas en 1822, junto a su padre, escribió una Memoria sobre Venezuela y Caracas. En uno de los capítulos dedicado a la comida en Caracas se lee:

“Las caraotas no son buenas ni malas sino por el condimento que les pongan; más no han de faltar en ninguna casa: las usan los ricos, las comen los pobres, los presos y soldados se mantienen con ellas, los esclavos apenas conocen otro alimento. Confieso que me acomodo bien con las arepas, así como siento aversión a las caraotas, porque en ellas contemplo el símbolo inequívoco de la desgracia, de la miseria y de la esclavitud”.

Revisando esos escritos aparecen dos constantes: 1) Fueron consumidas en todos los estratos de la sociedad, tanto la colonial como la republicana. 2) Todos reconocen que se trata de una comida popular, económica. Para José García de la Concha, en un escrito que habla de la Caracas de antaño, “las caraotas negras eran el plato de ley en toda mesa; principalmente, alimento de la pobrecía, las caldúas, las fritas y hasta las re-fritas, siempre fueron inseparables del arroz blanco”. Ramón David León, en su Geografía gastronómica venezolana, dice que “siendo la caraota negra plato eminentemente democrático, el alimento de las clases pobres, sabe penetrar en los comedores de grandes campañillas, y es muy solicitado por los pudientes”. Similar opinión expresa Graciela Schael Martínez en su clásico libro La cocina de Casilda, donde escribe que se trata de un plato de acendrada raigambre criolla y de extraordinario poder alimenticio que goza de la mayor popularidad. “El rico -dice- no desdeña su presencia; la clase media se enorgullece de él y es frecuente verle en la mesa del campesino y del obrero como plato principal, sabiamente condimentado y acompañado de las típicas arepas o hallaquitas de maíz”.

La flatulencia

Un elemento de discriminación con las caraotas es lo que denominan “factor de flatulencia”, debido a sus hidratos de carbono no digeribles, lo que contribuyó al menosprecio por ser consideradas un producto de consumo de las clases bajas.

La flatulencia es un problema común que nos afecta a todos, hayamos o no comido caraotas. Hay una contribución venezolana a su solución por parte de bióloga Marisela Granito, de la Universidad Simón Bolívar, consultora en alimentación y nutrición, colaboradora de diversas publicaciones científicas. Granito logró identificar el microorganismo que genera el efecto. Mediante un truco que no ha revelado, ni tiene por qué, se reducen los componentes del alimento que estimulan la flatulencia. “Estos componentes –dice Granito– son los alfagalactósidos, rafinosa y estaqueosa que, pese a que son hidrosolubles, son muy duros y no se pueden eliminar fácilmente por medio de la cocción”. Una propuesta venezolana que ayudaría a la humanidad, especialmente a aquellos que temen consumir granos por las consecuencias que comentamos y que ahora podrán hacerlo si temor a pasar vergüenza antes los comensales.

En lo político y diplomático, las caraotas también son marginadas, tal como lo encontramos en esta anécdota contada por Rafael Cartay en El pan nuestro de cada día. Dos grandes seguidores de Juan Vicente Gómez, César Zumeta y Laureano Vallenilla Lanz, tuvieron un encuentro en París donde ambos vivieron algunos años cumpliendo funciones para al régimen. Cuando Vallenilla Lanz llegó a París, en 1931, este fue el consejo que recibió de Zumeta: “Siempre he pensado que las caraotas negras, por ejemplo, no inspiran grandes cosas. Al Libertador no le gustaban. En París hay venezolanos que las comen. Creo que las encargan a Caracas y ya ve usted los resultados. Usted va a conocer aquí dos categorías de compatriotas: los amigos del gobierno que no valen nada, y los enemigos, que valen menos. Prescinda de unos y otros. Dedíquese a estudiar, a cultivarse y… suprima las caraotas”.

La primera vez que se dejó constancia escrita de la palabra caraota fue en italiano.

Lo dulce

El azúcar llegó a Occidente con los árabes. Fueron los persas quienes introdujeron el azúcar en la cocina espolvoreando sus blancos cristales sobre arroz, costumbre que luego se fue ampliando a carnes, aves y legumbres. Felipe Fernández-Armento, en Historia de la Comida, cita una carta de 1560 atribuida al médico de Felipe II donde escribe que “hoy no se prepara casi nada para el estómago sin azúcar. El azúcar se añade al hornear el pan y se mezcla con el vino. El agua azucarada mejora en sabor y salubridad. La carne es espolvoreada con azúcar, como el pescado y los huevos. No usamos la sal más de lo que usamos el azúcar”. En la Italia del Renacimiento, la pasta se comía blanca, con azúcar y canela, según escribe Bartolomeo Scappi, cocinero de Pio IV y otros papas, en su obra Opera dell’Arte del cucinare, de 1570.

A finales del Medioevo y en el Renacimiento, prácticamente todos los platos de la cocina europea eran dulces. A medida que se populariza el consumo de azúcar, el gusto de las clases dominantes varía y evoluciona hacia fórmulas menos especiadas, más grasosas gracias al uso de la mantequilla, y se separa lo dulce de lo salado. Esto fue posible gracias a la influencia de la cocina francesa y la tendencia de preservar el sabor propio de los alimentos. Se privilegia lo salado y el servicio dulce se deja para el final, se come a la postre, dando origen al postre y a la cocina del dulce cuyas preparaciones se separan y crean tienda propia.

El uso de azúcar en la comida cumplía una función específica: falsificar los sabores en un mundo donde no existían sistema de refrigeración y la descomposición de los alimentos era implacable. Como lo documenta B. Guégan: “Por todas partes había que disimular y falsificar… el sabor dulce se yuxtaponía al salado, al modo de la cocina española. Se echaba azúcar en las carnes en las que hoy se echa sal; además, se probaban combinaciones que le habrían puesto los pelos de punta al ilustre Carême. Pero el procedimiento más simple y más utilizado para disimular el sabor de las carnes era el empleo de especias”. Los pobres que consumían carnes para nada frescas y de sospechosa calidad, ante los costoso de las especias, recurrían al azúcar que bajó de precio y se popularizó cuando la caña de azúcar prosperó en las nuevas tierras descubiertas.

La caña

La caña de azúcar inició su peregrinar en estas tierras a partir de 1545 y la fundación de El Tocuyo, que dio inicio al poblamiento de la Tierra Firme por los conquistadores. Igual cosa ocurrió en cada pueblo que se fue fundando. Esa modificación del paisaje agrario y de la geografía humana que significó su cultivo, se vio reflejada necesariamente en la cocina y marcó la sazón de lo que comenzó cocinarse de ahí en adelante, llegando a transformarse en expresión cultural gracias a la abundancia de su producción y al significado emocional de su consumo que va más allá de lo fisiológico porque, en definitiva, más que nutrientes, que los tiene, el azúcar es un alimento psicológico, emocional, gratificante. No fue la necesidad de dulzor lo que dio un toque característico a ciertas preparaciones venezolanas, sino la abundante disponibilidad de un producto de prestigio como el azúcar de caña lo que incrementó su demanda al popularizarse el consumo por su bajo costo y su disponibilidad.

Rafael María Baralt junto con Ramón Díaz Martínez publicaron 1841, en París, un ensayo titulado Resumen de la historia de Venezuela, donde dicen: “La abundancia y baratura de los productos de la caña son causa de que en Venezuela se consuma una cantidad de ellos proporcionalmente mayor que en ninguna otra parte del mundo. El guarapo y el aguardiente son las bebidas ordinarias del peonaje, el papelón constituye una parte esencial del alimento del pobre y el azúcar labrado de mil maneras forma siempre el postre en la mesa de los ricos”. Y de los pobres también, porque hasta los esclavos lo comían como si fuera queso. En sus Notas de Viaje 1822-23, Richard Bache dice que “también se encuentra una mezcla de sustancias mucilaginosas y melazas, llamada papelón, al que son muy aficionadas las clases populares, quienes lo comen como queso”. Pal Rosti comprobó en 1857 que “el papelón sustituye en cierto modo al pan”. Friederich Gerstäcker escribió en 1868 que “luego de la carne y el casave, como necesidad igualmente imprescindible, viene el papelón, es decir, el azúcar ordinaria, morena tal y como es reducida a melao y vaciada en hormas”.

El tono dulzón de muchas de las preparaciones venezolanas se transformó en costumbre por la herencia cultural transmitida por las cocineras esclavas que llegaron a cocinarle a sus amos hispanos y por las funciones propias que cumple el azúcar en cualquier cocción.

La diferencia

La literatura culinaria venezolana comienza con el escrito de José Antonio Díaz, de 1861, incluido en el libro El agricultor venezolano, donde, en una sección especial dedicado a la cocina campestre, el autor registra las primeras recetas de lo que llamamos cocina criolla. Esta es la receta de las caraotas:

“Las caraotas y los frijoles se ponen a cocer en agua sola hasta que estén blandos: entonces se le agrega la sal y los aliños, y no antes porque la sal entorpece la cocción y los endurece, los aliños consisten en manteca, y para el gusto criollo un poco de dulce: algunos dientes de ajo pelados y machacados y un ligero picante de pimienta. El ají, tan agradable a los trabajadores, debe evitarse en lo posible por ser muy irritante y, en caso de usarlo, debe ser con mucha moderación. Estas legumbres estarán mucho mejor guisadas de un día para otro”.

El historiador Germán Carrera Damas, en su libro Elogio de la Gula, tiene un capítulo dedicado a la cocina a la manera de Cumaná, donde discurre sobre los platos que eran frecuentes en la mesa materno-paterna, a comienzos de la década de 1940, donde transcurrió su infancia y adolescencia. En el aparte sobre las caraotas negras dice palabras así: “Seleccionadas unas caraotas frescas se limpiaban muy bien, sacándoles basuras, piedritas, granos dañados. Lavadas, se montaban sólo con agua, hasta que ablandacen. Se añadían cebolla, ajo y ají dulce, y se dejaban guisar. Por último, sal, pimienta negra molida y un toque de papelón para darle gusto oriental. Se consideraba casi una aberración comer las caraotas saladas, como los caraqueños”. Carrera Damas escribió esto en 1986 cuando lo presentó como trabajo de incorporación a la Academia Venezolana de Gastronomía. Lo hizo cuatro años después de que su entrañable amigo Armando Scannone publicara Mi Cocina, a la manera de Caracas donde, en relación a las caraotas, de las cinco recetas incluidas, cuatro llevan papelón y una azúcar. Scannone era caraqueño y decía que las caraotas en su casa se hacían con papelón. Carrera Damas es cumanés y estima una aberración el comer caraotas saladas, como los caraqueños. ¿Quién se equivoca? ¿Quién tiene la razón?

Más recetas

En el año de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial apareció el libro de cocina bilingüe inglés-español ¡Buen Provecho! Caracas Cookery, editado Dorothy Kamen-Kaye y la British War Charities, del que luego se hicieron cinco ediciones más, convirtiéndose en el primer best seller de la cocina venezolana. Incluye una receta de caraotas negras donde se lee “1/3 de taza de papelón”. Lo curioso es que en la preparación inicial no se emplea el papelón sino una vez que ya están cocinadas: “Si las caraotas no se sirven todas de una vez, no se les agregan más aliños; estos se añaden cuando se sirven las caraotas. Si se comen enseguida, agréguese el papelón con la sal”. Esto es una constante que se repite en las recetas que incluyen papelón en su elaboración.

En 1975 se publicó en Caracas el libro Anuario de la Cocina Criolla Venezolana, de Álvaro Peñalver, que incluía 376 recetas de la cocina típica venezolana, con cuatro ediciones consecutivas en menos de un año y casi 40 mil ejemplares vendidos en todo el país hasta ese momento. Este Álvaro Peñalver es una persona poco estudiada en nuestra culinaria, pese a su éxito editorial que se prolongó por casi una década. Sus textos los enriquecía con colaboraciones de personas comunes y corrientes, a las que solicitaba una receta típica de la región donde habitaban, a las que prometía pagar, por cada receta seleccionada, 30 bolívares, más 20 bolívares si venían con una foto en blanco y negro y 30 bolívares si venían con una fotografía a color. Eso sí, “debe cerciorarse de que la receta que nos envía, o las recetas, no han sido publicadas en ediciones anteriores de este anuario”.

En la página 131 de la edición de 1976, aparece la receta de las caraotas. Dice así: “Las caraotas se seleccionan de buena calidad, sobre todo que sean blanditas, se escogen para quitarles todas las piedritas y hojitas que tengan. Se lavan bien y se montan al fuego con agua suficiente para que queden cubiertas, se dejan que ablanden antes de ponerle sal pues, de lo contrario, no se ablandan. Cuando ya estén blanditas se le pone la sal y aparte en un sartén con manteca se pone a dorar cebolla picadita y ajo machacado, cuando estén dorados se le agregan las caraotas y se le pone un puntico de comino. Se dejan a fuego lento a que sequen y tomen el gusto del aliño, siempre es bueno dejarles un poquito de caldo, pues así quedan más sabrosas”. Lo dulce aún no aparece. Luego hace la salvedad de que “cuando se quieren freír se pone manteca bien caliente, se saca un poco de caraotas con una espumadera y se ponen a freír, si se quiere con un punto de dulce, se le raspa un poquito de papelón y se mueven mientras se fríen hasta que estén tostaditas y brillantes”.

En occidente

Hacia el otro extremo del país, en occidente, encontramos más recetas de caraotas. Impreso en Barquisimeto, en la Tipografía Vogue, desgraciadamente sin fecha, tenemos el libro Así cocina doña Lulú, de la señora Lulú Tamayo, propietaria de la librería Vogue, hermana del gran investigador Francisco Tamayo Yepes. En la presentación, doña Lulú dice que se trata de “un conjunto de recetas de cocina que podríamos llamar populares”. ¿Qué nos dice de las caraotas? Dos recetas, una de caraotas negras y otra de caraotas fritas. Los ingredientes son: 1 kilo de caraotas negras frescas, sal, ajos, cebolla en rama y de cabeza, 3 cucharaditas de aceite, 1 cucharadita de orégano, cominos y pimienta. Luego: “A las 6 de la mañana se montan al fuego y con una paleta de madera se revuelven a cada rato. En caso de que el agua se seque y estén duras las caraotas, se les agrega más agua teniendo el cuidado de que sea caliente. Cuando ya se vean ablandar, se les ponen los aliños y el aceite con el orégano molido. Al estar bien blanditas se bajan del fuego”. Para las caraotas fritas para el desayuno: “Se ponen en una sartén una taza de aceite; al estar bien caliente se echan unos cucharones de caraotas cocidas en la forma anteriormente dicha y se dejan hervir por largo rato, revolviéndolas repetidas veces. Se le ponen unas conchitas de ají verde, un poquito de comino y pimienta. Se comen con queso rallado”. Releo una y otra vez y no encuentro azúcar ni papelón ni la palabra dulce.

Luego está la opinión del historiador y cocinero Juan Alonso Molina, autor de Un bocado del mundo, donde reúne sus principales trabajos sobre gastronomía larense, escritos entre 1994 y 2021. Cuando le pregunté si las caraotas en Lara llevan azúcar o comino, su respuesta fue tajante: “Azúcar nunca, a menos que no sea de aquí o se haya criado en una familia del centro y oriente del país. Comino sí, generalmente sofrito”. En un trabajo anterior, Elogio de la cocina caroreña, publicado en El Informador el 31/08/98, habla de la famosa mantequilla de caraotas del Adelis Sisirucá. Su receta recomienda cocinar las caraotas (previamente remojadas y escurridas) durante hora y cuarto con cebollín al que se le agrega un sofrito, que se hace aparte, con aceite onotado, cebolla, ajo, pimentón, ají dulce, apio España, ajoporro, orégano y sal. En los años ochenta tuve oportunidad de probarla, junto con otras especialidades larenses, cuando conocí a Adelis y su esposa Mercedes, en su restaurante Las Palmitas, en la carretera hacia Lara-Zulia, cerca de Carora. Y no, por ninguna parte encuentro azúcar ni papelón, y eso que estamos en la zona donde comenzó el cultivo de la caña de azúcar.

Leonor Peña, autora de Cocina Tachirense (1996), no las menciona, simplemente no aparecen en esas casi 500 páginas de sabor andino. ¿Por qué? Porque las caraotas negras no eran de consumo cotidiano en la cocina tachirense. Me explica Leonor que ni el ex Presidente Ramón J. Velásquez ni el poeta Luis Felipe Ramón y Rivera las consideran como propias del Táchira. Se consumen muchos granos, cultivados especialmente en Capacho, y los llaman fríjoles, pero las negritas que nos ocupan son de reciente data. Aparecen a partir de 1925 cuando Juan Vicente Gómez construye la carretera Panamericana y rompe el cerco que separaba esa zona del centro del país, y de Caracas especialmente, que luego se amplía bajo el gobierno de Marcos Pérez Jiménez a partir de 1950. Su consumo es contemporáneo y su preparación simple: no llevan ni azúcar ni comino.

En el Zulia las comen saladas y con comino, la receta la pueden conseguir en cualquier buscador si ponen caraotas zulianas. Sólo en Trujillo las caraotas asumen un rol protagónico en las famosas carabinas, como llaman a un bollito de maíz con picante relleno con caraotas saladas, para nada dulces.

Fritas y refritas

La presencia del azúcar en la cocina salada sirve para esconder lo amargo. Esta costumbre comenzó en el Medioevo donde predominaban los sabores fuertes, por las especies, y los sabores ácidos, por el uso de vinagre y agraz. El azúcar cumple la función de enmascarar el amargor y la acidez de otros ingredientes, así como magnificar los aromas de la comida, dándole complejidad, enriqueciendo su percepción organoléptica. Los alimentos sometidos al calor sufren una transformación química que modifica los sabores intrínsecos y producen a su vez nuevos sabores. Este cambio necesita ser controlado pues, si supera las temperaturas recomendadas, se vuelven amargos e incomibles, se producen cambios que llevan a subproductos diferentes al original. En cocina esta transformación se llama reacción de Maillard, en honor al médico francés que la descubrió en 1910.

Todas las recetas consultadas sobre la preparación de las caraotas incluyen dos versiones. Una, guisadas con agua y algunos ingredientes básicos, como ajo, cebolla y sal, etc. Y una segunda que llaman fritas y hasta refritas, partiendo de las caraotas ya guisadas, donde siempre se incluye algo de papelón o azúcar. ¿Por qué? Porque si no se controla bien el fuego o te distraes conversando o revisando el celular mientras cocinas, corres el riesgo de que se queme lo que estás haciendo, que pierdan sus propiedades gustativas, y se transformen en algo incomestible, intragable. Si eso llega a ocurrir, la solución es adicionar azúcar o papelón. Este truco nos llegó con las primeras cocineras y cocineros que vinieron con los conquistadores. Es posible que, a partir de este error, muy común en todas las cocinas -¿a quién no se le ha quemado algo en la cocina?- se haya creado el hábito de comerlas algo dulzonas, generando un gusto que se transformó en tendencia. Esta es una razón netamente culinaria que habría que sumar a otras que tienen que ver con el entorno, la repetición de fórmulas, el deseo, la necesidad, etc. Lo que no sabemos es el nombre del primero al que se le quemaron las caraotas, o la primera.

¿Dulces o saladas?

Esta polarización debe terminar. Durante milenios las caraotas se comieron al natural, solo hervidas, condimentadas con ají y onoto. No hay registro del dulce en la cocina prehispánica por la sencilla razón de que el azúcar era totalmente desconocida antes de la llegada del español. Es errado entonces decir que desde siempre en Venezuela, o parte de ella, las caraotas se han comido dulces, como se lee a menudo en redes sociales. El dulce en nuestra cocina es producto del aporte hispano y comenzó a desarrollarse desde el siglo XVII por las razones que hemos analizado. Es, por lo tanto, herencia colonial.

La penetración del dulce en la cocina venezolana fue paulatina, gradual, mesurada. Se manifestó en tres dimensiones. Primero como complemento de la sal al momento de la cocción, como vimos en la mayoría de las recetas, fórmula que no es exclusiva de las caraotas sino que se aplica en la mayoría de los guisados, desde las hallacas y el pastel de polvorosa a la masa para las empanadas hechas con harina de maíz y hasta en el pan mismo. Al menos, yo lo hago así, dos cucharadas de sal por una de azúcar, para aportar complejidad. Luego como parte del sellado de carnes, en sofritos y en el refrito de cocciones trasnochadas, ya elaboradas, como las famosas fritas y refritas que nos ocupan. Finalmente, adicionada a la preparación ya terminada, servida en la mesa misma, como muchos lo hacen sin siquiera haberlas probado, como se hace también con la sal.

Finalmente está el sentido del gusto para apreciar el sabor que tienen las cosas y la libertad de cada quien para consumirlas como desee. Pero con criterio, respetando la gramática de la cocina. Los puristas como yo preferimos las caraotas saladas. Los soñadores como Yolanda, mi esposa, las prefieren dulces. En cualquier matrimonio esta divergencia sería causal de divorcio. La solución es cocinarlas de manera neutral, equilibrada, sin sabores marcadores dominantes, para que cada quien sazone a su manera. Créanme, funciona. Cuarenta y tantos años juntos lo confirman.

20 de septiembre 2022

Prodavinci

https://prodavinci.com/el-amargo-dulzor-de-las-caraotasnegras-y-la-discr...

 21 min


Carolina González, Kevin Arteaga

La mañana del 16 de julio de 2014, Jairo Manuel Perdomo experimentó una alegría súbita. En la prensa leyó la noticia: “CAF aprobó 100 millones de dólares para la rehabilitación y ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) La Mariposa y los sistemas de recolección y depuración de aguas servidas de la zona de influencia en la cuenca del Lago de Valencia”. Pensó que se acercaba el fin de la historia del agua fétida y con sedimentos que salía por el grifo de la suya y de miles de casas en el estado Carabobo.

Aquel anuncio fue el primero de casi 174 millones de dólares que se destinaron entre 2014 y 2017 para el procesamiento de las aguas servidas de Naguanagua, Libertador y parte de Valencia, pero que hoy representan otro monumento al fracaso administrativo del Estado venezolano, pues La Mariposa sigue paralizada.

Los desembolsos, a pesar de haber sido hechos por la Corporación Andina de Fomento (CAF) Banco de Desarrollo de América Latina, no lograron el cometido final de la rehabilitación de la planta, ni contaron con el debido seguimiento, según pudo comprobar una investigación realizada por El Carabobeño y el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS). En estas indagatorias se puede concluir que así como no se iniciaron las obras en 2014 -pese a la aprobación de los 100 millones de dólares- tampoco lo hicieron en 2017 cuando la CAF anunció otro desembolso de 73.9 millones de dólares para los mismos trabajos.

En 2018 el presidente de la compañía Anónima Hidrológica del Centro, Hidrocentro, para ese momento Miguel Sisco Mora, anunció nuevamente el inicio de la rehabilitación y el 7 de noviembre, en una escueta nota, se informaba la inspección de los trabajos de obras por parte de la ministra Evelyn Vásquez.

En 2022 la planta aún no funciona y Perdomo, un habitante de la urbanización Las Quintas de Naguanagua, sigue recibiendo agua sucia en su casa.

La función de la PTAR La Mariposa es clave para que los carabobeños tengan agua limpia pues funciona como un gran filtro. Inaugurada en 1989, con cuatro módulos o estanques para procesar aguas negras, su función es evitar que las aguas servidas de los municipios Naguanagua, Libertador y parte de Valencia lleguen crudas o sin depurar al embalse Pao-Cachinche, principal fuente de agua potable para los carabobeños, tras ser vertidas en el río Paito.

Si no funciona, como en efecto ocurre, Pao Cachinche recibe las aguas de cloaca sin tratar. A esto se suma que desde el año 2007 el embalse recibe las muy contaminadas aguas del Lago de Valencia mediante un trasvase que intentó, sin éxito, evitar que siguiera aumentando la cota del lago y que se paralizó una década después. Las aguas del lago, cargadas de salinidad y contaminantes orgánicos, volvieron a caer en el Pao Cachinche en 2021, tras ser reactivado el trasvase.

También al Pao Cachinche le llegan las aguas del río Cabriales, que en la década de los 80 desembocaba en el Lago de Valencia y que posteriormente fue desviado hacia el embalse para bajar el nivel de esa cuenca cerrada, igualmente sin éxito. Los contaminantes que aporta no son determinantes, pero suman.

Tanto las aguas del lago, como las del Cabriales y las que no se tratan en La Mariposa han ocasionado que el principal reservorio de agua para consumo de los habitantes de tres municipios carabobeños esté hoy sumamente comprometido.

Esta trama huele mal

Hasta 2002 las reparaciones a los cuatro módulos de la PTAR La Mariposa se habían ejecutado gracias a aportes del Banco Interamericano de Desarrollo, cuyo desembolso y seguimiento a las obras ejecutadas fueron realizadas por la empresa inglesa Halcrow. Poco antes, el 20 de agosto de 2001 entró en escena la CAF y se acordó con el gobierno de Hugo Chávez un proyecto que contemplaba la construcción de ocho nuevos módulos que sería financiado por el organismo internacional.

Pero de esos acuerdos a una obra efectiva pasaron muchos años y a mediados de 2015 la PTAR se paralizó definitivamente, poco después de que la CAF anunciara la aprobación de 100 millones de dólares para ese proceso, desembolso confirmado por el vicepresidente corporativo del organismo en ese momento, José Cabrera.

El contrato fue otorgado al Consorcio Aguas de Tacarigua, creado para la prestación de servicios en las áreas relacionadas con el tratamiento de las aguas, el saneamiento y el medio ambiente, para empresas tanto privadas como públicas, según se pudo leer en su página web, suspendida pero recuperada a través del servicio Wayback Machine, una herramienta de rescate de websites fuera de línea. Según esa información, la fecha de fundación del consorcio se ubicó en algún mes de 2016.

El consorcio es un conglomerado de empresas, no especificadas por la estatal. Sus nombres no aparecen ni en el anuncio de la CAF, ni en la página web de Hidrocentro, que fue el ente encargado de esas labores. Según la página web recuperada, en el equipos de Gestión de Proyectos y Organismos Multilaterales y Sanitaria figura Cristóbal Nicolás Francisco Ortiz, quien ha ocupado diferentes cargos como presidente (e) de Hidroven en el año 2000, viceministro (e) de la Conservación Ambiental (MANR), presidente de Hidroven en 2005, viceministro del Agua del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente en 2007 y ministro del Poder Popular para el Ambiente en 2012.

El miércoles 22 de junio el equipo de El Carabobeño se comunicó con el ingeniero Francisco Ortiz vía telefónica para consultar sobre las labores del consorcio en la PTAR La Mariposa, pero rechazó dar alguna información. A pesar de ser funcionario público alegó que, además de no ser vocero autorizado, él es parte de la inspección de la obra, “y no puedo dar opiniones a la prensa sobre algo que yo estoy inspeccionando”.

El Carabobeño también envió un cuestionario a la oficina del actual presidente de Hidrocentro, Leonel Ruiz, quien tampoco respondió hasta la fecha de publicación de este reportaje.

La explicación negada por el ex ministro la ofreció el ingeniero Rafael Dautant, presidente de la Asociación Venezolana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Avisa) y miembro del equipo de Sanitaria de Aguas de Tacarigua. “Yo trabajé como asesor para Aguas de Tacarigua, ahí estaban personajes como el ingeniero Cristóbal Francisco, que había sido presidente de Hidroven y ministro del Ambiente, una persona conocedora del agua que goza de mi respeto como profesional. Estaba Huascar Godoy, un geólogo muy prestigioso; y Roque García Ruiz, otro geólogo. Fue una buena experiencia”.

Según la CAF, el contrato otorgado contemplaba el diseño, rehabilitación y ampliación de la planta y su monto era de 100 millones de dólares, pero el ingeniero asegura que el consorcio solo ganó la licitación destinada a hacer la ingeniería, que no es otra cosa que la elaboración de planos y proyectos para la ejecución de la obra y que tiene un costo que no excede el 5% del total de la obra a ejecutar, que en este caso serían 5 millones de dólares. “Yo no tengo acceso a las finanzas de la empresa, pero es imposible que la reingeniería sea más cara que la obra”, dijo en conversación con El Carabobeño.

Dautant trabajó tres años junto al resto del equipo en esa reingeniería y entre sus propuestas estaba no solo quitar la carga orgánica del agua de cloacas, sino eliminar los dos nutrientes más importantes, el nitrógeno y el fósforo, e impulsar el reúso seguro del agua. “Si lo hacíamos nos pondríamos a la vanguardia en el mundo”.

Dautant insiste en que el consorcio sí cumplió lo que les habían encomendado: “Los planos y proyectos se entregaron. Luego se hicieron las bases de licitación para la rehabilitación de la planta, que ganó el consorcio Contemar, con Inclam Venezuela e Inclam España. Allí yo terminé mi labor”.

Huellas en Panamá y Miami

Lucio Herrera Gubaira, director legal de la Fundación Movimiento por la Calidad del Agua (Fmpca), siempre estuvo preocupado por la falta de datos. En 2015, tras la aprobación del contrato a Aguas de Tacarigua, explicó que un consorcio no es ilegal, pero que según la Ley de Contrataciones Públicas está obligado a regirse por principios de honestidad, transparencia y acceso a la información lo que implica que las compañías que lo integran deberían estar especificadas individualmente para poder ser auditadas por cualquier ciudadano.

Pero esto no es así, ni las empresas que conforman el consorcio se conocen, a lo que se suma una segunda irregularidad, pues el consorcio no aparece en el Registro Nacional de Contratistas de Venezuela (RNC), una obligación para ejecutar obras públicas. Tampoco está en la Dirección General de Ingresos del Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá, pese a que la empresa también está registrada en ese país.

Donde sí aparece activa para contratar es en el registro de Hollywood, en el estado de Florida, Estados Unidos, como Consorcio Aguas de Tacarigua Corp, pero con detalles que llaman la atención. En la base de datos opencorporates.com se refleja que la empresa fue constituida en Estados Unidos el 10 de marzo de 2020, cinco años después de la adjudicación del contrato por parte de la CAF. La empresa está en Estados Unidos bajo el número de registro P20000021211 como compañía doméstica con fines de lucro ubicada en 2719 Hollywood Boulevard, Suite A-1849, Hollywood, 33020 y ha estado funcionando durante tres años.

El nombre no es una mera coincidencia y es previsible que se trate de la misma empresa pues en la constitución de la misma figura como presidente, director y secretario Roque García Ruiz, quien también aparece en el organigrama del Consorcio Aguas de Tacarigua de Venezuela, específicamente en los equipos de geotecnia y en el de vialidad. Se trata de un ingeniero geólogo egresado en 1971 de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con experiencia en diseño y supervisión de construcción de túneles y obras hidráulicas.

Más plata para lo mismo

Sin que avanzara ningún proyecto, en 2016 la PTAR estaba desmantelada, producto de la frecuente incursión del hampa que cargó con piezas de aireadores -vitales componentes electromecánicos que disolvían oxígeno en los estanques- el entramado eléctrico y la instalación. También fue arrasada la central de tableros eléctricos, el laboratorio de prueba y hasta la planta eléctrica que hacía funcionar el complejo. Sobre este escenario se impulsó ese mismo año un nuevo llamado a concurso público hecho por Hidrocentro, empresa que otorgó un plazo de 48 meses para culminar los trabajos de rehabilitación de la planta. La CAF aprobó el segundo contrato, esta vez por 73 millones 922 mil 103 dólares con 21.

El Consorcio Contemar fue el beneficiario de este desembolso. Su capital estaba conformado por la empresa española Inclam, S.A. en un 45% e Inclam Venezuela con un 55 %, según lo informó oficialmente la multilateral andina y la propia empresa mediante notas de prensa difundidas en sus sitios web.

Según la nota de prensa de Inclam publicada en noviembre de 2017, en el contrato estaba nuevamente incluida la ingeniería, pese a que ésta había sido ejecutada por Aguas de Tacarigua. “El contrato es para realizar la ingeniería, procura, construcción y puesta en marcha para la rehabilitación y ampliación de la planta de tratamiento de aguas residuales “La Mariposa”, en Valencia, estado de Carabobo (Venezuela). Este contrato por valor de 73.922.103,21 dólares USA está financiado por la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y se ejecutará en el plazo de 32 meses. Gracias al excelente desarrollo de los trabajos realizados, HIDROCENTRO revalida su confianza en INCLAM, confirmando a la Compañía como el referente en el país en la ejecución de proyectos de EPC en el sector del agua”.

El Carabobeño intentó, nuevamente sin éxito, obtener la versión del Consorcio Contemar y sus accionistas Inclam Venezuela e Inclam España sobre los trabajos adelantados. No hubo respuesta a los cuestionarios enviados entre marzo y junio de este año para la realización de este reportaje.

Lo único nuevo que ejecutó Inclam, de acuerdo a lo observado por el equipo de El Carabobeño en imágenes captados en la planta el viernes 17 de junio de 2022 y analizadas con especialistas, es un conjunto de galpones, el puesto de la Guardia Nacional Bolivariana que está dentro del terreno de la estructura, el desvío de las aguas que llegan a la planta directamente hacia el río El Paíto y la supuesta limpieza de los módulos. Según fuentes consultadas, los trabajos están avanzados en no más de un 30 % de lo que establecía el contrato de Inclam, cinco años después de su aprobación.

Las fuentes señalaron que, como argumento de la paralización de las obras, se esgrimieron las sanciones aplicadas por EE.UU. en 2018. Aun así, nadie da cuenta del destino de los casi 174 millones de dólares anunciados, ni siquiera la CAF que no respondió a la docena de solicitudes de entrevista que se canalizaron, tres de ellas vía telefónica, en las oficinas de Caracas. Desde allí fue derivada la comunicación a la sede de la multilateral en Panamá, oficinas a las que se enviaron nueve correos electrónicos, el último el miércoles 22 de junio. En todos los casos la respuesta siempre fue la misma: “Todavía no tenemos respuesta al cuestionario”

Durante 2021 hubo un reinicio de labores, de acuerdo con ingenieros ligados a la planta, pero el equipamiento necesario no había llegado y la obra se paralizó nuevamente. No ha habido información pública sobre un nuevo contrato. Se desconoce si es la continuación del que ganó el consorcio Contemar o se generó un nuevo acuerdo económico.

El ingeniero Rafael Dautant confirmó que en 2021 su equipo fue contratado por Innova Blade Engineering para hacer una caracterización del agua que sale cruda de La Mariposa hacia el Pao Cachinche. El esperable resultado es que tenía características de aguas residuales crudas.

Con este nombre sobre el tapete, el equipo de El Carabobeño logró comprobar en el Registro Nacional de Contratistas que Inclam ya no aparece en sus archivos. En su lugar fue registrada con el mismo RIF, J-314678442, la empresa Innova Blade Engineering.

Una búsqueda avanzada en Linkedin permitió determinar que especialistas en ingeniería hidráulica y calidad de agua, que trabajaron para la firma de gerencia de proyectos y asesoría en la gestión de empresas de agua potable y soluciones ambientales, llamada Ingenias, presidida por Alejandro Hichter, exministro del Ambiente de 2010 a 2012, y en la que el ingeniero Cristóbal Francisco se desempeñaba como director, aparecían vinculados con Inclam y más recientemente con Innova Blade Engineering. Esto evidencia una correlación de las operaciones, desde el primer contrato aprobado en 2014, a la fecha.

Así inició esta historia

Tras su inauguración en 1989, 10 años después los cuatro módulos de la PTAR se hicieron insuficientes, pues dos de ellos no funcionaban, lo que se sumaba a un crecimiento poblacional considerable. Esto y la necesidad de corregir problemas iniciales de diseño obligaron a un replanteamiento del proyecto. Pero ya no había recursos del BID.

Así, entró en escena la CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, un organismo de financiamiento integrado por 19 países. El ente multilateral, en 2001, aportó 20 millones de dólares para la construcción de ocho módulos, en lo que sería la segunda fase de la ampliación de la PTAR que debía ser ejecutada entre 2002 y 2008. En ese momento, el Ministerio del Ambiente era dirigido por Ana Elisa Osorio.

En 2007 la obra no estaba lista. Solo dos, de ocho módulos establecidos en el proyecto, habían sido construidos, según denunció en su oportunidad la Fundación Movimiento por la Calidad del Agua (Fmpca). La información pública era escasa. El presidente de Hidrocentro, Manuel Fernández, quien ocupó el cargo desde 2010 hasta 2014, nunca respondió a las innumerables solicitudes de entrevistas para abordar el tema en ese momento ni el contacto hecho el 17 de mayo de 2022 para efectos de este trabajo.

Un informe de la Contraloría del Estado Carabobo recopiló evidencias de las irregularidades en la ejecución de trabajos. Este informe elaborado en el año 2010, dio cuenta de la mala calidad del agua de consumo humano, así como de las cuestionables ejecuciones por parte de Hidrocentro y la Unidad Ejecutora del Proyecto de Saneamiento y Control del Nivel de las aguas del Lago de Valencia, a la vez que reconoce la paralización de la PTAR La Mariposa.

En el informe se detalla que, entre el Ministerio del Ambiente e Hidrocentro durante el periodo comprendido entre 1999 y 2009 se destinaron 395 mil 955,07 dólares para proyectos diversos que permitieran la conexión de las aguas servidas a la PTAR La Mariposa y Los Guayos, pero para 2010 sólo se había alcanzado 51 % de esa meta.

En 2015, cuando la paralización de la PTAR era un hecho, el Ministerio para Ecosocialismo y Aguas reconoció que existía un “deterioro manifiesto en las grandes instalaciones pertenecientes al Sistema Regional del Centro I y II, causando variaciones de los caudales, así como mayores demandas de sustancias químicas, altas pérdidas en el proceso de potabilización, daños en los equipos, afectación de la calidad y altos consumos eléctricos”.

El 15 de diciembre de 2015, el entonces diputado de la Asamblea Nacional (AN), Carlos Lozano, consignó una denuncia ante la fiscalía en contra de Hidrocentro por delitos de lesa humanidad, asegurando que los trabajos asignados a Aguas de Tacarigua no se ejecutaron en La Mariposa. La sustentaron el abandono de la planta depuradora, el desembolso de recursos para rehabilitarla y la mala calidad del agua que se enviaba a los hogares. El fiscal segundo con competencia ambiental en Carabobo, Luis Cordero y los dos nacionales designados para ayudar en la investigación, “de sumo interés para el Estado”, no han presentado el caso, seis años y seis meses después.

En 2016, la planta de tratamiento estaba no solo paralizada, sino totalmente desmantelada. Seis años después la planta solo exhibe unos galpones y contenedores. Eso, el desvìo al río El Paíto de las aguas que llegan a La Mariposa y la limpieza de los módulos o estanques para aguas negras fue el aporte del Consorcio Inclam. El de Aguas de Tacarigua, unos planos y proyectos. En esto se invirtieron casi 174 millones de dólares, sin contar los costos de los trabajos ejecutados por Innova Blade Engineering, cuyo contrato es desconocido.

Fueron tres empresas contratadas para rehabilitar la PTAR La Mariposa e incrementar la calidad del agua que llega al embalse Pao Cachinche y la cantidad de líquido que llega a los hogares. Tres directivas con algunos nombres repetidos y un mismo resultado: una planta paralizada.

Aun así, el ingeniero Dautant mantiene la esperanza. “Los dos enemigos del embalse Pao Cachinche son la descarga de agua sin tratar desde la PTAR La Mariposa y el trasvase de aguas del Lago de Valencia, que carece de saneamiento en el trayecto. Si se corrigen estos dos problemas tendremos un embalse Pao Cachinche menos comprometido y se podrá enviar más agua a la planta potabilizadora Alejo Zuloaga. Así tendremos agua no solo de mejor calidad, sino en mayor cantidad.

Mientras tanto, Jairo Manuel Perdomo sigue atento a las noticias.

El Carabobeño

https://www.el-carabobeno.com/tuberias-de-la-ptar-la-mariposa-invisibles...

 14 min


Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Consejo de Derechos Humanos. Quincuagésima primero periodo de sesiones.12 de septiembre 2022 a 7 de octubre 2022. Tema 4 de la agenda. Las situaciones de derechos humanos que requieren la atención del Consejo. Conclusiones y recomendaciones.

Conclusiones

  1. El establecimiento de la región del Arco Minero y la expansión de la actividad minera ilegal en el estado Bolívar ha creado un contexto en el que se han cometido violaciones de derechos humanos y delitos. La Misión sigue preocupada por las violaciones de derechos humanos cometidas por funcionarios del Estado y fuerzas de seguridad, tales como la privación arbitraria de la vida, la detención arbitraria y la tortura u otras formas de maltrato. La Misión ha documentado presencia continuada de grupos criminales armados en el estado de Bolívar, en particular en territorios indígenas, y la amplia gama de crímenes que estos han cometido contra la población de la región. La Misión también ha investigado la violencia sexual y de género por parte de actores tanto estatales como no estatales, y se muestra preocupada por la falta general de protección del Estado hacia las personas vulnerables, en particular los niños. Todas estas cuestiones requieren de una mayor investigación.
  2. En algunos de los casos detallados en este informe, la Misión tiene motivos razonables para creer que las autoridades del Estado han incumplido sistemáticamente su obligación de prevenir, investigar y sancionar las violaciones de los derechos humanos y los delitos. Como se indica en el informe, la Misión tiene motivos razonables para creer que la FANB se vio directamente implicada en graves violaciones de los derechos humanos al reprimir a la población local, incluidos los pueblos indígenas, al tiempo que a menudo dejó desprotegida a la población minera frente a los delitos cometidos por grupos criminales armados.

Recomendaciones

La Misión exhorta al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a:

  1. Poner en marcha investigaciones independientes, objetivas e imparciales sobre los incidentes que conforman los casos ilustrativos en el presente informe, relativos a violaciones de derechos humanos y delitos en el Arco minero del Orinoco y el municipio de Gran Sabana, en el estado de Bolívar, incluyendo privaciones arbitrarias de la vida, detenciones arbitrarias y tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.
  2. Asegurar que las fuerzas de seguridad del Estado, incluyendo policiales y militares, llevan a cabo sus operaciones de cumplimiento de la ley en un marco de estricto respeto y protección de los derechos humanos de toda la población del estado de Bolívar, y particularmente los pueblos indígenas y la población minera.
  3. Sancionar a los militares y funcionarios estatales responsables de las violaciones de los derechos humanos y delitos identificados en el presente informe, aplicando las sanciones penales y medidas disciplinarias correspondientes, de conformidad con los procedimientos establecidos por la ley.
  4. Garantizar el cumplimento del derecho de acceso a la justicia y a la reparación para las víctimas y familiares de víctimas de los casos de violaciones de derechos humanos y delitos que se describen en el presente informe.
  5. Redoblar esfuerzos para asegurar la implementación efectiva de la Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia; establecer un sistema de recopilación sistemática y desagregada de datos estadísticos de violencia sexual y de género; y proteger, acompañar y asistir a las víctimas de dicha violencia, especialmente mujeres, niñas y niños.
  6. Llevar a cabo esfuerzos decididos para detener las actividades ilegales de grupos criminales, así como de grupos armados irregulares, que actúan en el estado de Bolívar y otras partes del país, asegurando en todo momento el respeto por los derechos humanos y particularmente los de las comunidades afectadas y de los pueblos indígenas.
  7. Investigar todos los indicios de aquiescencia o colaboración entre las autoridades civiles y militares con las actividades de los grupos armados criminales, tomar las medidas necesarias para exigir responsabilidad a dichas personas y adoptar todas las medidas necesarias para prevenir todo tipo de cooperación ilegal en el futuro.
  8. Adoptar las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos de los pueblos indígenas, tal y como han sido reconocidos por la Constitución y la legislación venezolanas, el Convenio 169 de la OIT y otras las normas internacionales, y en particular sus derechos a la tierra, el territorio y los recursos naturales y a la consulta previa. El Estado debe tomar medidas decididas para avanzar en la demarcación y titulación de los territorios indígenas en el estado de Bolívar y otras áreas del país.
  9. Poner en práctica todas las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otro carácter que sean necesarias para detener la minería ilegal del oro y otros metales en el Arco Minero del Orinoco y otras áreas del estado de Bolívar, incluyendo las áreas protegidas o ABRAE, en consulta plena con los pueblos indígenas.
  10. Investigar los indicios de posible enriquecimiento ilícito por parte de autoridades civiles y militares, así como de otras personas políticamente expuestas, en actividades ilícitas vinculadas a la extracción, producción y comercialización del oro, y llevar a los responsables a la justicia.
  11. Cooperar activamente con el ACNUDH, los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas y el sistema interamericano de derechos humanos para abordar la urgente situación de los derechos humanos en la región del Arco Minero y otras zonas del país que enfrentan situaciones similares.

Recomendaciones a la comunidad internacional

  1. Los Estados deberían considerar la posibilidad de iniciar acciones legales contra los individuos responsables de las violaciones y los crímenes identificados en el presente informe, de conformidad con su legislación interna.
  2. Los Estados deberían poner en práctica mecanismos adecuados para evitar el lavado de oro, así como el lavado de dinero vinculante al oro, procedente de la minería ilegal en el estado de Bolívar y otras partes de la República Bolivariana de Venezuela.
  3. La Corte Penal Internacional debería evaluar si las violaciones y los crímenes documentados en la presente investigación caen bajo su jurisdicción y, en caso afirmativo, considerar si la República Bolivariana de Venezuela está llevando a cabo investigaciones genuinas y enjuiciando a los individuos identificados en el presente informe, en particular a los de nivel medio y alto de responsabilidad.
  4. En el marco de los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humaos, las empresas que forman parte de la cadena de valor del oro y de otros minerales estratégicos deberían llevan a cabo la debida diligencia en materia de derechos humanos para identificar, prevenir y remediar posibles riesgos derivados de las minerales procedentes de la República Bolivariana de Venezuela.

Ver informe completo en archivo anexo

 5 min


Edgar Benarroch

PEDRO PABLO AGUILAR

En la mañana del inmediato pasado jueves se conoció la infausta noticia que informaba del fallecimiento de Pedro Pablo Aguilar; la recibimos con profundo pesar y lamentamos que haya sucedido. Fue un destacado político que no dudamos en calificar de auténtico, de una sola pieza, insobornable y honesto como el que más a carta cabal. Parlamentario brillante y dedicado, estadista y de una dilatada formación humanista cristiana. Su vida fue siempre muy ordenada y en extremo austera.

El fallecimiento de Pedro Pablo nos envuelve en mucha tristeza, máxime en este tiempo tan menguado que atravesamos donde gente como él hace tanta falta para señalar caminos y acompañarnos en las acciones necesarias. Fue abogado prestado siempre a la política, un parlamentario de excepción y gran y convencido demócrata, su fallecimiento nos produce una gran pena que el país nacional lamenta. Fue secretario general nacional de COPEI y condujo al partido a importantes victorias. Mantuvimos una solidaria amistad por muchos años dentro de mucho respeto, consideración y tolerancia. Cuando hablaba con Pedro Pablo, que fueron muchas veces, tenía la honda convicción que estaba ante un dirigente serio, creíble y de una sola pieza. Muchas veces, la inmensa mayoría, coincidíamos, otras, las menos, diferíamos, pero siempre dentro de una gran solidaridad, comprensión, tolerancia y mutuo respeto.

Con el fallecimiento de Pedro Pablo el país pierde un gran ciudadano y el pensamiento social cristiano un extraordinario dirigente que atendió sus responsabilidades con el país y con el partido con una gran dedicación siempre orientada para alcanzar el Bien Común y la justicia, todo dentro de su inmensa capacidad de servicio. Le hizo honor a sus nombres, Pedro y Pablo, por valorar la fe como lo profesó y por el amor al servicio de la Patria, del partido y de todos. Fue un extraordinario servidor público que solo hizo eso, servir, y nunca cayó en la tentación de servirse; siempre su actividad estuvo caracterizada y motivada por su vocación de servir a la colectividad y al prójimo.

Después de ocupar relevantes posiciones de dirección pública y partidista, últimamente, dos o tres meses atrás, la familia se vio obligada a recurrir a la caridad pública para atender la demanda económica de su hospitalización, lo que prueba su inquebrantable honestidad; entró pobre y pobre, tal vez más, salió. Pese a desenvolverse en las alturas del país, siempre llevó una vida austera y si se quiere de recogimiento social. Dedicó íntegramente su existencia al servicio público privilegiando el interés de los pobres y vulnerables como se lo indicaba su profunda formación cristiana. Despedimos físicamente a Pedro Pablo Aguilar, quedándose con nosotros sus enseñanzas, su ejemplo y sobre todo su honda convicción de trabajo y de servicio. Dios, nuestro Señor, recibirá su alma con entusiasmo en su reino. Oremos para que sea así.

23 de septiembre 2022

NUEVO INFORME DE LA ONU SOBRE VENEZUELA

“Nuestras investigaciones y análisis muestran que el Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual. Estas prácticas deben cesar inmediatamente y los responsables deben ser investigados y procesados de acuerdo con la ley”, así se expresó la señora Marta Valiñas, jurista portuguesa experta en derechos humanos y especializada en justicia penal internacional, quien preside la Misión Internacional Independiente de determinación de hechos sobre Venezuela.

Esas investigaciones se realizaron, entre otros eventos, en más de 300 entrevistas confidenciales con víctimas y sus familiares y exfuncionarios de los servicios de seguridad e inteligencia del país, además de analizar los expedientes judiciales y documentos relacionados con los incidentes. “Venezuela sigue enfrentando una profunda crisis de derechos humanos” afirma rotundamente el informe e instan a la comunidad internacional a monitorear de cerca los acontecimientos en nuestro país.

El informe establece que a la cabeza de esta monstruosidad está el señor Maduro y otras autoridades de alto nivel, para reprimir la oposición al régimen mediante la tortura de extrema gravedad que constituye crímenes de lesa humanidad.

Las autoridades venezolanas a quienes les corresponde la investigación de esos hechos y preservar los derechos humanos, no han dado muestra que existen y ven con criminal indiferencia los acontecimientos, lo que las hace cómplice de las violaciones y crímenes del Servicio Bolivariano de Inteligencia, SEBIN y de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar , DGCIM.

La Misión presentará sus conclusiones y recomendaciones por ante el Consejo de la organización en los siguientes días, a propósito de la sesión de su diálogo interactivo.

En los últimos tres años, los informes, productos de denuncias e investigaciones de la ONU, han sido contundentes y lapidarios al afirmar claramente la brutal violación de los derechos humanos y comisión de delitos de lesa humanidad, en los cuales, a la cabeza, está quien detenta la presidencia del régimen y altos funcionarios de su despótico mandato.

Seguramente el régimen dirá que la comisión investigadora está comprada por los Estados Unidos o por la derecha apátrida. La verdad algunas veces duele, pero es la verdad que está a la vista y conocemos muy de cerca. Ellos siempre toman el cuestionable camino de descalificar al mensajero sin importarle y responder el mensaje.

22 de septiembre 2022

 4 min


Marcos Hernández López

Para los próximos comicios electorales para elegir al presidente de la república año 2024, los análisis se deslizan dentro de unas expectativas que mantiene la esperanza de un cambio de gobierno central. No obstante, la oposición aún busca un líder capaz de consolidar una intención a su favor. Es significativo hacer un análisis con enfoque hermenéutico-existencial de las exposiciones que hacen los siguientes expertos en materia política electoral para 2024.

Germán González, politólogo de la Universidad Central de Venezuela y consultor político, precisa que son muchos los precandidatos para las primarias. Sin embargo, algunos nombres resuenan con mayor fuerza, y son aquellos que mantienen una línea coherente en sus posturas. “La gente espera un liderazgo que logre aglutinar a una oposición que ha tenido una disposición de hablar con el gobierno. Pero la verdad es que no se observa mucha voluntad política de conversar entre opositores y empezar a acercar posturas”.

Por otra parte, Fernando Spiritto, politólogo y director de la maestría de Administración de Universidad Católica Andrés Bello, recordó que el número de participantes será alto. No obstante, a su juicio, lo que importa es la participación de quienes no forman parte de la Plataforma Unitaria. “Hay un número importante de participantes. Cada uno de los partidos del G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular) tendrá su candidato, porque es su obligación participar en elecciones”. Aun así, aseguró que lo más relevante es el logro de la unidad y el consenso en la plataforma opositora. “Pero esto no es necesariamente negativo porque eso se soluciona con las elecciones”.

Para Hercon Consultores, los datos en materia política electoral demuestran que los venezolanos buscan de manera urgente soluciones a sus problemas más básicos. El ciudadano está agotado y sonámbulo, pero 80% quiere un cambio político en función de mejorar su calidad de vida. En el contexto de las primarias las investigaciones nuestras revelan una intención de voto de 35%, la cual dependería de la motivación de los venezolanos a participar en el evento electoral. La movilización, siempre en las elecciones, hace la diferencia para el triunfo. En este tipo de elección la participación se mueve entre 25% y 10%, es totalmente aceptable.

Los estudios hechos por Hercon Consultores develan que las personas interpelan duramente a los actuales líderes. Existen criterios que los entrevistados dicen que debe tener el candidato de oposición: honesto, trabajador, incluyente, sin ataduras políticas, estadista y capacidad de unir a los venezolanos a través de proyectos de contenidos del bien común. La mayoría de la gente quiere un líder político que le regrese la esperanza de vivir dignamente.

En síntesis, lo existencial humano es la variable que mueve a los venezolanos en sus respuestas políticas electorales, la complejidad que se teje para el futuro inmediato es que convoca a los venezolanos a mirar con angustias sus expectativas en el escenario presidencial 2024.

hernándezhercon@gmail.com

Twitter: @Hercon44 / @Herconsultores

@hercon44

22 de septiembre 2022

El Nacional https://www.elnacional.com/opinion/columnista/hablan-los-expertos-en-mat...

 2 min


Eddie A. Ramírez S.

Varias organizaciones de la sociedad civil están trabajando para lograr una relación ganar-ganar con los partidos políticos en beneficio del país. Una de esas iniciativas son las Tertulias que llevan a cabo Aragua en Red, Ciudadanía Activa, Compromiso Ciudadano, Gente del Petróleo, Espacio Abierto, Grupo La Colina, La Tertulia de los Martes, Manifiesta, Médicos Unidos de Venezuela y Red de Organizaciones de Baruta. En una de ellas participaron el padre Luis Ugalde y Ángel Oropeza. Ugalde sentenció que “la política controlada por los partidos murió. La realidad es otra, tienen que reaprender y acercarse más a la población” . Oropeza enfatizó en la pérdida de la confianza y las diferentes teorías sobre el cambio político. Aquí, nuestra opinión sobre algunas causas de la desconfianza entre políticos y sociedad civil.

La desconfianza no es una característica de los venezolanos, sino una peculiaridad mundial que se acentúa en tiempos de crisis cuando no hay liderazgo. Alain Peyrefitte la puso sobre el tapete en su libro La société de la confiance. En ese ensayo sostiene que la confianza debe ser en uno mismo, en relación con terceros y sobre la estrategia a seguir, sea económica, política o bélica.

La pérdida de confianza en los partidos y sus dirigentes fue gradual. El clientelismo, divisiones por divergencias personales y gestiones erráticas fueron minando el apoyo popular. La candidatura extra partido de Rafael Caldera en 1994 fue una advertencia. El triunfo de Chávez en 1999 confirmó la brecha. Chávez logró imponer una Constituyente ilegal y electa truculentamente, a pesar de tener minoría en el Congreso, gobernaciones y alcaldías. Además, los partidos democráticos tuvieron que acudir a la candidatura del golpista e hipócrita Arias Cárdenas.

La popularidad de Chávez en el 2002 estaba en un 30 por ciento. Posteriormente, logró que el CNE aplazara el referendo revocatorio presidencial hasta que, por efecto de las Misiones, su popularidad remontó. Pretendimos revocarlo sin ofrecer quién sería el sustituto. El resultado no fue sorpresa para los dirigentes de los partidos de oposición, ni para algunas organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, en vez de aceptar la derrota, optaron por propagar el mito del fraude en las máquinas y que el CNE cambiaba los resultados. Nos engañaron y nos complació el engaño.

En las parlamentarias del 2005, los opositores optamos por la abstención para presionar un cambio en el CNE y que se eliminaran las máquinas. Lo que la dirigencia partidista no ha reconocido es que no presentaron candidatos porque, según sus cálculos, no hubiesen obtenido más de una docena de diputados. En las elecciones del 2006 y 2013, la diferencia a favor de Chávez fue grande. Desde luego, este puso a su servicio los recursos del Estado, el amedrentamiento a los electores y la parcialidad del CNE, que prohibió la participación de candidatos inhabilitados ilegalmente, no actualizó el Registro Electoral, permitió la abundancia de votantes asistidos y la extensión del horario de votación. Sin embargo, los partidos nunca han reconocido que en un número elevado de Mesas Electorales no tuvimos testigos, por lo que el chavismo manejó las máquinas a su antojo. Con Maduro sucedió lo mismo y, adicionalmente, el CNE no permitió una auditoría total, que quizá hubiese favorecido a Capriles.

Sin base, muchos sostienen que cuando derrotamos el primer intento de cambiar la Constitución, cuando barrimos en las parlamentarias del 2015 o cuando ganamos gobernaciones y alcaldías fue porque el régimen se descuidó. Esta aseveración es falsa e injusta con quienes fueron artífices de esos triunfos.

Otros hechos que han distanciado fue presentar algunos candidatos sin méritos para la Asamblea Nacional, gobernaciones y alcaldías, no ponerse de acuerdo en algunos casos para ofrecer un solo candidato, así como demorar la realización de elecciones internas. También, la proliferación de partidos que solo se diferencian en el nombre del que lleva la voz cantante.

El que algunos dirigentes interfirieran en Monómero Colombo Venezolanos fue un crimen y una estupidez. Negarse a aprobar el presupuesto para los honorarios de los abogados que defienden a Citgo y otros activos es una traición y una torpeza.

Algunos dirigentes han sido injustos con sus competidores de la misma oposición, al descalificarlos por no lograr sacar a Maduro en seis meses, no acatar los mandatos de las dos Consultas Populares o en no exigir la intervención de una fuerza extranjera. Desde luego que las redes sociales son extremadamente críticas al descalificar a veces sin razón. Muchos ciudadanos de a pie y dirigentes no entienden que no es fácil sacar a un régimen que controla el Poder Judicial y el Electoral, además de contar con el apoyo del Alto Mando Militar.

Para salir de la dictadura es imprescindible volver a tener confianza en los dirigentes de los partidos. Estos deben reconocer errores, hacer propósito de enmienda, escuchar a la sociedad civil, desprenderse de ambiciones personales y de militantes corruptos. Las organizaciones de la sociedad civil no pueden asumir la conducción política, pero sí tienen que realizar propuestas y críticas constructivas, orientar a los ciudadanos y denunciar los atropellos del régimen.

Todos tenemos que entender que no hay salida mágica. Votar es la única opción, aún con las condiciones leoninas del régimen. Las demás son buenos deseos o propuestas engañosas; debemos cesar las descalificaciones injustas y entender que solo saldremos del régimen con unidad, con un buen candidato presidencial, con testigos bien formados en las Mesas, votando masivamente y dispuestos a defender nuestro voto en las calles. ¿Esto garantiza el triunfo? No, Maduro puede acudir a sus lacayos del TSJ, CNE y del Alto Mando Militar.

Como (había) en botica:

Olga Ramos fue una infatigable luchadora por la democracia y la educación.

Antonio Ecarri (h) debería saber que los excesos de ingresos sobre egresos de Citgo son para ir cancelando deudas adquiridas indebidamente por el régimen.

Nuestro pésame a familiares de José Félix Muñoz y Gilberto Chirinos, compañeros de Gente del Petróleo y Unapetrol,

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min