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Opinión

José Luis Carrillo

El pasado viernes, la asamblea constituyente que convocó Nicolás Maduro aprobó una «ley», denominada antibloqueo, que permite al Ejecutivo iniciar la disposición de activos y bienes del Estado, además de hacerlo sin que la información sea pública y cerrando el paso a la debida labor de contraloría que constitucionalmente debe ejercer el Parlamento.

Para Nicmer Evans, politólogo, activista político, quien formó parte del movimiento Marea Socialista, luego fue fundador del Movimiento Democracia e Inclusión (MDI) y actualmente director del portal informativo Punto de Corte, el instrumento jurídico ha ocasionado un hervidero no solo en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sino de la izquierda en general, no solo porque se abre camino a la privatización hasta de la industria petrolera, sino porque convierte al Ejecutivo en una especie de poder monárquico.

“Eso es un hervidero allá adentro. Está la postura del Partido Comunista de Venezuela y la izquierda ortodoxa, que asumen que se trata de la declaración de Maduro como un gobierno neoliberal y entreguista”, expresó Evans en entrevista vía telefónica.

Una ley antibloqueo “premonárquica”

-¿Cuál es su opinión sobre la «ley» antibloqueo? Sectores de izquierda y del propio entorno gubernamental han advertido sobre la posibilidad de una serie de privatizaciones que alcanzarían la industria petrolera

-Empecemos por el hecho que la «ley» no existe leyes constitucionales. Ellos se crearon una nueva pirámide de Kelsen, una nueva estructura jurídica. En la «ley» justifican su decisión con el hecho de que se aplique el calificativo de crímenes de lesa humanidad a los efectos del bloqueo económico, que las mismas Naciones Unidas señala al Gobierno de haber cometido. Pero hay unos elementos importantes, como atribuirse la facultad de desaplicar normas, algo que es una cosa impresionante.

“Podemos decir que la «ley» es ‘premonárquica’ –sostuvo Evans-, que convierte al Poder Ejecutivo venezolano y a quien lo ejerce en una especie de monarca del silgo XXI, que tiene facultad de desaplicar normas a su disposición. Es capaz de dar facultad a un hombre de hacer todo eso solo porque él decida que es supremo”, expresó Evans.

En su opinión, el instrumento jurídico es una carta blanca a las privatizaciones. “Lo veo como un problema de forma; veo bien que se hagan algunas privatizaciones, pero es de resaltar que se caiga en un debate ideológico luego de 21 años de desmantelamiento de la industria privada; que ahora sea que descubras que el sector privado es necesario y maravilloso, que la «ley» reconozca que las expropiaciones hechas por Chávez fueron un error y que trates de enmendar diciendo que todos aquellos activos que hayan sido expropiados, enajenados, si quieren invertir, se podrá devolver las propiedades”.

Riesgos con la temporalidad y el secreto

Destacó Evans que la «ley» antibloqueo, establece condiciones para la inversión, pero sujeta a dos elementos, el primero que está atada a una ley que se define como temporal, y segundo, a acciones que se califican como secretas hasta que la ley sea derogada. “Esto tiene el riesgo de que cualquier negociación con el sector privado para la vuelta de su propiedad puede ser cuestionada de manera inmediata porque puede ser revisada por la Contraloría”, señaló.

Añadió como aspectos alarmantes que se desautoriza a la Asamblea Nacional (AN-Parlamento) y se elimina la facultad del Legislativo poder establecer normas en el ámbito económico y de control previo que debería asignarse para el cumplimiento de normas. “Solo existe (en la ley citada) el control posterior. Puedes robar, das licencia y después chequeas qué robaron. Es muy grave”.

Además, apuntó sobre dos elementos en la «ley», que considera alarmantes. Uno es la posibilidad de desaplicación de normas, dice que no se desaplicará el artículo 303 de la Constitución, que resguarda las acciones Pdvsa, pero puede permitir, por ejemplo, que se desaplique al narcotráfico como delito, ya se habla, en el artículo 21, de nuevos mecanismos o fuentes de financiamiento en cualquiera de sus formas. “Si tienen facultad de desaplicar normas. Ellos pueden legalizar el narcotráfico, porque eso les ayuda a generar ingresos más allá del bloqueo”.

Posible desmantelamiento de Pdvsa

Sin embargo, advirtió que igualmente se puede desmantelar y rematar a Pdvsa. “Entre el artículo 23 y el 24, específicamente en el 24, se establece que el Ejecutivo podrá modificar empresas públicas o mixtas, aunque el mismo artículo dice que no aplica al 303, relacionado con Pdvsa, la misma «ley» habla de la posibilidad de reestructuración de empresas y organismos a discrecionalidad del Ejecutivo, así como de cambio de criterios de propiedad, lo que implica que, aunque no vas a violar el 303 la puedes reducir (a Pdvsa) a sus acciones solamente, y puedes, según el artículo 2, de ventas de bienes y patrimonios desactivados, desafiliar propiedades de Pdvsa, así que puedes entregar la compañía sin afectar el 303.

En opinión de Evans, hay una vulneración clara del principio de entregar soberanía nacional que no es una postura contra la izquierda. “Hasta los de derecha creen que esto es una locura, así que van a hacer coincidir a la derecha e izquierda”.

-¿Y dentro del PSUV y la izquierda en general cuál cree que es la situación con respecto a esta ley?

-Si las elecciones del seis de diciembre significaron la ruptura del APR (la plataforma que conformaron el PCV y el PPT-aunque este último partido fue intervenido y no figura oficialmente en la misma-) lo que va a generar la «ley» antibloqueo es la ruptura de quienes se asumen como de izquierda. No hay justificación alguna para apoyar a Maduro con esta «ley». Lo ha dicho Telémaco Figueroa, no hay ninguna justificación por parte del bloqueo, para que lo que hagas en lucha contra ese bloqueo, sea entregar el Estado a otros países, es una cosa impresionante.

Violación sistemática de DDHH

-La Misión de Determinación de Hechos de las Naciones Unidas señaló a Nicolás Maduro y dos de sus ministros como responsables de crímenes de lesa humanidad. Usted que estuvo preso por varios meses ¿qué pudo constatar de las violaciones a los DDHH?

-Uno de los elementos más importantes y que son coincidentes con todos los casos y me los encontré todos adentro, ya que coincidí con más de 50 privados de libertad en la sede de la Dgcim (Direccón General de Contrainteligencia Militar) es la violación del debido proceso; es un elemento sistemático y continuado. Si hay tortura, como efectivamente la hay y lo sabemos, informes UN así lo evidencian. Hay que hacer énfasis en un problema que es del Sistema Judicial, pero en el caso de presos políticos se hace con alevosía, por cálculos judiciales.

“Las autoridades están obligadas –continuó Evans- a presentar en 48 horas al detenido ante el tribunal correspondiente. Se ha convertido en práctica consuetudinaria presentar al detenido ante un tribunal de control para que este decline ante el tribunal competente; esto da 48 horas adicionales para la presentación. No hay ninguno que se haya presentado en ese tiempo (las primeras 48 horas) sino a las 96 horas. Además, me encontré con casos en los que la gente fue secuestrada, pues no hay ninguna otra argumentación, un secuestro simulado con detención y han pasado 15 días y un mes para que después sean presentados ante un tribunal.

Agregó Evans que los documentos son forjados para decir que las personas fueron detenidas 24 o 48 horas antes de la presentación. Es el caso de uno de los jóvenes del Dron (el artefacto con el que se perpetró un atentado contra Nicolás Maduro en 2018) que me contó que en su expediente dice que se presentó ante el Dgcim y ya él estaba detenido mucho antes.

Ampliación del umbral para determinar a presos políticos

“Sí es verdad que hay violación de DDHH fundamentales –prosiguió-, del respeto a la vida, a la integridad personal, que son vulnerados; lo que más sucede es que, por ejemplo, en el asunto del debido proceso, hay personas que tienen más de tres años detenidos y que la preliminar está fraccionada, la obligación de la presentación de la audiencia preliminar no debe pasar de 90 días, y si no se ejecuta a los dos años de la detención, el detenido tiene que ser liberado de inmediato. Entonces, la técnica que utilizan en los tribunales es fraccionar la preliminar, ‘le digo al Dgcim lleve al detenido al tribunal, lo metemos en el tribunal, el juez lo atiende, conversa con él 10 minutos y dice vamos a postergar’, y entonces tardan toda la vida”.

“Vi casos como el de Ramón Bustillos, de Pdvsa, acusado por el caso de las monoboyas, tiene 3 años y medio detenido con una preliminar fraccionada, cuando al no ser cumplida la preliminar debe estar libre. Así no ha tenido derecho a la defensa ni oportunidad de debido proceso, es uno de muchos casos que terminan siendo de presos políticos, aunque la acusación sea de corrupción, o peculado de uso o cualquier otra cosa que quieran atribuirle”, contó Evans.

Sostuvo el politólogo que, por todas estas irregularidades, muchas personas pasan a ser presos políticos. “El umbral del preso político no es el del político preso por el régimen, sino el que siendo detenido por cualquier cosa se les son violados sus DDHH y es vulnerado el debido proceso. Hay un tercer elemento, que es que esté recluido en centros de detención de presos políticos. La Dgcim, Ramo Verde, Sebin, son centros de reclusión de presos políticos. Aunque te traten de involucrar en hechos no políticos, si el centro de detención es uno de ellos y cumples con los requisitos que he dicho eres un preso político”, argumentó.

Pases de factura

Indicó que respeta al Foro Penal, y piensa que su criterio es impecable en cuanto a la determinación de presos políticos, pero que considera que debe extenderse el umbral que tienen para que la opinión pública pueda incluir a presos políticos que van más allá de políticos presos o detenidos por acción política.

“Hay señalados de corrupción del régimen que han sido detenidos para tapar a los verdaderos corruptos; como el caso de Alfredo Chirinos (exgerente de Pdvsa), señalado de traición a la patria. Los órganos públicos son susceptibles, hay mucho preso político detenido que es del propio régimen. Donde yo estuve había militares presos políticos; estaba Alfredo Chirinos, mi persona, pero también otros compañeros trabajadores, directivos y medios de entes públicos, entregados por sus jefes para no caer ellos, o para pasar facturas», añadió.

Refirió Evans el caso connotado de un directivo de Pdvsa Oriente que estaba en Costa Rica y vino y se entregó, “le dijeron que era un proceso de investigación rápido, y él, comprometido con su revolución, su proceso, vino y tiene cuatro años detenido. Ha sido sometido a una operación de corazón abierto, operado en un pabellón militar y devuelto a la celda, sin ninguna condición de posibilidad de higiene. Se salvó porque todos fueron solidarios con él y lo cuidaron. No digo si es o no responsable, sino que el sistema judicial convierte a cualquier detenido por estas causas en un preso político”, señaló Evans.

Torturas a la orden del día

Nicmer Evans asegura que, tal como han señalado tanto la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH, como la Misión de Determinación de Hechos de la ONU, en Venezuela se practica la tortura de manera sistemática y que, durante su detención, realmente fue sometido a este tipo de prácticas, aunque reconoce que pudo conocer de varios de sus compañeros que recibieron tratos peores.

“Después de que salí me comparaba con los que habían sido torturados y decía que no había sido torturado, pero maltrato y tortura psicológica son torturas. Desde el mismo momento de mi detención, que un funcionario viniera a decirme cosas como que yo no era chavista un carajo, y pensaban que con eso me herían, pero el hecho que hicieran que discutiera con ellos, y hasta el hecho que haya sido presionado por esto y se me haya impedido ir al baño por 18 horas, algo que puede ser maldad de un custodio, pero fue planificado y con alevosía, eso es tortura, que te sometan a una situación de que ‘no te vas a orinar en una celda en donde estás’”.

De igual manera, contó que le presentaron grabaciones de audios con la voz de esposa e hijo, y que, en otro momento, en medio de crisis por la propagación de la covid-19, se le metiera en un sitio donde había personas los síntomas de la enfermedad. “Yo agarré la sintomatología y pasé días durmiendo en el piso con todos los síntomas, dolor, fiebre, problemas en los bronquios, pérdida de olfato. Entiendo que todas estas cosas, después de mi salida y la entrada de la comisión de DDHH de la ONU ha cambiado un poco, pero yo lo viví”, indicó.

Así mismo, recordó que le fueron entregadas bebidas cuyos envases contenían chiripas. “No puedo quejarme de la comida. Hasta donde vi siempre fue bien tratada”, indicó.

Torturas a otros

Evans relató el caso de un coronel, a quien le aplicaron un tipo de tortura particular. “Fue llamado, entra el custodio y dice coronel llévese un pote (de agua), de cinco litros, uno lleno y otro vacío, se lo llevaron y después de eso no lo vi más nunca; mandaron a pedir las cosas de su celda y las bajaron. Los compañeros dicen que cuando hacen eso es que lo bajan a “El Tigrito”, un recinto de un metro cuadrado, donde no puedes dormir, estás sin luz, sin mantenimiento absoluto, con olores nauseabundos. Es el espacio de castigo que es en donde llevan a algunos por decisión de los directivos porque supuestamente infligió alguna disposición.

“Hay gente que pasó días, entiendo que pasó uno o dos, a otro coronel también mandaron a pedir sus cosas. Es sistemático el castigo y es tan descarado que una de las cosas que vi en el tiempo que estuve adentro es la celda 4 del sector C, un espacio de dos por tres metros, donde hay un par de lápidas para dormir, y los detenidos no cuentan con colchonetas, están vestidos solo con bragas, no tienen acceso a ropa y durante 15 días sin acceso a poder bañarse tampoco, y lo único que tenían era una poceta donde los cinco tenían que hacer sus necesidades fisiológicas delante de los otros, y el acceso a las comidas era restringido”.

Relató Evans que esa situación fue matizándose hacia el final de su estadía. “Pude entregar comida a alguno de ellos, pero se les prohibía hablar a pesar de que estaban al frente de uno. Estaban raquíticos y famélicos, no tenían acceso a alimentación complementaria; algunas veces no tenían comidas completas, la iluminación era discrecional, un día sin luz y otros dos con la luz prendida permanentemente.

-El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ordenó ampliar misión hacia Venezuela ¿Qué cree que pueda y deba hacer la misma?

– Todo lo que sea útil para aminorar impacto de sufrimiento de los que están adentro es bienvenido. La misión de Bachelet ha podido ir al Dgcim algunas veces, y cada vez que van mejoran las condiciones de algunos. Lo ideal es que estén libres, no haya presos políticos, pero si logramos que algunos no sean castigados, torturados, tengan comunicación con su familia siempre va a ser un triunfo.

-Usted ha dicho que el instrumento más cercano políticamente que tienen los venezolanos es el referendo revocatorio presidencial ¿Cree que puede realizarse esa consulta cuando el Ejecutivo usurpa funciones?

-Maduro es un presidente usurpador, eso no le quita la condición de presidente, es un presidente en un ejercicio ilegal e ilegítimo, pero está en ejercicio. Un referendo revocatorio es para quien ejerce el poder. Los precedentes son importantes, el plebiscito chileno es importante para saber cómo se generan consultas, por lo que creo que la posibilidad de aplicar un referendo revocatorio tiene plena vigencia. Es un debate político que eleva a la política con pe mayúscula porque es el único ejercicio vinculante desde la perspectiva de la Constitución que ellos y nosotros reconocemos y las instituciones están obligadas a cumplir, incluyendo la Fuerza Armada

“Lo que estoy es proponiendo es lograr un acuerdo de unidad nacional en relación a la disputa por las condiciones para un revocatorio, asumiendo que las condiciones no nos las tiene que dar quien ejerce el poder, el usurpador, sino nosotros mismos en la unidad para lograr el objetivo”, concluyó Evans.

TalCual Digital

https://talcualdigital.com/nicmer-evans-

 12 min


Jesús Elorza G.

Al mejor estilo de Luis XIV, se presentó el camarada Nicolas, frente a los medios de comunicación para presentarle al país la Ley Antibloqueo, instrumento jurídico que tendrá como finalidad acabar con las sanciones genocidas que el imperialismo norteamericano le impone al pueblo revolucionario de Venezuela.

El país cree en mí, creen en la ley "porque esa la redacté yo" dijo de lo mas emocionado. Además, de haber escrito todo su articulado copiando al pie de la letra la ley cubana, Yo la presente a la Asamblea Nacional Constituyente, y Yo le solicite al camarada Diosdado, que aplique severamente el Reglamento Interno de Sin Debates, para que sea aprobada sin discusión alguna. como en efecto ocurrió.

Terminada la sesión de la Asamblea, todos los camaradas diputados allí presentes fueron sorprendidos por las informaciones internacionales que les llegaban a través de las redes sociales, anunciando que las autoridades rectorales de las universidades de La Habana, Nicaragua, Estambul, Terán, Moscú y Corea del Norte informaban al mundo la decisión de haber concedido el Doctorado Honoris Causa al Camarada Nicolas, por su grandioso aporte a las Ciencias Jurídicas y en especial al Derecho Constitucional.

Carajo que vaina tan buena, exclamaron algunos de los diputados. Mientras que el gordo Escarrá, al ver que no lo nombraron, sufrió una baja de azúcar al escuchar las noticias y tuvo que ser trasladado de emergencia al CDI de la asamblea.

Otra de las noticas que “rompió el celofán”, como dicen los periodistas, fue la de la agencia de noticias Rusia Today anunciando que habían designado como Personaje del Año al camarada Nicolas por su trabajo jurídico en pro de beneficios para el pueblo.

Muchos de los camaradas diputados, que habían sido traídos a la capital no entendían lo que estaba pasando. Primero, nunca recibieron el texto del proyecto de ley, por lo tanto, levantaron las manos como unas focas para su aprobación para que no los fueran a sancionar. Y en segundo lugar, le preguntaban a los camaradas abogados egresados de los cursos express de la Universidad Bolivariana sobre la importancia de esa ley:

.....bueno camarada, déjeme decirle que con ese instrumento jurídico prorrogamos el Estado de Emergencia Económica hasta que le dé la gana al pana Nicolas. La nueva ley permite privatizaciones encubiertas y la creación de mecanismos financieros en mercados nacionales e internacionales, sin límites de endeudamiento y sin importarle la presión contra nuestros activos internacionales. Nos quitamos de encima de una vez por todas el fastidio de la prensa oligárquica. Ahora con la susodicha ley se le da un carácter secreto a lo que puede hacer el “Ejecutivo Nacional” por lo cual nadie va a enterarse de nada, ni va a poder fiscalizar nada.

Y lo mas arrecho es que permite desaplicar normas jurídicas, es decir que, si en algún momento una ley impide un negocio, se le pasa por encima (se desaplica) y listo, no pasa nada.

Los negocios con los camaradas chinos, rusos, iranies, coreanos, turcos, cubanos y nicaragüenses pasan a ser materia de seguridad nacional protegidos por el secreto de Estado. O sea el negocio con el petróleo, oro, diamantes, coltán y cualquier otra riqueza mineral será un negocio redondo protegido por el secreto de estado.

Con razón, los gobiernos de esos países no esperaron ni un minuto para alabar, por no decir jalarle bolas, al camarada Nicolas, dijo uno de los diputados.

Para finalizar, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente expresó que si bien no pudimos cumplir con la tarea asignada de elaborar una nueva constitución nos vamos satisfechos de haber logrado una ley que permitirá acabar, en el corto plazo. con el bloqueo imperialista. Dicho esto. comenzó a gritar la nueva consigna revolucionaria: ¡Desbloqueo o Muerte!

 2 min


Ismael Pérez Vigil

Desde la perspectiva de alguien que observa desde lejos, sin adentrarse en los detalles, la política norteamericana debo decir que para hablar sobre este tema, con propiedad y objetividad, sería preciso olvidar lo que los españoles llaman la “Ley de Campoamor”: …nada hay verdad ni mentira/todo es según el color/del cristal con que se mira…

Eso implica despojarse del lente ideológico que nos ha inoculado el chavismo, según el cual todo lo filtramos a través de nuestra realidad política; los chavistas ven tras de todo la mano del imperio y muchos opositores, detrás de cada árbol y a la vuelta de cualquier esquina, ven comunistas agazapados dispuestos a agredirnos y tomar el mundo.

Pese a lo anterior, en este momento no creo que sea posible despojarse de los “cristales” ideológicos y en lo personal he llegado a la conclusión que es inútil tratar de obtener información y una perspectiva objetiva sobre el problema. Razón tienen los viejos españoles que escuchaba de niño y decían que no discutiera de futbol, de toros ni de política –yo agregaría la religión–, pues es una forma segura de perder amigos y ganarse enemigos; y la viva demostración de la inutilidad de discutir sobre política es intentar hacerlo sobre Trump y Biden.

De esta profusa discusión que copa prensa y redes sociales, ¿Qué hemos sacado de provechoso?, nada; todo lo contrario, nos ha dividido, enemistado y amargado más. No hay un debate de ideas, de argumentos, mucho menos de verdades, solo circulamos chismes, medias verdades o claras falsedades, se dicen cosas tan absurdas, que uno no entiende como gente sería puede creerlas, como para repetirlas y difundirlas. Todo se reduce a un afán de etiquetar, catalogar, clasificar, estigmatizar, sin verdadero fundamento; transitamos una ruta confrontativa que empobrece y desalienta.

Nada de lo que uno diga u opine, por haberlo leído en cualquier medio –norteamericano o internacional–, será verdad, nos dirá el interlocutor que nos escuche, pues “todos los medios están parcializados por uno u otro”, dirá. Es más, y esto es un problema más general, en esta época, de la llamada “posverdad, hoy no hay forma de conocer que es cierto y que no, cada quien creerá aquello que quiera creer y que mejor le acomode a sus intereses. Particularmente, en la política norteamericana, la polarización –republicanos-demócratas– ha llegado a los extremos que bien hemos conocido ya en Venezuela. Hoy en día, en materia de política, como en materia de religión, hay que creer para ver. Por eso, estas reflexiones personales, no tienen ninguna otra pretensión, salvo esa: ser una reflexión personal.

Aclarado lo anterior, mis preferencias, que no revelaré y que confieso se reducen a simpatía o antipatía personal, el punto que me interesa destacar es que yo creo que no va a haber diferencias de fondo en cuanto a la política hacia Venezuela cualquiera que sea el resultado de las elecciones en los EEUU; somos nosotros, quienes viendo las cosas tras el prisma venezolano, nos imaginamos y fantaseamos con escenarios que tienen poco que ver con la realidad de allá y la internacional y solo mucho que ver con nuestra polarización aquí. Por ejemplo, en días pasados leí en un prestigioso medio norteamericano un columnista que concluía su análisis son esta perla, digna de Nicolás Maquiavelo: “Estados Unidos nunca debería tomar partido en este tipo de disputas entre políticos de otros países. Pero en la medida que lo hace, debería tener especial cuidado en no terminar apoyando al bando perdedor.” Naturalmente me reservo el medio y el nombre del autor, para librarlo del odio de unos u otros.

Pero, siguiendo en la materia electoral actual, ciertamente son de agradecer algunos gestos de Trump hacia Venezuela y especialmente hacia Juan Guaidó: algunas de sus declaraciones, medidas y sanciones contra el régimen venezolano, empresas del estado y funcionarios –aunque a algunos no les gustan mucho–, su reconocimiento a Guaidó en el Congreso durante su discurso a la nación, por mencionar pocas cosas; pero también debemos reconocer que muchas de esas cosas no han pasado de la retórica del discurso, para pesar de los que esperaban una acción más “decisiva”. Al final, la política de Trump, la que se está siguiendo, fue la definida a principios de año por el Secretario de Estado Pompeo y consiste en una serie de condiciones –muy similares, por cierto, a las que definió Juan Guaidó por esas fechas– para que se lleven a cabo unas elecciones presidenciales libres y justas, sin que Maduro ni Guaidó participen en ellas. Y esa es una medicina, elecciones, a la que parece que tenemos muchos alérgicos en el país.

Por la otra parte, tampoco podemos olvidar, seria mezquino hacerlo, que las primeras sanciones en contra del gobierno de Nicolás Maduro y contra sus funcionarios –que en mi opinión son las más efectivas– fueron tomadas por la administración Obama y en ello tuvo un papel importante Biden, como vicepresidente y antes como senador. Al respecto, por citar también pocos ejemplos, está la firma de la ley de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela, aprobada por el Congreso al final de 2014, para aplicar sanciones económicas contra funcionarios venezolanos involucrados en la represión y –en efecto– Obama emitió una orden ejecutiva que declaraba a Venezuela como un país que representaba una “amenaza a la seguridad nacional” de Estados Unidos, y ordenó sanciones contra funcionarios gubernamentales, entre los cuales estaban el entonces jefe del Sebin y el director de la Policía Nacional y ex comandante de la Guardia Nacional.

Si vamos a la campaña electoral actual, tanto Trump como Biden se han referido a Venezuela y a cuál sería su política al respecto; pero hay un punto álgido, actual, que no es promesa sino realidad y que puede servir como test, como prueba de intención: el Estatus de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos; allí tendríamos que decir que los demócratas han sido más proactivos que los republicanos, quienes han bloqueado esa iniciativa en el Congreso; y al menos en el discurso, pues por ahora no puede hacer otra cosa, Biden ha sido más incisivo y claro que Trump, quien hasta el momento se ha negado a adoptar el TPS, pudiéndolo hacer mediante una orden ejecutiva (lo cual no quiere decir que no lo vaya a hacer antes de que finalice la campaña, al menos en Florida –¡ojala! –).

De manera que, cualquiera de los dos que gane en noviembre, el tema Venezuela seguirá teniendo la misma –poca en realidad– importancia relativa para los EEUU, pues sin duda alguna perderá el “sabor electoral” que ahora tiene y seguirá en un segundo plano; con eso y lo que está ocurriendo en Europa, particularmente en España –que marca la pauta de Europa con relación a Venezuela– y la realidad que afecta a nuestros vecinos de América Latina, imbuidos en sus propios problemas de pandemia, a estas alturas ya deberíamos haber aprendido que nadie va a venir a sacarnos las castañas del fuego, como dice el refrán castizo.

El apoyo internacional –sin duda muy importante– es solo uno de los brazos de la tenaza o pinza, con la que tenemos que aprisionar al régimen. El problema sigue siendo que el extremo de la tenaza, el nuestro, el que tenemos que desarrollar internamente, pase lo que pase en los EEUU, luce que está bastante flojo. Al menos por el momento.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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Alejandro J. Sucre

La ley Antibloqueo, así como la eliminación de los controles de cambio y de precios en el año 2019, abre la puerta final para liberar los activos que monopoliza el Estado para el desarrollo por parte de los ciudadanos del país. Venezuela con libertad cambiaria y de precios, y ahora con la Ley Antibloqueo ya establece las bases conceptuales que desde hace décadas necesitaba el país para que el Estado deje de ser empresario y se convierta en administrador de los bienes públicos. Desde el punto de vista del mundo de las ideas económicas es un gran salto cuántico para Venezuela que los dirigentes de izquierda que más aplaudieron las estatizaciones en nuestra historia económica, que se inspiraron en el modelo cubano, luego de ver las consecuencias de pérdida del PIB de 2/3, ahora hayan rectificado y propongan reactivar las 400 empresas del estado privatizándolas. Es un inmenso logro para la nación que tanto los dirigentes de la oposición como los del oficialismo todos hayan entendido el daño que hace el estatismo en Venezuela.
Los cambios en los enfoques de política económica por parte de los dirigentes del oficialismo son realmente impresionantes y positivos. Así como su terquedad expropiatoria, estatista y de controles arruinaron al país desde 2000 hasta el 2019, su rectificación desde el año 2019 va también a la raíz de la cura del estatismo que hizo que Venezuela desde la década de los años setenta declinara. Luego del siglo XIX de guerras civiles y líderes populistas que querían apropiarse de parcelas de poder destrozaron al país, en el siglo XX Venezuela, desarrolló un sentido de nación desde el Gral. Gómez hasta Raúl Leoni, y fue uno de los países que más creció en el mundo y cuya moneda se ubicaba entre las mas fuertes. Inmigrantes de Europa y otros continentes vinieron atraídos no solo a las riquezas naturales sino también a las oportunidades de desarrollar industrias alrededor. Todo eso cambió desde la nacionalización del petróleo donde poco a poco se incubó la inflación y la devaluación a los pocos años hasta llegar al ridículo actual de $1 cuesta Bs. 450.000 luego de dos conversiones, y que sin ellas el bolívar estaría en 450.000.000.000. No obstante las medidas económicas que hoy toma el oficialismo nos vuelven a las políticas económicas que hicieron de Venezuela un país prospero en los primeros 70 años del siglo XX.

Qué falta y riesgos:
La eliminación de los controles de cambio y de precios, y la Ley Antibloqueo marcan un nuevo rumbo y nuevas definiciones de la actuación del Estado y del sector privado en la economía. No obstante desde el punto de vista práctico, estas acertadas medidas pueden causar más ruina económica y para evitarlo el oficialismo necesita tomar ahora medidas de carácter político.

El Señor Jesús, hijo de Dios, dijo “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra”.

Venezuela es hoy un país profundamente dividido políticamente y por eso como dice Jesús no saldrá de la ruina hasta que exista la convivencia política. Las acertadas leyes propuestas por el oficialismo hoy que abren la economía a la modernización y a la iniciativa de los ciudadanos no va a tener efecto modernizador mientras el país siga con las inmensas luchas internas actuales por el poder político. Se parece mucho a las que diezmaron a Venezuela luego de las luchas por la independencia. El oficialismo y la oposición le deben al país la alternabilidad democrática y aceptar en paz que el pueblo decida como lo lograron los adecos y los copeyanos a finales del siglo XX. El oficialismo y la oposición deben resolver sus diferencias convenciendo al pueblo en elecciones, referéndum y mas democratización del capital. No mas marchas, ni bloqueos, ni antibloqueos, ni ANC.

Twitter : @alejandrojsucre

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Carlos Raúl Hernández

“Un caballero sólo defiende causas perdidas”. Borges

Treinta etnias esclavizadas, aplastadas, se aliaron contra el régimen político más canalla de la humanidad: el imperio azteca o mexica, cuya religión pautaba lo que hoy llamamos genocidio, y los historiadores discuten si fueron 100.000 o 250.000 sacrificados. En horrendos días de 1486, asesinan 20 mil al dios del sol y la guerra, Huitzilopochtli.
Los aztecas ejercían su sangriento dominio sobre 15 millones de rehenes. La capital, Tenochtitlan, una isla del lago Texcoco, cuyo centro urbano estaba en lo que hoy es el Zócalo de Ciudad de México. Los pueblos esclavos debían tributar cosechas, animales y sobre todo humanos, porque el dios bebía sangre a diario, y los aztecas tenían la delicadeza de no importunar en lo posible a su propia gente.
Había opciones. Arrancar el corazón a la víctima todavía latiendo, o desollarla viva, o lanzarla desde lo alto de la pirámide, y a los hombres, enfrentarlos con cuatro guerreros al mismo tiempo. Terminada la faena, se los comían. Esa ciudad maravillosa y sanguinaria, con 200 mil hbs., esclavizaba los vecinos. Igual en el sur del continente los incas, el Tahuasinsuyo, sometían desde Cusco regiones hoy de Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Colombia, países que no existían, como tampoco México.
Las comunidades vivían en terror porque los mexicas secuestraban metódicamente y algún dios prefería niños. La que pasó a la historia como Malinche, dicho hoy en clímax feminista, pertenecía al último nivel en la escala social. Era popoluca, de un pueblo marginal encadenado por los mexicas. Al ser mujer, no podía hablar ante los varones ni levantar la vista, lo que no variaba mucho con los europeos.

La guerra de liberación nacional
En su futuro, el puñal de ónix le partiría las costillas, como a sus dos hermanas, a cuyo padre asesinaron por defenderlas. Su madre la vendió a tratantes aborígenes que la entregaron como sirvienta y esclava sexual a un cacique maya de Tabasco desde los once años. Más tarde su amo, derrotado por Hernán Cortés, para hacer las paces con él se la regaló en un grupo de veinte muchachas.
Pero no se rindió a su suerte como era lo normal. Sus extraordinarias personalidad, inteligencia y sensibilidad política, la sacaron del abismo para que fuera una de las figuras más poderosas del siglo XVI. Hablaba la lengua azteca náhuatl, maya, aprendió castellano rápidamente y se hizo traductora del capitán en las negociaciones para las alianzas indígenas, desplazando a Jerónimo Aguilar. Fue compañera inseparable de Cortés y al final su mujer. La llamaban la lengua.
Uno de los primeros mestizos es su hijo Martín Cortés. Los historiadores aclaran que Hernán no fue ningún Leónidas que enfrentó al imperio más poderoso con 300 españoles. En 1519 se acordaron cerca de treinta etnias, miles de indígenas, para derrotar a los mexicas en la primera guerra de liberación nacional del continente, comandados por Cortés y gracias a la habilidad de Malinche en las negociaciones, quien traducía como le daba la gana y ocultaba los arrebatos del capitán.
Llamada de cuna Un-ocelote, la cristianizaron Marina, pero los indígenas solo podían pronunciar Malina. Malin-tzin, (doña Marina) la jerarquizó el tlatoani (cacique) de los tlascaltecas, arrobado por su carácter y atractivo. De allí derivó al fonema Malinche. Otro tlatoani la increpó porque se atrevía a dirigirse a él, y ella contesta, sin bajar la mirada “te lo voy a decir otra vez. Aquí quien habla soy yo. Y si no es conmigo, no tendrás con quien hacerlo”.
Lengua suelta
Sin su tacto y habilidad, el violento Cortés hubiera fracasado. Él diseñó la estrategia militar, pero la lengua la hizo posible porque más que traducir, elaboraba política, conciliaba, los caciques a veces querían hablar solo con ella, y a Cortés lo llamaban el señor Malinche. Él, y ella en su corta vida, crearon México, al unificar los pueblos indígenas y construir la entidad político administrativa que avanzó al resto del territorio, más tarde poderoso Virreinato y que hoy lleva ese nombre.
En la etapa de la independencia se entronizó la leyenda negra anti hispánica, los criollos renegaron y cubrieron de oprobio la memoria del fundador, y naturalmente a la heroína. Por alienaciones ideológicas, no se sabe cómo pudieron escamotear que el nacimiento de México es obra de españoles e indígenas, así como la independencia lo fue de criollos y pardos.
A mediados del siglo XIX, al comenzar las hostilidades entre México y EEUU, el mundo compadecía la suerte de este ridículo experimento democrático anglosajón, al que casi el mundo entero, salvo Alexis de Tocqueville, le auguraba corta vida. En la guerra, los gringos les arrebataron la mitad del territorio, y los criollos crearon una perversión ideológica para desahogar el resentimiento y la amargura. El patrioterismo mexicano cuando México no existía.
Malinche ya no fue la creadora de la nación y estratega liberadora de los oprimidos, sino su antítesis. Y para incomodidad de quienes no entienden o entienden retorcida la historia, Latinoamérica, que Vasconcelos llama “la raza cósmica”, existe porque las indígenas se cruzaron con los españoles, como Cortés y Malinche. Y porque los africanos se incorporarán a la fusión racial iniciada por Colón el 12 de octubre de 1492.

@CarlosRaulHer

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Mariana Mazzucato

Seamos optimistas y supongamos que se descubre que una o más de las 11 vacunas para el COVID-19 que hoy están en la Fase 3 de los ensayos clínicos son seguras y efectivas a comienzos de 2021. También imaginemos que la producción se puede acelerar rápidamente, para que los países puedan vacunar a una parte significativa de sus poblaciones para fines del año próximo.

En este escenario esperanzador, el actual “período especial”, en el que el distanciamiento social restringe seriamente las actividades económicas –desde escuelas a universidades, restaurantes a aerolíneas, conciertos a eventos deportivos y ceremonias religiosas a casamientos-, durará sólo un año más. Una vez que se levanten las medidas de distanciamiento social, la demanda reprimida de celebraciones, reuniones sociales, viajes y los placeres de la interacción humana probablemente alimenten fuertes recuperaciones.

Sin embargo, para muchas empresas que ya han soportado seis meses de disrupción generada por la pandemia, un año parece una eternidad. Las empresas capaces de sobrevivir hasta entonces –en especial en los mercados emergentes- tendrán un futuro brillante, pero balances débiles. Habrán experimentado 18 meses de flujos de caja negativos en los que su capital patrimonial en gran medida se habrá evaporado.

Es verdad, muchos bancos centrales han ofrecido niveles sin precedentes de estímulo monetario, no sólo reduciendo las tasas de interés, sino también comprando enormes cantidades de activos (alivio cuantitativo) y comprometiéndose a mantener esta política por un período sustancial. Esta llamada “forward guidance” (orientación prospectiva) está destinada a convencer a los bancos de que deberían prestar más a tasas de interés más bajas, porque estas tasas no van a subir por un bien tiempo.

Pero los bancos prestarán solamente a prestatarios solventes –y la solvencia no depende sólo de las perspectivas prometedoras de los prestatarios, sino también de cuánto capital patrimonial tengan-. El capital actúa como una suerte de garantía de que el prestatario es tiene capacidad de pago. Si las cosas no resultan tan bien como sugieren las hojas de cálculo, la empresa de todas maneras puede pagar un crédito porque debe menos de lo que vale.

En este sentido, el capital patrimonial y la deuda se complementan: cuanto más capital tiene una empresa, más puede pedir prestado. Los bancos normalmente exigen que los prestatarios mantengan su ratio de deuda-capital por debajo de cierto límite.

De modo que, en el escenario optimista que se describe más arriba, habrá muchas empresas con perspectivas promisorias, pero con patrimonio insuficiente para garantizar un mayor endeudamiento. Su crecimiento dependerá de lo rápido que incrementen su capital –ya sea de manera acelerada, a través de una inyección de capital, o mucho más lentamente, a través de utilidades retenidas-. Claramente, una infusión rápida de capital hará que la política monetaria sea mucho más efectiva y la recuperación, mucho más robusta.

Pero el capital es institucionalmente mucho más complejo que la deuda. La deuda implica el compromiso de pagar una cierta cantidad fija de dinero en determinadas fechas. Es fácil para un prestador saber si el pago se produjo y convencer a un juez cuando éste no haya ocurrido.

El capital, en cambio, es un derecho sobre lo que queda después de que todas las otras partes interesadas ya han cobrado, incluidas no sólo las deudas con proveedores, trabajadores y acreedores, sino también los salarios, bonos, gastos de representación y aviones corporativos de los gerentes. El derecho de los accionistas sobre el flujo de caja residual de la empresa, por ende, puede evaporarse muy fácilmente.

Impedir esto y tranquilizar a los inversores de capital patrimonial requiere una buena gobernanza corporativa y una ejecución judicial confiable. Los accionistas deben contar con algunos derechos como el poder de elegir y remover a la junta, controlar el pago de los ejecutivos y limitar la cantidad de operaciones riesgosas en las que entra la compañía. También deberían tener derecho a ser informados por auditores independientes sobre lo que está haciendo la empresa y garantizar que quienes tengan información privilegiada no comercialicen sus acciones de manera ventajosa.

Ahora bien, establecer una estructura de gobernanza que pueda ofrecer esas garantías resulta costoso. En Estados Unidos, esto ha propiciado el crecimiento de la industria de “private equity”, que prefiere evitar esos costos retirando de la bolsa a empresas previamente listadas. En la mayoría de los países en desarrollo, las bolsas de valores, cuando existen, comprenden sólo a las empresas más grandes, incluidos bancos, compañías de seguros, empresas de telecomunicaciones, energía eléctrica y unas pocas manufacturas grandes. Para el resto de las empresas, el capital proviene de amigos y familiares.

A menos que tuvieran una participación mayoritaria en la compañía, los fondos de “private equity” globales que han intentado ingresar en los mercados emergentes desde los años 1990 muchas veces vieron evaporarse el valor de sus inversiones. Asimismo, la ausencia de bolsas de valores líquidas significa que cuando quieren desinvertir, se encuentran en una situación tipo Hotel California, en la que pueden dejar la habitación, pero nunca marcharse. Esto es particularmente problemático para los fondos de “private equity” que prometen devolver el capital a sus inversores después de un período predeterminado.

El costo social de estas ineficiencias se disparará durante la recuperación post-vacunación. Lidiar con ellas de manera efectiva hoy puede ser una de las inversiones de mayor retorno que se haya visto.

Parte de la solución debería venir de la innovación financiera liderada por el sector privado. Los fondos de capital privado que se transan como acciones no necesitan períodos de desinversión predeterminados y, por lo tanto, no tienen ningún apuro en vender. En Estados Unidos, las empresas de adquisición de propósito especial (SPAC, por su sigla en inglés) obtienen su capital a través de una oferta pública de acciones antes de saber qué harán con el dinero, y están listas para invertir cuando aparezcan las oportunidades. No tienen que estar listadas en el país en el que invierten, lo que significa que pueden salir a bolsa en lugares con mejores instituciones y mercados más líquidos.

Los países emergentes se beneficiarían enormemente si le encontraran una solución a la inminente escasez de capital. Las empresas familiares, por ende, necesitan considerar las ventajas de aceptar nuevos accionistas y la resultante dilución de la autoridad de los miembros de la familia en la toma de decisiones, a menos que quieran ver cómo los competidores que sí aceptan a esos fondos les quitan el mercado.

Mientras tanto, las autoridades económicas en países emergentes deberían hacer un esfuerzo por mejorar los marcos regulatorios –asegurando, por ejemplo, que los fondos de pensión y las compañías de seguros puedan invertir en los nuevos vehículos de capital-.Y los fondos globales, con el estímulo de instituciones como la Corporación Internacional de Finanzas del Grupo Banco Mundial e IDB Invest, parte del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo, deberían crear fondos de “private equity” para invertir en estos países.

Nada de esto es neurocirugía, y puede rendir grandes frutos en términos de una recuperación más rápida. Una razón más para ser optimistas.

9 de octubre 2020

Project Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/new-private-equity-funds-ca...

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Analítica.com

Como si de la Caja de Pandora de la mitología griega se tratase, en Venezuela se liberaron todos los males del mundo, por la acción demoledora de una revolución que superó los presagios más pesimistas.

The New York Times publicó recientemente un artículo demoledor con respecto a la destrucción que se ha producido de la industria petrolera venezolana. “Por primera vez en un siglo, no hay plataformas en busca de yacimientos petrolíferos en Venezuela”.

En efecto, las plataformas petroleras de Venezuela se paralizaron por completo en junio. Ningún taladro estaba operativo, según informó la empresa de servicios petroleros Baker Hughes, especializada en el tema.

Y según informa S&P Global Platts, otra de las más prestigiosas consultoras en materia energética , la producción petrolera del país se hundió hasta unos 280.000 barriles por día. Habría remontarse hasta la década de los 30 del siglo pasado para encontrar cifras similares.

No obstante, si bien la producción cayó, las exportaciones de crudo almacenado aumentaron ligeramente según Refinitiv Eikon, por envíos a Cuba y también por embarques destinados a pagar deudas a la española Repsol y a la italiana Eni. Este tipo de exportaciones dados sus objetivos, no se traducen en ingresos petroleros adicionales. De hecho, Diosdado Cabello recientemente informó que desde octubre del año pasado Venezuela no cuenta con ingresos petroleros formales.

“Los días de Venezuela como un petroestado se acabaron”, sostiene Risa Grais-Targow, analista de Eurasia Group, una consultora de riesgo político, a lo que agrega The New York Times: “Se espera que el país que hace una década era el mayor productor de América Latina, que ganaba alrededor de 90.000 millones de dólares al año por las exportaciones de petróleo, obtenga alrededor de 2.300 millones para fines de este 2020, menos que la cantidad total de remesas que los migrantes venezolanos que huyeron de la devastación económica del país enviarán a casa para mantener a sus familias”.

Las informaciones antes citadas superan la capacidad de comprensión de quienes conocimos el inmenso potencial petrolero de Venezuela. De no ser por la acción destructiva de un régimen que a lo largo de dos décadas ha venido desmontando nuestra industria petrolera, hoy deberíamos estar produciendo al menos 5,5 millones de barriles por día.

Sin embargo, no importa cuan demoledora haya sido la acción combinada de la ignorancia, la corrupción y la demagogia, en nuestro subsuelo siguen existiendo inmensas reservas de petróleo. Seguimos teniendo una impresionante infraestructura petrolera, hoy severamente dañada por la falta de mantenimiento y el saqueo a que ha sido sometida, pero aún recuperable. Todavía tenemos 6 refinerías en el país que, siempre y cuando se realicen las inversiones requeridas, podrán ser reactivadas.

Aunque la vida útil del petróleo se acorta cada vez más en un mundo dispuesto a remplazar el uso de los combustibles fósiles por otros agentes menos contaminantes, aún estamos a tiempo de aprovechar esa inmensa riqueza de nuestro subsuelo en aras de lograr una recuperación de la economía venezolana por el Apocalipsis revolucionario de las últimas dos décadas.

Eso sí, tendremos que entender que será un sector cualitativamente diferente, en el cual un Estado quebrado no está en condiciones de realizar las inversiones requeridas y, en consecuencia, le corresponderá un rol mucho mayor a la iniciativa privada.

Entiéndase, cuando hablamos de iniciativa privada no nos referimos a aquella que un Estado corrupto asigne a dedo a socios tras los cuales se escondan intereses inconfesables. Ese escenario es el que se plantea en el proyecto de Ley Antibloqueo que se está considerando en la Asamblea Constituyente.

Nos referimos a inversiones que sean el resultado de un amplio y transparente proceso de licitaciones, bajo las condiciones establecidas por un Estado serio que respete la propiedad privada y los contratos suscritos y que garantice los mayores beneficios a la sociedad.

De la Caja de Pandora ya se liberaron todos los males. Le toca ahora el turno a Elpis, el espíritu de la esperanza, que los dioses habían colocado
en el fondo de la misma.

José Toro Hardy, editor adjunto de Analítica

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