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Opinión

Carlos Raúl Hernández

Los muertos que tu mataste, no gozan de buena salud

Una gran sorpresa encontrarme de frente al hombre con cara de mármol. Sus facciones eran normales, perfectamente humanas, como cualquiera, aunque, naturalmente no se movían y tenía unas vetas que parecían cicatrices. Pensé “este señor es ideal para dar malas noticias, decir verdades rudas, pero también para ocultar sus actos, urdir enormes distorsiones y desvaríos. Y sobre todo para escurrir sus errores”.

Pertenece a un grupo de individuos con rostros minerales y destacada vida pública, para desgracia de la gente, apasionados de un oficio del que no tienen idea, la política, aunque, por sus investiduras, les han creído lo que dicen. Uno de los más grandes tratadistas de política del siglo XX, el Premio Nobel Joseph Schumpeter, dijo que la sociedad estaba en problemas “cuando opiniones de intelectuales, deportistas, artistas, figuras religiosas o de farándula, marcaban o dirigían la política”.

Según él, quien no es político de oficio “tiene al respecto juicios como los de un niño de 10 años”. Si observamos la trayectoria del hombre de cara de mármol y la de sus colegas, son de los criterios más extraviados que conozco, en un país donde el extravío es ley en los últimos 30 años, vagamos como almas en pena en la oscuridad y seguimos a quien grite más duro o haga el discurso más demagógico y alocado.

Según Schumpeter un físico nuclear o un poeta que opinen de biología o de política, se arriesgan a decir babosadas, tal como un político que diserte de física o de neurociencia. El país se perdió precisamente porque ignaros, aficionados a la política adquirieron estos treinta años una influencia fatal para el destino común. En tiempos idos el hombre con cara de mármol, vinculado desde fuera, claro, a la izquierda radical, cuestionaba con sarcasmos a quienes buscábamos regresar al camino democrático.

Historia sin fin (de errores)
Él, naturalmente sin haber tocado nunca un arma, ¡en horabuena!, estimulaba a mantener la insurrección, frente a “traidores que querían integrarse al sistema”. Apoyaba con pasión las sociedades justas que “se construían” en Cuba y Nicaragua. Más adelante pasaba de reunión en reunión para derrocar a Carlos Andrés Pérez, al infernal neoliberalismo, apoyó los golpes de Estado y luego a Caldera y el chiripero.


El siguió a Chávez, nuevo mesías, providencial, luminoso, que metería en cintura a los capitalistas y la oligarquía, según lo planteaba la teología de la liberación, y distribuiría la riqueza entre los pobres. El resultado fue el mismo de todas las revoluciones socialistas que en el mundo han sido. Al sacrificar las instituciones “para hacer el bien a las mayorías”, haces el mal a las mayorías y te quedas también sin instituciones.

Los únicos cambios sociales deseables son los que estimulan los equilibrios y la cohesión, nunca el odio y el conflicto. Cuando el caudillo arrancó su campaña triunfadora en el barrio 23 de enero de Caracas en 1998, con una misa popular, allí brilló cara de mármol. Se desmarcó de la revolución cuando lo hizo la mayoría de la gente y se prueba que cuando dirigentes y dirigidos tienen el mismo nivel de razonamiento, las sociedades corren la suerte que decía Schumpeter.

Luego cara de mármol impulsó la cadena de locuritas que llevaron a la abstención en 2005, que selló nuestro destino con una marca oscura. La oposición desapareció en esa fecha, pero en 2006 retoma el camino electoral hasta el gran triunfo de 2015, y en ese trayecto, por fortuna, los cara de mármol pierden espacio ante los partidos.


Hacerse el loco y culpar a otros
El país celebraba en las calles la Asamblea Nacional, y los previsibles triunfos en las consecutivas elecciones, pero el demonio de su naturaleza los desvió del camino y procedieron a liquidar lo conseguido. Para asombro del público, en vez de correr para el home, jefes sandios y los cara de mármol ¡corrieron para segunda! “¿Para qué gobernaciones: queremos el poder?” y se fueron detrás del arca perdida, “el revocatorio” que se requería un dedo de frente para saber no existiría.

La estulticia acabó todo, en vez de ejercer la potencia que la sociedad les otorgaba y que el gobierno reconoció, como plasma la fotografía de Diosdado Cabello y Cilia Flores en su bancada, y el discurso de Maduro ante la cámara. Los desvaríos: RR, “calle-calle”, “trancones”, “hora cero”, “maduro vete ya”, la ofensa a los militares (“el cartel de los soles”), la abstención, el Frente Amplio, “si o si”, 30A, 16 de julio, “Gedeón”. Destruyeron la AN, desastroso balance de gestión.

Esos insólitos episodios asesinaron a la oposición y mostraron al mundo que era difícil conseguir un grupo dirigente menos apto. Suena razonable decir que el sepelio sean las parlamentarias de diciembre. A la luz de los fracasos interminables, tal vez es un paso necesario enterrar los muertos políticos ese día. Lo que hemos pagado en décadas de ineptitud parece demostrar que ese “liderazgo” terminó, y que cualquier país merecería otro.

Pero si es posible que el 6D vayan los camiones por las calles para recoger los cuerpos, ojalá los cara de granito se retiren a hacer cualquier cosa menos dañina que la que han hecho hasta ahora. Que Dios los ilumine para que entiendan cuánto menoscabo le hicieron a este pobre país en treinta años.

@CarlosRaulHer

 4 min


Dani Rodrik

El régimen de comercio internacional que tenemos ahora, expresado en las normas de la Organización Mundial del Comercio y otros acuerdos, no es de este mundo. Fue diseñado para un mundo de coches, acero y textiles, no para un mundo de datos, software e inteligencia artificial. Ya bajo una severa presión por el ascenso de China y la reacción contra la hiper-globalización, es totalmente inadecuado para enfrentar los tres principales desafíos que estas nuevas tecnologías plantean.

Primero, está la geopolítica y la seguridad nacional. Las tecnologías digitales permiten a las potencias extranjeras hackear redes industriales, realizar ciber espionaje y manipular los medios sociales. Rusia ha sido acusada de interferir en las elecciones de los Estados Unidos y otros países occidentales mediante sitios de noticias falsos y la manipulación de los medios sociales. El gobierno estadounidense ha tomado medidas enérgicas contra el gigante chino Huawei por temor a que los vínculos de la empresa con el gobierno chino conviertan sus equipos de telecomunicaciones en una amenaza para la seguridad.

En segundo lugar, hay preocupación por la privacidad individual. Las plataformas de Internet son capaces de recoger enormes cantidades de datos sobre lo que la gente hace en línea y fuera de ella, y algunos países tienen normas más estrictas que otros para regular lo que pueden hacer con ella. La Unión Europea, por ejemplo, ha promulgado multas para las empresas que no protejan los datos de los residentes de la Unión Europea.

Tercero, está la economía. Las nuevas tecnologías dan una ventaja competitiva a las grandes empresas que pueden acumular un enorme poder de mercado global. Las economías de escala y de alcance y los efectos de red producen resultados de tipo "todo para el ganador", y las políticas mercantilistas y otras prácticas gubernamentales pueden dar lugar a que algunas empresas tengan lo que parece una ventaja injusta. Por ejemplo, la vigilancia estatal ha permitido a las empresas chinas acumular enormes cantidades de datos, lo que a su vez les ha permitido acaparar el mercado mundial de reconocimiento facial.

Una respuesta común a estos desafíos es pedir una mayor coordinación internacional y normas mundiales. La cooperación transnacional en materia de reglamentación y las políticas antimonopolio podrían dar lugar a nuevas normas y mecanismos de aplicación. Incluso cuando no sea posible un enfoque verdaderamente mundial -por ejemplo, porque los países autoritarios y democráticos tienen profundos desacuerdos sobre la privacidad, las democracias todavía pueden cooperar entre sí y elaborar normas conjuntas.

Los beneficios de las normas comunes son evidentes. En su ausencia, prácticas como la localización de datos, los requisitos locales de la nube y la discriminación a favor de los campeones nacionales crean ineficiencias económicas en la medida en que segmentan los mercados nacionales. Reducen las ganancias del comercio e impiden que las empresas cosechen los beneficios de la escala. Y los gobiernos se enfrentan a la constante amenaza de que sus regulaciones sean socavadas por empresas que operan desde jurisdicciones con reglas más laxas.

Pero en un mundo en el que los países tienen preferencias diferentes, las normas mundiales -incluso cuando son factibles- son ineficientes en un sentido más amplio. Todo orden mundial debe equilibrar las ganancias derivadas del comercio (que se maximizan cuando se armonizan las reglamentaciones) con las ganancias derivadas de la diversidad normativa (que se maximizan cuando cada gobierno nacional es totalmente libre de hacer lo que quiera). Si la hiperglobalización ya ha demostrado ser frágil, se debe en parte a que los encargados de formular políticas dieron prioridad a los beneficios del comercio frente a los beneficios de la diversidad normativa. Este error no debería repetirse con las nuevas tecnologías.

De hecho, los principios que deberían guiar nuestra reflexión sobre las nuevas tecnologías no son diferentes de los de los dominios tradicionales. Los países pueden elaborar sus propias normas reglamentarias y definir sus propios requisitos de seguridad nacional. Pueden hacer lo necesario para defender esas normas y su seguridad nacional, incluso mediante restricciones al comercio y a la inversión. Pero no tienen derecho a internacionalizar sus normas y tratar de imponer sus reglamentos a otros países.

Considere cómo se aplicarían estos principios a los huaweis. El Gobierno de los Estados Unidos ha impedido que Huawei adquiera empresas estadounidenses, ha restringido sus operaciones en los Estados Unidos, ha iniciado procedimientos judiciales contra sus altos directivos, ha presionado a los gobiernos extranjeros para que no trabajen con ella y, más recientemente, ha prohibido a las empresas estadounidenses que vendan chips a la cadena de suministro de Huawei en cualquier parte del mundo.

Hay pocas pruebas de que Huawei se haya dedicado a espiar en nombre del gobierno chino. Pero eso no significa que no lo haga en el futuro. Los expertos técnicos occidentales que han examinado el código de Huawei no han podido descartar la posibilidad. La opacidad de las prácticas corporativas en China podría muy bien oscurecer los vínculos de Huawei con el gobierno chino.

En estas circunstancias, hay un argumento de seguridad nacional plausible para que los EE.UU. - o cualquier otro país - restrinja las operaciones de Huawei dentro de sus propias fronteras. Otros países, incluida China, no están en posición de cuestionar esta decisión.

Sin embargo, la prohibición de exportación de las empresas estadounidenses es más difícil de justificar por motivos de seguridad nacional que la prohibición de las operaciones de Huawei en los Estados Unidos. Si las operaciones de Huawei en terceros países suponen un riesgo para la seguridad de esos países, sus gobiernos están en la mejor posición para evaluar los riesgos y decidir si es apropiado cerrarlas.

Además, la prohibición de los Estados Unidos enfrenta a otros países con graves repercusiones económicas. Crea importantes efectos adversos para las empresas nacionales de telecomunicaciones como BT, Deutsche Telekom, Swisscom y otras en no menos de 170 países que dependen de los equipos y el hardware de Huawei. Tal vez el mayor impacto sea el de los países pobres de África que dependen abrumadoramente de los equipos más baratos de la empresa.

En resumen, los EE.UU. son libres de cerrar su mercado a Huawei. Pero los esfuerzos de EE.UU. para internacionalizar su represión interna carecen de legitimidad.

El caso de Huawei es un presagio de un mundo en el que la seguridad nacional, la privacidad y la economía interactuarán de manera complicada. La gobernanza mundial y el multilateralismo a menudo fracasarán, tanto por buenas como por malas razones. Lo mejor que podemos esperar es un mosaico normativo, basado en normas básicas claras que ayuden a los países a perseguir sus intereses nacionales fundamentales sin exportar sus problemas a otros. O diseñamos este mosaico nosotros mismos, o terminaremos, a voluntad, con una versión desordenada, menos eficiente y más peligrosa.

*** Translated with www.DeepL.com/Translator (free version) ***

8 de septiembre 2020

Project Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/making-global-trade-rules-f...

 5 min


BioEconomía

Abordar las emisiones de la agricultura es fundamental para que el Reino Unido alcance su objetivo de llegar al Cero Neto en 2050, y la harina de insectos puede ofrecen un método prometedor para alimentar a los animales de forma sostenible y con bajas emisiones de carbono.

Explorar la ciencia detrás de los alimentos a base de insectos nunca ha sido tan necesario. Por eso Entec Nutrition, una startup creada por dos científicos de la Universidad de Exeter, fue beneficiada con una subvención de £ 250,000 (U$S 325.000) del esquema de producción de alimentos transformadores de Innovate UK, para estudiar las opciones de la nutrición a base de insectos.

“Estamos encantados de haber ganado esta beca Innovate UK con nuestros socios de investigación”, dijo la Dra. Olivia Champion, cofundadora de Entec Nutrition con su colega, el profesor Richard Titball. “Es realmente emocionante para Entec Nutrition formar parte de las soluciones de innovación limpia del Reino Unido para alcanzar emisiones netas de carbono cero para 2050.

«La financiación nos permitirá explorar métodos para la producción de insectos de bajo consumo energético para reducir el costo de producción y el impacto ambiental de la industria de alimentos balanceados».

Hacia un futuro productivo y sostenible

A medida que aumentan los niveles de población, se espera que el consumo de pescado y aves de corral aumente, generando una mayor demanda de materias primas para la nutrición animales y, por lo tanto, de ingredientes para la nutrición ganadera. El equipo, que incluye a la organización de investigación alimentaria Campden BRI, abordará este problema trabajando en la producción eficiente de insectos para las industrias avícola y acuícola.

La industria mundial de nutrición animal consume mucha energía, depende de los mercados internacionales, corre el riesgo de subidas de precios de los productos básicos y está asociada con la deforestación. Por lo tanto, el Reino Unido debe aumentar la capacidad de recuperación de la producción de alimentos para animales para llevar la producción de pescado y aves de corral hacia un futuro productivo y sostenible.

Fundada en 2018, Entec Nutrition es una PYME con sede en el Reino Unido que es pionera en el desarrollo y la adopción de insectos agrícolas como fuente de alimento sostenible. Mediante el desarrollo de materias primas a base de insectos para su uso en la acuicultura y la alimentación de aves de corral, está transformando el mercado de nutrición para el ganado, lo que genera un impacto positivo significativo en el medio ambiente de la cadena de suministro y una mayor resiliencia al aumento de costos.

BioEconomía

https://www.bioeconomia.info/2020/09/10/insectos-la-llave-para-alcanzar-...

 2 min


Fernando Mires

Solo sé que nada sé, frase atribuida con mucha justicia a Sócrates, que aunque nunca la haya dicho, yace siempre latente en las interpretaciones que Platón hiciera de su palabra (Apología de Sócrates).

Solo sé que nada sé, entendida desde el campo de lo que sabemos, vale decir, desde esa partícula infinitesimal de realidad en la que nos movemos, ha sido frase maltratada en escuelas e institutos. Han querido inculcarnos con ella que debemos ser modestos y no ambiciosos, conformarnos con lo poco que sabemos, llevar una vida cuerda, amable. Solo sé que nada sé, sin embargo, significa exactamente lo contrario.

Significa que no debes ser modesto sino ambicioso de saber, que no debes conformarte con la migaja que sabes y que, para elevarte por sobre las sombras de tu horrenda miseria espiritual, debes saber más de lo que sabes (o de lo que eres). Que no debes llevar una vida cuerda y amable – dejemos esas cosas para Aristóteles y su ética- sino una vida loca y, en muchos aspectos, terrible. Solo sé que nada sé, es la frase que te abre los ojos para decirte que más allá de tu pobre realidad existe otra: la verdadera. Solo sé que nada sé no es entonces un no-saber sino un saber. Es el saber lo que no sabes, el más profundo de los saberes. Nuestro designio, destino y maldición.

El espacio del saber es un átomo del universo, un islote en el océano, una miga en el pan, un grano de arena en el desierto. O tal vez no es un espacio, y si lo es, es uno que traspasa a la tierra y la continua mucho más allá. Es también un abismo: el abismo del ser. Un abismo que no está abajo, un vacío que está más allá de todo y a la vez dentro de cada uno. Y, como todo abismo nos llama. ¿Es la muerte? No, la muerte es, cuando más, solo una estación en su recorrido infinito.

El llamado del no saber nos convida a saber. ¿Qué hacer para no escuchar sus estridencias? ¿Ese ruido aterrador de su vacío? ¿Cerrar los ojos, tapar los oídos o, como hacen tantos, vivir en el mundo simple de las cosas dadas? Será en vano. Hasta ahí, hasta el no-querer-saber-, nos llegará su rumor. A algunos aterra. Pues mientras menos quieren saber de “eso” más lo sienten. Muy pocos penetran en sus laberintos, y de ahí hay quienes no regresan más. Los que regresan viven entre nosotros deambulando con ojos desorbitados, llevando consigo la muerte en el alma: son los habitantes de las clínicas, los pacientes de los consultorios y, no por último, los locos del manicomio.

Freud llamó a ese universo desconocido “El Ello” al que unió después con el concepto de “lo desconocido”, “lo aterrador”, lo “siniestro” (Das Unheimlich) Lacan, más práctico, lo llamó simplemente “lo real”, esa realidad a la que no tenemos acceso. En contraposición, nuestra realidad, aquella donde pisamos, no es tan real como imaginamos. Peor todavía.

Los otros seres animados no necesitan imaginar nada. Viven su mundo. Nacieron programados para no saber. Ellos son sabidos. Siguen el programa que Dios, o sabe quién, les concedió. No conocen el saber del no-saber. Solo saben lo que necesitan para ser. Por más que queramos imitarlos, no lo conseguiremos. El aparato del saber del no-saber está incrustado en nuestro programa. Y aunque no queramos, aparece cuando menos se piensa, aún en las funciones más simples de la sobrevivencia.

El comer para alimentarnos no nos basta, lo transformamos en gastronomía. Al miedo de ser lo transformamos en terror y al terror en odio. A los significantes, dislocados, los transformamos en poesía. A los ruidos, en música. Al sexo, hecho para reproducirnos, lo transformamos en amor. Y al amor en ese espacio desconocido que siempre nos aguarda desde nadie sabe dónde (Lo que tú buscas en mí - dijo Sócrates a Alcibíades en el Banquete de Platón - yo no te lo puedo dar porque yo no lo tengo) Nunca estamos conformes, de una u otra manera el reino del no-saber nos llama y nos acosa. Somos de este mundo, sin duda, pero una parte de nosotros no reside en este mundo. Nuestro reino no es de este mundo.

Para buscar al reino que no es de este mundo hemos nacido. Pero para que nunca lo encontremos, nos hicieron. Así es la comedia humana.

13 de septiembre 2020

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2020/09/fernando-mires-el-saber-del-no-...

 3 min


Trino Márquez

Durante la era madurista se han dado fenómenos extraños, pero ninguno como el que rodea la consulta del 6-D: la oposición no puede desarrollar la campaña electoral por las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19; y el gobierno no necesita adelantar ninguna campaña, porque posee el control de todos los mecanismos de chantaje, coacción e intimidación que le permitirán obtener una cómoda victoria con el reducido universo de electores dispuestos a sufragar. Tan insólito como ese factor es que un presidente y un gobierno que concitan 80% de rechazo nacional, están convocando los comicios como si flotaran en una atmósfera de gigantesca popularidad.

La oposición no puede llevar a cabo la labor proselitista porque carece de los medios para desplazar sus candidatos por los circuitos electorales; unos locales, y otros nacionales. No se consigue gasolina para la movilización terrestre y los vuelos comerciales dentro del país se encuentran suspendidos. No es posible convocar reuniones en espacios públicos, ni visitar las casas de los votantes, ni convencer cara a cara a los electores de la importancia de acudir a los centros de votación. Ni siquiera se puede divulgar el programa legislativo de los candidatos y enriquecerlos con las opiniones de los ciudadanos. ¿Qué clase de comicios son esos donde todo lo vinculado con la oposición transcurre en medio del desconocimiento casi total por parte de los votantes, acerca de la oferta de sus futuros representantes en el Parlamento?

Al régimen de Maduro este ambiente tan limitado no le importa. Todo lo contrario: lo favorece muchísimo. Al gobierno le interesa que el universo electoral sea muy pequeño. Que se reduzca a ese sector al cual le llega con cierta regularidad a través de las cajas Clap, del Sistema Patria y de los demás subsidios monetarios miserables que reparte a través de la banca pública. Si esto no fuera suficiente para chantajear a los grupos más pobres y obligarlos a votar, todavía cuenta con los colectivos armados. Con los motorizados del terror, quienes amenazarán a quienes no se desplacen hacia los centros de votación el día de las elecciones.

Las encuestadoras más importantes del país señalan de forma consistente que más de 60% de los venezolanos no quieren sufragar. Para revertir esa matriz de opinión tan extendida y consolidada, habría que introducir cambios institucionales que remuevan las sospechas y fortalezcan las convicciones de la gente. Sin embargo, admitamos que hay que acudir a la cita con el CNE de Maduro y Maikel Moreno, y que sólo se logra que el acompañamiento internacional sea parcial, y no integral como exige la oposición y lo establece la Ley del Sufragio. En ese marco tan favorable al régimen, también la oposición debería instrumentar una campaña proselitista tenaz y convincente, capaz de quebrar las resistencias lógicas de la gente y propiciar la concurrencia masiva a los centros de votación. Este cambio de actitud no es posible en el lapso tan corto que resta hasta diciembre y en el marco de la Covid1-19.

El voluntarismo, aliñado como mucha prepotencia, de quienes piensan que resulta posible lograr ese giro, va a provocar una derrota fenomenal. Nicolás Maduro, aún representando una minoría en declive, se quedará con la mayoría de la Asamblea Nacional, principal órgano de representación de la soberanía popular, con la particularidad de que contará con la colaboración de la franja opositora que acuda a esa consulta. Se trata de un voluntarismo irresponsable, que colocaría el órgano legislativo bajo el control de un mandatario que sólo trata de anular el liderazgo de Juan Guaidó, quitarle la base de apoyo internacional que posee y, a partir de la Asamblea, intentar recuperar Citgo, el oro colocado en Londres y otros activos de la República con los cuales no ha podido acabar.

La Unión Europea, a través de Josep Borrell y otros voceros, junto a otros factores internacionales de poder interesados en encontrar una salida negociada, pacífica y electoral a la pavorosa crisis que azota a Venezuela, han propuesto postergar los comicios para una fecha en la cual el país haya recuperado la normalidad mínima, que permita realizar una campaña al menos relativamente equilibrada. Juan Guaidó y Henrique Capriles –aunque con posturas discrepantes- han señalado que buscan lograr elecciones justas y transparentes. En este punto, ambos coinciden. A partir de ese acuerdo básico, deberían explorar la posibilidad de llegar a un compromiso para, de forma conjunta, exigir la postergación de los comicios y la definición de condiciones que equilibren la competencia entre el gobierno y la oposición.

Maduro dijo que se había dirigido la UE para que enviase testigos a la cita del 6-D. Bueno, hay que complacerlo, pero no para que estén presentes en la consulta que él quiere realizar ‘llueve, truene o relampagueé’, sino para que asistan a una convocatoria más equilibrada, cónsona con la fortaleza que aún posee la oposición y las aspiraciones populares. Maduro necesita legitimar la farsa electoral, empoderarse todavía más con el asalto pacífico de la Asamblea y aparecer ante el planeta como el mandatario que derrotó a sus opositores a través del voto popular. No hay que ponérsela tan fácil. El acuerdo unitario aún es posible.

@trinomarquezc

 4 min


Diversas Individualidades

Inicia con una breve mirada sobre los últimos sesenta años de vida de las universidades autónomas. También hay una reflexión sobre la concepción de estas instituciones, a partir de los objetivos que se les asignaron en la Ley de universidades del año 1958, y sobre su devenir en las últimas décadas. Se reconocen los logros de las universidades en la formación de investigadores y profesionales de alto nivel. Asimismo, se detallan varias situaciones y prácticas que han alejado la universidad de sus líneas directrices iniciales, con una consideración particular sobre la convivencia de las funciones de docencia e investigación, y el impacto de ciertas políticas públicas que han limitado en mucho las acciones de las universidades. Lo comentado, unido a la precaria situación de nuestras instituciones de educación superior, al colapso de los servicios públicos y a los drásticos cambios de la economía del país conforman un terreno fértil para pensar en una necesaria transformación del modelo de universidad.

En medios académicos de hoy se plantea una nueva concepción de Universidad, la de Tercera Generación o 3GU (por sus siglas en inglés – Third Generation University), que consiste en sumar a las actividades de formación profesionales e investigación, la aplicación del conocimiento en correspondencia con empresas, con el Estado, con el sector productor de bienes y servicios y con otras universidades, utilizando mecanismos en red.

A partir de ese marco y de una serie de factores extrainstitucionales impulsores del cambio, se concibe una propuesta de misión, visión y valores para la universidad. A partir de esas líneas directrices actualizadas, se enumera un decálogo de fundamentos que podrían permitir poner en marcha la reestructuración de la universidad.

Ahora invitamos a la lectura del documento integral, y así abrimos el espacio para la participación, con miras a que cada lector pueda aportar su propio decálogo y así, entre todos, construir una agenda para la acción.

“REPENSAR LA UNIVERSIDAD”

■ Una breve mirada al pasado

La universidad decretada por la Junta de Gobierno el 5 de diciembre de 1958 fue concebida con una profunda visión humanista, abierta a todas las corrientes del pensamiento y al servicio de los intereses del país. Fue ideada al amparo de principios y valores como “una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre”, tal como se establece en el artículo 1 de la ley que la rige.

Durante décadas se intentó, con cierto éxito, forjar una comunidad de investigadores y concebir una universidad formada por profesores que ejercían la dualidad docente-investigador. La lógica era impecable: mejor docente sería aquel que al practicar la investigación, dominaba el estado del arte internacional de su disciplina, y a su vez se enriquecía con la actividad en el aula y otros espacios sociales. Por otra parte, se entendía que la política debía ser parte de la civilidad a la que se aspiraba que llegara el país a la caída del régimen dictatorial.

Sin embargo, en virtud de intereses alejados de los objetivos iniciales, la universidad -así concebida- se fue transformando en una plataforma experimental de combate de partidos políticos o grupos de poder que aprovechaban la existencia de una suerte de extraterritorialidad para someter a prueba sus ideologías, estrategias y aspiraciones. La politización fue un proceso de pactos entre los partidos políticos y reflejo de lo que acontecía en el país. Así se fue construyendo una comunidad académica en la que, al no tener que dar cuenta de sus actividades a organismos contralores, cada uno de sus miembros fue orientándose según sus propios intereses. Hubo quien se dedicó al oficio de profesor-investigador y quien prefirió concentrar su actividad al cumplimiento de horas de clase y dedicar el tiempo restante a otras actividades como el ejercicio profesional o bien, a los fines de intereses políticos o de organización de grupos de poder interno. Todos los profesores recibían una remuneración, según su nivel en el escalafón, y gozaban de los mismos derechos a ocupar cargos de dirección de la institución.

Se produjo una seria contradicción entre la misión que los líderes universitarios, con Francisco De Venanzi al frente, pretendían darle la universidad y la realidad que se iba construyendo. Esto lesionó la estructura interna y su objetivo natural, que no es otro que la formación de profesionales, profesores, investigadores y técnicos, útiles a la sociedad.

La Ley de universidades aprobada y no reglamentada fue lo que permitió que a lo largo de los años se estableciera la forma de cogobierno, la inamovilidad laboral de los docentes tras apenas dos años de servicio, el aislamiento del entorno derivado de su relativa autonomía, el poder de algunos sindicatos, la carencia de un sistema efectivo de rendición de cuentas, académicas y administrativas, las formas de elección de autoridades centrales y decanos. Todas estas son fallas que se hacen ahora muy evidentes por la falta de los recursos económicos provistos por el gobierno. Recursos que antes ocultaban muchas carencias estructurales y funcionales. La realidad para 1998, cuatro décadas después del proyecto de universidad establecido legalmente en 1958, daba cuenta de que la gran mayoría de los profesores sólo practicaban la docencia basada en una valiosa experiencia profesional que jugaba un papel importante y necesario en una economía que, aun sin la diversificación y competitividad requeridas, había crecido intensamente hasta 1978.

A pesar de todo lo dicho y aunque el modelo de universidad de 1958 ahora parezca inadecuado, debemos admitir, sin embargo, que jugó un papel importante en el desarrollo del país a partir de esa fecha. Entre los miles de profesores que han desfilado por sus aulas en el último medio siglo, han surgido investigadores de calidad, no pocos de renombre internacional, y otros que, en la actualidad, prestan servicios en otras universidades, centros de investigación o empresas de gran trascendencia. Se instituyeron unidades superiores para garantizar la creación de nuevas carreras o postgrados que se ajustaran a un determinado patrón y contaran con razonable calidad. Pero no se promovió una evaluación de rendimiento académico y de respuesta a demandas sociales y empresariales. Surgió la homologación salarial y con ella la eliminación de cualquier tipo de evaluación de la productividad de cada profesor y cada universidad. En este sentido resultó absolutamente inadecuada la conformación de un organismo central, la OPSU, supuestamente de planificación, directamente vinculado al gobierno a través de un ministerio, con atribuciones académicas y administrativas que, en muchas oportunidades, han sido un serio obstáculo al progreso de las universidades.

Pero el mundo y el país han cambiado y pareciera necesario efectuar transformaciones importantes. Como concluía el economista Galbraith muchos años atrás, las universidades crecen y se fortalecen, cuando la economía de un país lo hace, al amparo de su productividad en los mercados nacionales e internacionales. Así, mal podrán nuestras universidades cumplir con un papel protagónico en un país que todavía se recuesta en la renta del petróleo, con un desarrollo agrícola, industrial y comercial tan incipiente, como dependiente de los gobiernos de turno que rara vez han contribuido a construir libertades económicas.

En los últimos 20 años muchas voces calificadas han señalado el fracaso de la economía rentista, el populismo, el clientelismo partidista y sus dramáticas consecuencias tanto en la institucionalidad pública, como en la privada y en la conducta de los ciudadanos. Se han publicado obras importantísimas sobre la historia y la cultura del país, como las derivadas de la COPRE, en libros como Venezuela Siglo XX o Suma del Pensar Venezolano, los documentos derivados de grupos de pensamiento sobre políticas públicas como los de la Mesa de la Unidad y el Plan País, un buen número de publicaciones y documentos de las Academias Nacionales, innumerables foros y organizaciones que han escrutado en detalle la situación de cada sector, estudios efectuados por investigadores de nuestra y otras universidades, sobre la educación superior y la investigación.

Pero más que nada tenemos las enseñanzas del cómo no proceder y la vivencia cotidiana de las consecuencias de un país en ruinas, cuyas expresiones más notables son la migración de millones de venezolanos al exterior, descenso del PIB, crecimiento de la pobreza, militarismo, hiperinflación, inseguridad personal y jurídica, grave deterioro de los servicios públicos, así como la destrucción del sistema asistencial y educativo. Una realidad en la que destaca la recurrente violación de los derechos humanos, de la Constitución y de las leyes.

También contamos con las experiencias, algunas positivas, de modelos universitarios distintos, tanto en el sector público como en el privado. Mucho han hecho las universidades y con bastante éxito, para llevar a la Venezuela decimonónica al siglo XX, pero poco para prepararla para el XXI. El modelo universitario de 1958 parece que ya se agotó.

■ La orientación de la Universidad

La universidad requiere de una estrategia, esencial para fijar su rumbo y alcanzar su objetivo. Su claridad tiene un rol importante en la psicología y la organización de la institución. Vamos a esbozarla en un intento de lograr ese objetivo.

MISION

La misión de la Universidad Central de Venezuela es formar profesionales, científicos y tecnólogos, a través de una educación transmisora de conocimientos actualizados por la comunidad internacional, capaces de desempeñarse competitivamente en los mercados de trabajo nacionales e internacionales con respeto de las normas éticas universales.

VISIÓN

La Universidad Central de Venezuela será una Comunidad Educativa y de Investigación productora de conocimiento que impartirá una formación de proyección internacional. Preparará profesionales, en ambientes de aprendizaje adecuados, para afrontar retos innovadores en los mercados globales, con pleno respeto de los valores sustantivos de la ética y de la democracia. Contará con excelentes docentes e investigadores en su planta profesoral, con un ambiente adecuado para su desarrollo, y pondrá a su disposición las mejores herramientas para propiciar la calidad de su desempeño académico. Su interacción con la sociedad deberá ser intensa, en el marco de las tendencias culturales globales.

VALORES

Formación. Como un proceso de creación de fortalezas espirituales y culturales en los miembros de la Comunidad, fundamentadas en la transmisión y el aprendizaje de conocimientos, así como de competencias y habilidades profesionales y sociales, que propicien la reflexión con uno mismo y con los demás de manera superior, para la continua expansión y desarrollo de la cultura como una manera de ser más libres.

Calidad y excelencia académica. Como una dinámica que propicia la integración de los mejores recursos humanos nacionales e internacionales para la formación de nuestros estudiantes y profesores, e impulsa a una participación activa en el intercambio de conocimiento y tecnología.

Civilidad. Como búsqueda de la justicia, el respeto y la tolerancia, imprescindibles parala convivencia civilizada única garante del ejercicio y la defensa de la libertad, tanto en la formación como en el ejercicio profesional.

Autonomía. Como libertad de pensamiento e independencia financiera.

Independencia. Como libertad plena de fijar sus fines, objetivos y metas con plena autonomía, sólo restringida por lo establecido en la Constitución y el ordenamiento legal vigente. Queda excluido todo interés externo que se oponga a su Misión, Visión y Valores.

■ Factores que impulsan el cambio de la Universidad

La función de la Universidad puede ser entendida de diversas maneras, como un espacio de aprendizaje, una oportunidad para el impulso de conocimiento y de nuevos saberes, un motor de cambio social o un aliado para la productividad. En el primer caso, la Universidad se considera un espacio autónomo de construcción del saber, que forma personas con un fuerte componente intelectual y civil, que goza de la libertad de diseñar sus propios caminos de desarrollo profesional y de contribuir al impulso de la sociedad hacia el futuro.

Cuando se analizan las otras posibilidades, su desempeño se complica. Al tiempo que la Universidad no debe olvidar que la cultura, como idea general, es uno de sus objetivos fundamentales en la formación integral del individuo, debe responder, con conocimiento, a las principales necesidades de la sociedad y a la solución, tanto global como local, de asuntos de interés para el país con un aporte de investigación y gestión que pueda generarle dividendos de diversa índole.

Una visión y orientación que permita a las universidades cumplir con la función cultural, que le es connatural, y con la capacidad de responder a demandas sociales y de innovación es lo que en el momento actual está en discusión.

Los tiempos que vivimos obligan a las sociedades a enfrentar nuevos retos que, aun siendo conocidos, no han sido enfrentados de manera efectiva, particularmente en los países con el perfil económico y sociocultural de Venezuela. Nos referimos a la globalización, proceso que propicia la conformación de una sociedad del conocimiento con un fuerte intercambio comunicacional y tecnológico debido el uso masivo de internet, con el que están cada vez más familiarizadas las nuevas generaciones; a la eliminación progresiva de “fronteras” en el comercio y el conocimiento, como consecuencia de lo anterior; y al desarrollo económico basado en valores no tradicionales.

Esos factores, entre otros, tienen un marcado efecto sobre la forma de planificar el presente y el futuro de los países. Las universidades son parte integrante de la ecuación de progreso, y no pueden pasar por alto las realidades que imponen el presente y, especialmente, el futuro. Deben ser protagonistas activas de los eventos que ya han producido importantes frutos en los países desarrollados.

En nuestro país, si bien el modelo de universidad establecido en 1958 tuvo indiscutibles éxitos en dar respuestas a exigencias de ese entonces, ahora es indispensable preguntarse si ese modelo se adecua a las necesidades actuales del país y de qué manera está respondiendo a las demandas presentes y futuras de la sociedad.

La universidad debe ofrecer soluciones a los problemas de fondo, no solamente difundir conocimientos, y, además, debe dar cuenta a la sociedad, sobre su contribución al progreso integral del país, que es uno de los resultados importantes de la educación.

En medios académicos de hoy se plantea una nueva concepción de universidad, la de Tercera Generación o 3GU (por sus siglas en inglés – Third Generation University). A lo largo de los siglos, se ha pasado de la universidad que formaba profesionales solo a través de la docencia, a la que incluyó a la investigación como parte de la docencia de avanzada. Hoy día, la universidad debe, además, orientar parte de sus esfuerzos a la aplicación del conocimiento en correspondencia con empresas, con el Estado, con el sector productor de bienes y servicios y con otras universidades, utilizando mecanismos en red.

Son éstas las universidades 3GU, las que incorporan la inter y transdisciplinariedad, operan en un entorno internacional sin barreras de lenguaje, son espacios para nuevas actividades tecnológicas (Incubadoras de Empresas, Parques Tecnológicos) y son poco dependientes del Estado.

Esta visión de universidad está basada en una institución altamente productiva y entiende el conocimiento como un bien valioso y además como un instrumento de crecimiento económico.

Para un desarrollo como el descrito, el profesor universitario debe involucrarse implicarse y comprometerse con la realidad que enmarca su acción y su actitud hacia la enseñanza. La idea de investigación que debe inculcar en los jóvenes es diferente a la tradicional, porque vivimos en un mundo distinto, que privilegia la comunicación masiva y la velocidad de difusión del conocimiento. Dicho de otra manera, la Universidad como centro de investigación, docencia y extensión precisa de profesores con una cultura amplia, conectados internacionalmente, bien considerados por sus pares, cuya investigación sea relevante y enfocada a las realidades actuales.

En vez de concentrar la enseñanza en conocimientos consolidados, los profesores deberán hacer énfasis en las novedades que puedan surgir sobre la base de lo ya conocido. Los profesionales que egresen de estas instituciones, además de una preparación sólida en las materias de su competencia, deberán estar en capacidad de continuar aprendiendo y haciendo uso del razonamiento crítico, la investigación y la interpretación de nuevos hechos. Sin prescindir del uso de libros y revistas especializadas, deberán estar interconectados, a fin de estar al tanto de los avances en sus campos de trabajo, participar en conferencias con sus pares en el mundo, estar al día y establecer contactos que les den visibilidad en la frontera del conocimiento.

Llegados a este punto, podemos considerar hacia dónde dirigir la mirada para poner en marcha una reestructuración de la universidad. Proponemos como punto de partida el siguiente decálogo de líneas de trabajo:

► Auspiciar el establecimiento de políticas que garanticen la circulación de la información en un paradigma de conocimiento y ciencia abierta.

► Fomentar la colaboración interuniversitaria y de consorcios académicos.

► Establecer colaboraciones sostenibles con la comunidad empresarial y las administraciones locales y regionales (gobierno-instituciones generadoras de conocimiento-empresas).

► Fortalecer los estudios de postgrado –maestrías y doctorados- como fuente de capital humano para la docencia y la investigación, y -especializaciones- como respuesta efectiva para solventar los grandes problemas de los sectores productivos y sociales.

► Flexibilizar el currículo para permitir carreras de vanguardia, complejas y multidisciplinarias, la mayoría en formatos similares al de postgrados individualizados.

► Participar en redes, proyectos y programas nacionales e internacionales educativos y de investigación.

► Crear mecanismos para evaluar el rendimiento académico de la planta profesoral y la respuesta institucional a demandas sociales y empresariales.

► Elaborar políticas y planes para la integración de nuestros más calificados profesores e investigadores que han emigrado.

► Redimensionar los programas de becas para los estudiantes con miras a garantizar al becario la posibilidad de estudiar sin agobios socioeconómicos. De esta forma se potencian sus posibilidades como educando y se garantiza que buenos estudiantes puedan seguir sus programas de estudio.

► Reforzar los programas de becas de postgrado nacionales e internacionales para profesores y egresados, en procura de asegurar que los mejores formados se integren a la planta docente y de investigadores, en condiciones favorables para su desarrollo profesional y personal.

Hemos concebido este texto como una invitación al diálogo, por tanto queremos invitarles muy especialmente, colegas y amigos lectores, a aportar su propio decálogo y así, entre todos, construir una agenda para la acción.

En Caracas, a los 10 días del mes de septiembre de 2020

El documento fue redactado por Claudio Bifano, Aura Marina Boadas, Alicia Ponte Sucre, Alberto Fernández, Alexis Mendoza León, Pedro V. Castro, Carlos Machado Allison y Félix J. Tapia.

Por favor léelo y si lo quieres firmar envíanos un correo a nuevauniversalia.unive@gmail.com con tu NOMBRE APELLIDO (como quieres aparecer; no van títulos); Universidad u otro sitio de trabajo; Número de Cédula.

Firmantes:

Claudio Bifano (UCV) CI 2561521

Carlos Machado Allison CI 2126397

Aura Marina Boadas (UCV) CI 5452636

Alberto Fernández (UCV) CI 4356372

Alexis Mendoza-León (UCV) CI 3968800

Pedro V. Castro (UCV) CI 4051571

Alicia Ponte Sucre (UCV) CI 4356104

Felix J. Tapia (UCV) CI 3661973

Nueva Universalia

https://nuevauniversalia.wordpress.com/2020/09/10/repensar-la-universida...

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Fernando Mires

Si Putin esperaba que Merkel iba a reaccionar con diplomática cortesía, se equivocó medio a medio. Pocas veces la hemos visto tan directa, tan enérgica. Hay razones: el atentado a Navalny fue la gota de agua que colmó el vaso. La cantidad de opositores asesinados en la Rusia de Putin es ya impresionante.

Merkel, evidentemente, intentó señalizar que el terrorismo de estado puede ser obviado en otras órbitas político-culturales del planeta. Pero Rusia, por lo menos en una importante extensión geográfica, pertenece a Europa. Pues una cosa es mirar hacia otro lado cuando los crímenes se cometen en el Lejano, incluso en el Cercano Oriente – al fin y al cabo son culturas pertenecientes a “otra” historia - que cuando tienen lugar cerca de la puerta de tu propia casa, ante las miradas aterrorizadas del vecindario. Merkel, como representante de una de las naciones líderes del continente estaba obligada a reaccionar como reaccionó. Y, consecuentemente, lo hizo.

Naturalmente, la actitud de Merkel tendrá consecuencias más allá de lo político. La más importante es que si las relaciones diplomáticas empeoran, podrían traducirse al nivel de lo económico. Esa parece ser la carta de Putin, un chantaje que, dicho en modo simple, puede ser así expresado: “si tú nos creas problemas nosotros te cortamos el gas”.

Hasta ahora la carta, aún sin jugarla, había mostrado eficacia. Cualquier gobierno europeo se muestra cuidadoso al hablar sobre la política del Kremlin. No así Merkel, hecho que debe haber descolocado a Putin. Más aún: el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, al ser preguntado si Merkel ha considerado la posibilidad de que se viera afectado el proyecto de gasoducto entre Rusia y Europa, respondió: “La canciller considera que sería un error descartarlo desde el principio”. En pocas palabras, Merkel no se dejó chantajear.

Merkel sabe por experiencia que no siempre las relaciones políticas se traducen en lo económico, donde priman lógicas diferentes. Suele incluso suceder que en la esfera de la economía el vendedor, en este caso Rusia, dependa más del comprador que al revés. El proyecto de gasoducto, además, ha sido suscrito por la mayoría de los países europeos. Difícil entonces que Putin arriesgue dar el paso económico, toda vez que en estos momentos, debido (no solo) a los efectos de la pandemia, la economía rusa atraviesa por una grave recesión que puede convertirse en crónica en caso de que, gracias a los nuevos yacimientos gasígenos descubiertos en el Mediterraneo, Turquía y/o Grecia, pasen a convertirse en los principales proveedores de gas en Europa.

Según el Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del parlamento alemán, Norbert Röttgen, Putin, al mandar asesinar a Navalny, intentó matar tres pájaros de un tiro: descabezar al movimiento opositor (receta que está aplicando el tirano de Bielorrusia) justo en tiempos en los que debido a problemas como la desocupación, la pérdida de poder adquisitivo y la corrupción gubernamental, esa oposición comienza a ser activada. Y no por último, enviar un mensaje de terror a la oposición de Bielorrusia.

Putin, en fin, amenaza con cruzar la línea roja que separa a la guerra de la política. Si avanzará más allá de esas amenazas, está por verse.

El gobierno alemán ha entendido la nueva situación. Putin ha pasado a la defensiva y ese es su lugar más peligroso pues el jerarca no parece dispuesto a perder territorios en su zona colonial. Por lo mismo, necesita silenciar las voces que provienen desde Bielorrusia a la que Putin sigue considerando una provincia rusa. Visto el problema desde una perspectiva contraria, el movimiento post-electoral de Bielorrusia se ha convertido, incluso en contra de la voluntad de sus dirigentes, en un movimiento de liberación nacional. De ahí que las posibilidades de ser derrotados mediante la represión indirecta y directa de Rusia son muchísimas.

No obstante, una victoria militar sobre ciudadanos desarmados, la mayoría mujeres, no puede ser de ningún modo un éxito político. Todo lo contrario: Putin enfrenta la disyuntiva de perder los hasta ahora buenos contactos que mantenía con partidos y gobiernos europeos. De hecho ha terminado por crear una alianza de centro político en contra de sus amenazas. Polonia y los países bálticos han cerrado filas en torno a la UE y la UE en torno a Merkel. En Alemania, los extremos de izquierda, la Linke y AfD se encuentran acorralados debido a sus amistosas relaciones con el putinismo.

Desde su perspectiva geopolítica, Putin no puede darse el lujo de perder a Bielorrusia. Si renuncia a esa suerte de federación forzada entre naciones étnicamente eslavas y religiosamente ortodoxas - para recurrir a la terminología del filósofo de Putin, Alexander Dugin – su proyecto de ejercer hegemonía sobre la Europa democrática se vendrá definitivamente al suelo. En el mejor de los casos Putin tendría que conformarse con el rol que le asignó Barack Obama, el de ser mandatario de un simple imperio regional. En las palabras del Ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius: “Rusia no es una superpotencia, sino un superproblema”. Algunos políticos occidentales hablan de “estado mafioso” e, incluso, de “estado criminal”. No son precisamente las mejores credenciales para ejercer presencia política en Europa y otros lugares del mundo.

Lukashenko ganará sin duda la batalla militar, pero lo hará frente a un ejército inexistente. Desde un punto de vista político, ya está derrotado. Sus esfuerzos por aparecer ante Europa como un gobernante de una nación independiente, pertenecen al pasado. Hoy es visto como lo que es, no solo como un dictador, sino como un títere al servicio de una potencia extranjera. Incluso ya padece el síntoma enfermizo de todos los dictadores caídos en desgracia, el de identificar su nombre con el destino de la nación. Así fue como declaró ante periodistas rusos: "Yo no me iré así como así. Dediqué un cuarto de siglo a construir Bielorrusia. No voy a tirar todo por la borda de buenas a primeras. Además, si me voy, se cargarán a mis partidarios” (sin comentarios).

Putin y Lukashenko controlarán al estado, no así a la sociedad de Bielorrusia. Hasta que llegue el día en que estado y sociedad coincidan, Bielorrusia sera una nación ocupada. Podría pasar mucho tiempo bajo esa condición (es inevitable recordar a Checoeslovaquia después de la invasión soviética de 1968). La Europa democrática, abandonada militar y políticamente por el gobierno de Donad Trump y luego económicamente por la Inglaterra del Brexit, está recién, bajo la conducción de Macron y Merkel, reordenando sus filas.

Trump, evidentemente, no ve en Putin a un enemigo, ni siquiera a un adversario, sino más bien a un socio en una empresa destinada a demoler a la UE, vista por el presidente norteamericano como una organización supraeconómica que contradice sus proyectos bi-laterales destinados a enfrentar a China en la arena comercial. Esa es la cruda realidad: Trump es un gobernante económico y no político. Los principios y los ideales cuentan para él solo si son económicamente rentables. El desinterés que ha mostrado Trump frente al intento de asesinato a Navalny, pero sobre todo frente a la revolución nacional y democrática de Bielorrusia, raya definitivamente con la complicidad.

Merkel parece haber captado la esencia de la gran contradicción de nuestro tiempo. Esa se da entre la democracia y regímenes no, y anti-democráticos. Pronta a abandonar la política activa, busca dejar un mensaje, tal vez un legado: el de defender y ampliar los principios democráticos sobre los que reposa históricamente Europa. Desde la segunda guerra mundial no han estado tan amenazados.

PS. 10.09.2020. Según informe médico, Navalny ya está en condiciones de hablar. La policía alemana ha reforzado su vigilancia por temor a un nuevo atentado. La realidad, por ahora, es un thriller.

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2020/09/fernando-mires-merkel-navalny-y...

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