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Opinión

Nicolás Maduro es un dictador, y así lo ha afirmado el Presidente Trump durante su intervención en la 74ª Asamblea de las Naciones Unidad, señalando, además, que es una marioneta de Cuba, país que al igual que Venezuela no respeta los derechos humanos y políticos del ciudadano. No queda duda para el mundo hoy que el Ambiente Político Real es Violento y, en consecuencia, la sociedad padece una grave crisis político, social, económica y moral que aterra el mundo. Un mundo que clama por la democracia, libertad y respeto que hoy son propios del más importante foro internacional y marca, en consecuencia, una tarea política deducida para el liderazgo democrático venezolano, pero sobre todo para la sociedad democrática venezolana. La democracia no se mendiga… se conquista.

La afirmación del Presidente del país más desarrollado y poderoso del mundo impone y obliga una reflexión política al 87% de los demócratas venezolanos, que están obligados a dibujar y darle vida a la Transición Política necesaria. Transición que, como proceso de socialización, obliga a nuevas lealtades, a nuevas preferencias políticas y simbológicas que como valoraciones renovadoras ciudadanas, conduzcan un cambio de la dictadura socialista. Dictadura socialista que como modelo de engaño y regresión política, ya lleva 20 años, después de nacer en el seno del golpismo militarista cobarde y primitivo, que ahora se muestra lleno de corrupción y entregado a la ideologización castrista.

La acusación pública y directa del Presidente Trump, en su condición de jefe de Estado de un país democrático, muestra que en el hemisferio occidental los operadores políticos y ciudadanos deben conciliar en un interés común la ruta para una transición política, la misma pareciera coincidir en la desobediencia civil. El ciudadano, gran actor y responsable por su destino, tiene que darle prioridad a la política, entendida ésta como: la creadora de un orden de conveniencia ordenadora de la existencia social del venezolano y del orden que debe gozar la legitimidad y la estabilidad.

El Presidente Trump con data cierta ha calificado a Maduro de dictador ideologizado y al servicio del castromarxismo cubano que, además, opera en contra la democracia venezolana accionando sobre la mayoría de los ciudadanos, que sufren desde el golpe de Estado del 4F la violencia política y desde 1999 el establecimiento de un régimen autocrático militarista, cobarde y asesino que ya es insostenible. La política impone, entonces, un cambio ante el grave conflicto social que ha conducido a la diáspora que avergüenza hoy al gentilicio del venezolano. Reconstruir la democracia es impostergable y obligatorio para desplazar la vanguardia revolucionaria militarista, que sólo se logrará con acciones de una sociedad con identidad colectiva democrática, con capacidad hasta de contener el ejército marxista como agente de cambio social.

Los ciudadanos demócratas coincidiremos y operaremos para una transformación activando la desobediencia civil, desde allí se llegará a la huelga general y, a partir de aquí, una vez desplazado el conflicto social artificioso que ha impuesto esta supuesta revolución socialista, se iniciará el momento en el cual se cumpla la Constitución. Constitución que abrece y proteja al ciudadano, ciudadano que no quiere más conflicto y desde ya comprende la importancia de la política, entendida como la junta entre la participación política y acciones que potencian el orden social.

Hoy desde la capital del mundo quedó claro que Venezuela es una tiranía, y el tirano Maduro va tener que enfrentar a una masa de ciudadanos demócratas que tienen el derecho a desvincularse de la apatía y a convencer a muchos ciudadanos de la necesidad de la política. Política que abriga a la desobediencia civil, para fracturar un régimen vergüenza de una nación que sufre una desgracia y que ha logrado el control de la masa ciudadana para bloquear una democracia propia del siglo XXI, que permita fortalecer el buen vivir, la paz ye l desarrollo en esta nación.

La afirmación de Trump debiere inducir a la acción de los demócratas venezolanos para transformar una realidad política monstruosa, que es la tiranía militarista. La acción política del 87% de ciudadanos como sociedad democrática se ancla en la ética y la moral denezolano, en consecuencia a es obligación política es la que debe impulsar a la acción de desobediencia civil para no ser más objeto de vergüenza ni señalamientos públicos internacionales, que Venezuela pueda retomar su espacio en el mundo como una democracia y no como se señaló hoy: una tiranía. Constrúyase el esfuerzo colectivo, ciudadanos venezolanos, para repicar y replicar el gentilicio democrático de los venezolanos en pleno siglo XXI.

Es original,

Director de CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 24 de septiembre de 2019

 3 min


Se dice que el origen de la palabra «traidor» se remonta a la época en que Jesús entra en Jerusalén y es entregado por uno de sus doce apóstoles, llamado Judas Iscariote, a los principales sacerdotes judíos, que capitaneaban el templo.

La palabra «traidor» se deriva del «traditor» latino que significa «el que entrega». (Lucas 22,52).

La traición de Judas se consideró tan execrable, por lo que su nombre siempre ha sido sinónimo de «traidor» y aparece en el noveno círculo más bajo del infierno, donde sufre las más viles torturas y es continuamente roído por una de las tres bocas de Lucifer, lugar reservado exclusivamente por Dante Alighieri para los traidores, en su libro «Infierno», donde la traición es el máximo pecado que se puede cometer y amerita la peor de las condenas.

Antiguamente la teología cristiana y el pensamiento político consideraban la traición y la blasfemia como sinónimos, desafiando tanto al Estado y a la voluntad de Dios, ya que consideraban que los reyes eran elegidos por Dios y traicionar a sus súbditos era hacer la obra de Satanás.

Abro comillas:

traición

nombre femenino

  1. 1.

Falta que comete una persona que no cumple su palabra o que no guarda la fidelidad debida.

"es famosa la traición de Judas, que vendió a Jesucristo por treinta monedas de plata"

  1. 2.

derecho

Delito cometido contra un deber público, como la patria para los ciudadanos o la disciplina para los militares.

También tenemos textualmente:

traición

  1. f. Violación de la fidelidad o lealtad que se debe:
    podría perdonarte cualquier error, pero no una traición.
  2. Delito que se comete contra la patria o contra el Estado, en servicio del enemigo.
  3. a traición loc. adv. Alevosamente, faltando a la lealtad:
    has estado hurgando en mi pasado a traición.
  4. alta traición La cometida contra la soberanía, la seguridad o la independencia del Estado.

Cierro comillas.

Las naciones mencionan en sus leyes varios tipos de traición y son debidamente castigadas, según la gravedad de ellas. Unas son cometidas a lo interno, como la insurrección, que puede incluir un «golpe de Estado» y las relacionadas con agresiones extranjeras, muy bien positivas para la nación, pero no para el gobierno de turno. Otras traiciones, son las relacionadas a inducir secretamente a extranjeros a causar una agresión o amenaza a la nación. Dependiendo del país, la conspiración también se agrega a los actos de traición. Tenemos como ejemplo a Japón, donde la aplicación de los «crímenes relacionados con la insurrección» fueron considerados conspiración sobre el culto de Aum Shinrikyō que causaron el terrorismo religioso.

La traición en líneas generales consiste en defraudar a la familia, los amigos, los grupos políticos, étnicos o religiosos u otros grupos a los que se pertenezca, prometiéndole realizar alguna acción y luego realizan lo contrario, traicionando a los que están esperando esas acciones.

En Venezuela una y otra vez hemos sido traicionados por quienes nos han prometido en múltiples oportunidades sacar al País de la tragedia en la que desde hace más de seis décadas nos han tenido inmersos los gobiernos de turno.

En los últimos 17 años, hemos tenido frente a nuestros ojos una dantesca realidad. Enfrentamos una «oposición u oposición oficial», quien es apaciguadora de oficio y que nos ha sometido a innumerables postergaciones con intentos de reconciliaciones, con falsos escenarios de diálogos y farsas electorales, sin la intención de aplicar justicia a un régimen perverso e ilegitimo, que nos ha tenido sometidos a las peores vejaciones y humillaciones, al mismo tiempo, de haber coartado a quienes piensan diferente, sin ninguna razón lógica o política para que continúe en el poder. Como resultado de las pasadas manifestaciones, tenemos que unos cientos perdieron la vida, otros quedaron mutilados y los que ahora pagan un encierro injusto recibiendo las peores torturas producto de la represión ejercida por los guardias nacionales, además y por último, lo acontecido el 20 de mayo de 2018.

Indiscutiblemente, la ofensiva es contra el chavismo y los males que incita y encarna; pero es nuestra obligación ir en contra de los perversos políticos que nos han traicionado en incontables ocasiones y la retorcida política que aplican, contra quienes pretenden liderar a la Nación, pero jamás han entrado en sintonía con los deseos y sentimientos populares; contra los que se hacen llamar «opositores» para aglutinar simpatías, pero no se oponen con la sensatez y contumacia que exigen las angustias actuales.

«Por sus obras los conoceréis (Mt 7,15-20)».

Twitter: @DulceMTostaR

Parler: @DulceMTosta

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http://www.dulcemariatosta.com

 3 min


Analítica.com

Se sabe que el origen del teatro, tal y como lo conocemos, se remonta a la antigua tragedia griega, que según dicen los entendidos, se basaba en rituales para apaciguar a los dioses. A través de los años, el desarrollo de la interpretación de una ficción para entretener a la gente fue separándose de lo trágico o dramático para compensar la tragedia por algo más ameno para el público y se convirtió en comedia.

En nuestro país, los gobernantes fabrican comedias para ocultar la tragedia que vivimos, e intentan con nosotros aquello que los romanos perfeccionaron: pan y circo. El problema es que la harina para el pan está por agotarse y las arepas se han convertido en un lujo.

Lo preocupante, en estos momentos, es que lo que fue un aspecto jovial y característico del pueblo venezolano de tomar todo, lo bueno y lo malo, a chanza, ya no es útil para enfrentar seriamente a la dictadura y sus desplantes tragicómicos.

Ya no sirve de nada la burla contra la maniobra de algunos pseudoopositores que se prestan, por las razones que tengan, a tenderle la cama a un régimen agónico que está conduciendo al país a la paralización total de la actividad económica, con todas las consecuencias que ello trae consigue.

No es hora de risas, sino de apretar el rostro y decir de una buena vez, al unísono, ¡¡basta!! . Si, basta de indiferencia, de esperar que alguien nos resuelva la vida. Es hora de enseriarse y de luchar unidos contra la tragicomedia que quieren imponernos y hacer todo lo que esté en nuestras manos para desmantelar la farsa y ponernos a construir un futuro real, no otra ficción más.

https://www.analitica.com/el-editorial/no-transformemos-la-tragedia-en-c...

 1 min


Pablo Guimó, Javier Lafuente, Naiara Galarraga Gortázar

La amenazante sombra de una desaceleración económica, la guerra comercial, el calentamiento global, el incierto conflicto en Oriente Próximo, la tensión en Venezuela, el Brexit... Diversas crisis marcan la agenda de la Asamblea General de la ONU que empieza este martes en Nueva York justo después de la cumbre contra el cambio climático celebrada el lunes en la misma ciudad. A los asuntos más evidentes se suman inesperados puntos de interés, como una reunión entre los líderes estadounidense y ucraniano, donde se buscarán claves del enésimo escándalo interno de Donald Trump. La primera jornada, con discursos del brasileño Jair Bolsonaro, el propio Trump, el egipcio Abdelfatá al Sisi y el turco Recep Tayyip Erdogan, será una oportunidad de comprobar que la polarizante y populista figura del presidente republicano del país anfitrión ha creado escuela. Estos son algunos de los asuntos a no perder de vista en una semana frenética:

En todos los frentes será clave la postura de Trump, un líder que, precisamente, se ha caracterizado por su desdén hacia los organismos multilaterales. Hablará a la Asamblea este martes, en su primer discurso internacional desde el despido del halcón John Bolton al frente de Seguridad Nacional. Se espera, según avances proporcionados por su Administración, que defienda la soberanía e independencia de los países de la ONU, que enarbole la protección de las libertades religiosas y que presente Estados Unidos como “una alternativa positiva al autoritarismo”. Pero todos los ojos estarán puestos en su reunión el miércoles con el presidente ucranio Volodímir Zelenski, en medio de la crisis desatada tras la revelación de que Trump le presionó para que investigara los negocios en aquel país del hijo del exvicepresidente Joe Biden, favorito demócrata a enfrentarse a él en 2020. El presidente aseguró el domingo que considera que sus conversaciones con Zelenski fueron “absolutamente perfectas”, pero los demócratas ven de nuevo un intento de Trump de buscar la ayuda de un país extranjero para su reelección.

Irán. La incógnita de Rohani

Después de tres años de mandato marcados por el mantra del "América primero", Trump tratará de convencer a los escépticos líderes mundiales de construir una coalición contra Irán, a quien EE UU acusa del ataque con drones a instalaciones petroleras de Arabia Saudí el pasado 14 de septiembre. Aquella acción, definida por el secretario de Estado Pompeo como “un acto de guerra”, prácticamente ha eliminado la posibilidad de una reunión bilateral con el presidente Hasan Rohani, una iniciativa por la que trabajó sobre todo el francés Emmanuel Macron. Pero con Trump nunca se sabe. Ya el domingo aseguró que “nunca nada está completamente fuera de la mesa”. Lo que sí parece claro es que la delegación estadounidense presentará a sus aliados las pruebas sobre las que sostiene su acusación y que Teherán niega. Y Rohani, que habla el miércoles, probablemente aprovechará para acusar a Estados Unidos de iniciar el conflicto al retirarse del acuerdo nuclear firmado en 2015 y reinstaurar las sanciones que destruyen su economía.

El Reino Unido. Improbables avances en el Brexit

El británico Boris Johnson acude a su primera Asamblea General como primer ministro en medio de una profunda crisis interna: a apenas un mes de que su país salga de la Unión Europea sin un acuerdo a la vista, con el Parlamento cerrado, y pendiente de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre si se extralimitó al suspenderlo (la decisión, de hecho, pillará a Johnson en Nueva York). El primer ministro se reunirá con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, así como con otros líderes de los Veintisiete, como Macron, la alemana Angela Merkel o el irlandés Leo Varadkar. Será la primera oportunidad para los líderes europeos de pedir en persona detalles sobre el borrador, anunciado por Londres la semana pasada, de una posible solución para salvar el acuerdo de salida resolviendo el endiablado asunto de la necesidad de evitar una frontera física en la isla de Irlanda.

Pero, al margen del escepticismo de los líderes europeos ante cualquier jugada del nuevo primer ministro, el propio Johnson ha advertido, antes de salir hacia Nueva York, de que no ve muy probable que su viaje depare un desbloqueo en el enfangado Brexit. “Les advertiría a todos contra la idea de pensar que este va a ser el momento”, dijo el líder tory a los periodistas. “No me estoy poniendo pesimista. Lo intentaremos, pero hay trabajo por hacer”, añadió.

Venezuela. Diez meses de Guaidó como presidente interino

Casi diez meses han transcurrido desde la irrupción de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, como es reconocido por más de 50 Gobiernos de todo el mundo. No obstante, a instancias de la ONU, Nicolás Maduro sigue siendo el mandatario venezolano. Una prueba de ello es que, salvo sorpresa de última hora, quien hablará en representación del país caribeño en la Asamblea General será el canciller Jorge Arreaza.

Mientras tanto, los representantes de Guaidó han preparado una ofensiva diplomática para tratar de recuperar el impulso perdido con el paso de los meses. Al frente de la delegación de Guaidó se encuentra Julio Borges, encargado de las relaciones exteriores. Exiliado en Bogotá, a Borges lo acompañarán otros diputados próximos a Guaidó que dejaron Venezuela por miedo a ser retenidos, caso de Miguel Pizarro, nombrado interlocutor ante la ONU este fin de semana, o José Andrés Mejía, así como el designado embajador, Carlos Vecchio. La delegación de Guaidó mantendrá una serie de encuentros con representantes diplomáticos, como el ministro español Josep Borrell, futuro jefe de la diplomacia europea, a los que quieren instar a que incrementen la presión contra el Gobierno de Maduro.

América Latina. El desafío migratorio

Uno de los grandes ausentes en la Asamblea será el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no sale de su país desde hace casi dos años y que ha delegado la diplomacia en el canciller, Marcelo Ebrard. Significativa ausencia, puesto que sería el primer año en que el primer presidente de izquierdas del país latinoamericano pudiese intervenir en Naciones Unidas. Más aún cuando México afronta un reto mayúsculo como es lidiar con Donald Trump en el tema migratorio.

México se ha erigido en una suerte de muro para Estados Unidos para frenar el paso de migrantes hacia el vecino del norte. A cambio, el Gobierno de López Obrador pretende desarrollar una especie de Plan Marshall para Centroamérica. Ebrard se empleará esta semana a fondo para lograr todos los apoyos posibles, diplomáticos pero sobre todo económicos.

Brasil. El primer discurso, el de Bolsonaro

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que no fue invitado a la cumbre del clima por coquetear con el escepticismo ambiental, será este martes el primero de los jefes de Estado en dirigirse al mundo en la Asamblea. Un privilegio que no es fruto del orden alfabético (que encabeza Afganistán y cierra Zimbabue), de su popularidad, del peso político o económico de su país, sino de la tradición. Abrirá esta 74º sesión, como los mandatarios brasileños hacen desde 1955.

Bolsonaro llega a Nueva York convertido en uno de los mandatarios más criticados por sus tics autoritarios, su añoranza de la dictadura y su política ambiental. Junto a él, habrá unos 150 jefes de Estado. El brasileño ha reducido al mínimo su agenda, aún pendiente de si incluye un almuerzo con el presidente estadounidense.

24 de septiembre

El País

https://elpais.com/internacional/2019/09/23/actualidad/1569259618_363228...

 5 min


Cada día se dificulta más que los venezolanos podamos entendernos. Las grandes diferencias entre los demócratas y los totalitarios del régimen son insalvables, ya que estos últimos no comparten los principios y valores básicos de nuestra civilización. Lo que amerita resolver son las diferencias entre quienes nos decimos demócratas, aceptando que no es un grupo homogéneo y que hay especímenes poco confiables.

¿Cómo calificar a quienes se reunieron en la Casa Amarilla con el régimen, después de sostener durante semanas reuniones trascorrales? Muchos los han tildado de traidores comprados por el régimen. ¿Es o no posible que solo están equivocados o que el pragmatismo los llevó a negociar para lograr algo, aunque sea fallo?

Negociar no es un delito. Lo que sí es delito es llegar a acuerdos contrarios a los derechos civiles, políticos y humanos o darle oxígeno a un régimen que los viola. Para negociar hay que tener un mandato y prestigio ¿Qué representatividad tienen Falcón, Claudio Fermín, Timoteo Zambrano y Felipe Mujica? Según la encuestadora Pronóstico, Falcón cuenta con 1,1 por ciento de aceptación y su partido solo el 0,2%. Claudio, Timoteo y Mujica no figuran. El primero debe tener respaldo familiar, Timoteo ni siquiera eso, dados sus antecedentes, y Mujica merece el rechazo de todos por su vergonzosa posición homofóbica.

¿Por qué este cuarteto, el mismo que avaló la elección fraudulenta de mayo 2018, tomó esa iniciativa tan criticada? De sus declaraciones se desprende que los partidos relativamente mayores los marginaron de la toma de decisiones. Seguramente es cierto, pero deben calibrar cuál es su peso específico. Aunque políticamente no son importantes, el régimen los utiliza para intentar engañar, vendiendo la idea de que sí es posible lograr acuerdos con supuestos opositores no radicales.

El narcorégimen les hará algunas concesiones, como la libertad del secuestrado Edgar Zambrano, pero están equivocados si esperan que esa negociación conduzca a la salida de Maduro y sus acólitos, que debería ser el objetivo del cuarteto si es que proceden de buena fe, lo cual no parece ser el caso.

Lo relevante no es si se vendieron o no, allá cada quien con su conciencia y con su mala fama. Lo fundamental es el daño que ocasionan al ayudar al régimen a proyectar una imagen alejada de la realidad. Los venezolanos los conocemos, pero internacionalmente pueden confundir a algunos gobiernos y le dan elementos a la extrema izquierda mundial para que sigan alcahueteando a la dictadura. En este sentido no dudamos en calificarlos de traidores a los principios y valores y merecen el rechazo de los demócratas.

Por otra parte, ojalá no confundamos los traidores a la democracia con otros venezolanos que piensan diferente a la mayoría. Por ejemplo, las encuestas indican que un elevado porcentaje de la población se inclina por la intervención extranjera. Ello tiene explicaciones, pero no es la vía sensata. Otros apuestan a que el régimen tendrá que ceder en una negociación bien llevada, dada la presión de las sanciones y algunos consideran, equivocadamente, que estas deben levantarse. Son posiciones con las que se puede o no estar de acuerdo, pero es injusto tildar de traidores y cómplices del régimen a quienes las sostienen.

Llama la atención que el Copei impuesto por el TSJ usurpador descalifica una posible intervención de nuestros militares. Se olvidan que en el pasado el partido apoyó el golpe del 18 de octubre de 1945, el del 24 de noviembre de 1948 y el del 23 de enero de 1958. Hoy, los militares tienen la obligación de intervenir.

Nuevamente instamos a nuestros dirigentes honestos a crear un frente común y ofrecer un apoyo sincero al presidente (e) Guaidó, quien cuenta con el respaldo mayoritario de los ciudadanos. En el Frente Amplio Venezuela Libre deben estar todos los dirigentes que quieren que cese la usurpación. El pueblo venezolano ha luchado como nunca en el pasado. La dirigencia ha pecado en varias oportunidades. Ojalá rectifiquen.

Como (había) en botica:

Prematura y sorpresivamente Venezuela perdió un excelente ciudadano, el área de refinación petrolera se quedó sin uno de sus profesionales más reconocidos y quienes lo tratamos perdimos un gran compañero. Francisco Javier Larrañaga fue un demócrata que predicó y defendió los principios y valores de la democracia. Participó en marchas, foros, asambleas de ciudadano y trabajó con entusiasmo en el Plan de Emergencia para la recuperación de la industria petrolera. Fue miembro de la Academia de Ingeniería y del Hábitat y miembro fundador de Coener, ingeniero industrial de la UCAB, con doctorado en Francia. Tuvo una destacada carrera en Pdvsa y filiales, lamentablemente truncada por Roberto Mandini, entonces presidente de la empresa, quien arbitrariamente lo obligó a jubilarse. Se dedicó a la consultoría privada, a apoyar económicamente a los petroleros despedidos por Chávez en el 2002 y a trabajar por el cese de la usurpación. Nuestro pésame a su esposa Alba, hijos y nietos.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


En Venezuela, el cultivo de la soya tiene hoy un impresionante atractivo para muchos agricultores, quizás impulsados en un comienzo, por ese grupo que se ha identificado como “Ruteros de la Soya”. En días recientes, durante un día de campo en Portuguesa, comentábamos que este nuevo renacer del cultivo de esta maravillosa planta en el país, va a lograr que definitivamente se produzca suficiente grano de soya en nuestro territorio, para cubrir dos áreas tan importantes en la alimentación como son: el aceite comestible y la harina de soya como concentrado proteico, debido a que ahora son los agricultores los primeros interesados en el cultivo.

Personalmente, estuve trece años en la empresa Protinal, C.A., desde los años setenta persiguiendo agricultores para que sembraran soya en el país; posteriormente doce años más en Agroisleña, C.A., desde finales del siglo XX hasta comienzos de este siglo, con la misma tarea de animar a los productores a la siembra de esta leguminosa, obteniendo, con contadas excepciones, casi siempre la misma respuesta: “la soya no se da en estas tierras”, “la soya es de China, ¿cómo pretende usted producirla aquí”?, “esa planta no se conoce en Venezuela”, y otras respuestas que significaban la misma negativa por parte de la mayoría de los productores. Todo eso a pesar que desde 1967, cuando se realizó la primera siembra comercial de soya en el país, en los Valles de Aroa, se logró un éxito rotundo en cuanto a rendimientos y manejo del cultivo.

Hoy en día se puede considerar que el cultivo de la soya no tiene barreras latitudinales, y más bien, con los adelantos en mejoramiento genético y el desarrollo de cultivares transgénicos y los editados genéticamente, las áreas tropicales del mundo con su balance hídrico positivo y la calidez de su temperatura, se deben convertir en el mejor recurso para la producción de este cultivo. Esto ha ayudado a que los agricultores sean ahora los que andan en busca de ciencia y tecnología para realizar sus cultivos de la mejor manera, han cambiado la dirección cuando son las liebres las que persiguen a los perros en busca del éxito.

Sin embargo, aún son las regiones templadas y algunos sectores sub tropicales, los que albergan la mayor producción de soya en el mundo. Si consideramos las estadísticas de FAO o FAOSTATS para el año 2017, encontramos el siguiente resultado: USA produjo 120 millones de toneladas en unos 36 millones de hectáreas; Brasil produjo 115 millones de toneladas en cerca de 34 millones de hectáreas y Argentina produjo 55 millones de toneladas en unos 17 millones de hectáreas. Los rendimientos de esos ciclos fueron 3,4 toneladas/ha para Brasil; 3,3 toneladas/ha para USA y 3,2 toneladas/ha para Argentina.

Esos tres países son los líderes mundiales en lo que a soya se refiere, y especialmente USA y Brasil, han dedicado grandes esfuerzos e inversiones para el desarrollo del cultivo de la soya y llegar, luego de varios años de intenso trabajo, a esos resultados obtenidos. Es impresionante lograr rendimientos de 3,4 toneladas/ha cuando se cosechan 34 millones de hectáreas, lo cual, para que tengamos una idea, es casi el triple de todas las tierras con vocación agrícola que tiene Venezuela.

El militar que ocupa el cargo de ministro de agricultura en el país, ha señalado, según información difundida por Minuta Agropecuaria, que “Venezuela ha demostrado una capacidad productiva de soya que supera a Brasil, ya que en Monagas se ha llegado a 4.000 kg de soya/ha”. Y remata con esta sentencia: “Brasil no sobrepasa las 2 toneladas/ha”. Por supuesto, este régimen nos tiene acostumbrados a este tipo de mentiras e ilusiones. Sin embargo, no dudo que con el esfuerzo de nuestros agricultores algún día lleguemos a rendimientos promedio aceptables, que permitan aprovechar las ventajas de nuestra franja tropical para la producción comercial de soya en nuestro territorio y podamos cubrir nuestros requerimientos internos. Se sigue avanzando a pesar de las erradas políticas agrícolas, que durante 20 años, ha decretado el régimen del socialismo del siglo XXI.

Septiembre 2019

 3 min


Del fracaso de dos diálogos, el de Santo Domingo y el de Barbados, hay que sacar algunas consecuencias. Una es que ambos fueron aceptados por un régimen que excluye el diálogo. Pues la política para regímenes como el de Maduro no es sino la continuación de la guerra con los mismos medios. En ese sentido cuando Maduro va a un diálogo lo hace como una estratagema. Su objetivo es destruir al enemigo, no pactar, sobre todo cuando ese enemigo no se encuentra en condiciones de imponer nada. Por eso Maduro elige los momentos de diálogo. Y lo hace bien.

La oposición, siguiendo la lógica de toda dictadura, debe encontrarse en un estado pasivo para dialogar, dividida, y sobre todo, sin una política definida. El último componente ha sido determinante en el fracaso de los diálogos señalados.

De Santo Domingo a Barbados

A Santo Domingo la oposición acudió a dialogar después de que el régimen -con la colaboración del extremismo opositor- lograra imponer un sello militar a los enfrentamientos callejeros. Peor aún: fue a dialogar sobre elecciones presidenciales sin haber llegado a un acuerdo previo de candidatura unitaria. Maduro hizo entonces lo que desde su estrategia correspondía: adelantó la fecha de las elecciones tal como lo había propuesto anteriormente la misma oposición. Así logró que esa oposición pisara ingenuamente la trampa abstencionista. Entonces hay que decirlo: Maduro es presidente por obra y gracia de la oposición venezolana.

La historia volvería a repetirse con el diálogo de Barbados. Después del 23 de enero, gracias a la recuperación de la unidad, estaban dada todas las condiciones para desatar una lucha masiva por elecciones libres -tuvieran lugar o no- y de este modo arrinconar a Maduro. Era el momento preciso para exigir negociar con un régimen nacional e internacionalmente aislado. La oposición en cambio se dejó llevar por visiones extremistas, adoptando una línea insurreccional (fin de la usurpación) que exigía el mágico derrocamiento de Maduro como condición previa para luchar por elecciones libres. El resultado no pudo ser peor.

Después de la debacle del 30-A la oposición ha vuelto a a quedar tan paralizada como después de la abstención del 20-M. Al no acertar a redefinir una línea de acción optó por convertir a la persona de Guaidó en “la línea”. Más aún: incapaz de crear una alternativa, regredió hacia los estadios más primarios, allí donde el líder no representa una política sino él es la política. Bajo esas condiciones, Guaidó fue convertido en una especie de Moisés. Pero – qué desgracia- sin Tierra Prometida.

Al no politizar la acción del líder, la oposición, o sus cuatro partidos dícense “grandes”, terminaron por abandonar al líder a su suerte. Hoy, un desolado Guaidó, llama a ejercer presión sin que nadie sepa el objetivo de esa presión. Peor todavía: sin conducción interna, la oposición venezolana ha terminado por convertirse en objeto de la lucha electoral norteamericana, dándose así todas las condiciones para que Maduro aparezca ante sus huestes, sobre todo las uniformadas, como defensor de “la patria amenazada”. Esa misma oposición que hace algunos meses lo tuvo todo, hoy no tiene casi nada. Y bien, sobre esa base tan precaria nació la negociación de Barbados.

El diálogo y sus tres posibilidades

Cuando una fuerza democrática enfrenta a un régimen antidemocrático, solo hay tres posibilidades de negociación: 1. Si la oposición es política y militarmente más fuerte, el objetivo es imponer condiciones para la capitulación del régimen 2. Si la oposición es políticamente más fuerte y el régimen militarmente más fuerte, el objetivo será intentar mover al régimen hacia el espacio político el que siempre, en primera y última instancia, será electoral 3. Si la oposición es política y militarmente más débil, el objetivo no puede ser otro que intentar preservar los espacios ganados en gestas anteriores.

Equivocar los términos de la negociación puede ser fatal. Así sucedió en Barbados. La oposición, ante la falta de alternativas propias, ante la evidencia de que ninguna potencia extranjera estaba dispuesta a invadir Venezuela, ante el fracaso del golpe militar redentor, ante el evidente descenso del movimiento de masas nacido en enero, se encontraba en agosto- septiembre situada en la posición 3. Sin embargo, de acuerdo a todas las informaciones de que disponemos -hay que tener en cuenta que fue una reunión secreta- la delegación fue a Barbados a imponer exigencias que solo se justificaban si hubiera estado situada en la posición 1. Eso era precisamente lo que esperaba Maduro para dinamitar el diálogo.

Las conversaciones de la Casa Amarilla

Hacia mediados de septiembre comenzó a ser forjado otro diálogo. Una fracción minoritaria de la oposición formada por algunos de sus partidos más pequeños, estableció conversaciones con Maduro y con un sector del PSUV. En la crónica histórica serán conocidas como “las conversaciones de La Casa Amarilla”.

A diferencias de la delegación de Barbados, el grupo que acudió al diálogo, consciente de su inferioridad numérica, partió desde la posición 3. De ahí que sus exigencias, a diferencias de las del grupo Barbados que eran maximalistas, fueron minimalistas.

Entre otros, sus objetivos eran lograr la liberación de algunos presos políticos, solicitar que el grupo de parlamentarios del PSUV volviera a la AN, iniciar conversaciones en torno a la conformación del CNE de cara a las elecciones parlamentarias que tendrán lugar el año 2020 y, no por último, crear una mesa de consulta de carácter permanente.

El tiempo y nada más dirá si esos objetivos, o por lo menos parte de ellos, fueron alcanzados. En todo caso ninguno de ellos atenta en contra de la integridad del resto de los partidos de oposición ni mucho menos en contra del -cada vez más debilitado- liderazgo de Guaidó. Hecho que contrasta con la violencia verbal y las agresiones mal contenidas de la que hicieron gala algunos dirigentes de los partidos autodenominados grandes (nadie sabe si todavía lo son).

Puede ser que el grupo que asistió a las conversaciones haya cometido errores. Algunos de sus representantes parecen tener una confianza excesiva en el efecto de los diálogos. Otros dan por sentado que los diálogos determinan la acción política y no esta última a los diálogos. Pero esos errores, supuestos o reales, no justifican bajo ningún motivo la reacción histérica de representantes de la oposición, incluyendo las de algunos que en el pasado reciente habían dado muestras de compostura.

El grupo que asistió al diálogo ha sido calificado de traidor por sectores del resto opositor. La pregunta obvia es ¿traición a qué? ¿A alguna estrategia común? ¿A alguna línea política? ¿A alguna organización unitaria que obligue a actuar conjuntamente? Todo el mundo sabe que nada de eso existe. No puede haber traición cuando no hay nada que traicionar.

El grupo que asistió al diálogo ha sido acusado de romper la unidad. La pregunta obvia es, ¿cuál unidad? ¿La unidad en torno a un programa de acción inexistente? ¿O simplemente la unidad anti-política en torno al nombre de un hombre? Sí lo último es cierto, estaríamos presenciando un retorno a los escalones más bajos del mundo pre-político.

El grupo que asistió al diálogo ha sido acusado de no representar al conjunto de la oposición. La pregunta obvia es si existe acaso una organización unitaria que reúna al conjunto de la oposición. Distinto sería si ese grupo hubiese cometido desacato a acuerdos tomados en un frente común. Pero todo el mundo sabe que uno de los grandes “éxitos” de la abstención del 20-M fue destruir a la MUD, la organización unitaria más exitosa que se ha dado la oposición en toda su historia.

Teniendo en cuenta la inexistencia de razones para vituperar de modo brutal a quienes fueron a dialogar con Maduro y su grupo, solo cabe deducir que la cantidad de exabruptos caídos sobre ellos obedecen a razones que no tienen mucho que ver con la política real sino solo con la política simbólica. Pues, por el solo hecho de existir, los dialogantes de La Casa Amarilla demostraron que la oposición no es un todo monolítico y, por lo mismo, que no todas las acciones pasan por las dirigencias establecidas. Hay un “resto” que evidentemente escapa al control de los partidos de la oposición. Ese “resto” parece ser mucho más grande que el número de militantes de los partidos que asistieron al diálogo. Ahí justamente reside el peligro de un potencial re-alineamiento: a un lado quienes siguen a una dirigencia sin política. Al otro, sectores existentes al interior de todos los partidos cuyo objetivo es recuperar la ruta democrática y electoral abandonada desde el 20-M.

Si tomamos en cuenta que en las redes no pocas personas se manifestaron, no a favor del temario de los opositores disidentes, pero sí a favor del derecho de todo ciudadano a realizar acciones políticas cuando estas no lesionan lealtades, programas ni estrategias de las cuales no son copartícipes, el peligro de la gestación de una nueva unidad democrática parece aterrar a quienes imaginan mantener el monopolio opositor.

Una voz clama en el desierto

Importante en la nueva constelación fue la posición asumida por COPEI a través de su líder Mercedes Malavé. Por razones que tienen que ver con la renovación estratégica del partido, COPEI decidió no acudir a la Casa Amarilla, lo que no impidió manifestar su pleno apoyo a quienes actuaron de acuerdo a sus principios, a sus valores y a sus opciones. Con claridad meridiana y combativas palabras, Mercedes Malavé explicaría en un notable artículo titulado “Políticos sin señal”, por qué partidos conductores de muchas derrotas carecen de solvencia moral para dictar normas a otros partidos y grupos, por mas pequeños que sean. Sus palabras todavía resuenan: “Aunque no fuimos a la Casa Amarilla, ya el big data, el foto montaje, los complejos algoritmos y los programadores que suman, restan y multiplican, para dividirnos, estaban listos. Ésa ha sido la treta comunicacional de La Salida Ya, la Salidota Yaaa y la Recontra-Salida Yaaaaaaaa! Del “falta poco” y casi “lo estamos logrando”.

Exigir unidad por la unidad cuando se carece de objetivos, puede llegar a ser un gran chantaje.

23 de septiembre 2019

Polis

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