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Opinión

Angus Deaton

PRINCETON – Mucha gente parece estar perdiendo la fe en el capitalismo y, con ella, su fe en los economistas, a quienes perciben como sus apologistas. El nuevo libro, The Economists’ Hour (La hora de los economistas), del periodista del New York Times, Binyamin Appelbaum, plantea muchas preguntas incómodas. ¿Se equivocó de camino la ciencia económica? Quienes no estamos de acuerdo con la variante neoclásica de la escuela de Chicago, ¿hemos, sin embargo, dejado que nos llevaran demasiado lejos en esa dirección? ¿Sería el mundo un lugar mejor si los economistas de Cambridge hubieran tenido más influencia y los de Chicago, menos? Y, por Cambridge, por supuesto me refiero a Cambridge, Inglaterra.

Cuando me convertí en economista en Cambridge hace 50 años, los economistas y los filósofos hablaban entre sí, y la economía del bienestar se enseñaba y consideraba seriamente. Se debatía mucho sobre el famoso trabajo publicado por John Rawls en 1971, Teoría de la justicia, y Amartya Sen, Anthony Atkinson y James Mirrlees, quienes estaban en Cambridge en ese momento, reflexionaban sobre la justicia y su relación con la desigualdad de ingresos.

Sen, inspirado por el libro Elección social y valores individuales, de Kenneth Arrow, que leyó mientras era estudiante universitario en Calcuta, escribió sobre la teoría de la elección social, la pobreza relativa y absoluta, y el utilitarismo y sus alternativas. Mirrlees halló la respuesta a una versión del problema de reconciliar la preferencia por la equidad con la restricción de respetar los incentivos, y Atkinson encontró una manera de integrar las miradas sobre la desigualdad con sus mediciones.

Mientras tanto, en Estados Unidos, la Escuela de Chicago seguía una línea diferente. Nadie debiera poner en tela de juicio las contribuciones intelectuales de Milton Friedman, George Stigler, James Buchanan y Robert Lucas a la economía y la política económica, así como las de Ronald Coase y Richard Posner al derecho y la economía. Sin embargo, resulta difícil imaginar un conjunto de trabajos más opuesto al pensamiento amplio sobre la desigualdad y la justicia. De hecho, en las versiones más extremas, el dinero se convierte en la medida del bienestar y la justicia no es más que eficiencia. Cuando llegué a EE. UU. en 1983 y me acusaron de ser «poco profesional» por reflexionar sobre la desigualdad, pensé en mi propia reacción años antes, al leer el argumento que propuso Stigler en 1959: «el estudio profesional de la economía te lleva a tomar una postura conservadora en términos políticos». Pensé que era un error de imprenta, nunca había conocido a un economista conservador.

La influencia de la economía de Chicago y los propios argumentos de Friedman siguen siendo extraordinariamente amplios. Friedman descartó gran parte de la desigualdad considerándola como algo natural, que refleja las elecciones de personas con gustos heterogéneos. Creía en la igualdad de oportunidades, pero se opuso con estridencia a los mpuestos estatales, considerándolos «impuestos malos» que «gravan la virtud» y «fomentan el derroche». Más de 700 economistas apoyaron recientemente esas afirmaciones y hoy escuchamos los mismos argumentos contra un impuesto a la riqueza. Para Friedman, quien también estaba a favor de la competencia impositiva entre países, las medidas para limitar la desigualdad en los resultados no solo ahogarían la libertad, sino que ampliarían la desigualdad. El libre mercado genera tanto libertad como igualdad.

Ese no parece haber sido el caso.

Por el contrario, tenemos un mundo en el que la familia Sackler se pagó a sí misma más de 12 mil millones de dólares por desatar y promover una epidemia de opioides por la que murieron cientos de miles de estadounidenses. Johnson & Johnson, el fabricante de tiritas protectoras y talco para bebés, cultivó amapolas reales en Tasmania para alimentar la epidemia, mientras el ejército estadounidense atacaba el suministro de opio talibán en la provincia de Helmand en Afganistán. En 1839, los británicos enviaron cañoneras para garantizar la seguridad de los contrabandistas británicos (e indios) de opio en China. Tenemos empresas de capital de riesgo que compran servicios de ambulancias y emplean a sus propios médicos en las salas de emergencia de los hospitales para que puedan cobrar tarifas «sorpresa», incluso a los pacientes cuyos seguros cubren esos hospitales específicos.

Esto es exactamente lo que esperaríamos de los mercados no regulados: el establecimiento de un monopolio local y la fijación de un precio elevado frente a la demanda inelástica por parte de consumidores inconscientes (algunas veces, literalmente). Al menos en retrospectiva, no sorprende que el libre mercado, o al menos los mercados libres donde el gobierno permite la captación de rentas por parte de los ricos, no dan como resultado la igualdad, sino una élite extractiva. Después de todo, no es esta la primera vez en que la retórica utópica en favor de la libertad genera una distopía social injusta.

El mejor ejemplo de Appelbaum es el logro que más enorgullecía a Friedman: la introducción de un ejército formado totalmente por voluntarios, una idea que, sospecho, aún cuenta con el beneplácito de la mayoría de los economistas. Pero, ¿es realmente una buena idea reclutar a nuestros militares entre quienes tienen menos educación y oportunidades? En 2014, solo el 7 % de los soldados rasos tenía un título de licenciatura, frente al 84 % de los oficiales.

Junto con Anne Case, de la Universidad de Princeton, hemos estado explorando las crecientes desigualdades entre quienes tienen menos y más educación en EE. UU. Hemos descubierto una creciente divergencia en los salarios, la participación en la fuerza laboral, el matrimonio, el aislamiento social, el dolor, el alcoholismo, las muertes por drogas y los suicidios. Y ahora se les pide a quienes poseen menos educación que arriesguen sus vidas por una élite educada, que elige dónde, cuándo y contra quien pelear.

Hemos perdido la conexión social que se creaba cuando gente muy diversa prestaba conjuntamente sus servicios. Vean, por ejemplo, la forma en que el economista y premio nobel Robert Solow describe su experiencia en el ejército como uno de los mejores y más importantes períodos de su vida. Si el presidente estadounidense Donald Trump rechazara los resultados de las elecciones de 2020 o se negara a dejar la Casa Blanca después de ser procesado y hallado culpable, podríamos llegar a lamentar las divisiones sociales que llevaron a que los militares fueran elegidos entre los lugares y quienes más fervientemente lo apoyan.

La escuela económica de Chicago nos dio a todos un saludable respeto por los mercados, pero también una escasa consideración por aquellas cosas que los mercados no pueden hacer, hacen mal, o no debiéramos pedirles en absoluto. Los filósofos nunca aceptaron que el dinero es la única medida del bien y los economistas no pasan suficiente tiempo leyendo sus escritos y escuchándolos.

Pero tal vez haya cambios en el horizonte. El economista y premio nobel Peter Diamond colaboró durante mucho tiempo con Mirrlees y su trabajo con Emmanuel Saez está incidiendo sobre los planes de la senadora estadounidense Elizabeth Warren, una de los principales candidatos a desafiar a Trump en 2020, para volver a implementar elevadas tasas marginales para los ricos en los impuestos. Independientemente del resultado de la elección de 2020, prestar más atención a la economía de Cambridge puede ayudar a recuperar la fe, no solo en el capitalismo, sino también en la propia ciencia económica.

3 de enero de 2020

Traducción al español por www.Ant-Translation.com

Angus Deaton, the 2015 Nobel laureate in economics, is Professor of Economics and International Affairs Emeritus at Princeton University’s Woodrow Wilson School of Public and International Affairs. He is the author of The Great Escape: Health, Wealth, and the Origins of Inequality.

https://www.project-syndicate.org/onpoint/chicago-school-economics-no-an...

 5 min


Luis Ugalde

“El amor y la verdad se dan cita,

la justicia y la paz se besan”

(Salmo 85,11).

La realidad venezolana es terrible, mientras que la utopía no existe pero es. En medio de una realidad tan negativa soñamos con la utopía donde nuestra sociedad se hermana, millones de desterrados regresan cantando, las empresas se reactivan y el trabajo florece. La democracia reverdece con elecciones presidenciales libres y con registro limpio, con nuevo árbitro justo y con observación internacional que garantiza el respeto a la voluntad de millones de votantes dentro y fuera del país. Me dirán que eso es una utopía, una ilusión fuera de todo realismo.

El régimen ante su estrepitoso fracaso nos quiere convencer, con la mentira convertida en verdad oficial, de que no hay más realidad que esta. Pero el malestar y la oscuridad son tan profundos que la gente en su interior se aferra a la esperanza del amanecer como el preso al sueño de su futura libertad.

La utopía y la realidad son opuestas y se contradicen. La plenitud de una rechaza la miseria de la otra, que a su vez ridiculiza a la utopía como ilusa haciéndonos ver que esta moribunda realidad es lo único que tenemos y es preferible a la hermosa utopía inexistente e imposible. Es el argumento de los dictadores: con todas las limitaciones de esta realidad, es mejor que ustedes habitantes, empresarios, vecinos, trabajadores la acepten y pacten conmigo, que soñar en pajaritos preñados. Millones sucumben a este realismo resignado. Plegarse para sobrevivir. Un gran peligro para este 2020, es esta resignación, pues presenta la renuncia a la verdad, a la libertad, a la dignidad, a la democracia y a la vida, como el “sensato” realismo para salvar lo posible. Este realismo niega, ridiculiza y persigue a la utopía y acusa como inadaptados a sus defensores.

Por el contrario la utopía con sus ideales y aspiraciones de plenitud humana, critica ferozmente a la miserable realidad e ilumina con severa clarividencia lo inhumano de esta. La gran mayoría en su interior aspira a la utopía que afirma su realización, pero al mismo tiempo cae en el pesimismo, pues considera imposible tanta hermosura.

Este debe ser el año en que la utopía y la realidad se den el beso más fecundo, pues de él nacerá la nueva e irrenunciable Venezuela. La utopía sin realidad es pura ilusión y la realidad sin utopía es la perpetuación de la miseria social, pero su abrazo produce el cambio indetenible.

Los grandes logros humanos se tejen con dos hilos, utopía y realidad, y los verdaderos líderes triunfan cuando tejen la historia con los dos hilos: con los pies bien plantados en el barro de la realidad y con la mirada bien alta puesta en la utopía. Líderes que con su ejemplo contagian a millones de seguidores y les enseñan a tejer demostrando cómo la realidad se va utopizando y la utopía realizando… La plenitud soñada no existe en este mundo, pero gracias a ella caminamos y nos humanizamos con logros increíbles: los esclavos tras miles de años de sometimiento y objeto de compra-venta, conquistaron la libertad, a pesar de sabios filósofos justificando como “natural” su privación de libertad y de dignidad.

Las utopías (Revolución francesa, Revolución rusa, Independencia de América…) no realizan la plenitud de su promesa, pero sin ellas en el horizonte y el corazón, los pueblos no se movilizan para eliminar el viejo régimen inhumano y dar pasos gigantescos hacia una sociedad con mayor justicia y libertad.

El beso de la utopía y de la realidad significa que no se sustituyen ni excluyen sino que, del rechazo mutuo, pasan a quererse y complementarse en relación dialéctica y transforman la realidad hacia un estadio superior. Es lo que hoy reclama Venezuela: el desastre de la salud transformado por miles de médicos y enfermeras decididos y articulados que ponen en marcha a toda la sociedad frente a un estado hoy secuestrado por una minoría (oligarquía) “revolucionaria”. Utopía y realidad enfrentando y cambiando el envilecido sistema educativo o dando vida a las empresas agropecuarias y a todas las demás.

Los utópicos “incontaminados” que solo rechazan la realidad se convierten en antipolíticos cuando más falta hacen los políticos para hacer posible lo necesario. Sí, políticos que saben tejer con los dos hilos, utopía-realidad, para ir «utopizando» la realidad y realizando la utopía. Como en Suráfrica Mandela y De Klerk se encontraron y eliminaron desde el gobierno el super racista apartheid, necesitamos que utopía y realidad se encuentren en políticos venezolanos, se abracen, interactúen para que renazca la libertad, se abran las cárceles, regresen los exiliados, se abracen los enemigos y renazcamos los ciudadanos hermanados…

Realidad es que millones de venezolanos votaron por el comandante porque en su palabra encontraban su esperanza y que hoy están en la miseria, frustrados y sin futuro y es necesario que encuentren el puerto verdadero de su esperanza en la democracia social renacida. Es el reto venezolano de este año y no queda más alternativa que ponernos de pie y triunfar. ¿Es utopía? Sí, pero a la vez es nuestra realidad más necesaria. Se hará posible si los verdaderos líderes políticos, empresariales, sociales, culturales y religiosos, tejemos juntos con los dos hilos y enseñamos a tejer a millones. Con nuestro esfuerzo transformaremos la realidad de muerte en vida.

9 d enero de 2020

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/utopia-y-realidad-se-besaran/

 4 min


Un millón de dólares es burda de plata. Es mucho más de lo que una persona con un excelente trabajo decente puede ahorrar en toda su vida.

Un millón de dólares puede resolverle la vida a cualquiera e incluso, si hay prudencia, hasta al hijo y al nieto de cualquiera.

Puedes alquilar un lujoso apartamento en Sunny Isles Blvd. de Miami durante los próximos 20 años.

También puedes abrir un depósito de plazo fijo en un banco y obtener 1666,66 dólares al 2% de interés, lo que le permite vivir y siempre tener tu real y medio.

Con un millón de dólares puedes gastar 3000 dólares mensuales durante 30 años.

Para la gente que sabe invertir, con un millón de dólares puede comprar acciones de empresas que produzcan rentas, comprar inmuebles y ponerlos a producir alquilándolos por Air B and B.

También puedes comprarte un yate Quincy C de 27 metros de eslora de tres camarotes con capacidad para seis personas. Una villa en el lago de Como, en la exclusiva zona residencial de Mezzegra, a solo 600 metros del Lago.

Un reloj Greubel Forsey Art Piece 1, con una hermosa cubierta de esfera azul y la parte trasera de la caja en zafiro, un reloj que es una obra de arte del británico Willard Wigan.

En fin, la lista de lo que puede hacerse con un millón de dólares es tan larga como quiera uno hacerla en función de sus gustos, pasiones y preferencias.

La compra de conciencias y de voluntades políticas no es nueva.

De ella se ha dicho mucho, como por ejemplo que cada uno de nosotros tiene un precio y que aquel que lo encuentra puede adueñarse de nuestra voluntad.

La compra de conciencias tiene muchos modos y maneras de producirse, la mayor parte de ellas son sutiles, porque a la conciencia le resulta muy feo eso de sentir que se está vendiendo, puesto que su naturaleza es ser coherente con los principios a toda costa.

Por ello, los entendidos en este tipo de negociaciones la realizan con la mayor delicadeza, tratando de que la susodicha no se entere que tiene precio y ha sido vendida por su dueño.

En Venezuela no nos andamos con miramientos: los compradores de conciencias tienen hasta tarifas cambiantes en función de la dimensión de los principios que haya que negociar.

Asumen como principio de vida el viejo refrán de que «cree el ladrón que todos son de su condición», dejan a un lado las sutilezas y te lo dicen abiertamente: «te compro tu conciencia», dando por descontado que todo el mundo anda en lo mismo.

La conciencia de un diputado, por ejemplo, para el régimen tiene el valor de un millón de dólares.

Que las conciencias resistan, siempre nos produce confianza y esperanza en el alma humana.

Es de esas actitudes que se esperan de la gente, pero cuya constatación emociona igualmente y nos estimula a emular la entereza y la dignidad.

Ahora bien cuando a una conciencia se le pide que escoja entre un millón de dólares, por un lado y cárcel, tortura, persecución, maltrato, por otro y escoge lo segundo, muestra con ello una dignidad de espíritu que merece nuestro profundo respeto y admiración.

Son este tipo de conciencias la que a lo largo de la historia han salvado a la humanidad.

Nos recuerdan que Sócrates no ha muerto y que tomar el camino de la justicia y los principios, hacer lo correcto aun a riesgo de la propia seguridad es también un camino de santidad.

Una de las definiciones que el diccionario de la Real Academia ofrece de «gracia» es: «En la doctrina católica, favor sobrenatural y gratuito que Dios concede al hombre para ponerlo en el camino de la salvación»

A esas conciencias que resisten en estas duras circunstancias, un millón de gracias.

https://www.lapatilla.com/2020/01/10/laureano-marquez-un-millon/

 3 min


El 07.01.2020 parlamentarios de la oposición -los llamados cien- recuperaron la AN después del golpe que intentó perpetrar el gobierno al parlamento ese aciago 5-1. La entrada triunfal de los parlamentarios encabezados por Juan Guaidó, visto más allá de toda euforia y épica, fue un triunfo del principio constitucional.

Sin negar en ningún momento el coraje de los parlamentarios, la recuperación de la AN no fue el resultado de una batalla entre el pueblo y las tropas del gobierno. Quienes quieran ver en los acontecimientos del 7-1 un símil venezolano de la Toma de la Bastilla o de la ocupación del Palacio de Invierno, se equivocan. La recuperación de la casa parlamentaria fue posible -hay que decirlo de una vez- solo porque el gobierno decidió retirar las tropas que bloqueaban la entrada al recinto.

Antes de inquirir acerca de por qué el gobierno permitió la entrada de los parlamentarios, cabe preguntarnos sobre las razones por las cuales el régimen intentó dar ese, a primera vista, absurdo “golpe de parlamento”. Sin embargo, tomando en cuenta que los entretelones de los debates al interior del chavismo solo los conocen los chavistas, nos será únicamente posible abordar ese tema a partir de hipótesis. Una de ellas nos dice que el ejecutivo decidió pasar a la ofensiva en un momento en el cual la oposición ya no podía ocultar fracturas internas, en el que la popularidad de Guaidó amainaba, y en el que la opinión internacional estaba concentrada en sucesos que pueden llevar a una escalada mundial. La plausibilidad de esa hipótesis aumenta si consideramos que el régimen razona en términos más militares que políticos.

La AN para Maduro y los suyos no es el lugar del debate y de las leyes sino un campo de lucha que hay que arrebatar al enemigo. Visto así, el gobierno habría intentado poner término a la “dualidad de poderes” que se da entre el ejecutivo y el legislativo. Una segunda hipótesis es que Maduro intentó demostrar que la existencia de la AN depende de su voluntad. Y una tercera podría ser que al interior del gobierno subsiste una pugna entre duros y durísimos. En cualquier caso, las tres hipótesis no se contradicen entre sí.

Usando la misma lógica hipotética debemos responder a otra pregunta clave: ¿Por qué Maduro reculó y permitió que la AN funcionara bajo la directiva encabezada por su presidente, Juan Guaidó?

Dejando de lado opiniones triunfalistas – la presión popular, los drones de Trump, supuestas voces rebeldes en el ejército y la infaltable “comunidad internacional” formada por 50 países- lo cierto es que hasta Maduro puede haber entendido que la imagen que proyectaba Venezuela hacia el mundo era, por decir lo menos, grotesca: Dos gobiernos, uno con el poder de las armas y otro simbólico, y tres asambleas, la AN de Guaidó, la de la hoja de Parra y la írrita Constituyente.

Por cierto, Maduro ha demostrado que la imagen internacional no le importa demasiado. No obstante, astuto como es, debe haber entendido que en América Latina comienzan a soplar vientos más favorables a su gestión. Dos gobiernos ya indican un leve cambio de rumbo: El de Argentina y el de México. A ello hay que agregar que en Bolivia el MAS, pese a la huida de Evo, sigue siendo el partido mayoritario, que Duque y sobre todo Piñera se defienden frente a muy activas oposiciones y que incluso en el Brasil de Bolsonaro aparece una fuerte recuperación del lulismo. En este contexto, la formación del Grupo de Puebla, una alternativa de izquierda al Grupo de Lima, abre nuevas opciones a Maduro después del desaparecimiento del ALBA. Puedo imaginar sin problemas un telefonazo de Alberto Fernández a Maduro diciéndole: “Estamos dispuestos a bajar la presión en tu contra, pero no nos las pongas tan difícil”.

Dicho en breve: las condiciones internacionales ya no son tan desfavorables a Maduro como sí lo fueron en los días en que tuvo lugar la mítica juramentación de Guaidó. Si a ello agregamos la conformación del nuevo gobierno de España -tradicional nexo entre Europa y América Latina – Maduro puede respirar con cierta tranquilidad.

EE UU – a cuyo gobierno la oposición parece haber cedido la conducción política - no va a crear un incendio en América Latina antes de apagar el del Medio Oriente y para eso falta mucho. Las FANB seguirán siendo leales mientras Maduro cumpla con algunas formas mínimas. Y ante una oposición sin ruta, sin estrategia, y por eso mismo dividida, Maduro podría hacerse hasta de la AN – con el regocijo de los abstencionistas de la oposición- cuando decida convocar a las parlamentarias pautadas para el 2020. Todo eso puede suceder si la oposición -como ha sido su inveterada costumbre- no aprende de las lecciones que dejaron los días 5 y 7 de enero.

La primera de todas las lecciones indica claramente que el único bastión que la oposición posee por el momento es la AN. Por lo menos es el que más preocupa a Maduro en su proyecto destinado a hacerse del poder total. Por lo mismo, si la persona de Guaidó para él es una amenaza, lo es porque es presidente de la AN y no porque sea el presidente simbólico del país. Luego, para Maduro el problema no es derrocar a Guaidó de una presidencia inexistente, sino de la presidencia de la AN, la que sí es muy existente y muy real. Por lo mismo, no se trata de un conflicto Maduro- Guaidó sino de uno que se da entre un gobierno autoritario o neo-dictadura en contra de la institución más representativa del poder ciudadano, la AN. Y al llegar a este punto cabe preguntarse ¿Por qué la AN?

Desde el punto de vista constitucional la AN es un poder del estado puesto al mismo nivel del ejecutivo, cuya función es debatir y promulgar las leyes que rigen la nación. Desde el punto de vista político es, o ha llegado a ser, la representación institucional de la oposición (cada vez menos) unida. Todo indica entonces que, para defender a la AN no hay otra vía sino la constitucional. O dicho así: la defensa de la Constitución pasa por la defensa de la AN. Y a la inversa: la defensa de la AN pasa por la defensa de la Constitución. AN y Constitución están indisolublemente unidas. Salirse de la Constitución, como ya sucedió a la oposición el nefasto 30-A, es el mejor camino para facilitar la vía anti-constitucional de Maduro. Así como el “carmonazo” de 2002 fortaleció las posiciones de Chávez, el “carlotazo” de 2019 fortaleció las de Maduro.

La lección más importante del 7-E fue que la lucha tuvo lugar en defensa del principio constitucional. En ese punto hubo un cierto asomo de la ruta de la cual se descarriló la oposición a partir del 20-M. Hasta antes de esa nefasta fecha, la ruta constitucional, electoral, pacífica y democrática, había permitido avanzar a la oposición de modo ascendente, hasta llegar a ese 6-D que dio origen a la actual AN. Y bien, de esos cuatro puntos cardinales, el principal es el primero. De la misma manera que en los diez mandamientos de la religión cristiana, el primero (amar a Dios por sobre todas las cosas) contiene a los nueve restantes, en los cuatro puntos cardinales de la oposición, el referente a la constitucionalidad contiene a los demás.

Desde el 20-M la Constitución ha sufrido no solo por los actos del régimen sino también por los de la oposición. La abstención del 20-M llevó a la destrucción de la unidad electoral organizada en la MUD. Rechazada la vía electoral fue juramentado el 23-01 un presidente simbólico que levantó una tesis insurreccional sin tener los medios para llevarla a cabo (fin de la usurpación) El “cucutazo” del 23-F fue el primer intento por desatar una insurrección fuera del margen constitucional. El 30-A fue instigada una sublevación militar sin militares (“carlotazo”) otra vez al margen de la Constitución. El golpe al parlamento intentado por Maduro el 5-E fue, a su vez, una respuesta anticonstitucional en el marco de una lucha ya planteada por la oposición fuera de la Constitución. El 7-E, después de mucho tiempo, la oposición, al luchar por la rehabilitación de la Asamblea, volvió al cauce constitucional. Si Guaidó salió fortalecido de esa lucha – el futuro lo dirá – fue por haber asumido la defensa de la Constitución a la cual pertenece la AN.

El mismo Guaidó anunció estar dispuesto a corregir errores y a la vez desligarse de sus obligaciones partidarias. Pero a renglón seguido anunció el inicio de la lucha por elecciones presidenciales. Elecciones que no solo no están pautadas en la Constitución sino que, además, ni Guaidó, ni la AN, ni la oposición, cuentan con medios para imponerlas, toda vez que esas elecciones pasan por la renuncia o por la caída de Maduro. Con esas palabras Guaidó no hizo otra cosa sino vaciar el mismo vino del fracaso en nuevos odres. El mismo mantra anterior, pero escrito con otras letras.

Si hay que defender a la AN hay que hacerlo con votos. No hay otra alternativa. Como escribiera el 6 de abril mi estimada colega Nelly Arenas en un tuit que le nació del alma: “No podemos permitir que nos quiten la AN. Lo ocurrido ayer obliga, sin demora, a retomar el camino electoral contra viento y marea. El voto es el arma principal de los civiles“.

Suscribo cada una de esas palabras. Esa es la lección. Esa debería ser la tarea.

9 de enero 2020

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2020/01/fernando-mires-la-defensa-de-la...

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Visto lo ocurrido el pasado 5 de enero, resulta cuesta arriba imaginar un peor comienzo de año para el país. El Gobierno, recurriendo incluso a la violencia (la fuerza pública se volvió fuerza bruta), buscó sabotear la elección de la nueva directiva de la Asamblea Nacional, obstruyendo la participación de los sectores opositores, en lo que es sin duda la continuación de su política de acoso, desde el mismo momento en que fue elegida.

Recordemos, en este sentido, el nombramiento del TSJ “express”, la suspensión de las elecciones de Amazonas, la usurpación de funciones a través de las Asamblea Nacional Constituyente, la persecución judicial de alrededor de treinta parlamentarios, en fin. Dentro de este marco no hay que olvidar, dicho sea de paso, la elección presidencial, cuya legitimidad también fue seriamente cuestionada, tanto nacional como internacionalmente.

Se nombró, así pues, una nueva Junta Directiva eludiendo todas las reglas, integrada por diputados “opositores”, cuyo cambio de postura oscurece aún más el evento, pues, de acuerdo a informaciones que han circulado pareciera que existieron presiones, chantajes, sobornos y otras malas prácticas que desvirtúan la política.

La AN, no hay necesidad de decirlo, es una pieza angular del Estado Derecho. Después de lo sucedido resulta difícil entonces, diría Perogrullo, hablar de democracia, ésta se ha vuelto progresivamente mera retórica. El descaro con el que se actuó pone de manifiesto (¿exagero?) un retroceso civilizatorio. Se han ido anulando todas las instituciones encargadas del equilibrio y del arbitraje, indispensables para la convivencia en cualquier sociedad. Veremos que ocurre finalmente con la AN.

Así las cosas, lo que aconteció el pasado domingo dificulta seriamente la resolución de la prolongada y aguda crisis nacional, entrabando la posibilidad de acuerdos y, por supuesto de elecciones, a fin de normalizar al país, al paso de que se va empeorando la situación en la que transcurre la vida de cada vez más venezolanos. Así, veinte años después de las promesas del chavismo somos un país muy venido a menos en todos los aspectos (económico, social, político, cultural, ambiental …), desvalido, me parece, para poder encarar el futuro que se esta dibujando

El tsunami tecnológico

En efecto, el mundo se encuentra en plena transformación. Están teniendo lugar cambios que afectan radicalmente a las sociedades actuales en todos sus ámbitos e, incluso, en el de la vida personal de los terrícolas, cuestionando las que se consideraban una suerte de premisas de la condición humana, - esto es sus capacidades físicas y mentales -, a través de las innovaciones que se generan sobre todo desde la genética y la inteligencia artificial. En suma, el mundo se mueve de acuerdo a otras claves presentando desafíos, oportunidades y problemas, en relación a los cuales no hay todavía un libreto que señale cómo se debe actuar, siendo el plano ético el que tal vez presente mayores conflictos.

Nuestro país se encuentra muy distante de los códigos que están marcando, en modo tsunami, la evolución del planeta No tenemos una narración sobre el futuro, un esbozo siquiera, sobre lo que podría ser nuestra ubicación en el nuevo contexto. Agobiados y distraídos por una crisis política que no da respiro, seguimos sin anclarnos en el siglo XXI, aunque Maduro nos diga, a través de su Twitter, que “El 2020 es el año de la estabilidad y de la prosperidad en todas las dimensiones de la vida nacional., que en el país tenemos lo necesario para lograrlo", una afirmación que, dicho con todo respeto, nos ofende el cerebro.

El actual gobierno no entiende que lo que necesitamos es vivir en un país más amable, institucionalmente bien armado, que exprese mejor su futuro.

El Nacional, jueves 9 de enero de 2020

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Edgar Benarroch

El deprimente y horrendo espectáculo organizado y ejecutado por el régimen con motivo de la instalación de la Asamblea Nacional para el periodo de sesiones 2020-2021, es vergonzoso, bochornoso, preocupante y al margen del respeto y la convivencia civilizada. Recurrieron a la fuerza armada para evitar el acceso de los parlamentarios de oposición al hemiciclo de la cámara donde debían reunirse para elegir la directiva del nuevo periodo. En la noche anterior fueron acosados y constreñidos los diputados en el hotel donde se alojaban y mucho antes desconocieron el fuero parlamentario, la inmunidad y pretendieron iniciar juicios contra una veintena de ellos, lo que les provocó la huida del país en resguardo de su integridad física.

Que desde la Presidencia usurpada y desde el partido de gobierno se proceda brutalmente contra la democracia, la constitución y la convivencia pacífica no nos extraña, han dado suficientes muestras de su comportamiento anti democrático e incivilizado, pero es inconcebible que el alto mando militar, obedeciendo incondicionalmente órdenes integralmente inconstitucionales y contrarias a la paz y a la ciudadanía y que a su vez las transmitieran para su ejecución a jóvenes armados, entiendo que de la Guardia Nacional, para que consumaran el hecho de fuerza, haya accedido a tan ilegitima solicitud.

Sobre ellos, el alto mando, recaerá el juicio de la historia que será implacable y condenatorio por desconocimiento a la Constitución que juraron cumplir y hacer cumplir y por atropellar y constreñir a los representantes y depositarios de la soberanía popular. Quienes cumplieron estas nefastas órdenes; por disciplina a rajatabla y amenazante propia de nuestra institución militar, tienen también su dosis de responsabilidad, pues no es obligatorio cumplir órdenes contrarias a la Constitución y a las leyes o que atenten contra la dignidad de la persona humana. Son responsables quienes impartieron esas deplorables órdenes y también quienes las ejecutaron.

El género humano se diferencia del animal entre otras cosas por el raciocinio, es decir por la capacidad de discernir, de diferenciar lo bueno de lo malo. Cuando ello no ocurre nos separamos de la humanidad y nos acercamos a la selva donde vale la fuerza bruta y todo se resuelve en función de ella. Lo ocurrido el pasado domingo 5 de este mes los coloca en la selva, actuaron como salvajes valiéndose de la fuerza y el atropello para lograr sus objetivos. Para ellos el logro del fin justifica cualquier medio bueno, malo o peor y todo lo que hagan o dejen de hacer es válido en la consecución de sus perversos fines.

A pesar de la arremetida despótica y feroz; la inmensa mayoría de parlamentarios, con la dolorosa y lamentable excepción de 18 de ellos que entregaron su dignidad y traicionaron la voluntad de sus electores y del pueblo en general a cambio de tres platos de lentejas, no hay racionalmente otra explicación, decidieron sucumbir a las tinieblas, Dios quiera reflexionen, tengan tiempo para el arrepentimiento, la corrección y apelen a la capacidad de perdonar del país. Esa mayoría decidió elegir como sede provisoria y momentánea las instalaciones del periódico "El Nacional", que patrióticamente cedieron y allí sesionaron constitucionalmente y en atención al Reglamento Interior y de Debates de la Cámara, eligieron la directiva y declararon formal, legítima y constitucionalmente instalada la legislatura para el presente periodo, fue reelecto el Diputado Juan Guaidó en la presidencia en sintonía con lo acordado y previamente estudiado y recomendable.

Si alguna incertidumbre existía, queda claramente al descubierto la voluntad totalitaria y como tal inconstitucional y anti democrática del régimen, se le terminaron de caer las máscaras que las tenían en la barbilla a 18 parlamentarios que traicionaron brutalmente, con excusa de la redundancia, la voluntad del país y también queda claro la necesidad de revisar nuestra estrategia. El régimen no escucha y no entiende de palabras, no respeta ninguna norma de convivencia social, cuando ha asistido a un diálogo lo ha hecho para cuidar apariencias y ganar tiempo, es necesario y urgente pasar a las acciones que deben ser definitivas.

Debemos pensar seriamente en la aplicación de los artículos 333 y 350 constitucionales y tomar multitudinariamente las calles del país sin retorno hasta que cese la usurpación y con ella el totalitarismo. El que lanza piedras no debe esperas que le devuelvan rosas. Si el régimen actúa como animales, no sugiero hacer lo mismo, pero si diseñar una conducta y comportamiento para enfrentarlo con éxito.

Poco falta para que la casa de las leyes y del control del Estado, la casa donde se trata, estudia y analiza el presente y porvenir del país, el único órgano del Poder Público nacional legítimo y fiel expresión de la totalidad de la voluntad nacional, sea tomada por la fuerza armada y montoneras delictivas del régimen y clausurada quién sabe hasta cuando.

Si con esto último ocurrido seguimos desunidos es porque definitivamente poco nos importa el interés nacional. Espero y deseo con profunda devoción que logremos la UNIDAD que es la llave que abre la puerta a la felicidad y a la reconstrucción nacional. Entreguemos a nuestros hijos y nietos un país distinto y mejor y ellos se sentirán orgullosos de sus antecesores.

A todos, como país, nos da una inmensa vergüenza lo ocurrido. Nuestro continente, incluso Argentina y México, el concierto de las naciones europeas y otros países del mundo han manifestado alarma, preocupación y alerta, lo califican como inconcebible e inaceptable en este tiempo.

Con Dios señalando el camino que es de UNIDAD FRATERNA y nuestra indeclinable voluntad de cambio lograremos cuanto antes llegar a la tierra prometida.

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Maduro y la caterva de criminales de toga y de verde oliva se hundieron aún más con la acción torpe de querer tomar por asalto a la Asamblea Nacional. Es el peor crimen cometido en contra de los representantes del pueblo, desde que en 1848 José Tadeo Monagas permitió el asalto al Congreso que pretendía enjuiciarlo. Afortunadamente esta vez nuestros diputados no se asustaron, ni se sometieron. Más que crimen fue un gran error político, como dijo Fouché ante el asesinato del duque de Enghien, cita que algunos atribuyen a Tayllerand. El mundo presenció y rechazó cómo unos gorilas impedían el paso de muchos diputados demócratas para intentar evitar la reelección de Guaidó como presidente de la Asamblea y presidente (e) de Venezuela.

Previamente el régimen había comprado a varios diputados, valiéndose de que los mismos carecen de principios y valores, y se venden al mejor postor. Esta práctica también la aplicó el dictador Pérez Jiménez en 1953, logrando que varios diputados copeyanos desobedecieran la orden de no participar en la Asamblea Constituyente espuria, la cual lo proclamó presidente constitucional, juramentándose ante el doctor Carlos Travieso, presidente del Congreso. Los nombres de los nuevos vendidos quedarán escritos junto con el de otros rufianes: Luis Parra, José Brito, José Antonio España, Conrado Pérez, José Gregorio Noriega, José Gregorio Aparicio, Franklyn Duarte, Manuel González, Lucila Pacheco, William Gil, Arkielly Perfecto, Leandro Domínguez, Freddy Paz, Adolfo Superlano, Negal Morales, Guillermo Luces, Kerrins Mavares y Richard Arteaga.

Por otra parte, ni la compra de conciencias, ni la fuerza bruta lograron impedir que la Asamblea Nacional se reuniera en la sede de El Nacional, reeligiera a Guaidó y designara como primer vicepresidente a Juan Pablo Guanipa, segundo vicepresidente a Carlos Berrisbeitia y como Secretario a Angelo Palmieri ¡Bravo!

El video del presidente (e) Guaidó tratando de saltar la reja del hemiciclo para intentar evitar a los guardias nacionales y entrar al Congreso está rodando por el mundo. Ojalá quienes lo critican porque no es Mandrake para poner fin a la usurpación con un simple gesto de magia, reconozcan que valientemente ha realizado acciones que pusieron en peligro su integridad física. No ha tenido éxito en convencer al Alto Mando militar de que respete la Constitución, pero lo ha intentado por todos los medios, mientras otros solo critican.

Ante los graves acontecimientos del domingo, los integrantes de la minimesa de diálogo, Avanzada Progresista, MAS, Cambiemos y Soluciones, que han estado convalidando al régimen, tienen una última oportunidad para demostrar si están con la democracia o con la dictadura. Para ello deben retirarse de esas conversaciones y denunciar el atropello. Por otra parte, los restantes partidos que siguen en la resistencia tienen que aceptar que, aunque son el eje de la lucha por la democracia, hoy hay otros actores que tienen que ser captados. Muchas ONG y Asociaciones Civiles son activas, realizan aportes y tienen un importante radio de influencia sobre los ciudadanos de a pie. Estos últimos son frecuentemente muy agresivos y hasta injustos en sus comentarios, pero son bien intencionados y solo exigen orientación, consistencia y que tomen en cuenta algunos de sus puntos de vista.

El presidente (e) Guaidó ha solicitado a su partido Voluntad Popular que lo releve de su militancia. Es un buen paso que anteriormente dieron otros presidentes. Desde luego que tiene que seguir asesorándose y apoyándose en los partidos de oposición, sin marginar a ninguno, pero debe crear un Consejo Consultivo con independientes e integrantes de la sociedad civil organizada, en número reducido, pero representativo, evitando la proliferación que hubo durante la Coordinadora Democrática.

Tengamos la seguridad de que este error de Maduro lo hundió mucho más. Si nos unimos con lealtad, sin ocultar errores, pero también sin magnificarlos y sin descalificar sin pruebas, lograremos salir de este narcorégimen este año. Guaidó se creció. Felicitaciones a los cien valientes diputados que se reunieron en la sede de El Nacional y que a pesar de las represalias siguen cumpliendo con su deber.

Como (había) en botica:

El fracaso del régimen en intentar impedir la elección de la nueva directiva quedó evidenciado por la presencia mayoritaria de los diputados en El Nacional, por el rechazo mundial por el atropello a la democracia y por la nula calificaciones de los pendejos que aspiró imponer sin quorum y sin votos.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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