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Opinión

​José E. Rodríguez Rojas

La dolarización se ha profundizado a tal punto que el monto de dólares en circulación triplica al de bolívares. ¿De dónde salen tantos dólares? Existen varias fuentes, pero las principales están asociadas a actividades ilícitas que se han fortalecido con la dolarización, entre las cuales sobresale el narcotráfico y el lavado de dinero asociado al mismo. La economía paralela ilícita representa 15 mil millones de dólares monto que triplica el de las remesas, que constituye el segundo ingreso legal después del petróleo y que muchos señalan como la causa principal de la dolarización.

La dolarización se ha profundizado a tal nivel que en octubre de este año 55% de las transacciones se hicieron en dólares, según estimaciones de la empresa consultora Ecoanalítica. En consecuencia el bolívar ha perdido su función como medio de pago al igual que de atesoramiento, pues los venezolanos desde hace varios años ahorran en dólares en el exterior. La divisa norteamericana domina en la economía venezolana a tal punto que el monto en dólares que circulan en la misma es mayor que el monto en bolívares. Según estimaciones de la misma empresa Ecoanalítica hay cerca de 2.700 millones de dólares circulando en la economía venezolana, lo que triplica la cantidad de bolívares en circulación.

En un programa reciente de CNN Dinero el conductor del programa, Xavier Serbiá, planteaba que el dominio del dólar se ha dado en circunstancias en las que el gobierno venezolano ha estado sometido a sanciones que han limitado las exportaciones de petróleo y se ha impuesto un control de cambio en el marco del cual ha penalizado la tenencia de dólares. En estas circunstancias Serbiá se preguntó: ¿de donde están saliendo tantos dólares? A fin de responder tal interrogante invitó al economista Pedro Palma Director de la empresa consultora Ecoanalítica.

Palma señaló, en respuesta a la interrogante planteada, que existen diversas fuentes. Por un lado desde hace varios años venezolanos de diversa extracción social han estado ahorrando en dólares. En eso coincide con Luis Vicente León el cual ha señalado que desde hace 15 años muchas persona sacaron al exterior, por medios lícitos, más de 100 mil millones de dólares, en una época en la cual los profesionales recibían remuneraciones suficientes para generar ahorros en divisas y muchos los están trayendo para mantener su nivel de vida.

Además de los ahorros en el exterior existen otras fuentes, una de las más importante son las remesas que algunas fuentes han estimado cercanas a los 4 mil millones de dólares, lo que las ha convertido en el segundo ingreso legal de divisas después del petróleo. Otra fuente importante son las exportaciones ilegales de oro. Sin embargo la fuente más importante, según Palma, es el narcotráfico que genera una enorme masa de dólares que necesita ser lavado, y con tal propósito se inyecta en le economía y constituye una masa de recursos que está conduciendo a la dinamización de esta. Ello se refleja en la progresiva dolarización donde la divisa norteamericana se está popularizando cada vez más. No solo las empresas sino los taxistas están cobrando en dólares, al igual que las mujeres de servicio.

En esta perspectiva el narcotráfico y el lavado de dinero es lo que está dinamizando parte de la economía y subyace como causa fundamental de las florecientes actividades que vemos en Caracas y otras ciudades, en las cuales observamos bodegones y negocios de exquisiteces que proliferan a pesar de la contracción de a economía y la caída del consumo. Existe una economía ilícita que se ha fortalecido paralelamente a la dolarización y subyace detrás de esta. Según un trabajo conjunto de Ecoanalítica y Transparencia Venezuela, la economía paralela ilícita es de 15 mil millones de dólares, lo cual triplica el monto estimado de las remesas que muchos han señalado como la causa principal de la dolarización.

Ante esta situación Xavier Serbiá preguntó a Palma si la dolarización está constituyendo una herramienta que esta oxigenando al régimen, el cual parece verla con buenos ojos, según declaraciones recientes de Maduro. Palma respondió que ciertamente el gobierno luce complacido con la dolarización, pues está consciente que la dolarización ha aliviado la situación de la gente. El abastecimiento ha mejorado. Las colas en los supermercados han desaparecido. Ante esta situación el gobierno se hace de la vista gorda y ve la dolarización como una válvula de escape que ha contribuido a aliviar el desastre interno.

Profesor UCV

Nota: las declaraciones de Pedro Palma fueron hechas en un programa reciente de CNN Dinero en español. Las de Luis Vicente León de Datanalisis fueron realizadas en un foro en la UCAB denominado “Perspectivas 2020” que se llevó a cabo en noviembre de este año. En dicho foro se mencionaron también las cifras provenientes del trabajo conjunto entre Transparencia Venezuela y Ecoanalítica.

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Jesús Elorza G.

Luego de los abrazos y felicitaciones por la llegada del año nuevo, los atletas, entrenadores y dirigentes deportivos que se encontraban en los pasillos del Instituto Nacional de Deporte, comenzaron a intercambiar opiniones sobre las aspiraciones o deseos para el 2020.​ Todos los allí presentes, expresaron en sus opiniones, la necesidad que tiene el deporte de superar las insuficiencias de todo tipo que prevalecieron durante el año que finaliza y que a pesar de haber sido denunciadas en diferentes oportunidades todavía no han sido resueltas. Por ello, estaban de acuerdo en mantener una actitud crítica y no complaciente frente a las autoridades gubernamentales del sector deportivo.​

​Recordaron en sus diálogos, que al comienzo del año, concretamente el 6 de enero, se celebra la tradicional “Misa del Deporte” en la iglesia de La Pastora en Caracas y esa era una inmejorable oportunidad para dar a conocer los problemas que atraviesa el deporte y exigir la solución de los mismos. La aceptación del planteamiento fue unánime y de inmediato procedieron a elaborar lo que pudiera llamarse “un censo de problemas” por cada sector de los que hacen vida en la actividad deportiva.​

También, acordaron que la acción que iban a realizar, en ningún momento podía entorpecer el desarrollo de la eucaristía, por el contrario, la "Oración de los Fieles" pasaría a ser una expresión solidaria de denuncias y reclamos del deporte venezolano.​

Al cabo de un rato, representantes por cada uno de los sectores tomaron la palabra para expresar su problemática y sus aspiraciones reivindicativas:​

​ATLETAS: acabar con la discriminación política ideológica que rige en los programas de asistencia social para solo favorecer a los identificados con el régimen. Atender de manera urgente la problemática de la alimentación, transporte, becas, uniformes, viáticos y la asistencia a los eventos internacionales. Reestablecer la realización de los Juegos Deportivos Nacionales. Implementar con la urgencia del caso las residencias para los atletas y los Centros de Preparación.​

ENTRENADORES: respeto al derecho de sindicalización de los trabajadores y a la normativa laboral mediante la discusión y aprobación de los contratos colectivos. Rechazamos “La tercerización” de nuestra labor ya que la misma representa ser tratados como esclavos sin derechos sociales. Exigimos de las autoridades del IND y el Ministerio del Deporte el respeto al derecho constitucional que establece “A igual trabajo igual salario” no puede continuar la discriminación laboral del entrenador criollo frente al extranjero. Ponerle punto final a la política de distribuir las Bolsas y Cajas Clap solamente en Caracas dejando por fuera a los trabajadores del resto del país. Rechazar la instalación de las Mesas Técnicas para atender los reclamos laborales, por haberse transformado las mismas en puro bla,bla,bla. Solicitamos la inmediata homologación y la indexación salarial de los salarios, pensiones y jubilaciones. Por estar prácticamente "condenados a muerte" ante la falta de atención médica y suministro de medicamentos, exigimos la aprobación de un Seguro HCM que permita atender las emergencias del caso.​

DIRIGENTES: que las elecciones se realicen respetando la autonomía de las federaciones sin la intervención y amenazas del Ministerio del Deporte y del Comité Olímpico Venezolano. Exigir la renuncia a los funcionarios de gobierno que hoy ocupan cargos en el sector deportivo federado. Reclamar de la Asamblea Nacional la inmediata reforma de la Ley Orgánica del Deporte para impulsar la descentralización del sector y los programas deportivos. Igualmente, el establecimiento de responsabilidades en los casos de corrupción que han sido denunciados en reiteradas oportunidades. Restablecer el cronograma bianual de los Juegos Deportivos Nacionales. Establecer una coordinación entre las federaciones deportivas, el Comité Olímpico y el IND para el manejo del Fondo Nacional del Deporte en base a los Planes Operativos Anuales. Acabar con la militarización de los Juegos Universitarios. El urgente rescate de las instalaciones deportivas del país. Denunciar la política sistemática, de las autoridades deportivas de no asistir a los eventos deportivos (forfait) previamente programados y presupuestados.​

EMPLEADOS: acabar con el nepotismo que impera en el IND. Aumento de las escalas de sueldos y salarios en relación directa con la hiperinflación que hoy afecta al país. Una efectiva Asistencia Social que permita superar los problemas de atención a la salud. ​

OBREROS: un aumento salarial indexado a la inflación y la incorporación de las bonificaciones al salario integral.​

JUBILADOS Y PENSIONADOS: respeto a sus derechos laborales con la implementación inmediata de la Homologación de sueldos y salarios. Aumento de la cobertura del seguro HCM. Mejora significativa en las bonificaciones por concepto de transporte, alimentación, medicinas y becas para los hijos. Inmediata incorporación de los entrenadores que siguen fuera del sistema de pensiones del IVSS. La muerte de trabajadores ha dejado al descubierto que el Seguro Funerario no alcanza ni siquiera para comprar un paquete de velas.​

​Al finalizar el censo de problemas, sin proponérselos, todos al unísono unieron sus voces para exclamar “Te lo pedimos Señor” y sellaron su compromiso solidario e asistir a la Misa del Deporte y mantener la lucha unificada por "UN DEPORTE MEJOR EN UNA SOCIEDAD MEJOR"​

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Maxim Ross

En un artículo anterior defendí la idea `de “Crear un lugar común de encuentro, reflexión y acción de la sociedad civil organizada de Venezuela. Un lugar de encuentro presencial o virtual para coordinar o articular posiciones sobre sus problemas comunes y sus necesidades generales” . Ahora toca argumentar en dos direcciones. La primera, y quizás la más urgente, crear mecanismos de defensa frente al poder político actual y, la segunda, en un plano más estratégico sobre los beneficios de articular un acuerdo y un programa de acción para atender sus problemas comunes y sus necesidades generales.

Mecanismos de defensa frente al poder político actual.

No hay que ir muy lejos para identificar los daños que le ha causado la “revolución bolivariana” a la sociedad civil venezolana, comenzando por su efecto destructivo en todos los frentes, cuya mejor expresión es el masivo éxodo de nuestra población, la ruina de una economía que se había construido con grandes esfuerzos y sacrificios, la generalización de la pobreza y la corrupción como sus aportes mas relevantes. Frente a ellos la sociedad civil organizada tiene que desarrollar un plan de defensa, una barrera de contención que no puede esperar mucho más, antes de ser definitivamente arrasada, como ha sucedido en otros países.

Sobre problemas comunes y necesidades generales,

En la concepción de la necesidad de una Plataforma Civil o Cívica de cualquier sociedad está muy clara la diferencia entre los intereses legítimos[1] de cada una de sus organizaciones, como hemos indicado anteriormente, y sus problemas comunes y necesidades generales. Por ejemplo, más allá de la coyuntura actual un problema común a toda la sociedad es la marginalización de una parte importante de ella. Otro puede ser la ausencia de servicios públicos apropiados, incluyendo la seguridad social, de manera que ellos deberían unirla y articularla en una dirección convenida.

Mas allá de ellos podemos identificar como una necesidad general el hecho de restaurar plenamente en Venezuela el ordenamiento institucional y democrático que permita una real y transparente expresión de la voluntad popular, sin que este sea solo tema de los particos políticos. Una segunda es inmiscuirse totalmente en la creación de un marco de prosperidad para todos, con particular énfasis en el tema de la pobreza para darle a la democracia un amplio piso de sustento. Hay otras, pero estas podrían dar pie para el inicio y un encuentro.

[1] Los de los empresarios, de los trabajadores, los docentes, los profesionales, los artistas, etc., etc.

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Carlos Sebastián

El neoliberalismo ha sido la ideología económica dominante durante casi 40 años. Aunque empieza a encontrarse seriamente cuestionada, tanto desde la Academia (por Stiglitz y Mazzucato, entre otros) como desde la prensa especializada (Martin Wolf, en Financial Times), es el cuerpo doctrinal que ha conformado la realidad regulatoria e institucional en el mundo. La descomunal elevación de la desigualdad, con sus dramáticas consecuencias económicas, sociales y políticas, es en gran medida el resultado de ese dominio ideológico. Las características de la innovación tecnológica y el fenómeno de la globalización, que se han apuntado como las causas del deterioro de la distribución, no habrían producido los resultados actuales en otro contexto institucional. Por otra parte, en contra de lo que proclamaba, el marco que ha alumbrado no ha dinamizado la innovación sino que ha mermado notablemente su impulso. De hecho ha sido un freno para la inversión productiva y para la innovación. Más que desarrollar una amplia clase de innovadores y emprendedores ha fomentado una de rentistas: individuos que amparados en el andamiaje institucional se han ido apropiando de una elevada proporción de las rentas, sin haber aportado valor, o con una aportación infinitamente inferior a la retribución que han recibido.

La elevación de la desigualdad y el deterioro del dinamismo productivo han sido en buena medida causados por los cambios experimentados en las reglas y prácticas que configuran la realidad institucional. Estos cambios están íntimamente ligados, si no directamente impulsados y legitimados, por un conjunto de sofismas encubiertos en la doctrina neoliberal.

Sofisma 1. El mercado no es solo una institución que coordina las decisiones y acciones de los agentes económicos (lo que, por cierto y sin discusión, le confiere una gran importancia), sino que proporciona una valoración correcta e indiscutible de los bienes, servicios y activos.

Sofisma 1.1. La valoración que el mercado de capitales hace de las empresas es la correcta. Corolario: las acciones que elevan la cotización de una empresa “crean valor” y la maximización de ese valor de mercado debe ser el criterio que guie las decisiones de los directivos. Pero son muchos los factores por los que se puede dudar de la valoración de las empresas realizada por el mercado de capitales y la verdad de las cosas es que la maximización de ese valor de mercado ha conducido al cortoplacismo, a priorizar la cotización y el beneficio inmediato por acción frente a la inversión productiva y la innovación, y a la explotación de los otros actores del esfuerzo colectivo que conduce a la generación de rentas (los llamados stakeholders, distintos de los accionistas, los shareholders). Este último punto se ha empezado a introducir en la literatura financiera, incluso por un banco de inversiones como JP Morgan (¿otro oxímoron?), pero, de nuevo, con el enfoque incorrecto: insistiendo en la autorregulación de las propias empresas en lugar de en la definición de restricciones (regulaciones) a las que se tendrían que someter las decisiones para que se tengan en cuenta los intereses de clientes, empleados, proveedores, comunidad científica, medio ambiente y otros stakeholders.

La perdida de competencia en los mercados de bienes y servicios, ha sido posible por una relajación de la regulación

Sofisma 1.2. Las retribuciones de los ejecutivos determinadas por el mercado son correctas. Este es un sofisma que escuchamos frecuentemente cuando se comenta la estratosférica elevación de las remuneraciones de los ejecutivos (en algunos casos hasta 350 veces la mediana de las retribuciones de su empresa). Pero la pregunta es ¿a qué mercado se refieren? Más que un mercado parece ser un club. En el sentido de que las retribuciones de altos ejecutivos en el mundo anglosajón son acordadas por un conjunto reducido de personas con similares intereses (un club), formado por ejecutivos de fondos de riesgo y de capital, que tienen una posición importante en el accionariado de las empresas, y por ejecutivos de las empresas. Que los esquemas retributivos, en consonancia con el principio de la maximización del valor de los accionistas, estén ligado a las cotizaciones es una perversión adicional: cualquier cosa que hagan los ejecutivos para elevar la cotización a corto plazo (endeudarse para comprar acciones propias, por ejemplo) aumenta, supuestamente, el “valor de la empresa”, y eleva la retribución de los ejecutivos.

Sofisma 2. Los mercados tienen capacidad para autorregularse por lo que la regulación y supervisión externa carecen de sentido. Este sofisma ha conducido, por un lado, a la hipertrofia del sistema financiero y, por otro, al debilitamiento, sino dejación, de las políticas de competencia. La primera ha permitido una descomunal extracción de rentas por el sector financiero, con una hiperactividad que no ha contribuido realmente a la producción de bienes y servicios, en donde se generan las rentas, ni tampoco, apenas, a la reducción del riesgo financiero, pero ha capturado una proporción muy elevada de la renta generada. Por su parte, la notable pérdida de competencia en los mercados de bienes y servicios ha sido posible por una relajación de la regulación y de la supervisión y también por cambios normativos que facilitaron la toma de control de empresas por terceros (que, en contra de la jerga financiera al uso, no crea valor) y que se dispararon a mediados de los noventa. Ello redujo la competencia en los sectores, destruyó tejido productivo y contribuyó a consolidar una dimensión de poder político complementario al poder de mercado. Curiosamente, en cambio, ha habido una excesiva regulación de la propiedad intelectual, que lejos de favorecer la innovación ha permitido la extracción de rentas por parte de unos pocos, consolidando estructuras de mercado fuertemente monopolistas y desalentando la innovación de terceros. Por último, la desregulación del mercado laboral, y el debilitamiento de las organizaciones que defienden los derechos de los empleados, en un momento en el que por la revolución digital era necesario redefinirlos, ha elevado la explotación y ahondado los déficits de información de los buscadores de empleo.

Cuanto más desigual sea la distribución, mayor es la probabilidad de que las rentas más altas crezcan

Sofisma 3. Los impuestos sobre las rentas y ganancias de capital y los que gravan a los “creadores” de riqueza desalientan la inversión productiva. No hay ninguna evidencia de que las reducciones de impuestos a los ricos haya contribuido a intensificar la inversión productiva. Sí, en cambio, que ha empeorado la distribución y sí, también, que han incentivado estrategias cortoplacistas. El tratamiento fiscal de los esquemas de retribución de los ejecutivos y de las plusvalías generadas tras las tomas de empresas, estarían entre los cambios tributarios que han tenido esas consecuencias,

Sofisma 4. No hay razón para preocuparse de la distribución de la renta; solamente, en su caso, de la pobreza extrema. Una mala distribución es muy relevante, más allá de los casos de pobreza extrema que albergue. La distribución de la renta está ligada a diferencias en salud y esperanza de vida. Y cuanto más desigual sea la distribución, mayor es la probabilidad de que las rentas más altas crezcan a una tasa superior que las bajas y más probable será que los que se encuentran en los tramos superiores condicionen a su favor los cambios en las reglas.

Parecen obvias las consecuencias sobre la desigualdad de los cambios impulsados por estos sofismas. También sus efectos sobre el estancamiento en la inversión productiva y en la productividad.

25 de diciembre

El País

https://elpais.com/elpais/2019/12/24/opinion/1577182836_585932.html

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Lo bueno: En este año que finaliza ocurrieron muchas cosas buenas que no deben olvidarse y que dan pie para que en el 2020 quizá pueda concretarse que Maduro y su pandilla agarren las de Villadiego. El reconocimiento de Guaidó como presidente encargado por parte de 58 países es algo inédito, quizá con el solo antecedente de un Papa en Roma y otro en Aviñón, en la Edad Media. Ese hecho y su destacada posición en las encuestas amerita que toda la oposición lo apoye. Entendamos que no tiene poderes mágicos, pero es la mejor opción para que cese la usurpación.

Las sanciones a personeros del régimen incursos en violaciones a los derechos humanos y en corrupción, impuestas por el Grupo de Lima, los Estados Unidos, Suiza y la Unión Europea , así como algunas sanciones económicas, fue otro logro de este año. La aceptación de embajadores designados por la Asamblea Nacional fue otro éxito. La autorización de Estados Unidos de tomar posesión de Citgo y su sistema de refinación fue un triunfo, así como las designaciones de la directiva ad hoc de Pdvsa en el exterior; también, con algunos bemoles, los nombramientos en la Corporación Venezolana de Petróleo y en Monómeros Colombo Venezolanos. El Informe de Bachelet, Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU fue demoledor para la dictadura. Criticarlo por algunas omisiones no es procedente.

La iniciativa del presidente(e) Guaidó de forzar la entrada por Cúcuta de la ayuda humanitaria no ha sido bien evaluada. Esa acción tenía dos desenlaces: 1- Si lograba entrar era porque los militares desconocían a Maduro y 2- Caso contrario el régimen quedaba expuesto por impedir lo requerido por la población. La ayuda fue interceptada y varios cientos de uniformados pasaron a Colombia, lo cual evidenció el descontento en las filas castrenses, Maduro quedó como un verdugo de su pueblo y Guaidó demostró iniciativas diferentes a la electoral. El caso de La Carlota el 30 de abril no está claro si fue una trampa o que los militares comprometidos no respondieron. En todo caso extraña que sea criticado por algunos opositores que predican el uso de la fuerza. Es mejor fracasar en una acción que permanecer pasivos. Los alzamientos ocurridos en el Destacamento de la Guardia Nacional en Cotiza y el reciente en el Fuerte Escamoto indican que Padrino López solo tiene un control precario sobre la Fuerza Armada.

Los millones de venezolanos de la diáspora realizan cualquier tipo de trabajo con dignidad y tesón. Nuestros profesionales tienen éxito. Los músicos se han organizado. Fundaciones como Código Venezuela realizan una gran labor. En la mayoría de los casos los venezolanos han sido bien recibidos. El rechazo ha sido la excepción y, a veces, por culpa nuestra.

Lo repudiable: Del lado de la oposición lo más repudiable es que no se haya unido, sea por ineptitud o por intereses personales o de grupo. En segundo lugar está el soborno del régimen a un grupo de diputados teóricamente nuestros. Los partidos deben ser más cuidadosos al postular candidatos. También es repudiable el caso de corrupción de parte del dinero destinado a apoyar a militares que pasaron a Colombia. Guaidó y su equipo debieron separar a los señalados inmediatamente que hubo indicios.

El otro caso repudiable es el de Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Felipe Mujica, Rafael Marín y Henry Falcón, quienes se prestaron a integrar una Mesa de Negociación espuria para seguirle el juego al régimen.

Del lado de la narcodictadura numerosos hechos deben ser repudiados. Según el Observatorio Venezolano de la Violencia, en el 2019 se produjeron 16.506 muertes violentas, es decir 60,3 por cada cien mil habitantes; de este monto, 6.530 homicidios fueron cometidos por el hampa común, 5.282 fue la aterradora cifra de homicidios por supuesta resistencia a la autoridad y 4.632 sin aclarar el origen; en 175 municipios hubo más muertos por la policía que por delincuentes. De acuerdo a Provea, entre enero y septiembre hubo 554 víctimas de torturas por cuerpos de seguridad, de ellas 124 militares y 22 civiles acusados de acciones en contra del régimen, y 408 a presos comunes. Por su parte el Foro Penal Venezolano informó que hay 388 secuestrados políticos, de ellos 120 militares y 18 mujeres. El capitán Rafael Acosta Arévalo fue torturado hasta causarle la muerte. El concejal Rada fue asesinado aparentemente por motivos políticos. Veintisiete diputados tuvieron que exiliarse y dos están secuestrados.

La destrucción del ecosistema en el Arco MInero, la corrupción y los asesinatos de ciudadanos de la etnia pemón y de mineros merecen el repudio de todos. La hiperinflación alcanzó la cifra de 10.000 por ciento. Hay escasez de medicinas y las interrupciones del servicio eléctrico y de agua por la corrupción en la adquisición de equipos y por falta de mantenimiento afectó a millones de ciudadanos. El promedio de la producción de petróleo enero-noviembre fue de 760.400 barriles por día (b/d), en comparación con los 1.354.000 b/d producidos en el 2018 y 2.830.000 b/d en el 2001. Las refinerías están en el suelo, hay escasez de combustibles e importamos gasolina y diesel. La irresponsabilidad de Chávez-Maduro de expropiar empresas pone en peligro los activos de Venezuela en el exterior.

Como había en botica:

Aunque la oposición cometió errores, la narcodictadura se sostiene fundamentalmente por el apoyo de la Fuerza Armada y del TSJ. Trabajemos para que el 2020 sea el de la libertad.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Termina otro año, el cuadragésimo primero de un camino de deterioro progresivo de las condiciones de vida de los venezolanos y de la degradación de nuestra democracia, ciclo que por más de dos décadas planteábamos cambiar con más libertades y más racionalidad. Se cierra el vigésimo primer año de la era chavista, que en sus orígenes imaginamos corta, porque comenzaba con síntomas de lo que veíamos como una irracionalidad que no podía sostenerse; y el sexto de una recesión que al principio vimos como reflejo de la risible irracionalidad económica del chavismo, que comenzaba con escasez de papel higiénico y no imaginábamos llevándonos a la miseria de casi todos y al éxodo de la sexta parte de los venezolanos.

¿No será que estamos creyendo en una racionalidad que ya no existe, que ya no es realizable?... ¿No estaremos soñando con unas certezas que antes vivimos o que creemos que otros países viven, asumiendo sin advertirlo la doble falacia de que la historia es cíclica y que nuestras voluntades, si las unimos, nos llevarán indefectiblemente a repetir el pasado brillante que alguna vez tuvimos?

Lo que está sucediendo en toda América Latina, incluida Chile, que nos parecía el epítome de aquella racionalidad ideal, debería darnos pistas de que no necesariamente el futuro y nuestras voluntades nos llevarán hacia situaciones coherentes con esa lógica que sigue estando en nuestra imaginación. Las sociedades europeas están amenazadas por los populismos de izquierda y de derecha, que serían el extremo de la irracionalidad desde la perspectiva que venimos obstinadamente manteniendo.

Desde hace una década o más, en Turquía y varios países del Medio Oriente, en Centro América y África, y en Venezuela, Bolivia y Colombia, se vienen fortaleciendo alianzas de poder en las que participan políticos del establishment local, de los gobiernos y las oposiciones, militares, grupos terroristas y empresarios de las finanzas y de los comercios de drogas, minerales o personas. No se trata de casos aislados de “corrupción” ni de una “lógica irracional” que la racionalidad democrática de mercado, supuestamente imbatible, estaría por derrotar. En esas alianzas viene fortaleciéndose una nueva racionalidad económica y política, que pareciera convenir a poderosos actores geopolíticos que las apoyan a nivel global, como son China y Rusia.

Por todo lo que vengo comentando, estoy cambiando para 2020 las esperanzas que por muchos años he tenido, de un cambio protagonizado por los buenos, que nos lleve a aquella improbable racionalidad, por un cambio fluido, sin estructuras racionales estables, protagonizado por sujetos que no necesariamente soporten una evaluación ética a la usanza tradicional; me estoy preparando anímicamente para un 2020 de hechos probables, no necesariamente deseables.

Así que, amigos, mis deseos por un año 2020 de cambios en una “modernidad líquida” a lo Bauman.

31/12/2019

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El cierre de 2019 nos abofetea con la cruel constatación de que Maduro y su claque militar continúan ahí, usurpando el poder. Quienes quebraron a PdVSA; encogieron la economía a menos de la mitad; destruyeron los servicios públicos; condenaron a miles a muertes prematuras por falta de comida y/o de medicamentos; reprimieron brutalmente a protestas masivas que año tras año se movilizaban en su contra; aventaron a millones a un exilio forzoso; y mostraron su absoluta insensibilidad ante las penurias de la gente, siguen al frente del estado. Conforman un régimen represivo y torturador como no se veía desde J.V. Gómez, repudiado por los países más importantes del mundo occidental. La situación es tanto más bizarra por las notorias limitaciones que exhibe quien aparece a la cabeza.

En los años ’40 del siglo pasado el fascismo destruyó a sus propios países incursionando en terribles aventuras bélicas contra otras naciones. La Venezuela de Maduro desató la guerra interna contra su propia población. Sin legitimidad política, moral, social e histórica, no tiene razón de ser. Su insólita permanencia obliga, por tanto, a ir más allá de los análisis convencionales para entender su naturaleza, sus fortalezas y debilidades y la manera de enviarlo, como merece, al basurero de la historia.

Razones de una abominación

Estamos frente a una dictadura militar que ha secuestrado el juego político. Pero no es una dictadura militar cualquiera. Más específicamente, es una dictadura de oficiales corruptos, pues la institución militar --la Fuerza Armada Nacional-- se encuentra entre las víctimas del destrozo: dejó de existir como tal. Su descomposición dejó una autocracia castrense dedicada a expoliar la riqueza social. Hoy corona un Estado Patrimonialista1. Pero a diferencia del patrimonialismo clásico --que no implicaba quiebre institucional, pues respondía a la voluntad del propio soberano--, bajo el chavismo conllevó una ruptura ex profeso con el Estado de Derecho. Consustanciado con prácticas ilícitas posibilitadas por el uso arbitrario de la fuerza o por la amenaza de ella, y por la complicidad desvergonzada de quienes fungen de magistrados de un tsj abyecto, ha devenido en un estado mafioso. ¿Cómo pudo ocurrir?

Amparado en una prédica populista que supo llegarle al corazón de muchos venezolanos, Chávez fue sustituyendo el orden constitucional por una estructura de poder político-económico que determinaría a discreción quién y cómo debía usufructuarse la riqueza social. Con mitos patrioteros y comunistas, buscó legitimar la apropiación del Estado por él y por su camarilla cívico-militar, en nombre de un “socialismo del siglo XXI”. Carente de carisma y de la auctoritas de su mentor y habiendo perdido buena parte de su base civil, Maduro optó por entregarle las riquezas del país al control directo de cúpulas militares corruptas aliadas con intereses foráneos –Cuba, Rusia y China—y con bandas criminales (ELN y las FARC cimarronas) para asegurar, con su apoyo, que no sería depuesto. Ascendió a los ficiales leales –hoy existen unos 2.000 generales, más que en el ejército de los EE.UU.—y puso al frente de la contrainteligencia militar a esbirros cubanos para amedrentar y castigar a quienes no lo fueran.

Pero la complicidad e impunidad de un estado mafioso en manos de oficiales corrompidos no es suficiente para explicar el absurdo de que alguien como Maduro siga todavía mandando. El fascismo se refugia en un imaginario construido con base en simbolismos maniqueos para desconectar a los suyos

Parte central de ello es inventar un enemigo externo que, con complicidad interna, es culpable de todos los males que afectan a la nación. En una grotesca inversión, la oligarquía militar “legitima” su opresión de los venezolanos alegando propósitos “revolucionarios y antiimperialistas”, y proyectándose como campeona de los pobres (¡!). Con este manto, se arroga una supuesta supremacía moral, extraída de la mitología comunista, que la blinda contra toda increpación por su violación de derechos humanos y por sus corruptelas. A través de un habilidoso juego de espejos, le devuelve a cierto “progresismo” mundial, anacrónico y primitivo, la imagen que éste desea ver --socialistas del siglo XXI, defensores de un Pueblo (con mayúscula) asediados por el Imperio— para acallar críticas y fomentar solidaridades automáticas que alcahuetean sus atropellos.

Pero este juego de espejos también se le revierte a la mafia militar, impidiéndole discernir la realidad. Tal impostura les obnubila todo referente moral con el cual confrontarlos con la perversidad de sus acciones. Su crueldad y maldad para con sus compatriotas aparece así justificada. Su sufrimiento no perturba sus conciencias: le importa un bledo. Son inventos de la “derecha”, enemiga de la “revolución”. Su reiterada mendacidad anula toda culpa para con la terrible tragedia que ha urdido sobre los venezolanos. Los criterios de verdad del fascismo y de lo que es correcto e incorrecto se derivan de su funcionalidad para con el constructo ideológico que lo ampara: las mentiras no son tales si contribuyen a consolidar su poder. No hay freno moral, ético, ni mucho menos legal o humanitario, para continuar con sus desmanes ni para justificar un cambio de política. Son “revolucionarios” que la Historia absolverá. Se llega al colmo de convencerse de que su vida opulenta y de privilegios es merecida, dados sus abnegados servicios a favor de la “revolución”.

Lo anterior invalida, a mi entender, la estrategia de comprometer a esta oligarquía en una negociación, asumiendo intereses básicos del pueblo comúnmente reconocidos en torno a los cuales labrar acuerdos para, a partir de ahí, reconquistar poco a poco áreas de libertad y de institucionalidad. El fascismo vive una Venezuela de ficción, donde todo funciona como el Cuento de Hadas revolucionario en el que desea ser retratado. Posee la razón de la Historia, por lo que no ve sentido alguno en concertar nada con la disidencia. Maduro denuncia ante la Convención sobre Cambio Climático de Madrid la desertificación del “modelo retrógrado capitalista”, mientras bandas criminales, aliadas con militares, arrasan con zonas del Parque Nacional Canaima para saquear sus riquezas minerales. Asimismo, el Padrino de las mafias militares reclama (justificadamente) el uso de armas de fuego contra manifestantes en Bolivia, pero avala su uso contra sus propios compatriotas, con centenares de asesinados en protestas durante los últimos años. En igual tónica, Maduro ordena entregar 13.000 fusiles a su milicia, dizque para proteger las empresas básicas que sus compinches (mayormente militares) han saqueado hasta dejarlas exangües. Sepultada bajo el discurso patriotero y “revolucionario” se esconden todo tipo de latrocinios, torturas, razzias de exterminio (FAES), muertes y demás vejámenes a la población. Disfrazarse de “izquierdas” sigue siendo un valioso baluarte para lograr que sus crímenes sean absueltos.

Una metamorfosis de sobrevivencia

Pero al igual que el alacrán de la fábula que emponzoñó a la rana que lo llevaba cargado al otro lado del río, está en la naturaleza parasitaria de la mafia depredar la economía hasta acabar con ella. Ante una producción encogida, un bolívar que carece de todo valor y una PdVSA quebrada, se esfuman las oportunidades de lucro desmedido que antes florecían. Ahora que las sanciones internacionales vetan el uso de los circuitos financieros del dólar, se ha visto obligada a buscar nuevas formas de usufructuar sus dineros mal habidos. Como resultado, ha escindido a la economía en dos circuitos: uno que se reserva para sí, basado en el saqueo de lo que queda del negocio petrolero y del oro, el coltán y otras riquezas minerales, y el otro, de intercambio entre privados, realizado crecientemente en dólares, para lo cual se han aflojado los controles de cambio y de precios, de buena parte de las trabas a la importación y de las transacciones en divisas.

El gobierno sigue financiándose, además, con emisión monetaria para cubrir sus erogaciones, pues no tiene acceso a financiamiento internacional y sus bases impositivas –PdVSA y la economía doméstica— están muy mermadas. Al haberse multiplicado la masa monetaria por 50 durante el año impulsó los precios al alza, incluido el del dólar, que hoy vale 65 veces más que al comienzo. Pero las divisas de la exportación petrolera y de los minerales de Guayana no acuden a estabilizar su precio, pues son de usufructo discrecional exclusivo de la oligarquía militar - civil. Provienen sólo de las remesas que envían los millones de emigrados, exportaciones no tradicionales incipientes y, sin duda, del lavado de dinero sucio. Quienes no tienen acceso al billete verde sufren los rigores de la hiperinflación, que cerrará este año en torno a 8.000%. Deben apañárselas con los CLAPs, en un marco de inseguridad y destrozo de servicios y de infraestructura, que hace muy cuesta arriba su sobrevivencia. La dádiva “revolucionaria” se amplía ahora con una orden de compra emitida para ser usada en determinadas tiendas –el Petro— que abrirá nuevas oportunidades para manejos turbios por parte de quienes controlan este circuito. ¡Y Maduro tiene el cinismo de declarar que 2019 fue un año de estabilidad!

En fin, las sanciones han obligado a la mafia a reinventarse, atrincherándose en la expoliación de los recursos minerales en complicidad con algunos agentes externos (rusos, ELN), y abriendo espacios de mercado para lavar los dineros sucios que ya no pueden procesar a través de los circuitos financieros convencionales. Puede mantenerse indefinidamente con este arreglo, pero no porque haya “triunfado”. Se trata de una situación de equilibrio frágil, favorecida por los errores de la dirigencia opositora, el reflujo de las movilizaciones y la ocupación de la comunidad democrática internacional en otros asuntos. Pero la economía seguirá encogiéndose como durante 2019, que se redujo en torno al 10%.

La lucha por la Asamblea Nacional

La mafia no está en una posición de su agrado, razón por la cual ha decidido pasar a la ofensiva. Pone a los leguleyos a sueldo que tiene en el tsj, comandados por el impresentable Jorge Rodríguez, para que violen la Constitución, despojando de su inmunidad a los parlamentarios opositores –ya son más de 30 en esta condición— a la vez que redobla esfuerzos por comprar a otros, buscando desesperadamente arrebatarles a las fuerzas democráticas el control de la Asamblea Nacional. Su intento de sepultarla con la idiotez del desacato y con la usurpación de sus funciones por una supuesta asamblea constituyente fraudulenta, sólo condujeron a exponer con mayor nitidez su vocación totalitaria, incitando las sanciones en su contra. Por tanto, la oligarquía militar – civil considera un desiderátum quitarse el estigma dictatorial conquistando la Asamblea para que éstas le sean levantadas. Le han hecho daño y prueba de ello es que su anulación es condición previa para acceder a cualquier negociación. La batalla por la democracia ocurrirá, entonces, por la Asamblea Nacional. Y digo “batalla” porque el fascismo no concibe la política de otra forma que no sea una guerra. Ante el repudio masivo de la población, sabe que no será a través de elecciones transparentes con garantías como habrá de apoderarse de esta instancia tan emblemática de la voluntad popular. Su gran desafío, entonces, será aplicar sus trampas de manera que, en lo posible, no aparezcan como tales y confundan a la opinión internacional. En este afán, cuenta con las divisiones e inconsistencias de la dirección política democrática, amén de algunas complicidades.

Sin dejar de insistir ante la comunidad internacional sobre la necesidad de que se celebren cuanto antes unas elecciones presidenciales legítimas, debe quedar claro que nos jugamos la vida con las de la Asamblea Nacional en 2020. No es redundante instar, a pesar de tanto repetirlo, en que las fuerzas democráticas trasciendan sus visiones e intereses de grupo y aúnen esfuerzos para que el fascismo no se salga con las suyas. El acuerdo por reelegir a Juán Guaidó como presidente del cuerpo es un paso en la dirección correcta. Estemos alerta ahora ante los intentos de anular el voto virtual de los diputados perseguidos, alegando artificios leguleyos, y de tergiversar una vez más el nombramiento de un nuevo CNE por la vía expedita del tsj. Exijamos abiertamente unas elecciones con todas las garantías y con presencia de observadores internacionales. Denunciemos contundentemente las tentativas del fascismo por torcer el proceso a su favor. Es decir, debe hacerse lo posible para que la amenaza de nuevas sanciones a estos criminales, aún más severas, se conviertan en realidad de no cumplirse con estas exigencias. Esto implica jugar cuadro cerrado con nuestros aliados internacionales, pero, sobre todo, activar el respaldo mayoritario de una población hastiada de los abusos y comprometida con un proyecto de país democrático, libertario y justo. Como parte de esta conducción, es menester un amplio proceso de consultas a fin de que las fuerzas democráticas acudan de manera unida a estos comicios.

Debe entenderse que la actual ofensiva fascista es señal de desesperación. Abandonar tradicionales cotos de caza vinculados a controles y al arbitraje de precios, junto al deterioro continuado del país que afecta a familiares, amigos y aleja cada vez más el apoyo otrora incondicional de sus aliados, tiene que ser objeto de preocupación entre los integrantes de la oligarquía militar – civil. Es más que evidente, además, el extendido malestar entre los remanentes de la Fuerza Armada. Ello obliga a Maduro a depender cada vez más de fuerzas paramilitares –FAES, guerrilla colombiana, milicias y colectivos— para reprimir y a colocarse claramente en el radar internacional como cabeza de un estado forajido. Es el Talón de Aquiles de un régimen que no vacila en perpetuar cualquier crimen para continuar despojando a los venezolanos. Con ello, invita a que se estreche el cerco de sanciones internacional en su contra y dificulta el apoyo de sus compinches de fechorías: Putin, Cuba, Erdogán y China.

La clave para un desenlace positivo en 2020 es una oposición fortalecida, unida bajo un mensaje claro, creíble y factible, capaz de conectarse con las ansias de cambio de los venezolanos. Entre éstos están los militares traicionados por la mafia enquistada en el mando, a quienes debe ofrecérseles una opción valedera para no seguir convalidando al régimen criminal de Maduro. Con el repudio y las sanciones en su contra de la comunidad internacional, la reactivación de las protestas y las presiones crecientes buscando ampliar la rendija abierta por la liberación incipiente de algunas actividades económicas, el régimen hace aguas. Afianzarse en la represión, los ilícitos y la trampa, no tiene futuro. Cada nueva trastada debe convertirse en un clavo adicional en su féretro.

En fin, si las fuerzas opositoras logramos superar nuestras desavenencias y presentamos un mensaje bien claro al país y a la comunidad internacional, la maldad no podrá triunfar. ¡Feliz Año, 2020!

1 Se refiere a la confusión de que hablaba el sociólogo alemán, Max Weber, entre el manejo de la hacienda pública por parte de quienes emergían como monarcas de naciones incipientes, con el de su propio pecunio. de la realidad.

Economista, profesor de la UCV

.humgarl@gmail.com

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