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Opinión

Daniel Eskibel

Victoria estratégica del presidente en funciones

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, ha desarrollado a lo largo de este año 2019 una estrategia política que encamina a España hacia nuevas elecciones de las que su partido, el PSOE, podría salir favorecido.

En un artículo anterior escribí acerca de la negociación política fallida que culminó en el fracaso de la sesión de investidura de Pedro Sánchez. Antes de eso había escrito otros dos artículos sobre este agitado año político español: uno sobre los carteles electorales y otro sobre los indecisos.

Ahora, cuando una nueva convocatoria a elecciones se insinúa con más fuerza en el panorama político, parece más claro aún que España no está en una fase de negociación política sino básicamente de pre-campaña electoral.

Sobre estos temas me consultó la periodista Paola Bruni para un reportaje del diario El Confidencial. El reportaje incluye algunas de mis opiniones junto a las de la profesora de negociación Pilar Galeote, el experimentado negociador Fabián Márquez y la presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) Verónica Fumanal.

Transcribo a continuación el diálogo previo que tuve por correo electrónico con la periodista. De esa manera puedes ampliar y contextualizar lo que aparece en el reportaje.

Factores que intervienen en una negociación política

Uno de los ejes de mi diálogo con El Confidencial tuvo que ver con la psicología de la negociación política. Veamos las preguntas y las respuestas:

¿Cómo se negocia una formación de Gobierno? ¿Existen estrategias trazadas de antemano que se diferencien de otro tipo de negociaciones (como las empresariales o laborales)?

Una negociación política tiene los atributos de cualquier otro tipo de negociación. Su núcleo básico es el mismo que el de una negociación empresarial, laboral o inclusive personal. Claro que a partir de allí tiene también especificidades que le dan una tonalidad levemente diferencial.

Una de esas especificidades es que los partidos políticos están, todos y todo el tiempo, en campaña permanente por persuadir a la opinión pública acerca de sus ideas, sus valores y sus acciones. La otra especificidad sería que en el caso de España formar un nuevo gobierno es una necesidad institucional fuerte pero con cierta dosis de debilidad política. Una debilidad marcada por el hecho de que siempre está la posibilidad del nuevo llamado a elecciones en caso de que no haya acuerdo.

¿Hay elementos comunes en este tipo de negociaciones? ¿Cuáles suelen ser los pasos básicos y determinantes?

Los pasos más determinantes son básicamente seis:

Tener la decisión de llegar a un acuerdo.

Negociar en privado, nunca en público.

Construir un vínculo de confianza mutua con la otra parte.

Conocer los intereses que subyacen a las posiciones políticas coyunturales.

Contar con negociadores hábiles y preparados.

Encerrarse a trabajar todo el tiempo que sea posible y con toda la energía, sabiendo que las soluciones no se “encuentran” sino que se producen.

¿Qué papel juegan los tiempos, la paciencia? ¿Y la emoción y el carisma de los líderes?

Cuando se va a negociar es indispensable una alta dosis de inteligencia emocional. Eso incluye paciencia, esfuerzo, tiempo, tranquilidad, estabilidad y emociones bajo control. Y saber captar las oportunidades para no dejarlas escapar.

Pero el carisma de los líderes poco y nada agrega a la mesa de negociaciones. Es más: lo mejor sería que los principales líderes no participaran en esa mesa y dejaran la tarea en manos de negociadores natos que actuaran con total profesionalismo. Los líderes tendrán la última palabra y tendrán su momento y tendrán que presentar públicamente el acuerdo y llevarlo luego a la práctica. Pero los acuerdos no se logran a golpe de carisma ni de autoridad.

¿Es mejor llevar una negociación en secreto o utilizar a la opinión pública como elemento de presión?

Si de verdad quieres negociar tienes que hacerlo en privado, con reserva, en espacios protegidos. Si optas por llamar a la opinión pública como elemento de presión, entonces estarás apelando a un elemento ajeno a la negociación misma y más bien propio de la estrategia política general. Lo cual es válido, pero es diferente.

De la negociación política al relato

El segundo eje de mi diálogo con la periodista de El Confidencial fue la actualidad política española a comienzos de septiembre de 2019:

¿Qué están haciendo bien el PSOE y Podemos y qué están haciendo mal para defender sus argumentos en esta negociación?

Ni el PSOE ni Podemos están negociando. Ambos están en campaña. Acá hay un contexto político que lo atraviesa todo y es la disputa por la supremacía dentro del campo de las izquierdas. El PSOE montó un gran dispositivo de comunicación política durante este verano. Y lo hizo en base a 3 ejes fundamentales:

Continuó con naturalidad como gobierno en funciones.

Se vinculó sistemáticamente con diversas organizaciones de la sociedad civil.

Elaboró y presentó una propuesta progresista de gobierno.

Estos ejes le permiten construir un relato simple y efectivo. Ese relato afirma que el PSOE hará un gobierno progresista, con arraigo en la sociedad civil, con un programa que incluye no solo las ideas propias sino también otras provenientes de sensibilidades sociales y políticas de izquierdas.

Este relato finamente construido acorrala a Podemos y lo ubica en una encrucijada. Porque Podemos perdería ante la opinión pública si impidiera un gobierno investido de ese relato. Y eso que perdería se lo ganaría el PSOE en la nueva convocatoria a elecciones. Claro que Podemos puede hacer lo contrario, entrar en la llamada “vía portuguesa” y permitir la formación de un gobierno exclusivamente socialista. Lo cual también beneficia al PSOE, por cierto.

Como vemos estamos muy lejos de aquel “sorpasso” que Podemos pretendía darle a los socialistas tiempo atrás. Muy lejos no en años sino en política. Porque este año 2019 ha marcado, en todas sus etapas, una gran superioridad estratégica del PSOE sobre Podemos.

Nada de lo que estamos viendo es negociación sino estrategia política. Aquí es donde ha estado la diferencia entre las izquierdas.

Iván Redondo y la operación Jaque Mate

Agrego ahora una reflexión final que no incluí en mis respuestas a El Confidencial. Una reflexión acerca del papel estratégico de la consultoría política en los partidos, los gobiernos y las campañas.

Pedro Sánchez ha logrado importantes objetivos políticos en los últimos años: triunfo en las primarias socialistas, moción de censura que terminó con el gobierno de Mariano Rajoy, conquista de la presidencia del Gobierno, mayoría de votos para el PSOE en las elecciones generales de abril de 2019, y luego mayoría de votos también en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019.

Todos estos triunfos tienen varios aspectos en común. Uno de ellos, seguramente de gran importancia, es que en todos ellos ha estado asesorado por el consultor político Iván Redondo.

Algunos informes periodísticos señalan a Redondo como el creador de la marca Pedro Sánchez. Otros informes lo sitúan como factor clave de la operación jaque mate contra Pablo Iglesias.

Más allá de toda duda es claro que la visión estratégica de Redondo está ayudando de gran manera a re-posicionar al PSOE.

Durante décadas otras fuerzas políticas intentaron desplazar a los socialistas de su posición hegemónica dentro de las izquierdas españolas. Nunca lo lograron, pero en años recientes surgió Podemos y los liderados por Pablo Iglesias estuvieron muy cerca de lograr ese objetivo histórico. Hasta que el PSOE comenzó esta nueva etapa marcada por el binomio Sánchez-Redondo. Uno en el primer plano de las decisiones políticas y el liderazgo, y el otro en el discreto segundo plano de la estrategia.

El nuevo enfoque estratégico de los socialistas españoles está recuperando buena parte del terreno que habían perdido frente a Podemos. Pero Podemos todavía no se entera porque en cierta medida aún cree que lo que está en curso es una negociación política.

De negociación política nada. Todo lo que está pasando tiene que ver con la estrategia política. De eso se trata.

Maquiavelo&Freud

https://maquiaveloyfreud.com/espana-negociacion-politica-campana-electoral/

 6 min


Maxim Ross

Toca ahora reseñar la experiencia y el aprendizaje que pude observar en el área económica de los Estados Unidos, comenzando por una diversidad geográfica y de tamaño que ya, de hecho, le da ventajas comparativas relevantes.

Es bueno saber que esa economía representa casi el 25% de todo el mundo y es casi igual a toda la Unión Europea, mientras que la China ocupa el 2º lugar con un 15% y Rusia con apenas un 2% del total. Esta última, representa un 10% de la de los Estados Unidos[1]. Esas diferencias no son gratis porque ya el hecho de ser grande y poderoso económicamente le da un valor añadido a la hora de aportar recursos y capacidad de consumo.

Un breve balance de sus fortalezas y debilidades[2], nos dice que ha estado creciendo en los últimos años a una tasa moderada y consistente, creadora de empleos netos y con una sorprendente tasa de desempleo cerca de la llamada “natural”. Un 4 a 5%. Su robustez, probablemente, deriva del aumento sostenido del ingreso medio del norteamericano, el cual se colocaba para 2017 en US$ 61.000 anuales por persona y también del salario en términos reales. Desde luego, una muy baja tasa de inflación origina esos resultados.

La base industrial se ha expandido en los últimos años y no hay que olvidar su logro fundamental: la auto suficiencia energética. La “confianza de los consumidores” es alta, un índice que da idea de baja incertidumbre en lo económico, a pesar de la volatilidad del Dow Jones, indicador que ha alcanzado niveles inesperados.

Sus mayores debilidades están en las muy conocidas y consistentes, la deuda federal y el déficit comercial, cifras que por su magnitud no dejan de preocupar a sus habitantes. La primera situada en el orden de 77% del PIB y el segundo bordeando los US$700 a 600 billones. Ambas colocadas en niveles de muy difícil manejo y reducción por las implicaciones sociales y externas que implican.

Grandes debilidades se registran en el plano social, con severas disparidades económicas y sociales, cuando el 1% de la población posee casi el 90% de la riqueza y con el polémico tema del “Obama Care” que pregunta cuantos estadounidenses tienen cubierta su salud. Un país donde todavía demasiados “indigentes” en las calles ocultan sus grandes fortalezas y virtudes.

[1] Banco Mundial 2017

[2] The Washington Post. The Trump vs. Obama economy — in 15 charts August 20, 2019.

 1 min


La agricultura, ese arte de cultivar la tierra, tiene un origen muy antiguo, ya que se señala el Período Neolítico (del griego neo-nuevo y litos-piedra) o Edad de la Piedra Nueva o Pulida, como inicio de esta actividad. El Neolítico es uno de los períodos de la Edad de Piedra que abarca desde el año 6.000 hasta el año 3.000 a.C., y en ese período ocurre lo que se ha denominado la Revolución Neolítica, la cual se refiere a la gran transformación que sufre la forma de vida de la humanidad, que va pasando de nómada a sedentaria, se pasa de una economía recolectora (recolección de frutos, caza y pesca) a una economía productora (agricultura vegetal y animal).

Desde el Descubrimiento de América, lo que hoy es Venezuela, se caracterizó por tener en la agricultura su mayor riqueza. Fue el cacao, que dio origen a los “Grandes Cacaos” de la época, el principal producto de exportación hacia el viejo continente. Progresivamente se fueron desarrollando otros rubros como el café, la ganadería, la caña de azúcar, que sirvieron para apoyar la economía de este territorio.

A comienzos del siglo XX, Venezuela era un país rural, con una fuerte tradición agrícola, con una elevada población campesina, que fue cambiando con la llegada de la Enfermedad o Síndrome Holandés una vez que comienza la explotación petrolera, y nos convertimos en el primer país exportador de petróleo del mundo. Los pueblos se fueron vaciando y las ciudades, especialmente las aledañas a los centros de producción petrolera, se fueron llenando de nuevos habitantes en la búsqueda de nuevas y mejores oportunidades de empleo.

Aún cuando Venezuela pasa a tener una economía rentista basada sobre su riqueza petrolera, la agricultura se mantuvo, se fue modernizando al ritmo de los avances científicos y tecnológicos, y los gobiernos, en cierta forma, se vieron obligados a darle una mano a la producción agrícola por lo que ello representa en cuanto a ocupación del territorio, fuente de empleos tradicionales, suministro de alimentos para la población y de otros bienes como fibras de origen vegetal y materiales para la construcción.

A pesar del petróleo, en Venezuela se hicieron desarrollos agrícolas muy importantes, se mejoró la producción animal bovina, porcina y avícola. Se fundaron centros de desarrollo como Turén, se construyeron grandes obras para riego como el Sistema del Río Guárico y Las Majaguas, y otros sistemas por derivación para regar fértiles tierras de los llanos venezolanos. Se fundaron escuelas de agronomía, veterinaria y zootecnia en importantes universidades y a nivel tecnológico, para el apoyo científico y técnico de la agricultura. Se realizaron estudios de suelos, que junto a las mediciones climatológicas vinieron a definir una serie de sistemas suelo-clima, útiles para la zonificación de los cultivos y poder manejarlos de la mejor manera. Así, se mantuvo una actividad de avanzada, muchos productores se fueron especializando en determinados cultivos y han sido el motor en la producción, que alguna vez fue suficiente, en arroz, azúcar, maíz, varias frutas, varias hortalizas y otros productos.

Sin embargo, en lo que va del presente siglo, nuestra agricultura ha tenido un tremendo fracaso a pesar de los grandes ingresos que ha tenido el país. Hoy la superficie que se siembra es muy baja en relación al pasado reciente, estimándose que ni siquiera se cubre un 20% del área total, y por lo tanto, la producción de alimentos es muy escasa. La agricultura venezolana está en una inimaginable crisis dirigida por el régimen que actualmente gobierna al país, y se puede señalar que, entre otros, se deben atacar los siguientes aspectos para tratar de recuperarla:

-Inseguridad personal y jurídica en el campo venezolano

-Los recursos suelo y agua que deben ser manejados de la mejor manera posible

-La infraestructura de apoyo a la agricultura que está en franco abandono, especialmente en lo referente a las obras de riego y la vialidad agrícola

-La maquinaria y equipos agrícolas huérfanos de mantenimiento por falta de los recursos correspondientes, y sin la posibilidad de reemplazo

-Los insumos básicos para la producción que están ausentes en todo el territorio nacional

-La crisis en la educación para la producción agrícola, con la destrucción de laboratorios, campos experimentales, migración de personal docente capacitado

-La ausencia de un servicio de extensión agrícola y asistencia técnica

-La ausencia de recursos para la investigación agrícola

En estas condiciones, en Venezuela es difícil que se pueda celebrar con alborozo el Día Mundial de la Agricultura. Sin embargo, nuestros verdaderos productores siguen en el campo reinventándose cada día para tratar de producir algo del alimento que requiere la hambrienta población. Para ellos, debemos dar el mayor reconocimiento y apoyo, para que persistan y puedan ser agentes importantes de cambio cuando las condiciones políticas y económicas del país lleguen a permitir un verdadero desarrollo del país, podamos alcanzar una verdadera seguridad alimentaria.

Septiembre de 2019

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general.

pedroraulsolorzano@yahoo.com

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

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Edgar Benarroch

El estado de angustia, preocupación y tensión que diariamente vive el país, consecuencia de un régimen usurpador que se dedicó a empobrecernos y destrozar nuestra economía, nuestra sociedad y todo lo que significaba futuro promisorio para Venezuela, afecta negativamente nuestro organismo, no podemos adquirir los alimentos necesarios para darle a nuestro cuerpo el componente vitamínico necesario y cuando nuestra salud flaquea nos vemos en serios inconvenientes para comprar los medicamentos cuando los encontramos. Toda esta penosa situación en un marco de inseguridad personal y de bienes que nos lleva a jugarnos la vida a diario en nuestra casa, oficina o en la calle a toda hora y en cualquier momento.

La carencia de recursos económicos pone en peligro nuestra salud y ya son muchos los casos de niños, jóvenes y adultos fallecidos por desnutrición o falta de la medicina adecuada.

Pero este estado de deterioro de nuestro organismo y salud produce o puede producir trastornos espirituales, en nuestro ánimo y en nuestra psiquis, entre ellos amargura, mal carácter y puede llegar a la pérdida de la racionalidad. Si a este cuadro dantesco le sumamos que la gente presume que no hay salida rápida o simplemente que no hay salida porque la alternativa no luce UNIDA, coherente y carente de mensaje, podemos afirmar que estamos a las puertas de la desesperación que nos puede llevar hasta la resignación.

La desesperación es la pérdida total de la esperanza que nos produce cólera, despecho y enojo. También es soledad, aislamiento, miedo, frustración y dolor. El país aún no ha caído en la desesperación pero parece que estamos bastante cerca y de ello el régimen es responsable por su nefasta gestión pero también nosotros, la oposición, que no terminamos de presentarnos como garantía próxima de cambio y de un país vivible y mejor donde superemos las negaciones en que estamos y podamos vivir en paz y armonía con satisfacción al menos de nuestras necesidades materiales mínimas, sobre todo las de los más desposeídos y necesitados que alcanza la tormentosa cifra del 70% del país.

Si el pueblo pierde la esperanza es porque quienes debemos dársela no lo hemos hecho y dársela supone presentarnos unidos, coherentes, con un mensaje de recuperación nacional y como garantía de paz y desarrollo en libertad y justicia .

En nuestra conciencia y sobre nuestros hombros está la inmensa obligación de transmitirle al país esperanza cierta, optimismo en el futuro inmediato y confianza que vamos por buen camino a alcanzar el cambio propuesto por el bienestar de todos.

El tamaño de la esperanza y optimismo es directamente proporcional al estado de UNIDAD de la oposición, mientras más unidos estemos más alta será la esperanza y el optimismo de los venezolanos.

El país no entiende y se asombra cuando el liderazgo nacional de la oposición no es capaz de ponerse de acuerdo cuando se trata del más alto interés de todos y de la Patria. Debemos cuanto antes llevar un mensaje y una conducta clara de UNIDAD al país para que nos entienda como gente equipada con buenos valores ciudadanos bien puestos y sacarlo del asombro que lo atormenta.

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Juan Guaidó no buscó el cargo de presidente encargado, sino que tuvo que asumirlo por mandato de la Constitución. Con valentía enfrenta una cáfila de maleantes que solo cuentan con las bayonetas, el narcotráfico y la corrupción. Ha tenido que desafiar un enemigo poderoso. Por si fuera poco, en poco tiempo logró calar en el sentir de la mayoría debido a su sencillez y a no tener un pasado con manchas, y ahora también enfrenta fuego “amigo”.

Cuando un combatiente recibe fuego amigo es por error de quien dispara. En este caso, quienes disparan al presidente (e) Guaidó y lo perjudican no son chavistas-maduristas, sino opositores, algunos corruptos, varios calculadores políticos y los más ignorantes o desesperados por la situación.

Guaidó fue electo presidente de la Asamblea Nacional por el voto de sus diputados, los cuales pueden destituirlo o no reelegirlo cuando finalice su período. Por lo tanto, es un poco rehén de este cuerpo. Los partidos exigen cuotas de poder, algunas legítimas, otras no tanto. Ello seguramente lo obliga a avalar decisiones que, en general, han sido positivas. Por ejemplo, se puede estar o no de acuerdo con determinados nombramientos de embajadores, pero eso es asunto de percepción. Siempre habrá candidatos con más mérito, pero ello no descalifica a los designados.

Otras decisiones impuestas seguramente ponen en tres y dos a nuestro presidente (e). ¿Debe ceder a las presiones o pararse en sus treces, como dicen los españoles? Todo depende de la naturaleza del hecho.

Con la corrupción no puede ceder ni un milímetro. Uno de los aspectos de la misma es lo relacionado con el financiamiento de los partidos políticos. Lamentablemente, en Venezuela tradicionalmente los gobiernos penalizan a los donantes del sector privado que contribuyen al sostenimiento de los partidos políticos. Esta persecución indebida se ha vuelto crítica bajo la dictadura actual.

¿Qué han hecho la mayoría de los partidos para sobrevivir? Designar militantes en organismos y empresas públicas, para otorgar contratos sin licitación con el compromiso de obtener un porcentaje, y recibir donaciones por debajo de la mesa, algunas sujetas a tráfico de influencias, todo lo cual hay que desterrar.

Afortunadamente, nuestros dirigentes han logrado que algunas empresas de Venezuela en el exterior designen directivas relacionadas con el gobierno encargado. En Citgo, por ejemplo, fue designada una directiva idónea. En Monómeros Colombo Venezolanos fue así inicialmente, pero posteriormente intervinieron actores políticos con intereses non sancto. También en Pequiven hubo sustituciones indeseables.

El presidente (e) Guaidó debe estar alerta ante este tipo de situación, corregir desaguisados y no ceder a chantajes. Tiene que dar señales de una nueva forma de hacer política y enfrentar posibles reacciones en contra. Para ello cuenta con la aceptación de la mayoría de los venezolanos que no queremos más de lo mismo.

Otro frente con el cual le toca lidiar es el integrado por luchadores democráticos que le exigen a Guaidó cosas que no está en sus manos resolver. Deben entender que Maduro cuenta, por ahora, con el apoyo de los militares corruptos de nuestra Fuerza Armada y de los no menos corruptos de la mayoría de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.

Además de que ningún país ha mostrado indicios de querer aplicar el TIAR y menos atender el 187-11 de la Constitución. Algunos actúan de buena fe, pero en otros privan intereses políticos. Ojalá se percaten que no son mayoría y que su actitud puede ocasionarles efectos contrarios a lo que buscan.

Un tercer frente es el de los opinadores y tuiteros que no pierden ocasión para descalificar al presidente (e) por no lograr poner fin a la usurpación. Algunos son seguidores consciente o inconscientes de dirigente que son minoritarios o que han perdido actualidad y luchan por mantenerse en los medios.

El cuarto frente está integrado por ciudadanos que, en ejercicio de su derecho a la libre expresión, arremeten contra el liderazgo opositor a veces con razón, pero la mayoría sin ella. Es entendible que por desesperación algunos critiquen a Guaidó por no hacer milagros, pero ojalá entiendan que, en estos momentos, él es nuestra única esperanza para salir de Maduro y su pandilla.

Para finalizar deseamos recalcar que:

1-Mientras dure la usurpación, Guaidó debe seguir en la presidencia de la Asamblea Nacional y como presidente (e) de la República.

2- En condiciones normales votaría por María Corina, aunque no comparto alguna de sus posiciones.

3- Si se convoca elecciones transparentes, el mejor candidato es quien encabece las encuestas, que en estos momentos es Guaidó por amplio margen.

4- Para mantener esa posición debe descartar a los oportunistas y apoyarse en los ciudadanos de a pie y en políticos que no tienen viejas mañas.

5- Debemos entender que a una nueva generación le corresponde gobernar. Ojalá sus integrantes no pequen de prepotencia.

Como (había) en botica:

Los allanamientos de viviendas de ciudadanos que tuvieron que exiliarse hace años, como Gustavo Tarre Briceño y Carlos Vecchio, solo se explica por venganza del régimen.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Con voz propia

“Patria libre y soberana”, consigna que usa el castrense y castrista narco régimen en una apropiación del pensamiento del partido Acción Democrática, que este 13 de septiembre arriba a 78 años. Tal día lo fija como de su fundación, con la aparición pública en mitin del Nuevo Circo de Caracas.

En cronología, tal fundación se produjo el 11 de mayo 1941 en asamblea de Caracas. En su mayoría eran jóvenes del interior los suscriptores del Acta Constitutiva, que no firmó Rómulo Betancourt, tampoco Raúl Leoni, Gonzalo Barrios y Valmore Rodríguez, vetados por Gobierno. Aprobó el lema Patria Libre y Nuestra y el verde como color de tarjeta electoral.

Primer CEN del que se identificó Partido del Pueblo, lo integraron Rómulo Gallegos, Presidente, Andrés Eloy Blanco y Luis Mosquera Soublette, vicepresidentes, Julio Ramos, Luis Lander, Ricardo Montilla, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Arturo Briceño y Luis Beltrán Prieto Figueroa, directores. En el Coliseo, intervinieron Gallegos, Andrés Eloy, Prieto Figueroa, Mario García Arocha, Ricardo Montilla y Betancourt.

Su programa fue concebido en el Plan Barranquilla, redactado por Betancourt, que sirvió de declaración a la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (Ardi), que dio paso a Organización Venezolana (Orve) de la cual derivó el Partido Democrático Nacional (PDN), antecedente de AD.

A cuatro años de su aparición, derrocó al democrático General Isaías Medina Angarita, que lo legalizó. Le sucedió Betancourt quien presidió Junta Revolucionaria de Gobierno, conformada por sus compañeros: Leoni, Prieto Figueroa y Gonzalo Barrios; el independiente Edmundo Fernández y los Mayores Carlos Delgado-Chalbaud y Mario Vargas.

Celebró la Asamblea Constituyente presidida por el poeta Andrés Eloy Blanco, la cual aprobó la Carta Magna de 1947.

Gallegos fue el primer Presidente electo por voto directo, el 14 de diciembre de 1947. En 1941 había sido postulado simbólicamente porque la escogencia correspondía a un Congreso controlado por el Gobierno. Obtuvo en su elección 70.83%; Rafael Caldera, Copei, 13.22% y Gustavo Machado, PCV, 2.9%. Nueve meses duró su mando. Golpe Frío (sin violencia) el 24 de noviembre 1948, de militares que llevaron a AD al Poder, lo derrocó.

AD fue el partido con más Presidentes. A los nombrados se agregan: Betancourt dos veces; Leoni, Carlos Andrés Pérez, reelecto; Jaime Lusinchi, Octavio Lepage, transitorio y Ramón José Velásquez.

Resistencia en ejercicio del poder demostró AD. En la Presidencia Betancourt fue víctima de intento de magnicidio, 22 asonadas golpistas y la guerrilla; se produjeron dos divisiones. La encabezada por la juventud que funda el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) a la que siguió la escisión liderada por Raúl Ramos Giménez, del ARS, apodado así porque se le atribuía slogan de publicidad de esa denominación: “permítanos pensar por usted”. En 1963 se postuló a la Presidencia con AD-Oposición, transformado en Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN)

En Gobierno de Leoni se produjo la división liderada en 1968 por Prieto a quien se le desconoció postulación presidencial aprobada en primarias. Nace el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). Las 3 escisiones fueron ideológicas.

AD figura como el de más escisiones. Hugo Chávez amenazó a los adecos con freír sus cabezas. Por cierto, Nicolás Maduro le proclama su paternidad. En verdad era hijo legítimo de su homónimo, líder de dicho partido, quien se asiló en Colombia, después del golpe contra Gallegos. Allá se casó con la paisana Teresa Moros; en Cúcuta, nació el hoy lacayo chavista que continuó la línea antipartido con la inhabilitación electoral. Reto ahora de AD es recuperarse, porque adeco es adeco hasta que se muera.

Al MARGEN. El respaldo a la reactivación de las FARC es porque la estructura del narco régimen las necesita para sostenerse, no importa que la cúpula esté negociando con el Imperio, cada quien por su lado.

jordanalberto18@yahoo.com

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Reinaldo Rojas

El pasado 7 de agosto Colombia celebró el Bicentenario de la Batalla de Boyacá, la cual selló la independencia de la Nueva Granada y creó las condiciones para la fundación de la Gran República de Colombia, mediante ley, el 17 de diciembre de 1819. Es interesante destacar que esta república de Colombia fue creada en Angostura por el Congreso de Venezuela, bajo la presidencia de un neogranadino, el Dr. Francisco Antonio Zea, producto de la unidad que privó entre ambos pueblos en aquellas horas de lucha por la Independencia.
Después del triunfo militar en Boyacá, es evidente que el acontecimiento político más importante fue el de la fundación de Colombia. Pero, ¿cuál Colombia? Esta palabra expresa diferentes contenidos histórico y, por ello, ha dado lugar a distintos significados. Empecemos, entonces, por precisar los diferentes significados que la misma ha tenido en el tiempo. Inclusive, la que podría tener en el futuro.

Colombia, como vocablo y como idea, es un invento de Francisco de Miranda que va a entrar a nuestra historia republicana en tres grandes momentos. Primero en 1810, cuando Miranda funda en Londres un periódico con el nombre de El Colombiano; luego en 1819, cuando el Congreso de Angostura crea por ley la República de Colombia, la cual desaparece en 1830; y en 1863, con la Constitución de Río Negro que transformó el Estado de la Nueva Granada, de 1832, en Estados Unidos de Colombia.

Ahora bien, ¿cómo surgió esa idea en Miranda?, ¿cómo fue que Bolívar y sus contemporáneos la institucionalizaron en 1819? Y ¿por qué los liberales neogranadinos la tomaron para sí en 1863? El tema es complejo, pero pongamos en la mesa algunas ideas.

Miranda, que fue un hombre universal no sólo por su pensamiento, sino también por su mirada global de la historia del mundo a finales del siglo XVIII, al estudiar la evolución del Imperio español en América le inquietaba saber acerca del futuro de aquellos dominios, que sólo en nuestro continente cubría cerca de treinta millones de kilómetros cuadrados y unos veinte millones de habitantes, establecidos –para la época– entre los confines del río Mississippi, en el norte de América, hasta el Cabo de Hornos. Ese vasto territorio es el que Miranda va a bautizar con el nombre de Colombia, en homenaje a Cristóbal Colón. En este sentido, todo aquello que concierna a Colombia, llevará ese rótulo, que es con el que va a denominar su voluminoso archivo: Colombeia.

La opción es la independencia

Al iniciarse la crisis española en 1808, con la abdicación de Fernando VII en favor de Napoleón Bonaparte, para Miranda la opción es la independencia bajo los auspicios de la Gran Bretaña. Con esa idea por delante y a fin de prefigurar ese futuro que se acerca, funda El Colombiano. En su primer número, del 15 de marzo de 1810, Miranda no le habla a Caracas, a México o a Buenos Aires. Se dirige a “los habitantes del Continente Colombiano”, fundando con ello la idea de una nueva nación que él denomina ya como Colombia.

En la denominada “Carta de Jamaica”, Bolívar –seguidor de Miranda- le comenta al destinatario de su correspondencia, el comerciante inglés Henry Cullen, que él prevé que la Nueva Granada se unirá con Venezuela para formar una república centralizada con el nombre de Colombia. Efectivamente, por su iniciativa, el 17 de diciembre de 1819, el Congreso de Venezuela “con arreglo al informe de una Comisión Especial de Diputados de la Nueva Granada y de Venezuela”, decreta la Ley Fundamental de la República de Colombia, nueva entidad política constituida por los departamentos de Venezuela, Cundinamarca y Quito, con sus capitales Caracas, Bogotá y Quito, quedando pendiente la creación de una nueva ciudad que con el nombre de Bolívar será la capital de la nueva República.

¿Una ilusión?

Este proyecto unitario entra en crisis y desaparece en 1830. Pero su espíritu reaparece en Río Negro, Antioquía, en la Asamblea Constituyente que en 1863 redacta una nueva constitución para la Nueva Granada y decide constituir los Estados Unidos de Colombia. Entre aquellos diputados destaca la figura del general Tomás Cipriano de Mosquera, héroe de la independencia y gobernador del Estado del Cauca, quien comparte con el venezolano Antonio Leocadio Guzmán el renacimiento del sueño grancolombiano con el triunfo federal en ambos países. ¿Una ilusión?

Esta visión quedó establecida en aquella Constitución al señalar en su Art. 90 que “El Poder Ejecutivo iniciará negociaciones con los gobiernos de Venezuela y Ecuador para la unión voluntaria de las tres secciones de la antigua Colombia en nacionalidad común, bajo una forma republicana, democrática y federal...”. En este siglo XXI, frente a la división que nos caracteriza ¿se proyectarán en el futuro estas ideas?

enfoques14@gmail.com

@reinaldorojashistoriador

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