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Opinión

Con voz propia

Arribamos a los 209 años de la Proclamación de nuestra Independencia producida el jueves santo del 19 de abril de 1810, cuando se desconoció el mandato del Capitán General Vicente Emparan, el máximo representante de la Corona Española. Conmemoramos el hecho gestado en el Ayuntamiento de Caracas que marcó el inicio de la lucha por la liberación del dominio español, con el establecimiento de una Junta autónoma de gobierno que daría inicio a una gesta de carácter civil.

El fin consistía “principalmente el de atender a la salud pública de este pueblo que se halla en total orfandad”, tal quedó asentado en el Acta que “tuvo a bien formar un cabildo extraordinario sin la menor dilación, porque ya pretendía la fermentación peligrosa en que se hallaba el pueblo con las novedades esparcidas, y con el temor de que por engaño o por fuerza fuese inducido a reconocer un gobierno ilegítimo”.

Se invitó a la concurrencia al Mariscal de Campo Emparan, como su presidente. Un vecindario congregado se levantó a los gritos y aclamaciones, aclamando con su acostumbrada fidelidad al señor Don Fernando VII y a la soberanía interina del mismo pueblo. Emparan que marchaba a la Catedral, convino en retroceder al Ayuntamiento.

El clérigo José Cortés de Madariaga le exigió su renuncia para que el mando pase a una “Junta Suprema conservadora de los derechos de Fernando VII”, integrada por distinguidos criollos. Rechazó la propuesta arguyendo que la mayoría del pueblo lo apoyaba. Para confirmarlo salió al balcón y se produjo el divulgado acto reseñado en toda historia.

Salió al balcón de lo que hoy es la casa amarilla, para preguntar a los caraqueños congregados en la Plaza Mayor si estaban contentos con su mando y deseaban que continúe su gobierno. Detrás suyo Madariaga hizo gestos y agitó las manos consiguiendo que los pobladores gritaran: “¡No lo queremos! ¡Fuera!”.

Indignado y resentido Emparán respondió: “¡Pues yo tampoco quiero mando!”. El mismo día renunció y dos días después se marchó a España.

Los independentistas habían obtenido su primera victoria sin derramar una gota de sangre.

No se trata del primer movimiento emancipador. Otro 19 de abril, pero de 1749 se dio la liderada por Juan Francisco de León contra dominio monopolístico de la Compañía Guipuzcoana.

El 10 de mayo de 1795, a 13 años antes del Abril de 1810, ocurrió la insurrección de negros y zambos acaudillada por José Leonardo Chirino en la hacienda Macanillas, Curimagua, de la sierra de Coro. Se considerada la primera por nuestra independencia y génesis de la Americana. Prometía aplicar la Ley Francesa: establecer una República democrática; abolir esclavitud; suprimir tributos pagados por indígenas, la alcabala y eliminación de aristocracia blanca.

Dos años después de la sublevación José Leonardo (1797) surgió en Caracas y La Guaira el movimiento de Manuel Gual y José María España, con proclamación de los derechos del hombre (igualdad, fraternidad, libertad y propiedad), lo que contribuiría a la eliminación de clases sociales por parte de la República.

Siguen las expediciones de Francisco de Miranda. En la de 1806, dispuso de 3 barcos y la mayoría de tripulantes eran norteamericanos. Intentó desembarcar en Ocumare de la Costa, pero buques españoles lo impidieron. En 1808 desembarcó en La Vela de Coro. En buque Leander traía imprenta en la cual editó proclamas que incitaban a combatir por libertad e independencia.

Ese mismo año estalló en Caracas la Conspiración de los Mantuanos, por una Junta que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela. Todo condujo al golpe cívico militar que fue aquel 19 de abril por la Independencia.

Al MARGEN. "Fusil al hombro, listos para defender la patria, con disciplina militar", ordenó quien usurpa el Poder a efectivos armados que sostiene al depravado régimen. Lo hizo en detrimento de la FAN cuyo titular aplaudía a banda de milicianos que recién negaba.

Jordanalberto18@yahoo.com

 3 min


Jesús Elorza G.

Muy contento despertó esa mañana el Usurpador. Caminaba sonriente, de un lado a otro del cuarto. Voy a infligirle una nueva derrota al imperialismo, expresaba en voz alta frente al espejo del baño.

-¿Qué te pasa? le dijo la primera combatiente. Tuviste otra pesadilla con Trump y su invasión militar.

No mi amolcitico, todo lo contrario. Al contrario, desde que cambiamos el viejo colchón por uno Sweet Dream, cada noche siento que me transformo en Martín Luther King y como él, tengo sueños sobre proyectos para impulsar nuestro proceso revolucionario.

-Ah que bien, dime uno de esos sueños. Por que en realidad tú lo que haces es roncar y tener pesadillas con Guaidó.

No me amargues el día. Déjame explicarte mis “dreams”: Cuando la crisis económica no me dejaba en paz. Soñé que si combinaba ese problema con la falta de agua tendría una solución a mi favor…

-¿Cómo así, mi amol? Sorpréndeme.

Bueno, utilizando la falta de agua ordené ¡¡¡El cierre del Banco Central de Venezuela por mas de tres semanas!!!...y nadie, ni siquiera la oposición, protestó por eso.

-¿Y en que nos favorece esa vaina?

Nada más y nada menos en que logramos sacar varias toneladas de oro sin que nadie se diera cuenta. Las montamos en un avión y las llevamos a sitios seguros en donde los gringos y sus aliados no podrán bloquearlas o retenerlas. Como ves mi amolcitico, te estoy asegurando que no pases trabajo cuando estemos en el retiro o en el exilio.

-Así, así, así es que se gobierna mi amol, dijo excitada la primera combatiente… ¿Cuántos kilos fue que me dijiste?

Más de ocho mil.

-Ggggguuuuaaaaooo, ¿Solo para nosotros? eso merece un brindis.

Durante los cuatro días que duro el apagón no dejaba de tener mis dreams y pude vislumbrar una política para golpear revolucionariamente al sector empresarial al reducir la jornada de trabajo de 8am a 2pm. Les di en la madre, al reducirles sus ganancias, y si se ponían muy cómicos con sus protestas les quitaba el servicio eléctrico por todo el día.

-Sigue soñando mi amol, que por esa vía tendremos revolución pa rato.

Cuando me dí cuenta del inicio de la Cuaresma a partir del Miércoles de Ceniza, tuve un dream para mejorar mis relaciones con el Vaticano. Mezclando la crisis de agua y luz, declare ¡¡¡No laborable esos cuarenta días!!! …caso único en la historia. El mundo entero quedó sorprendido con nuestra “Cuaresma Revolucionaria”

-Con esa política seguro te canonicen primero que a José Gregorio, expresó la primera combatiente ya con varias rondas de tragos encima.

Falta lo mejor mi amol, repasando en mis sueños mi pasantía como trabajador del Metro de Caracas, me recordé que todos los viernes inventábamos estar enfermos o con el sindicato armábamos un peo por quítame esta paja, para no trabajar ese día o salir mas temprano. Me acorde también, del camarada Jaua que todos los jueves quemaba un carro en una de las entradas a la UCV con la finalidad supra revolucionaria de no tener clases los viernes.

Como la vaina funcionó, llamamos “Sábado Chiquito de los reposeros ” a esa acción sindical de los días viernes.

-Aja, y como piensas aplicar ese dream en este momento.

Facilito mi amol, voy a decretar como medida revolucionaria contra la explotación capitalista del hombre por el hombre, ¡¡¡El Viernes como día No Laborable!!! para favorecer a la clase trabajadora.

-Coño mi amolcitico, Marx, Engels y Lenin quedaron en pañales frente a tú liderazgo revolucionario…vamos a meternos una pea para que sigas teniendo tus dreams esta noche.

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La discusión política en Venezuela es cada vez más intensa, aunque desafortunadamente, no más extendida; se da entre una cierta élite política e intelectual, pues la mayoría de la población está muy ocupada lidiando con la crisis económica y social, a la que ahora se han añadido calamidades y desgracias como la falta de electricidad y la escasez de agua.

Durante la última semana, afortunadamente la discusión ha ido pasando de las consideraciones sobre el artículo 187.11 de la Constitución de 1.999 y las posibilidades de una intervención militar externa, hacia aspectos más estratégicos, como por ejemplo, de qué manera se producirá el fin de la usurpación, el paso a un gobierno de transición y las condiciones que deben existir para que se puedan realizar unas elecciones libres. Y ésta no es una discusión fácil ni trivial.

Uno de los puntos más complejos que se plantea, a quienes nos dedicamos a la tarea del análisis político, es vislumbrar a partir de los datos de la realidad el futuro que se nos abre; y como se trata, por lo general, de realidades muy complejas, se recurre con frecuencia a los escenarios, antes que a las predicciones, tarea que se deja a los diversos adivinadores de oficio.

No obstante, para analizar la compleja situación venezolana, hay algunas cosas que se tienen claras y se debe partir de ellas para hacer cualquier conjetura y trazar estrategias. Por ejemplo, lo obvio: que el país se hunde cada día más y más en la crisis, económica, política, social, humanitaria y por lo tanto es urgente acabar cuanto antes con esta situación de oprobio.

Otro punto que está claro es que tras 20 años de dictadura socialista en Venezuela, que ha arruinado al país y empobrecido a su población a términos inimaginables, tras ver la actitud frente a la crisis venezolana de quienes la han generado y detentan el poder y su actuación para mantenerlo, hay que llegar a la conclusión que ya no los anima ningún deseo de usarlo para lograr ningún propósito positivo –si alguna vez lo tuvieron– sino que su único objetivo es mantenerlo, para seguirse aprovechando de él. Eso nos lleva a una conclusión importante para trazar estrategias e imaginar escenarios: dado que el país y su gente no les importan, la única manera de librarse de esta especie de mafia gobernante será mediante acciones que los afecten de manera directa, personal, que toquen sus intereses particulares, que se sientan amenazados de manera directa en sus bienes y fortunas acumuladas y mal habidas.

Otro punto importante es entender que aunque el apoyo internacional no ha pasado de aceptar los Representantes Diplomáticos de Juan Guaidó, de recibir a él, a la Primera Dama y delegaciones oficiales, hay que buscar que se intensifique la toma de medidas económicas contra el gobierno, sin que afecten a la población; y sobre todo medidas “personales” contra algunos funcionarios, militares y bolichicos, que por lo visto aun no los afectan mucho.

Otra dificultad de los escenarios para Venezuela es que hay demasiados actores en el juego: la dictadura, sus seguidores, grupos civiles armados –nacionales e internacionales–, partidos y líderes opositores, una extensa gama de organizaciones de la sociedad civil, afectada y que se ha desarrollado en estos 20 años, y paremos de contar. A ese complejo panorama interno, hay que sumar ahora varios actores internacionales, con intereses legítimos y no tan legítimos, en lo que ocurre en Venezuela: organizaciones como la ONU, la OEA, la UE, el Grupo de Lima, las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, la Cruz Roja Internacional; una pléyade de países con diversos intereses políticos y económicos, comenzando por los países vecinos afectados por nuestra emigración, los Estados Unidos, que ven en peligro su propia seguridad, además de Cuba, Rusia, China, Irán, Turquía y otros, que complican el cuadro geopolítico internacional.

Frente a este cuadro es al que hay plantearse salidas; yo me planteo las siguientes, que no agotan las posibilidades, pero son a las que les doy mayores probabilidades:

  1. Renuncia o abandono del cargo del presidente usurpador y su gabinete, al verse cercados económicamente, “repudiados” por la población y viendo en peligro la posibilidad de disfrutar de algún exilio aceptable. Sin embargo, este escenario le asigno una muy baja probabilidad, por lo ya dicho, que a esta dictadura no le importa lo que la gente padezca y las “sanciones” aún no los afectan en lo personal, y hasta que eso no ocurra es muy difícil que accedan voluntariamente a dejar el poder.
  2. Renuncia del gobierno usurpador, forzada por la fuerza armada militar o un sector de la misma, que le plantee a la dictadura la situación caótica del país, la inaguantable crisis económica y el nivel de rechazo de la población; que los obligue a renunciar, a cambio de un exilio “dorado”, al menos por un cierto tiempo; esta es la opción que creo que hay que trabajar de manera deliberada y constante y que no se logrará sin un cierto proceso de negociación, con el perdón de la palabra que sé que algunos se erizan al leerla.
  3. Un golpe de estado militar, que no sabemos de qué tendencia sería, por lo que prefiero descartarlo y que no se dé.
  4. Una intervención externa, de tipo “quirúrgico” o invasión militar que por lo que hemos visto y discutido durante las últimas semanas, creo que por ahora está negada.

Obviamente, por el momento solo veo como salida una opción de “fuerza”, que espero sea la 2, ya que veo difícil –y no sé si deseable– la 4 que muchos anhelan.

Pero lo más importante a tomar en cuenta es que todos estos escenarios requieren de tiempo para que se desarrollen; no son algo inmediato, no es cuestión de horas o días, probablemente tampoco de semanas; requieren de un complejo proceso de desarrollo, de negociación nacional e internacional, de ir ganando apoyo con las movilizaciones ciudadanas masivas y acciones internacionales, de ir mermando la resistencia del régimen, y preocupa entonces que ya algunos grupos comienzan a atacar, a denigrar, de Juan Guaidó porque creen que las cosas van muy lentas; o quién sabe si algunos piensan que van muy rápidas y eso es lo que les preocupa, pues hay analistas que dicen que detrás de las voces críticas y agoreras de algunos radicales de oposición lo que hay es un gran temor de perder su particular modo de existencia política.

De lo que no tengo dudas es que cualquiera escenario que se dé, nos debe conducir a un proceso electoral, que con todas las garantías, nos permita poner las bases para reconstruir el país con el indiscutible y comprobable apoyo del pueblo. En otro momento discutiremos cuáles son esas garantías electorales con las que, en cualquier escenario, se debe contar.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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Lester L. López O.

La gira del Presidente encargado (PE) a las principales ciudades de la región zuliana –ojala y la extienda a la región andina- le permitirá apreciar, en toda su magnitud, la tragedia que significa intentar vivir con dos horas de electricidad al día, con poca agua y escaso gas para cocinar, pero además con gobernadores que se lavan las manos y envían a reprimir las justas manifestaciones de protestas que los zulianos intentan hacer. Realmente esas regiones son un país distinto a la realidad que se vive en la capital y los estados centrales donde con todas las deficiencias eléctricas y de suministro de agua potable que hemos vivido, no estamos cerca de padecer lo que están viviendo esos compatriotas desde mediados del pasado año.

La medición de esa tragedia puede darle argumentos al PE para que la Comunidad Internacional que lo apoya apure las acciones, cualquiera que tengan previstas, para lograr el cambio de gobierno que cese la usurpación y comenzar la recuperación del país.

En el escenario internacional, los voceros del gobierno norteamericano han comenzado a plantear, mediante declaraciones de prensa, la posibilidad de que la entrega de ayuda humanitaria se haga con acompañamiento militar. Es una forma de empezar a poner en la palestra de la opinión pública, especialmente la norteamericana, la posibilidad (y necesidad) de una intervención armada en nuestro país. El argumento en vía de desarrollar es que el régimen del usurpador se viene convirtiendo en una amenaza a la seguridad de USA por sus conexiones con el narcotráfico internacional, el lavado de dinero y los grupos extremistas islámicos del cercano oriente, pero también la extracción, desde nuestro territorio, de minerales afines a la producción de armas nucleares que estarían siendo llevados a la República Islámica de Irán.

El desarrollo e implementación de esta hipótesis sería la justificación para una intervención unilateral armada por parte de USA, que de alguna manera ya cuenta con el beneplácito del gobierno de Brasil y probablemente de Colombia. Este escenario también busca acelerar que las acciones de la Unión Europea y el grupo de contacto se hagan más efectivas, así como de la misma ONU, cuyo Secretario General ha comenzado a “preocuparse” por la situación venezolana.

En el ínterin, el régimen sigue dando bandazos apoyado por la cúpula militar que cada día se le hace más difícil controlar el descontento interno por la falta de poder adquisitivo y la deficiencia de servicios básicos de bienestar social dentro de la institución.

Si no es por la tragedia que todo esto significa para la población venezolana, se podría afirmar que vienen tiempos interesantes, pero también difíciles.

@lesterllopezo 14/04/19

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En esta mezcolanza de dimes y diretes en la extensa explanada de la polarizante y fratricida lucha por el poder se escurren personajes de mediocre estirpe. Hombres de quinta fila ocupando primeros lugares en la escala dirigente de ambos campos en combate. Hombres sin formación política de escasa experiencia en la actividad y accidentado empirismo partidista. La pobreza general del discurso es consecuencia precisamente de la orfandad de conocimiento, marco teórico y entrenamiento en la difícil y siempre exigente actividad política. Hay una ausencia terrible de tipo conceptual y principista y los valores se confunden con actitudes personalistas y ocasionales que dejan mucho que desear en la necesidad de comprender los problemas de manera integral y multidisciplinaria. Como resultado, baja el nivel del discurso y los receptores enmarañados se quedan en la superficie sin entender los verdaderos vericuetos, intensiones y tramas reales de la lucha política.
Frases hechas sin contenido

El discurso político en general está hecho de frases hechas sin contenido. Clichés vacíos elaborados en las empresas del marketing político dirigidos a determinados segmentos de la población. El opositor se caracteriza por un discurso fundamentalmente antichavista, donde destaca su crítica general al fracaso de la gestión pública y al comunismo que encierra el proyecto. No es un juicio de fondo a la gestión son frases preconcebidas y carentes de calado. Ausente de las razones del fracaso de tipo político, administrativo, gerencial, técnico o procedimental. Por el lado del chavismo, no vemos sino eslogans de naturaleza política, tales como derecha, imperialismo, soberanía, patria e independencia, entre otros. Conceptos que abarcan posiciones ideológicas y posturas de la geopolítica mundial. Y pudieran decir muchas cosas y de disimiles significados a los receptores u oyentes. En fin, un discurso político, en ambos lados, plagado de imprecisiones y vaguedades que mantienen a los destinatarios en una suerte de enajenamiento y semiestado de inopia y automatismo.

Analfabetismo funcional

Por eso, vemos frases cortas y efectistas que se repiten sin cesar en los actos públicos y en las ruedas de prensa. Se calcula que los políticos usan entre 70 y 80 palabras en sus discursos. Lo que expresaría la existencia de un “analfabetismo funcional” en el uso del idioma castellano. Y que los obliga a repetir las mismas palabras en sus alocuciones. ¿Si eso es a nivel de los dirigentes que queda para el público en general? Una repuesta que hace quedar muy mal a la cultura política del venezolano. Pero es necesario decirlo, esto es un fenómeno mundial, agravado por supuesto en los países subdesarrollados. La carencia de información de fondo, la aparición de las redes sociales con sus contenidos telegráficos y la trasmitida de persona a persona (ampliada, distorsionada e interesada) convierten a los individuos en seres no preparados para procesar tal cúmulo de información y por ende confundidos, aturdidos e inhábiles para su uso racional.

El discurso debe ser argumentativo, razonado e informativo. Debe contener análisis de la situación, problema o fenómeno del tema que se trata. El discurso debe generar esperanza, confianza y levantar el optimismo y la autoestima, en grupos e individuos. Deberá establecer conexión emocional entre el líder y sus seguidores. Provocar compromisos, concientizar sobre los principios y valores democráticos y republicanos. Tiene carácter educativo y formacional. Establece la agenda de la discusión pública. Traza caminos a la lucha por el poder y crea puertos a los cuales hay que llegar para lograr los objetivos de la lucha. El discurso utiliza las técnicas de la persuasión como instrumento para influenciar a las masas populares y a los distintos segmentos de la población.

Formación ideológica

El líder político deberá poseer una formación ideológica y ostentar una doctrina y estructura de Estado, sociedad y ciudadanía. Conocer las funciones, competencias y normas del funcionamiento de las instituciones del gobierno. Estudiar y diseñar políticas de Estado y de gobierno para alcanzar estadios superiores de desarrollo y progreso de los diferentes sectores de la población. Tener un Plan Nacional de Desarrollo a corto, mediano y largo plazo. Dominar una concepción de desarrollo cónsona con las características sociales, económicas y culturales de la nación. Tener claro sus recursos humanos, naturales, económicos, técnicos y gerenciales. Las funciones y responsabilidades del político son extraordinariamente grandes.

fcordero@eluniversal.com

efecepe2010@gmail.com

@efecepe2010

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Carlos Raúl Hernández

Después que la toma de Miraflores se convirtió en simulacro y éste en protesta frente a Corpoelec, correspondería una buena sacudida mental. El balance de estos ya tres meses sugiere que caminar lenta o rápidamente no garantiza que se va a algún sitio preciso y hay que chequear la brújula. Tumbar la puerta a patadas no es política y menos descalzo. Según Gramsci la inteligencia pesimista ve los problemas, pero vencerlos requiere una voluntad optimista, aunque lo contrario es una catástrofe. Si Guaidó se sale de la huella y asume el viraje, tendrá apoyo resuelto contra los que lo inducen al fracaso y a repetir tonterías.

Los simples imploraron un golpe militar al que dieron el ridículo nombre de “intervención militar democrática”. Y una cosa tan burda que jamás pensé escuchar en esta vida ni en las siguientes: una invasión militar extranjera. La estrategia de patear descalzo estuvo muy clara siempre. Desde las guarimbas de 2003, el paro petrolero, plazaltamira, la abstención 2005, la salida en 2014, la salidota en 2016, la megasalida en 2017 (Mariella Rossi dixit) la recontra salida de 2018. Pero podríamos estar frente a un cambio de paradigma y de ser así habrá que ganar a la opinión pública.

A finales de enero 2019, cuando por algún incomprensible motivo pensaban posible la fábula de la invasión, llovieron twits y hasta algún reportaje con retrato hablado de los creadores de la estrategia pirata. Ni el Caballo de Troya parecía tan brillante. Y si (¡digo es un decir!) se materializara el viraje habría que celebrar la aparición de un dirigente con coraje para rehacer y rehacerse. Hasta ahora, quienes se equivocaron se hicieron los locos y pusieron la basura debajo de la alfombra. Querían actuar entre los escombros como si nada hubiera pasado.

El príncipe de las mareas

El Príncipe de las Mareas es una vieja película dirigida por Barbra Streisand (1991) coprotagonizada por Nick Nolte. Cuenta la historia de una madre y dos niños, víctimas de asalto y violación en su hogar, que pactaron fingir absoluta normalidad al regreso del padre de su trabajo en la noche. Juraron nunca más hablar de eso, que quedaría sepultado en la memoria. Como era previsible, tanto el terrible hecho como su represión síquica destruyeron las vidas de todos. Los duelos y lo errores hay que procesarlos y no dejar cadáveres en el closet.

Es fatal en la política sembrar ilusiones, inventar deadlines imaginarios o soñar con las trompetas de Jericó. Hay que sacarse de la cabeza malos ruidos y reconstruir la política, muerta en el extravagante llamado a abstenerse el 20 de mayo (“¡invasión sí, elecciones no!”. La único después de tanta alucinación, es el camino electoral democrático y negociar con el gobierno ante los ojos de UE, Latinoamérica, EEUU, Rusia, China y el Vaticano. Héctor Rodríguez propuso a la oposición un acuerdo el 18 de enero para regresar a una relación civilizada. El 5 de marzo Jorge Rodríguez planteó cinco puntos, le respondieron con el mantra y no recibió nada serio a cambio.

Arreaza hizo un puente que nadie pasó. Maduro propuso por tercera vez un proceso electoral (con supervisión de sus amigos), y Diosdado Cabello retó en su papel de policía malo: “estamos preparados para la violencia o para las elecciones”. No es excusable menospreciar como actos de debilidad, y sería soberbia del suicida pensar que “ya falta poco”, otra vez dando vueltas en la noria, en la amarga espera de que el gobierno caiga. Hay que apoyar abiertamente el Grupo de Contacto de la UE porque es la única posibilidad real de salir del infierno.

Gobierno de cohabitación

No se puede reconstruir el país sin un acuerdo de gobernabilidad entre gobierno y oposición, que contemple elecciones bajo supervisión internacional (¿alguien podría suponer que no serían libres?). El mantra ha bloqueado la posibilidad de pensar en política adulta, como una cohabitación en la que Maduro rehaga lo que destruyó, ejecute las severas reformas económicas con apoyo global y cargue con los costos políticos. El mantra se la pone fácil: que gobiernen sus opositores, implanten medidas difíciles, mientras el chavismo toma las calles y recupera fuerzas.

Para que haya confianza en algún eventual acuerdo, debe imperar justicia transicional y asegurar instituciones que hagan imposibles los ajustes de cuenta. Todo el mundo debería saber que derrotado Pinochet, quedó como jefe del ejército. Y liquidado Daniel Ortega, logró hacer a su hermano ministro de Defensa de Violeta Chamorro. De la misma errada fuente de la que sale declaración de ilegitimidad hace tres meses, hoy aparece un planteamiento útil: si ningún grupo se impone al otro, hay que buscar soluciones prácticas. Entendido eso a tiempo, hubiéramos ahorrado tragedias, como la muerte de pemones.

Eso lo deberían saber desde hace mucho hasta los perros de la calle pero lamentablemente no es así. Si el gobierno acepta un proceso electoral es que acepta irse, pero para seguir en la política, incluido Maduro. Que lo tengan presente los esclarecidos de la intervención militar democrática. Era pueril aquel jacarandoso “solo se puede negociar a qué país se van”. Paralelamente se requiere un acuerdo especial, independiente del otro, para enfrentar la crisis eléctrica. Tanta política ha hecho olvidar a la gente.

@CarlosRaulHer

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Arichuna Silva Romero

«Un espectro atemoriza a la Europa oriental: en Occidente lo llaman «disidencia».

Václav Havel (1936-2011)

El poder de los sin poder (Cap. I)

I

Qué sabemos acerca de la Carta 77. Aquel documento, que en 1977 firmaran un grupo de personas de diversas convicciones, diversos credos y diversas profesiones; alrededor de unos líderes intelectuales, entre los que se encontraba: Václav Havel. Último presidente de la República Socialista Checoslovaca (CSSR) y primer presidente de la República Checa.

Una declaración dada al mundo, de forma abierta y democrática; que puede ser interpretada hoy, como una especie de recurso de amparo, que motivó a unos profesionales a diseñarla y suscribirla frente a los graves atropellos cometidos a las libertades y derechos de los ciudadanos de la nación de Checoslovaquia. Uno de los países que fuera del otrora mundo político e ideológico de la Cortina de Hierro.

II

Ahora bien, ante el episodio convulsionado que vive Venezuela, el cual ha alejado las garantías de tantas libertades y derechos –por cierto, suscrito y establecidos en los Tratados Internacionales, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en nuestra propia Constitución–: qué palabra, fragmento o párrafo completo, de esa carta publicada hace cuarenta y dos años, puede servir de interés común a la activa disidencia del país que se debate entre opiniones encontradas por tweeter; que ve perder su valioso tiempo productivo y de ocio; que sufre de desazón cuando lo invade la incertidumbre; que se encuentra organizada democráticamente –algunas de ellas–, pero actuando en sus propios frentes de luchas; muchas otras, movilizadas en marchas siguiendo las directrices de un líder emergente, que ha asumido la alta responsabilidad moral y ética, como Presidente encargado; y ahora para colmo, esa disidencia y el oficialismo, padeciendo de algo novedoso: de mucho calor y carencia de agua, por la falta de servicio eléctrico.

Pero dejemos que la protagonista que titula esta entrega, sea la que destaque aquí. Cualquier similitud con nuestra tribulación en el ámbito nacional, no es que sea mera coincidencia, sino que los regímenes totalitarios a través de la historia, siguen un protocolo común:

III

DECLARACION-CARTA 77

La denominada carta 77, firmada en Checoslovaquia el día 1 de enero de 1977 por más de doscientas personas de diversas profesiones, ha sido publicada por el Servicio de Documentación de la Agencia C.I.O. (boletín número 259 del 26 de febrero) en su texto original junto con la relación de sus firmantes y su traducción al castellano. A fin de ayudar a su difusión, escasa por falta de la suficiente resonancia en los grandes medios de comunicación, reproducimos aquí la referida traducción de dicho documento efectuada por la Agencia C.I.O.

E1 día 13-X-1976, en la Colección de Leyes CSSR (República Socialista Checoslovaca) (núm 120), se publicaron los «Tratados Internacionales sobre Derechos Cívicos y Políticos» y los «Tratados sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales», firmados en nombre de nuestra República en 1968, ratificados en Helsinki en 1975, que entraban en vigor el día 23-III-1976. Desde ese momento nuestros ciudadanos también tienen derechos, y nuestros Estados obligaciones que cumplir.

Las libertades y derechos del hombre, que estos tratados garantizan, son importantes valores de la civilización hacia las cuales han ido dirigidas —en la historia— las fuerzas progresivas, y su legalización puede ayudar mucho para una evolución humanitaria de nuestra sociedad.

Celebramos, por tanto, que la República Socialista Checoslovaca se haya adherido a esos tratados. La publicación de éstos contribuye a recordar cuantos derechos fundamentales del hombre están vigentes en nuestro país, aunque lamentamos que sea sólo sobre el papel.

Es completamente ilusorio, por ejemplo, el derecho a la libertad de manifestación, garantizada por el artículo 19 del Tratado: para decenas de miles de ciudadanos es imposible trabajar en su propia profesión, sólo porque tienen diferentes opiniones a las oficiales. Muchas veces son objeto de múltiples discriminaciones y persecuciones por parte de la burocracia oficial y de otras organizaciones. Las posibilidades de defenderse son nulas, y, prácticamente, son víctimas de un «Apartheid».

A centenares de miles de hombres se les niega la libertad —son «obligados a vivir bajo terror» (preámbulo del Tratado) — ya que, son obligados a vivir bajo el miedo de perder su trabajo, y otros posibles, si manifiestan sus opiniones.

En contradicción con el artículo 13 del segundo Tratado —que garantiza los derechos a la educación— muchos jóvenes no pueden estudiar a causa de sus opiniones o de las de sus padres. Muchísimos ciudadanos son obligados a vivir bajo el miedo a perder sus derechos y los de sus hijos a la educación, por sólo alguna manifestación de opinión opuesta a la oficial.

IV

Las reclamaciones de derechos, investigar, recibir y distribuir informaciones e ideas de todas clases, verbalmente, por escrito, impresas o por medio de expresiones artísticas (punto 2, art. 13 del primer Tratado), todo esto es perseguido no sólo por los tribunales sino por otros medios, bajo la disculpa de acusación criminal, como sucede actualmente en los procesos contra músicos jóvenes.

La libertad de manifestación pública está reprimida por las instituciones centrales de información y cultura. Nadie tiene derecho de manifestar su opinión en materia política, filosófica o científica si no está de acuerdo con las normas sobre ideología o estética oficial, y, por tanto, no puede ser publicada; tampoco puede ser hecha pública cualquier crítica de fenómenos sociales importantes; no existen la posibilidad de protección contra calumnias o injurias de la propaganda oficial; la protección legal contra las «ofensas al honor y a la fama» —garantizada concretamente por el artículo 17 del Tratado primero— no existe prácticamente; las inculpaciones falsas no pueden ser impugnadas, y cualquier iniciativa para obtener reparación por vía judicial está excluida. En el terreno espiritual y cultural está prohibida la discusión pública. Muchos hombres de ciencia o pertenecientes a la vida cultural son discriminados sólo porque hace años —actuando dentro de la legalidad— habían manifestado públicamente opiniones oficialmente condenadas en la actualidad.

La libertad de las confesiones religiosas —garantizada por el artículo 18 del primer Tratado— está sistemática y arbitrariamente limitada por el poder. Está limitada la actividad de los sacerdotes; se amenaza a diario con la anulación de los permisos para sus actividades misionales, con repercusiones para su existencia; están limitadas las posibilidades para catequesis religiosas, etc. Instrumento para limitación o total supresión de derechos humanos, es el sistema de opresión mantenido por personas poderosas del Partido gobernante en todos los sectores de la vida, de las organizaciones y de las instituciones. La constitución de la CSSR y otras leyes y disposiciones no regulan ni las actuaciones, ni la preparación y aplicación de las decisiones; son prácticamente órdenes verbales, sin control, desconocidas para la población, y los autores de tales órdenes no son responsables ni ante la propia jerarquía. No obstante, estos «gobernantes» tienen influencias en todas las instancias legales, e instituciones gubernativas: «sus órdenes» son más importantes que las leyes. En caso de conflicto entre «gobernantes» y ciudadanos, éstos no tienen posibilidades de defenderse. Esto está en contra de los derechos reconocidos artículo 21 y 22 del primer Tratado (derecho de reunión y sus limitaciones), del artículo 25 (igualdad de derechos en los conflictos con la administración), y del artículo 26 (exclusión de discriminaciones ante las leyes). Esta situación de hecho impide también a los trabajadores constituir libremente sus organizaciones sindicales, con el fin de defender sus intereses económicos y sociales, haciendo uso libremente del derecho de huelga (punto 1 del artículo 8 del segundo Tratado).

Otros derechos cívicos —incluso la prohibición expresa de intervenir arbitrariamente en los asuntos de la vida privada, de la familia, del domicilio, o de la correspondencia (artículo 17 del primer Tratado)—, son gravemente perturbados por el Ministerio del Interior, que con diferentes procedimientos controla la vida de los ciudadanos, por ejemplo, mediante intervención de teléfonos, escuchas en domicilios, censura de correspondencia, vigilancia a personas, registros domiciliarios, creación de redes de informadores, seleccionados bajo amenazas o promesas, etc. Muchas veces se trata de despidos laborales, en oficinas y otras organizaciones, inspirados por razones discriminatorias, y realizadas mediante presiones a la justicia, campañas de propaganda dirigida incluso en los medios de comunicación. Tales actividades no están reguladas por leyes, son secretas y el ciudadano no se puede defender.

En los casos de persecuciones por motivos políticos, los órganos de la justicia no respetan los derechos de los acusados, ni su defensa, garantizada por el artículo 14 del primer tratado y por leyes nacionales. En las cárceles las víctimas son brutalmente tratadas, sin respeto a su dignidad; su salud es puesta en peligro hasta la tortura moral.

En general, el punto 2 del artículo 12 del primer Tratado, es violado por las prohibiciones de abandonar el país; el punto 3, sobre el derecho a salir del país, está suprimido por varias condiciones inaceptables por motivos de seguridad. Igualmente se ponen obstáculos para, conceder visados para visitar CSSR a personas amigas de los discriminados.

Algunas personas que —por medios internacionales— han presentado reclamaciones sobre violaciones de los derechos humanos, son interrogadas, y su petición no obtiene resultado.

La responsabilidad en cuanto al cumplimiento de los derechos ciudadanos en el país recae ante todo en el poder político y estatal, eso es evidente. Pero no sólo en ese poder. Cada uno de nosotros, cada ciudadano, conlleva su parte de responsabilidad por la situación de la comunidad, y también por el cumplimiento de los tratados respaldados por la ley que, a fin y al cabo, son obligatorios no sólo para los gobiernos, sino también para todos los ciudadanos.

La conciencia de esa corresponsabilidad, la fe en el sentido del compromiso ciudadano y la voluntad de actuar consecuentemente, así como la necesidad común de buscar sus expresiones más nuevas y más eficaces, nos llevaron a la idea de redactar la CARTA 77 cuya aparición anunciamos públicamente en el día de hoy.

La CARTA 77 consiste en una agrupación libre, informal y abierta de personas de diversas convicciones, diversos credos y diversas profesiones, unidas por la voluntad de emplearse individualmente y en grupo, para que sean respetados los derechos ciudadanos y humanos en nuestro país y en el mundo entero, pues se trata de aquellos derechos, que le reconocen al hombre los dos tratados internacionales legalizados, el Acta final de la Conferencia de Helsinki, otros numerosos documentos internacionales contra las guerras, contra la violencia y opresión social y espiritual, y los expresados conjuntamente por la Declaración universal de los Derechos humanos de la ONU.

La CARTA 77 nace en el trasfondo de la solidaridad y amistad de las personas que comparten los desvelos por el destino de unos ideales a que unieron y unen sus vidas y trabajos.

La CARTA 77 no constituye una base para la actividad política de oposición. Quiere servir al interés común como muchas otras iniciativas ciudadanas similares en diversos países del Oeste y del Este. No quieren, pues, fijar sus propios programas de reformas o cambios políticos o sociales, sino establecer —dentro del ámbito de su actuación— un diálogo constructivo con el poder político y estatal, para señalar, sobre todo, diversos casos concretos de quebrantamiento de derechos humanos y ciudadanos, preparar la documentación correspondiente, presentar diversas propuestas de índole más general, para promover más a fondo esos derechos y garantías, y actuar como mediador en las situaciones conflictivas ocasionales a que puedan dar lugar las injusticias, etc. Con su denominación simbólica, la CARTA 77 pone de relieve que nace en el umbral del año que ha sido declarado Año de los derechos de los presos políticos, en que la Conferencia de Belgrado ha de examinar el cumplimiento de los compromisos contraídos en Helsinki.

Como firmantes de esta declaración, encomendamos al Prof. Dr. Jan Potocak, DrSc Dr h. c., a Václav Havel, y al Prof. Dr. Jirí Hájek DrSc la tarea de ser portavoces de la CARTA 77. Estos portavoces la representan con plenos poderes —tanto ante las organizaciones estatales y otras, como ante el público nuestro y del resto del mundo—, garantizando con sus firmas la autenticidad de los documentos pertinentes. En nosotros y en los demás ciudadanos que nos secunden tendrán colaboradores que a su lado tomarán parte en las deliberaciones que hagan falta, se encargarán de las tareas parciales, y compartirán con ellos todas las responsabilidades.

Confiamos en que la CARTA 77 contribuya a que en Checo-Eslovaquia todos los ciudadanos trabajen y vivan como personas libres.

MSc. Arichuna Silva Romero.

@asiromantis

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