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El diálogo, la retórica y los intereses…

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 5 min.

El gobierno no quiere diálogo, no quiere elecciones, no quiere contarse y algunos creemos que sus intereses, particulares y partidista, no van en la misma dirección de lo que queremos la gran mayoría de los venezolanos; en fin, ahora sabemos todos, -ellos inclusive-, que harán todo lo posible para mantenerse en el poder cueste lo que cueste porque para el gobierno de Maduro eso es más importante que el país.
También sabemos porque no se quieren contar, no se miden porque serian barridos y les costaría mucho tiempo recuperar algo del capital electoral que una vez tuvieron. Además, no se pueden arriesgar porque saben que en algún momento la justicia les va a llegar y no tienen confianza en nadie. De manera que esa consigna, “Maduro vete ya, Maduro renuncia, el gobierno se acabó y no tiene margen de maniobra”, no tiene fundamento y quienes sostengan eso viven una fantasía que en algún momento fue colectiva, pero hoy los deja muy mal parados.
La otra verdad es la razón por la cual el gobierno se sentó en la mesa del diálogo, porque al margen de la intervención divina y de sus dos enviados, de las habilidades aprendidas de los ex-presidentes y de los antecedentes del paisano de Maduro y ahora ex-secretario general de la UNASUR, la verdad es que el gobierno estaba mal, necesitaba un respiro y la presión de la calle, bien orquestada por la MUD crecía a niveles peligrosos para el gobierno, pero también para la oposición dada la falta de organización, de claridad y de unidad a la hora de escoger el camino a seguir.
Se prefirió entonces recurrir a un viejo recurso-salida con el cual los defensores de la paz y el entendimiento tendrían que estar a favor, el diálogo, y para ello se cursaron invitaciones internacionales y se activaron los mecanismos SOS a cuanto organismo mundial existe y finalmente y aun entre dudas, no quedo otra que sentarse, ante un país desesperado, sorprendido y muy molesto, ¿por qué?, porque de nuevo se le hizo creer otra cosa y se le prometió marchas que muy probablemente se sabía de ante mano que no se podían realizar. Qué privó ahí; verborrea, intereses personales o partidistas e inmadurez política.
Ahora bien, ¿qué hacemos con el diálogo? Sin duda, mantenerlo y fortalecerlo. El diálogo es un logro de la oposición venezolana y de él puede depender la paz del país y la posible salida a esta grave crisis.
¿Cómo mantenerlo y fortalecerlo? Se me ocurre una introducción y cuatro líneas de acción; Me explico, no sin antes advertir que para nada estoy descubriendo el método milagroso ni el agua tibia, pero si con el mejor ánimo y con mi mayor exigencia como venezolano para que actuemos según las lecciones aprendidas y escuchemos la voz del pueblo.
Introducción: A Venezuela hay que hablarle con la verdad, sin cálculos, con el corazón y dirigir según nuestros principios, valores y respetando la Constitución SIEMPRE, no solo cuando nos favorezca, ello implica decir cosas que quizás no gusten enmarcadas en eso que llamamos “dirigir”, no hacerlo es POPULISMO, del cual precisamente hay que salir urgentemente.
Lo otro es un clamor nacional, los “dirigentes” deben PONERSE DE ACUERDO en una salida, hablen un solo mensaje, despierten esperanza creíble y cumplan el compromiso asumido. A la Venezuela actual muy poco le importa el nombre del posible futuro presidente y mucho menos el partido al que podría pertenecer; le importa y mucho superar esta situación de amargura y penuria en la que nos encontramos y tener un presente y futuro mejor para todos y por supuesto, salir de este gobierno. Madurez para entender la magnitud de la crisis, desprendimiento para aceptar el lugar que nos corresponda en la historia y fe en que podemos reconstruir nuestro país.
A cuáles Cuatro líneas de acción me refiero:
Primera, más y mejor UNIDAD. Esta es una nueva etapa, las anteriores nos han servido para avanzar, con sus errores y aciertos, hoy estamos en una posición privilegiada ante el régimen de esta revolución fracasada y de comiquita. La UNIDAD que hay que construir es la UNIDAD DE TODOS, donde estén representados además de los partidos políticos, los gremios profesionales, trabajadores, industriales, empresarios, estudiantes, sociedad civil, la cultura, la academia, etc.
¿Es fácil? NO, no lo es, pero es necesario no solo para salir de esto, sino además, para gobernar porque no es posible sostener un nuevo gobierno sin crear “gobernabilidad”, -eso lo sabemos-, entonces no esperemos tener esa responsabilidad encima para construir, tarde y mal, esa estabilidad, ni caigamos de nuevo en el error de creer que alguien o un partido o esta unidad puede sola, o lo que es peor creer que se tienen todas las respuestas, eso sería imperdonable.
Segunda, más y mejor ORGANIZACIÓN. Hemos avanzado cuando tenemos organización, (claro que con la “ayudaíta” de la pésima gestión de Maduro y su comparsa), retrocedemos cuando la época no es electoral y se despiertan las aspiraciones que aunque legitimas, no marchan de acuerdo a la realidad grave del país. Organizarnos mejor en una nueva estructura capaz de darle a los venezolanos la certeza de saber para donde quieren conducirnos y las consecuencias de esas acciones. Confianza es la siembra que hay que cultivar.
Tercera acción es MAS PRESIÓN EN LAS CALLES; la calle no es Caracas nada más y mucho menos Miraflores y su prometida y deslucida toma, la calle es toda Venezuela, organizando y liderando la protesta natura,l acompañando a un pueblo que literalmente muere de hambre y de enfermedades, asqueado como esta de tanta incapacidad y corrupción del actual gobierno.
Me refiero a una gran organización-fuerza para tomar Venezuela, de verdad, y no salir de esa toma hasta que ese bendito Diálogpproduzca resultados favorables. Eso tenemos como hacerlo. No dejemos pasar los tiempos; es mucho lo que hemos hecho este año pero también es bastante lo que hemos dejado de hacer en el cumplimiento de nuestro deber independientemente de los resultados, como por ejemplo, con el nombramiento de algunos representantes al TSJ, al CNE y aun estamos en deuda con los electores de Amazonas. Cuarta acción, MEJOR COMUNICACIÓN CON EL PAIS. El país quedó como pajarito en grama cuando se anunció el diálogpy algunos dirigentes importantes declararon que se enteraron de ese diálogppor la televisión… ¿Qué es eso?, qué falta tan grave de comunicación y que injusto con los venezolanos que estamos pendientes, como es natural, de lo que pueda pasar y de lo que harán nuestros dirigentes, ¿cómo se explica eso?... Ese error táctico no debe volver a pasar y en este caso la nación desesperada exige que los que pretenden dirigirnos se ENTIENDAN y que si quieren que nosotros confiemos, deben mostrar que tienen la madurez y la capacidad suficiente como para enfrentar y resolver esta grave situación, lo contrario es quedar como niños peleando por el juguete de un puesto.
Es necesario entonces unificar el mensaje, casi que nombrar voceros por temas y una vez que los dirigentes se pongan de acuerdo, sin excluir a nadie, le digan al país para donde vamos y que vamos hacer. Necesitamos unificar el mensaje, disciplinar a los mensajeros porque el país no merece ni debe tolerar más improvisaciones.
Así, saldremos adelante y reconstruiremos a Venezuela.