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¿Conocemos a los líderes de los partidos políticos?

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 4 min.

¿Votamos a un partido político por las mismas razones que somos hinchas de un equipo de fútbol?

Sí y no.

En parte sí, porque en el fondo de las adhesiones permanentes a un partido político, a un equipo de fútbol y a otras entidades hay algo similar: un cierto sentimiento tribal casi ancestral, unas pasiones irracionales siempre listas a aflorar, una comunidad emocional con otros, un sentido de pertenencia a algo más grande que nosotros y que nos trasciende…

Y en parte no, porque aparecen otras motivaciones diferentes, que tal vez en el plano político son más complejas y más diversas.

¿Existe un votante medio igual que existe un espectador de tv medio?

No. Los promedios son siempre una gran mentira. Lo que hacen es encubrir las diferencias con apariencias más o menos razonables y elegantes. Si tenemos un grupo de 100 personas y 50 miden 1.60 metros de estatura y los otros 50 miden 2 metros, pues tenemos un hombre promedio de 1.80 que no se corresponde a ninguno de los miembros del grupo…En política es así también. No hay votante promedio.

Lo que sí hay son segmentos, perfiles, tipos diferentes de votantes. Por eso una campaña electoral no debe dirigirse a ese mítico votante promedio sino a determinado target específico, formado por personas con determinadas características también específicas.

¿Es posible votar con responsabilidad y criterio?

Entiendo que no es fácil. En el fondo tal vez dependa de la responsabilidad y del criterio de cada uno. El cerebro humano tiende a simplificar la política. Es fácil que vea los asuntos políticos en blanco y negro, bueno y malo, propio y ajeno…

Y peor aún en los países donde la vida política es monopolizada por solo 2 partidos políticos o solo 2 grandes bloques, pues entonces esta simplificación se acentúa.

¿Acaso existen solo 2 proyectos de país en cada país? En general creo que no, que la realidad política, económica, social, histórica y cultural es mas rica y mas compleja. Y que podría ser mejor reflejada por una mayor diversidad de opciones.

Agrego ahora que esa tendencia a la simplificación binaria de la política que hace el cerebro suele ayudar a la construcción de escenarios de polarización política difíciles de romper.

¿Conocemos realmente a los líderes de los partidos políticos?

No conocemos realmente a los líderes partidarios. Hay que decirlo claramente: no los conocemos. Sus verdades íntimas, su subjetividad, su mundo interno, sus decisiones, su trayectoria de vida, su personalidad…No: eso solo lo conocen, en el mejor de los casos, sus personas más íntimas.

Lo que conocemos los demás es su personalidad pública, lo cual es diferente. Esa personalidad pública es el resultado de un mix de factores. Por ejemplo: un porcentaje de la persona real, un porcentaje producido por el marketing, la publicidad y la comunicación, y otro porcentaje puesto allí por el propio cerebro de los votantes según sus deseos y necesidades.

Sin embargo hay algo que sí sabemos sobre la personalidad del líder político vista desde el ángulo del votante: los dos rasgos psicológicos que le atraen mayores simpatías son la energía y el carácter afable.

Es muy cierto que se abusa frecuentemente de ciertas técnicas que maquillan excesivamente al político y hacen que el personaje no tenga nada que ver con la persona real. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo, y tarde o temprano el verdadero rostro sale a la luz pública.

Creo que lo mejor que puede hacer un consultor político es descubrir lo mejor que hay en el político, ayudarlo a potenciar eso, a desplegarlo en toda su comunicación.

Es lo que denomino el Método Miguel Ángel para desplegar el carisma polític.

Y lo peor que puede hacer es inventar un personaje virtual que no tiene nada que ver con la persona real. Uno es el camino de la manipulación, del cual la gente está cada vez más harta. El otro es el camino de mejorar la comunicación entre políticos y ciudadanos.

Ahí hay que tomar una decisión, tanto por parte del candidato como de su equipo y también del consultor político. La decisión a tomar es si en política vale todo con tal de ganar. El corto-placista cree que sí, que es ingenuo pensar que no vale todo. Pero estoy convencido que una mirada a mediano y largo plazo te dice que no, que no todo vale. Claro que acá hay un asunto ético muy relevante que no hay que perder de vista.

¿Qué tiene el poder que provoca tantas adhesiones?

El poder opera como una droga a la que muchas personas se hacen adictas. No pueden vivir sin esa droga. Y cada vez necesitan mayores cantidades para lograr la misma satisfacción.

Siempre explico que el cerebro humano es uno y trino. Es uno pero tiene tres zonas bastante bien delimitadas desde el punto de vista anatómico y funcional. Uno es el cerebro más propiamente humano, más evolucionado, inteligente y creativo. Otro es el cerebro de mamífero, donde las emociones guían toda la conducta. Y el otro es el cerebro de reptil que todos llevamos dentro, nuestra zona más oscura, primitiva e irracional. Es desde ese cerebro de reptil que se desata la locura por el poder.

Maquiavelo&Freud

https://maquiaveloyfreud.com/lideres-partidos-politicos/