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Antes de que pase algo, si es que algo va a pasar

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

El comentario de la semana

Estos días decembrinos son cada vez más, y este año en particular, propicios para una mezcla de sentimientos, que cambian de persona a persona, pero que en definitiva para todos tienen sus dosis de alegría y tristeza.

Tristeza por los que ya no nos acompañan, que mitigamos recordando los buenos momentos que pasamos juntos como ratificación de que la vida cesa pero lo vivido en común no se extingue en nuestra memoria hasta el final propio y quién sabe si perduran después.

La alegría viene de esos recuerdos y de la dicha de ser días en los que comprobamos, una vez más, quien nos quiere y a quienes queremos, al tratar de mantener la tradición de celebrar sin limitarla a la disponibilidad de los bienes materiales. Cada quién “echando la casa por la ventana” según sus posibilidades y aprovechando para rescatar el valor de la familia y los amigos, también dentro de los parámetros que hemos decidido imponernos.

En resumen, son días en los que cada uno de nosotros siente lo que siente, por lo que resulta imposible describirlos como iguales para todos.

Otra cosa es cuando revisamos las condiciones en las que discurre este diciembre de 2018.

En lo material, que no es lo que más deberíamos valorar, sufrimos una inflación desbocada que hace indescifrable cuánto se requerirá la semana próxima para tratar de adquirir los alimentos y medicinas indispensables para mantenernos vivos. Esto va acompañado de un discurso oficial que trata de vendernos un país que no existe y a pesar de que el régimen literalmente trata de comprarnos, su propia ineptitud lo ha dejado sin recursos para la intentona.

Las condiciones económicas no hacen otra cosa que empeorar día a día, lo que se traduce en un clima social asfixiante que se enrarece con más atropellos a los derechos humanos, llagando al extremo de tomar vidas y libertad física de los venezolanos, pasando por la negación creciente a la salud, a la educación, a la información y a otros muchos de esos derechos, sin olvidar la agresión reiterada a nuestro entorno natural, que se hace escandaloso cuando observamos impotentes la destrucción minera que se impone a las áreas ecológicamente más vulnerables de nuestra geografía.

Todo ello nos lleva a reiterar nuestro convencimiento de que hay que recuperar las instituciones venezolanas y que para ello es indispensable el retorno a la normalidad constitucional, que permita la elección de un gobierno resultante de la decisión libre y soberana de los ciudadanos, sin más atropellos ni violaciones a las leyes y normas que nos rigen.

Hacemos un llamado a todos nuestros compatriotas para la consolidación de la unión entre los venezolanos de buena voluntad, al entender que esa voluntad no es otra que la de vivir en paz, en un país de igualdad de oportunidades para todos, en el que el progreso sea producto del esfuerzo y donde la honestidad de las mayorías se imponga a la tiranía de los corruptos.

Feliz navidad y un 2019 de compromiso con Venezuela es el deseo de Aragua en Red