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Opinión

Humberto García Larralde

Los encuentros la semana pasada de una delegación gubernamental de EE.UU. con representantes de Maduro y de la oposición, alimentan la expectativa de que se reanudarán las negociaciones entre ambos. Aunque no fuese el objetivo principal de la misión estadounidense, este tema seguramente no fue excluido. Por su parte, el jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria opositora, Gerardo Blyde, reiteró su interés por retomar lo iniciado en México el año pasado y, por esa vía, continuar explorando posibilidades de acordar una transición pacífica a un régimen de libertades y de creciente prosperidad.

Para algunos, tales expectativas son ingenuas. Con la excusa del diálogo –no hablaba de negociar— Maduro se ha burlado en reiteradas oportunidades del país, solo para ganar tiempo y desactivar las presiones domésticas. Pero, por más escépticos que seamos, no debe despacharse, así por así, un nuevo intento por ponerle fin a la terrible tragedia arrojada sobre los venezolanos por estos “revolucionarios”. Las condiciones de miseria son demasiado graves y los avatares que golpean a diario a nuestros compatriotas, tan injustas –porque las podría solventar un gobierno democrático--, que sería irresponsable, por decir lo menos, no explorar esta posibilidad. Es demasiado lo que está en juego. No debemos ilusionarnos con que Maduro va a negociar esta vez con los intereses del país por delante (nunca lo ha hecho), pero si debemos identificar qué lo mueve, sus fortalezas y debilidades.

Hugo Chávez reveló muy temprano su inspiración fascista[1]. Invocó la epopeya independentista para promover un proyecto maniqueo y patriotero, asumiendo, como militar, la contienda política en términos bélicos, loas a la muerte de por medio. Su discurso populista, cargado de odios, descalificó a sus opositores y amenazó con vengarse de quienes “habían traicionado a Bolívar”. Los discriminó desde el poder, desconociendo sus derechos constitucionales y atemorizándolos con bandas de choque uniformadas de rojo. Su posterior adopción de categorías discursivas de la mitología comunista, agarrado de la mano de Fidel Castro, no altera esta caracterización. Eso sí, lo vinculó con un universo más amplio, que resultó decisivo para proyectarse internacionalmente como líder antiimperialista. Con esta imagen, labró alianzas con autocracias variadas que sólo tenían en común su odio a EE.UU., como la teocracia iraní, las encabezadas (en su momento) por Hussein, Gadafi y Mugabe y, por supuesto, Putin y su héroe, Fidel. Bajo el tutelaje de este último, accedió al know-how cubano sobre terrorismo de Estado, tan útil para consolidar su poder. Peor aún, al colocarse bajo el paraguas castrista, les entregó gustosamente el país. Accedió a que uno de sus agentes, Nicolás Maduro, lo sucediera al morir.

Al carecer Maduro del carisma de su mentor y no tener ascendencia entre los militares, tuvo que urdir mecanismos para ganárselos, siempre con asesoría cubana. Intensificó la corrupción entre estamentos del alto mando para convertirlos en eje de una red de cómplices dedicados a depredar a la nación, destruyendo, así, a la FAN. De gran ayuda fue el desmantelamiento de las instituciones del Estado de Derecho adelantado por su antecesor. Barrió con la transparencia y la obligación de rendir cuentas de su gestión, así como con las normas que resguardaban la hacienda pública. Le permitió aumentar aún más la represión, con centenares de manifestantes abatidos y las cárceles llenas de presos políticos. Por otra parte, al impedir –tramposamente-- la alternabilidad política, Maduro se convirtió en dictador.

Al acentuar bajo su mandato la expoliación del país, destruyó las bases de tributación del Fisco. Acudió, entonces, a la emisión monetaria para financiar el gasto. La hiperinflación que desató terminó de arruinar la economía y devastar las condiciones de vida de los venezolanos. La liberalización posterior de precios, la libre circulación de dólares y la privatización de activos públicos --sin orden ni concierto—, ¿indican que Maduro está de regreso de tanta locura? Midámoslo contra el contexto de colapso de la administración de Estado y de los servicios públicos, la matraca y la extorsión por doquier, sin mencionar la inobservancia descarada de los derechos humanos de la población. ¿A dónde va, entonces, el régimen? ¿Qué debemos esperar de éste en una negociación que deseamos sea seria?

Lo que define al régimen de Maduro es la corrupción. Todas las dictaduras son corruptas, en mayor o menor grado. El gobierno de Chávez también lo fue. Dejaba robar a militares y tomaba nota, no para castigarlos, sino para poder chantajearlos si alguno decidía retirarle su apoyo. Pero lo de hoy alcanza otro plano. La trampa, la mentira y desprecio por la vida de los demás es tal, que se han convertido en el nuevo “normal”. Han socavado los valores básicos que sustentan la convivencia en sociedad. No hay seguridad ni respeto por la suerte del venezolano. Sus problemas carecen de respuestas. Reina el abandono y la anomia. Las decisiones penden del capricho o voluntad de los poderosos. Sepultado quedó el promisor futuro socialista. No obstante, los fascistas siguen refugiándose en clichés “revolucionarios” para proyectar la idea de un país asediado por enemigos, tanto internos como externos, que requiere de su protección. La excusa perfecta para erigirse en dueños de Venezuela. Con impunidad sostenida de sus atropellos, por si hubiese dudas. Una “revolución” de cómplices.

Esta descomposición es propia de la cofradía gansteril de autócratas que amenazan al orden liberal, ya que se interpone a la expoliación de sus respectivos países (o de otros, como pretende Putin). Son cleptocracias poderosas, interesadas en trampear el sistema para hacer avanzar sus negocios. La alianza de mafias que sostiene a Maduro encaja bien ahí. Además de Putin, están Lukashenko, Ortega, Díaz Canel, Al Assad y otros, aliados con Hezbolá, el ELN, traficantes y con quien sea, para imponerse. El problema está en que, al pretender desplazar el orden internacional basado en normas --juego suma-positivo de convivencia entre naciones-- por uno sostenido en la fuerza y el embeleco --juego suma-cero--, se puede terminar del lado perdedor. Y es ese el “tres y dos” en que se debate Maduro.

¿Habrá hecho Putin un mal cálculo? De ser así, ¿debe aprovechar el margen que (aparentemente) le estarían abriendo los gringos? Maduro sopesa cuánto debe ceder para que le retiren algunas sanciones. ¿Tendrá que esforzarse en lucir más convincente en sus alegatos de respeto a los derechos humanos y aplacar, así, al CPI, a la Dra. Bachelet y al Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Los militares traidores que lo sostienen le dejan poca opción. El Sebin y la DGCIM siguen arrestando a dirigentes sindicales, periodistas, médicos y otros, acusándolos de “terrorismo y asociación para delinquir” (¡!) Igual amenaza pesa sobre diversas ONGs defensoras de derechos humanos. Por otro lado, ¿le conviene continuar liberalizando la economía en busca de mayor apoyo interno? ¿Debe dar garantías creíbles para atraer inversiones? Eso significaría ceder poder y oportunidades de lucro. No se lo permitirían las mafias. ¿Pero podrá sacrificarse a algunas, las más débiles, sin que lo tumben? En fin, el futuro del régimen está sujeto a muchos imponderables, nada está seguro.

¿Qué implicaciones pueden derivarse para negociar unas próximas elecciones con unas garantías mínimas de que se respete la voluntad popular? Maduro no dará paso alguno hacia la apertura a menos que sea forzado a ella. De ahí lo imprescindible que Putin sea derrotado. En primer lugar, por razones de justicia y por el derecho de los ucranianos a existir en paz, pero también para romperle el espinazo a la cofradía gansteril. Pero eso no está en manos de los opositores en Venezuela. Lo que sí depende de nosotros es lograr que esa inmensa mayoría de venezolanos que clama por soluciones –el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registra 2.677 protestas durante el primer cuatrimestre de 2022—se unifique detrás de una propuesta de cambio, con la fuerza suficiente para obligar a Maduro a ceder.

Sin apoyo internacional, será muy difícil desplazar a los fascistas del poder. Pero sin una fuerza opositora unida, con un proyecto creíble, capaz de erigirse en alternativa real de poder, tal apoyo no ocurrirá.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

[1] Ver, García Larralde, Humberto, El fascismo de siglo XXI: La amenaza totalitaria de Hugo Chávez Frías, Random House Mondadori, 2008

 6 min


Edgar Benarroch

UNOS SI Y OTROS NO

Felicito al Ministerio Publico por el esclarecimiento del caso Carlos Lanz. Estoy seguro que iniciaron la investigación pensando que el secuestro o desaparición de Lanz era obra de la derecha nacional o internacional, de la CIA o gobierno de Estados Unidos, del MOSAD (servicio de inteligencia israelí) o de otro grupo “anti revolucionario”.

En la medida que avanzaba la investigación se percataron que todo tenía su origen en un complot organizado y dirigido por la esposa de Lanz, dirigente del PSUV y directora del INCE de Aragua, que con la colaboración activa de famosos delincuentes y amigos “íntimos”, muy íntimos, perpetraron el secuestro y horrendo asesinato de Lanz, pero era tarde para paralizar la investigación, mucha agua había pasado y mucha gente informada.

Todo ello provocó que el Fiscal General de la Republica apareciera en los medios de comunicación social del país dando detalles del horrendo secuestro y crimen y estableciendo responsabilidades en la esposa del asesinado y en trece de sus delincuentes amigos.

Dicho esto pregunto: ¿Por qué no ha ocurrido lo mismo, el esclarecimiento, con otros casos que también han causado alarma y preocupación nacional?, por ejemplo, el caso de El Junquito donde con un misil destrozaron una casa y asesinaron a Oscar Pérez y a sus siete acompañantes, entre ellos una mujer en estado de gravidez, después de haberse rendido con las manos en alto. No satisfechos fueron a la vivienda destruida y le propinaron un tiro de gracia a todos, algunos aún con vida.

Otro caso, el del Capitán Rafael Acosta Arévalo, que presentaron al juez en silla de ruedas y éste al verlo ordenó su inmediata reclusión en un hospital donde muró producto de los traumatismos recibidos en la tortura que no le dejó hueso ni músculo sano. El caso del General Raúl Isaías Baduel que muere en un calabozo en circunstancias no aclaradas. El caso del diputado Robert Serra, dirigente del PSUV, que fue encontrado muerto en una extraña casa en condiciones nada ordinarias. El caso del concejal de Caracas Fernando Albán que fue lanzado al vacío desde las instalaciones del SEBIN donde estaba preso, se inculpó a dos policías como autores materiales, pero no la autoría intelectual del macabro suceso, alguien impartió la funesta orden. Los detenidos por este caso han sido amenazados que si hablan correrán la misma suerte del concejal.

Los casos señalados, y no esclarecidos, son un pequeño ejemplo de los muchos que existen, pero suficientes para concluir que este régimen sólo investiga a quien les interesa; los demás los desecha, máxime si están comprometidos adeptos. Para este régimen la justicia es una liga que se estira o encoge de acuerdo con sus intereses. Esto que un caso se investigue y se llegue a sus últimas consecuencias y otros no y se archiven y escondan, es la manera de operar de este totalitario régimen populista.

11 de julio 2022

A NUESTRA FUERZA ARMADA

Esta nota no persigue desestabilizar al régimen y menos es un llamado a la insurrección armada, soy un profundo convencido y practicante de las bondades democráticas y por ello me dirijo a ustedes. Esta inquietud sólo persigue recordar el sagrado deber que nuestra Fuerza Armada tiene contraído con la Patria y con cada uno de nosotros: Preservar nuestra integridad territorial, defender y preservar la soberanía nacional y cumplir y hacer cumplir nuestra Constitución y leyes de la Republica.

El origen democrático de este régimen aún está en discusión, pero lo que está sumamente claro es que su desempeño está al margen de los postulados de la democracia y es violatorio de las más elementales normas constitucionales y legales que ordenan y limitan su acción.

En lo político existe una permanente persecución, encarcelamiento, tortura y hasta asesinato a la disidencia y a quien no es incondicional al régimen se le niega el pan y el agua; en lo económico estamos en medio de la peor crisis que recordemos que ha empobrecido a todo el pueblo, sembrado hambre generalizada y pulverizado nuestro signo monetario; en lo social peor no podemos estar con una sociedad descompuesta y desorganizada preocupada permanentemente cómo subsistir mañana y con servicios públicos como nunca deficientes, todo producto de una nefasta gestión oficial.

Ante esta gravísima situación, nuestra Fuerza Armada debe tener una palabra que tiene que apuntar al respeto de la Constitución y al clamor popular. Días atrás cuando se intentó convocar el Referendo Revocatorio del mandato de Maduro y así conocer la opinión popular, fue brutalmente boicoteado y saboteado por el régimen al extremo que lo hicieron imposible, en abierto y flagrante desconocimiento de la disposición constitucional.

Esto ha ocurrido ante nuestros ojos y ustedes como buenos observadores deben haberse informado. Si entre sus deberes está el cumplir la Constitución y hacerla cumplir, están emplazados a cumplir con fidelidad está sagrada obligación para que el régimen se encause en los canales democráticos de donde nunca ha debido separarse.

Si esta palabra, que por amor y respeto a la Patria deben tener, se cumple, el pueblo entero se los agradecerá y reconocerá y puede ser el inicio de recobrar el respeto y confianza del país en su gente de uniforme.

10 de julio 2022

EN DEMASÍA

En lo últimos días han ocurrido tantos hechos y nos hemos informado de algunos, todos generados por el régimen o atinentes a él, que nos atiborran de asombro, alarma y preocupación.

La inasistencia, hasta ahora sin explicación, de Maduro a la celebración oficial de los actos conmemorativos del aniversario de la firma del acta de nuestra Independencia, realizados en la Asamblea Nacional y el desfile militar en el Paseo de los Próceres de Caracas; el carnavalesco muñeco “súper bigote”, protagonista del desfile militar señalado; la ratificación del General Padrino López como Ministro de Defensa, no existe en la historia del país alguien que ocupara por tanto tiempo ese despacho; los ascensos militares, que según fuentes confiables y bien informadas obedecieron más a la incondicionalidad al régimen que a méritos militares; el horrendo caso de la desaparición de Carlos Lanz, su desenvolvimiento macabro y establecimiento de responsabilidades; la arbitraria detención de dirigente sindicales y de ONGs; Venezuela será transformada en escenario para prácticas militares de Rusia e Irán; la denuncia de horribles mecanismos de torturas en las mazmorras de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (DGCIM); el caso del comandante Igbert Marín Chaparro que tiene cuatro años de encierro en los centros de tortura del régimen, por haber denunciado las pésimas condiciones en los cuarteles y la elevada inmoralidad; y seguramente se me escapan otros más, por tenerlos ocultos o no estar informado.

Las vitaminas cuando se consumen de una manera adecuada y equilibrada le hacen bien al organismo, pero cuando se abusa por exceso de su consumo puede producir una intoxicación que se llama vitaminosis. Recibir tanta información, tan mala y en corto tiempo, puede producir “informanosis”, valga el término, que es el exceso de información que siendo mala perturba nuestro temperamento.

Esas informaciones malas y malévolas debemos procesarlas para reafirmarnos en donde estamos, pero también deben ser estímulos para ahondar en la lucha que adelantamos para salir cuanto antes de lo que desgraciadamente aún tenemos. Pronto llegará el momento en que se acaben los súper bigote en los desfiles militares, las ausencias indebidas y sin explicación del Presidente de la Republica en los actos patrios, que los ascensos militares respondan exclusivamente a méritos castrenses y no a incondicionalidad a personas, que no exista tortura ni persecución y que la corrupción desaparezca.

Todo será muy distinto cuando recibamos la grata y esperada noticia: ¡SE FUE EL RÉGIMEN, HAY UN GOBIERNO NUEVO Y DISTINTO! Ese día, estoy muy seguro, pronto llegará y lo viviremos cargados de alegría, entusiasmo, felicidad y esperanza en que todo será muy distinto y mucho mejor.

9 de julio 2022

EL POPULISMO

El populismo es una tendencia política que pretende atraerse a las clases más necesitadas y marginadas y algunas veces cautiva a desinformados e ingenuos. Su origen está en el movimiento ruso del siglo XIX llamado "narodnismo" que se traduce al español como populismo, es decir, ir al pueblo para conquistarlo valiéndose de cualquier medio, generalmente de la falsa promesa y el engaño.

Podemos afirmar por lo vivido que estamos en presencia de un régimen totalitario populista, y de un populismo punitivo que promueve la persecución, encarcelamiento, tortura, aplica penas crueles y asesinato de la disidencia. En esta acción están comprometidos todas las ramas del Poder Público nacional, utilizan para ello la manipulación de los medios de comunicación social y el estímulo de las emociones más primitivas.

El populismo busca partir el país en dos, por una parte, el pueblo y por la otra el anti-pueblo donde está la oligarquía, los traidores a la Patria, la burguesía, la derecha salvaje, los escuálidos y los empresarios explotadores. Cuando no existen tales enemigos los crean, promueven e inventan tanto en el país como fuera de él. En medio de esta dicotomía establece toda una estrategia para sembrar odio y rencor del pueblo contra el anti-pueblo. Promueve el líder único que crea y hace todo y es el gran sanador de todos los males y el perdonavidas. Con el ánimo de satisfacer medianamente las exigencias populares de cualquier índole aumenta los impuestos y endeuda al país.

En el caso nuestro no es posible aumentar el endeudamiento que es ya exorbitante, porque este régimen tiene cerradas todas las puertas de financiamiento, les queda Rusia y China que revisan su posición y los ingresos por la venta de petróleo han bajado estrepitosamente por la quiebra de PDVSA debido al brutal manejo que la sometieron.

Ellos no son culpables de lo malo que ocurre, toda la culpa es de los enemigos internos y externos (EE.UU. Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial de Desarrollo, Banco Interamericano y la derecha mundial), vale decir, del anti-pueblo.

El populista es un demagogo por excelencia, exalta a quienes lo escuchan con halagos y falsas promesas que en el momento son bien recibidas pero muy difícil, muchas imposibles de cumplir. Utiliza procedimientos fantasiosos para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de sus bajas pasiones y propia ambición.

La extrema tensión que confrontamos los venezolanos es caldo de cultivo para la demagogia que con frecuencia es utilizada por los radicales de lado y lado. Cuidémonos de ambos que nos empujan a un futuro incierto.

El populista es un mentiroso contumaz que pretende con la falsedad obnubilar al pueblo y convertirlo, como hemos dicho, en instrumento de sus obscuros intereses personales que generalmente buscan el enriquecimiento ilícito a expensas del poder, a expensas de los reales de todos. Busca el poder para desde allí dar rienda suelta a sus perversos intereses y se aglutina con sectores afines para estructurar un club de facinerosos y cómplices.

El populismo y la demagogia van de la mano, la segunda es consecuencia de lo primero o lo provoca. En América Latina hemos tenido presidentes extremadamente populistas, citó solo dos ejemplos: Juan Domingo Perón, el siglo pasado en Argentina que le hablaba a sus "descamisados" de amor y solidaridad con la promesa de vivir mejor y Hugo Chávez en el presente siglo en nuestro país. Dicen lo que el pueblo quiere escuchar y no lo que debe oír.

Juegan con la buena fe de la gente que creyendo en sus halagos y promesas los sigue y acompaña. Son verdaderos encantadores de serpientes. El tiempo los descubre y quita la máscara cuando llega la hora de los resultados.

Chávez ofreció progreso, paz, inclusión, y dijo nunca ser comunista. Pues destrozo el país, inició la quiebra de PDVSA-la cesta de los huevos de oro-, regalo a diestra y siniestra el dinero de todos tanto adentro como afuera con el interés de comprar voluntades, la mentira y falsedad le brotaban por los poros y terminó en los brazos de Fidel Castro que lo manejó a su antojo. Cuidado con el experto en vender ilusiones que no son otra cosa que eso, ilusiones. Ellos para llegar y luego mantener el poder ofrecen villas y castillos, ofrecen corrección que nunca cumplen porque no está en su ADN.

Oído al tambor, este es un régimen totalitario, populista y como tal demagogo, ofrecerá, Cristo en mano, rectificación y enmienda y volverá a vender ilusiones. Se han mantenido con pan y circo, mucho pan para pocos y algunos mendrugos para el resto. El problema que les angustia es que ya no tienen dinero para el pan y que los payasos del circo se fueron, unos porque se percataron que el espectáculo es malévolo y otros porque no le pagaron. Ya los animales tampoco están, unos murieron de inanición y otros huyeron despavoridos. Solo quedan los dueños del circo y la carpa cada vez más dañada y con la base de sustentación resquebrajada, casi inexistente, solo un artefacto de plomo la mantiene en pie que de seguro ante la multitud también se apartará o se pondrá a su lado.

Terminemos de desmontar esa carpa sucia y maloliente y los dueños saldrán corriendo como los payasos y animales, solo falta empujar todos y hacerlo ya con mucha fortaleza.

8 de julio 2022

LA POBREZA

La pobreza es un estado de no poder satisfacer las necesidades materiales básicas y elementales para una vida digna, ella se produce por carecer de los recursos económicos necesarios. La pobreza material además de producir agotamiento físico puede traer desesperación y angustia que a su vez pueden generar severos trastornos de conducta. La carencia de alimentación adecuada, de vivienda, educación, asistencia a la salud, de luz, agua, gas doméstico, de vestido y calzado es pobreza. El no poder satisfacer todas esas necesidades, lo digo bien, todas, es pobreza.

En Latinoamérica el nivel de pobreza es muy preocupante y en nuestro país es alarmante; somos de los primeros en el mundo con hambre y miseria. Más del 80% del país se encuentra en estado de pobreza, la mayoría en situación crítica, que son los que no pueden ni medianamente adquirir la cesta alimentaria.

Este dantesco panorama se presenta luego de ser el país más rico de Sur América. Los últimos veinte años de gobierno, o desgobierno, han incrementado el nivel de pobreza del pueblo venezolano hasta traernos a esta desastrosa y angustiante situación que soportamos. El empobrecimiento de la población es general, toca todos los niveles del país, todos los estratos han sido afectados negativamente con el agravante de quién era pobre, ahora está prácticamente en la indigencia. Dolorosamente ha aparecido un sector que se desenvuelve en la basura y lo vemos en quienes recurren a los desechos para conseguir algo de comer, son ellos los que están en pobreza atroz.

Esta inquietante y penosa situación es consecuencia de una pésima y desastrosa administración pública que algunos dicen es por falta de capacidad e idoneidad y otros aseguran que es política pensada del régimen, con la pretensión de amarrar por el estómago a la gente y hacerlas cada vez más dependientes de sus dádivas a la que llama misiones, bonos o cajas clap. Todo ello está enmarcado en lo que Fidel Castro instruyó a Chávez que su sucesor ha profundizado. La idea no es luchar para el que está abajo suba, no, lo que se busca es que el que está arriba baje y tenernos a todos en el sótano esperando la "caridad" oficial.

Cuando Giordani era Ministro de Planificación y Desarrollo del régimen y como tal, presidente del gabinete económico, era presidente de PDVSA el General Guaicaipuro Lameda . Este último planteó en reiteradas ocasiones, en las reuniones de dicho gabinete, la necesidad de abordar el problema de la pobreza nacional, hasta que Giordani lo llamó aparte y le dijo que a la revolución le interesaba mantener los niveles de pobreza y si era posible aumentarlos para poder afianzar el proceso revolucionario incipiente. Así pues que la conseja de Fidel Castro es la que se sigue al pie de la letra. Días después el General Lameda renunció al gobierno y hoy es una destacada voz de oposición.

La política que debe ser una incesante lucha por alcanzar el Bien Común a ellos le resbala . Se dedicaron a destruir el país y empobrecernos a todos, ya no sólo por la vía de carecer de recursos económicos sino que también los servicios públicos como la luz, el agua, gas doméstico no los niegan o racionan en términos insoportables .

Un país donde se requiere de veinte salarios mínimos para poder atender las necesidades básicas y elementales no puede estar bien, el grado de insatisfacción y angustia es muy alto y generalizado.

Mientras exista pobreza no hay Bien Común y en un político digno y auténtico no puede haber tranquilidad. La lucha que desarrollamos es por el bien de todos, pero particularmente por quienes se encuentran en estado de pobreza. La inmensa mayoría de las familias alcanza más o menos comer algo mediante remesas que parientes y amigos envían desde el exterior, con el sueldo mínimo, quien tiene trabajo, es imposible subsistir. Quienes están en el régimen han demostrado hasta la saciedad que para nada les importa la felicidad del pueblo y desea constreñirnos cada vez más para hacernos dependientes de sus decisiones. Ellos están en las tinieblas, donde desean llevarnos a todos y nosotros somos amigos de la luz que siempre triunfará.

Con hidalguía, fortaleza e inagotable voluntad continuemos solidariamente en la lucha que Dios y la Patria nos lo reconocerá. Tener un pueblo empobrecido es sumamente preocupante, tenerlo en situación crítica es criminal y alarmante. Antes de hablarle al país de los valores democráticos es necesario plantearle un programa como superar su estado de pobreza. No pretendamos que nos escuchen con hambre. Este régimen no tiene ningún interés que el pueblo venezolano tenga valores y nuestra lucha es para rescatarlos y reafirmarlos y ello pasa por tener un mínimo de las necesidades materiales satisfechas.

8 de julio 2022

 14 min


Ramón Cardozo Álvarez

Aristóteles, en su obra La Política, plantea la existencia de una clase media fuerte y estable como garantía de estabilidad, concordia civil y libertad en la ciudad, pues así se evita el predominio de facciones extremas caracterizadas por su riqueza o por su pobreza: "Cuando uno de esos grupos toma el poder se forma una ciudad de amos y esclavos, no de hombres libres".

Hoy en día, tenemos una vasta literatura que subraya el papel esencial de la clase media para promover tanto el desarrollo económico de los países, como la aparición y consolidación de los sistemas democráticos.

La democracia venezolana, nacida en 1958, tuvo como uno de sus principales objetivos la ampliación de la incipiente clase media que se venía fraguando en Venezuela durante las primeras décadas del siglo XX.

Según el politólogo Guillermo Tell Aveledo, investigador y Decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas, "la democracia venezolana de la segunda mitad del siglo XX se empeñó en crear una equilibrada sociedad de clase media. Por ello, promovió de manera extraordinaria programas de salud, educación y vivienda, los cuales, aunque no alcanzaron por completo sus objetivos, ampliaron de forma notoria la clase media venezolana”.

Abrupta reducción de la clase media venezolana

En las últimas décadas, Venezuela no solo ha ido perdiendo su democracia sino también su clase media. Estudios recientes muestran que, luego de haber llegado a ser una de las más amplias y robustas de América Latina, hoy en día, la clase media venezolana apenas alcanza una décima parte del tamaño que tenía hace una década, siendo además la más pobre de la región.

En el estudio "La clase media en Venezuela", publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el año 2021, se señala que, independientemente de la definición de clase media que se utilice, en los años recientes se ha dado una reducción abrupta del tamaño de la clase media venezolana, además de una erosión sostenida de sus ingresos.

Si se toma la definición absoluta de "seguridad económica", según la cual pertenece a la clase media aquel que tiene una baja probabilidad de caer en pobreza, en Venezuela la clase media pasó de constituir el 62 por ciento de la población, en el 2010, a representar solo el 15,5 por ciento, en el 2020.

Si se opta por medir la clase media como aquella franja que está entre los no-ricos (menos de 50 dólares per cápita por día) y la de no-pobres (por encima de la línea oficial de pobreza moderada del país), este estudio de la consultora Anova publicado por el BID señala que la clase media venezolana habría pasado del 72 por ciento de la población, en 2010, a constituir solo un 5,3 por ciento, en el 2020.

En Venezuela, se da una correspondencia clara entre la merma de la clase media y un amplio proceso de la expansión de la pobreza.

Amplio proceso de expansión de la pobreza en Venezuela

Respecto a los ingresos de la clase media, el estudio de Anova afirma que, entre los años 2010 y 2020, con excepción del estrato más rico de Venezuela, todos los demás vieron caer de forma pronunciada sus ingresos reales por debajo de la caída promedio de la economía:

"Una familia venezolana perteneciente a esta franja de ingresos (clase media) pasó de ganar aproximadamente 830 USD al mes, en 2012, a ganar 195 USD al mes, en 2020, lo cual implica una caída de cerca de 77 por ciento en sus ingresos familiares per cápita."

En Venezuela, se da una correspondencia clara entre la merma de la clase media y un amplio proceso de la expansión de la pobreza. Dentro de los ejemplos más dramáticos e ilustrativos de la vulnerabilidad y caída de la clase media venezolana hacia los estratos inferiores está el caso de los profesores universitarios.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Enobu 2021, del Observatorio de Universidades, "en el año 2001, en Venezuela, un profesor titular ganaba alrededor de 2 mil 400 dólares. En 2021, ese mismo profesor obtiene 11 dólares mensuales por su trabajo… Mientras que, en México y hasta en Nicaragua, los sueldos en el mayor escalafón varían entre los 1.000 y los 2.000 dólares."

Otros datos relevantes de la encuesta señalan que, en Venezuela, el 84 por ciento de las familias de los académicos universitarios reciben ingresos familiares menores a 100 dólares mensuales; el 30 por ciento de los docentes universitarios tienen ingresos familiares de 1 a 10 dólares mensuales; el 35 por ciento de los profesores universitarios mayores de 60 años come menos de tres veces al día; el 93 por ciento de los docentes tienen dificultades para poder adquirir sus medicamentos; y el 70 por ciento de las profesoras universitarias llevaba, en ese momento, entre 1 y 3 años sin realizarse un examen médico de rutina.

¿Por qué desaparece la clase media venezolana?

La desaparición de la clase media venezolana está vinculada fundamentalmente con un modelo económico que produjo la caída del ingreso de los venezolanos, por los altos índices inflacionarios, y la destrucción de las fuentes del empleo, por el cierre de empresas. En 2017, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) contabilizó el cierre de alrededor de 500.000 empresas de las 850.000 que existían en 2002.

Otro factor decisivo ha sido el poco interés del llamado Socialismo del Siglo XXI en proteger y promover la existencia de la clase media venezolana. De hecho, la relación entre el expresidente Hugo Chávez y el actual presidente Nicolás Maduro con la clase media ha sido siempre tensa y, en diversos momentos, hasta de abierta confrontación.

Según el profesor Aveledo, "el chavismo se ha caracterizado por tener una visión negativa respecto de la clase media, en virtud de lo que entiende que son sus valores burgueses y posturas políticas".

Un ejemplo que ilustra muy bien la percepción negativa del chavismo frente a la clase media del país es la advertencia que, en el año 2014, hiciera el entonces ministro de educación Héctor Rodríguez, hoy gobernador del estado Miranda: "No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que después pretendan convertirse en escuálidos (opositores)", decía.

Su postura explica, al menos en parte, la pretensión de favorecer un cierto nivel de avance material en los estratos más bajos, a través de subsidios diversos, pero sin que ello signifique que los beneficiarios de estas ayudas puedan desarrollar los niveles de autonomía y libertad frente al Gobierno que caracterizan a las clases medias.

Otro factor fundamental en la contracción de la clase media venezolana ha sido el enorme éxodo de personas de este estrato social. Según el profesor Aveledo, este éxodo se ha producido en tres oleadas distintas: "Inicialmente, se produjo una primera oleada por temor al autoritarismo chavista. Posteriormente, una segunda oleada se dio por rechazo al modelo socialista. Por último, un porcentaje alto de la clase media, a la que se sumaron millones de personas de los estratos bajos, se vio obligado a emigrar por la gravísima crisis económica."

La desaparición de la clase media venezolana está vinculada fundamentalmente con un modelo económico que produjo la caída del ingreso de los venezolanos.

¿Qué ha perdido Venezuela con la desaparición de su clase media?

Una de las características de la clase media es su carácter multidimensional. "El contenido de la clase media está asociado con múltiples factores que incluyen sus hábitos de consumo, niveles de educación, tipos de vivienda, acceso a servicios, experiencia laboral, clases de empleo, profesiones, preferencias culturales, entre otros", explica Omar Zambrano, economista jefe la consultora Anova y coautor de su estudio sobre la clase media venezolana.

Por tanto, concluye, "Venezuela ha perdido uno de los factores más dinamizadores de su economía con la disminución de su clase media. La clase media es el bastión del consumo. Sus patrones de consumo, su demanda de bienes y servicios sofisticados, viviendas, vehículos, viajes, cultura, etc., junto con su propensión al ahorro y a la inversión, motorizan el crecimiento económico."

Por otra parte, la reducción de la clase media ha contribuido a la crisis de las empresas estatales y de los servicios públicos en Venezuela. En estos ámbitos se ha producido una merma de las capacidades gerenciales y técnicas, a consecuencia de la salida de una gran cantidad de profesionales, que se han visto obligados a emigrar o cambiar de oficio para poder sobrevivir. Esta situación se ha hecho particularmente evidente en los casos de los sistemas de salud y de educación.

Finalmente, Venezuela ha perdido un factor de estabilidad política, de defensa y promoción de la democracia, pues las clases medias ayudan a frenar la polarización y son favorables a instaurar regímenes políticos con libertad de empresa, Estado de derecho y un Gobierno responsable ante sus ciudadanos.

¿Cómo recuperar la clase media en Venezuela?

De cara al futuro, el informe Anova concluye que "Venezuela necesitará un programa de rehabilitación y reconstrucción de los ingresos de la clase media, como piedra angular del desarrollo económico futuro. Políticas públicas en beneficio de la clase media deben incluir, pero no limitarse, a aspectos como la reactivación del mercado laboral formal, las mejoras en la productividad y los salarios reales, y las políticas específicas de vivienda y educación."

La promoción de una amplia y vigorosa clase media es una necesidad impostergable para Venezuela. No se puede hablar de una verdadera lucha contra la pobreza si no se garantiza que aquellos que salen de ella no queden expuestos a volver a caer en la miseria como resultado de una coyuntura política o económica. Sólo una clase media estable, como decía el filósofo griego, es garantía de libertad.

6 de julio 2022

DW

https://www.dw.com/es/la-clase-media-desaparece-en-venezuela/a-62384271

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Paul Krugman

Como mucha gente, estaba esperando lo peor de la comisión que investiga el 6 de enero: discursos largos y aburridos, políticos que fanfarronean y toman posiciones y muchos “su palabra contra la mía”.

En cambio, lo que hemos obtenido ha sido fascinante y aterrador. Claro está que los sospechosos de siempre critican las minucias (aunque nunca las cuestiones fundamentales, como el deseo de Donald Trump de participar en un asalto armado al Capitolio, y nunca, de forma reveladora, bajo juramento) y, vergonzosamente, algunos en los medios de comunicación les siguen el juego. Pero, siendo realistas, ya no hay duda de que Trump intentó anular los resultados de unas elecciones legales y, cuando todo lo demás falló, alentó y trató de instigar un ataque violento contra el Congreso.

Dejaré que sean los expertos legales quienes determinen si las pruebas deben conducir a un proceso penal formal y, en particular, si el propio Trump debe ser acusado de conspiración sediciosa. Pero ninguna persona razonable puede negar que lo que ocurrió después de las elecciones de 2020 fue un intento de golpe de Estado, una traición a todo lo que Estados Unidos representa.

Todavía veo a algunas personas que comparan este escándalo con el de Watergate. Eso es como comparar una agresión con una infracción de tránsito. Por mucho, las acciones de Trump fueron lo peor que ha hecho un presidente estadounidense.

Pero esta es la cuestión: decenas de personas en el gobierno de Trump o cercanas a este debían saber lo que ocurría. Sin duda, muchas de ellas tienen conocimiento de primera mano de al menos algunos aspectos del intento de golpe. Sin embargo, solo un puñado ha revelado lo que sabe.

¿Y qué me dicen de los republicanos en el Congreso? Casi sin duda, muchos, sino es que la mayoría, se dan cuenta de la magnitud de lo que ocurrió —después de todo, el allanamiento al Capitolio puso sus propias vidas en peligro. A pesar de ello, 175 republicanos de la Cámara de Representantes votaron en contra de crear una comisión nacional sobre la insurrección del 6 de enero y solo 35 de ellos estuvieron a favor.

¿Cómo podemos explicar esta abdicación del deber? Incluso ahora, es probable que los fanáticos del MAGA sean una minoría entre los políticos del Partido Republicano. Por cada Lauren Boebert o Marjorie Taylor Greene, lo más probable es que haya varios Kevin McCarthys: arribistas, no locos, burócratas del partido más que fanáticos. Sin embargo, el ala del Partido Republicano que no está loca, con solo un puñado de excepciones, ha hecho

Lo que me hace pensar en la naturaleza del valor y en la forma en que el valor (o la cobardía) está mediado por las instituciones.

Los seres humanos pueden ser increíblemente valientes. Como vemos en las noticias de Ucrania todos los días, muchos soldados están dispuestos a mantenerse en guardia mientras caen mortíferas descargas de artillería. Los bomberos se lanzan a los edificios en llamas. De hecho, la policía del Capitolio fue heroica en su defensa del Congreso el 6 de enero de 2021.

Tales muestras de valor físico no son habituales: la mayoría de nosotros nunca sabremos cómo actuaríamos en tales circunstancias. Sin embargo, si el valor físico es algo extraordinario, el valor moral —la voluntad de defender lo que uno cree que es lo correcto, incluso ante la presión social para quedarse callado— lo es todavía más. Y el valor moral es de lo que los compinches de Trump y los miembros republicanos del Congreso carecen de manera muy evidente.

¿Es esto una cuestión partidista? No podemos en realidad saber cómo responderían los miembros del otro partido si un presidente demócrata intentara un golpe similar, pero eso es en parte porque tal intento es más o menos inconcebible. Porque, como los politólogos han señalado desde hace tiempo, los dos partidos son muy diferentes, no solo en sus políticas, sino también en sus estructuras institucionales.

El Partido Demócrata, aunque puede estar más unificado que en el pasado, sigue siendo una coalición poco firme de grupos de interés. Algunos de estos grupos de interés son dignos de elogio, otros no tanto, pero en cualquier caso la holgura da a los demócratas espacio para criticar a sus líderes y, si lo desean, adoptar una postura de principios.

El Partido Republicano es una entidad mucho más monolítica, en la que los políticos compiten por quién se adhiere más fielmente a la línea del partido. Esa línea solía estar definida por la ideología económica, pero en la actualidad se trata más de posicionarse en las guerras culturales y de la lealtad personal a Trump. Se necesita un gran valor moral para que los republicanos desafíen los dictados del partido y quienes lo hacen son excomulgados de inmediato.

Hay una excepción que confirma la regla: la sorprendente postura prodemocrática de los neoconservadores, la gente que nos dio la guerra de Irak. Ese fue un pecado terrible, que nunca se olvidará. Pero durante los años de Trump, mientras la mayor parte del Partido Republicano se doblegaba ante un hombre cuya maldad comprendía a la perfección, casi todos los neoconservadores prominentes —desde William Kristol y Max Boot hasta, sí, Liz Cheney— se pusieron con firmeza del lado del Estado de derecho.

¿De dónde viene esto? No creo que sea un insulto a la valentía de esta gente señalar que los neoconservadores siempre fueron un grupo distinto, que nunca estuvo del todo asimilado por el monolito republicano, con carreras que se basaban en parte en reputaciones fuera del partido. Se podría decir que esto los deja más libres que los republicanos comunes para proceder de acuerdo con sus conciencias.

Por desgracia, quedan todo lo demás. Si los demócratas son una coalición de grupos de interés, los republicanos son ahora una coalición de locos y cobardes. Y es difícil decir qué republicanos representan el mayor peligro.

4 de julio 2022

NY Times

https://www.nytimes.com/es/2022/07/04/espanol/opinion/trump-capitolio-au...

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Carlos Malamud y Rogelio Nuñez Castellano

Resumen

El triunfo de Gustavo Petro implica profundos cambios políticos (el primer gobierno de la nueva izquierda en la historia nacional), económico-sociales –con una ambiciosa agenda medioambiental, fiscal y antiextractivista de por medio– y geopolíticos, al reforzar el bloque de gobiernos de izquierda a escala regional. Esto último influirá en la relación con EEUU.

Petro llega al poder en un complejo contexto internacional y nacional que obstaculiza su agenda de gobierno y sus planes de impulsar la integración regional: problemas internos, de gobernabilidad –alta fragmentación y elevada polarización–, profundo malestar social –desafección y altas expectativas–, y limitaciones económicas y fiscales. Todo esto reduce su margen de acción y dificulta que pueda canalizar las frustraciones y el deseo de cambio generalizado.

Análisis

Los resultados electorales en Colombia son un nuevo capítulo dentro del cambio profundo que atraviesa América Latina desde una perspectiva político-institucional y electoral: voto de castigo a los oficialismos y tendencia a victorias de las diferentes izquierdas. Colombia vivió en 2022 unas elecciones repletas de excepcionalidades y también algunas continuidades. Excepcionalidades porque ganó por primera vez un representante de esa nueva izquierda y porque a la segunda vuelta llegaron dos figuras ajenas a las elites que han gobernado el país desde los años 90. Si bien hubo otros cambios innegables (el tema de la paz no fue central en la dinámica electoral y la votación en segunda vuelta fue muy alta para los parámetros locales), los comicios mantuvieron elementos propios de la idiosincrasia electoral colombiana.

Continuidades en unas elecciones excepcionales

El país fue fiel a su historia y el proceso de 2022, con sus especificidades, sólo evidenció viejas tendencias y hábitos, como la larga duración de la campaña y la extrema polarización. En lo relativo a la extensión de la campaña, esta ocupó casi un año entre precampaña (segunda mitad de 2021), la campaña para las legislativas e internas (marzo de 2022), la primera vuelta (mayo) y el balotaje (junio). Una campaña prolongada en un país donde, irónicamente, predomina la abstención (no existe el voto obligatorio). A esto se suma la desafección ciudadana hacia los partidos y la clase política. Este largo itinerario electoral comenzó con unas primarias y unas legislativas que marcaron la pauta de lo que sería todo el proceso. Las legislativas crearon un escenario de compleja gobernabilidad, con un Senado y una Cámara de Representantes fraccionados. Los resultados ratificaron el avance de la izquierda, aunque éste resultó insuficiente para contar con mayoría en el legislativo y superar a una derecha y centroderecha atomizadas pero mayoritarias (aunque sin mayoría absoluta).

Las internas de marzo confirmaron el predominio de Petro quien, tras ser candidato en 2018 y perder en la segunda vuelta, era el líder de la oposición a Iván Duque (2018-2022) y el canalizador de la desafección y la frustración social plasmadas en las protestas de 2019 y 2021. Las internas en el Pacto Histórico, la coalición de Petro, le convirtieron en el candidato más votado de la jornada y transformaron a Francia Márquez, la líder social afrodescendiente, que obtuvo más de 800.00 votos, en una figura política emergente y a tener en cuenta por su carisma, liderazgo y capacidad de movilización.

Las primarias marcaron el principio del fin de la candidatura de Sergio Fajardo (Centro Esperanza), y elevaron, momentáneamente, a Federico “Fico” Gutiérrez como referente del centroderecha frente al petrismo. Fajardo, que durante meses se presentó como el único capaz de frenar a Petro, fue golpeado por las disputas y disensiones de su coalición (la pugna por el liderazgo con Alejandro Gaviria debilitó a la alianza y la salida de Ingrid Betancourt también le perjudicó), a tal punto que Francia Márquez logró más votos que Fajardo en las primarias. La sorpresa fue Gutiérrez, que ante la decadencia del uribismo pareció encarnar una alternativa de derecha renovada que reunió a los partidos tradicionales y al uribismo. Las internas parecieron desdibujar a otros candidatos, en especial al empresario independiente Rodolfo Hernández, quien a comienzos de año había despuntado como encarnación de una candidatura antipartidos, rupturista y alternativa basada en las redes sociales y en un mensaje de lucha contra la corrupción y la elite política.

Las internas fueron el punto de partida hacia la primera vuelta y condicionaron decisiones y estrategias. Petro, que venía moderando su discurso para atraer a los votantes de centro, consciente de que su historia personal (ex guerrillero del M-19 en los 80) y su figura generan mucho rechazo (“petrofobia”), optó por Márquez como compañera de fórmula, pese a estar muy escorada a la izquierda. Era una forma de reconocer su liderazgo y tirón electoral. “Fico” Gutiérrez pareció llamado a encauzar el antipetrismo, pero tras un momentáneo repunte en las encuestas no logró deshacerse de la imagen que le vinculaba a la “vieja política” y al uribismo. Parte del electorado no petrista buscaba cambios más que continuidad (igual que los votantes de Petro) y eso los condujo a mirar a un candidato ajeno a los partidos históricos y a las formas y maneras tradicionales de hacer política. Rodolfo Hernández, ex alcalde de Bucaramanga, vivió una segunda juventud electoral que le llevó a dar la sorpresa en la primera vuelta al superar a “Fico” Gutiérrez (el 28% frente al 23%) y transformarse en el candidato que evitaría la victoria de Petro, que con su 40% partía como favorito para la segunda vuelta, gracias a los 12 puntos de ventaja sobre Hernández.

Hernández había tenido hasta entonces diversos aciertos (centró su campaña en la corrupción y priorizó una estrategia basada en las redes sociales –se le conocía como el “rey del TikTok”), pero luego cometió un grueso error de cálculo al basar su estrategia en que el miedo a Petro le daría un triunfo seguro, ya que sólo cabía esperar que llegaran los votos de la derecha (Gutiérrez, 23%) y el centro (Fajardo, 4%). Así parecía en la primera semana, cuando superaba o empataba con Petro en las encuestas. Sin embargo, frente a un candidato que activó su campaña puerta a puerta y su presencia en las redes sociales, Hernández dio reiteradas señales de poca flexibilidad y escasa capacidad para afrontar el reto de, por ejemplo, debatir con Petro. Se negó a un cara a cara y cuando la justicia le obligó a acudir al debate lo dilató tanto que no hubo tiempo para realizarlo. Al final la estrategia de Petro tuvo éxito: se impuso en el balotaje (con el 50% frente al 47%) al movilizar, sobre todo en sus feudos de Bogotá y el Caribe, a un electorado tradicionalmente abstencionista. La participación alcanzó un inédito 58%, la más alta en 20 años.

Además de la larga campaña, los comicios mostraron la polarización propia de la región, algo inherente a la idiosincrasia y a la cultura política colombianas, que desde los tiempos de Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar (en la década de 1820) ha visto como corrían, de forma literal, ríos de sangre entre rivales políticos (liberales frente a conservadores o Estado colombiano frente a las FARC). Una polarización que asumió otras formas en el siglo XXI, pero que fue igual de divisiva tras la fractura entre uribistas y antiuribistas (2002-2021). En los comicios de 2022 reapareció la polarización, centrada en Petro y en la dinámica petrismo-antipetrismo, que ha sustituido a la anterior en torno a Álvaro Uribe, que prácticamente ha desaparecido de la campaña.

¿Qué representaba Rodolfo Hernández y por qué ganó Petro?

Estas elecciones, más allá de la persistencia de ciertas continuidades, representan un fin de época al romper con la imposibilidad histórica de que la izquierda alcance el poder, dejar en la periferia política al uribismo hasta ahora hegemónico, sumir al centro en una profunda crisis y permitir el ascenso de nuevas alternativas ajenas a las tendencias tradicionales.

Los dos grandes protagonistas y encarnación de ese deseo de cambio, pese a sus diferencias de trayectoria vital, ideología, estilo y formación, fueron Petro y Hernández. La mayoritaria aspiración al cambio se vehiculó de formas diferentes a través de un candidato de experiencia y trayectoria política (Petro) y un outsider (Hernández, un empresario que fue alcalde de Bucaramanga), que reunieron en la primera vuelta casi el 70% de los votos.

Petro encarna una tradición de izquierdas que ha crecido en el siglo XXI, facilitada tras el proceso de paz con las FARC. Este permitió acabar con la satanización de la izquierda, asociada con la violencia indiscriminada de la guerrilla. Si bien hay precedentes de un protagonismo de las opciones progresistas (desde el controvertido Jorge Eliecer Gaitán en los años 1930-1940 a algunos líderes de finales de siglo), ha sido en las pasadas décadas cuando la izquierda ajena a los partidos tradicionales creció electoralmente hasta alcanzar el poder en 2022. El Polo, con Luis Eduardo Garzón, reunió el 6% en 2002 y subió al 22% con Carlos Gaviria como candidato en 2006, siendo la segunda fuerza más votada tras el uribismo hegemónico. Después de bajar al 9% con Petro de candidato presidencial en 2010, se inició la recuperación en 2014 (con el 15% de Clara López). Petro consiguió pasar a segunda vuelta en 2018, tras alcanzar el mayor caudal de votos para una opción de izquierdas (25%), y ganó finalmente en 2022.

Petro ha seguido un largo camino hasta su victoria, que le ha llevado de la guerrilla del M-19 a la institucionalidad democrática, reforzada tras la aprobación de la Constitución de 1991. Pese a su discurso de izquierda y su cercanía en los albores del siglo XXI con Hugo Chávez, Petro es un hombre del sistema. Fue senador (un fiero opositor al uribismo) y alcalde de Bogotá. Tras su derrota en 2018 emprendió un giro al centro que lo llevó a distanciarse de Venezuela (calificó a Maduro de “dictador”), de la Nicaragua de Ortega-Murillo, a cuyo régimen llamó “dictadura bananera”, y también de aliados peligrosos, como la senadora Piedad Córdoba, con turbias conexiones con las FARC.

La existencia de un Petro más institucional, más experimentado y más centrado ha posibilitado su victoria y ha reducido el impacto del antipetrismo y de la “petrofobia”, todavía presente en amplios sectores sociales, que lo ven como un radical, un amigo de Chávez, capaz de abrir las puertas del país al “castrochavismo” y convertirlo en la nueva Venezuela. Sin embargo, Petro ha logrado recolocarse ante el desmoronamiento de los partidos históricos (Liberal y Conservador) y de las fuerzas nacidas en las últimas décadas (Centro Democrático, Partido de la U y Cambio Radical). También aprovechó la debilidad de las opciones de centro para encarnar el cambio y las limitaciones de la derecha lastrada por la hegemonía del uribismo (2002-2010 y 2018-2022) y el santismo (2010-2018).

Petro, líder de la oposición al uribismo, ha conseguido en los últimos cuatro años tejer una heterogénea coalición de izquierda, atrayendo a líderes desencantados del centro y canalizando las demandas ciudadanas que impulsaron los movimientos y estallidos populares entre 2019 y 2021. Esta amplia coalición (el Pacto Histórico) reúne a fuerzas políticas diversas y a movimientos sociales, algunos con especial tirón popular, como la de la carismática Francia Márquez. Habrá que estar atentos sobre esta relación, pues Márquez tiene su propia agenda, es una líder potente y ambiciosa y si bien ha mandado mensajes de concordia también ha mostrado rasgos de sectarismo, como cuando calificó de “neoliberales” (un insulto en la izquierda) a los dirigentes del Partido Liberal, un potencial aliado en la segunda vuelta y en el gobierno. Además, Petro ha conseguido ampliar su espectro y encarnar las aspiraciones y las demandas de quienes salieron a la calle a protestar en 2019 y 2021, captando el respaldo de centristas descontentos como Alejandro Gaviria o José Antonio Ocampo. A sus filas se incorporaron sectores de los partidos tradicionales, como el del liberal Luis Fernando Velasco, y políticos disidentes, expertos en el manejo de redes clientelares, como el senador Roy Barreras.

El deseo de cambio no fue monopolio de Petro, quien tuvo en Hernández un rival inesperado. El ex alcalde de Bucaramanga encarna un fenómeno político presente en muchos países de la región. Líderes de mensaje populista y rasgos populacheros (utilización de un lenguaje directo, malsonante y políticamente incorrecto), que no sólo los aleja de la elite política tradicional sino que también los acerca a la forma de expresarse, pensar y actuar de los sectores populares que canalizan el descontento social. Esta forma de hacer política se alimenta y crece en las redes sociales (conecta bien con sectores jóvenes que rechazan la política y se manejan en Internet, TikTok, Instagram etc). El cóctel reúne algunas características del “estilo Trump” y sigue los pasos de otros liderazgos (Nayib Bukele y Jair Bolsonaro) en su apego a las redes sociales para trasladar un mensaje sencillo –reducido al eslogan “No robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad”– y monotemático (rechazo visceral a la clase política y a la corrupción –la “ladronera”–). Estas características le sirvieron para ser segundo, con casi un tercio de los votos, desplazando a candidatos más serios (“Fico” Gutiérrez), pero fueron insuficientes en la segunda vuelta. Consciente de sus limitaciones en cuanto a oratoria y conocimientos técnicos, Hernández no se atrevió a debatir con Petro, sin salir de su zona de confort de las redes sociales.

Las elecciones colombianas en el contexto latinoamericano

Las elecciones colombianas se han dado dentro de un marco latinoamericano más amplio, con el que tiene puntos en común. Los resultados fueron similares a lo que ocurre a escala regional: predominio de triunfos de fuerzas y candidatos opositores y de partidos y líderes de la izquierda. De las últimas 14 elecciones presidenciales realizadas en América Latina, en 13 triunfó la oposición y sólo en Nicaragua el oficialismo (gracias al fraude). En cinco ganó el centroderecha (sobre todo en 2019) y en las restantes las diferentes opciones de la heterogénea izquierda regional. Un abanico que va de posiciones más centradas (Luis Abinader) a otras abiertamente autoritarias (Nicolás Maduro y Daniel Ortega) o aquellas que buscan construir una hegemonía política excluyente (el MAS boliviano), pasando por una amplia muestra de tendencias populistas (López Obrador y el kirchnerismo), pseudocomunistas (el partido que apoyó a Pedro Castillo) y de la nueva izquierda (Boric y Petro) junto a otras difícilmente clasificables (Xiomara Castro) (véase la Figura 1).

Elección

Victoria opositora

Victoria oficialista

Triunfo de la derecha

Triunfo de la izquierda

El Salvador (2019)

X

X

Panamá (2019)

X

X

Guatemala (2019)

X

X

Uruguay (2019)

X

X

Argentina (2019)

X

X

Bolivia (2020)

X

X

República Dominicana (2020)

X

X

Ecuador (2021)

X

X

Perú (2021)

X

X

Honduras (2021)

X

X

Nicaragua (2021)

X

X

Chile (2021)

X

X

Costa Rica (2022)

X

X

Colombia (2022)

X

X

Figura 1. América Latina: voto de castigo y “giro a la izquierda”, 2019-2022. Fuente: elaboración propia.

Las izquierdas latinoamericanas viven un momento de euforia por las victorias de Boric en Chile y Petro en Colombia, que se unen a Castillo en Perú y Castro en Honduras. Mientras, se aguarda el regreso de “Lula” da Silva en Brasil. Parece perfilarse un nuevo “giro a la izquierda” regional (una nueva “marea rosa”). López Obrador calificó de “hecho histórico” el triunfo de Petro, “porque no estamos hablando de cualquier cosa; estamos hablando de siglos de dominación de grupos que no les importaba en realidad el pueblo y estamos ante la posibilidad de inaugurar una etapa nueva de una auténtica democracia, un gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo”.

Este sueño de reeditar un nuevo “giro a la izquierda” no sólo confunde lo coyuntural con lo estructural, sino también insiste en un análisis simplista. Desde 2015 no hay giros hacia la derecha (2015-2018) o hacia la izquierda (2019-2022) sino un permanente y mayoritario (con excepciones) voto de castigo a las elites y a los oficialismos. La bonanza económica (2003 a 2013) desembocó en un deterioro social y un incremento del malestar ciudadano, traducido en un voto de castigo a los partidos y presidentes en el poder. Así, acabaron largos períodos de hegemonía política del kirchnerismo en Argentina (2015), del PT en Brasil (2018) y del frenteamplismo en Uruguay y del FMLN en El Salvador (2019). El voto de castigo golpeó entonces a un conjunto heterogéneo de gobiernos de izquierda, que ocupaban y hegemonizaban el poder desde comienzos del siglo XXI.

En la actual coyuntura se repite el castigo al oficialismo –ahora mayoritariamente de centroderecha y derecha–, debido a las mismas causas: la economía regional no ha salido de su parálisis (2013-2019) y ha visto acentuar sus desequilibrios (en 2020 por los efectos de la pandemia y en 2022 por las tensiones inflacionarias tras el rebote de 2021 y la guerra en Ucrania). El mal momento económico provoca un incremento de la pobreza (ya supera el 33% de media regional) y de falta de expectativas para una pauperizada clase media. El resultado político es el voto de castigo ampliado: no sólo a quienes están en el gobierno (la derecha de Piñera en Chile, el Partido Nacional en Honduras y el uribismo en Colombia) sino a la clase política tradicional. De hecho, en Chile y en Colombia la segunda vuelta se dio entre dos candidatos y coaliciones ajenos a las que se habían alternado en el poder (Boric y Petro) o de fuera del sistema de partidos tradicionales (José Antonio Kast y Hernández).

El voto de castigo es heterogéneo. En Costa Rica, donde no venció la izquierda, el ganador (Rodrigo Chaves) desplazó del poder al partido que gobernaba desde 2014 y derrotó a la fuerza hegemónica desde 1949, ambas de centroizquierda. Además, las izquierdas, que en el anterior “giro” ya eran muy disímiles (en ese espacio convivían Hugo Chávez, Lula y Bachelet), vuelven a serlo ahora. Entre López Obrador, Boric y Petro existen diferencias generacionales, de estilo y de trayectoria vital, así como de las fuerzas que los apoyan.

La falta de viento de cola en lo económico y la crisis de gobernabilidad en la región, con gobiernos sin mayoría en el Parlamento y serias dificultades para conformar alianzas por la fragmentación y polarización políticas, inducen a pensar que el electorado –atrapado en un bucle de descontento permanente– va a seguir ejerciendo un voto de castigo a partidos y elites, hijo de la frustración de expectativas y la incapacidad del sistema para encontrar soluciones.

Las esperanzas y revolución de expectativas que acompañan a Boric o Petro acaban siendo tan volátiles como el propio castigo que oscila entre izquierda y derecha cada cuatro o cinco años. Un voto bronca que, por ahora, no alcanza al sistema y a las instituciones democráticas, si bien ya hay ejemplos de gobiernos crecientemente iliberales y con tentaciones populistas.

Petro presidente

La victoria de Petro en la segunda vuelta ha sido acogida con esperanza por la izquierda y con cierta prevención (incluso temor) por quienes están en las antípodas políticas o ideológicas. Más allá de visiones fuertemente ideologizadas o de posturas voluntaristas todo apunta a un futuro gobierno más posibilista que sectario, más moderado que radical y más cercano a la “socialdemocracia” que a un hipotético “castrochavismo”. Un Petro más en la línea de la nueva izquierda regional, que encarna Boric, que a posiciones más próximas al anterior “giro a la izquierda”. El posicionamiento de Petro dentro de un ámbito más moderado se concreta en una triple estrategia articulada en “una actitud Mandela” (conciliadora) en su discurso de celebración de la victoria, en un deseo de seguir la “línea Boric” (de moderación y diálogo) y en la conformación de un círculo de confianza que recuerda, en cierto sentido, al “equipo de rivales de Lincoln”, llamando a su gabinete a figuras de centro y con experiencia.

Primero, el tono de su discurso, tras ganar las elecciones, fue un llamamiento a la convivencia, la moderación, la integración y unidad nacional al “estilo Mandela”, consciente de que recibió el 50% de los votos, pero que el 47% no confió en él. Su mensaje incidió en la conciliación, ya que “no es un cambio para vengarnos, para construir más odios, no es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana”, y tendió la mano a todas las fuerzas políticas desde su rival en los comicios (Hernández) hasta su histórico enemigo político, el uribismo. De hecho, Petro ha invitado al ex presidente Uribe –y este ha aceptado– a dialogar sobre la posibilidad de alcanzar un gran pacto nacional y dar estabilidad al país.

Segundo, Petro es un hombre de amplia experiencia, que sabe lo que es gobernar con crispación y polarización (cuando fue alcalde de Bogotá de 2012 a 2015), una experiencia que no querrá repetir. Además, conoce el vecindario y cómo la radicalidad conduce a la ingobernabilidad (Perú), mientras que la moderación (Boric) abre senderos aunque sin garantizar el entendimiento. El riesgo de que Petro se radicalice y apele a la movilización social frente a las instituciones existe, pero por ahora el camino parece ser otro. Si Boric alertó cuando tomó posesión de que sólo son posibles las reformas si se asegura la gobernabilidad, Petro ha apuntado a que sin crecimiento económico no habrá reformas sociales.

Tercero, la moderación se deja traslucir en la elección de ciertas figuras para apoyar su gobierno. Es cierto que habrá un gabinete será heterogéneo, con referentes más a la izquierda (la vicepresidenta Márquez), pero los puestos clave serán ocupados por políticos moderados, de prestigio y experiencia. Para dirigir el área económica suenan nombres como Rudolf Hommes, que ocupó la cartera con César Gaviria, el exministro José Antonio Ocampo, que asesoró a Sergio Fajardo, de la Coalición Centro Esperanza, y el ex rector de la Universidad de los Andes Alejandro Gaviria, precandidato del Centro Esperanza, que se adhirió posteriormente a la campaña de Petro. Incluso ha confirmado como futuro canciller a un conservador (Álvaro Leyva Durán).

La gobernabilidad

Las nuevas izquierdas regionales gobiernan, a diferencia del anterior “giro”, sin viento de cola económico y sin control sobre los legislativos. El principal problema que afrontará Petro pasa por garantizar la gobernabilidad en un panorama marcado por la falta de mayoría en el legislativo, alta fragmentación y polarización visible en la campaña de 2022. Convivirá con un legislativo dividido, donde el gobierno no tiene mayoría y afronta dificultades para consolidarlas a largo plazo, ya que la polarización complica conformar mayorías. La decisión del Partido Liberal, del expresidente Gaviria, y de la Alianza Verde, de apoyar al futuro gobierno le da prácticamente la mayoría absoluta en ambas cámaras (hay otros partidos que todavía se pueden decantar en la misma dirección) al contar con una sólida base parlamentaria, si bien las divisiones en el liberalismo, entre quienes apoyan a Petro y quienes no, harán muy volátil esta alianza.

Tras estos movimientos de liberales y verdes, Petro tiene garantizado a corto plazo el control de ambas cámaras. En el Senado tendrá 20 senadores del Pacto, 14 liberales, 13 “verdes”, cinco Comunes y dos indígenas: en total 54 escaños, justo la mitad del Senado. En la Cámara de Representantes (188 escaños), Petro tiene cerca de 95 representantes, a la espera de que la cifra se incremente si el Partido de la U (centro) y el Conservador ratifican que son parte del oficialismo.

El contexto económico, al menos a corto plazo, favorece a Petro. Colombia será la economía regional de mayor crecimiento en 2022, según la OCDE. Se prevé que el PIB nacional crezca un 6,1% en 2022 y un 2,3% en 2023. Si bien el dato es positivo, es frágil y de corto alcance. Frágil al ser lastrado por el crecimiento de la inflación, próxima al 9,2%. Y de corto alcance, porque la economía continúa su ajuste luego de la recesión de 2020, cuando cayó un 7%, en un entorno internacional de perspectivas negativas.

Petro tendrá que gestionar deseos desmedidos. La población le votó porque creyó en su mensaje de cambio, por un gobierno que combata la corrupción, cambie la matriz económica y productiva y se comprometa a reducir la pobreza, que ronda el 40% de la población. Sin embargo, Petro va a carecer de fuerza política y espacio fiscal para cumplir con sus promesas y deberá desplegar una capacidad pedagógica para bajar las expectativas. Recibe un país con alto déficit fiscal, pobreza elevada y desempleo en torno al 12%. Alrededor de 19,6 millones de colombianos viven con un ingreso mensual de 350.000 pesos colombianos, unos 89 dólares.

Petro ha prometido cambios profundos en el modelo económico, con reformas estructurales para corregir las desigualdades y un crecimiento más amigable con el medio ambiente. La transición energética para afrontar el cambio climático incluye una propuesta de detener la exploración petrolera, la principal fuente exportadora (3,3% del PIB). Sin embargo, sin los ingresos petroleros será difícil conseguir recursos para cumplir con sus promesas de reforzar la sanidad pública y la educación. Al mismo tiempo, sus propuestas contemplan una reforma tributaria que acabe con las exenciones y un incremento del gasto público para atender las necesidades sociales. El problema de su reforma fiscal es que se centra en gravar a las 4.000 personas más ricas del país, una propuesta que ya mostró sus limitaciones en otros países de la región.

Ambas iniciativas (la antiextractivista y la fiscal) crean un ambiente de inseguridad jurídica: la caída de las acciones de Ecopetrol ejemplifica esta situación. La paradoja es que su proyecto bandera, la economía verde, necesita del concurso de un empresariado que desconfía e incluso teme sus propuestas. Para cumplir las metas ambientales, Colombia debe tener estabilidad económica y un sector privado dispuesto a invertir, a comprar bonos de carbono y formar comunidades de investigación con universidades y ambientalistas.

En lo referente a la paz y seguridad, Petro tratará de sacar de su actual estancamiento los Acuerdos de Paz con las FARC y retomar el diálogo con el ELN. Si en el primer caso hay un consenso para culminar los acuerdos de 2016, la sociedad y la clase política están más divididas ante el ELN, un grupo guerrillero y narcoterrorista que ha seguido secuestrando y cometiendo atentados. En cuanto a la seguridad, el principal reto pasa por el desafío que representa el Clan del Golfo y la decena de otros grupos armados que controlan territorios y rutas de tráfico de drogas y otros mercados ilegales, algunos aliados con cárteles mexicanos.

La inserción internacional

El predominio de presidentes de las diferentes izquierdas y los vínculos de afinidad y amistad entre Petro y Boric han provocado que muchos analistas crean llegada una nueva oportunidad para impulsar la integración regional, situando a Petro (como en marzo hacían con Boric) como una figura capaz de convertirse en un referente y líder regional.

Sin embargo, esta posibilidad enfrenta varios obstáculos. Primero, la historia reciente demuestra que los proyectos de integración basados en la ideología y el liderazgo personal son efímeros y más en tiempos como los actuales, con vaivenes electorales constantes. Salvo la CELAC, la mayoría de los proyectos de integración nacidos en la primera década del siglo XXI han desaparecido (UNASUR) o están en situación de parálisis (ALBA) tras la muerte de Hugo Chávez y la desaparición del respaldo financiero venezolano. De forma similar agoniza el PROSUR, el proyecto estrella del “giro a la derecha” (2015-2019). Que el nuevo impulso integracionista se base en la comunidad ideológica regional y en la amistad entre Boric y Petro no garantiza su consolidación en el tiempo, ya que cuando ha habido otros momentos de una casi general homogeneidad ideológica la integración no ha avanzado e incluso ha habido más problemas bilaterales que nunca.

Segundo, los deseos integracionistas de Petro y Boric expresados en sus discursos (el colombiano ha llegado a hablar de que trabajará para formar “una sola América”) chocan con una realidad compleja. Si bien esa apuesta se amolda a la estrategia de López Obrador y seguramente a la de “Lula” da Silva (posible próximo presidente de Brasil a partir del enero), los problemas internos y las dificultades que encontrará el nuevo gobierno, junto con la complicada situación económica y social, le impedirán a “Lula” tener la suficiente autonomía y dedicación a temas internacionales. Lo mismo que le está ocurriendo a Boric y le puede pasar a Petro, probablemente le pase a “Lula” si es elegido.

De momento, Petro ha seguido en asuntos exteriores la misma línea de moderación y concordia que en el ámbito interno. Ha mostrado una fluida relación con EEUU y la Administración Biden y ha tendido puentes con Maduro, con su compromiso para normalizar el vínculo con Caracas. Petro habló por teléfono con Biden, quien, según la Casa Blanca, elogió al pueblo colombiano “por la celebración de elecciones libres y justas” y ratificó el apoyo a Colombia, históricamente su socio más importante en América del Sur y “aliado principal” de la OTAN. Queda como gran interrogante la posición de Petro respecto a China, cuyo papel inversor se ha incrementado significativamente en el último lustro.

Uno de los mayores cambios en política exterior será en la relación con Venezuela. Petro ya ha anunciado la reapertura de las fronteras una vez se posesione el 7 de agosto. Además, ha continuado con sus críticas a la dictadura de Ortega (“quienes están presos en Nicaragua, y aquí ya me meto otra vez en camisa de once varas, son los que hicieron la revolución contra Somoza”) y habrá que ver cómo gestiona la relación con Cuba que se prevé buena y cercana (La Habana calificó de “histórica victoria popular” su triunfo).

Conclusiones

Las elecciones en Colombia han servido en primer lugar para ratificar la fortaleza de la democracia. Si bien en diferentes momentos de la campaña, tanto en la derecha (la uribista María Fernanda Cabal) como en la izquierda (el propio Petro) se sembraron dudas sobre el funcionamiento y la fiabilidad de las instituciones electorales, la Registraduría ejerció su labor de forma eficaz y transparente. Las instituciones, pese a sus problemas, funcionaron y fueron una garantía (como en tiempos de Uribe cuando se buscó una tercera elección) frente a posibles derivas contrarias a la institucionalidad y la constitucionalidad. Esto reduce los temores sobre una deriva hacia el modelo venezolano. Petro no es ni Chávez ni Maduro, ni tiene los recursos del primero ni es tan autoritario como el segundo.

El gran problema de Petro es el de la gobernabilidad, aunque ha logrado la mayoría en ambas cámaras del Parlamento. Su principal tarea será mantener la unidad de su heterogénea coalición y retener el respaldo de las fuerzas tradicionales que comienzan a apoyarle, como el Partido Liberal y la Alianza Verde. Este apoyo no es incondicional y puede ser volátil, dependiendo de la deriva y la acción de su gobierno. En el Partido Liberal no hay una postura unitaria respecto al apoyo a Petro (más complicada será la relación con la vicepresidenta).

No va a ser fácil tampoco la convivencia al interior del heterogéneo Pacto Histórico, ni entre ese conglomerado y las fuerzas políticas de centro, como tampoco será sencillo despejar la desconfianza de las elites económicas y sociales (el “establecimiento”), que ven con prevención (algunos incluso con temor) a Petro y sus reformas. Eludir la profecía autocumplida de un Petro radicalizado y una oposición feroz y obstruccionista requiere generosidad por ambas partes, capacidad de sacrificio y pedagogía política. Por ahora eso parece existir, como prueba de que Uribe haya aceptado dialogar con su enemigo político, que también le ha tendido la mano. Sólo cabe esperar que no sean momentáneos actos para la galería que legitimen una futura ruptura que dé paso a una oposición “tenaz y berraca”.

Junto a la gobernabilidad el otro reto será la capacidad de Petro de canalizar la frustración social y responder al deseo generalizado de cambio. Petro se enfrenta a una “revolución de expectativas” difícil de cumplir. La dinámica regional muestra el rápido deterioro de la popularidad presidencial (en tres meses las encuestas reflejan una gran caída en el apoyo a Boric), origen –junto a la presión inflacionaria– de movilizaciones y protestas sociales (como los indígenas en Ecuador y los camioneros en Perú) que amenazan la estabilidad y la gobernabilidad de los gobiernos y reducen su margen de acción. La legitimidad de origen, producto de la victoria electoral, se evapora con rapidez en medio de la fragmentación (incapacidad para diseñar un proyecto-país consensuado como en Chile con la reforma de la Constitución), la polarización y un entorno económico de endeble crecimiento que empeora el acumulado malestar social.

7 de julio 2022

elcano

https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/elecciones-en-colombia-de-l...

 25 min


Jesús Elorza G.

En todas las instalaciones deportivas del país, atletas, entrenadores y dirigentes se hacían las mismas preguntas ¿Cómo pasó esto? ¿No puede ser? ¿Vamos a seguir siendo segundones?, ¿Cómo explicar que Colombia casi nos triplica en medallas de oro (171 a 61)? ¿Quiénes son los responsables de este fracaso? ¿No y que éramos Potencia Deportiva? ¿Generación de Oro? ¿Venezuela se arregló?... y lo más grave es que ninguna autoridad daba respuesta sobre la actuación del país en los recién finalizados XIX juegos Deportivos Bolivarianos de Valledupar.

-Un entrenador caminaba de un lado a otro expresando: No puede ser, no puede ser. No logro entender como después de más de cuatro décadas, 48 años para ser más exactos (1961-2009), siendo campeones de estos juegos, ahora Colombia nos tiene jodidos desde al año 2013.

-Otro entrenador intervino para agregar que, en esos 48 años Colombia era el segundón detrás de nosotros y ahora el papel se invirtió. De la IV edición a la XVI ocupamos el primer lugar y en los últimos nueve años nada que ver. En Valledupar, fuimos superados en medallas al obtener solamente 61 de Oro, 69 de Plata y 78 de Bronce y nuestro principal rival obtuvo 171 Oro, 104 Plata y 79 Bronce, quedando así una diferencia en el total de 146 medallas a favor de los colombianos. En las estadísticas de los deportes, el resultado es más dramático: De 45 eventos solamente pudimos conquistar el primer lugar en 3 deportes (Esgrima, Judo y Lucha) lo que vendría a representar un ínfimo 3% de rendimiento contra un 93% en contra.

-Tratando de contribuir en la búsqueda de explicaciones a lo ocurrido, un atleta intervino para decir que considera la suspensión de los Juegos Nacionales como una de las causas fundamentales de esta nueva derrota. Puesto que los juegos eran y siguen siendo el evento principal para la incorporación de nuevos valores atléticos a la conformación de nuestras selecciones nacionales, para la participación en los Ciclos Olímpicos.

-Un dirigente interrumpió, para darle la razón al joven atleta. Si prestan atención, la suspensión de los juegos por nueve años coincide plenamente con el desplazamiento de nuestro país del primer lugar en los Juegos Bolivarianos. Los Nacionales fueron suspendidos en el 2013 y ese año perdimos la supremacía en los bolivarianos. Volvimos a perder en el 2017 y para esa fecha los juegos nacionales seguían suspendidos y este año Colombia nos volvió a ganar y los juegos siguen suspendidos.

Algunos dirán que este año se realizaron los nacionales, lo cual es cierto, pero hay que decir que lo realizado fue una “parodia” o un engaño populista para tratar de tapar la incapacidad e incompetencia de las autoridades deportivas del régimen: ninguna de las Direcciones de Deporte del país contaba con recursos presupuestarios para la preparación y participación de los atletas representativos de sus estados en la parodia gubernamental.

Sumado a esto la multiplicación de las sedes (7 subsedes), lo cual ocasionó insuperables gastos para las delegaciones, los equipos que lograron clasificar en los eventos zonales, posteriormente fueron informados que estaban eliminados y en los deportes individuales les comunicaban que por órdenes del IND debían reducir sus delegaciones.

-Otro dirigente deportivo, intervino para agregar, que se identificaba con lo expuesto como una de las causales de la derrota en los bolivarianos, pero que, se veía en la obligación de agregar la corrupción en los manejos de los dineros públicos asignados al deporte. Todas las Federaciones Deportivas nunca recibieron los presupuestos necesarios para el desarrollo de sus Programas Operativos Anuales (POA), El destino de los recursos del Fondo Nacional del Deporte hasta este momento es desconocido, nadie entrega cuentas del manejo de esa cifra millonaria de bolívares. Las Selecciones Nacionales no tienen el apoyo necesario para sus concentraciones o intercambios y en materia de pasaportes o reserva de vuelos la incompetencia de las autoridades deportivas es manifiesta. Atletas y delegaciones se han quedado varadas porque estos detalles no fueron resueltos. Internacionalmente por las reiteradas ausencias en eventos nos llaman “El país Forfait”. Quedan para la historia como ejemplo de ineptitud gerencial, los casos de la Copa Mundial de Esgrima en Canadá, la inasistencia del Voleibol masculino y femenino a sus compromisos en la Liga Mundial, el Softbol en el XV mundial celebrado en Canadá y el Boxeo que no pudo asistir al clasificatorio para los Juegos Centroamericanos celebrado en México.

Para terminar, solo quiero agregarles que los atletas que conforman nuestros equipos representativos ¡¡¡Carecen de un Programa de Asistencia Integral que les garantice el pago oportuno de sus becas, asistencia médica, estudios, transporte y alimentación!!!

-No olvidemos, expresó uno de los entrenadores “La Diáspora” de atletas y entrenadores que han emigrado para otros países ante la crisis que hoy vive Venezuela y que han conseguido poder trabajar y competir en otras latitudes. Igualmente, con mucha indignación y dolor quiero señalarles que la seguridad social de los trabajadores del sector deportivo obreros, empleados y entrenadores activos y jubilados ha empeorado progresivamente, los contratos colectivos están congelados desde el año 2000, salarios de hambre, no se les reconoce la homologación de las pensiones y jubilaciones, se mantiene cerrada la Escuela de Entrenadores, los seguros HCM que por sus pírricas coberturas, prácticamente los mantienen en condiciones de "condenados a muerte", los manuales clasificadores de cargos no son aplicados y los pasivos laborales duermen el sueño del burócrata, en la larga espera de su cancelación. Salarialmente son discriminados frente a los chulos entrenadores cubanos.

Ahora entendemos, expresaron todos, por qué el Ministro del Deporte en la rueda de prensa antes de los Juegos Bolivarianos, a una pregunta del periodista Irving Guanipa sobre los aspectos informativos de los juegos, lejos de responderle ¡¡¡lo mandó a sacar del salón!!!. Igual ocurrió con Julio Barazarte quien preguntó sobre los pronósticos de medallas y la respuesta del ministro, al estilo dictatorial de Juan Vicente Gómez fue “Chito”, sáquenlo del salón.

A lo largo y ancho del país, quedó claro entre todos los participantes del sector deportivo que. las causales que hacen posible que Colombia nos siga ganando en los juegos bolivarianos, son en primer lugar la corrupción, la incapacidad e incompetencia de las autoridades deportivas del régimen que pretenden tapar sus errores, falta de programas y su desconocimiento de la materia deportiva solo con consignas demagógicas o populistas tales como: Generación de Oro, Somos Potencia Deportiva o Venezuela se arregló. Este régimen es un caso típico de “Cacocracia gubernamental”. Es el caso de los ineptos en el poder. Las cacocracias (los gobiernos de los malos) proliferan en sistemas políticos degradados y caóticos que repelen a los talentosos y les abren paso a los peores ciudadanos, a los menos preparados o a los enchufados.

Superar esta tormenta perfecta de problemas que afectan al deporte, requiere un cambio de gobierno, planes y programas para restituir integralmente los Juegos Nacionales, un programa de Asistencia Social para los atletas y entrenadores, acabar con el flagelo de la corrupción, fortalecer la autonomía del sector deportivo federado, recuperar nuestras instalaciones deportivas, una ley de deporte que limite la dualidad de cargos en las organizaciones, que elimine la reelección indefinida, que prohíba la elección de funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción en la dirigencia deportiva, un acuerdo con el sector universitario para la formación de entrenadores, el manejo transparente del Fondo Nacional del Deporte, la descentralización del programa Deporte para Todos y un presupuesto acorde con las necesidades del sector deportivo.

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Edgard Benarroch

LA OBEDIENCIA

La obediencia es la acción de acatar, respetar y actuar en consecuencia en torno a la voluntad o solicitud de un semejante o de lo que establece una norma como deber legal o convencional. Es una actitud responsable de colaboración y participación que constituyen elementos muy importantes para la sana convivencia.

La obediencia se produce por muchas y variadas razones, en términos muy simplistas me atrevo a señalar tres: por amor, por respeto y por temor. La obediencia por amor tiene su mejor expresión en nuestra relación con Dios de quién aceptamos su voluntad con felicidad y resignación, es la más elevada y sublime.

También está el acato y consideración con el prójimo a quien debemos amar como así mismo. Se entiende que la relación de amor con el prójimo es de reciprocidad, él me ama y yo lo amo y es sobreentendido que la orden o acotación no violenta normas morales, éticas o de sana convivencia, mientras que la obediencia al llamado de la Patria se produce por nuestra identidad afectiva y que responde a nuestra formación, principios y valores.

La obediencia por respeto es atendida de buena o mala gana, simplemente quien imparte la orden tiene mi acato y consideración. También puede ser lo establecido en una norma legal o convencional de obligatorio cumplimiento. En muchos de estos casos escuchamos o leemos el requerimiento pero no le "paramos" como popularmente se dice, ello no es obediencia puesto que no actuamos en consecuencia.

Además es bueno recordar que nadie está obligado a cumplir y obedecer órdenes contrarias a la Constitución o a la ley o que atente contra nuestra dignidad de ser humano o contra la del prójimo. La consideración y el respeto llegan hasta la línea que divide lo adecuado y normal de lo impropio e irregular.

La obediencia por temor nace por lo común de la amenaza, la coacción, la tortura física o psicológica y por la presunción que si no acatamos la disposición recibiremos inclemencia y maltratos. Es una relación exasperante por que coloca al interlocutor en un estado de inferioridad inadmisible, vulnera los Derechos Humanos internacionalmente consagrados, humilla y desconoce la dignidad del ser humano

La obediencia que le debemos al llamado de la Patria viene del alma del ciudadano que produce un elevado sentimiento de aprecio, reconocimiento y apego a la tierra que nos vio nacer o que hicimos propia. Este sentir nace casi de forma inconsciente y sin que nuestra voluntad lo procese. La convivencia social, nuestro desenvolvimiento, nuestra convicción, principios y valores van profundizando la querencia a la patria. Es y debe ser una obediencia por infinito amor.

Ahora bien, por amor a la Patria contraemos deberes insoslayables y uno de ellos es escucharla y obedecer su llamado. Todos estamos obligados a ello, pero aún más los que hacen vida pública en lo político, económico, social o cultural. Estamos pues, por amor a la Patria, obligados a obedecer su reclamo y mandato que en este tiempo menguado es de UNIÓN Y ORGANIZACIÓN. La Patria a gritos nos pide que apartemos los intereses sectoriales que por muy valerosos que sean nunca están por encima de su interés. Si se proclama a diario que los intereses del país son superiores, debemos actuar en consecuencia y estar a la altura del inmenso desafío que esta hora nos presenta.

UNIÓN, organización y acción son los elementos vitales para la reconquista del entusiasmo y confianza populares y poder superar esta dramática y dolorosa situación que confrontamos. También debemos tenerlas presentes parar afrontar el abrumador, delicado y apasionante deber de la reconstrucción nacional.No será tarea fácil pero entre todos lo lograremos. Tenemos como.

8 de julio 2022

EL COMUNISMO

El comunismo es una doctrina política, económica y social en la que no se contempla la propiedad privada y propugna una igualdad de clases, los medios de producción están todos controlados por el Estado que distribuye los bienes a su antojo. Plantea el llamado "determinismo histórico" que consiste en que la sociedad fatalmente llegará al comunismo por la dinámica social.

Estratégicamente empiezan por localizar la crisis y profundizarla; donde no existe la crean. En medio del desastre te ofrecen soluciones de igualdad, soberanía y lucha contra quienes son culpables de tu malestar. Más adelante cuando se instalan en el poder, recurriendo a cualquier medio: la mentira, la guerra de guerrillas, la insurrección, la demagogia, el populismo, la negación de lo que son etc. etc., dividen la sociedad en explotadores y explotados. Los primeros son los dueños o clase gerencial de las industrias y comercios -altos, medianos o modestos-, los segundos son el pueblo trabajador que recibe una remuneración por su prestación de servicio.

Luego desde el Estado se realiza una campaña para convencerte de la necesidad de revelarte contra tu explotador que te tiene vilmente como esclavo y así nace lo que ellos llaman "la lucha de clases": oprimidos contra opresores. Siempre triunfan los oprimidos e instalan la "dictadura del proletariado". A todas estas el Estado a expropiado por la vía de la confiscación sin contraprestación alguna, a todos de todo, nadie es dueño de nada y todo está en manos del Estado. Quien tenía algún bien en propiedad le fue confiscado y quien no tenía algo no podrá tenerlo.

No existe ningún país en el mundo donde este sistema se traduzca en felicidad, prosperidad y bienestar del pueblo; al contrario, se agudizan los sufrimientos y se agrava toda la economía y sociedad con el drama que también te arrebatan la libertad y solo importas en la medida que estés en condiciones de producir lo que el Estado te ordena. Evidentemente un desconocimiento bestial de tu dignidad como persona humana.

Al desconocer tu dignidad pasas a ser una masa ósea cubierta de carne, apta para asumir la tarea que el Estado te indique. No existen valores ni principios más allá de lo terrenal. Eres una pieza más del engranaje que mueve la maquinaria del Estado. Los limitados derechos que tienes son los que el régimen te reconoce y siempre todo en función de los dictámenes de la "Nomemklatura" que es la clase privilegiada y dominante que maneja todos los hilos del poder. Para ellos hay de todo, hasta para satisfacer los gustos más exquisitos y disfrutar de los mejores manjares y mansiones como vivienda, mientras al pueblo solo le corresponde atender su alimentación de acuerdo a lo previsto en la boleta de racionamiento.

Expandir la pobreza que llega al estado de miseria para manejar al ciudadano por el estomago y por sus necesidades fundamentales, es práctica diaria del comunismo. El Estado es quien te da alimentación, educación y atención a tu salud. No eres dueño ni siquiera de ti, tu amo y propietario es el Estado.

Ante la irrebatible historia y los hechos, los comunistas se han visto obligados a algunas revisiones en lo material (Eurocomunismo, nacido a inicios de la década de los setenta del siglo pasado en Italia, Francia, Portugal y España), el reconocimiento a lo sobrenatural sigue proscrito y perseguido. Como para el comunismo no existe alma ni espíritu, el ser humano solo es materia y por lo tanto quienes abordan el tema más allá de lo orgánico y físico son calificados de farsantes y como tal perseguidos, encarcelamos y hasta asesinados en nombre de la revolución. Bien lo dijo Carlos Marx: " La religión es el opio de los pueblos" .

Para bien de la humanidad son muy pocos los pueblos sojuzgados por este siniestro régimen que se sostiene con un fuerte y criminal control que el gobernante mantiene sobre la totalidad de la ciudadanía; cada manzana, cada cuadra tiene un caporal que vigila día y noche a quienes tiene en su zona y da cuenta al Estado de todos los movimientos. Tú no sabes si tu amigo lo es de verdad o es quien te vigila. Ello va sembrando desconfianza generalizada y crea una sociedad donde no se puede coexistir con armonía, donde hasta la posibilidad de soñar la pierdes y menos aún si logras soñar ver realizado tu sueño.

Contra esta deshumanización es nuestra lucha que nunca termina, la tarea por la libertad, la justicia, la paz y la dignidad de la persona humana es de atención diaria y para y por siempre. El gran escudo para proteger los principios y valores humanos es la formación y la información. Estemos siempre atentos porque todos los días hay acechanzas.

A quienes se definen como comunistas o creen en esos principios, es bueno recomendarles, como dice Mario Vargas Llosa, que " disfruten" de la abundancia de bienes y del salario venezolanos y cubanos, de la justicia China y de la libertad de Corea del Norte.

8 de julio 2022

CARENCIA DE EDUCACIÓN

La educación es un proceso que equipa al individuo para un buen desenvolvimiento social. Con la educación desarrollamos capacidad intelectual, moral y afectiva de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia del conglomerado al que pertenecemos. La educación es más amplia que la formación, con la que no debemos confundir, pues ella, la formación, es el nivel de conocimientos que una persona posee sobre determinadas materias. Con la educación también adquirimos destreza y moldeamos nuestra conducta para actuar con decencia y respeto. También nos prepara para atender los distintos y variados eventos que la vida nos presenta.

Siendo la educación fundamental en el ser humano, la gente tiene el derecho de recibirla y el deber de transmitirla. El buen educado se desarrolla con decencia y respeto que son elementos esenciales para la sana convivencia en sociedad. Todos estamos en la obligación de ser educados, más aún aquellos que se transforman en modelo para pocos o para muchos. Cuando el modelo es público la exigencia es mayor, es todo el pueblo que lo observa y con quien convive.

El comportamiento que el señor Maduro, como Presidente de la República, usurpada o no, tiene, es contrario a un ser educado y provoca un inmenso malestar y repulsión. La chabacanería, la insolencia y grosería, la falta de respeto y consideración y en fin todo lo contrario a un buen ciudadano son características de su diario actuar. Entiendo que el momento lo exaspera y perturba, pero es inadmisible que la salida de casillas lo lleve a la vulgaridad cuando le habla al país. En momentos difíciles es cuando mayor dominio y reciedumbre se requiere, pero este señor carece del temple y formación necesarios para enfrentar con decencia los eventos que no le son gratos.

En ningún ciudadano es admisible la falta de educación más aún en quienes tienen las riendas de la conducción del país en sus manos. En su condición de usurpador le ha proferido cualquier cantidad de epítetos y calificativos de la peor factura a respetables dignatarios de Europa, América y el mundo que se han manifestado por no reconocer su legitimidad. Él cree que el comportamiento público de Chávez, nunca visto en Presidente alguno, cargado de indecencias, groserías y vulgaridades es la manera de comportarse en política. Ambos de frágil personalidad, Chávez se dejó manejar y manipular por Fidel Castro que lo hizo a su manera, antojo y beneficio y Maduro continúa bajo la grosera tutela del oprobioso régimen cubano.

Para el país es vergonzoso haber tenido como Presidente a ambos. Todavía hay quienes se preguntan cómo es posible que el pueblo venezolano los eligiera.

Hace algunos años, era Presidente de Argentina Juan Domingo Perón, le preguntaron al insigne y bien recordando poeta Jorge Luis Borges que opinaba de su Presidente y respondió: "TRAGICÓMICO"; tragedia en Argentina y cómica en el extranjero.

Esta calificación es perfectamente aplicable a quienes en las últimas dos décadas nos han gobernado. Inmensa tragedia para la nación entera y vergonzosa cómica en el exterior. Hasta el Rey de España, hoy emérito, le gritó a Chávez en una reunión de dignatarios, "Por qué no te callas". Lo hizo cansado del abuso, la grosería y la burla que eran verdaderamente insoportables e intolerables. Uslar Pietri, cuando consultaron su opinión sobre Chávez, aún no era Presidente, dijo: "De una ignorancia delirante, Dios cuide a Venezuela ".

Afortunadamente creo estamos a corto tiempo de un desenlace que marque el inicio de una nueva Venezuela. Debemos insistir en lo que venimos haciendo y corregirlo para mejorarlo. Vamos a dejar la larga y obscura noche en que nos encontramos para ver la esplendorosa luz del amanecer cargado de esperanza y optimismo y todos UNIRNOS para acometer la difícil y ardua pero apasionante tarea que nos demanda la nueva Venezuela.

8 de julio 2022

COMO DIOS MANDA

Una persona normal y consciente se desenvuelve en la vida con respeto, educación, compromiso y solidaridad. El respeto a las convenciones sociales, morales y al prójimo es fundamental para la convivencia social sana. La educación es la que logra la adquisición de habilidades, conocimientos y ampliación de nuestros horizontes personales. El compromiso es la obligación que contraemos o un acuerdo formal al que llegan dos o más partes en función del logro de un objetivo y la solidaridad es el sentimiento y la actitud que se asumen en la búsqueda de metas o intereses comunes; se refiere a ayudar sin recibir nada a cambio, se refiere también a los lazos que unen a los miembros de una sociedad entre sí, es coadyuvar en la solución del problema que confronta el prójimo, es una manera de practicar la caridad.

Como se puede observar todo gira en torno al hombre que es la esencia de la célula fundamental de la sociedad como lo es la familia unida por consanguinidad, afinidad o afectividad. Dicho esto podemos afirmar que si queremos ayudar al de abajo, la tarea es esforzarnos en ello y no emplearnos en bajar a quien está arriba, que sería, además de erróneo, malévolo.

No debemos ayudar a los pobres destruyendo a quienes no lo son, no podemos fortalecer al débil debilitando al fuerte, no se logra la propiedad desestimando el ahorro, no se ayuda al asalariado destruyendo a quien lo contrata, no se promueve la fraternidad incitando al odio, no se ayuda a la persona haciendo lo que ella debe hacer, a menos que no pueda por incapacidad física o mental o por un mal mayor, no se logra carácter y valor eliminando la iniciativa e independencia, no se logra La paz incitando al odio o al enfrentamiento irracional como la lucha de clases.

La obscuridad se combate con luz no con más obscuridad. La candela se sofoca y extingue con agua no con leña. Debemos ser luz donde hay obscuridad y agua donde hay candela. Nacimos para integrarnos en sociedad de afines y entender que los objetivos de la comunidad son superiores a los nuestros y en función de alcanzar aquellos debemos actuar.

Nuestro sentimiento más arraigado debe ser el de servicio; servicio a Dios, a la Republica, a la comunidad donde nos desenvolvemos, a la familia y por supuesto a nosotros mismos. La emoción que invade el alma de quién sirve cuando ve que con su intervención se soluciona un problema, es inmensa. Sirvamos antes de servirnos.

En este orden de ideas, los cristianos estamos bastante comprometidos a comportarnos de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, en buena parte contenidas en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. El enviado vino a la tierra a predicar el amor no el odio, a ser solidario y no indiferente, a privilegiar las necesidades de los pobres y débiles, a luchar por la justicia y no por la parcialidad, a invitarnos a luchar incesantemente por la búsqueda del Bien Común y a mantener fe, esperanza y caridad. Seamos auténticos y actuemos como Dios manda.

8 de julio 2022

EL “SÚPER BIGOTE”

¿A quién se le ocurre en un desfile militar, para conmemorar un aniversario de la declaración de independencia de un país, presentar como parte protagónica del mismo a un muñeco gigante inflable y lucirlo en todo su trayecto como acto heroico? Pues a este régimen que por desgracia tenemos.

Como vimos, en el desfile militar, realizado en el Paseo de Los Próceres en Caracas, para conmemorar un nuevo aniversario de la firma del Acta declaratoria de nuestra Independencia, presentaron a un muñeco gigante inflable como parte resaltante de él.

En lugar de Maduro, que debió estar presente en el acto, un muñeco inflable con las siglas en el pecho “SB”, que bautizaron como “super bigote” que fue el protagonista del desfile por el día de nuestra Independencia. Un muñeco rojo grande con las letras SB en el pecho (por cierto coincide con las letras iniciales del nombre y apellido de nuestro Libertador ) pero todos dicen que se trata de representativo de Maduro con su poblado bigote negro.

Este muñeco fue paseado durante todo el desfile en un camión del SENIAT y a su lado caminaban los milicianos. A estos últimos los metieron inapropiadamente en el desfile, desde hace algunos años, no se les ocurra ahora meter más adelante a unos muñecos para recordar a Fidel, al Che u otro personaje afin.

Se dice que super bigote es un muñeco inspirado en Maduro y su confrontación con los Estados Unidos (traje rojo y capa azul como superman). Que manera tan grotesca de ridiculizar un desfile militar tan importante para la Nación, para la Fuerza Armada y para nosotros. No me explico como nuestra Fuerza Armada permitió ese bochorno y falta de vergüenza. Nuestra Nación, nuestra historia y nosotros merecemos respeto, al menos en el acto conmemorativo de la más importante fecha de nuestra historia republicana. Este desfile que debe ser un acto serio y si se quiere marcial, lo transformaron en carnavalesco.

¿Cuál es el mensaje que quisieron transmitir?. Si es de inmadurez, falta de respeto, desvergüenza, ridiculez y burla, lo consiguieron, llegó inmediatamente y de manera muy clara.

Sabemos el régimen que tenemos , o creemos saberlo, pero ocurren cosas que van mas allá del asombro normal y caen en lo que nunca nos imaginamos. Desde el exterior, quienes vieron ese bochornoso espectáculo, se deben haber percatado, si no lo estaban, que tenemos un régimen totalitario que nos ha causado un infinito daño al país y al pueblo en general y tiene la desvergüenza y el cinismo de presentar a super bigote en un acto militar que debe ser de mucha sobriedad institucional y de respeto a la República.

¿Qué piensan los militares dignos e institucionales de este espectáculo bochornoso?. A lo mejor una píldora más para el depósito que en algún momento explotará.

7 de julio 2022

INQUIETUD EN MARACAY

Recientemente leí en las redes la fundamentada inquietud de nuestra apreciada Marlene Ortiz, exalcaldesa de Maracay, en torno a que en la avenida “Las ballenas” colocaron un circo y están construyendo, en sus márgenes, una farmacia, también nos dice Marlene que van a tocar o están tocando la Plaza de Toros Maestranza César Girón y quitaron los bancos de la época de Gómez de sus alrededores y colocaron unos “mamotretos de concretos”.

Me informo que la Cantera de Aragua; Aragua en Red; Comisión del patrimonio histórico de Girardot; los colegio de ingenieros, arquitectos, médicos, de profesores, licenciados en educación y las asociaciones civiles Andrés Eloy Blanco y de la Soledad, invitan a una asamblea por el cuidado y rescate del patrimonio histórico de Maracay. Espero que esta inquietud de Marlene Ortiz, que ha originado una razonable preocupación ciudadana , sea tratada en esa asamblea.

Maracay al igual que la región aragueña, es una ciudad cargada de historias que integran nuestro nutrido patrimonio y las obras que lo conforman no se deben tocar sin la consulta previa a los conocedores. No pueden los concejales ni el Alcalde hacer lo que se les ocurre, por muy buena intención que se tenga, cuando se trata del patrimonio histórico de la ciudad, pues de esa manera se puede estar borrando la historia que todos queremos conservar.

La avenida, conocida ampliamente en Maracay como de “Las ballenas”, que es el trecho comprendido desde la Av. Casanova Godoy hasta el hospital central, es realmente prolongación de la Sucre, es un espacio para las caminatas diarias y para hacer ejercicios físicos y todo ello se desarrolla en un ambiente de extraordinaria pureza de aire, toda vez que constituye un magnífico pulmón de la ciudad, allí se respira aire fresco y puro.

Contaminar esa área con construcciones civiles y sus consecuencias es un crimen ambiental, tocar la Maestranza César Girón sin consultar y respetar la opinión de los que saben, es un atentado contra la historia y el patrimonio, haber tirado a los desechos los bancos de la época de Gómez, me parece una falta de respeto y consideración a la ciudad.

Todos tenemos el ineludible deber de estar muy atentos y cuidar la ciudad donde vivimos y seguramente dejaremos nuestros huesos. Hoy cuando sobre Maracay, otrora ciudad jardín de Venezuela, se cierne una amenaza contra su historia y patrimonio, estamos emplazados para salirle al paso y frenar esos desafueros. Ayer fuimos jardín y ahora lamentablemente somos concreto. Paremos esta barbarie.

6 de julio 2022

 16 min