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Opinión

César Batiz y Yoselin González

El internacionalista, experto en política venezolana y director de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Geoff Ramsey, considera que las opciones de Estados Unidos para ayudar a Venezuela a restablecer su democracia están llegando a su punto máximo en cuanto presión se refiere, entiéndase bloqueo o sanciones. Sostiene que la crisis del país latinoamericano no figura entre las prioridades de la administración Biden, en el ámbito de la política exterior.

El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se acercaron nuevamente en 2022 para dialogar sobre los problemas de la nación. No obstante, tanto la delegación oficialista como la opositora siguen sin concretar una fecha exacta para el reinicio de las conversaciones. Entretanto Gerardo Blyde (representante de la oposición) y Jorge Rodríguez (del oficialismo) fueron invitados a participar en el Foro de Oslo, en Noruega, que se desarrolló el 21 y 22 de junio.

El internacionalista Geoff Ramsey contó en una entrevista al director de El Pitazo, César Batiz, que el Foro de Oslo sirvió en el pasado para acercamientos a partir de distintos procesos de diálogo bien complejos. Señaló que es una forma de avanzar en un tipo de diplomacia basada en conversaciones no oficiales que pretenden ampliar la confianza entre las partes.

El también director de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), que promueve la solución pacífica a los conflictos y el respeto de los derechos humanos en las Américas, considera que aunque retomar el proceso de negociaciones será un camino difícil, cree que es el más viable para avanzar hacia un acuerdo democrático que pueda restablecer las instituciones en Venezuela. Recalcó, en varias ocasiones, que es poco lo que Estados Unidos puede continuar presionando porque a su juicio la presión ya llegó al límite.

«La administración Biden no está apoyando negociaciones de manera ciega. Creo que está apoyando el reinicio de las negociaciones en gran parte porque ya llegamos a la presión máxima. Venezuela hoy en día es un país más sancionado que Irán. No hay más opciones para el Gobierno de EE. UU. para buscar la restauración de la democracia en Venezuela, por ahora. Creo que es por eso que estamos viendo un reconocimiento de la importancia de canalizar la presión que ya existe hacia un tipo de acuerdo político», sostuvo Ramsey.

Con respecto a la política de la administración Biden hacia Venezuela, el internacionalista critica la falta de mejores estrategias de comunicación y la timidez del gobierno estadounidense. A su juicio, el país latinoamericano no está entre las 10 o 25 prioridades de la potencia mundial y cree que tampoco figura en la lista de las mayores preocupaciones de la política exterior de EE. UU.

–¿Qué hechos obligan a Maduro a sentarse en México?

–Es importante reconocer que Maduro no gobierna solo. Si bien carece de legitimidad y es un líder autoritario, depende de otras élites (militares, políticas y económicas) para gobernar. Ese conjunto de élites lo que quiere es recursos, acceso a los activos congelados en la comunidad internacional, impulsar medidas para el crecimiento económico y legitimidad.

Todos esos intereses no se pueden avanzar sin el levantamiento de sanciones. Y el gobierno de EE. UU. ha sido claro en ese tema, no van a levantar sanciones si no hay concesiones significativas de parte del régimen de Maduro, cosa que hasta ahora, no hemos visto.

–¿Cuál es el incentivo que tiene la oposición de ir a esa mesa?

–Hay que reconocer que la oposición ha perdido bastante credibilidad y relevancia interna en Venezuela, las encuestas lo demuestran. La tasa de aprobación de Juan Guaidó cayó desde alrededor de 75 % en enero de 2019, a entre 15 % o 20 % hoy en día. La oposición necesita reconectarse con una población más escéptica. Es decir, que puedan abordar la crisis humanitaria, que beneficie a la población, sería una manera de reconectarse con la gente que ve con cierto escepticismo a los actores políticos de la oposición.

–¿Puede Maduro negarse o evadir esa negociación en México?

–Lo puede hacer, pero probablemente implicaría un costo y un riesgo. Él también responde a esas élites y existen elementos del oficialismo que probablemente están presionando tras bastidores para que Maduro vuelva a la mesa de negociación. También existen actores, como Diosdado Cabello (vicepresidente del Psuv), que están felices de seguir beneficiándose del estatus quo y van a aferrarse al poder. Aún si eso significa gobernar en un montón de cenizas.

También tenemos que reconocer que cualquier tipo de transición tiene que pasar, necesariamente, por un proceso de justicia, de instalación de los derechos de las víctimas, y la no repetición.

–¿De qué forma favorece a la negociación que Carlos Erick Malpica Flores (sobrino de la esposa de Maduro) ya no sea sancionado?

–Lo que han dicho funcionarios estadounidenses es que la decisión corresponde al diálogo que se está dando tras bastidores para incentivar al régimen a volver a la mesa de negociaciones. Así que si tuviera que apostar, diría que tiene que ver con una señal de buena fe que pueda ayudar a reanudar ese proceso. También tiene el otro aspecto, que es quizás profundizar divisiones internas del chavismo.

–¿Crees que es posible que el gobierno de Maduro otorgue concesiones en un aspecto tan importante como las elecciones, es decir, que mejoren las condiciones?

–Si Maduro lo que quiere es acceder a los recursos congelados en el exterior, como los que tiene en el Banco de Inglaterra, o los activos de Citgo y otros, pues va a ser imposible si no se compromete con concesiones reales. Maduro lo sabe, no puede simplemente atrasar el reloj y volver a la época dorada de tener relaciones cercanas con empresas petroleras en EE. UU. sin hacer nada.

–¿El triunfo de Petro favorece o afecta la posibilidad de negociación en Venezuela?

–Para mí es bien ilustrativo que Petro recibió una llamada de Antony Blinken (secretario de Estado de EE. UU.) y hasta ahora no se ha comunicado con un actor chavista (martes 21 de junio a las 4:30 pm), eso a pesar de que hemos visto varias declaraciones de funcionarios venezolanos celebrando su victoria. Tengo la impresión de que Petro está siguiendo el mismo camino de Boric (Gabriel, presidente de Chile), es decir, intentar distanciarse del chavismo por razones pragmáticas. Yo espero que mantenga una voz fuerte en contra de la violación de derechos humanos y el autoritarismo.

–En noviembre son las intermedias (elecciones del Senado de EE. UU.), ¿crees que eso pudiera cambiar esta negociación?

–El nuevo Congreso comienza su período en enero y es muy probable que los republicanos van a ganar tanto en la Cámara Baja como en el Senado y eso implica que Biden va a encontrar mucha más resistencia. Pero al mismo tiempo no creo que implique que abandone la estrategia de impulsar una solución negociada. No hay que olvidarse del hecho de que el cambio de la política de EE. UU. hacia Cuba también ocurrió en un momento en que los republicanos tuvieron el control de ambas cámaras.

–En medio de una posible solución negociada, ¿cómo quedarían los crímenes de lesa humanidad cometidos por funcionarios durante la administración de Maduro?

–No puede haber ninguna amnistía para los crímenes de lesa humanidad, así que para llegar a una solución democrática se tiene que pasar por un proceso de justicia que implica el restablecimiento de los derechos de las víctimas, a la justicia, la verdad y a la no repetición.

26 de junio 2022

https://elpitazo.net/entrevistas/internacionalista-geoff-ramsey-venezuel...

 5 min


Prensa OVV

El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) lanzó recientemente una publicación que condensa un estudio sobre la violencia ejercida por los cuerpos policiales del país. El libro: Tanatopolítica en Venezuela. Sicariato de Estado y derechos humanos (Editorial Alfa, 2022) es el resultado de una investigación realizada entre 2019 y 2020 donde se visibilizan las voces de los familiares de las víctimas de la letalidad policial.

La investigación se realizó en nueve entidades federales donde habita más de la mitad del país: Aragua, Bolívar, Mérida, Miranda, Lara, Táchira, Zulia, Sucre y Distrito Federal. Los equipos de investigación, participantes del estudio, estuvieron a cargo de profesores de universidades tanto públicas como privadas.

En esta publicación, lo lectores no sólo tienen la oportunidad de conocer los testimonios de los familiares directos de las víctimas, como madres, padres, esposas e hijos, sino de testigos cercanos a los hechos, quienes manifestaron su percepción sobre el desarrollo de los hechos.

Las altas cifras de muertes, destacadas en los medios de comunicación del país, a partir de las Operaciones para la Liberación del Pueblo (OLP) que había ordenado el gobierno nacional para "contrarrestar" la delincuencia, empezaron a hacer ruidos en las organizaciones de derechos humanos. Familiares de las víctimas denunciaban, como contingentes de funcionarios policiales y militares, el medio de la noche, entraban a las viviendas o conjunto de edificios, derrumbaban puertas y a la fuerza sacaban a las personas, sobre todo jóvenes. La suerte de esos detenidos era incierta, ya que la mayoría aparecían muertos.

Hay detonantes para la violencia

Para el profesor Roberto Briceño-León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO), director nacional del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y autor principal de la publicación; en los casos de exceso policial, la violencia ocurre en medio de un encuentro inesperado, en el cual se desencadena la interacción que conduce al uso desproporcionado de la fuerza. "Puede que haya existido una respuesta violenta por parte de la víctima, o que haya opuesto alguna resistencia o mostrado una intencionalidad de huir de la autoridad policial. Las situaciones pueden ser diferentes, sin embargo, en estos casos se presume que el funcionario está autorizado al uso de la fuerza, solo que se excede y por lo tanto quebranta la ley e incumple con los procedimientos establecidos", explica.

Algo diferente – explica Briceño- León- ocurre en los casos de abusos, en los cuales la violencia policial individual es el resultado de una decisión previa y se busca su ocurrencia; es decir, que hay abusos cuando los eventos se inician en frío. "El funcionario policial piensa y planifica la actuación y la ejecuta con posterioridad. En esas actuaciones cabe una amplia gama de motivaciones o razones: desde la venganza personal del individuo, que lo lleve a resolver las rencillas y conflictos propios con la cobertura de su identidad policial, hasta su participación como sicario contratado al servicio de las venganzas y los odios de otros", recalca.

Estos detonantes también pueden estar orientados- según el director nacional del OVV- por unos propósitos racionales, como su decisión de transformarse en vengador social y convertirse en juez y verdugo al mismo tiempo, y de ese modo corregir los entuertos legales y aplicar la sanción por mano propia. "En los funcionarios policiales hay una tendencia a confundir su rol como instrumentos de la ley y su decisión de ser ellos la ley en sí mismos. Sean cuales fueren los motivos, dentro de esta categoría la violencia no deriva de la emotividad del momento interactivo, sino de un evento y una decisión provenientes del pasado. Por eso es abuso y no simple exceso".

Para Briceño- León, hay otro detonante importante y es la violencia corporativa o violencia del Estado, en donde la situación es similar. Acá- según explica- los eventos se inician en frío, pues las víctimas son buscadas por el grupo de policías o por los enviados de los gobiernos, quienes ejecutan una decisión previamente tomada.

El libro Tanatopolítica en Venezuela. Sicariato de Estado y derechos humanos, el cual fue cofinanciado por la Unión Europea (UE), está disponible para su lectura en: https://observatoriodeviolencia.org.ve/publicaciones/libros/tanatopoliti...

 3 min


Edgar Benarroch

LA IMPRESCINDIBLE UNIÓN

Este momento tan aciago, cargado de tanta desgracia, tristeza y sufrimiento del pueblo, particularmente de los débiles y vulnerables, que presagia peores si no hay una corrección inmediata, todos queremos superarlo y la manera más expedita y cuanto antes es con la UNIÓN de todas las voluntades que deseamos cambio radical ya.

Union es acción y efecto de unir o unirse, es la correspondencia y conformidad de una cosa con otra. Unidad es la propiedad que tienen las cosas de no poder dividirse ni fragmentarse sin alterar su naturaleza o destruirse. La unidad entonces es un elemento homogéneo y único, mientras que la unión es la reunión de partes que pueden ser iguales o no para buscar un fin común.

Dicho esto, a mi me parece que lo adecuado es hablar de unión del país y no de unidad que es muy difícil, diría imposible de lograr, dada nuestra heterogeneidad y pluralidad, además, los seres humanos nos parecemos muchísimo pero no somos iguales.

Ahora bien, no debemos pedirle unión al país si dentro de nosotros, en el sector donde nos desenvolvemos, no existe porque no la hemos buscado como debe ser. No solamente no estamos unidos sino al contrario, alimentamos una diatriba absolutamente intrascendente, subalterna y sin sentido que nos distancia más. Empecemos por lograr la UNIÓN en nuestro sector donde hacemos vida activa a diario para después dedicarnos a construir la nacional.

“En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, así lo recoge un viejo adagio popular y es una gran verdad. Mientras a nosotros nos domine la ceguera política, el tuerto, que está siempre al acecho, nos gobernará. Con urgencia debemos y tenemos que limpiarnos los ojos y ver con claridad la magnitud del compromiso que tenemos contraído con la Patria y unirnos para salir cuanto antes del desastre en que nos han metido e iniciar la gigantesca tarea de reconstruir o refundar, como algunos lo llaman, la Republica.

Para pedir caramelos primero hay que dar caramelos. Para pedir unión, primero debemos darla y la manera de hacerlo es tenerla en el sector donde a diario nos desenvolvemos. Empecemos entonces, y debe ser cuanto antes porque la situación no espera más y puede rebasarnos y arrastrarnos a niveles más graves aún, a construir la UNIÓN, primero, como hemos dicho, en nuestro sector y luego en el país nacional. La plataforma de unión nacional, recién instalada, puede ser un nivel de encuentro y veremos que el pueblo lo festeja y se llena de nuevas esperanzas y firme optimismo en que está muy cerca un nuevo, próspero y feliz amanecer.

28 de junio 2022

LO BUENO Y LO MALO

Al ser humano, por naturaleza, le gusta lo bueno y aspira desenvolverse con bienestar; solo algunos animales, y por eso lo son, se desenvuelven en la mediocre suciedad. Lo malo es desechado por el humano y cuando se presenta se debe luchar para cambiarlo y hacerlo bueno. Sería de insensatos no hacer algo ante lo que no nos gusta o maltrata, no es racional esperar que un milagro u otros resuelvan nuestros problemas; los primeros llamados a atenderlo son quienes los sufren.

Solo alguien que sufre del terrible mal del masoquismo, que experimenta disfrute y placer con situaciones o hechos que son desagradables o dolorosos, que quizás llevado por sufrimientos de culpa y de indignidad se auto castiga, es capaz de preferir lo malo ante lo bueno. Al masoquista le exíta recibir golpes, ser esclavizado, sometido y esta deshumanizada enfermedad debe ser tratada por especialistas en la conducta humana para restablecer la normalidad.

Bueno es la democracia, la libertad, la amistad, el perdón, cultivar y practicar la caridad, trabajar por alcanzar el Bien Común y la Justicia Social. Lo bueno está relacionado con el bien y con el camino de la virtud. Lo opuesto al bien es lo malo,es decir, todas aquellas decisiones o acciones que se consideran incorrectas o perjudiciales a la sociedad o al ser humano y se deben evitar. Un acto bueno puede quedar viciado por un mal propósito, por ejemplo: ayudar y dar, es un acto bueno, pero se convierte en malo si se hace por vanagloria o exhibicionismo y un acto malo, como robar aunque sea para dar a otros, es siempre malo por naturaleza.

Si lo realizado se traduce en bienestar y felicidad colectivos podemos decir que lo hecho está bien, pero si lo causado es malestar e infelicidad no hay dudas que es malo. Por ello no nos cansamos de afirmar de la manera más rotunda y clara que el régimen que tenemos es MALO, así con mayúsculas sostenidas, malo de verdad verdad, lo peor que recordamos. No solamente niega lo que el Estado debe garantizar: seguridad pública, personal y de bienes; paz, eficientes servicios públicos, fuentes de empleos dignos, alimentación, educación, salud, sino que se ocupa de martirizarnos material y mentalmente creando zozobra, angustia, preocupación y desesperación. Cuando decimos que éste es un régimen malo, no lo hacemos por tener a la mano un calificativo fácil, es porque practica la maldad, crueldad, persecución a la disidencia, tortura y hasta el asesinato.

Como nuestra naturaleza es tratar de vivir bien y desgraciadamente no lo tenemos, la responsabilidad inaplazable y el ineludible deber que debemos asumir cuanto antes es. luchar sin descanso para salir del horror en que estamos, derrotando el mal y para ello necesitamos, si lo queremos lo más temprano posible, UNIÓN de todas las voluntades que desean cambio radical para retornar y mejorar a la prosperidad, bienestar y felicidad del país y de todos.

28 de junio 2022

PERSONAJES DEL FOLCLORE VICTORIANO

La Victoria, Estado Aragua, de los primeros años de los sesenta del siglo pasado, que iba desde La Quebrada por el oeste y hasta la esquina de Soco y Urbanización Bolivar por el este y El Calvario y Pie del Cerro por el norte hasta la Otra Banda y Zuata por el sur, tenia un grupo de personales que se hicieron notorios por su sencillez, particularidad y singular manera de comportarse.

Entre ellos, asumiendo el riesgo que algunos se me escapen, puedo citar a : Pedrote, pata e’ lancha o pata e’ cabuya, Inocencio, Gerardo, Nemecio Romero, perico, Manamá, el mudito y el paisita. Todos ellos eran inofensivos y ninguno irracional a excepción de Manamá y el paisita.

Pedrote fue un señor de barba negra muy poblada que se la pasaba al principio de la calle Loreto(oeste) donde una cerca separaba la calle de la hacienda de los Blank, era muy silencioso y de pocas palabras cuando hablaba, siempre muy sucio por muchos días sin asearse. Korea vivía trasladando cauchos usados de carros de un sitio a otro traspasaba la ciudad, hoy pienso que se los vendía a los artesanos que fabricaban alpargatas de “suela de goma” que costaban un bolívar y un real, jamas lo escuché hablar. Pata e’ lancha o pata e’ cabuya, siempre con un paltó derruido y sucio, tenía problemas para hablar, casi no se le entendía, emitía sonidos. Siempre lo tuvimos como varón pero a raíz de su fallecimiento se nos informó que era hembra. Inocencio era una persona relativamente joven que caminaba a mucha velocidad, le poníamos tierra donde sabíamos iba a pasar y cuando lo hacía levantaba una polvareda, cruzaba y frenaba haciendo ruido como un carro. Gerardo, era un vendedor de loterías que además tocaba el tambor en las procesiones de los días santos, tenia un problema en un pie que le causaba cojera. Cuando se cansaba de ofrecer los ”quintos” de lotería y nadie compraba, decía, Caracas, carajo. Nemecio Romero, perico, vivía y cuidaba la cancha donde habitualmente se jugaba Vóley bol. Se molestaba sobremanera cuando le decían perico, era copeyano y un día asistió a una asamblea en la casa del partido y alguien gritó TRUA; inmediatamente Nemecio dijo, con el permiso de la concurrencia y del maestro de ceremonia, que era yo, el no se que de su madre a quien dijo trua. Manamá habitualmente estaba sentado y “pela’o” en la esquina de La Gruta frente la Plaza Ribas, Murió por una imprudencia suya que causó otras muertes cuando se le atravesó a un carro que participaba en una competencia que se realizaba en la avenida Victoria; esa fue la última, luego las suspendieron y prohibieron. El mudito, como su nombre lo indica no hablaba y se expresaba con mímica y ademanes, era parte del elenco de personajes de la época en La Victoria. Por último el paisita que era un vendedor de helados, que después de cargar su carrito con la mercancía metía una botella de aguardiente claro que bajaba en el oficio diario; el último trago se lo tomaba con la venta del último helado en existencia, se iba a dormir bien “rascado” pero con real como decía. Una vez se efectuaba un mitin de URD en la Plaza Campo Elias y el paisita vendía sus helados haciendo sonar las campanitas de su carrito, Jóvito Villalba interrumpió su discurso para pedir que sacaran al heladero que interrumpía su intervención; así ocurrió y sacaron al paisita que dijo que, como buen borrachos, iba a votar por URD, ahora no. En URD entonces había mucha gente amante de los tragos de licor, al extremo que a la entrada de su sede había una cartelera que agradecía no encender fósforos porque el contenido de alcohol de la casa era tan alto que podía incendiarse, se tomaba pero no se fumaba.

Esos personajes que recuerdan a La Victoria bucólica, de excelente temperatura, donde todos nos conocíamos, donde existía el policía escolar que estaba atento de nuestra asistencia a clases o nos habíamos “jubilado”, donde comprábamos la unidad de pan francés o sábado por una locha, la guaracola de Cecilio Silva a locha el vaso y las empanas de carne de Simplicia a medio, la chicha en botella Green Spot y hoja de naranjo también a locha, donde las familias se intercambiaban comidas y dulces y era de rigor devolver el plato o recipiente con algo adentro.

Mas adelante, a mediado de los sesenta, cuando iba a la Universidad Católica Andrés Bello, que entonces quedaba en la esquina de Jesuitas, me paraba en el restaurante de los hermanos Álvarez y comía por diez bolívares.

Esos tiempos, por supuesto, no volverán y se fueron como las aguas del río que no retornan. Nos corresponde ahora vivir esta época que nos ha tocado tan llena de problemas, negaciones y sufrimientos y tenemos el insoslayable e inaplazable deber de cambiar para bueno lo antes posible y dejarle a las generaciones venideras un país muy distinto y mucho mejor.

26 de junio 2022

UNA OCURRENCIA

Se me ocurre, muy personal la iniciativa y no original, proponerle al señor Maduro, a su régimen y a su partido, celebrar elecciones generales adelantadas, con el compromiso de todos de aceptar los resultados, siempre que ese proceso se realice en democracia, libertad, transparencia, sin coacción ni coerción y avalado con la presencia de testigos nacionales e internacionales.

Si el régimen gana esos comicios, nosotros, la oposición, aceptaríamos su triunfo y asumiríamos nuestro revés, pero si ganamos nosotros, designaríamos de inmediato una calificada comisión de traspaso de poder, garantizando la salida del país a quienes quieran, no cayendo en persecución por posiciones distintas a las nuestras y quienes deben ser juzgados por delitos graves cometidos contra el país o personas lo sean con imparcialidad y estrictamente sujeto a la justicia.

Todo se inicia con que se acepte la realización de elecciones generales adelantadas, que sería la vía para legitimar por la soberanía popular todas las autoridades. Las elecciones adelantadas las pedimos porque estamos en un momento crucial e inmensamente delicado de la vida nacional, en el que el pueblo está agotado, cansado y ya no puede más soportar y si a ese sentimiento no se le consigue vía de drenaje rápido, que sería la realización adelantada de elecciones generales, puede ocurrir una rebelión social sin control que se lleve por delante todo lo que encuentre, régimen y oposición y cuyas consecuencias no son previsibles.

Si queda sensatez en el régimen deben saber que la situación presente es sumamente delicada y severa y requiere de acuerdos, dando y recibiendo, entre ellos y el país nacional para buscar caminos civilizados para zanjar la gravedad que confrontamos. De no presentarse esa conmoción social sin control, es posible, no lo descarto, que se produzca un alzamiento militar con plomo y pólvora cuyos resultados seguramente serían muy serios y severos para el país y pagaríamos una factura muy alta por la pérdida de vidas humanas. No descarto el alzamiento militar porque en los cuarteles hay personas igual a nosotros, que sufren las penurias, inclemencias y negaciones como nosotros y que desean para sí y familiares una situación distinta y mejor. Nadie sabe quién o quienes pueden estar a la cabeza de un alzamiento militar, lo sabemos una vez consumados los hechos, pero no descartamos la existencia de ella.

Quienes somos demócratas y nos comportamos y actuamos como tal, no somos amigos y menos promovemos salidas al margen de la democracia. Esta ocurrencia está inscrita en la democracia y la ofrecemos como vía pacífica de solución a la honda crisis que padecemos. Sé que no es fácil para el régimen desprenderse de dos años y meses que le quedan en el poder, pero entiéndase que el desprendimiento se valora más cuando lo dejado es importante.

La Patria nos exige sacrificios y ello muchas veces, como en ésta, supone despegarnos de lo que tenemos, aunque tenga fecha cierta de vencimiento, en beneficio del interés general que debe ser el norte de quienes nos desenvolvemos en la cosa pública. Ojalá la sensatez y la razón estén presentes en el régimen y acepten esta ocurrencia. Estoy seguro el país lo celebrará con inmensa emoción, esperanza y optimismo.

26 de junio 2022

 10 min


Benjamín Tripier

Al aparecer en escena informaciones que parecen contradictorias entre sí, cuando pareciera que las cosas pueden cambiar, es conveniente antes de aceptarlo volver a las bases y a las premisas duras que nos vuelvan a poner en la realidad.

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos comenzaron a enturbiarse durante el gobierno de Chávez (aquí huele a azufre), y terminaron de romperse en el gobierno de Maduro. En el ínterin, el presidente Obama nos declaró una “amenaza inusual y extraordinaria” por el riesgo que significaba nuestra relación estrecha con China, Irán y Rusia; pero especialmente por la presunta presencia, en nuestro territorio, de elementos vinculados al terrorismo iraní y sirio.

Luego vino la era Trump, quien realmente se interesó por nuestro caso y nos habilitó las condiciones como para que hubiera una renovación política, que no fue aprovechada por la oposición, y que puso al chavismo a la defensiva, pero que logró sortearlas.

El levantamiento de las sanciones a Malpica Flores tiene como lecturas, entre otras, un gesto de buena voluntad –convirtiendo en ciertos los rumores improbables de la visita de marzo pasado– a cuenta de reacciones positivas de cara al diálogo, y que si no se cumplieran, bueno, “hay más peces para freír” (Story dixit); y también un mensaje, como dice un amigo, a tantos millonarios sancionados, mostrándoles que de las sanciones hay salida, pero que de la justicia no… para que no permitan que sus casos lleguen a la justicia, que se cambien de bando antes, porque de la justicia no hay vuelta atrás.

Porque ese levantamiento de sanciones produjo una ola de inseguridades en los opositores de base (que son millones) que lo vieron como una victoria del chavismo, y una debilidad de Estados Unidos; es tal vez un movimiento de piezas que, eventualmente, pudiera mover el juego en otra dirección, poniendo foco en el chavismo, que está atravesando una transición generacional, por una parte, pero pragmático-ideológica por la otra.

Volviendo a las bases y referencias duras de la situación, no ha habido cambios en la apreciación estructural que el establishment norteamericano tiene del chavismo, porque en realidad los gobiernos (Obama, Trump, Biden) tienen un limitado margen de maniobra, porque las decisiones de fondo son decisiones de Estado y suelen contar con el respaldo de los dos partidos; y eso, en el caso de Venezuela, no ha cambiado.

El caso del avión iraní con bandera venezolana detenido en Buenos Aires, está tomando un color diferente, porque todo indica que el tema va por terrorismo y espionaje; pensando que el piloto es el director de logística de la fuerza Quds (brazo logístico para transporte de armas, equipos y personal para acciones en el extranjero de la guardia revolucionaria de Irán), y el copiloto, dicen desde Argentina, que es un iraquí, miembro de la inteligencia de Hezbolá del Líbano.

Toda la sospecha recae en la posibilidad de un atentado antijudío en territorio argentino, ya sea sobre instituciones o sobre personas… de hecho, hay un abogado amenazado por ellos, que hoy está bajo protección policial.

Toda la información anterior es parte de lo que se llama “inteligencia abierta” (que se consigue en Internet y en los medios), alimentada por inteligencia directa de las agencias internacionales de Estados Unidos (CIA y FBI) y de Israel (Mossad). O sea, que lo del avión era un tema que ya se había anticipado, que países como Brasil, Paraguay y Uruguay conocían, pero que Argentina no; por eso es que el avión entró y salió como quiso, y finalmente fue detenido en Argentina, donde permanece bajo investigación, con el avión y los pasaportes de los tripulantes retenidos, y una causa bajo investigación que pudiera terminar en:

  • Libertad absoluta para todos por falta de méritos
  • Prisión para todos por espionaje, por el perfil de los implicados, y los hallazgos que se pudieran obtener de los datos recabados (caja negra, celulares, computadoras y tablets)

Y la opción que resulte, dependerá del grado de presión política que sean capaces de ejercer, y de recibir.

Entre la cercanía que podría inferirse con el levantamiento de la sanción mencionada más arriba, y el alejamiento resultante de la participación de un avión venezolano en el affaire iraní en Argentina, podría pensarse un saldo negativo para la relación bilateral con Estados Unidos. Tan cerca, por un lado, y tan lejos por el otro.

Nuestra política interna aparenta estar en calma, cuando por debajo están pasando cosas en los dos bandos. Todas las encuestas muestran una caída muy grande en la credibilidad de la dirigencia, chavista y opositora, dejando para repartir entre los dos 30% de las preferencias. El 70% restante no quiere a ninguno, pero si tuviera que votar, se inclinaría por la oposición. Son pocos los que creen que el gobierno puede arreglar esto y sacar al país adelante, así haga esfuerzos para intentarlo.

Entonces, ambos lados de la fuerza tratan de aparentar que tienen una solución, como para atraer al electorado. Y hay campañas, y recorridos por el país como no los había habido en años; y lo hacen convencidos de que lo que están ofreciéndole al país es lo que creen que el país necesita. Y no es así.

Este es un mercado de compradores, que no encuentra una oferta que les haga click. Y esa brecha, deja claro que la dirigencia se desconectó –hace ya mucho tiempo– de las bases y será difícil que con la inercia conceptual que arrastran puedan cambiar la oferta. Porque esa oferta es más de lo mismo, ambos estatistas y rentistas a ultranza, y con el chavismo asustando con neoliberalismo, y la oposición mostrando lo que el gobierno chavista ha destruido en 24 años.

Hay un espacio enorme para la disrupción, para una oferta distinta y novedosa. Que no prometa lo imposible…porque rescatar las empresas del estado. Tal como están,difícilmente pueda suceder. Ya la tecnología cambió, las condiciones del entorno cambiaron; las grandes refinerías y las grandes acerías, están siendo reemplazadas por plantas más pequeñas y modulares, más cerca de los mercados que de las minas o los yacimientos.

Quien pueda ofrecer lo diferente, lo posible, y lo que nos pueda volver a conectar con el resto del mundo, es quien se quedará con ese espacio. Porque así parezca contradictorio, estamos casi en condiciones de comenzar de nuevo desde cero…de un “borrón y cuenta nueva”.

Pareciera que internamente aún no se ha tomado consciencia de la dependencia que tenemos de los países que están en el conflicto europeo que, según sus líderes, derivará en una guerra mundial. Porque el sector privado depende de lo que proveen los aliados, mientras que nuestro sector público depende los otros. Hacemos lobby político con los aliados y firmamos acuerdos con los otros.

Sería interesante hacer algunos ejercicios de tormenta de ideas para evaluar el impacto que la guerra europea que se viene, tendrá en nuestros espacios vitales. En la cadena de suministros, en el abastecimiento interno; en los insumos importados para lograr todo lo que se produce aquí, en el sistema financiero. También en el impacto que tendrá en nuestra burbuja, la recesión global combinada con inflación que se profundizará en nuestros proveedores, no solo de bienes y servicios, sino también de medios de pago.

Lo anterior sin considerar el impacto político que estará asociado a nuestro alineamiento al momento en que no tengamos más opción que definirnos como aliados o como enemigos. Y de esa definición dependerán muchas cosas.

El nuevo comandante en jefe del ejército británico, durante su acto de toma del cargo, instó a las tropas a prepararse para la tercera guerra mundial, que tendrá características similares a la Segunda Guerra, en Europa continental y con preeminencia de combates en tierra, infantería y blindados; y que duraría varios años.

Biden en su cierre de la Cumbre de la semana pasada, les advirtió a los presidentes latinoamericanos sobre la inminencia de la tercera guerra mundial, tema que ninguno mencionó al regreso de su viaje. Los alemanes, el jefe de la OTAN y el propio Papa, coinciden en que habrá guerra. Y Putin, en su última intervención cerró el circuito, como recogiendo el guante.

Si de los dos lados están de acuerdo en comenzar una guerra, pues entonces comenzará. Porque los dos principales, uno de cada lado, Biden y Putin, están de acuerdo…pues entonces comenzará.

Y si bien la guerra será en Europa, aquí en nuestra región habrá que prepararse desde el punto de vista de los cambios en el comercio, en la inversión y en la necesidad de los alineamientos, ya no con la ideología, sino con el pragmatismo del amigo-enemigo. En una guerra, los enemigos son tratados muy mal, y sin reglas ni democracia, ni derechos humanos; sino el derecho de guerra… la ley del más fuerte. Y si no ajustamos nuestra posición, pues lo pasaremos mal.

El chavismo nos ha mostrado, últimamente, una capacidad de mimetización importante. Con un amigo revisábamos por qué Maduro no se había reunido con Putin, estando tan cerca, y siendo evidente y hasta necesario; y no llegábamos a una conclusión si había sido Putin que no lo recibió, o si, por el contrario, fue un gesto de Maduro hacia Estados Unidos, y decidió no hacerlo.

Cualquier acercamiento es bueno para que la guerra no nos agarre del lado equivocado de la ecuación, y terminemos invadidos; pero no por lo que creíamos, sino por lo que -seguramente para los gringos- debíamos… por las malas juntas y la “amenaza inusual y extraordinaria”.

Recomendación

Al gobierno:

Que complementando la intencionalidad que se manifiesta de reactivar con apoyo privado las empresas del Estado (“necesitamos inversión y tecnología”, Maduro dixit), inicie una reforma del Estado para hacerlo más ágil y que cueste menos. Es un Estado muy grande para un país que se volvió muy pequeño. Y le daría más profundidad y consistencia a la voluntad de mejorar la economía.

A la dirigencia de la oposición:

Que se preparen para convertirse en una fuerza opositora capaz de ofrecerle a la sociedad un cambio casi radical que rompa la continuidad, pues ofrecer más de lo mismo beneficia al chavismo, que es el que detenta el poder. Y no renunciará a ese poder, de ninguna manera.

A los dirigentes empresarios:

Que revisen su estructura patrimonial y tecnológica al cierre del primer semestre. Hoy más que nunca, tal vez, hay que buscar alianzas, tanto de integración vertical, como de integración horizontal, vía las finanzas corporativas. Cada uno por sí solo –salvo honrosas excepciones– no logrará superar esta etapa. Hay demasiada capacidad subutilizada como para no pensar en optimizar las inversiones y hacerlas más sólidas y competitivas.

Mail: btripier@ntn-consultores.com

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Fernando Mires

A occidente también pertenece el antioccidentalismo. Tanto el nazismo como el comunismo han sido doctrinas esencialmente antioccidentales, ambas generadas en occidente. Ese antioccidentalismo occidental se manifiesta, sobre todo hoy, en la guerra que comete Rusia en Ucrania, a través de una adhesión, sí, incluso de una identificación, con el agresor.

No deja de ser sintomático que los partidos extremistas europeos y latinoamericanos sean los que han tomado desde el comienzo posiciones a favor de Putin. En América Latina pesan más los extremistas de izquierda. En Europa, los extremistas de derecha. Y sin embargo, en la argumentación, como si compusieran una conjunta poesía, ambos riman.

El principal método del proputinismo ha sido poner la realidad histórica de cabeza y con los pies hacia arriba. Siguiendo a su versión preferida, los putinistas, militantes o encubiertos, propagan que Putin está librando una guerra defensiva y preventiva en Ucrania en contra de una agresión occidental.

De acuerdo a ese discurso, Putin solo habría reaccionado en contra de la expansión de la OTAN, como si la OTAN anexara naciones a la fuerza y las incorporara a una suerte de imperio occidental dirigido por una siniestra Casa Blanca cuyo objetivo no es otro que acorralar a la pobre e inocente Rusia.

Pensando con serenidad podemos entender en cambio que la OTAN nunca se ha expandido sino, algo muy diferente, se ha ampliado. No es una diferencia semántica. Expandir significa crecer sobre espacios ajenos. Ampliar quiere decir, incorporar a naciones que solicitan su ingreso si ellas están o creen estar geopolíticamente amenazadas por una nación de reconocido pasado y presente imperial, en este caso Rusia. La OTAN crece y crecerá –eso es lo que olvidan los putinistas– de un modo estrictamente proporcional al crecimiento de las democracias nacionales europeas, sobre todo de aquellas constituidas después de la gran revolución democrática que tuvo lugar como consecuencia del colapso de la URSS, vale decir, desde los días de Gorbachov y Yelzin.

En otros términos: La ampliación de la OTAN es el resultado lógico y natural de la ampliación del espectro democrático en Europa Central y del Este. Todas las naciones incorporadas a la OTAN fueron naciones liberadas del imperio soviético. Auto-liberadas, debería ser la palabra más exacta, pues ni EE. UU ni la OTAN movieron un solo dedo para ayudar a liberarse a Hungría, Polonia, Checoeslovaquia y después a Rumania, Estonia, Lituania, Letonia, Eslovenia, Bulgaria, luego a Albania y Croacia y finalmente Georgia, Macedonia, Bosnia y Herzegovina. Por supuesto, todas solicitaron su ingreso a la OTAN. Ucrania, si no hubiera padecido tantas crisis políticas, también habría debido entrar a la OTAN.

La OTAN es en estos momentos, junto con los EE UU, la Europa armada, así como la UE es (o debería ser) la Europa política.

Nunca la OTAN, ni tampoco ningún país miembro de la OTAN, asumió posiciones ofensivas en contra de Rusia. Todo lo contrario, al igual que la mayoría de los países de Europa Occidental, todas sus naciones se esmeraron por mantener buenas relaciones diplomáticas y sobre todo económicas con la Rusia de Putin. Las relaciones contraídas por los países europeos, incluso por los EE UU con Rusia, fueron siempre amistosas, hasta el punto de que llegó a primar en Europa una doctrina que podríamos llamar doctrina de interrelación (diferente a la de coexistencia pacífica elaborada por Jrushchov y Kennedy).

De acuerdo al tenor de esa doctrina, Europa se hizo económicamente dependiente de Rusia y Rusia se hizo económicamente dependiente de Europa. Los lazos que unían a Rusia con Europa parecían ser inseparables.

Nunca en la historia, como en los dos primeros decenios del siglo XXI, Europa y Rusia estuvieron tan unidas y a la vez tan cerca de realizar el ideal kantiano de la paz perpetua. En cortas palabras, jamás la OTAN fue una amenaza militar para Rusia. ¿En qué momento se produjo el quiebre? Esa es una tarea que deberán emprender los futuros historiadores. Lo que hoy podemos aventurar son simples hipótesis.

¿Fue tal vez cuando Putin llegó a la conclusión de que nunca su gobierno podría atraer a las naciones liberada de la URSS a volver a vivir en comunidad con Rusia? ¿Fueron las doctrinas de los nacional-bolcheviques (partido fundado por el extravagante filósofo antioccidentalista Aleksandr Dogin) en las filas del gobierno de Rusia? ¿Fueron los fanáticos sacerdotes antioccidentales dirigidos por Kirill? ¿O fue simplemente la mente diabólica de Putin que aguardó el momento preciso para contraatacar? No lo sabemos, quizás hay un poco de cada cosa.

Lo cierto, lo objetivamente cierto, es que así como ningún gobierno occidental quería enemistarse con Rusia, ninguno quería, ni por nada en el mundo, una guerra. Y si eso es así, significa que solo alguien quería una guerra. Ese alguien se llama Vladimir Putin.

En esa decisión Ucrania no fue más que un pretexto, y por dos razones: La primera, es que todos los países europeos más los EE. UU, estaban de acuerdo en no hacer ingresar a Ucrania en la OTAN. La segunda, es que Ucrania nunca fue una amenaza para la soberanía de Rusia. Incluso Zelenski, a diferencias de su predecesor Porochenko, se manifestó dispuesto a mediar entre los intereses de los ruso-parlantes y de los ucranianos, haciendo diversas concesiones a los primeros. ¿No recuerda nadie cuando Zelenski repartía personalmente pasaportes rusos, accediendo a una petición de Putin?

Sin embargo, ya tenemos algunas certezas: Cierto es que la invasión del 24-F no surgió como reacción espontánea frente a alguna agresión occidental. Una empresa de ese tipo, cualquiera lo sabe, requiere de larga planificación. Cierto es que los países europeos, antes de esa fecha ya habían acordado el no-ingreso de Ucrania a la OTAN. Cierto es que desde mediados de 2021, los servicios de inteligencia de los EE UU y del Reino Unido ya habían detectado el plan invasor de Putin (a diferencia de los servicios alemanes y franceses que solo se enteran por la prensa). Cierto es que, poco antes y después del 24-F, los gobiernos europeos y la UE insistían en buscar una solución diplomática al conflicto. Cierto es, por último, que Putin no aceptó ninguna salida diplomática.

Y bien, a la luz de todos estos hechos, afirmar que Europa y EE UU empujaron a Ucrania a la guerra para después abandonarla, es una falsedad que solo puede provenir de mentes putinistas fanáticas.Hablar de la irresponsabilidad de los gobiernos europeos frente a Putin, no solo es injusto. Y hacerlo en medio del genocidio que está cometiendo Putin en Ucrania, es criminal.

P S. He leído atentamente las declaraciones de Putin en el “Foro Internacional” de San Petersburgo. Definitivamente, ha cambiado su libreto. Ya no habla de su guerra defensiva o preventiva en Ucrania, ni tampoco de preservar la seguridad internacional de Rusia frente a amenazas reales o imaginarias. Habla, como todos los enajenados con poder que lo han precedido – llámense Hitler o Stalin, Castro o Bin Laden – de crear un nuevo «orden mundial». Así nos enteramos al fin de lo que ya sospechábamos. De que Ucrania es solo una pieza en el juego meta-histórico del dictador ruso.

Al parecer, nadie ha dicho a Putin que los órdenes mundiales no son el producto de actos de guerra, sino de configuraciones objetivas que tienen lugar en diversos espacios simultáneos, sean los de la cultura, la ciencia, la economía, el arte y la política. Y de esos espacios, Rusia, gracias a la propia obra de Putin, se encuentra muy alejada. Cada vez más alejada.

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS, Político,

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Carlos Raúl Hernández

La Cumbre de Los Ángeles 2022 expresa el nuevo orden mundial producto de la guerra de Ucrania y el fin de unipolaridad. Tal como afirma Putin esta semana en el Foro Económico de San Petesburgo, EEUU no prestó atención a la metamorfosis china y el resurgimiento de Rusia, y reaccionó al contrario de como lo hizo tres décadas atrás ante un reto parecido. La Cumbre parte de un diseño rústico al excluir a Venezuela, Cuba y Nicaragua; por eso seis presidentes no se presentan (México, Uruguay, Guatemala, Honduras, Bolivia, El Salvador), y Argentina cuestiona in situ enérgicamente la reunión. Esto pone de relieve un costo político para EEUU, prueba su pérdida de influencia en la región y lesiona las normales relaciones con ella. Todo inicia con la ofensiva de Trump contra China y el posterior viraje anti ruso de Biden. Embisten a esas dos grandes potencias y cancelan 60 años de diplomacia exitosa.

Expliquémonos por contraste. Durante la Presidencia de Jimmy Carter (77/81) hicieron eclosión todas las taras tercermundistas del modelo de desarrollo instituido por F.D. Roosevelt. El New Deal estableció un estado paternal, la administración pública proporcionaba empleo y beneficencia, malos servicios gubernamentales, intervencionismo, protección a la “industria nacional”, que hubieran colapsado antes a no ser por la tabla salvadora de la guerra mundial y el tratado de Bretton Woods (1946) que hace al dólar moneda universal. Esto da oxígeno a la economía, que en los 70 regresa a las crisis con devaluaciones del dólar. En la presidencia de Carter, EEUU es una gigantesca nación subdesarrollada, de altos niveles inflación, recesión y desempleo: la stagflación. Al estallar la Crisis energética y los precios de los combustibles, Ford, Chrysler, GM, producían enormes e ineficientes carcamales de acero, mientras Toyota fabricaba autos pequeños de plástico, aluminio y alto rendimiento, que ponen las empresas americanas en quiebra.

Para aquel entonces prolifera una literatura apocalíptica sobre EEUU. Paul Kennedy publica su magistral obra Auge y caída de las grandes potencias, 600 páginas para demostrar que EEUU era una potencia del pasado que había perdido los liderazgos de la creación con Japón y de la guerra con la URSS. En 1981 triunfa Reagan con una audaz, dramática y genial reforma económica: abre a la competencia global el mercado automotriz, informático, altas tecnologías y demás actividades. Se desata la histeria y Hollywood produce cantidades de films para denunciar la “venta de EEUU” a “los amarillos”. Reagan enfrentó la URSS al reto de “la guerra de las galaxias”, el escudo espacial, y la derrumbó. Luego Clinton en 1989 impulsa con Al Gore la revolución informática y profundizó el modelo competitivo, se reconvirtieron las empresas creando el milagro de 20 millones de empleos, y EEUU recuperó el liderazgo mundial. No declararon la guerra a Japón y la URSS, sino compitieron y ganaron en eficiencia económica y tecnológica.
En nuestros días el mundo carece de la fortuna de contar con Reagan, Clinton, Deng Xiaoping, Gorbachov, Thatcher, González, Aznar. Por el contrario, Trump reaccionó con anacrónico proteccionismo al salto chino consecuencia del socialismo de mercado en los setentas, y Biden intenta destruir la economía rusa destruyendo la occidental. En vez de actuar como Reagan y Clinton, bloque de progresos humanos como el 5G y el intercambio comercial. Biden se arroja contra Rusia a través de Ucrania, que la inconciencia de Zelensky luce dispuesto a sacrificar. Finalizada la unipolaridad norteamericana, hoy el mundo, diría @Mibelis, zanja dos bloques “líquidos”, interdependientes: EEUU (seguido por Europa) frente a China-Rusia. Pero importantes potencias regionales adquieren importancia estratégica por diversas razones: India, Brasil, Sudáfrica, Japón, Irán, México, Turquía, sin olvidar el dolor de cabeza de Norcorea. Las incidencias de la Cumbre de Los Ángeles demuestran el peso que da a China ser en 2021 el segundo socio comercial de Latinoamérica con más de 500 mil millones de dólares de intercambio, casi el doble que el año anterior, mientras aumenta en 33% (2021) sus inversiones en Europa.
Desde el triunfo de Putin en el 2000, la emergencia china y la deriva del populismo revolucionario en Latinoamérica, se habla en los círculos académicos del languidecimiento de la democracia, palpable en los liderazgos globales. El fin de la unipolaridad es también un mal momento para la democracia, siempre un sistema político minoritario en el contexto global, con auges como lo que Huntington llamó la “tercera ola de democratización”. Surge una versión autoritaria que conjuga la fuerza, sus habilidades y falta de escrúpulos, con eficiencia económica. No importa que intelectualoides y opinadores se equivoquen, y escriban panfletos llenos de fuego fatuo y vacíos de racionalidad. Grave es que los que dirigen la política mundial desde la “era Trump”, salvo Merkel y los suyos, demuestran no saber ni el alfabeto. Por eso Kissinger los comparó con “vendedores de electrodomésticos”. Carecen de lo que Isaiah Berlín consideraba esencial en un dirigente político: “el sentido de la realidad”. El diagnóstico de Putin obliga a las democracias a responder con inteligencia.
@CarlosRaulHer

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Jesús Elorza G.

El viernes 24 de junio, tuvo lugar la ceremonia de inauguración de los XIX Juegos Deportivos Bolivarianos en la ciudad de Valledupar, Colombia. En ese acto desfiló la delegación de nuestro país con 584 jóvenes deportistas que por encima de las dificultades que tuvieron que confrontar, se sienten comprometidos y orgullosos de defender el tricolor venezolano.

La suspensión de los Juegos Deportivos Nacionales por más de nueve años, es quizás, el aspecto que mayor afectación causó en la preparación de nuestros jóvenes, al ver disminuidas las competencias necesarias para su desarrollo deportivo. A eso, hay que sumarle, las insuficiencias presupuestarias para los Programas Operativos Anuales (PAO) de las Federaciones Deportivas y la falta de Protección Social a nuestros atletas y entrenadores.

Otro de los hechos, que llamó la atención en todo lo relacionado con nuestra participación en los referidos Juegos Bolivarianos, es la ruptura de la costumbre tradicional de las autoridades deportivas, de anunciar el estimado de medallas a obtener y la posición a ocupar en el evento, repitiendo en esta oportunidad la conducta asumida desde el año 2013, de no presentar el Comité Olímpico, ni el Ministerio del Deporte, ni el Instituto Nacional de Deporte, sus pronósticos de medallas.

Entre los años 2001-2009 el anuncio de los pronósticos por parte de las autoridades deportivas del régimen socialista bolivariano siglo XXI, era todo un espectáculo mediático, con ruedas de prensa cubiertas por todos los medios comunicacionales y allí se veía como, casi babeándose, el ministro o los presidentes del COV-IND anunciaban con bombos y platillos que íbamos a ganar los juegos y sonaban las fanfarrias para hacer ver que somos “Una generación de Oro” y “Una Potencia Deportiva”.

La historia se encargó de dejar al desnudo a esos populistas incapaces de atender y superar las fallas que presentaba nuestro deporte. Y el descalabro se hizo presente el 2013, en la edición número XVII de los Juegos Bolivarianos, realizados en Perú. Allí, perdimos la supremacía que durante 48 años habíamos mantenido frente a Colombia.

En esos juegos, Colombia nos desplazó del primer lugar al alcanzar 30 medallas de Oro, 20 de Plata y 20 de Bronce contra las 17 de Oro, 28 de Plata y 20 de Bronce obtenidas por Venezuela. La diferencia en el total solo fueron 5 medallas.

Lejos de corregir los errores cometidos, la conducta de las incapaces autoridades del régimen fue la de “Suspender los Juegos Nacionales” y dejar sin este evento competitivo a la juventud del país, quedando nuestro alto rendimiento sin el evento principal para la conformación de nuestras selecciones nacionales para los venideros ciclos olímpicos.

Cuatro años después, en los Bolivarianos del 2017, quedaron al descubierto las incapaces autoridades deportivas del régimen al ver que en el cuadro final de medallas Colombia se mantuvo en el primer lugar ampliando el número de medallas; Oro 45, Plata 35, Bronce 39 mientras que Venezuela solo obtuvo 15 de Oro, 27 de Plata y 32 de Bronce. En el total de medallas la diferencia fue abismal 119 Colombia y 74 nuestro país.

Estas y no otras son las razones históricas por las cuales dejaron de realizarse las rimbombantes ruedas de prensa para anunciar “Los pronósticos del régimen” en relación a los juegos bolivarianos. Ahora, la fanfarria populista del régimen es “Venezuela se arregló”. Pero, la historia final de los Juegos en Valledupar nuevamente se encargará de dejar al desnudo a las incapaces e incompetentes autoridades deportivas del Comité Olímpico, Ministerio del Deporte y el IND.

Pretender creer que con consignas populistas, vacías de contenido, van a superar la crisis del deporte es una conducta de seres incompetentes e incapaces. Superar los problemas del Deporte requiere un cambio de gobierno, planes y programas para restituir integralmente los Juegos Nacionales, un programa de Asistencia Social para los atletas y entrenadores, acabar el flagelo de la corrupción, fortalecer la autonomía del sector deportivo federado, recuperar nuestras instalaciones deportivas, una ley de deporte que limite la dualidad de cargos en las organizaciones, que elimine la reelección indefinida, que prohíba la elección de funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción en la dirigencia deportiva, un acuerdo con el sector universitario para la formación de entrenadores, el manejo transparente del Fondo Nacional del Deporte, la descentralización del programa Deporte para Todos y un presupuesto acorde con las necesidades del sector deportivo.

Pronósticos, sin haber atendido y superado los problemas, solo son cantos de sirenas propios de dirigentees populistas.x

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