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Opinión

Milagros Socorro

Partamos de una obviedad: el trabajo de un periodista es público y, por tanto, sujeto al escrutinio. Cuando un periodista comete un error, el costo se carga a su credibilidad, a su prestigio, que es el mayor, quizá el único, patrimonio de un profesional de la prensa. Claro que hay deslices, equívocos puntuales, y hay sistemas de ideas, es decir, convicciones, estilos, formas habituales de abordar los hechos. Es distinto. En el primer caso, el traspié es aislado, puede ser atribuido a esa cualidad tan humana que es la equivocación. Lo segundo ya es otra cosa.

El trabajo de un periodista se basa -o debe basarse- en hechos. No en suposiciones, hablillas o deseos. Cuando un periodista cede a los cantos de sirenas de los extremos radicalizados, su credibilidad se resiente; y si este exceso, en vez de ser una excepción, se convierte en asiduo, ese periodista se expone a la bancarrota de la confianza, que es el peor desmedro que puede sufrir alguien del oficio.

Por ese camino, si un periodista incurre en un disparate o usa su tribuna para planteamientos extra-periodísticos, lo lógico es dejar que las audiencias hagan su evaluación… y concluyan que han sido defraudadas: si alguien se presenta como periodista, sus contenidos deben amarrarse a los hechos; al desviarse de este imperativo, malversa el pacto. Es tarea de las audiencias es exigir el cumplimiento de este arreglo. Por eso, los periodistas más serios tienen las audiencias más influyentes.

Ya sabrán que esta perorata viene al caso por lo afirmado por la periodista Carla Angola en un espacio que se compromete a ser periodístico. Lo que la periodista afirmó no es un hecho, porque no puede ser comprobado, como tampoco es un acto de habla atribuible a una fuente específica. Es una fantasía, una entelequia. Muy bien, todos tenemos derechos a soñar, pero no a presentar nuestros ensueños como material periodístico. Lo que corresponde, entonces, es que las audiencias entren en sospecha y se pregunten: ¿esta conducta es inusitada o es costumbre?, y actúan en consecuencia.

Como ha actuado en consecuencia el historiador y líder de opinión, Elías Pino Iturrieta, quien escribió en Twitter: «A esa conocida joven no la deben imputar por apología del magnicidio, sino por idiota». En una línea, el catedrático resumió el asunto. Lo que corresponde a una desproporción, en el campo del periodismo, es el dictamen público. A unos les parecerá bien, a otros mal, a algunos una aberración y a otros, una idiotez. Así debe ser. El periodista equivocado verá a quiénes concede mayor crédito. Eso sí, para cualquier periodista es un castigo mayor ser calificado de imbécil por el doctor Pino que de magnicida por un tirano.

Más aún, el tirano le ha hecho un favor a Carla Angola, a quien ha victimizado y claro que es víctima, puesto que no hay proporción entre hablar paja (no es cierto que en las redes sociales venezolanas se hable del tal dron), -con lo cual se perjudica el propio reportero- y acusarlo de un crimen que, como acabamos de ver, puede acarrear treinta años de cárcel y atropellos sin cuento a los familiares del señalado.

Lo más grave de este asunto no es, sin embargo, que la tiranía intente intimidar a un gremio acusando a un miembro, que es la verdadera operación. No es, tampoco, que un periodista opte por dejar de serlo al abrazar los delirios radicales (para eso está el ente regulador de las audiencias críticas, que siempre termina por imponerse). Lo más preocupante es que una sociedad deponga el imperativo de la razón para abrazar el del deseo.

Está claro que el auto de detención contra Carla Angola lo que persigue es más autocensura y más miedo en el gremio periodístico venezolano, pero el caso es que se condena la expresión de un deseo. Se da por hecho que el deseo es equivalente a la realidad, que el deseo puede poner en marcha la realidad, incluso, que puede sustituirla. Y en esto, el régimen no está solo. La sociedad venezolana en su conjunto se ha ido hundiendo en el tremedal de la superstición hasta disiparse el pudor para hablar desde paradigmas irracionales.

Lo vemos en política. El discurso se ha ido vaciando de hechos, de propuestas, de estrategias, para apuntar a fantasías. Con la coartada de que la política se basa en emociones, el liderazgo ha devenido en modelo de irracionalidad, de boberías. Lo vemos en la medicina y la sicología: piensa positivo, lo bueno atrae lo bueno, o paparruchas así. Y, claro, al confundir los deseos con la realidad, nos desactivamos, para qué voy a hacer nada si, total, ya lo deseé. Incluso, con fuerza.

Con el agravante de que los activistas del deseo están convencidos de que Dios, o la fuerza sobrenatural que los concede, viven en los medios de comunicación y en las redes sociales. Así, vemos en chats de profesionales universitarios mensajes con oraciones, estampitas religiosas y cuitas dirigidas a deidades diversas. Sin el más mínimo comedimiento. Por qué creen que Dios está en Facebook y hasta en el cáustico Twitter, más que en la dulce oscuridad de sus habitaciones. Lo creen porque las ansias han sustituido a la razón y porque se sienten obligados a hacer proselitismo: todo el mundo debe claudicar ante la sinrazón.

En esto no hay bandos. El país completo ha ido sumergiéndose en la lava del deseo como remplazo de la razón. Es sabido que el hombre nuevo se mueve por pasiones ideológicas, no por motivaciones políticas (cualquier iniciativa puede ofender al partido único, al tirano eterno único) ni mucho menos materiales, contrarias al “altruismo” del socialismo del siglo XXI, que reserva el producto del saqueo para sus jerarcas. En fin, no se puede hacer para cambiar el gobierno, ni mucho menos el sistema. Lo único que se puede hacer es desearlo. Y hete aquí que en la era de la irracionalidad, el deseo también puede ser un crimen.

8 de agosto 2022

La Gran Aldea

https://www.lagranaldea.com/2022/08/08/angola-en-la-era-del-deseo/

 4 min


Estela López, Àlex Soler

La coyuntura internacional provocada por la pandemia y por la guerra de Ucrania está favoreciendo a las empresas que ya desde antes apostaban por la economía circular, y a la vez está multiplicando el florecimiento de nuevos proyectos. La concienciación ambiental, las ayudas públicas, la inflación y la escasez de suministros actúan como palancas.

En el caso de Cataluña, según un estudio de la Generalitat, existen 626 empresas que se dedican a desarrollar soluciones o tecnologías vinculadas a la economía circular, un 60% más que hace cinco años. Dicho documento subraya el crecimiento y la importancia de este ámbito para la economía catalana, ya que las empresas que se dedican a ello generan 33.000 puestos de trabajo directamente vinculados a la economía circular y una facturación de 11.014 millones de euros, casi el triple de la detectada hace cinco años y que representa el 4,6% del PIB catalán.

Por sectores, las empresas que ya están incorporando modelos de circularidad en mayor medida en sus procesos de producción son las de los sectores agroalimentarios (22% del total), el textil y moda (10%), la construcción (9%), los proveedores de metal (7%), el packaging (7%), la industria farmacéutica y cosmética (7%), el hábitat (6%), los bienes de equipo (5%), la higiene y limpieza (4%) y la movilidad y automoción (4%).

Marc Fabra, cofundador de la agencia de diseño Lúcid de Barcelona, explica a elEconomista.es que el modelo circular requiere que los productos estén el máximo tiempo en uso, y que después puedan ser reparados, reaprovechados o reutilizados. La clave es reducir al máximo el impacto medioambiental y utilizar recursos renovables, reciclados o en última instancia, adquiridos de forma ética. Afirma que no solo es rentable, sino que "es el único modelo de negocio viable a largo plazo para cumplir con las normativas y certificaciones que vienen" y para preservar el planeta.

Los ejemplos abarcan, desde gigantes como la metalúrgica Celsa, a startups como Infinite Athletic. En el caso de Celsa, cerró 2021 con una previsión de cifras de negocio récord mucho mejores de las esperadas incluso antes de la pandemia, hasta un récord de 5.300 millones de ingresos, y 600 de ebitda. La compañía ha esquivado el alza de las materias primas y crisis de suministros porque el 93% del acero que produce proviene de la chatarra que recoge la misma empresa. Además, usa hornos eléctricos, con lo que emite 20 veces menos CO2 que sus competidores, que optan por la combustión y deben pagar derechos de emisión.

De basura a materia prima

Los avances en tecnologías de tratamiento también permiten convertir en nuevas materias primas los residuos que acabarían en el vertedero, por no ser reciclables. En este ámbito, Agbar, Enerkem y Repsol invertirán más de 500 millones en Tarragona para poner en marcha una ecoplanta en 2025. Será la primera instalación en la Península Ibérica que transformará residuos sólidos urbanos no reciclables en metanol, que servirá de materia prima para plásticos y biocombustibles.

Por su parte, el grupo empresarial Griñó, especializado en servicios medioambientales, tratamiento y gestión de residuos, y generación de energía verde, creció un 20% en 2021, por quinto año consecutivo, hasta una facturación de 145 millones de euros, y pretende invertir 50 millones en tres años para generar energía verde a partir de residuos.

Calaf Grup a través de Picvisa, una de las compañías del grupo, impulsa el proyecto Life Pst Sort. Esta iniciativa permitiría, solo en Europa, la recuperación anual de cerca de un millón de toneladas de residuos valorizables provenientes de vehículos fuera de uso. Persigue el incremento de la tasa de recuperación de materiales reciclables de vehículos llevados a achatarrar, lo cual supone un avance para el sector del automóvil y del reciclaje por sus beneficios en términos medioambientales y económicos.

Esta nueva tecnología podría generar, según el grupo, entre 50 y 100 millones de euros de ingresos anuales al sector del reciclaje europeo, un 13% del total vinculado a empresas españolas. Como parte del proyecto, se construyó una planta experimental de recuperación de residuos valorizables de vehículos fuera de uso en la localidad de Calaf, con una superficie de 1.000 metros cuadrados y una tasa de recuperación de hasta un 70%.

Nuevas empresas

Infinite Athletic, que cuenta con el apoyo de Eurecat a través de su incubadora Reimagine Textile, trabaja con el objetivo de fabricar camisetas a partir del reciclaje de las cuerdas de raquetas de tenis, hechas de poliéster, que puede reciclarse una y otra vez para reconvertirse en nuevas prendas. Todo, para aprovechar las 60 toneladas al año de desechos de cuerdas de raquetas que se generan en España. En su caso, la transformación de las cuerdas en hilo la realizan empresas externas especializadas.

También con la participación de Eurecat, Salema propone un modelo de economía circular utilizando los desechos como fuente alternativa de materias primas críticas (CRM) para producir aleación de aluminio para vehículos eléctricos. Otro ejemplo de economía circular es Eurofragance, que ha desarrollado su primer ingrediente, llamado L'Ame du Bois, a partir de restos de madera, que se recicla de forma natural transformándose en materia prima. Este ingrediente se utiliza para el diseño de fragancias y para las categorías premium de productos tanto en perfumería fina, como en cuidado del hogar o personal.

Y no solo son empresas las que apuestan por la circularidad, también las aceleradoras creen en estos proyectos. El caso más claro en este campo es el de Impact Hub, que anunció a mediados del año pasado Tangram, un programa de acompañamiento en la creación y desarrollo de negocios con impacto en economía circular. Tangram cuenta con dos itinerarios, aceleración e incubación, que se desarrollan desde Bilbao y Barcelona.

9 de agosto 2022

El Economista

https://www.eleconomista.es/capital-riesgo/noticias/11900771/08/22/La-ec...

 4 min


Humberto García Larralde

La conclusión de Lord Acton, recogida arriba, es axiomática: en ausencia de contrapesos, quien ostenta el poder puede hacer lo que le da la gana. Y el poder absoluto se define, precisamente, por eso, por la ausencia de contrapoderes que lo limiten. La famosa máxima del historiador y político inglés partía de señalar, como se sabe, que el poder en sí tiende a corromper.

De ahí la importancia decisiva de erigir instituciones que lo acoten, hagan inviolables los derechos ciudadanos, y obliguen a la rendición de cuentas y a la transparencia de la gestión de los poderes públicos. En una democracia auténtica, en la que reina el equilibrio de poderes independientes, conforme a la fórmula de Montesquieu, y existen medios de comunicación libres y una ciudadanía protagónica, tiende a reducirse al mínimo las posibilidades de cometer atropellos, y a expandirse al máximo las garantías y libertades individuales.

Y es aquí donde se desnuda el régimen de Maduro. En apenas una semana ha condenado a ocho años de prisión a Juan Requesens, acusándolo –sin prueba alguna—de tener participación en el supuesto atentado del dron, ese que puso a correr a sus chafarotes; ha anulado, de un solo plumazo, conquistas laborales fundamentales, cercenando el pago de vacaciones y bonos a los empleados públicos, incluidos los profesores universitarios, a pesar de contemplarse en los respectivos contratos colectivos; y, para mayor ridiculez, el fiscal en funciones, Tarek William Saab, emite una orden de captura a la periodista Carla Angola por una opinión emitida en una entrevista en EE.UU. Si a eso se le añade la prisión sin juicio de Roland Carreño y de Javier Tarazona, como de centenares de presos políticos por el hecho de ser críticos del régimen; el bloqueo de fuentes independientes de información en la red; y el atropello de los cuerpos represivos del Estado en barrios populares o en zonas fronterizas --entre otros desmanes--, tendremos una aproximación a los horrores asociados al ejercicio, sin freno, del poder.

Porque la corrupción a la que se refería el barón inglés no se restringe a las marramuncias que pueden cometerse con los dineros públicos. Ataña directamente a la condición humana. Es la degradación del espíritu de aquellos que, por creer que disfrutan de un poder ilimitado, desprecian a quienes no son sus acólitos para maltratarlos cruelmente. Desaparece toda referencia moral y ética como criterio de convivencia civilizada entre quienes divergen en sus gustos, preferencias y opiniones, para dar paso al ejercicio desnudo de la fuerza contra quienes, al haberse destruido el Estado de Derecho, se encuentran desamparados ante las arbitrariedades de los poderosos. Y esta crueldad se exacerba si quienes la ejecutan se sienten inspirados por una misión trascendental que los sitúa por encima del bien y el mal.

Ese fue, quizás, el mayor crimen que pudo haber cometido Hugo Chávez. Con su lenguaje de odio y descalificación, convenció a sus huestes de que quienes discrepaban no tenían derecho a ser tratados como iguales. Hizo del adversario político legítimo, un enemigo irreconciliable. Su pecado, no haber sucumbido a las soflamas patrioteras de quien se proyectaba como heredero del Libertador y someterse, sin chistar, a su liderazgo. La demolición de las instituciones democráticas y el uso “persuasivo” de la violencia por parte de sus camisas rojas, en un contexto de militarización creciente del quehacer político, desembocó en un régimen neofascista, animado por la consigna “patria, socialismo o muerte”.

La prédica militarista-patriotera, reforzada luego con la asimilación de algunos mitos del comunismo castrista, forjó el apego de sus partidarios a un pensamiento único, cuidadosamente cultivado por Chávez. El culto a su persona y la erección clara de un enemigo “mortal” –el imperio estadounidense—le pasó la aplanadora toda idea independiente al interior de sus filas. Con formulaciones maniqueas simplistas, amalgamó a sus fieles tras de sí, eliminando todo posible contrapeso. El poder creciente de Chávez tuvo como único freno su propia percepción de la conveniencia política de emprender algunas acciones; hasta dónde tenía sentido llegar en su proceso de desmantelamiento institucional.

Maduro, sin la ascendencia de su mentor, se aferró a su legado para permanecer en el poder. Acentuó la corrupción de contingentes del alto mando militar ofreciéndoles oportunidades de lucro de todo tipo para amarrarlos, como cómplices en el despojo de la nación, a su gobierno. El constructo ideológico con que se quiso “legitimar” este despojo --que es en lo que se convirtió la llamada “revolución” bolivariana—hizo que algunos de militares se creyesen el cuento de ser herederos del ejército libertador y, por tanto, propietarios exclusivos de Venezuela. Se forjó un Estado patrimonial, amparado en un poder judicial obsecuente y también cómplice. Al desatar una mayor represión y extender las prácticas de terrorismo de Estado, se ha afianzado en sectores del chavo-madurismo la percepción de que su poder carece de contrapesos. A ello han ayudado los errores que impidieron a las fuerzas opositoras mantenerse como opción clara de poder. Internacionalmente apuestan a Putin, con la esperanza de que, con su apoyo, los desembarace de las reglas de juego que castigan a sus prácticas gansteriles. Y, con la toma de posesión de Petro en Colombia, se ilusionan de contar también con su anuencia ante los desmanes cometidos.

El patrimonialismo instaurado lleva a un personaje tan emblemático como Diosdado Cabello a alertar a Repsol y a ENI que, si bien ahora tienen licencia para exportar crudo venezolano a Europa y cobrarse sus acreencias con PdVSA, tienen que “dejarles alguito para el café”. Maduro, les entrega 10.000 km cuadrados (un millón de hectáreas) a sus “panas” iraníes para cultivo, amén de condonarle la deuda a países del Caribe que compran petróleo venezolano.

Adicionalmente, la asamblea oficialista aprueba una ley de Zonas Económicas Especiales que le confiere la discreción al presidente y a otros jerarcas de decidir quién (o quiénes) pueden beneficiarse de los incentivos provistos. Y los ejemplos siguen. Es en esta veta que las ministras de Educación y de Educación Superior le pasan por encima a los contratos colectivos de profesores y empleados, como al principio de progresividad del derecho, para rebajarles sus remuneraciones. Y los hermanos Rodríguez, violando descaradamente la autonomía universitaria, hacen levantar un monolito a la memoria de su padre en terrenos de la UCV (“Tierra de Nadie”) como si fueran de ellos, sin pedir permiso a las autoridades correspondientes.

Y todo ello ocurre cuando, aparentemente, se adelantan medidas orientadas a una mayor liberación de las fuerzas de mercado: la “normalización” de la que quiere beneficiarse Maduro. Pero todo paso en esa dirección implica ofrecer alguna garantía a los agentes económicos, si se quiere que funcione. La manifiesta incongruencia con el ejercicio de poder sin restricciones comentado arriba, lleva a pensar que hay confusión e intereses contrapuestos en juego en el seno del chavo-madurismo.

La ausencia de contrapoderes institucionalizados obliga a las fuerzas democráticas a ejercerlos por la vía de hecho. Es la verdad de Perogrullo que tanto atormenta a la oposición: el deber de constituirse en fuerza, en un poder efectivo, con capacidad de arrebatarle al oficialismo las garantías que permitan afianzar posibilidades para la apertura democrática y para proveer oportunidades de sustento digno a los venezolanos. No hay otro camino que acompañar a los distintos sectores en sus luchas, procurando que sus objetivos particulares se concatenen en una plataforma política que apunte a la restitución de los derechos fundamentales de los venezolanos, tanto en el plano político como en el económico y el cultural. Sin transformarse en esa fuerza, en ese contrapoder, Maduro no accederá a realizar elecciones confiables, más cuando los EE.UU. y la UE tienen, claramente, prioridades más importantes que atender.

La escogencia de un candidato unitario a través de primarias debe convertirse en un paso decisivo en la construcción de esa fuerza. Es menester hacerlo al calor de una discusión fructífera en torno a las reivindicaciones económicas y políticas del momento, que se plasme en una narrativa que la gente haga suya y se movilicen para su concreción. Quizás sea la mejor forma de visualizar la cohabitación a que se refiere el Secretario General de la OEA, Luis Almagro. Aprovechar los amagos de apertura de Maduro para exigir los derechos sobre los que tendría que fundamentarse para ir ganando la confianza de la población como alternativa viable de poder, garante de que se restituyan las libertades democráticas y el Estado de Derecho. Las elecciones de 2024 y, mucho menor, el triunfo de la oposición, están dados.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 6 min


Edgar Benarroch

EL SECTOR AGRÍCOLA

Nuestro sector agrícola, pese a no haber tenido la asistencia técnica y económica de los gobiernos, se mantenía por la férrea voluntad y disposición de los empresarios y agricultores, pero ello tiene un límite y entonces el auxilio oficial se hace necesario para seguir hacia adelante. A ese límite se llegó hace 15 años y este régimen no fue capaz de meterle la mano y hoy estamos en un proceso de estancamiento y retroceso, producto de la criminal desatención y atentado alevoso del régimen y como si fuera poco, las expropiaciones caprichosas de tierras prosperas en franca producción e invasiones inducidas por las autoridades, llevó todo al colapso. Así que tierras prósperas y productivas hoy son monte y culebras.

La situación actual del sector, sin precedentes en nuestra historia, es producto de una acción criminal desplegada por el régimen para destruir al empresario y desconocer sus derechos de propiedad y bienhechurías siempre reconocidos en el pasado, antes de lo que por desgracia tenemos. Desde el régimen se impulsó e impulsa una acción que profundiza el riesgo y la incertidumbre en el campo, frena la inversión y tiene la agricultura en un total y grave estancamiento que trae como consecuencia desabastecimiento y nos obliga a alimentarnos de productos importados.

Además de que el régimen no ayuda y maltrata, es indiferente y como tal cómplice ante los secuestros, invasiones, abigeato y extorsiones de todo tipo: pagas el peaje o te expropiamos, invadimos o matamos. Todo ello ha creado un ambiente muy adverso e inseguro. Esta lamentable situación es superable y volver al campo pasa por la salida de lo que tenemos y el restablecimiento del estado de derecho, que es el imperio de la ley que supone el reconocimiento y respeto de los derechos de propiedad y posesión consagrados en nuestra Constitución.

Si esta grave situación del sector agrícola no se enfrenta con inteligencia, mucha dedicación y conocimiento del medio, nos veremos más adelante en una situación aún peor de la que tenemos.

El “Pabellón”, plato venezolano de lo más típico, ahora ya no lo es, tiene múltiples nacionalidades: caraotas negras de Brasil, carne de Argentina y Uruguay, arroz de China o la India y plátanos de Ecuador. No producimos nada, solo monte, piedras y culebras.

Acabaron con el árbol que contribuía con nuestra alimentación y ahora nos tienen dependiendo de árboles de otros países: economía de puertos. Este régimen ha sido el peor de los ciclones que arrasó con todo y “el queso que había en la mesa también se lo comió”.

12 de agosto 2022

EL DIÁLOGO RÉGIMEN-OPOSICIÓN

El diálogo es la manera civilizada y en paz de los seres humanos entenderse. “Hablando se entiende la gente”. Cuando al diálogo se le anteponen condiciones absolutamente subalternas y sin ninguna importancia nacional, se le está saboteando y alejando. Cuando no se reconoce la importancia capital del diálogo para llegar a acuerdos en armonía y se le condiciona con intrascendencias, claramente no se es amigo ni se le estima.

Se inició un proceso de diálogo en la ciudad de México entre este régimen y la oposición, para ver si es posible alcanzar acuerdos que devuelvan la paz, el bienestar y la felicidad al pueblo venezolano. Cuando el señor Alex Saab, colombiano de nacimiento con ascendencia libanesa y naturalizado venezolano, fue detenido en los Estados Unidos e investigado por distintos cargos delictivos, el régimen de Maduro dijo que suspendía el diálogo que se realizaba en México, si no se paralizaba la investigación y le daban inmediata libertad al señor Saab.

Ahora, a propósito del caso del avión venezolano-iraní, que sospechosamente hacía viajes muy frecuentes entre Caracas y Teherán y viceversa, detenido en Argentina por el poder judicial de ese país, por serias sospechas de contrabando y tráfico de oro, el régimen pone como condición para continuar con el diálogo, la devolución inmediata del avión a Venezuela.

Esos condicionamientos, sin ninguna relevancia, son amenazas y chantajes inaceptables e increíbles, son signos claros de la poca o ninguna importancia que este régimen le da al proceso de diálogo. “Si no te portas bien, no te doy caramelos”, entre infantiles vale la condición, pero entre gente adulta, máxime cuando se detente el poder, es inconcebible e inaceptable.

Creo que el régimen no tiene ningún deseo en conseguir cuanto antes una salida a la inmensa y honda crisis que hunde al país y que a nosotros nos provoca tanto daño y malestar.

Pese a todo, debemos insistir en el diálogo, aunque pensemos que el régimen no tiene voluntad ni disposición; es la vía civilizada para lo más temprano posible lograr una salida decente y en paz al terrible drama que sufrimos. Si logramos adelantar las elecciones generales, por supuesto incluye la Presidencia de la República, estaremos dando un buen paso muy importante para la reinstitucionalización política del país y más adelante y en seguida vendrán las demás. No nos queda otra que aguantar la pesadez del régimen e insistir en el diálogo.

11 de agosto 2022

DOS VENEZUELA

Venezuela era un país con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto de América Latina, producía 3 millones 500 mil barriles de petróleo todos los días y PDVSA era una de las cuatro empresas más importantes del mundo industrializado, con tierras fértiles, fecundas y cultivables, con reservas internacionales de 16.000 millones de dólares y la gente, con sus problemas, vivía mucho mejor que ahora.

Los servicios públicos eran eficientes y continuos, la inseguridad personal y de bienes estaba por debajo del promedio de Latinoamérica y con un salario mínimo promedio de 120 dólares mensuales. Universidades de prestigio con inmensa capacidad para la academia y la investigación y los centros públicos prestadores de salud estaban bien equipados y con medicinas fundamentales. Todo, absolutamente todo eso se derrumbó, o mejor escrito lo derrumbaron. Todo cambio para mal y peor.

Hemos pasado por siete años de recesión económica y cuatro de hiperinflación (la más alta y prolongada en la historia de la humanidad). Los ricos son más ricos ahora y los pobres son más pobres. Hugo Chávez es el padre de la catástrofe económica, social y humanitaria del país, seguido muy de cerca por Nicolás Maduro. Tenemos en la actualidad, según ENCOVI (Encuesta nacional de condiciones de vida) una pobreza que llega a la sideral cifra del 94% de la población (gente que no tiene acceso a la cesta alimentaria y de medicinas), solo el 6% puede ir a los restaurantes, disfrutar del cine, viajar y comprar ropa y calzado.

Estamos en presencia de dos Venezuela: una chiquitita rica y otra gigantesca pobre y ello ha traído un estancamiento social después de ser un país con gran movilidad y permeable, pero además provoca fricciones y roces muy inconvenientes.

Hoy tenemos el 700% de inflación anual, 100 veces más que el promedio latinoamericano y el salario mínimo más bajo del mundo; nadie imaginó, diez años atrás, que nuestro salario sería inferior al de Haiti y al de Cuba. Vemos el macabro contraste de una persona buscando en la basura algo de comer y otra al lado comprando cervezas importadas.

La generación que irrumpe en 1958 era casi en su totalidad hija de gente trabajadora, muchos solo con sexto grado y algunos aventajados bachilleres, y sus hijos hoy son profesionales con doctorados, así eran aquellos tiempos, que además nos permitía comprar vivienda y carro.

Nuestras reservas internacionales eran de 16. 000 millones de dólares y ahora son de 4.500 millones, las más bajas de los últimos treinta años. Nuestro PIB descendió en un 75%. La economía con peor desempeño en el mundo en los últimos diez años es la nuestra.

No podíamos esperar otra cosa después de los excesivos controles de todo tipo y el “exprópiese” caprichoso y criminal que espantaron y alejaron las inversiones nacionales y extranjeras.

Venezuela no se arregló y si siguen las cosas como están empeorará. La vamos a arreglar nosotros Dios mediante, sacando a este régimen totalitario, demagógico y populista y contando con la potencialidad económica que aún le queda al país y con todos nosotros. Mucha gente que se ha ido volverá con el cambio, pero aún en el país tenemos un contingente muy bien equipado y de primer orden.

10 de agosto 2022

UNA COMUNIDAD IDEOLÓGICA, ORGANIZADA Y QUE ACTÚA

Un partido político es una entidad de interés público que se crea para promover la participación ciudadana en la vida democrática de un país. Es una agrupación cuyos miembros o militantes convienen en asociarse para participar en la vida política. Un partido político se caracteriza por la existencia de tres elementos: ideología, organización y acción; la ausencia de uno de ellos lo desnaturaliza.

Entonces un movimiento político es una comunidad ideológica compartida por sus adherentes. La ideología es el lazo fundamental que une a la militancia y la razón para adherirnos a una causa. Cuando ingresamos a un partido político lo hacemos porque nos identificamos con su planteamiento ideológico y concepto de vida. Todo movimiento de carácter político debe tener organización para poder actuar de manera eficiente en la comunidad y debe actuar para robustecer su estructura y alcanzar el poder que debe entenderse como un medio, un instrumento y no como un fin.

Esa comunidad ideológica, para ser grata y tolerable para sus integrantes debe ser también una comunidad de afectos y solidaria. Los militantes deben ser fraternos y festejar cada día la coincidencia ideológica y cada quien, en la medida de sus posibilidades, trabajar por mejorar el partido y lograr el poder, desde donde se debe, una vez alcanzado, realizar una intensa labor, con el sello ideológico, para alcanzar el Bien Común y la Justicia Social.

Son los partidos políticos pilares fundamentales en los que descansa y se soporta la democracia, por ello, si queremos más y mejor democracia debemos procurar y coadyuvar a tener excelentes partidos, debemos cuidarlos, alentarlos y alertarlos para que nunca abandonen su función de servicio que siempre debe ser en función del gran interés nacional, privilegiando a los pobres y vulnerables.

Los partidos democráticos deben practicar internamente los postulados de la democracia y en consecuencia la militancia organizada debe tener una participación importante y en algunos casos decisiva en la vida del movimiento. Las estructuras piramidales rígidas, donde la cúpula es la que resuelve lo que debe hacer y cómo comportarse el resto, no son democráticas y son propias de los partidos totalitarios donde existe una nomenclatura que es la que resuelve todo lo atinente al conjunto y los demás son simples seguidores obedientes.

Los problemas de la democracia, que los tiene, se resuelven con más y mejor democracia, nunca con menos. Ella tiene la bondad de ser perfectible y en función de eso debemos actuar. Bebemos del agua del país y es necesario que ella sea limpia y potable.

9 de agosto 2020

ALACRANES

Tengo entendido que alacrán es un nombre que se le da al escorpión que es artrópodo arácnido depredador. Cuenta con un par de pinzas de agarre y una cola estrecha y segmentada que forma una curva hacia adelante rematada con un aguijón. Su veneno es neurotóxico y produce dolores intensos y enrojecimiento del lugar de la picadura y puede producir también taquicardia, dificultad respiratoria, lagrimeo y temblores, en casos de mayor gravedad se pueden presentar vómitos, diarreas y alteraciones cardíacas.

Los alacranes son atraídos por la suciedad: basura orgánica, escombros y maderas. Las arañas y cucarachas le llaman la atención porque son parte de su alimentación. Hasta aquí lo que conozco sobre el alacrán.

Ahora bien, últimamente me he informado que usan el término para calificar o descalificar a algunos políticos, no conozco la connotación política del término ni a que se refiere, pero supongo, me imagino, que nada bueno es el calificativo. ¿Será dado a personas que militando en partidos de oposición le hacen carantoñas al régimen en busca de beneficios y prebendas personales? ¿Serán personas “quinta columnas” traicioneras que integrando la oposición le transmiten al régimen la estrategia y tácticas de aquella?

Lo cierto es que cuando se quiere desprestigiar a alguien de manera muy grosera se le llama alacrán. Como hemos dicho, los alacranes viven en la suciedad y si algunos de ellos están en un partido político significa que nada limpio es, no es admisible la convivencia de políticos serios y decentes con quienes se les consideran alacranes.

Un partido político serio y que se estime como debe ser, no puede tolerar en su seno a alacranes, si hay pruebas ciertas de que lo son; inmediatamente se deben tomar medidas disciplinarias para limpiar el terreno de suciedad y el que es alacrán a conciencia, si la tiene, simplemente le entregó su alma y dignidad a Lucifer y si se estima en algo debe jugar su rol en la suciedad que es donde debe estar por ser su hábitat natural.

Endilgar este calificativo de alacrán a alguien y seguir conviviendo con él, es hacerse cómplice de sus andanzas e inapropiada conducta y ello en nada colabora para tener movimientos políticos decentes y serios.

La política es una actividad de servicio excelsa, muy seria y cargada de convicciones y quien no sirve para servir ni tiene convicciones trascendentes, no debe actuar en política ni hacerse parte de ella y si ya está en política debe apartarse por su bien y el bienestar del conjunto y así no obstaculizar a los buenos que desean alcanzar el bienestar y la felicidad general y propia.

7 de agosto 2022

PROMOCIÓN POPULAR

Luis Herrera, en su campaña electoral ofreció, entre otras cosas, un serio y sustantivo programa de promoción popular y ya como Presidente de la República, en su primer proyecto de Ley de Presupuesto, presentó al Congreso Nacional la solicitud de recursos para crear el despacho ministerial que se encargaría de la promoción popular.

No solamente les fueron negados esos recursos, sino que se aprobó un artículo donde se prohibía todo movimiento presupuestario tendiente a favorecer la promoción popular, ello constituyó un hecho insólito y sin precedentes. Con razón el Presidente Herrera luego dijo “Le cayeron a batazos al presupuesto que presenté”.

De esta manera el Presidente Herrera vio frustrada su voluntad de adelantar y cumplir su promesa electoral. La oposición tuvo luego el desparpajo de decir que había incumplido su promesa electoral. ¿Cómo se iba a cumplir la oferta si negaron todos los recursos y prohibieron transferencias de fondos para ese fin?

Esta anómala situación, por decir lo menos, de que el gobierno procura hacer y la oposición procura que no haga y niega recursos para hacer, le ha traído al país gravísimas consecuencias y por ello, en los cuarenta años de democracia (1958-98), no se pudo avanzar más en el desarrollo.

La promoción popular era abrirle al país canales de participación ciudadana no solamente en la ejecución de obras de importancia para la comunidad sino también en su estudio, discusión y concepción. Venezuela perdió en ese momento, transitar un camino donde el pueblo organizado hubiese sido el gran constructor de su presente y futuro. A lo mejor si lo hubiésemos implementado la situación de hoy fuera distinta.

Este régimen ofreció participación y protagonismo popular y en la reforma constitucional se introdujo un articulado sobre los distintos referendos, pero qué ha hecho después, lo dispuesto en la Constitución pasó a ser letra muerta y cuando se intentó convocar el referendo revocatorio del mandato de Maduro lo sabotearon y boicotearon de tal manera que hizo imposible su realización.

¿Cuántas decisiones de alta incidencia en nuestras vidas y cuantas leyes aprobadas de altísima importancia nacional se han realizado sin la menor intención de consultar la opinión popular?, pues todas; ningún acto de gobierno se ha consultado al pueblo que ellos llaman protagónico y participativo. Lo de participativo, como lo entienden ellos, es que participan, algunas veces, lo que van a hacer y lo hacen sin más.

Sin lugar a dudas, esta oferta del régimen sobre la participación es un ofrecimiento incumplido más que engrosa su ya voluminoso expediente. Palabra solo palabras, demagogia y más demagogia, populismo y más populismo es la manera de comportarse este régimen. Ha pasado mucha agua bajo los puentes y ya no necesitamos saber más, todo lo sabemos:

Estamos ante un régimen totalitario, populista, falso, deshonesto y mentiroso que cree que con palabras y desinformación puede torcer la voluntad ya tomada del pueblo de sacarlos del poder cuanto antes. Son felones de la peor especie.

6 de agosto 2022

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Eddie A. Ramírez S.

¿Quiénes son los llamados a exigir que se respete la Constitución y proceder a restaurarla cuando es violada? El artículo 333 de la misma establece que: Todo ciudadano investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia. Los militares, a título individual, como cualquier ciudadano, no pueden eludir esta responsabilidad. Cabe preguntar si corresponde a la Fuerza Armada como institución decidir si ha sido o no violada y proceder a restituirla. Cuando existe separación de los Poderes del Estado, la respuesta es un contundente no, ya que corresponde al Poder Legislativo y al Judicial canalizar las acusaciones de la Fiscalía, de la Contraloría o de la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, el punto se complica cuando esos poderes son cómplices de la dictadura.

El Artículo 328 de la Constitución establece que la Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna…. Evidentemente, nuestra Carta Magna no le atribuye a nuestra Fuerza Armada el papel de árbitro del sistema democrático. Sin embargo, en negrilla se destaca algo que no cumple, lo que es una violación de la Constitución.

¿Quiénes son los responsables de esta violación? ¿Los oficiales subalternos que portan estrellas plateadas, los superiores que las llevan doradas o los portadores de soles? Los civiles debemos entender que la obediencia es requisito indispensable para la existencia de la Fuerza Armada. Superior manda, subalterno obedece es la máxima, la cual solo no aplica cuando una orden viola el ordenamiento legal, entre ellos el respeto a los derechos humanos.

En resumen, el Alto Mando Militar (Padrino López y generales y almirantes de tres soles), es el responsable de la desviación de la misión de la Fuerza Armada. También cuando se hace de la vista gorda de las torturas en sus dependencias y cuando acepta que compañeros de armas sean encarcelados o pasados a retiro injustificadamente. El resto de los oficiales son culpables a título individual solo cuando torturan o cometen otro delito.

Según el Foro Penal Venezolano, hay 239 presos políticos, entre ellos 132 militares. Recientemente, por supuesta participación en un atentado contra Maduro, fueron sentenciados 17 ciudadanos en un juicio plagado de irregularidades y con evidencias de torturas a los indiciados.

La juez Hennit Carolina López y las fiscales Farid Mora Salcedo y Dinorah Bustamante, con la complicidad del teniente Raymer Amaro y otros, forjaron un expediente para justificar las sentencias. Cabe mencionar que el entonces director del Sebin, general Cristopher Figuera, advirtió que se estaban realizando algunas acusaciones sin base. El general Alejandro Pérez Gámez y el coronel Pedro Zambrano fueron sentenciados a 30 años y el general Héctor Hernández Da Costa a 16 años. Al diputado Juan Requesens le asignaron ocho años. Tres damas, fueron condenadas entre veinte y treinta años. Además, el tribunal solicitó la extradición del diputado Julio Borges, exiliado en Colombia.

Estas sentencias, una más de las muchas dictadas por el régimen de Chávez-Maduro, evidencia la sumisión del Poder Judicial a Miraflores y su responsabilidad como sostén de la dictadura. El artículo 254 de la Constitución establece la autonomía del Poder Judicial. El 266 asigna al Tribunal Supremo de Justicia establecer si hay o no mérito para enjuiciar a un presidente de la República, previa autorización de la Asamblea Nacional. Según el artículo 274, corresponde al Poder Ciudadano (Defensor del Pueblo, Fiscal General y Contralor General) prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y moral administrativa, así como velar por la buena gestión y legalidad del uso del patrimonio público. El 285 obliga al Ministerio Público (Tarek Saab), a garantizar en los procesos judiciales el respeto de los derechos y garantías constitucionales, celeridad y buena marcha de la administración de justicia, el juicio previo y el debido proceso. De acuerdo al 281, el Defensor del Pueblo (Alfredo Ruíz), debe velar por el efectivo respeto y garantía de los derechos humanos. El 287, asigna al Contralor (Elvis Amoroso) la responsabilidad del organizar el control, vigilancia fiscalización de los ingresos y gastos, bienes públicos y nacionales.

Está claro que los responsables de violar y permitir que el Ejecutivo y el Alto Mando Militar pisoteen la Constitución y de no tomar acciones para su restitución son los Poderes Legislativo, Judicial y Ciudadano, es decir los portadores de toga. Ante la complicidad de los Poderes citados, se justifica una insurrección popular y una intervención militar. Como en estos momentos no se visualizan, los ciudadanos debemos acudir masivamente a votar para intentar derrotar el ventajismo y trampas del Consejo Nacional Electoral. Como dijo el general Hernández Da Costa en el tribunal: en un futuro no muy lejano, los detenidos serán otros.

Como (había) en botica:

Felicitaciones a Miguel H. Otero y personal de El Nacional por el 79 aniversario y por seguir en la lucha por la democracia en medio de un acoso permanente.

Bravo por las justas protestas de los educadores.

Monómeros amerita una investigación seria; lamentablemente, las dos publicadas pecan de superficiales y dan la impresión de interés político, y el G4 guarda un silencio que se interpreta como evasión de su responsabilidad ante supuestas irregularidades.

Nuestra solidaridad con la periodista Carla Angola por los atropellos del régimen.

Lamentamos el fallecimiento en el exilio del padre Mikel de Viana. También de Rubén Morales Sempum, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Guillermo Mendoza Dávila

La economía norteamericana ha experimentado crecimiento negativo por dos trimestres consecutivos, lo cual se toma como el inicio de un período de recesión. La decisión de soportar a su población con abundantes recursos monetarios durante la pandemia, aunado a las secuelas de la fútil invasión rusa del territorio Ucraniano, han traído como consecuencia una perversa etapa inflacionaria que apunta a un enfriamiento en la producción y adquisición de bienes y servicios a todo nivel. El descalabro que indujo el COVID en las cadenas internacionales de suministros, en especial las chinas, y las sanciones globales a la conducta bélica “soviética” se suman y contribuyen con la situación actual.

Aun así, todavía el empleo sigue firme en el país del norte, lo cual podría dar signos de resiliencia económica, al permitir soportar el consumo privado, primer motor de su economía al contribuir con cerca del 70% de su PIB. La fortaleza actual del dólar abarata sus importaciones y algunos síntomas de que la inflación está comenzando a ceder son un buen augurio en este momento borrascoso. La data es aún contradictoria e insuficiente, algunas cifras bien y otras muy mal, motivo por el cual aún no se ha declarado formalmente la recesión. Esperemos y anhelamos que logren evitar el decrecimiento económico y contralar la subida de precios.

Para Venezuela esa situación trae consecuencias directas e inmediatas, ya que mensualmente recibimos desde Norteamérica una cifra significativa de remesas en apoyo a los dilapidados bolsillos de los consumidores locales, y que ya se ven mermadas proporcionalmente al efecto que dicha inflación tiene en los remitentes. Por otro lado, nuestra oferta actual de productos de consumo es en un alto porcentaje de origen importado, por lo tanto la inflación internacional “se viene con ellos”, encareciendo lo que a diario adquirimos en nuestras bodegas y supermercados, así como también el precio de los suministros de materias primas que traen nuestras empresas. El costo por fletar un contenedor desde China a Venezuela pasó de unos $4.000 hace 3 años a $24.000 actualmente, con unos marcados atrasos en los tiempos de entrega…y ese incremento se le suma al precio de venta de todo lo que viene adentro de dicho contenedor.

En nuestro país, algunos factores de política económica, tanto cambiaria como monetaria y fiscal se han conjugado para crear unas condiciones mínimas bajo las cuales fragmentos del sector privado ha podido mantener algo de su actividad y en algunos casos muy puntuales se ha logrado un leve repunte. La dolarización, el “taima” en las visitas del SUNDDE y el SENIAT, la no aplicación de la Ley de Precios Justos y otras perlas similares han dado un ligero respiro al empresariado, a pesar de encontrarse ahora con mayores impuestos municipales y el afamado IGTF.

Ahora bien, el camino del crecimiento sostenido que el país requiere para retornar a una economía diversificada y en sólida expansión pasa necesariamente por permitir el crédito bancario, tanto a los sectores comercial y manufacturero como a la construcción. Sólo así podremos ver una recuperación significativa del empleo privado productivo y con ello mejoras en el nivel de vida de la población. Si el precio y el volumen de petróleo mantienen llenas las arcas del Estado y los recursos se orientan a la muy necesaria inversión en infraestructura, entonces tendríamos una oportunidad cierta de volver a donde estábamos…y arrancar desde ahí.

Instagram: @guillermomendozad_

guillermomendozad@gmdconsultor.com

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Julio Castillo Sagarzazu

Esperando a Godot es quizás la más conspicua pieza del llamado “Teatro del Absurdo”. En ella, su autor, Samuel Beckett, nos muestra a Vladimir y Estragón, dos personajes con apariencia de vagabundos, que pasan toda la obra esperando a Godot. Entre ellos se desarrollan las más variadas discusiones y son, de alguna manera, las víctimas de un manipulador que se divierte alentándolos a que sigan esperando al desconocido. En realidad, el autor nunca nos presenta a Godot y Vladimir y Estragón se quedan sentados esperando que aparezca. Al final, cuando ambos se convencen de que no vendrá, se dice así mismos: “Vámonos”, pero, ninguno de los dos se mueve. El telón se cierra con las imágenes de los dos hombres esperando a quien nunca va a llegar.

Se trata de una verdadera hipérbole sobre la indecisión humana, pero también sobre lo frágil que se va haciendo la voluntad cuando esta no se ejercita.

Quizás, esta parábola de la indefinición es lo que ha motivado a un amigo de la democracia venezolana como Luis Almagro a usar otra gran historia, la del Jardín de los Senderos que se Bifurcan, del siempre irónico y erudito Jorge Luis Borges, para enviar un mensaje (no exento de imprecisiones) a las fuerzas democráticas venezolanas.

Esta obra es también una extraordinaria representación, bajo la forma de una novela policial y de intrigas, de la gran paradoja del tiempo y el espacio. Borges, en su eterna ironía, pone a los personajes a morir y reaparecer en circunstancias de tiemplo y espacio que nos desconciertan. Algunos han insinuado que se trata de un juego (Borges también es un bromista) que `plantea, con argumentos literarios, la enorme disrupción que represento en el mundo de la ciencia, la aparición de la física cuántica, en relación con la física newtoniana. Es decir, entre el mundo perceptible y el que no lo es.

Resumida por un lego, como quien esto escribe, es la demostración de que la materia y el espacio no se comportan igual dependiendo de su masa. Y que, además, los maravillosos secretos que esta materia guarda, en dimensiones subatómicas o en dimensiones siderales, son absolutamente imperceptibles para la mirada del observador común.

Tal vez Almagro (esto tendrá que confirmarlo o negarlo el mismo) esté enviando un mensaje críptico en su artículo. Quizás también está siendo vocero de algunos que han visto como la situación en Venezuela y el mundo ha cambiado y que, entonces también, la estrategia de la oposición venezolana debe atender esos cambios. Esto lo sabremos, lo repetimos, de su propia pluma o boca cuando resuelva hacerlo.

Almagro, disquisiciones aparte, lo que si ha hecho es incurrir el error en el que solemos caer los hispanoparlantes cuando usamos palabras o expresiones que son bien tenidas en un país, pero que en otros resultan gruesos tacos o expresiones vulgares. Un venezolano, por ejemplo, que diga “concha” en Chile y “pito” en España, se expone a que le malentiendan.

Extrapolando el asunto tenemos que, por ejemplo, en Venezuela la palabra cohabitación, tiene una connotación polémica. Cohabitar es convivir con otros de acuerdo al diccionario, pero aquí tiene mala prensa, porque evoca la complicidad con el régimen político instalado. En Francia por ejemplo la cohabitación en política es el nombre que se le da a la más que posible situación (de hecho, ha ocurrido varias veces) en la que el presidente de la Republica electo popularmente debe gobernar el país con un primer ministro que es designado por la Asamblea Nacional y que no es necesariamente de su partido. Esto lo entienden los franceses y no se escandalizan por ello. Lo que jamás habrían entendido es que De Gaulle y Pétain hubieran cohabitado durante la ocupación nazi. De hecho, la historia habría sido otra.

De manera que a Almagro habría que aclararle, como cuando se le aclara a un amigo que viaja a Chile o a España, que se cuide de decir “concha” o “pito” no vaya a ser que se encuentre con la sorpresa de que le estén dando lo que no ha pedido.

Pero dejemos de un lado la relectura de Almagro y la labor de descifrar su críptico jardín de los senderos que se bifurcan. Al fin y al cabo, es el error de un amigo.

Lo importante es ahora centrarse en la “espera a Godot”. En la necesidad imperiosa de que las fuerzas democráticas venezolanas diseñen una agenda (una agenda, en política, bien podría definirse como una estrategia con fechas y desafíos) que nos permita salir de esta entropía tan parecida a ese magma informe que existía antes del Big Bang originario.

Aquí si valdría la pena tomar de Borges el mensaje de la disrupción del tiempo y el espacio y recordar que una millonésima de segundos antes de esa gran explosión iniciática, hubo un instante de desequilibrio de temperaturas y fuerzas que rompió el estatus quo. Esa es la teoría de la segunda ley de termodinámica. Esa reflexión pertenece a la astrofísica. Sin embargo, cuando nos referimos a las sociedades, esa fracción de segundos que cambia la situación política y social ocurre cuando se junta la situación objetiva de malestar social, con la dirección política esclarecida que pone en la mesa consignas y voluntad para que tales cambios ocurran.

Hoy podríamos esquematizar estas iniciativas de manera concreta y partiendo de la realidad social y política de la siguiente manera: En primer lugar, hay que dar respuesta a esta tímida, pero decidida, irrupción en la escena social y política de los trabajadores públicos contra las ominosas decisiones de la fulana ONAPRE contra nuestros sueldos y salarios. Un acompañamiento consecuente (y no solo de selfies) a ese movimiento para aportar la experticia de la organización y sobre todo para dar perspectivas al movimiento; para ayudar a tender el puente, en la conciencia social, entre las justas reivindicaciones y el cambio político.

Igualmente, se impone clarificar el camino hacia este cambio político: En ese sentido es necesaria una galvanización del liderazgo sobre el eventual desafío electoral. Afortunadamente, ya quedan muy pocos focos que desprecian la salida política y eso es positivo.

Desde ese punto de vista, dos iniciativas parecieran indispensables: En primer lugar, declarar enfáticamente que la diáspora venezolana tiene derecho a participar en unas eventuales primarias y obviamente en la selección presidencial y segundo, e importantísimo, poner fecha a las primarias para que lo que es una consigna, se convierta en una tarea.

Son decisiones importantes y urgentes.

No estamos para seguir esperando a Godot.

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