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Opinión

Benjamín Tripier

El fallecimiento de Isabel II de Inglaterra ha sacado a la superficie y puesto en su más amplia y clara perspectiva, que más allá de la institucionalidad, y de las tendencias o preferencias, el que hace las cosas bien, y encima lo sostiene durante 70 años, pues recibe el reconocimiento público, sin hacer diferencias y sin intereses particulares

Los temas van apareciendo como oleadas fogoneadas por necesidades de la coyuntura, por acceso a una especie de banco de ideas donde, me imagino que hay un menú de opciones, y también por incorporaciones de sugerencias que, al hacer click en el alto gobierno, pues se impulsan, y si no funcionan, pues se dejan morir.

Lo que ocurre es que, al ser impulsados por el alto gobierno en un país donde ese alto gobierno tiene un poder casi absoluto, esos temas mueven instituciones, presupuestos, relaciones internacionales, y por supuesto, algún que otro empresario que intuya una oportunidad y comience a acompañar.

Porque, a menos que de entrada se demuestre que ese tema no es viable, pues deberá avanzar hasta que se estrelle contra sus propias posibilidades, y se deje morir… silenciosamente… sin culpables, y sin responsables, y con alguno que otro daño colateral, del empresario que hizo el intento. Pero bueno… en definitiva ese es el rol del empresario… emprender… y a veces va bien, y a veces no tanto. Pero debe probarlo, porque solo los empresarios con buena cultura gerencial se asesoran primero y aprenden de la experiencia ajena; eso se llama bechmarking. Y el que no lo haga, perderá más que el que sí lo haga.

Ejemplos de lo anterior lo constituyen la Ley Antibloqueo, y la ley de Zonas Económicas Especiales, que tuvieron su boom, con su promoción y venta, pero no han tenido la aplicación práctica y orientada a soluciones que se esperaba, y ahí siguen esperando su momento.

Ahora estamos con lo de las tierras que están disponibles para que productores extranjeros las pongan a producir, los cuales, con una mirada rápida al terreno, llegan a la conclusión de que esas tierras –en nuestro caso casi cualquier tierra- tienen vocación agrícola o ganadera, y que es un desperdicio que no estén productivas.

Y con esa mirada at a glance, más unas ofertas gubernamentales sobre todo lo que podría hacerse, bueno, cualquier campesino genuino, de cualquier lugar del mundo, con amor a la tierra sin importar donde ésta se encuentre, se entusiasmará y comenzará a hacer planes.

Los globos de ensayo del gobierno

Todo comenzó con un globo de ensayo con el “millón de hectáreas para los iraníes”, desmentido por el gobierno de Irán, que puso sobre la mesa el tema. Porque el tema es bueno… en muchas partes se hace, y es un modelo de negocios probado. ¿Cuál es ese modelo? Pues el de alquilar tierras y ponerlas a producir, ya sea con inversión directa, ya sea con alquiler de equipos, infraestructura logística y sanitaria, y contando con mano de obra golondrina para la temporada fuerte, y con mano de obra fija, casi siempre local, pero especializada por el conocimiento de esa tierra, para el resto del tiempo.

Y tal como en otros casos, el discurso pasó de ese millón inicial, al entusiasmo de “estamos poniendo a disposición de 5 a 7 millones de hectáreas que tiene nuestro país por desarrollar, para llegar a 30 millones de hectáreas cultivables”.

Hay un perfil de inversionista extranjero que no llega a un nuevo país solo y por su cuenta, sino que busca socios locales (con el tipo de asociación que mejor les cuadre a las partes) que ya conozcan la zona… un sherpa que los guíe y acompañe y que les limite el derecho de piso que sin duda cualquier inversor extranjero debe pagar; el cual será muy alto o muy bajo, dependiendo de la propensión al riesgo que decida asumir; o a veces del encandilamiento del “negocio fabuloso” que le impide ver lo que el local ya tiene visto desde hace tiempo… y por eso es que se auto limita.

Pero quien te dice… tal vez ese extranjero, al ver el bosque en su conjunto y desde afuera, encuentra un camino que el local, de tanto ver árboles, se está perdiendo…y así pierde oportunidades. No hay que olvidar que quien mejor conoce las características y condiciones locales, es el campesino/empresario del campo venezolano.

La primera pregunta en la lista de chequeo para avanzar en la inversión, debería ser porqué el campesino/empresario del campo local no lo está haciendo él por su cuenta o con socios… y la segunda, ¿por qué el gobierno no les ofreció a ellos la misma oportunidad? Y en la respuesta a esas preguntas, seguramente encontrarán lo necesario para dar los siguientes pasos.

El tema de los emprendedores está resultando una vía más para subsidiar y transferir capacidad de demanda a gente que, en una proporción muy baja, aportará al PBI del país. En general presionarán con una demanda adicional sobre una oferta de bienes y servicios a la que ellos no están contribuyendo a expandir. O sea que confirmarán la profecía que se cumple sola, de consolidar la inflación estructural por déficit permanente de oferta.

En realidad, habría que separar el subsidio del emprendimiento. Regresar a las incubadoras, al capital semilla y al capital de riesgo, que es de riesgo y no de pérdida. Para los verdaderos emprendimientos buscar algo sólido que acompañe y le de viabilidad al intento, midiéndose el éxito no por los fondos recuperados, sino por los emprendimientos que resulten exitosos.

Porque lo ideal, con esa parte que en definitiva será un subsidio, es pedirles que se formen en algo… que estudien… y pagarles por las notas obtenidas… en casi cualquier cosa; pero que estudien, se formen, y puedan demostrarlo. Porque es difícil que alguien sin estudios pueda ser exitoso en un emprendimiento. Hoy en día, con el estado del arte, hay que estar formado para encarar un emprendimiento. Así sea con una máquina de coser o un carrito de chicha; si se quiere que el país progrese hay que darle formalidad. Así, a este paso, la informalidad y el mercado negro terminarán por arropar a toda la economía…que de hecho eso ya está ocurriendo.

Porque de otra manera seguirán siendo pobres estructurales, así por un tiempo limitado les baje la pobreza de ingresos.

Meseta cambiaria

En lo económico estamos transitando una meseta cambiaria con pendiente positiva que nos debería mantener durante un tiempo en el entorno de los 8 bolívares por dólar, deslizándose suavemente hacia los 9, para saltar nuevamente un escalón, cuando algún evento perturbe este equilibrio inestable en el que vivimos.

Podría decirse que estamos en una transición hacia el establecimiento de una nueva era económica que va en sentido inverso al Plan de la Patria original, y que debería conducir a una nueva versión acorde con los cambios que se van produciendo de hecho, y que le confirman al gobierno que el rumbo económico es el correcto, así les cueste políticamente aceptarlo.

Pero parece un hecho que deberán profundizar el rumbo. Es insostenible mantener las empresas públicas sin participación del sector privado. Y como el tema de asociarse con el estado en empresas mixtas es prácticamente inviable, por asuntos de sanciones, overcompliance y falta de credibilidad, pues tendrá que ser vía el traspaso de la propiedad. Porque la alternativa, que es que el estado mantenga la propiedad y que un privado reconocido asuma la operación, va a ser difícil que ocurra por las mismas razones que para el caso de la asociación.

Y si no se da ese traspaso de propiedad pues todo el rumbo que están trazando, comenzará a perder la poca confianza que se ha ido construyendo. En capitalismo, es mandatorio crecer; y en las condiciones actuales, a lo sumo, podemos aspirar a mantenernos…que, en este ambiente, es ir achicándonos un poco más.

La apertura de la frontera con Colombia tendrá un acto simbólico el 26 de septiembre, pero tomará más tiempo convertirse en algo real. Es posible que la reapertura de las rutas aéreas sea el primer paso concreto, pero hacen falta muchos más, que integren las realidades de los dos sectores privados con las posibilidades políticas que habiliten los dos gobiernos. Este juego recién está empezando, y si bien hay ansiedad y temor entre los empresarios, tomará el tiempo que la política indique: “el tiempo político es perfecto” (Iván Gutiérrez + dixit).

En cuanto al mercado de capitales, ya está formalizado el anuncio de que, además de BDV y CANTV, podremos ver partes específicas de Pdvsa colocadas en el mercado. Es importante la señal de aceptación del capitalismo que implica un mercado de valores, como un sentido de dirección que por un lado le podría dar vida al mercado local, y por otro podría servir para que el gobierno se anime a colocar cada vez más acciones en el mercado, hasta que comience a parecerse a una privatización.

Isabel II

Cambiando de tema, el fallecimiento de Isabel II de Inglaterra ha sacado a la superficie y puesto en su más amplia y clara perspectiva, que más allá de la institucionalidad, y de las tendencias o preferencias, el que hace las cosas bien, y encima lo sostiene durante 70 años, pues recibe el reconocimiento público, sin hacer diferencias y sin intereses particulares.

La cantidad de gente de su propio país, de la comunidad de naciones a la que pertenecía, y del resto del mundo, que le está rindiendo tributo, no es más que una muestra de que solo los resentidos sociales pueden negar que lo ha hecho bien… que lo ha sabido hacer.

Y es posible que sea una vara muy alta para medir a cualquier dirigente, quien, al quedarse solo consigo mismo, debe sentirse comparado y evaluado. Cada uno debería pensar: ¿qué pasaría si yo muero ahora? ¿cómo me evaluaría la gente? Y estoy seguro que, más allá de la megalomanía y la soberbia que suele atrapar a los que alcanzan (de una u otra forma) la conducción de un país, deberían hacer un mea culpa y hacer los correctivos del caso.

Porque la gente, los cientos de millones de personas que asisten al espectáculo de las exequias de la Reina, deben comparar, consciente o inconscientemente, con las personas que los dirigen actualmente en sus países, y deben ya, haber sacado sus propias conclusiones. Lo otro que llama la atención, es el tema de las planificaciones, los protocolos, la institucionalidad y el orden que se percibe en una sociedad que es mucho más socialista que la nuestra, pero más organizada. Y nuestra gente lo nota…

Y no tiene que ver con democracia, porque al ser una monarquía constitucional con dos cámaras, la representatividad está asegurada… tanto para seguir como van, como para dar un golpe de timón como con el Brexit.

Ahí debe haber un aprendizaje para nosotros; porque seguir como vamos no nos lleva a ningún lado, y más bien nos hace retroceder. Y el principal medidor para nosotros debe ser la cantidad de gente que sigue prefiriendo irse de Venezuela ante la alternativa de quedarse. Según la ONU, ya estamos cerca de los 7 millones de venezolanos que han tenido que irse por no encontrar futuro aquí…un goteo diario que nos pone cada vez más vulnerables.

La relación con EE UU sigue atada a los dos elementos críticos que les vengo anticipando desde hace meses. Cualquier flexibilización será a cambio de rehenes y/o de salida democrática con miras a un cambio de gobierno. Por consiguiente, hay que poner los pies sobre la tierra y adecuar las expectativas. Ni siquiera los resultados de las elecciones de medio término cambiaran esas premisas. Lo que sí podría cambiar, son las condiciones de esa negociación, pero siempre dentro de las bandas de la política de estado que arrancó Obama, profundizó Trump, y mantiene Biden.

La posible tercera visita de una delegación de la Casa Blanca, tendrá ese mismo propósito… lo que sí es seguro, es que no vienen a comprar petróleo.

Recomendación

  • Al gobierno: que se aboque a la actualización del Plan de la Patria y lo haga circular reconociendo el nuevo rumbo de la revolución. Lo que he dado en llamar el neo chavismo de Nicolás y Delcy. No se puede seguir en la economía “de hecho” hay que comenzar a anclar las bases.
  • A la dirigencia opositora: que tome ventaja de que cada partido ya ha ido seccionando sus candidatos, para hacer un ejercicio conjunto entre los candidatos y representantes de cada fuerza, como para revisar la estrategia y adecuarla a los cambios que se van presentando. Seguir trabajando como compartimentos estancos, solo profundizará la división y no habrá primaria en el mundo que los unifique. En nuestro caso venezolano, consenso es más importante que elección.
  • A la dirigencia empresarial: que utilice la información de base obtenida en las giras por el interior de Venezuela por la dirigencia de Fedecámaras (enfoque bottom up), para desarrollar un ejercicio estratégico top down para diseñar una estrategia de alto nivel que rescate los elementos críticos identificados, y los coloque en una perspectiva de tiempo hacia el futuro, en un sentido de dirección compartido por todos los actores privados. Y luego de contar con ese instrumento, proponer algo similar con el alto gobierno para poner las acciones estratégicas resultantes, en la perspectiva de importancia y urgencia. Y a partir de allí continuar por un camino común, sin sorpresas y lo más previsible posible.

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Edgard Benarroch

ENEMIGO COMÚN

La vida nos presenta situaciones en las que sólo uno o pocos están involucrados, pero también nos presenta circunstancias que atañen a todos, a la generalidad. Lo que sólo concierne a uno, debemos enfrentarlo sólo o solicitar ayuda y solidaridad según el caso. Lo que involucra a todos, todos debemos enfrentarlo y para que sea exitoso ese enfrentamiento debemos hacerlo en UNIÓN, nunca cada quien por su lado porque distancia el bienestar y profundiza el mal.

No se entiende que ante este desastre que todos sufrimos, que afecta seriamente nuestro bienestar, paz y felicidad, no estemos unidos y presenciemos el lamentable y repugnante espectáculo de cada quien por su lado. La dirigencia opositora, en cualquiera de sus segmentos, es absolutamente responsable de lo que se haga o deje de hacer. Si no estamos unidos todos tenemos el derecho lógico de pensar que nuestros dirigentes no desean la unión a que priva en ellos sus intereses personales ante el sagrado interés general.

Tengo entendido que desde la oposición se hace un gran esfuerzo para designar nuestro candidato a la Presidencia de la República; se supone, fuese cualquiera el método que se escoja, que todos los precandidatos o aspirantes respetaran y harán suyo el resultado de la consulta nacional. Tenemos que concurrir con mucho entusiasmo a la contienda electoral en la se elegirá al Presidente del país y debemos, por amor a Dios y a la Patria, presentarnos con un solo candidato como vía de garantizar la victoria y superar este tiempo que se hace muy largo, que tanto daño ha causado y nos causa.

Más de tres cuartas partes del país desea cambio de gobierno y estaría dispuesta a respaldar la candidatura que la oposición presente siempre y cuando sea producto de la voluntad general o inmensamente mayoritaria.

Si el país nos ve con más de un candidato a la primera magistratura nacional, divididos y fracturados, estaríamos enviando un mensaje nada bueno a la población que puede sentirse confundida y hasta defraudada.

La candidatura que debemos proponerle al país debe ser UNA SOLA, en la seguridad que será bienvenida y despertará nuevas esperanzas y fundado optimismo. El enemigo es común y estamos seriamente emplazados a UNIRNOS de la manera más solidaria posible.

19 de septiembre 2022

EL INEXORABLE TIEMPO

El tiempo es inexorable, inevitable, ineludible, ineluctable, él transcurre y nada ni nadie lo detiene, es eterno e irrepetible, se va y no vuelve, siempre vienen tiempos pero distintos. Es como el agua del rio, que pasa y no regresa, viene más agua pero nunca la misma. El tiempo es un instante y muchos instantes a la vez, empieza, concluye y sigue. Por ello hablamos de corto o largo tiempo, de poco o mucho tiempo, es tan corto como un instante y tan largo como la vida. Lo que es presente en este instante pasa a ser pasado de inmediato y el futuro podemos estarlo viviendo cuando se hace presente para luego ser pasado. En términos muy generales podemos definir el tiempo como el periodo determinado durante el que se realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento.

En nuestro ciclo vital nos desenvolvemos en el tiempo y por ello es muy importante y fundamental tener muy claro su transcurrir y nuestro comportamiento, toda vez que no es renovable, el que se fue se se fue y no regresa y lo que debemos hacer hay que hacerlo. Hacer las cosas en su tiempo, nunca antes que puede ser prematuro, pero nunca después que puede carecer de los efectos deseados. Cuando actuamos es porque previamente hemos pensado lo que vamos a hacer. Es en el pensamiento donde elegimos el camino a seguir. Si pensamos y analizamos este tiempo que nos correspondió y corresponde, tenemos que deducir que debemos actuar para superarlo, para cambiarlo con el fin de lograr tiempos muy distintos y mejores.

Vivimos tiempos de una gran descomposición nacional que nos acarrea un inmenso malestar a todos nosotros, produce un ambiente muy áspero y difícil para el ser humano desenvolverse con felicidad. Nos corresponde luchar intensamente para superar lo que lamentablemente tenemos y debemos hacerlo en UNIÓN de todos quienes deseamos cambio radical ya si queremos salir de este horror en el menor tiempo posible. “En la unión está la fuerza”, lo hemos dicho mil veces, pero también mil veces hacemos muy poco, casi nada, por conquistarla, lograrla y concretarla.

Como cada cabeza es un universo y cada quien tiene sus puntos de vistas, opiniones y análisis, la única manera de encontrarnos en unión es que cada quien aparte sus personales intereses y privilegie, como debe ser, el interés colectivo que es el gran interés nacional.

Estamos en tiempos en los cuales se puede definir nuestro porvenir próximo y no debemos ante esta circunstancia ser indiferente, ver, solo ver y dejar pasar, y no importarnos nuestro destino. Queremos vivir bien, si es posible muy bien, y ello debemos conquistarlo, ganárnoslo con inmensa voluntad de entrega a la lucha sostenida e incansable hasta tanto lograr los objetivos. Este tiempo, como otros, es de entrega, de mucho servicio y lucha, más adelante disfrutaremos de lo conquistado y ganado.

18 de septiembre 2022

AUTOSUFICIENCIA

Por autosuficiencia se entiende la capacidad de un grupo o de una persona de obtener por si mismo los recursos necesarios para la vida y la creación de sus propias herramientas para la transformación de dichos recursos. También se refiere a una actitud presuntuosa o engreída de considerarse mejor y superior a los demás. Una persona que se cree autosuficiente no deja en manos de otros ninguna decisión, no depende de lo que los demás hagan o digan, es reacio a cumplir expectativas ajenas y se limita a seguir exclusivamente sus deseos y pensamientos estrictamente personales que se corresponden con sus aspiraciones.

La autosuficiencia cree tener por sí mismo todo lo que se necesita y piensa que se basta a sí mismo sin ningún grado de dependencia de los demás. Es, al final, un serio complejo de superioridad que le traerá a quien así actúa problemas severos de conducta porque ve a los demás como inferiores. Quien se lo cree siempre interviene en todo y considera que con su opinión se cierra el tema en discusión, desecha y descalifica las otras opiniones y se siente dueño absoluto de la verdad.

Una persona así se hace fastidiosa y puede llegar a ser insoportable por su conducta que lo aparta de la sociedad, se hace pesado y repulsivo. Por muy inteligente y conocedor que nos sintamos debemos comportarnos y actuar con profunda y sentida humildad, pensar si se quiere que sabemos bastante pero poco, practicar el “Solo se que no sé nada” y valorar y considerar las opiniones ajenas, ello nos integra y nos hace partícipe.

El pensar que todo lo sabe y domina va creando una conducta inapropiada en el ser humano que lo aísla del conjunto. El autosuficiente se considera trono de consulta y cae rápidamente en la egolatría, que bueno soy, soy superior. Ese sentimiento de egolatría lo aparta de la solidaridad que debe ser norma de conducta de los humanos y lo distancia de la sociabilidad. El autosuficiente no reconoce a nadie méritos o sabiduría y siempre tiene un “pero” a lo que se le consulta o llega a sus manos. Tiende a no hacer equipo y si lo hace piensa que debe comportarse como él lo decide.

Este tipo de conducta va distanciando a quien la tiene del resto del grupo, porque, como hemos dicho, es pesada y puede llegar a ser insoportable. Así pues, si presumimos algún rasgo por muy pequeño que sea de autosuficiencia en nuestro espíritu, es bueno razonarlo para apartarlo y siempre pensar y tener conciencia que nos falta mucho, pero muchísimo por conocer y saber y que todos los demás también conocen y saben.

16 de septiembre 2022

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Ismael Pérez Vigil

Desde que publiqué un artículo, “Desesperanza” (https://bit.ly/3RfRoDm), hace varias semanas, he recibido comentarios, opiniones, e incluso una invitación del FAVL de Bolívar y Caroní, para tratar el tema en uno de sus foros, sobre todo: ¿Cómo combatir esa desesperanza?; esas interacciones e intercambios me han hecho reflexionar acerca de algunas de las áreas en donde se manifiesta el fenómeno. Hoy quiero tocar dos de esas áreas en las que más me han insistido, las elecciones primarias de la oposición democrática y el tema educativo de la juventud.

Las primarias.

La oposición democrática tomó la decisión de participar, unida, o al menos con un candidato único −que no es exactamente lo mismo− en las elecciones presidenciales del 2024 −que por las declaraciones recientes de Nicolás Maduro, tal parece que si se realizaran en esa fecha, que es la que se desprende de la constitución y las leyes vigentes, aunque aún falta saber si serán en el mes de diciembre, como ha sido la costumbre por años−. Esa misma oposición ha decidido también escoger ese candidato en un proceso de elecciones primarias, que se llevarían a cabo en una fecha indeterminada del año 2023, según acaba de ratificar la Plataforma Unitaria en un comunicado, pero que aún no se tienen mayores detalles de la forma concreta en que se llevarán a cabo. Eso parece que está ocasionando cierta desesperación a algunos sectores, tanto partidistas, como de la sociedad civil, que han manifestado inconformidad, tanto por la lentitud del proceso, como por el método de las primarias en sí, para escoger el candidato.

Opciones.

Teníamos varias opciones para hacer esta selección: Encuestas, consenso o primarias y como bien sabemos, se hicieron enormes presiones para que fuera mediante primarias. Casi que era un delincuente o un traidor, el que no dijera: primarias; pero, como es usual, una vez tomada la decisión, aparecen las inconformidades, por variados motivos: Lo tardío en realizarlas −primer semestre de 2023−; porque eventualmente se decida acudir al CNE, para que facilite máquinas y logística que abaraten los costos; por la incertidumbre al no saber si podrán participar los venezolanos en el exterior; e incluso, por la forma en que se tomó la decisión, de la que, según dicen algunos, se excluyó a la “sociedad civil”. La preocupación lleva a varios al extremo de dudar acerca si se celebraran o no o si los partidos a última hora desistirán de las primarias y se decidirán por el método del “consenso”, acostumbrados como están a las “componendas”, dicen los inconformes.

Creo que todas las objeciones que han ido surgiendo forman parte de ese fenómeno de la “desesperanza”, en algunos, o el interés en otros en desprestigiar el proceso y a la oposición democrática y nada tendría de raro que esté metida la mano de algún laboratorio de guerra sucia del régimen, para desacreditar a la oposición y de paso estimular la abstención, que siempre los ha favorecido a ellos.

Rebatiendo argumentos.

Mas allá de que siempre es posible que en efecto haya algún “arreglo” y se de vuelta atrás en la decisión, creo que los argumentos que están en la calle son fácilmente rebatibles. Por ejemplo, lo de la falta de consulta o que la decisión la hayan tomado los partidos en el marco de la llamada Plataforma Unitaria, hay que decir que “alguien” tenía que tomar la decisión y lo hicieron los únicos que estaban −y están− organizados para ello: Los partidos políticos, es decir: la MUD, el G4, el G7, el G10, o el G-lo-que-sea. Si los partidos consultaron ampliamente la decisión o no, es otro detalle, pero ¿Cómo si no, se podía tomar esa decisión? ¿En una Asamblea multitudinaria de oenegés? ¿En una reunión de partidos y oenegés? ¿Cuáles? ¿Mediante un plebiscito?

¿Se celebrarán las primarias?

Con respecto a la preocupación de algunos por el retraso, que los lleva a dudar si se celebrarán o no las primarias, yo creo que si se van a llevar a cabo; por la muy simple razón que en este ambiente que conocemos de falta de credibilidad en los partidos y en la política, ¿Cómo le explicarían los partidos al país que el candidato no se escogerá mediante primarias? Además, creo que los partidos no tienen mejor opción; siempre será políticamente mejor poner esa decisión en manos del colectivo, antes que exponerse a ser acusados de llevar a cabo una “componenda”.

No me cabe duda, al menos no una razonable, que habrá un proceso de primarias y que de allí saldrá un candidato −alguien va a ganar− en eso no veo problema; tendremos un candidato único, aunque después se lancen dos o tres; que se lanzarán, porque seguramente de alguno de esos partidos ilegítimos, creados por el régimen y el TSJ −e incluso de alguno de los que consideramos democrático− saldrá un candidato “rebelde”, del cual la gente se encargará, porque la gente juega a ganador y cree en la “unidad”, aunque sea un concepto algo abstracto, y al que no se meta en el redil, le pasarán factura. Y si no recordemos: ¿Cuánto votos obtuvieron los candidatos que se lanzaron por fuera de la unidad en 2012 y 2013? ¿O los que participaron en las elecciones de 2018, cuando los partidos democráticos llamaron a abstenerse? ¿O los candidatos que se lanzaron por fuera del acuerdo de “unidad” en Barinas?; no tienen vida política quienes se coloquen al margen de la unidad democrática.

Primarias en el exterior.

Para concluir el punto, conecto con lo de las primarias en el exterior. He afirmado que, dadas las enormes dificultades técnicas, políticas y falta de motivación −también las dificultades jurídicas, pero estas son más fáciles de resolver− veo difícil que se pueda hacer en el 2024 una votación masiva por parte de los venezolanos en el exterior. No repetiré lo ya dicho, los invito a leer mis artículos anteriores, ¡No se votará…! y Estrategia del voto en el exterior en: https://bit.ly/3LkwNw3−; sin embargo, con la celebración de las primarias en el exterior, nos estamos ahogando en un vaso de agua, pues esto es algo que podemos resolver “caseramente”, sin involucrar al CNE; pero, eso implica llegar a acuerdos básicos y allí la sociedad civil puede presionar para lograrlo, para que en el exterior se hagan las primarias, bajo estas características: 1) sin CNE, porque, de todas maneras, el CNE no las va a hacer; 2) que se acepte que todo mayor de 18 años, con una cédula de identidad o pasaporte venezolano, pueda votar, y 3) que cada comunidad de venezolanos en el exterior, organice sus votaciones en el lugar donde vive.

Bajo estas premisas, si se logra que en unas elecciones primarias de la oposición participen más de un millón de venezolanos en el exterior, sería un éxito político enorme. Pero, tiene que haber un acuerdo firme en que se van a respetar los resultados; y llamo “acuerdo firme”, más allá de firmar un papel, que quien no lo haga, se denunciará públicamente, para que el pueblo lo identifique y le pase factura.

Educación

En el tema educativo no estoy involucrado de manera directa; mis conocimientos al respecto son los de cualquier ciudadano que escucha con preocupación lo que familiares y amigos, con hijos en edad de estudiar comentan; pero, hay que estar ciego para no darse cuenta que el deterioro del sistema educativo es uno de los problemas más graves del país y hay que enfrentarlo a todos los niveles; desde las guarderías o lo que llamábamos “hogares de cuidado diario” −aquellos centros que existían o deben existir para que los padres dejen a sus hijos en un lugar seguro y puedan trabajar− pasando por la educación básica y media, la educación técnica o de oficios, para preparar para el trabajo, hasta la educación universitaria.

El nuevo gobierno, por el que luchamos para acabar con este régimen de oprobio, tendrá que decidir donde pondrá recursos y a que le dará prioridad: ¿A la educación de los niños, o a las universidades?, pues posiblemente no habrá recursos para atender todo, desde los sueldos ruinosos de maestros y profesores, hasta el mantenimiento de locales y presupuesto de las universidades; por ejemplo, he presenciado discusiones en las que se plantea de manera muy seria el tema de si es realista que la educación universitaria o superior en general, pueda seguir siendo gratuita, como lo fue siempre.

La juventud y su educación.

Pero con respecto al “adoctrinamiento” ideológico al que ha estado sometida la juventud venezolana, en las aulas y en la vida misma, todos hemos escuchado la preocupación de padres y educadores acerca de que la juventud venezolana no ha vivido en democracia, solo ha conocido este sistema, del supuesto “socialismo del siglo XXI”, que ha destruido al país y propiciado la diáspora y huida al exterior de casi ocho millones de venezolanos.

Ciertamente es preocupante que tenemos una generación −ya casi dos− de jóvenes que han vivido bajo este régimen de oprobio durante los últimos 23 años; que no conocen la democracia; que para ellos elecciones son esas comedias que nos monta el régimen con el CNE; que no saben lo que es una Asamblea Nacional, un parlamento, verdaderamente democrático, en donde se concilien ideas e intereses, se hagan leyes para todos, un cuerpo legislativo que controle al poder ejecutivo y los demás poderes; no han visto un parlamento, sino un antro de componendas. Nuestros jóvenes tampoco conocen un sistema de justicia independiente, sino uno despótico que “imparte justicia” a la medida del gobierno; jóvenes que solo solo conocen partidos políticos como maquinarias electorales; jóvenes para quienes la policía y las FFAA no son funcionarios que protegen al ciudadano o al país, sino individuos que abusan de su poder para matraquearlos y agredirlos.

Y sin embargo, paradójicamente, debo reconocer que por lo que hemos visto, no creo que sea un problema tan grave de resolver; me explico: los jóvenes de la llamada generación del 2007, por ejemplo −que fueron factor decisivo para derrotar la reforma constitucional de Hugo Chávez, que pretendía cambiar el ordenamiento jurídico del país−, la mayoría de esos muchachos estoy seguro que cuando tenían entre 7 y 10 años, acompañaban a sus mamás en aquellas jornadas de protesta, por todo el país, en las plazas públicas, en contra del decreto 1011, de infausta recordación y con aquella consigna: “con mis hijos no te metas”; y en esa época, 2007, cuando los muchachos de las “manos blancas” protestaban por el cierre de RCTV y contra la reforma constitucional, los niños que en ese entonces tenían 7, 8, 9 años, fueron más tarde aquellos jóvenes “escuderos” que protestaron en las calles en el 2014 y 2017, enfrentándose a la policía y los cuerpos represivos, lo que costó la vida a varios cientos de ellos.

Es decir, esa es otra manera de educar, de socializar; o si se quiere, de crear “capital social”, en nuestros niños y jóvenes, al hacerlos testigos de lo que sus padres y abuelos estamos haciendo para salir de este régimen, que vean que no nos estamos cruzando de brazos; esa es una manera de dejar el miedo y la desesperanza, frente a un régimen descontrolado y corrupto. Será en la casa, en la familia, en donde enseñaremos a los jóvenes la lección más importante para sus vidas: Que es vivir en democracia.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 8 min


Orlando Viera-Blanco

El discurso es una herramienta muy poderosa. Ya lo decía Michael Foucault: “El lenguaje es, como saben, el murmullo de todo lo que se pronuncia, y es al mismo tiempo ese sistema transparente que hace que, cuando hablamos, se nos comprenda. El lenguaje es a la vez todo el hecho de las hablas acumuladas en la historia y además el sistema mismo de la lengua

¿Pero qué sucede cuando el habla, el lenguaje, el discurso, el sistema, no es trasparente por falaz, embaucador y manipulado? Nace el abuso de poder a través de la literatura [que no es literatura], sino voluntad de controlar el poder.

Lenguaje, dominación y poder

TEUN A. VAN DIJK en su obra ‘El Discurso y el poder’ [Barcelona 2009], aporta un sesudo análisis sobre lenguaje y control siguiendo los estudios de Rober Fowler, Bob Hodge, Gunther Kress y Tony Trew. “Como lo mostraron Fowler y su equipo en 1979, la noción teórica crucial del poder y la dominación es el «control» […] “Quienes tienen acceso al discurso público, al discurso político, parlamentario; al discurso de los medios, educacional, académico y científico, son quiénes están en condiciones de controlar”. Voluntad de control válida, si los medios, la misión, la oferta académica y los fines, son honestos, son legítimos.

Dice VAN DIJK: “Si alguien controla parte de la producción del discurso público, también controla parte de sus contenidos y, por lo tanto, controla indirectamente, la opinión pública, que puede no ser exactamente lo que pensará la gente, pero será al menos aquello sobre lo que pensará”.

Volviendo con la sentencia de Foucault, qué hacer si el discurso que tiene el privilegio de “controlar contenidos”, sentimientos, tendencias, es manejado bajo la estrategia de la “manifestación episódica” o representación de eventos de alto impacto [tremendistas], para incidir en la memoria de corto plazo. Esquema propio de las redes sociales [RRSS]. Una idea, opinión o síntesis, que debe formarse en 140 caracteres, en 120 segundos o en un reel de 30. Efímero pero filoso.

La comunicación, el lenguaje, la narrativa, los conceptos, el mensaje, se hacen sumamente espontáneos, súbitos, enhebrados con “memes, gimmicks, símbolos o anatemas” que inducen un pensamiento lateral que no es real. Por lo tanto, concluye Van Dijk, poder es control y control es manejar un discurso preferencial en su producción, contenidos y estilo, para inducir al público sobre qué pensar. La teoría de ‘agenda setting’ [Walter Lippmann, McCombs y Shaw] se viene estudiando desde los sesenta. Es crear modelos de consciencia, prioridades y relevancias, afines con las demandas del público. EL objeto es la noticia veraz y la fuente-sujeto, identificable. EL problema en internet es que el objeto es divulgación y la fuente anónima.

Almorzar con Hitler o con Castro

Las RRSS son improvisación e instantaneidad. Es adecuación de la agenda. ¿Qué no hubiese hecho el Ministro de Propaganda Nazi Joseph Goebbels, si hubiese contado en su tiempo con Instagram, Twitter, Facebook o YouTube? Memes que valen más que un poema de Shakespeare o Alexander Pope. Ya lo decía él Macbeth “La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido

El Ministro Nazi [Goebbels] consagró el antisemitismo y la discriminación racial más sangrienta de la historia contemporánea. Un discurso estigmatizante, ponzoñoso, donde los judíos eran los culpables de todo […]

En minutos corrió como pólvora, un “me gustaría almorzar con Hitler y Fidel para preguntarle [a Hitler] por qué no terminó todo lo que había comenzado [el holocausto, el extermino], a lo que agregó “que él no vivió en esa época y desconoce sí pasó”. En otras palabras, el negacionismo como “modelo de inconciencia”, que desecha la historia y la verdad, agendando a los apóstatas y asesinos.

Lo peligroso es que luce como un acto de ignorancia, pero hasta la idiotez [Macbeth] queda agazapada por el medio. En realidad, es un acto de inmensa ‘manipulación episódica’ [Dixit Van Dijk] que golpea vínculos cognitivos y sociales para desmoralizar y negar.

Incurriendo sobre una “memoria corta, sobre aquellos que no les interesa la verdad histórica sino la conducta impropia, ideológica, banal, para sentirse parte de grupos de control, de dominio o preferencia, o para exculpar su inacción o cobardía contra el dictador, recurren a un lenguaje “crítico, falaz, dialéctico, artificioso, lírico, acomodado” que aviva la división, el desprecio, el odio y ojo ¡el allanamiento!.

Un ritual a la mentira no es literatura

Coincido que la narrativa del humorista es pura. Alegra con la verdad. Y aunque duela [la verdad], ríe. Transporta, da Fe y confianza. Por eso el humor tiene tanto o más poder que un político…

Cuando el discurso, la cognición [conocimiento aparente] y la sociedad lo convierten en un arma peligrosa de tergiversación y mentira, corroe la belleza de la cultura, la paz y la justicia. A partir de un ritual absolutista que traza las palabras en un espacio de consagración-oscuro, opaco y fanatizado-según Foucault, “hace de cada palabra un modo absolutamente decepcionante en relación con la literatura, porque no hay ninguna palabra [necia] que pertenece por esencia, por derecho de naturaleza, a la literatura”.

El problema es que la influencia en el «control de la mente» que ejercen los medios debería realizarse en un marco sociocognitivo más amplio, alerta Dijk. “Los medios de comunicación masiva han dado paso a una enorme diversidad de medios alternativos, medios para «nichos» especiales y fundamentalmente las vastas posibilidades de internet, los teléfonos móviles y el uso más individual que hacen de las noticias, el entretenimiento y otros “contenidos”, que son un mélange sin fronteras.

El reto es educar, alertar y rescatar a los lectores y usuarios que en general se han vuelto más críticos e independientes, pero paradójicamente menos informados. Porque no podemos confundir mensaje con literatura, episodio con historia; discurso instantáneo vs. discurso trascendental, tolerancia vs. exceso. La consecuencia de caer en esa mélange [amasijo] sin fronteras, es perder la conciencia que es el contrapoder al control autoritario, por perder la cultura, la información y la verdad…Y triunfan los abusadores de poder, los que desean almorzar con Fidel y con Adolfo…

¿Cuándo comenzamos a hablar de «abuso»? Cuando hacemos un uso ilegítimo del discurso, del medio y del poder de acceso a la opinión pública. Si abuso de poder significa violación de las normas y valores fundamentales en beneficio de quienes retienen el poder, e implica la violación de los DDHH, sociales y civiles del pueblo, aquellos que, en la esfera del discurso y la comunicación-favorecen a los abusadores por falsear la información, opinar sin fundamento u omitir los excesos del gendarme, también abusan.
[…] Y prefiero a los humoristas y a los poetas, los primeros por apelar a la verdad, aun cuando nos hagan reír, y los segundos por no escribir idioteces…que es literatura.

@ovierablanco

 5 min


Luis Ugalde, S.J.

En Venezuela no todo es división y confusión. Hay claros consensos, incluso entre opositores y gobiernistas. Todos queremos cambio para lograr cuatro cosas: trabajo con buen salario, servicios públicos básicos como agua, luz transporte…, servicios de salud al alcance de todos y educación de calidad que ponga a valer el talento de cada uno, y la libertad sin dictadura. Solo algún trastornado o delincuente que vive de la maldad estará en desacuerdo.

Siendo esto así, cada día somos más -incluso chavistas- que nos preguntamos por qué el gobierno de Maduro no quiere o no puede hacer realidad estas urgencias de consenso nacional. Yo estoy convencido de que Maduro es inteligente y, me cuesta entender que quien tomó el mando del país con la promesa de acabar con la miseria y la exclusión, al ver resultados claramente contrarios no abre paso para que los venezolanos lleguemos a acuerdos básicos para resolver las cuatro grandes necesidades en las que ha fracasado el régimen. El grave enfermo nacional necesita consensos claros, sencillos y sin rollos politiqueros.

1-Trabajo y buen sueldo. Las empresas estatales fueron llevadas a la ruina y, las privadas espantadas: miles se cerraron, y la mayoría de las activas trabaja por debajo del 30% de su capacidad. Cualquiera entiende que, para generar trabajo bien remunerado para cinco millones de hombres y mujeres semiparalizados, es imprescindible una muy cuantiosa inversión de capital, fundamentalmente privado puesto que el Estado está arruinado. Pero es obvio que no vendrán miles de millones de dólares nacionales e internacionales, sin garantías jurídicas y bajo la amenaza de la espada del “exprópiese”, lista para decapitar a la empresa privada. El régimen ha entendido la necesidad de atraer capital y ha salido a regalar invitaciones y a vender promesas a quienes vengan a invertir. Pero nada logrará si no hay garantías, ni confianza. Imposible (ver Cuba) con el iluso “Socialismo del Siglo XXI” cuya piedra angular es la eliminación del “capitalismo explotador”. Al capital no le gusta suicidarse y huye rápido de la guillotina. Por eso, sectores como la construcción y la producción agrícola e industrial siguen paralizados, a pesar de que ciertas liberaciones hayan activado el comercio importador y el consumo deslumbrante en pequeños sectores. El salario de hambre de los trabajadores sigue bajando y el crédito nacional e internacional está muerto. Así no sube la producción nacional.

2-Servicios Públicos básicos. Nada caminará con la incapacidad e irresponsabilidad demostradas para restablecer el normal funcionamiento de servicios de electricidad y de agua, para lo cual el país había hecho cuantiosas y muy exitosas inversiones, que fueron la envidia de toda América Latina. Una lamentable gestión pública, corrupta e irresponsable, ha despojado a los venezolanos de luz y de agua y, los tortura. No olvidemos el Metro de Caracas que fue ejemplo de eficiencia y hoy, está en el abandono.

3-Servicios de Salud y Educación. Todos nos preguntamos cómo hizo la “revolución” para hundir la plataforma humana básica en servicios de salud y de educación puestos al alcance de toda la población. Hace 30 años pensábamos que lo logrado se había estancado y había que relanzarlo y sanearlo en muchos aspectos, pero nadie deseaba esta ruina que ha empujado a doloroso exilio a más de 6 millones de seres y ha convertido la educación y la salud pública en castigo para los que no tienen dinero.

4-El mesías engañoso. Uno de los peores engaños es el mesianismo milagrero que el chavismo agravó con el populismo reparticionista de una falsa “riqueza sin límites” que nos había caído en la lotería petrolera. El mesías milagrero convirtió esos ingresos en su caja chica para ir sacando decenas y decenas de “millarditos” (miles de millones de dólares) repartidos con criterio de populista desinversor que acabó hasta con la propia PDVSA. Los disparates se pagan y el mesías se fue en el 2013 dejando asentadas las bases de la ruina nacional que luego se han agravado hasta perder 80% del PIB (suma de la producción venezolana).

Volvamos a la realidad. Nos guste o no, no queda más alternativa que reprivatizar lo que mató la estatización. Ofrecer garantías jurídicas para que el capital y el trabajo se encuentren, reforzar mutuamente sus talentos y conectarse con las potencialidades naturales que tiene Venezuela, si se las sabe despertar. Todo un cambio profundo de nuestra mentalidad económica y su relación con la calidad educativa. No basta el cambio interno del país, sino que necesitamos una nueva relación internacional de confianza y de colaboración con gobiernos, multilaterales y capitales privados. Necesitamos superar las sanciones, lo que no se logrará si no recuperamos la democracia, los derechos humanos y las libertades básicas violadas.

La llave de las puertas cerradas. Ahora el desastre es de tal calibre y las necesidades tan dramáticas que es imprescindible una unidad nacional superior, un enorme apoyo internacional y pasar la página al trasnochado juramento anticapital. Esta puerta se abre si Maduro reconoce el fracaso estrepitoso e insostenible y de verdad camina hacia el acuerdo nacional con diversos actores. Ahora que las oposiciones organizadas parecen escondidas, la población ve y escucha con más claridad la falta de futuro y de esperanza con el régimen. La llave la tienen Maduro y sus militares que deben abrirse al cambio profundo. El malestar y la oposición no están muertos, sino silentes lo que permite escuchar de manera ruidosa la falta de esperanza gubernamental.

Abrir la puerta a la democracia y al acuerdo nacional- con gran solidaridad internacional. Para ello es imprescindible la apertura a la pluralidad democrática con elecciones justas, libres y abiertas a la alternabilidad.

 4 min


Fernando Mires

Continuamente se habla en términos condicionales si Putin gana o pierde la guerra en contra de Ucrania. No obstante, pocos se detienen acerca del real significado del verbo «ganar». ¿Qué quiere decir ganar en este caso? Simplemente, cumplir objetivos. Y bien, esos objetivos los definió Rusia desde un comienzo, entre otros: impedir que Ucrania se convierta en un país occidental, con todos los derechos y deberes que esa conversión implica. No se trata entonces como dijo una vez Kissinger, de un par de kilómetros cuadrados. Se trata, y este es el punto, de eliminar toda posibilidad para que Ucrania se convierta en una nación independiente y soberana. Justamente esa intención fija los objetivos de Ucrania.

Ganar la guerra a favor de Ucrania significa que «siga siendo una democracia soberana, con derecho a elegir sus propios líderes y hacer sus propios tratados» (Anne Applebaum).

La dependencia de Ucrania con respecto a Rusia pasa por supuesto por la ocupación territorial. Pero eso no significa que Putin esté interesado en los territorios de Ucrania. Su interés es el estado de Ucrania. Eso quiere decir que Ucrania, si es que Putin «gana» la guerra, podría seguir siendo una nación, pero no independiente.

El modelo de Putin es Bielorrusia, donde no controla un solo centímetro de territorio, pero controla a todo su estado. O dicho así: a Putin, menos que la soberanía territorial, interesa la soberanía política de Ucrania. Eso es lo que no han logrado entender los gobernantes europeos ni mucho menos los columnistas «bien pensantes» que presionan a Zelenski a negociar. ¿A negociar qué? ¿el estado de Ucrania? Pero ni el estado de Ucrania ni el de ningún país del mundo es negociable. Sin ese punto no se entiende nada.

Concordamos entonces con los politólogos alemanes Gerfried Münkler y Amin Nassehi, cuando afirman que la posibilidad de llevar a Putin a la mesa de negociaciones pasa por derrotarlo militarmente, o en su defecto, por convertir su victoria en algo tan costoso y difícil que al final Putin decida desistir de ella. Algo muy difícil si consideramos que, para Putin, Ucrania no es un fin sino un medio en un proyecto que comienza en Ucrania, pero va mucho más allá de Ucrania. Afirmación que lleva a la pregunta: ¿Qué es lo que quiere Putin después de Ucrania? Ese objetivo no es otro –lo ha dicho el mismo Putin– que restituir mediante la guerra al antiguo imperio ruso. En otras palabras: la política internacional de Putin es radicalmente revisionista.

Revisionismo histórico y geográfico

Revisionismo significa revisar el pasado a fin de reconstruirlo independientemente a los acuerdos establecidos en convenciones internacionales. En el caso particular de Ucrania, Putin cree, como lo demostró su artículo del 2021 (Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos) que Ucrania, el norte de Kazajistán, Bielorrusia y Rusia, poseen una misma raíz étnica (eslava), religiosa (ortodoxia cristiana) y lingüista, proveniente de la antigua Rus. Se trata de una concepción premoderna de nación, similar a la que reclamaba Hitler para la “raza” germánica en su imaginario “espacio vital”. Sobre la base de una mitología, Putin ha elaborado así una nueva narrativa de la geografía y de la historia rusa.

Desde el punto de vista geográfico, el núcleo central, formado por la resurrección de la antigua Rus, donde él, Putin, ejercería el rol de un nuevo Pedro el Grande (con quien continuamente se compara), deberá ser el eje central de naciones satélites, sobre todo en la región caucásica y en Asia Central. «Eurasia», llama a esa construcción Aleksandr Dugin.

Desde el punto de vista historiográfico, el pasado reciente que dio origen a Ucrania deberá ser también drásticamente revisado. Por eso, para comenzar, Putin decidió romper nada menos que con un mito fundacional, con el pasado bolchevique que dio origen a la URSS.

El mito de Lenin como padre totémico de la revolución rusa ha comenzado a ser desmontado. Lenin, según Putin, era un europeísta. Al fundar a la república socialista de Ucrania, arrancó a Ucrania de la Madre Rusia. En cambio, según el discurso ideológico del nuevo totalitarismo, Stalin, al reintegrar violentamente a Ucrania, reconectó a la historia rusa con su pasado zarista.

Después de un largo interregno post-estalinista, Gorbachov retomó las líneas de Lenin y Trotzki e intentó unir el futuro democrático de la URSS con el de las democracias occidentales. Eso explica la campaña furibunda desatada desde fuentes gubernamentales rusas en contra de Gorbachov, hasta el punto de que incluso a sus funerales le fueron negados honores de estadista. Para Putin, Gorbachov fue el creador de la que él ha considerado «la más grande catástrofe geopolítica del siglo XX», la disolución del imperio de la URSS. Por el contrario, Putin ha decidido pasar a la historia universal como el creador de la antigua y a la vez de la nueva Rusia.

Bajo la luz de la nueva Interpretación de la historia, se entiende perfectamente el significado metafísico que tiene para Putin, Ucrania. Sin Ucrania no hay antigua Rus y sin ella Putin no tendría nada que restituir. En ese sentido Putin parece haber ligado su destino personal con su visión de la historia. Ucrania es solo un eslabón en la cadena de un proyecto mundial autocrático.

Un nuevo proyecto autocrático mundial

Sería sin embargo equivocado limitar el proyecto Putin a una simple recuperación de un imaginario pasado. Putin cree ser un político de dimensiones mundiales. Eso significa que el pasado solo le interesa en relación con un futuro, el que, como todo futuro, es, aún más que el pasado, imaginario. Ese futuro, lo ha repetido sin cesar en sus últimas elocuciones, apunta hacia la construcción de un nuevo orden mundial, y de esa construcción, él quiere ser su arquitecto. Un nuevo orden mundial cuyo objetivo será liquidar lo que él llama unilateralismo, vale decir, la dominación de Occidente.

La invasión a Ucrania es concebida por Putin como el comienzo de una revolución mundial en contra de Occidente, y a ella se unirán las naciones patriarcales y religiosas de Europa, las naciones antioccidentales del islamismo, los partidos de ultraderecha europeos e incluso los gobiernos y partidos de la ultraizquierda latinoamericana a los que Putin habla con una jerga de tipo castrista, guevarista y chavista (en contra del imperialismo norteamericano y de su «brazo armado», la OTAN)

Nunca ha dicho Putin con qué economía ni con cuales ideas piensa superar a Occidente. Tanto en la producción de ideas como en su proyección económica, Rusia sigue, y probablemente seguirá siendo, un país atrasado. Solo cabe pensar en que, lo que nunca logrará Putin por medios civilizados, intentará conseguirlo mediante la aplicación sistemática de la fuerza bruta. Putin es el matón de ese barrio llamado mundo. De ahí que, imperiosamente necesita a China (aunque si bien lo pensamos, China no necesita demasiado a Rusia) para llegar a cuestionar lo que él llama dominación económica de Occidente.

Como sea, Putin, en sus afiebradas ambiciones, ha descubierto la posibilidad de arruinar a Occidente. ¿Cómo? No hay otra respuesta, con lo único que tiene: fuerza militar. Es decir, mediante la prolongación de la guerra, o si se prefiere, mediante una guerra permanente.

Ignoramos si la destrucción sistemática de Occidente fue la idea originaria que llevó a Putin a invadir a Ucrania o si fue esa invasión la que abrió perspectivas para realizar su objetivo de dominación mundial. Más bien nos inclinamos por la segunda posibilidad. El odio a Occidente manifestado por Putin parece no tener límites, pero al comienzo de la guerra a Ucrania era solo eso: un simple odio-deseo. Tal vez fue el error que lo hizo pensar en una guerra de tres días para ocupar Ucrania, el punto de inflexión que lo llevó a comprender que una prolongación de la guerra podría tener efectos más perjudiciales para los países occidentales -sobre todo para los europeos– que para Rusia.

De acuerdo a la lógica de Putin, los países europeos son débiles porque son democráticos y son democráticos porque son débiles. Tras años de convivir pacíficamente con Europa, Putin ha captado que gran parte de la estabilidad política de los países europeos reside en el bienestar de sus clases medias. Ahora, si impide ese bienestar -los medios energéticos para hacerlo los tiene- esas clases medias consumistas no tardarán en volverse en contra de sus gobiernos, generando inestabilidad política. Desde esa perspectiva, Ucrania dejaría de ser solo un fin para convertirse -gracias a la prolongación de la guerra- en un medio destinado a demoler las estructuras sociales y políticas europeas.

De acuerdo a los más probables cálculos de Putin, Rusia, dominada por normas dictatoriales puede permitirse una gran caída económica. Putin, a diferencia de los gobernantes democráticos, no teme a ninguna oposición, y si aparecen opositores, ya sabe cómo tratarlos: los aplasta en la prisión, o los envenena, o los «suicida». De modo paradójico, Putin ha logrado convertir a las democracias y al «estado de bienestar» en aliados estratégicos de una guerra dirigida objetivamente a Europa. Su plan parece estar dando resultados, sobre todo en países cuyos gobernantes carecen de liderazgo emocional, como es el caso de la Francia de Macron y de la Alemania de Scholz.

La presión social sobre los partidos políticos es muy fuerte en los países europeos. Los cada vez menos disimulados llamados a Ucrania a negociar –en verdad, a capitular– no logran ocultar que, para los sectores menos politizados de las naciones europeas, Ucrania, y, sobre todo, su presidente Zelenski, comienzan a ser vistos como lastres que impiden llevar una vida «normal». Como dijo el representante del comercio manufacturero alemán, «esta no es nuestra guerra».

Los llamados al cese de la ayuda militar serán, y de hecho son, cada vez más estridentes. Y los partidos extremistas, sobre todo los de ultraderecha, aliados confesos de Putin, aumentarán su caudal de votos, si es que no llegan al poder, como ya lo hicieron en Hungría y Serbia. Ya la extrema derecha –no necesariamente putinista– alcanzó el gobierno de Suecia. Otras más putinistas, como la italiana, lo harán pronto. Putin conoce muy bien a sus caballos de Troya.

El miedoso gobierno alemán vacila siempre al enviar las armas que solicita con urgencia Ucrania. Pablo Iglesias va mucho más lejos: llama a humillarse en nombre de la paz (que la humillación será ucraniana y no española, no lo dice)

Imponiendo las condiciones de «su paz», espera Putin doblegar la voluntad democrática de Europa, erigirse como campeón en una guerra de las civilizaciones, y dictar condiciones a ese otro Occidente, el no europeo, liderado por los EE UU. En las palabras de la recientemente asesinada, la muy putinista intelectual Daria Dugina: «la situación en Ucrania es realmente un ejemplo de un choque de civilizaciones; puede ser vista también como un choque entre una civilización globalista y una civilización euroasiática» (la entrevista a Dugina se encuentra en la revista Geopolitika: http://www.geopolitika.ru)

Así como Dugina piensa Putin, así piensan también la mayoría de los dictadores, y –hay que decirlo– así piensan también los trumpistas al interior de los EE UU.

¿Logrará los objetivos Putin?
Nadie puede negar que Putin tiene buenas cartas. Occidente, claro está, deberá contar con deserciones y divisiones dentro de la UE. Por ejemplo, la Italia de Meloni será celebrada en Moscú como una conquista militar, y las elecciones suecas si bien no ponen en entredicho la entrada de Suecia a la OTAN, dejará fuera del gobierno a los defensores más leales de la UE.

Cualquiera sea el resultado de la guerra, una parte de Europa occidental resultará económica y políticamente lesionada. Pero otra parte de Europa, me refiero a naciones que conocieron en su propia piel el terror ruso-soviético, emergerá fortalecida. A esos países pertenece también Ucrania, cada día más ucraniana y cada día menos rusa. Debemos agregar la posibilidad de que si la guerra a Ucrania se alarga más allá de lo presupuestado por Putin (de hecho, esto ya ocurrió) regiones y naciones doblegadas por Rusia en Europa Central y en la zona caucásica, entre otras Azerbaiyán (apoyada por Turquía), Osetia del norte y Abjasia, intentaran buscar vías independentistas.

Podría entonces suceder que, dentro del nuevo orden mundial, su supuesto impulsor, Putin, sea al final el gran perdedor.

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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Carlos Raúl Hernández

Aleksandr Dugin es noticia porque su hija, Darya Dugina, filósofa neoplatónica, interesante y mediática de 29 años, murió por una bomba al parecer destinada a él. Y no se puede decir que el cuento de la asesoría de Dugin a Putin sea un invento de la actual guerra híbrida, porque la fábula viene de hace tiempo en las páginas de los periódicos. Varios años atrás me enteré e hice esfuerzos para conseguir algunos de sus ¡cuarenta! libros. El título de uno de ellos me impresionó mal: La cuarta teoría política, en el que se promueve, sin problemas de autoestima, como padre de un pensamiento que trasciende el liberalismo, el marxismo y el fascismo; y así como Dante se tomó fotos en el inicio de la Comedia con Virgilio, Homero, Horacio, este barbudo sin remilgos lo hace con John Locke, Lenin y Karl Schmitt. A quién se le puede ocurrir alguien así podía asesorar algo más que una cátedra de sociología gaseosa, y mucho menos a un hiper pragmático como Putin quien, si fuera mexicano, no creería ni en la virgen de Guadalupe.

Mi decepción inicial creció porque algún periódico publica un texto suyo donde se quejaba de que escribía cartas constantemente a Putin y nada que este le respondía y me quedó bien definido el personaje. He visto casos parecidos con las mismas angustias, en pos de adular a algún poderoso. Lo que leí de Dugin me formó la idea de un pensador impreciso, anacrónico, a veces con buenos momentos y pasajes cultos, ingenuo, profundamente contradictorio, confuso, anacrónico, al que cualquier hombre de acción después de recibirlo con cortesía, buscaría despacharía pasada media hora de conversación inútil (la misma impresión que me trasmite Zizek). Más apropiado para una conversación de sala de espera sobre temas dispersos y amorfos que para elaborar pensamientos prácticos, un hippie “de derecha” (¿) que aborrece el mundo moderno y sueña con el regreso del pasado. Sus elucubraciones no tienen novedad, porque es el espíritu común de muchas escuelas de ciencias sociales de izquierdosos: el antikapitalismo, que detesta la sociedad abierta, abriga la esperanza tonta, terrible de cambiar la naturaleza humana y rechaza la tecnología maléfica que destruye la “esencia humana”.

Un arqueo de teóricos académicos reputados de Europa y EE. UU me ilustró que muchos conservan atuendos intelectuales y físicos, las manías revolucionarias, “antineoliberales”, pipas y tonterías de los años 70; y lo que dicen sobre Microsoft, Google, Apple, Amazon, por ejemplo, es exactamente lo mismo del ultraderechista Dugin porque el totalitarismo es matriz común para izquierda y derecha. La democracia es “falsa” y quieren crear una nueva “con el pueblo”, tan nueva como la Comuna de París, los CDR castristas, las comunas chinas, las asambleas nacionalsocialistas. Como haría cualquier profesor izquierdoso, este “derechista” fue durante la Perestroika dirigente de los neo bolcheviques. Reniega de la “mentira” de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la farsa de la democracia, la inhumanidad de los mercados, los partidos burgueses, los sindicatos y los medios de comunicación, lo que empaqueta y rotula de civilización liberal. Igual los profes hablan de “neoliberalismo” para definir todo aquello que no sea control estatal hasta para abrir la regadera.

Declara que su maestro intelectual es Heidegger, el pensador más importante, reaccionario, hermético del siglo XX y de lo que va de éste, cuya lectura es en dificultad, directamente proporcional a su profundidad, y genera atorrantes enloquecidos como Sartre, Beauvoir y Dugin, entre otros. En el paseo que hice por algunas de las obras de Dugin, lo más interesante que conseguí no es producto original suyo, sino algo que viene girando en el mundo de la geopolítica académica hace tiempo, pero que ahora con la guerra Ruso-Ucrania se materializa. La nueva realidad surgida con la finalización del mundo unipolar que conocimos a la caída del comunismo y que analizó formalmente Francis Fukuyama. A partir de ese momento vivimos un mundo regido por EE. UU, pero las reformas económicas ce mercado de los años 80 en gran parte del mundo, pero sobre todo en China, fortalecieron un grupo de países que pueden ser catalogados como potencias regionales y, algunas, mundiales. Varias se agrupan en los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica.

A estas neo potencias habría que añadir Indonesia, México, Japón, Irán, que ejercen influencia en determinados espacios, son significativas desde el punto de vista militar, económico, demográfico o político. La guerra ha producido cambios drásticos, el futuro equilibrio geopolítico global está asociado indisolublemente a su desenlace y es posible que nazcan otras formas de estabilidad e inestabilidad. Nuevos bloques económicos semilíquidos en los que la energía será un elemento primordial y bloques políticos inéditos. Cambios importantes en el sistema financiero en desglobalización, (sueño de los profes) igual que el sistema monetario. Dificultad para el libre tránsito de personas, intensificación el racismo, discriminación de monedas para pagos internacionales conforme bloques. Lejos de las nimiedades y apasionamientos, la perspectiva obliga a una tensión analítica para comprender lo que viene.

@CarlosRaulHer

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