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Opinión

Observatorio Electoral Venezolano

A pesar de la resiliencia que las democracias de la región han desplegado durante la pandemia, la calidad de la democracia continúa deteriorándose en las Américas. Más de la mitad de las democracias de América Latina y el Caribe muestran signos de erosión

El Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), una organización intergubernamental que apoya la democracia sostenible en todo el mundo, presentó recientemente su informe “El estado de la democracia en las Américas 2021. Democracia en tiempos de crisis”. El documento ofrece un análisis del estado de la democracia en la región durante el año 2020 y el primer semestre de 2021, un período caracterizado por el desarrollo de la pandemia.

Sobre Venezuela, IDEA Internacional la califica como “régimen autoritario” desde el año 2017. Acompañan al país en esta categoría únicamente Cuba y Nicaragua.

Venezuela es uno de los ocho países que durante el período del informe experimentaron declives del indicador de libertades civiles, y uno de los tres países de la región (junto con El Salvador y México) que también destacan por el descenso registrado en el indicador de independencia judicial en los últimos cinco años.

Justo por estos días, Venezuela se mantiene expectante por la demorada designación de los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), enmarcada en una reforma judicial adelantada por la Asamblea Nacional.

A IDEA Internacional le preocupa que las democracias de países como Chile, Colombia, Costa Rica y Uruguay se hayan erosionado. Brasil, agrega, registra el mayor número de atributos en declive del mundo y desde 2016 transita un proceso de retroceso democrático. En El Salvador, entre tanto, varios aspectos de la democracia han registrado declives.

En líneas generales, este informe presenta 10 hallazgos clave y conclusiones principales:

1. Pese a la pandemia, el número de democracias no ha variado en América Latina y el Caribe en los últimos dos años.

2. La pandemia ha afectado negativamente algunos aspectos de la democracia.

3. A pesar de la resiliencia mostrada durante la pandemia, la calidad de la democracia continúa deteriorándose en la región.

4. La mayoría de las democracias de la región están estancadas en un nivel de desempeño medio.

5. Las autocracias y los regímenes híbridos de la región se han afianzado.

6. Ecuador y República Dominicana destacan por los significativos avances de la calidad de sus democracias.

7. Los ataques a los organismos electorales en Brasil, El Salvador, México y Perú se han tornado más frecuentes en los regímenes democráticos de la región. Se trata de prácticas que amenazan la integridad de los procesos electorales.

8. La ciudadanía sigue desempeñando un papel activo en la defensa de la democracia.

9. Es necesario reforzar los mecanismos regionales de protección de la democracia para que complementen y apoyen a aquellos existentes a nivel nacional.

10. Es vital fortalecer la resiliencia democrática en América Latina y el Caribe.

Sobre esto último, a modo de cierre, la organización considera preciso implementar acciones y repensar cómo la democracia puede brindar respuestas a los viejos y nuevos desafíos que enfrenta la región, con el fin de evitar que sus reservas democráticas se agoten. Es necesario, entre otras cosas, rediseñar los mecanismos de deliberación y de participación ciudadana.

Boletín 81

Segunda quincena de marzo 2022

https://oevenezolano.org/2022/04/boletin-81-el-estado-de-la-democracia-a...

 2 min


DW

Rusia es un importante mercado para varios de los productos que exporta América Latina y el Caribe, como lácteos y carne.

La invasión rusa de Ucrania pasa factura a América Latina y el Caribe, reduciendo sus expectativas de crecimiento entre 2022 y 2024, pronosticó este viernes (08.04.2022) el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Los escenarios de crecimiento para cada uno de los países dependen de diversos factores, desde sus vínculos comerciales con Rusia hasta su nivel de endeudamiento, pero en general el BID prevé que disminuya respecto del escenario prebélico.

En el peor de los casos, el crecimiento se reduciría de 2,1 a 1,2 por ciento en 2022, sería de -0,4 por ciento (en vez de 2,4%) en 2023, se recuperaría en 2024 hasta 1,3 por ciento (en lugar de 2,2%) "para luego volver a converger hacia un crecimiento de largo plazo de alrededor del 2,5 por ciento", señala el informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2022.

En el frente fiscal, el informe considera que la guerra hará subir el índice de endeudamiento.

Rusia es un importante mercado para varios de los productos que exporta América Latina y el Caribe, como lácteos y carne (en el Cono Sur, excepto Brasil) y frutas.

Beneficio inesperado

Alrededor del 20 por ciento del total de importación de fertilizantes de la región procede de Rusia, al igual que más del 5 por ciento del total de importaciones de hierro y acero.

El alto precio del petróleo y los granos beneficiará a los exportadores, mientras que los importadores, en particular los de América Central y el Caribe, sufrirán una mayor subida de los precios.

Ante este panorama, el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, abogó este viernes por ser "rompepronósticos".

"Es probable que el incremento del precio de las materias primas contribuya al crecimiento, al fortalecimiento de las finanzas públicas de los países de la región. Hay varios países que importan los mismos productos desde Rusia y Ucrania que desde América Latina y el Caribe. Aprovechémoslo", declaró durante la presentación del informe.

"Muchos países experimentarán un beneficio inesperado por su exportación de materias primas que no deberían desaprovechar", coincidió Eric Parrado, economista jefe del BID.

DW

https://www.dw.com/es/la-guerra-en-ucrania-merma-crecimiento-en-américa-latina/a-61416658

 1 min


Luisa Quintero

El coordinador de Acción Solidaria, Feliciano Reyna, y la coordinadora de Dale Letra, Mariela Ramírez, confirmaron una nueva reunión con el Ejecutivo que preside Nicolás Maduro para concertar una agenda y un grupo de trabajo sobre los aspectos planteados en el primer encuentro

Con poco rango de tiempo, los integrantes del Foro Cívico recibieron una propuesta de reunión con el mandatario Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores que se materializó la noche del 5 de abril. El objetivo: conversar en el marco del diálogo que promueve la Alianza Democrática sobre las peticiones de la sociedad civil agrupada bajo este formato.

Debido a la premura, ratifica el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Enrique López Loyo, los presentes en Miraflores se identifican como integrantes de la sociedad civil y no voceros del Foro. Esta es una instancia social que inició en 2017 y donde confluyen casi 700 organizaciones y 194 actores civiles.

El inicio de la reunión —que fue corta por otros compromisos de Maduro— fue televisada, pero poco más trascendió a los medios de comunicación. No así el contenido que ahora revelan los distintos participantes del encuentro.

«Están haciendo reuniones con varios grupos y publicitándolas (…) Hasta ahora no hemos iniciado un diálogo, fue un toque técnico para ver si podemos tratar tema por tema. Cuando eso se produzca no tendremos reparos en anunciar los avances», revela la profesora universitaria Keta Stephany.

El Movimiento Dale Letra, que coordina la arquitecta Mariela Ramírez, publicó el contenido de las peticiones hechas por los integrantes de la sociedad civil en la reunión, que se concentran en tres grandes aspectos: reinstitucionalización del Estado, negociación y atención de la emergencia humanitaria.

Sobre la reinstitucionalización del país se planteó la elección de los nuevos integrantes del TSJ, sobre los que el Foro Cívico postuló a 11 candidatos, pues consideran que esta es una oportunidad de «negociar e incidir en que el nuevo TSJ esté compuesto, en alguna medida al menos, por magistrados honorables».

Desde la sociedad civil saben que «las posibilidades de que ello ocurra no son altas», pero igual dejan su propuesta sobre la mesa al Ejecutivo que lidera Maduro.

«La designación de los magistrados no es cualquier cosa (…) Queremos instituciones de los poderes públicos que realmente tengan autonomía y estén lideradas por gente con competencia, imparcialidad y capacidad», asevera Keta Stephany.

También consideran que la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, y la promesa de una oficina país de esa instancia envía señales en cuanto a la recuperación del poder Judicial, «hoy politizado y deteriorado hasta la asfixia (…) Es un asunto nacional que no puede seguir siendo tratado como un terreno para la parcialización política o corporativa».

Respecto a la negociación, las propuestas de la sociedad civil pasan por una agenda de trabajo social y de derechos que puede recuperarse con una nueva fase en México, sobre la cual insisten la responsabilidad de los actores políticos en conflicto.

Negociación en México

En todo caso, consideran que esa negociación y los avances que se logren en esos espacios debe ser apoyada por la sociedad civil, sistema de Naciones Unidas, comunidad internacional, organizaciones independientes y los gobiernos que han hecho esfuerzos para contribuir a la atención de la crisis política, económica y social.

«Ese apoyo vendrá, esperamos, en la medida en que se envíen las señales correctas», destacan los firmantes.

En cuanto a la emergencia humanitaria, la sociedad civil es clara en la necesidad de construir un espacio para la acción humanitaria en el territorio nacional «que permita fortalecer las capacidades y la acción de las organizaciones del campo humanitario y de los derechos humanos».

La Cancillería de la República trabaja y coordina con el sistema de Naciones Unidas en el país, recuerda Feliciano Reyna, coordinador de Acción Solidaria. Por ello, se planteó la extensión de ayudas a poblaciones alejadas y vulnerables o, en todo caso, retomar las transferencias de ayuda en efectivo, una opción paralizada tras la detención de cinco miembros de la ONG Azul Positivo a prinicipios de 2021.

Destacan que otras organizaciones se activan en materia de reivindicaciones salariales del sector educativo, de los pensionados y jubilados, diálogo tripartito con la Organización Internacional del Trabajo, la recuperación del sistema de salud, el correcto funcionamiento de los servicios públicos, necesidad de inversiones y seguridad jurídica a empresas, discusión de la Ley de Educación Superior y, en general, «el pleno goce de los derechos económicos, sociales y culturales».

«Nosotros también planteamos un diálogo nacional sobre un conjunto de temas en los que el país debe ponerse de acuerdo y jerarquizar los problemas de la gente. Es demasiado larga esta emergencia y el sufrimiento del pueblo venezolano», manifiesta Stephany.

¿Ahora qué viene con Maduro?

El coordinador de Acción Solidaria, Feliciano Reyna, y la coordinadora de Dale Letra, Mariela Ramírez, confirmaron que esta semana (posiblemente el jueves 7) se realizará una nueva reunión con el Ejecutivo para concertar una agenda y un grupo de trabajo sobre los aspectos planteados en el primer encuentro.

«El Presidente escuchó las propuestas. Dijo que tenía muchas coincidencias en los puntos básicos, pero disentía en otras y difirió para otra reunión la posibilidad, con el presidente de la Asamblea Nacional, de discutir puntos específicos de los diferentes sectores que estuvimos sentados allí», ratifica Enrique López Loyo.

Las respuestas a cada una de sus propuestas y el debate de ellas dependerán de la respuesta del propio Ejecutivo y de Jorge Rodríguez, señala el médico. «Nosotros seguimos insistiendo en nuestras propuestas de llevar a la nueva institucionalización de Venezuela y constituirla. Esos son nuestros puntos fundamentales que motivan este tipo de reuniones y aproximaciones, que comienzan con el reconocimiento mutuo de las partes».

En este punto coincide Keta Stephany, secretaria de información de Fapuv, pero que también participó a título personal. «Ellos insistieron mucho en el reformateo del diálogo nacional, hicieron un recuento de las experiencias fracasadas. Esperemos que este caso sea diferente. Nosotros planteamos un diálogo social que conduzca a acuerdos, a compromisos entre las partes».

También dijo que si las próximas reuniones con el Ejecutivo se harán a título personal o a nombre del Foro Cívico, dependerá de las consultas que se hagan dentro de esa instancia. «En esta oportunidad no se pudo hacer porque fue muy rápido. Se consultó con algunos y dijimos vamos (…) Si eso no se logra, también los actores a nivel individual podrán seguir haciendo sus esfuerzos porque el Foro Cívico no es un parapeto, no es una ONG, es un espacio donde confluyen organizaciones plurales.

En todo caso, y dependiendo del tema, participarán los expertos en dichas áreas a tratar.

¿Quiénes en la reunión?

Desde el lado oficialista, la reunión fue presidida por el mandatario Nicolás Maduro y los diputados Cilia Flores, Nicolás Maduro Guerra y Jorge Rodríguez, también presidente de la Asamblea Nacional electa en 2020.

Como integrantes del Foro Cívico y a título personal asistieron Mariela Ramírez, coordinadora de Dale Letra; Feliciano Reyna, de Acción Solidaria y Civilis; Pablo Zambrano, representante de Fetrasalud y Mauro Zambrano de Monitor Salud, respectivamente; Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano y Ricardo Cusanno, expresidente de Fedecámaras.

Al igual que Keta Stephany, secretaria de información de Fapuv; William Requejo, presidente de Unión Vecinal para la Participación Ciudadana; Wanda Cedeño, directora de Voto Joven; el académico Juan Luis Sosa; y Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina.

¿Qué ha hecho el Foro Cívico?

El Foro Cívico, tras la suspensión de la negociación entre Nicolás Maduro y una parte de la oposición en México, manifestó su preocupación por actores que «anteponen intereses particulares al bienestar del pueblo de Venezuela y hemos asumimos el desafío de defender el derecho que tenemos los venezolanos a buscar la paz y el entendimiento».

El Foro Cívico, decía Mariela Ramírez a TalCual en noviembre de 2021, se ha manifestado «como parte interesada y doliente del proceso de negociación. Un proceso que consideramos ineludible para construir la transformación que el país demanda. Creemos que la negociación representa una gran oportunidad y una esperanza para que Venezuela pueda reconducir el conflicto político hacia vías institucionales, edificando una solución pacífica, constitucional y electoral para recuperar la normalidad democrática y humana a la que todos aspiramos».

Ese año, este conjunto de ONG y actores sociales participaron en la postulación de rectores al Consejo Nacional Electoral (CNE), con el objetivo de dar mayores opciones a la población para confiar en nuevos procesos.

En 2022 también propusieron varios nombres para la conformación de un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, un proceso que la Asamblea Nacional electa en 2020 mantiene paralizado debido a las discrepancias dentro del PSUV.

6 de abril 2022

TalCual

https://talcualdigital.com/la-reunion-de-la-sociedad-civil-con-maduro-no...±±+

 6 min


Elías Rivas.

El economista Francisco Rodríguez se muestra optimista por el crecimiento económico, considerando la recuperación de los ingresos petroleros y el crecimiento de las divisas. Pero eso no significa desarrollo económico sustentable.

A través de Twitter, Rodríguez expresa que «es perfectamente factible que Venezuela crezca dos dígitos este año». Resalta que el aumento del precio del crudo generará ingresos de al menos $9 millardos, permitiendo duplicar las importaciones.

«Históricamente, la economía crece 1% por cada 4% de crecimiento de las importaciones», sostiene.

Para Rodríguez el colapso de la economía venezolana fue generado principalmente por la caída de los ingresos petroleros en más de 90%, entre los años 2012 y 2020. Responsabiliza, en parte, a las sanciones y a la mala gerencia.

Ahora, prevé que gracias a la recuperación de estos, aunado al crecimiento de las remesas, se revierte la caída.

«Venezuela sigue siendo un país extremadamente dependiente de la renta petrolera y sin el marco institucional ni las políticas necesarias para impulsar un proceso de desarrollo sostenible basado en la productividad tendremos crecimiento, pero no desarrollo», agrega.

Rodríguez insiste en que «el reto sigue siendo aprender a usar esta recuperación de ingresos petroleros para invertir en bienes públicos y generar el marco de protección de derechos de propiedad que permita impulsar un modelo de desarrollo que no dependa de los vaivenes petroleros».

Aconseja que para cambiar el modelo de desarrollo encajado en Venezuela, «primero hay que resolver nuestro problema de gobernanza».

ca«Solo pasando la página del conflicto destructivo podemos comenzar la búsqueda de acuerdos y consensos necesarios para construir la Venezuela que queremos», sentenció.

6 de abril 2022

Noticiero Digital

https://www.noticierodigital.com/2022/04/francisco-rodriguez-en-venezuel...

 1 min


​José E. Rodríguez Rojas

El centro político seleccionó sus candidatos y el panorama se ha simplificado. Gustavo Petro no ganara en primera vuelta. En la segunda vuelta su ventaja se evaporará pues sus detractores votaran contra él apoyando la candidatura del centro derechista Federico Gutiérrez, lo cual plantea como muy probable que se repita el mismo escenario de las elecciones previas donde ganó Iván Duque.

En un escrito previo planteamos que a diferencia de Chile, en Colombia, el centro político desempeñaría un rol crucial en las elecciones y que esto se vería con claridad después de marzo cuando los partidos y movimientos de centro seleccionarían sus candidatos en sendas primarias. Ya estas elecciones se llevaron a cabo y en efecto surgieron dos candidatos, uno de centro izquierda Sergio Fajardo y otro de centro derecha Federico Gutiérrez.

Como veremos más adelante el panorama está más claro con respecto a meses anteriores. Sin embargo varios factores siguen influenciado el panorama electoral y las posibilidades de los candidatos. Por un lado está la gestión de Iván Duque, opacada por la pandemia, que podría lastrar la candidatura del candidato conservador; sin embargo internacionalistas como Beatriz Majo han señalado que la gestión de Duque luce mejor de lo que muchos analistas plantean. La elevada tasa de crecimiento del país en el último año que alcanzó el 10,6% corrobora los planteamientos de Majo. Por otro lado la situación de inseguridad donde la violencia alentada por los grupos irregulares, sean guerrilleros o pandillas, parece no tener fin. Además está la situación social que no mejora, donde la mitad de la población continúa atrapada en situación de pobreza engrosando la población de descontentos, lo que opera a favor de los candidatos con una retórica antisistema como Petro.

Por último el perfil propio de cada candidato. Federico Gutiérrez quien se desempeñó como alcalde de Medellín, donde parece haber tenido una gestión exitosa, lo que habla bien de sus capacidades como gerente público. Inicialmente aparecía estrechamente relacionado con el liderazgo de Uribe, pero progresivamente ha ido separándose adquiriendo perfil propio. Gustavo Petro con una gestión gris como alcalde de Bogotá, pero con una retórica antisistema que parece haberle funcionado dado su posición en las encuestas. Comenzó su carrera como parte del movimiento guerrillero, pero luego se acogió a los planes de pacificación. Posteriormente declaró sus simpatías con la gestión de Chávez, pero en los años recientes se ha demarcado de su sucesor mostrando simpatías con la nueva izquierda chilena liderada por Gabriel Boric, en especial con sus ideas ambientalistas.

Una referencia reciente importante es un foro con los periodistas de Tal Cual en el cual se entrevistó al comunicador Eduard Soto del reputado diario El Tiempo de Bogotá. En el mismo, el citado comunicador social respondió a las preguntas de los periodistas de Tal Cual sobre la situación política de Colombia. De acuerdo a sus declaraciones, el miedo a Petro por parte de los empresarios parece haber desaparecido, ya que la bolsa de valores no cayó cuando se conocieron los resultados de las legislativas, donde los partidarios de Petro lograron resultados muy positivos. En este sentido un triunfo de Petro en las presidenciales no luce tan catastrófico como en elecciones previas, explicando su ascenso en las encuestas donde aparece como favorito. Preguntado si es posible que Petro se comporte de una manera similar a Chávez cuestionando la separación de poderes, el periodista respondió que ello no es posible pues ya Uribe lo intentó y se demostró en ese momento que las Cortes colombianas son muy celosas de su independencia. Sobre las posibilidades electorales de Petro el periodista entrevistado señaló que debe ganar en primera vuelta, pues si pasa a la segunda todos se unirán contra él y perderá, como ocurrió cuando Iván Duque gano la presidencia (Tal Cual. 2022).

La última encuesta realizada por el Centro Nacional de Consultoría (CNC) para la revista colombiana SEMANA revela que habrá segunda vuelta pues ninguno de los candidatos alcanzará la mitad de los votos. Petro lograría el 36,5% de los votos y Gutiérrez el 24,5% (Semana.2022). Sin embargo según la misma encuesta en la segunda vuelta Petro perderá su ventaja y se producirá un empate técnico entre ambos candidatos, lo cual confirma los señalamientos de Eduard Soto en la entrevista con los periodistas de Tal Cual, revela además las debilidades de la candidatura de Petro en la segunda vuelta y las fortalezas del candidato de centro derecha.

Profesor UCV

Semana. 2022. Segunda vuelta presidencial de infarto. Fico Gutiérrez está a solo tres puntos de Gustavo Petro. Abril 2.

Tal Cual. 2022. Así está el clima político en Colombia tras primarias, según el periodista Eduard Soto. CocuyoClaroyRaspao, marzo 17.

 3 min


Gerardo Lissardy

Vladyslav Starodubtsev asegura que se quedó en Ucrania en vez de abandonar su país tras la invasión rusa para mostrar que los socialistas como él pueden ayudar en tiempos de guerra.

"Trabajamos en la ayuda humanitaria, con refugiados en el oeste de Ucrania, comprando y entregando medicamentos, equipos militares o armas", dice Starodubtsev en una entrevista con BBC Mundo.

Su partido Sotsyalnyi Rukh (Movimiento Social) es una organización socialista democrática ucraniana que se define contraria al capitalismo y a la intolerancia.

Y en los últimos días también ha buscado convencer a grupos de izquierda en Occidente —desde el español Podemos hasta los venezolanos trotskistas— para que apoyen el envío de armas a Ucrania contra las fuerzas de Moscú.

Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la invasión de Ucrania en febrero, algunos partidos, líderes y gobiernos de izquierda han evitado condenarlo con la claridad que lo hicieron otros y, en cambio, señalaron una responsabilidad de Estados Unidos y la OTAN en la crisis.

"Ni siquiera los socialistas rusos cometen el mismo error que los socialistas occidentales" y "se oponen a la invasión", sostiene Starodubtsev.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico que este socialista ucraniano, de apenas 19 años y miembro del Consejo de su partido, mantuvo con BBC Mundo desde Kiev.

¿Cómo está la situación allí?

Está más o menos estabilizada. En los primeros días hubo pánico, pero también un esfuerzo por organizarse y ayudarse mutuamente. La gente hacía kilómetros para alistarse en el ejército.

Ahora se ha estabilizado y todo vuelve a la normalidad. La gente se ha acostumbrado a las sirenas aéreas y a los bombardeos e intenta llevar una vida normal, como antes de la guerra.

¿Qué opina de la invasión rusa de Ucrania?

Creo que la invasión rusa es absolutamente injustificada y horrible.

Algunos intentan decir que Rusia se está defendiendo de la OTAN. Pero esto no tiene ninguna correlación con la realidad.

En realidad se trata de una guerra del nacionalismo radical ruso que se cree con el derecho a decidir lo que deben ser los ucranianos, cómo deben vivir. Es una guerra del imperialismo ruso.

Su partido ha sido oposición al gobierno del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.

¿Cómo ve la forma en que él respondió a la invasión rusa de Ucrania?

Hay dos dimensiones en esa respuesta. En primer lugar, la respuesta militar y todo lo que está relacionado con ella, como su forma de hacer campaña en los medios, su llamamiento a los europeos, etcétera.

En este sentido, Zelensky ha hecho un gran trabajo. Motivó a todos, demostró liderazgo en la guerra. Ha tomado decisiones militares correctas. Hizo un gran trabajo para unir a todos en esta lucha.

Pero hay una segunda dimensión de su respuesta: la dimensión social, defender la estabilidad del pueblo ucraniano. Aquí la respuesta es mucho peor.

En tiempos de guerra, el gobierno intenta impulsar su reforma anti laboral, reformar el código laboral para tener 60 horas de trabajo semanales y que se pueda despedir a los trabajadores sin justificación.

También están impulsando recortes sociales y una reforma de la deuda que hace recaer todas las necesidades de la guerra sobre los pobres, mientras defiende a las empresas y corporaciones. En este aspecto, Zelensky fue horrible.

¿La ideología jugó algún papel en la forma como usted y otros en Ucrania reaccionaron a la invasión rusa?

Nosotros, como socialistas, nos oponemos al imperialismo ruso desde el principio.

Pero la ideología, por desgracia, jugó un papel en la izquierda occidental para defender las políticas y el imperialismo de Putin contra Ucrania.

Algunos izquierdistas occidentales han achacado la invasión rusa a lo que llaman "expansionismo" de EE.UU. o de la OTAN en su país. ¿Cómo toma este argumento?

Creo que este argumento es descaradamente equivocado.

Es un pensamiento centrado en Occidente: que todos los problemas de Occidente deberían trasladarse a otras regiones.

De hecho, la propia Ucrania trató de entrar en la OTAN debido a esta amenaza existencial del imperialismo ruso, del nacionalismo radical ruso en sus fronteras.

Decir que se trata de una presión de EE.UU. o de la OTAN a Ucrania es absolutamente falso.

La guerra comenzó hace como ocho años en la región del Dombás cuando el ejército ruso invadió el territorio de Ucrania y se apoderó de Crimea.

Nadie en Ucrania se sentía seguro después de esto. Todos temían la invasión rusa.

Lo que la izquierda occidental no puede entender es que su problema con la OTAN no tiene relación con la situación en esta región. Esto es absolutamente diferente.

Líderes y organizaciones de izquierda de Occidente también han criticado la entrega de armas a Ucrania, diciendo que socava la paz y apoya la guerra. ¿Está de acuerdo?

Estamos absolutamente a favor del envío de armas a Ucrania. Nuestros activistas participan en el ejército y luchan en el frente en este momento. Y tratamos de suministrarles todo lo que necesitan.

La guerra y la agresión no se pueden detener con palabras. Si el ejército ucraniano y la resistencia ucraniana no tienen armas para defenderse, entonces Ucrania no existirá, el pueblo ucraniano no tendrá derecho a determinar su política, su economía, su cultura y su forma de vida.

Creo que quienes se oponen al envío de armas a Ucrania se oponen al derecho de autodeterminación del pueblo ucraniano y al derecho de Ucrania a defenderse.

Para lograr algún compromiso o alguna paz, los negociadores necesitan tener un poder y sin esto no habrá paz; habrá guerra hasta el final, como Putin quería al principio.

Así que enviar a Ucrania armas no sólo es lo correcto por la autodeterminación, sino también es lo correcto si se piensa en salvar vidas y detener la guerra lo antes posible.

¿Por qué cree que algunos izquierdistas occidentales parecen más dispuestos a criticar a EE.UU. y la OTAN que a Putin y a Rusia en esta guerra?

Debido a su frustración con EE.UU. y sus políticas en general; tratan de encontrar algo antiestadounidense que apoyar.

Están como encerrados en ese pensamiento tradicional que no tiene mucho en común con el izquierdismo y el pensamiento socialista, sino con un antiamericanismo descarado.

Muchos rusos están en contra de la guerra, pero las fuerzas del orden han respondido en contra de las manifestaciones.

Esta gente tiene sobre todo nostalgia soviética, nostalgia de un mundo bipolar. Y tienen algo de odio hacia los pueblos que se volvieron naciones independientes después del colapso de la URSS, como Ucrania, Georgia, etcétera.

¿Dice que para la izquierda lo correcto es apoyar al pueblo de Ucrania y rechazar las acciones de Rusia en lugar de culpar a Estados Unidos y a la OTAN?

Sí, absolutamente. Condenar la invasión rusa y expresar apoyo al envío de armas a Ucrania es como un mínimo para todo socialista, toda persona de izquierda que crea en la libertad de la gente, que los pueblos deben tener derecho a decidir su destino. Es lo mínimo para cualquiera de izquierda.

¿Y qué opina sobre la idea de que Rusia intenta "desnazificar" Ucrania, como dijo Vladimir Putin para justificar la invasión?

Es totalmente falso. En Ucrania tenemos un problema con la extrema derecha, sobre todo en la calle y algo en el ejército. Pero tienen una influencia pequeña en la política y la vida ordinaria ucranianas.

Tienen un papel muy específico, principalmente como bandidos políticos de los oligarcas y algunas empresas. No más. En la mayoría de los países existe algo así.

En Ucrania está el batallón Azov, que forma parte del ejército. Y el ejército ucraniano es apolítico, así que no pueden hacer nada: obedecen órdenes estrictas.

En cuanto a otras organizaciones, partidos políticos o neonazis, no tienen ninguna influencia en la política ucraniana.

Tenemos muchos menos problemas con la ultraderecha que en la Unión Europea y en especial Rusia, que justifica todo por esa ideología etnonacionalista de unir a rusos, bielorrusos y ucranianos en una sola etnia y que los rusos sean los amos de esta unión. Esto es lo mismo que el fascismo.

¿Su posición es compartida con el resto de las organizaciones de izquierda de Ucrania? ¿O hay diferencias según con quién se hable?

Hay izquierdistas pro rusos en Ucrania y en Rusia. Pero no creo que llamarles izquierdistas sea apropiado. Son estalinistas en el Partido Comunista de Ucrania. Lo mismo con los partidos prohibidos que se denominan de izquierda, pero que en realidad son en su mayoría grupos conservadores de derecha y nacionalistas pro rusos que apoyan el racismo, el sexismo, el patriarcado, la homofobia e incluso el antisemitismo.

Así que estos partidos se unen más a la derecha que a la izquierda. Sólo tienen en común con la izquierda su nombre.

En Rusia ocurre lo mismo: algunas organizaciones estalinistas. El Partido Comunista de la Federación Rusa, apoyan la invasión. Pero en la izquierda independiente, quienes son progresistas, todos se oponen con una voz a la invasión rusa.

Incluso los socialistas rusos que no tienen estos vínculos con el gobierno, todos se oponen a la invasión rusa y apoyan las sanciones y el envío de armas a Ucrania.

Ni siquiera los socialistas rusos cometen el mismo error que los socialistas occidentales: están a favor de las armas y de las sanciones.

Gobiernos de izquierda de países latinoamericanos como Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela son aliados de Rusia y se han negado a condenarla por la invasión de Ucrania. ¿Cuál sería su mensaje a estos gobiernos?

Creo que la mayoría de estos gobiernos no son de izquierda, sino autoritarios, no democráticos y están reprimiendo a su propio pueblo, en especial en lugares como en Venezuela o Cuba. También tienen sus problemas con la OTAN, el bloqueo injustificado a Cuba y una situación complicada.

Probablemente no les diga nada a estos países o a sus gobiernos, sino a sus pueblos: deben oponerse al imperialismo ruso y a su gobierno autoritario si quieren ayudar a Ucrania y quieren llevar democracia o progreso social a sus países también. Porque estos países dependen del imperialismo ruso. Y están a favor de apoyar a Rusia porque no tienen otra opción.

Así que para la gente de estos países es importante oponerse a su gobierno y a los vínculos de su gobierno con Rusia, promover políticas democráticas y socialistas en sus países.

4 de abril 2022

BBC

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60991805

 8 min


Andrés Ortega

Ese lunes 20 de enero de 2025 hizo frío en Washington, como es habitual por esas fechas. Era un frío que reflejaba bien el estado de un mundo en tensión y en rearme, que no había salido de las diversas crisis provocadas por la guerra y la pandemia, y en el que la globalización se encogía y regionalizaba a ojos vista. El Mall estaba a rebosar para asistir a la inauguración del nuevo presidente de EEUU.

Vladimir Putin, desde su habitual despacho en el Kremlin, tenía la televisión puesta para ver, y, sobre todo escuchar, al nuevo inquilino de la Casa Blanca en el discurso que iba a fijar sus líneas maestras. Como Xi Jinping, desde Pekín. Las elecciones del 8 de noviembre anterior, a las que no se presentó ni Joe Biden, mayor, aquejado de problemas de salud, ni su fallida vicepresidenta Kamala Harris, habían reflejado un país profundamente dividido, casi por mitades.

De los protagonistas de las tres grandes potencias –más la propia Ucrania– en la crisis provocada por la guerra de 2022, sólo quedaban dos, y no es que se llevaran bien entre sí, pero tampoco con EEUU, ni con Europa, pese a que Emanuel Macron y Olaf Scholz seguían manteniendo una capacidad de interlocución con Putin y con Xi. “Nos pusimos en brazos de Biden. Menos mal que logramos que la UE avanzara algo en lo geopolítico y en lo militar, aunque no en la política de defensa”, le comentó por el móvil el francés al alemán, mientras ambos, uno en el Elíseo y otro en la Cancillería en Berlín, estaban pegados a sus televisores, y reflexionando como buenos políticos no sobre hacia dónde iba a ir el mundo, sino hacia dónde dirigirlo, o intentarlo, al menos.

Aunque había proclamado su victoria en Ucrania, Putin sabía que él y su país habían quedado muy debilitados, y enfrentados a una OTAN, que, si bien no había acogido el resto del país invadido, se había cohesionado y había optado por una defensa adelantada, con bases fijas en los Bálticos y los miembros cercanos a Rusia, propia de una guerra fría militar.

Ucrania, lo que quedaba de hecho no de derecho de ella, seguía presidida por el incombustible Volodímir Zelenski, convertido en un héroe nacional e internacional, ganador por resistencia, ayudado por el “Plan Borrell”, una especie de Plan Marshall europeo para la reconstrucción del país, aunque sin perspectivas reales de ingreso en la UE y menos en la OTAN dado su nuevo estatus neutral.

Putin, que sobrevivió a una revuelta interna –Biden había llegado a decir que un tipo así no podía gobernar, lo que, pese al desmentido inmediato del entorno de la Casa Blanca había reforzado a Putin internamente–, había sido reelegido presidente en marzo de 2024, en primera vuelta con una oposición silenciada, pero con una abstención que rozó el 50%. Ya iba a cumplir un cuarto de siglo al mando de la Federación Rusa, y empezaba a ver su final, percatándose de que no podría ser normal, fuese lo que fuese lo que se podía entender por ello.

China, con un Xi renovado sin límites a finales de 2022, o, mejor dicho, Xi con China, seguía sacándole algunas castañas del fuego a Rusia, pero había perdido toda confianza en Putin. “Un inútil”, pensaba para sus adentros. Xi Jinping recordó cómo en plena guerra de Ucrania, Biden y la UE le habían pedido que intercediera ante Putin para pararla, lo que rechazó formalmente pero discretamente hizo. Sí había prestado atención a Biden cuando este le había advertido, en un tono constructivo, que “China comprende que su futuro económico está mucho más ligado a Occidente que a Rusia”. Veía a Rusia como un socio estratégico, mas no como un aliado.

Una vez más, como cuando la caída del comunismo y el desmembramiento de la Unión Soviética, China estaba decepcionada con los de Moscú, y sacaba sus propias lecciones. Xi era perfectamente consciente que, salvo en el terreno nuclear –y había mucha gente en Washington clamando por nuevos acuerdos de control de armamentos que incluyeran a las tres grandes potencias al respecto–, lo que realmente seguía preocupando a EEUU, y que había dejado sentado el nuevo presidente en su campaña electoral, era la competencia de China como potencia económica en todos los órdenes salvo el de la proyección cultural global –y aun–. Una cuestión de años, ya no de decenios. Pero Occidente –¡cómo había resucitado el término!– sabía que no podía librar dos guerras frías, o dos paces calientes (basadas en permanentes guerras híbridas), a la vez. Y la prioridad de EEUU era China, el único país que podía hacerle sombra.

EEUU solo no podría; necesitaba en esta estrategia el apoyo de los europeos. Macron y Scholz se daban perfectamente cuenta de ello, pero aunque hacía tiempo que había caído de los ojos europeos el velo de la ingenuidad ante China, no había una política europea única hacia Pekín. Los dos mandatarios europeos coincidían en que querían mantener esa mezcla de cooperación y competencia con China, tan necesaria para salir de la recesión, lograr una recuperación robusta de la economía europea y evitar un mundo partido en dos, aunque una parte del resto del mundo intentaba ir por otro camino. Europa, tras estos años de crisis, necesitaba crecer.

EEUU se había visto menos afectado por la guerra de Ucrania que ellos, y era hora de recuperar terreno con la plétora de iniciativas que había diseñado la Comisión Europa para salir de los efectos de la pandemia –que seguía renqueando– y de la guerra. “Tenemos que volver a retomar la idea de soberanía, o al menos autonomía europea que quedó tocada por la guerra”, le dijo el francés al alemán, insistiendo en su obsesión, aunque la OTAN se había recuperado, pese a los avances en la UE, y Europa seguía sin tener ninguna macroempresa tecnológica, ninguna big tech.

Macron, al que le quedaban solo tres años de su segundo y último mandato como presidente y quería dejar un legado europeo, y Scholz se preguntaban si, de una forma u otra, una vez que la guerra de Ucrania había quedado en el pasado, más no superada, no habría que tratar con Rusia, para crear una nueva arquitectura europea de seguridad y desarrollo, digna de ese nombre, que generase estabilidad y confianza entre las partes. Un pacto de posguerra, tras el acuerdo de paz.

Lo dificultaba el hecho de que Putin hubiera sido acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad ante la Corte Penal Internacional, y de que las compras europeas de gas, petróleo y carbón a Rusia habían caído y más lo iban a hacer con el nuevo esquema adoptado por la UE, y que, una vez más, beneficiaba a EEUU, exportador neto de hidrocarburos.

Buena parte de las sanciones económicas y financieras occidentales seguían en pie, pues, en realidad, Putin no había renunciado aún a nada, salvo a ocupar toda Ucrania. Pero si Alemania y Francia se habían reconciliado tras tres guerras, ¿cómo no se iba poder avanzar hacia una reconciliación con Moscú? Sobre todo, para pacificar Europa, y separar a Rusia de China. Pues propiciar un estrecho acercamiento entre Rusia y China había sido uno de los grandes errores estratégicos de Occidente. Quizá el nuevo presidente de EEUU se prestará más a ello, coincidieron los dos líderes europeos.

Todos se callaron. El nuevo presidente de EEUU acababa de empezar su discurso de inauguración.

Ayuda reflexionar sobre quiénes, y cómo quedarán, y qué políticas seguirán a medio plazo. Antonio Machado escribió que “ni está el mañana –ni el ayer– escrito”. Pero mirar a un horizonte lejano puede servir para entender y actuar en el presente. La prospectiva no consiste en adivinar el futuro, ni siquiera el pasado, sino en construir ese futuro o futuros. Macron lo sabía muy bien. Venía de esa escuela.

5 de abril 2022

elcano

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