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Opinión

Mariza Bafile

Colombia y Chile: dos países, dos realidades diferentes, una aspiración común: aumentar la presencia de las mujeres en el mundo político e institucional.

Chile pareciera haberlo logrado tras la toma de posesión del Presidente Gabriel Boric quien, no solamente logró ganar las elecciones gracias al voto mayoritario de las mujeres, sino que constituyó un gobierno, que él mismo declaró feminista, en el cual por primera vez las mujeres ministras son mayoría. Hasta un Ministerio liderado tradicionalmente por hombres, el de Interior, está a cargo de una mujer, la doctora Izkia Siches.

Antes del actual gobierno en Chile la presencia femenina en la política y en general en puestos de poder era escasa a pesar de la Presidencia de Michelle Bachelet y de su gobierno que, sobre todo en el primer mandato, dio mayor espacio a las mujeres.

El estudio realizado por Montserrat Sepúlveda y Alejandra Zuleta titulado “Asignación Desigual de Mujeres al Gabinete en Chile 1990-2020” evidencia la disparidad de género en el número de ministros en los distintos gobiernos. “Desde 1990 a 2020 -se lee en el informe- solo 69 mujeres han sido designadas como ministras de un total de 303 cupos disponibles”. Sepúlveda y Zuleta muestran asimismo como en la mayoría de los casos a las mujeres fueron asignados ministerios tradicionalmente considerados femeninos.

Un cambio de tendencia se vio cuando el país eligió a las personas que trabajarían en la creación de una nueva Constitución. Las mujeres obtuvieron la mayoría de los votos y cuando se aplicó el “criterio de corrección” instrumento creado para asegurar la paridad de género, hubo que sumar a siete hombres para llegar al número de 77 mujeres y 78 hombres. Sin ese instrumento correctivo las mujeres hubieran sido 84. Un resultado que rompió todos los clichés según los cuales las mujeres tienen menor arrastre electoral.

El gobierno de Boric profundiza esa tendencia no solamente por el número de mujeres que le acompaña en el gobierno sino por su manera de expresarse cuando habla de política de género, de paridad y de feminismo.

Es evidente que Boric representa una nueva generación de izquierda, mucho más democrática y feminista y mucho menos populista y machista/narcisista.

Diferentes los señales que llegan de Colombia, país en el cual se realizaron recientemente las elecciones parlamentarias. A pesar de un avance en la representación de parlamentarias, serán 85 las congresistas, es decir 30 más de las que ocupan curules actualmente en la Cámara y en el Senado, la paridad de género todavía es una meta difícil de lograr.

No obtuvieron los resultados merecidos los grandes esfuerzos realizados por diferentes grupos feministas y aunque exista una Ley que obliga a que el 30 por ciento de los cargos públicos sean liderados por mujeres, esas cuotas casi nunca se cumplieron. El actual gobierno de Iván Duque comenzó con una buena representación de mujeres ministras; sin embargo, a lo largo del tiempo ellas fueron desapareciendo y sus cargos fueron ocupados por hombres.

Igual desigualdad la vimos en la candidatura de aspirantes a la presidencia. De los 19 precandidatos solo cuatro fueron mujeres, Francia Márquez, Arelys Uriana, Aidé Lizarazo e Ingrid Betancourt.

El candidato Gustavo Petro, quien tiene fuertes chances de ser el próximo Presidente, empieza a mostrar las costuras en su relación con el feminismo y las minorías. Tras suscribir un pacto con la política afroamericana de amplia trayectoria Francia Márquez, quien obtuvo casi 800mil votos en las elecciones para la candidatura, para incluir a un candidato afro cada cinco en las listas para el Senado, cuando tuvo que escoger entre un candidato afro y el hombre blanco Daniel Quintero, alcalde de Medellín, escogió a este último.

Lo que más preocupa es la profunda mentalidad machista arraigada en el país que pareciera pertenecer también a Petro.

Su actitud bastante despectiva con respecto a las feministas y su ambigua posición en lo que se refiere a sus luchas más importantes, han causado desencanto entre las mujeres y el alejamiento de varias políticas.

A diferencia de Boric, con Petro la realidad muestra a un político ligado a viejos esquemas de poder y a una mentalidad que tiene poco interés en resquebrajar el techo de cristal que impide la emancipación de las mujeres.

21 de marzo 2022

ViceVersa

https://www.viceversa-mag.com/que-dificil-resquebrajar-el-techo-de-cristal/

 3 min


Acceso a la Justicia

Resultados concretos y no palabras. Esto es lo que la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos (MDH) sobre Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) espera del Estado venezolano en materia de derechos humanos y justicia. Así, aunque saludó las reformas legales, administrativas e institucionales que las autoridades han puesto en marcha o anunciado en los últimos meses, con el propósito de agilizar las investigaciones sobre violaciones a las garantías fundamentales y evitar que las mismas se repitan, la instancia puso en duda la efectividad de las mismas.

En su última actualización oral sobre la situación del país al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, realizada el pasado 17 de marzo, la presidenta de la MDH, Marta Valiñas, objetó la decisión de la Asamblea Nacional (AN) de reformar alrededor de media docena de leyes, hecho bautizado por Acceso a la Justicia como «paquetazo penal», así como el nuevo proceso de designación de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Por último, dejó en claro que las condenas judiciales impuestas a funcionarios policiales y militares en algunos casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos están lejos de poder considerarse como una muestra de voluntad de hacer justicia y de reparar a las víctimas.

Valiñas señaló lo siguiente en su exposición:

«Se necesitan esfuerzos concertados para abordar los problemas estructurales derivados de la falta de independencia judicial y la interferencia de los actores políticos en el sistema de justicia (…) A partir del mes de agosto de 2021, la Asamblea Nacional anunció que llevaría a cabo un paquete de reformas relacionadas con el sistema de justicia. La Misión considera que una reforma legal, por sí sola, es insuficiente si no se implementa de modo adecuado».

Para probar su punto, recordó que el Parlamento realizó una reforma parcial del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), en la cual se redujeron los lapsos para algunos procesos y la duración de la prisión preventiva. No obstante, la Misión halló que «todavía hay decenas de personas que llevan más de tres años detenidas sin juicio, muy por encima de los límites impuestos tanto por la ley anterior como por la reformada».

Asimismo, la jurista portuguesa mencionó el caso del director de Fundaredes, Javier Tarazona, detenido en julio de 2021, como ejemplo de que en Venezuela los ciudadanos, en particular los opositores, disidentes o defensores de derechos humanos, enfrentan graves peligros por el simple hecho de contradecir la versión oficial de los hechos. «La Misión ha recibido información de que el Sr. Tarazona ha sido sometido a tortura, incluida la tortura psicológica o blanca», expuso.

Un remedio peor que la enfermedad

Valiñas, en su informe, también criticó la reforma que sufrió la Ley Orgánica del TSJ, la cual abrió las puertas al proceso de designación de magistrados en curso, por considerar que algunos de los cambios «no solo no reducen, sino que aumentan, la influencia política sobre el Poder Judicial».

La MDH criticó la composición del Comité de Postulaciones Judiciales, el cual está integrado por once diputados y diez representantes de la sociedad civil, pese a que la Constitución no menciona que los legisladores puedan participar. Sin embargo, lo que más le preocupa a la instancia es que se les haya permitido a los miembros del máximo juzgado que están en el ejercicio actualmente volver a presentarse como candidatos.

Valiñas explicó al Consejo que:

«La Misión también está profundamente preocupada por el efecto práctico del Artículo Segundo Transitorio de dicha reforma, según el cual los actuales magistrados del Tribunal Supremo pueden volver a postularse conforme al nuevo proceso de selección anunciado, lo que efectivamente les permitiría seguir ejerciendo sus funciones a pesar de haber superado el plazo máximo de 12 años estipulado en la Constitución».

Treinta y ocho de los sesenta y cuatro magistrados actuales, veintinueve de ellos principales, se postularon, según figura en la primera lista presentada por el Comité evaluador a finales de febrero.

El proceso de regularización de los fiscales del Ministerio Público (MP), que a finales del año pasado anunció el fiscal general impuesto por la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Tarek William Saab, tampoco contó con el visto bueno de la Misión. ¿El motivo? Al circunscribir su ámbito de aplicación exclusivamente a los funcionarios en ejercicio no garantiza que «el acceso a la carrera fiscal se determine mediante un concurso público».

Bien, pero insuficiente

Marta Valiñas también se refirió a las condenas que en los últimos meses los tribunales han impuesto a policías y militares implicados en casos de graves violaciones a los derechos humanos. En particular se refirió a los fallos contra los agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) que torturaron hasta la muerte al capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo en 2019 y contra los dos agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) que dieron muerte al concejal Fernando Albán en 2018. Pese a que calificó ambos como «avances», dejó en claro que eran insuficientes.

«Reiteramos la preocupación planteada en nuestros informes de 2020 y 2021 de que las investigaciones nacionales, cuando se llevan a cabo, tienen alcance limitado y se dirigen contra autores materiales, de bajo nivel. Los casos de Albán y de Acosta Arévalo son ejemplos de ello», afirmó Valiñas, al tiempo que anunció que

«estamos ampliando nuestras investigaciones actuales a las responsabilidades más altas de la cadena de mando y presentaremos nuestras conclusiones a este Consejo en septiembre de este año. También estamos explorando los intereses que pudieron haber concurrido como motivación de estas violaciones y delitos».

Hasta el momento no se ha abierto ninguna investigación contra altos funcionarios, pese a que delitos como las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias y masivas, la tortura y las desapariciones forzadas, así sean de corta duración, se han convertido en una práctica habitual en la totalidad de los cuerpos policiales y militares del país en los últimos años.

La MDH no solo realizó cuestionamientos, sino que también dio primicias. Así, reveló que Miguel Dos Santos Rodríguez y Keibert Cibelli Moreno, los agentes del Sebin, que en diciembre pasado fueron condenados a poco más de cinco años de prisión, tras admitir que asesinaron a Albán cuando lo tenían bajo su custodia en 2018, ya se encuentran en las calles.

Al respecto expuso Valiñas:

«En diciembre de 2021, un detective y un inspector del Sebin fueron condenados por homicidio culposo y otros cargos menores, de los que se declararon culpables, en relación con la muerte de Fernando Albán en 2018. Cada uno de estos funcionarios de bajo nivel fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión. En febrero de 2022, la Sala 10 de la Corte Penal de Apelaciones de Caracas redujo la pena impuesta a 2 años y 8 meses. Los funcionarios quedaron en libertad».

La MDH también tomó nota del anuncio de Tarek William Saab, según el cual desde agosto de 2017, cuando fue designado por la ANC, 185 funcionarios de organismos de seguridad han sido condenados por distintos tribunales al incurrir en violaciones contra las garantías fundamentales. Sin embargo, advirtió que

«la falta de datos desglosados y de información clave sobre los delitos imputados o el rango o nivel de responsabilidad de los autores, continúa siendo un obstáculo para evaluar los esfuerzos reales del Estado para investigar y perseguir estas violaciones».

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

El último informe de la MDH pone de manifiesto el fracaso de las autoridades venezolanas en sus intentos por simular o hacer creer al mundo que están impartiendo justicia y tomando medidas para evitar la ocurrencia de nuevas violaciones a los derechos humanos en el país. El reporte de esta instancia de la ONU debería servir para que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) ponga en marcha las investigaciones para determinar quiénes son específicamente los responsables de los crímenes de lesa humanidad, por cuanto la justicia hasta ahora ha sido incapaz o no ha tenido la intención real de hacer esa tarea.

Confiamos en que el Consejo de Derechos Humanos extienda el mandato de esta instancia, a fin de seguirle prestando atención a los acontecimientos en Venezuela y para que reporte a la comunidad internacional si se verifican progresos creíbles en el avance de la justicia, la rendición de cuentas y el respeto de los derechos humanos.

25 de marzo 2022

https://accesoalajusticia.org/mision-onu-duda-de-reformas-para-mejora-si...

 6 min


​José E. Rodríguez Rojas

El diario El Nacional afirma en uno de sus editoriales que no existe ninguna relación entre el chavismo-madurismo y la izquierda. Sin embargo estudiosos del tema han reconocido a Chávez y su movimiento como parte de la izquierda regional, aunque lo han ubicado como integrante de la vertiente autoritaria. El grueso de la izquierda de la región está constituida por líderes y gobernantes autoritarios, los cuales en la actualidad mantienen estrechas relaciones con el gobierno de Maduro y su mentor el régimen cubano, legitimándolos.

En un editorial titulado “La izquierda sublimada” el diario El Nacional afirma que el “chavismo-madurismo nada tiene que ver con la izquierda”. Una parte del argumento del diario es que el ideario de Chávez era un pasticho y que en la cabeza del fundador del movimiento conocido como chavismo “había una mezcolanza de cosas que difícilmente pudo o puede llamarse ideología” sea ésta socialismo o marxismo. Esta parte de la argumentación del diario es correcta y repite palabras más, palabras menos, comentarios de Luis Miquilena sobre el ideario de Chávez.

Otra parte de la argumentación del diario en su editorial se relaciona específicamente con el régimen de Maduro y si éste puede ser calificado como un gobierno de izquierda. Con tal propósito cita las palabras del líder de la nueva izquierda chilena Gabriel Boric deslindándose del gobierno venezolano : “En Venezuela hay un retroceso en las condiciones democráticas que ha sido muy brutal y…en las condiciones económicas de vida. El éxodo de 6 millones de venezolanos es la prueba más fehaciente de ello. Ese no es nuestro camino y nosotros aspiramos a construir una izquierda profundamente democrática, respetuosa de los derechos humanos, que sea capaz de ser critica de sí misma”.

Sin embargo los estudiosos de la historia de la izquierda de América Latina, como Jorge Castañeda reconocen a Chávez y a sus aliados como parte de la izquierda de la región. Chávez basó su liderazgo no en la coherencia de sus ideas, que como bien señala el editorial de El Nacional eran un pasticho; lo afincó en el billete que provenía de los abundantes petrodólares que su gobierno recibía. Lo basó también en el petróleo que entregó a Cuba, gracias a lo cual Fidel Castro lo acompañó en su aventura como aliado, de esta manera Chávez se benefició de la influencia que Castro ejercía en la izquierda latinoamericana. En esta alianza el líder venezolano aspiraba sustituir a Castro como el heredero político de su liderazgo en la izquierda regional, como lo señala Enrique Krauze en su obra “El Poder y el Delirio”, sin embargo la enfermedad que posteriormente terminó con su vida alteró estos planes.

Como señalamos en un artículo previo la izquierda de la región es muy heterogénea, a pesar de ello se detectan dos vertientes una democrática y otra autoritaria. El chavismo-madurismo no es parte de la izquierda democrática, aunque si lo es de la izquierda autoritaria estruendosa, nacionalista y de mente cerrada. Las declaraciones de Gabriel Boric deslindándose del régimen de Maduro lo que hacen es ratificar la condición autoritaria del régimen. Sin embargo Boric no es representativo de la izquierda de América Latina, es más una excepción que la regla (Rodríguez R., J.E. 2022)

El grueso de la izquierda de la región está constituida por líderes de regímenes autoritarios similares a Maduro o por líderes de gobiernos elegidos en elecciones competitivas que se comportan como aspirantes a dictadores erosionando la independencia de los poderes a fin de concentrar el mismo. Aunado a ello mantienen estrechas relaciones con los regímenes autoritarios de la región legitimándolos. Este es el caso de los gobernantes de los países de mayor dimensión de la región como Fernández de Argentina y López Obrador de México, así como de los líderes de estos países, como Lula da Silva de Brasil, el cual mantiene un lugar preferente en las encuestas y tiene una alta probabilidad de ser elegido como presidente.

En el caso de Argentina los Kirchner cuando estaban al frente del gobierno fueron unos aliados permanentes de Chávez, ahora como vicepresidente del gobierno Cristina Kirchner continúa siendo una estrecha aliada del régimen de Maduro. El presidente Fernández no se queda atrás en su apoyo a los líderes autoritarios. Durante una visita a Moscú ofreció a Putin convertir a Argentina en la puerta de entrada de Rusia a América Latina. López Obrador de México se ha negado a pronunciarse en contra de Putin, pues desea mantener buenas relaciones con todos los gobiernos. Es un admirador del régimen cubano y lo alaba por su resistencia frente al llamado imperialismo americano, a pesar de que Estados Unidos es el más importante socio comercial de México y el principal inversionista del país azteca. Lula da Silva, mantiene estrechas relaciones con el régimen cubano. Cuando fue sometido a juicio y encarcelado los cubanos lo apoyaron en forma solidaria, luego de ser liberado viajó a Cuba y permaneció allí por dos meses a fin de agradecerle a los cubanos por su apoyo.

El régimen venezolano no es un ente extraño ni una excepción en el panorama de la izquierda de América Latina por el contrario es parte de esta y como tal es reconocido y legitimado por los principales líderes y gobernantes de izquierda de la región, quienes mantienen una estrecha relación con éste y con los restantes regímenes autoritarios de la zona como el cubano.

Más significativo que el liderazgo de Boric en la región será el de Lula da Silva quien probablemente se convertirá en presidente de Brasil. Si es elegido utilizará el peso de su país en la región para potenciar su liderazgo y actuar como un elemento de equilibrio en la región, según Celso Amorín ex canciller de Lula. Probablemente hará esto, pero siempre contrapesando la influencia de Estados Unidos lo cual ha sido una posición tradicional de Brasil. De darse este escenario Brasil presionará a favor de cesar las sanciones contra Venezuela y Cuba legitimando la presencia e influencia de ambos regímenes en el área.

Referencias:

Rodríguez R., J.E. 2022. Boric acentúa el contraste de la izquierda. Digalo Ahí, n°7, marzo 22.

Profesor UCV

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Alfredo Maldonado Dubuc

Crónicas burguesas

“Uno que señala tus defectos

no es necesariamente tu enemigo;

el que siempre te felicita

no es necesariamente tu amigo”

Proverbio chino

Mañana llega el Presidente Joe Biden a la capital de la Europa unida, Bruselas, que por encima de todo sigue dependiendo en mucho de lo que Estados Unidos piense, estime, quiera, haga. El objeto de la visita, y de reunirse con las principales figuras europeas, es de doble cara.

Una cara preocupada, generosa, con las arrugas de la vida y del esfuerzo, la destinada a los refugiados, los miles que ya ha producido la tragedia ucraniana, y ésos no son los únicos refugiados, de África llegan decenas todos los días a España e Italia.

La otra cara es rígida, firme, como la de John Wayne antes de enfrentarse a unos indios o con Liberty Valance, cara de una vez más la idea de un cuerpo militar multilateral de paz. Una forma de decir colaboramos pero no nos metemos en eso. Habría que preguntarse cuál sería el presupuesto que saldría de los ahorros europeos y especialmente de los impuestos de los American citizens, y qué ha pasado con los Cascos Azules de la ONU. En un mundo atiborrado de ejércitos dispuestos a derrochar, como el ruso, y de compañías de mercenarios militares, ¿no es posible mantener unos eficientes Cascos Azules de la ONU?

El jueves el Presidente Biden –no sabemos aunque lo suponemos si en la misma ciudad, aunque podría dar un saltico a la espléndida Berlín- se reunirá con el Consejo Europeo, es decir, con el poder ejecutivo de los estados unidos de Europa y líderes europeos de primera importancia, en un encuentro convocado por Berlín, en el cual discutirán dos temas contrapuestos. Uno, el de un presupuesto y estructura comunes –siempre es cuestión de presupuesto y quién pone los reales- para disponer un programa de medidas humanitarias en beneficio de los refugiados ucranianos, regados por toda Europa pero especialmente en Polonia, que está siendo para los migrantes ucranianos lo que Colombia para los migrantes venezolanos.

El otro tema es definir nuevas sanciones para seguir presionando a Vladimir Putin y sus cómplices rusos. En estos momentos, con sus bancos atados y echados del sistema de intercomunicación de movimientos de dinero, numerosas empresas idas del país y su economía ya mediocre, mas los gastos infernales de una guerra que puede que le gane a Ucrania pero tiene aplastantemente perdida con el mundo, Vladimir Putin sabe que está entre el linchamiento popular y el humillante desprestigio de los demasiados muertos y destrucción para tan siniestro resultado. Y si matan a Zerensky por expresa comisión o en cualquier bombardeo, el panorama será peor, con Putin al infierno y Volodimir a los altares.

El viernes será el gran cierre emocional de esta gira bideniana a Europa, pues el Air Force One dará el salto a Polonia, el país más comprometido y generoso con los migrantes ucranianos, donde Biden se informará de la ayuda a los refugiados y lo que necesita Polonia para sostenerlo y llevarlo adelante. Después, el sábado, information room en Washington.

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Maxim Ross

Ha vuelto al terreno de la opinión pública la pregunta de si los venezolanos tienen la capacidad para superar la coyuntura política y económica actual o, si por el contrario, somos apenas “peones del ajedrez mundial” y estamos completamente atados a las decisiones de Washington, Moscú, La Habana y Pekín. La pregunta ha regresado con mayor dureza, gracias a la intensificación del conflicto mundial, originado en la invasión de Rusia a Ucrania, pero no solo por el hecho de que el gobierno tomara partido por Rusia, lo que nos coloca directamente en el medio de la disputa, sino porque revela una tragedia de mayor alcance y profundidad, la del país que fue perdiendo la fortaleza y la habilidad para hacerse un camino menos dependiente del entorno mundial, siempre sujeto a presiones y tensiones y del cual, por supuesto, es imposible desatarse completamente.

Desde luego, la pregunta hecha así tiene un matiz de “blanco o negro” y en realidad debería formularse de una manera relativa, es decir: ¿En qué medida podríamos atenuar o reducir esa relación y que posibilidad real existe de hacernos más autónomos de ese entorno?, sin que por ello pretendamos ningún tipo de autarquía en una sociedad internacional cada vez más intrincada.

Venezuela: ¿Peón del ajedrez mundial?

La respuesta a esta pregunta proviene, creemos, de que seamos capaces de desarrollar unas capacidades que reduzcan, tanto como sea posible, la dependencia y los vínculos que tenemos con el exterior o, en especial con los países claves del concierto mundial. En lo que respecta al ambiente internacional, este podría desarrollarse por dos vías. O se acentúa y recrudece la convulsión actual, poniendo en peligro todo el planeta o se llega a un arreglo. Pensar en lo primero pareciera inconcebible, con lo cual apuesto por el segundo porque la experiencia nos dice que, con toda la agresividad y la violencia que hoy se vive, la humanidad ha sabido regresar al acuerdo y a la civilidad[1]. Existen razones e indicios para creer en que más temprano o más tarde Rusia, Ucrania, China, Estados Unidos y Europa lo alcanzarán, con todo y el dolor causado en pérdidas materiales y humanas. En este caso, si regresamos a un escenario menos conflictivo ¿Podremos resolver solos nuestra dramática situación o seguiremos estando totalmente sujetos al acontecer internacional? Creemos que la respuesta hay que buscarla en nuestra propia experiencia y en dos direcciones. Una, examinar hasta donde pudimos hacerlo en el pasado y, dos tratar de identificar que causas estuvieron detrás de esa conducta.

Mi hipótesis principal, la cual resulta bastante obvia, es que mientras el país viva casi totalmente del ingreso petrolero en divisas esa relación se acrecienta y fomenta y se nos convierte en una “ley de hierro” y es prácticamente inescapable. Como sabemos, en los primeros años de la explotación del crudo, Venezuela dependió casi totalmente de su producción y exportación y, por supuesto, de la situación del mercado y de los precios internacionales, con lo cual el país dependía totalmente de él, para luego reducir su peso en la economía y regresar, en los últimos tiempos, a representar cerca del 90% de los ingresos totales del país. A ello se agrega la total dependencia del fisco venezolano de los tributos y regalías que este genera.

Se puede comprender fácilmente, aunque es obvio también que, mientras esta condición se mantenga, aquel “ajedrez” se impone sobre nosotros, lo que resalta que el formato para evadirlo implica reducir la dependencia del petróleo, a sabiendas de que sigue allí en el subsuelo y continua siendo muy atractivo para los grandes consumidores y que juega un papel crucial en la geopolítica internacional, como lo comprueban los hechos, entonces: ¿De qué depende que podamos cambiar este esquema? Creemos que nuestra propia experiencia no brinda una respuesta y una lección.

Causa detrás de la causa.

La respuesta inmediata está, desde luego, en la creación de una economía mucho menos centrada en el petróleo y más centrada en las fortalezas internas del país, capaz de convertirse, realmente, en su “motor” principal y generar empleos productivos y una senda de bienestar generalizado, pero en realidad el secreto está en que pudimos construir una capacidad aglutinadora, capaz de diseñar y llevar a la practica un proyecto de país de largo aliento, con asideros económicos, políticos, institucionales y sociales.

¿Cuál fue el secreto, cual el acertijo? Los venezolanos nos pusimos de acuerdo. El “milagro” de alcanzar una tregua política que acabó con el conflicto y la exclusión que marcaron nuestros primeros años como Republica, permitió diseñar y elaborar un programa político y económico producto del consenso entre los principales partidos y con una participación importante del empresariado y el sector sindical. El Pacto de Punto Fijo cementó las bases de una visión de largo plazo y de un país sólido y menos dependiente del petróleo. Cuando ese acuerdo fue demolido por las circunstancias políticas y por la avalancha de ingresos que se produjo a mediados de los años setenta, regresamos a “vivir” del petróleo, no del Acuerdo y facilitamos la ruptura de la ruta emprendida y terminamos en el recordado y trágico “Viernes Negro”. De allí en adelante, acentuadas las diferencias políticas repetimos el esquema petrolero y, nosotros mismos, creamos las condiciones para ser “peones” del ajedrez mundial.

Este acertijo: ¿Se puede repetir?

Todo depende de que nos podamos poner de acuerdo otra vez. Primero que nada, ¿es posible repetir un Punto Fijo hoy? Creemos que no, por razones que todos conocen. Un partido único en el poder y los opuestos fragmentados en mil pedazos, de manera que sin partidos ¿Cómo lograrlo? Existen tendencias en la opinión pública que atribuyen esa responsabilidad a los ciudadanos, o a la “ciudadanía” en abstracto, mientras que otros apelan a los “vecinos”. Somos de la opinión de que repetirlo depende de cómo la sociedad civil se organiza y responde a este reto y asume esa tarea, sin que ello signifique obviar a los partidos sino, por el contrario, reforzarlos.

Creemos que esa posibilidad está abierta y pende de su propia habilidad y voluntad de unificar sus voces, de articularse y aglutinarse alrededor del propósito de hablar por Venezuela. Esa sociedad civil son los empresarios organizados, los empleados, las Universidades, los Colegios profesionales, los sindicatos, las comunidades, etc., etc., que podrían mostrar al mundo que no existe una sola voz por Venezuela. Si así fuera, quizás podríamos repetir el acertijo de un gran acuerdo que regrese nuestro a país a una ruta menos dependiente del “ajedrez” mundial pero, para ello se requiere un requisito adicional, pues esa organicidad, esa articulación no se puede levantar de la nada.

Construir Capacidad Nacional

En un escrito reciente[2] defendimos la tesis de que, solo si el país, sus ciudadanos organizados, logran construir una economía menos dependiente del petróleo, sin dejarlo de lado, pero mucho más integrado hacia el país, mas afincada en la fortalezas regionales y locales, en instituciones fuertes y en una verdadera batalla para traer a la vida entera a esos millones de venezolanos que viven en la precariedad y, aun en la miseria, que no tengan que depender de ningún gobierno o de ningún partido para sobrevivir, entonces sería posible aislarnos tanto como posible del “ajedrez” mundial. Decíamos en aquel escrito que había que construir Capacidad Institucional, Capacidad Cívica, Capacidad Productiva, Capacidades Regionales y, ahora más que nunca Capacidad Política. Si logramos construir este espectro de país podríamos empezar a resolver solos nuestros problemas y no depender de la palabra de Moscú, de La Habana, de Washington o de Pekín.

¿Seremos capaces de activar la sociedad civil organizada y ponernos de acuerdo otra vez

[1] Yuval Noah Harari “El futuro de la humanidad depende de lo que pase en Ucrania”. La Vanguardia.16 de febrero 2022

[2] Construir Capacidad Nacional, Mayo de 2021

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Francisco Russo Betancourt

Este 23 de marzo es el 104° aniversario del nacimiento de Jóvito Villalba. Fue él quien pronunció la palabra, con la sonoridad de su voz que retumbó como un trueno anunciando la tempestad, justo en el nacimiento de un hecho fundamental para la patria aletargada por 30 años de tiranía, de crueldad, de brutalidad, de persecuciones, encarcelamientos, cárceles y exilios. Flaco, catire, joven veinteañero que comenzaba a estudiar Derecho en la UCV y a quien sus compañeros le confiaron la responsabilidad de inaugurar, nada más y nada menos en el Panteón Nacional, recinto que guarda los restos del padre de la patria y de los hijos eminentes de este país, la Semana del Estudiante en el año 1928.

Fue el líder estudiantil de las jornadas del año 1928 contra la tiranía de Juan Vicente Gómez, conductor del movimiento y orador en la manifestación y huelga general del 14 de febrero 1936, al frente de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), nacimiento de nuestra democracia y luego, capitán de la Unidad convertida en la victoria democrática en 1952 contra la tiranía del general Marcos Pérez Jiménez. Fue militante toda la vida a favor de la democracia y del pueblo venezolano. Resalto su insurgencia contra Juan Vicente Gómez, junto a otros iluminados del año 1928, constituida como una verdadera proeza. Sus años de prisión, su inflamada palabra de gran tribuno popular, sus exilios, su catedra de Derecho Público en la vieja UCV, contribuyeron a darle a Jóvito justificados acentos y perfiles de hombre de leyenda.

Jóvito Villalba nació en Pampatar, isla de Margarita, el 23 de marzo de 1908, hijo de Jóvito Villalba Roblis, carpintero de ribera, y de Ángela Gutiérrez Rojas, nativa de Clarines, Estado Anzoátegui.

Cumplió 20 años recluido en una prisión dictatorial, el Castillo de Puerto Cabello, en las más crueles condiciones; en ambos tobillos le quedo seco el hueso por la tortura vil de los grillos, pero su rebeldía no se apagó jamás para servir con dignidad e inteligencia a la causa de la libertad, la justicia y el progreso social de nuestro país.

Hombre de Derecho justo, fue también un versado constitucionalista, de profundas y avanzadas ideas que en esencia eran la doctrina de los derechos humanos, de los cuales podríamos afirmar, precursor visionario en Venezuela. Los derechos humanos no son políticos, expreso ante la campana electoral del presidente Carter, son también los económicos y sociales, el derecho a una vivienda higiénica, el derecho al trabajo, a tener garantizados medios para la educación de los hijos, a la asistencia médica, clínica y hospitalaria, a la igualdad de condiciones para todos.

Honra del foro y la tribuna, del trabajo político para darle al ciudadano cauce y herramientas en su lucha por un destino de superación nacional y de auténtico bienestar dentro de una vida fecunda. Jovito Villalba es hoy un símbolo viviente y verdadero de la democracia que nunca sucumbió a los cantos de sirena para atentar contra los gobiernos elegidos democráticamente. El premio nobel, Gabriel García Márquez, quien lo estudiara cuando vivió en Caracas, y pudo conocerlo, observó en su personalidad a un líder con nobleza y sin rencores; tres condiciones extraordinarias destaco en él, “optimismo, dinamismo y pobreza”, y, es que su esencialidad humana fue superior a sus detractores, a los tiranos de mayor o menor cuantía, y a los olvidadizos de la patria, que cargan esta palabra en la boca, porque para ellos la Patria es un negocio.

Cuando en 1952, la dictadura de aquel entonces, que asesinaba y torturaba, con toda malignidad hecha gobierno-, desconoció el clamoroso triunfo de la unidad liderada por Jóvito Villalba, en las elecciones a la Constituyente de ese año, solo una trampa contra la buena fe y la decencia política y moral, contra la Constitución y las leyes, pudo arrancarlo de su presencia junto al pueblo en las amargas horas de su destino. Después del duro y forzado destierro de largos años, que militares aventureros le impusieron, Villalba regresó a su trinchera cívica, pacífica y nacional, fiel a la democracia y a la Ley, y así fue un ardoroso y propulsor consciente de una gran Unidad de la nación venezolana para lograr la estabilidad y desarrollo de la democracia.

Aquel mismo verbo insuperable del brillante orador que en 1952 proponía una concertación política de todos los demócratas, “sin perseguidos ni perseguidores”, para enrumbar la nación a un mejor destino, reiteró su consigna de la unidad, de la unión honorable de las fuerzas y voluntades del pueblo en todos sus estamentos, en pro de la democracia y del desarrollo de sus Instituciones, de sus contenidos políticos, de su cultura y educación, y de su constancia moral con arreglo a la civilización y el Derecho. Solo por ello habría haberlo colocado, por la voluntad del pueblo, en la máxima dirección de la Republica. Explicables eventos y azares impidieron que así sucediera, pero la gran personalidad histórica, el convicto y fehaciente venezolano, el abnegado luchador, ejemplo de desprendimiento y de la honestidad de hombre público, siguió siendo, a contraluz de avatares infortunados, el símbolo viviente del ideal histórico de una grande y eficiente unidad para la democracia real.

Hoy vive Venezuela una dolorosa depresión de su destino histórico, estos últimos años han marcado la oprobiosa realidad de un régimen que con maligno delirio patológico, en términos humanos y políticos, se ha convertido en su insólito verdugo. El pueblo victimado y escarnecido ha visto regresar la tortura, los presos políticos y la represión contra quienes reclaman sus derechos más básicos. La carencia de bienes y servicios, los bajos y denigrantes salarios, la inflación galopante, la desbordada corrupción que abraza al estamento social y funcionarial, la politización descarada de la estructura judicial del país, la fuga de venezolanos, de cualquier clase social, esparcidos por el mundo en busca de mejores condiciones de vida, la impunidad y la agravación de los problemas nacionales, reflejan hoy día la tragedia política y social de nuestros conciudadanos.

En esta hora de agonía venezolana, de agravios a la nación y sangrientos ultrajes a la democracia, se hace indispensable una grande y efectiva y vigorosa unidad venezolana para la defensa propia de nuestra vida como República, como país y como pueblo. Surge entonces, el respetuoso y emocionado recuerdo de Jovito Villalba y su infatigable discurso, convertido en doctrina, por una verdadera unidad nacional y la defensa de la democracia; por ello recojo lo que Villalba expresara en sus tantas batallas parlamentarias en defensa del sufragio y que hoy más que nunca reclamamos los venezolanos: “Cuando un gobierno es amigo de la democracia, tiene una política electoral democrática. Cuando un gobierno es enemigo de la democracia, tiene una política destinada a frustrar el derecho al sufragio de la ciudadanía”.

No pretendo prorrogar visiones del pasado, tampoco volver a hechos y circunstancias que ya pudiesen ser parte del olvido, pero el recuerdo afirmativo de Villalba, -el político de la democracia-, en esta hora de dificultades, se parece al que el propio Jovito dedicó al Libertador en una hora tiránica de Venezuela, en verdad menos escandalosa, pero igual de cruel, que osa consolidarse.

Este saludable buen recuerdo, reconforta el propósito de la Unidad, en mayúscula, de los venezolanos de hoy para librarnos del régimen del presente y de los autoritarios del mañana, para la gran causa de la convivencia democrática y de un destino mejor para Venezuela.

Subrayo que esta nota no es solo evocación, es también un modo de defendernos del escarnio actual.

Jóvito Villalba, prócer civil, insobornable demócrata, luchador esclarecido, voz que aún puede clamar a nuestro lado, sin impertinencias, visionario y promotor de la unidad como herramienta eficaz de la democracia, la libertad y el Derecho, bien vale un gran recuerdo en este 104° aniversario de su natalicio.

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Humberto García Larralde

El levantamiento de los controles de cambio y de precio en Venezuela marcaron cambios que, pensaban algunos, inaugurarían la apertura hacia una mayor “normalidad” económica, capaz de superar las terribles penurias que han azotado al pueblo venezolano por tantos años. Reaparecieron muchos bienes importados en los “bodegones” que, cual hongos, brotaron en las principales ciudades. También los supermercados volvieron a llenar sus anaqueles con productos otrora desaparecidos, ahora bastante más caros. La economía detuvo su caída libre, llegando incluso a crecer el año pasado hasta en un 4%, según algunos analistas. Como se sabe, no se publican cifras oficiales al respecto desde 2018. Para 2022, las proyecciones iniciales señalan la posibilidad de un incremento del 8%.

Por otro lado, han pasado seis meses seguidos con un alza general de precios de sólo un dígito. La hiperinflación quedó atrás. Se anuncia, asimismo, un incremento del salario mínimo y del bono de alimentación, desde unos 2 USD al mes, a más o menos 30 USD, que se comenzaría a pagar este mes (marzo). Hechos como la devolución de las instalaciones del Sambil de La Candelaria a sus legítimos dueños indicarían, a su vez, que van quedando atrás las arbitrariedades que arruinaron al país bajo la bandera del “socialismo del siglo XXI”. Y existen augurios de una recuperación sostenida en la producción petrolera, ridiculizadas, empero, por la falta de criterio de Maduro quien, en declaraciones recientes, prometió que a finales de este año se estarán produciendo dos millones de barriles diarios de crudo en Venezuela (¡!).

Es menester poner en perspectiva estos registros. Aun suponiendo que la economía creciera el año pasado en 4% y que cerrase el actual aumentando adicionalmente en un 8%, su tamaño, es decir, el Producto Interno Bruto (PIB) de 2022, apenas superaría la cuarta parte del de 2013. Y, aunque se haya superado la hiperinflación, la subida de precios del año pasado fue de 686.4% (¡!), la más alta del mundo. Por otro lado, el entramado legal de los controles existe todavía. No ha sido abrogado, sólo fue suspendida su aplicación. Y, con toda la alharaca en torno a la recuperación de la actividad productiva petrolera, ésta, según cifras oficiales, no ha superado los 800 mil barriles diarios durante los primeros dos meses del año, el 27% de la producción en 2013.

No hay nada que indique que estamos ante los primeros pasos de un programa de medidas coherentes destinadas a crear las condiciones necesarias para reactivar la economía, como quieren creer algunos. Una muestra es la promulgación de la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, según la cual se podrá pechar hasta el 20% de los pagos realizados en moneda extranjera (o criptomonedas) “sin mediación de entidades financieras”. Lejos de promover la mayor actividad derivada de la dolarización de las transacciones o de otorgar créditos en dólares --los depósitos de la banca en la moneda estadounidense casi duplican el monto en bolívares--, el gobierno parece buscar desestimularla.

Y es que el desplome de la actividad económica, incluyendo la petrolera, ha mermado drásticamente los ingresos tributarios y, estando el fisco en default, recurre a la emisión monetaria del Banco Central para cubrir el déficit en sus cuentas. La dolarización plena eliminaría esta posibilidad –el BCV no imprime dólares--, obligando a cortar todavía más el gasto. Ya Maduro ha instrumentado una contracción drástica del gasto público, contribuyendo a contener la inflación, pero a expensas del mantenimiento de los servicios y de los sueldos del personal. Como resultado, las capacidades administrativas del Estado y sus posibilidades de producir los bienes públicos requeridos para atender a la población --su responsabilidad central--, están postradas. De seguir con los recortes, se agravaría la situación de Estado fallido, arrojando costos aún mayores sobre la población.

Por otro lado, la estabilización del precio del dólar como instrumento antinflacionario, sacrificando reservas y sobrevaluando el bolívar, ha tenido el efecto de aumentar la cantidad de dólares requeridos para cubrir el componente local, no transable, de la actividad económica. De ahí que los precios en dólares también aumentan, aunque no hay inflación en dólares en el mercado internacional. Por otro lado, con la penuria de ingresos provocados por el desastre económico infligido al país, el incremento del salario mínimo seguramente será financiado con mayor emisión monetaria, poniendo en jaque la estabilidad del dólar. ¿Podrá seguir bajando la inflación? Y no puede quedar fuera la acentuación de la inequidad que representa el hecho de que quien no tiene acceso regular a los dólares estará condenado a permanecer en las abismales honduras de miseria a que lo arrojó el régimen de expoliación chavista.

La economía venezolana creció el año pasado –o dejó de caer—y podrá crecer este año, por la sencilla razón de que tiene grandes potencialidades, pero que han sido reprimidas. Bastó con quitar la asfixia de los controles de precio y de tipo de cambio para que la actividad económica empezase a brotar. Es como si, de repente, se abriese una verja para que alguien pudiese enterrar una semilla en un terreno baldío, pero fértil. Emerge una planta. Pero, para que siga creciendo y haya muchas más, se requiere garantizar el agua, los fertilizantes y pesticidas, y que nadie vuelva a cerrar la verja o deje entrar animales que aplastarían el cultivo naciente. Llevando el símil con la economía más allá, se necesitarían inversiones para cercar el terreno, importar semillas certificadas y contar con la maquinaria y los equipos para extender el plantío, amén de la electricidad para operar muchos de éstos. El individuo tendría que adquirir los saberes necesarios para mejorar su cultivo y contar con los servicios de investigación especializados para prosperar (competir) en el tiempo. Y hemos dejado afuera de esta analogía todo lo concerniente a los desafíos de una comercialización eficiente, el financiamiento y la idoneidad de las instituciones para ello, y la estabilidad macroeconómica, la previsibilidad y la confianza para acometer las inversiones y las innovaciones, que están en la base de un crecimiento robusto y sostenible.

Pues todos estos “aditamentos”, cruciales para una reactivación económica que se sostenga y devuelva a los venezolanos condiciones de vida dignas, están en buena medida ausentes en la Venezuela de Maduro. Pero no sólo eso, a pesar de algunos efectos cosméticos, como la detención de funcionarios acusados de narcotráfico y cambios anodinos en el poder judicial, sigue campante la arbitrariedad y el abuso de poder, como lo testimonian los centenares de presos políticos detenidos sin razón valedera, Roland Carreño y Javier Tarazona, entre otros. Y continúan las extorsiones en aeropuertos, puertos, alcabalas y en negocios y entidades diversas por parte de la Guardia Nacional, distintas policías y funcionarios ahítos por un “resuelve”, sin mencionar los grandes beneficiarios de la depredación de la riqueza mineral de una Guayana sin ley, de lo que queda de la industria petrolera y del narcotráfico, este último en alianza con el ELN y disidentes de la FARC colombiana.

Si, la economía venezolana podrá crecer. Pero podrá dejar de hacerlo si priva la arbitrariedad, con mayores controles, y la caza de rentas. Algunas actividades crecerán más que otras, algunas podrán desaparecer o disminuir aún más. Porque el entramado institucional para que el crecimiento se mantenga y beneficie a las grandes mayorías para asegurar un mínimo de justicia social que asegure la estabilidad social y política, ha sido desmantelado. Las condiciones para que prospere la actividad económica siguen siendo muy precarias. Es menester, por tanto, luchar por la restitución de un Estado de Derecho, con sus garantías jurídicas y procesales, respeto a los derechos humanos, transparencia y rendición de cuentas, así como garante de las demás libertades, para poder activar una ciudadanía protagónica en el ejercicio de sus corresponsabilidades de gobierno.

De lograrse la estabilidad y la confianza necesaria para generar una tasa de crecimiento del 5% interanual --un supuesto negado de continuar el presente régimen— se tardarían 27 años en regresar al nivel de ingresos de 2013. De producirse un cambio político fundamental que reinstalase la democracia plena, permitiese la instrumentación de un programa de estabilización macroeconómica y de reformas que le devuelvan al Estado su capacidad de gestión, con el respaldo de un ingente financiamiento multilateral, este lapso se acortaría significativamente, dada la enorme capacidad ociosa existente.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela.

humgarl@gmail.com

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