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Opinión

Ángel R. Lombardi Boscán

No tengo bola de cristal aunque nunca caí en el chantaje emocional y político de que Trump nos está ayudando para acabar con la tragedia chavista en Venezuela. Y que por ello había que apoyarle con los ojos cerrados. Es más, salvo unos gritos contra Maduro no hay nada tangible: Maduro sigue atornillado al poder y las sanciones nos afectan más a los ciudadanos de a pie que a los poderosos bolivarianos atrincherados en Fuerte Tiuna y con sus arcas bien llenas.

Y razoné, en una predicción que aún no sé si se irá a cumplir, aunque es muy probable que así sea: Trump pierde la reelección. Por twitterlandia “mis amigos” y seguidores, muchos aunque no todos, me tildaron de rojo, socialista, comunista, chavista, doble cara, intelectual de pacotilla y otras especies. Mi insistencia en mis razones les molestaba aún más. Seguí en mis treces para realizar un experimento de la conducta humana y evaluar los niveles de la tolerancia que hay en las redes sociales, y la conclusión es una y muy clara: la ideología, como falsa conciencia, concepto éste de Marx, nos impide dialogar desde posiciones plurales y contrarias entre sí. El dogma militante y agresivo es lo que manda, y también, muchas dosis de estupidez. Umberto Eco llamó esto la “invasión de los necios”. Eso de que por las redes sociales se expande la sociabilidad, cultura y la información es un mito urbano. Las redes sociales se han convertido en una jungla muy peligrosa para la salud pública.

Dónde más dolió a los trumpistas venezolanos es cuando señalé que los modales y prácticas de Trump eran de un populismo de país rico aunque con las mismas características irresponsables de un Chávez o Maduro, abanderados de un populismo pobre y autoritario. Trump y su camorra permanente e impresentable lo hacía parecer a un Chávez anglosajón y blanco: ególatra, inculto, demagogo, mentiroso del tamaño de los confines de la Tierra; amor por los flashes y un excesivo protagonismo; desprecio por las leyes y normas; sendas prácticas intolerantes contra la diversidad y el comportamiento irresponsable a un nivel: la Jefatura del Estado, en que sus decisiones inciden en el bienestar o desgracia de sus dirigidos. Y que lo que más los unía a estos gemelos: Chávez-Trump era su inmenso ego desbordado de frenética y delirante soberbia en el ejercicio de un poder sin contrapesos.

Los integrantes de éste ejército digital, todos opositores declarados al régimen madurista, asumían idénticas tácticas de desprecio y rechazo, de la misma manera que su mentor, a toda forma de pensamiento que no esté alineado al de ellos. Al parecer el rencor y su sucedáneo: el odio, nos define y es la emoción humana más poderosa. Porque estos trumpistas venezolanos se terminaban comportando de la misma o peor forma de lo que supuestamente combaten. La ideología pro-Trump les segó y en el otro bando sólo había rojos e izquierdistas y no gente. Biden, no sólo es el “dormilón” nulo y achacoso sino también el rojo come niños y asumían que un hipotético triunfo de éste llevaría a los Estados Unidos a convertirse en la atrofiada Venezuela de hoy.

En realidad les comprendo aunque no es aceptable éste tipo de comportamiento tan visceral, mal educado y primitivo. Les entiendo en la parte de que han visto en Trump a un nuevo salvador, al Mesías siempre vivo que hemos asumido como el Director de Orquesta en la Historia de Venezuela. A los venezolanos nos ha hecho mucho daño una psicología del redentor; la del hombre fuerte: el Gendarme Necesario; el Caudillo con dotes y poderes especiales en alianza con las Potencias Oscuras a lo Doña Bárbara. El líder carismático y providencial; la muleta militar que te castiga/protege bajo el diseño de un culto a Simón Bolívar que nos ha lanzado a una infancia permanente como ciudadanía menor. Luego de la independencia (1830), los “Padres Fundadores”, nuestros caudillos, en vez de fundar, construir y progresar se dedicaron al pillaje. Y ésta huella del desorden y dilapidación del tiempo prefiriendo la guerra a la paz nos impide confiar en nuestras propias capacidades colectivas como Pueblo. Al fallar los mecanismos tradicionales para socavar la actual guerra chavista que los bolivarianos impone contra su propio Pueblo nos hemos santiguado ante Trump y su verborrea de la amenaza sin sustancia. Y los más agresivos y fanáticos trumpistas son los venezolanos en el exilio que muy comprensiblemente extrañan al país y la impotencia les corroe.

En realidad, ni Trump ni Biden nos van a salvar a los venezolanos. Un poquito de orgullo debemos empezar a sacar del subsuelo de la desesperanza para asumir que sólo nosotros, en un sentido sustancial, saldremos de ésta tragedia. Toda ayuda y acompañamiento desde el exterior será agradecido. ¿Qué lo hemos intentado y aún no se ha podido? Cierto. Aunque igual hay que perseverar. Ahí es donde el buen ejemplo de Simón Bolívar con su voluntad de hierro para conseguir sus metas debe sernos útil.

No me voy a referir a las prácticas de Trump el 03 de noviembre porque aún tenemos a los acontecimientos en desarrollo y la historia es impredecible en sus resultados finales. Sólo quiero acotar que Trump a las 3:00 am del día 04 declaró al mundo que él había ganado pero que le habían hecho fraude. En realidad, Trump, un hombre que vive de las rentas de las crisis y el caos, establece con ésta acción un comportamiento tercermundista que sólo la férrea institucionalidad de los Estados Unidos tendrá que atajar. Aun así, abre con ello las puertas de la violencia y profundiza la incertidumbre del momento haciendo de “su poder presidencial” una Línea Maginot. Es lamentable que hoy la sociedad estadounidense esté al borde de una Guerra Civil y que su Presidente haya preferido la confrontación a los consensos: en esto Trump siguió al dedillo el comportamiento de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Los tres años de prosperidad económica de Trump, si es que los hubo, se esfumaron en el último año de su mandato básicamente por el mal manejo que hizo de la pandemia del Covid-19 y protestas raciales: su objetivo era mantenerse en el poder a toda costa y esto fue su tumba. Ahora Trump intentará de todo para quedarse ya sea por las buenas o por las malas: hasta la posibilidad de un Golpe de Estado no escapa a nuestras previsiones producto de una ambición desesperada del personaje en cuestión. Razón por la cual el “Sistema” le quiere fuera para preservarse y mantener una gobernabilidad mínima optima que no degrade el liderazgo mundial que hoy ostenta.

A diferencia de Venezuela hay en los Estados Unidos instituciones en pie y una Constitución sana y robusta, que como gran pacto de la nación fundada por Washington, les garantiza a pesar de la actual turbulencia, que las aguas vuelvan a la calma. Sinceramente es lo que deseamos.

Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia

 5 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

Las de la semana pasada fueron elecciones muy importantes, tanto para Estados Unidos, como para todo el planeta. Tuvieron un lugar en un ambiente de conflicto, que no es lo propio a lo largo de la historia norteamericana. Para muchos analistas, el triunfo de Joe Biden resultó en gran medida una sorpresa, y Donald Trump no ha terminado de aceptarla, alegando junto a otras irregularidades, que el voto postal, justificado por la pandemia, es posible que esconda las pruebas de un fraude relevante. Como vemos en todos los procesos electorales se cuecen habas.

Un proceso enredado

Además fue, como también ha sido dicho repetidamente, un proceso que transcurrió en medio de muchas complicaciones que se juntaron a lo largo de los últimos años, hasta provocar una crisis de respetables magnitudes originada desde el conflicto político y que tuvo consecuencias importantes en varios ámbito de la vida económica y social norteamericana, poniendo en evidencia que Estados Unidos necesita cambios relevantes en su armazón

Por si fuera poco, y como igualmente se ha señalado, las elecciones tuvieron lugar en un complicado escenario internacional, muy marcado por el America First del Presidente Trump que llevo incluso al debilitamientos de las organizaciones ideadas para procurar la gobernabilidad del planeta.

Como lo ha escrito la periodista española Marta Peirano “… muy probablemente, el fin de la era Trump no significará el fin del trumpismo, que es el nombre que en esta época y en ese país ha adoptado la mezcla históricamente añeja de racismo, misoginia, discurso de odio, xenofobia y anticiencia.” Será preciso seguir, así pues, sus pasos con atención, buscando desentrañar sus causas, cuyo escenario es en gran parte el extremo nivel de polarización política, que pareciera haber llegado para quedarse por un buen tiempo, al igual que como ha ocurrido en otros países.

Paul Krugman lo dice sin pelos en la lengua. Dado el grado de disfunción política de Estados Unidos no es exagerado decir que “… se encuentra al borde de convertirse en un Estado fallido, es decir, un Estado cuyo gobierno ya no es capaz de ejercer un control efectivo.”

El regreso al Acuerdo de París

Habiendo sido elegido, en sus primeras palabras Biden señalo que “… Estados Unidos liderarán con el ejemplo y reunirán al mundo para enfrentar nuestros desafíos comunes que ninguna nación puede enfrentar por sí sola, desde el cambio climático hasta la proliferación nuclear, desde la gran agresión de poder hasta el terrorismo transnacional, desde la guerra cibernética hasta la migración masiva. Las políticas erráticas de Donald Trump y el fracaso al no defender los principios democráticos básicos han entregado nuestra posición en el mundo, han socavado nuestras alianzas democráticas, han debilitado nuestra capacidad de movilizar a otros para enfrentar estos desafíos y han amenazado nuestra seguridad y nuestro futuro.”

Como es sabido hace algunos años se prendieron las alarmas, cuando la ONU, a partir de un sólido basamento científico, señaló que las emisiones del calentamiento global se estaban acelerando y que nos encontrábamos próximos a desórdenes climáticos que comprometerían gravemente la vida en el planeta, dado que la economía actual se deslindaba del ciclo de vida de la naturaleza y chocaba contra el crecimiento sostenible. No obstante, ha pasado el tiempo sin que haya habido una reacción con la profundidad y celeridad requeridas. Los países, en general, pareciera que se han tomado a la ligera el asunto y, por otro lado, las instancias internacionales han dejado en evidencia que, en general, les resulta cuesta arriba garantizar la gobernanza del mundo y, como en este caso, darle la cara a un asunto como el cambio climático

"Es el problema número uno que enfrenta la humanidad. Y es el tema número uno para mí", "El cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad", declaró Biden. "Si no se controla, va a hornear este planeta. Esto no es una hipérbole. Es real. Y tenemos una obligación moral", añadió. En consecuencia con lo señalado ha prometido un plan de US$ 2.000 millones que invertirá en energía limpia en transporte, electricidad, y la industria de la construcción que reduzca las emisiones y mejore la infraestructura.

"Nadie va a construir otra planta eléctrica de petróleo o gas. Van a construir una que sea alimentada por energía renovable", tenemos que invertir miles de millones de dólares para asegurarnos de que somos capaces de transmitir a través de nuestras líneas."

Cierto que al momento de escribir estas líneas, el panorama electoral norteamericano esta todo menos claro. Trump insiste en sus reclamos y abre paso a procesos que, además, pueden durar más tiempo, ocasionando serios prejuicios.

Pero, por encima de ello, me parecía relevante subrayar que si finalmente el Presidente es Joe Biden lo que pareciera, de parte suya, una profunda convicción política, relativa al problema del cambio climático, es determinante, no exagero, para el destino de los terrícolas. Significa, lo han escritos expertos conocedores del tema, el quiebre de un modelo de desarrollo que, por decirlo de manera simple, se ha medido por el termómetro que se emplea para medir el PIB y desconoce los límites que impone el planeta.

¿Los terrícolas podremos estar un poco más tranquilos?

Lo anterior significa, nada menos, que asomar un nuevo modelo socio-económico que transforme en su esencia las relaciones de poder, las instituciones sociales, la convivencia colectiva, las reglas éticas, las actitudes hacia el entorno natural, y, en última instancia, nuestra conciencia como humanidad. Que Estados Unidos muestre esa ruta no es un dato menor.

El nombramiento de Biden puede ser, así pues, una buena noticia. No pretendo decir con lo escrito no que haya cientos de problemas graves que enredan y zarandean la vida aquí en la tierra, pero si que su elección puede entenderse, ojalá, como la señal de que la pandemia no ha pasado en vano y nos ha puesto a pensar que la pretensión de volver a la “normalidad” es, dicho cono todo respeto, una estupidez con rasgos “auto suicidas”.

El Nacional, 12 noviembre 2020

 4 min


Alberto Jordán Hernández

Con voz propia

El socialismo mata de hambre a los ancianos, era un título que leíamos cuando hermanos Sandoval Armas: Rafael David de 73 años y Silvia Margarita, de 72 morían de hambre. Y cobraban la pensión que les daba la revolución. Si, Bs. 400 mil, 800 como son dos, casi dos dólares (el salario 78 centavos de dólar y desde el 9 de este noviembre el Nicolás Maduro los puso a ganar 17 dólares al mes). Clara violación a derechos fundamentales que se propone el alto mando militar que se perpetúa en el poder con quien conforma el narco-corrupto-régimen (CNR)

“Mientras exista una FAN nunca (los “maleantes, politiqueros” tal califica a los adversarios) podrán ejercer el poder político en Venezuela", amenaza MinDefensa G/J Vladimir Padrino. Condenan el pueblo a la hambruna y ellos gozan de privilegios.

Resalta información de los Sandoval por ubicarse cerca de Miraflores, sede del régimen con mando usurpado en el vigente período, que es responsable de la desnutrición que padece el 80% de los venezolanos. Igual responsabilidad atribuyó la ONU, al citado ministro en la criminal Lesa Humanidad.

Hay «fundamentos razonables para creer» que Maduro si cometió esos crímenes notificó en La Haya a la delegación chavista conformada por Tarek William Saab Saab, fiscal general y Alfredo Ruiz, defensor del pueblo, la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI) Fatou Bensouda.

Y numerosos los que han muerto de hambre. Dramática la victimización de la infancia que hasta en la migración han fallecido por esa provocada desnutrición. En esta peste china, la organización humanitaria británica Oxfam publicó una alerta sobre "el virus del hambre" en la que Venezuela figura como uno de los diez principales "puntos críticos".

Para el usurpador Maduro solo “algunas personas pasan hambre” y rechaza ayuda internacional por la “guerra económica” que impulsa EEUU. “Es un dictador simple y llanamente. Está causando increíble sufrimiento al pueblo”, enfatizó Joe Biden en mensaje antes de ser electo.

Jubilados de Pdvsa de Guayana acusan que “a diario mueren unos 3 por hambre”.

ONU advierte que existe en Venezuela alto riesgo de aumentar niveles de hambre aguda.

Programa Mundial de Alimentos ven con preocupación ese riesgo alimentario a la que se enfrentan los inmigrantes venezolanos en países vecinos, como Colombia, Ecuador o Perú.

Desde que asumió el poder Madur0 dejó de pagarle a los pensionados que están radicados en Chile.

Huyendo del hambre y la miseria tribus indígenas buscan salir de nuestro territorio.

Lo que inicialmente se arremetió contra los adversarios del NCR que llamaba escuálido, hoy se generalizó.

"Robar por hambre está bien" era frase de Hugo Chávez; así justificó los sucesos del 27 de febrero de 1989.

Nada les importa la solución de la hambruna, la desnutrición del pueblo. Para el NCR la prioridad es el rescate de la Asamblea Nacional, en la cual fueron vencidos en último proceso electoral con mayoría absoluta.

Montaron una espuria Constituyente para elaborar sus propias leyes e incumplieron requisito de aprobar nueva Carta Magna. Hicieron lo habitual para el NCR instalar gobernaciones y alcaldías paralelas en los estados y municipios donde sufrieron derrotas.

Con abuso del mando se proponen seguir destruyendo lo que queda del país, en el fraudulento 6D. Aseguraron el triunfo electoral con el aumento de diputados: de 167 pasaron a 277, incrementan 110, con la acomodaticia nominación por entidades. Y asquerosos auto denominados opositores le acompañan.

Se ha trazado la militarización del parlamento. En la lista de candidatos figuran oficiales de la criminal Lesa Humanidad y sancionados por países democráticos.

AL MARGEN: Constitución Federal para los Estados de Venezuela se denominó la Carta Magna aprobada en 1811, primera del mundo de habla hispana. Predominio tuvo la influencia de la norteamericana de 1776. En nuestras 26 leyes supremas contemplan el federalismo.

jordanalberto18@yahoo.com.

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Analítica.com

A lo largo de la historia del siglo XX se produjeron numerosas transiciones de regímenes dictatoriales a democráticos. No fueron procesos fáciles ya que había que superar las heridas causadas y mucha rabia acumulada. Sin embargo, prevaleció en la mayoría de los casos el interés de crear un futuro digno sobre la necesidad, por demás justificada, de cobrar lo vivido.

Analicemos algunos casos. Después de la derrota militar del nazismo, es verdad que un par de decenas pagaron con su vida las atrocidades cometidas por Hitler y su banda de delincuentes, pero muchos exmiembros del Partido Nacional Socialista encontraron trabajo tanto en la República Federal Alemana como en la República Democrática, y en el caso de los llamados juristas del horror, un 80% permaneció en el sistema judicial. No podemos olvidar a los científicos autores de los cohetes que destruyeron parte de Inglaterra, los cuales terminaron trabajando en la NASA. Y hoy en día Alemania es la principal potencia económica de Europa.

El caso de las dictaduras del cono sur es parecido. Fueron dictaduras que asesinaron a miles de opositores y para poder reconstruir las democracias y la convivencia social, solo una ínfima porción de los que apoyaron a esos regímenes militares tuvo castigo.

El caso de Sudáfrica es tal vez el más emblemático porque la lucha por acabar con el Apartheid fue muy cruenta y hubo muertes de ambos lados. Incluso Mándela estuvo preso 27 años y cuando finalmente logró alcanzar la presidencia de su país, nombró como vicepresidente a su “carcelero”, De Clerck

Lo mismo sucedió en las transiciones en los países de la excortina de hierro, donde se produjeron acomodos entre los antiguos dueños del poder, es decir, los comunistas, y los dirigentes demócratas.

En nuestro caso es evidente que los que han cometido delitos de lesa humanidad tendrán que enfrentar la justicia, pero sin una derrota absoluta del régimen de carácter militar, la transición va a tener que lograr una base amplia de soporte político, que permita ir a un gobierno de transición para convocar a elecciones libres.

Por eso, cuando se escuchan voces aisladas que rechazan todo tipo de entendimiento con el chavismo, uno se pregunta cómo y con qué fuerzas podrán imponer una solución que los excluya de manera total y definitiva de la vida política en Venezuela.

Ese planteamiento es irreal y fantasioso y no sólo contribuye muy poco al logro de una transición, sino también los cohesiona, los fortalece y les da argumentos para decir que esta oposición no es democrática.

Nos guste o no, ese sector político representa un porcentaje quizás ya no tan grande como en otra época, pero que supera el 15% de la población, y eso no puede ser borrado en una verdadera democracia.

La lucha no puede ser odio contra odio, tiene que ser justicia contra retaliación y, en definitiva, civilización contra barbarie.

11 de noviembre 2020

Analítica

https://www.analitica.com/el-editorial/las-transiciones-son-complejas/

 2 min


Jesús Seguías

Micro Análisis

1. En los Estados Unidos no existe un organismo electoral nacional sino 50 organismos electorales estatales diferentes, muchos de los cuales tienen reglamentos también diferentes. Y así ha funcionado siempre desde hace más de 200 años.

2. En algunos estados se permite votar inclusive después del día de las elecciones. Pennsylvania es uno de ellos. Y este ha sido un procedimiento avalado por los diferentes tribunales estatales. Es decir, es totalmente legal.

3. El voto ausente (absentee voting) por correo existe en los Estados Unidos desde la Guerra Civil, hace más de 150 años. Originalmente era permitido para casos especiales y justificables ante organismos electorales: militares, diplomáticos, personal médico, personas enfermas o con limitaciones físicas o de transporte.

4. A raíz de la pandemia del Corona Virus (recordamos que Estados Unidos es el país más afectado del planeta) se incrementó notablemente el voto ausente. El 76% de los estadounidenses fue habilitado por los organismos electorales para votar antes de las elecciones. Es decir, algo totalmente justificable y absolutamente legal.

5. A partir de agosto pasado, 7 estados, entre ellos Texas, Nueva York y Carolina del Sur, exigen una excusa justificada para votar en ausencia. En cambio, 34 estados, incluidos Pennsylvania, Florida y Ohio, permiten el voto en ausencia a todos los residentes aun cuando no especifiquen motivos (por cierto, nadie ha pedido aún revisar los votos en Florida, donde ganó Trump).

6. En Washington D.C. y en otros 9 estados, incluidos Utah, California y Nevada, envían las boletas directamente a los votantes, aun cuando no lo soliciten. Desde el año 2000, todos los votos en Oregón son por correo.

7. Hasta ahora, el voto por correo ha sido un método totalmente confiable en todos los procesos en la historia de los Estados Unidos, y donde las inconsistencias han sido inferiores al 1% de los votos. Trump tiene años votando por correo.

8. En estas elecciones de 2020 se produjo una curiosa diferenciación entre republicanos y demócratas en las calles del país: millones de republicanos desdeñaban el uso de las mascarillas, convirtiéndose en formidables retadores del virus (el jefe-candidato daba el ejemplo). En cambio, millones de demócratas eran partidarios de usar la mascarilla y preservar la bioseguridad.

9. Trump estimuló a una masiva presencia de los suyos en las filas de electores el día de las elecciones (retando una vez más a la pandemia), mientras que Biden gastó una fortuna en campañas por televisión y las redes sociales para pedir a los suyos que votaran en forma anticipada para evitar aglomeraciones en plena pandemia.

10. Así, ambos candidatos definieron y desplegaron sus estrategias para votar. Los republicanos apostaban por el voto el mismo día de las elecciones, y los demócratas apostaban por el voto anticipado.

11. Trump lo tenía muy claro. Por eso calificó de “fraudulentos” los votos por correo mucho antes de las elecciones. Quería neutralizar la estrategia de Biden. Sabía que si los electores acudían a votar masivamente por correo, eso pondría en peligro su victoria. Y tenía razón.

12. Este año, la votación anticipada y por correo fue de carácter histórico. 100 millones de estadounidenses (casi el 70% de los electores que votaron en este proceso) prefirieron este método. Obvio, en su mayoría eran electores de Biden. Sin duda, los demócratas triunfaron con esa estrategia.

13. Por eso Trump se apresuró a descalificar el voto por correo varias semanas antes de las elecciones. Esta denuncia formaba parte más de una estrategia electoral que de una reacción ética y política ante presuntos ilícitos electorales. En conclusión, la denuncia de “fraude” era parte del guion de su campaña. Un guion muy peligroso.

14. Pero Trump tiene razón en algo: votar después de las 7 de la noche el día de las elecciones, o en días posteriores, no es buen indicio de transparencia. Sin duda ese reglamento merece ser revisado por las cortes respectivas.

15. En este momento, los votos posteriores al 3-N es quizás la denuncia de mayor peso por parte del equipo de Trump. Pero la cantidad de personas que votaron después del 3 de noviembre es muy pequeño.

16. Por ejemplo, en Pennsylvania, uno de los estados bajo reclamo, sólo se recibieron menos de 5 mil boletas después del día de las elecciones, y éstos votos ya fueron separados por las autoridades. Biden lleva una ventaja en Pennsylvania superior a los 43 mil votos.

17. En los escrutinios del día de las elecciones se cuentan primero los votos emitidos ese día, y luego los votos emitidos por correo o de manera anticipada. Es el procedimiento. Es la razón por la cual Trump llevaba la ventaja inicial que todos conocemos, hasta que comenzaron a contar los votos anticipados, donde Biden ganaba ampliamente en algunos estados clave como Pennsylvania.

18. Trump tiene todo el derecho constitucional a hacer los reclamos que considere pertinente. Inclusive, puede propiciar importantes cambios en el sistema electoral apelando a los mecanismos regulares que garantiza el sistema democrático. Lo que tiene prohibido es dinamitar al sistema electoral por el sólo hecho de estar en desventaja.

19. Por ahora, muchos países (incluidos grandes aliados suyos) ya reconocieron a Biden cómo presidente de los Estados Unidos. Asimismo. Donald Trump no ha logrado apoyos importantes en el Partido Republicano que avalen sus denuncias de fraude.

20. Por cierto, en Venezuela Biden logró el milagro de poner de acuerdo a Maduro a Guaidó: ambos coincidieron en reconocer a Biden como el nuevo interlocutor en la Casa Blanca. Buen indicio.

09 / Noviembre / 2020

@JesusSeguias

https://twitter.com/ElNacionalWeb/status/1325778295300960268?s=20

 4 min


José Machillanda

Evidentemente que guardando la distancia entre los dos Estados, Venezuela y los Estados Unidos, la receta mostrada por los EEUU en su hecho electoral el día martes 3 de noviembre de 2020 muestra la necesidad cierta de un Nuevo Liderazgo Político en cualquier democracia del mundo, para que sea capaz de construir conmociones en la ciudadanía… eso se llama democracia. Es una necesidad, es conveniente, pero además necesaria la presencia de un Nuevo Liderazgo mostrado en los EEUU y requerido en Venezuela.

El Nuevo Liderazgo Político es urgente e impostergable en el sistema político venezolano después de 20 años de tiranía y engaños. La lección de EEUU es simple: se ha visibilizado a la ciudadanía que demanda una democracia, por cuanto se hartó de un régimen que práctica la antipolítica y el Nuevo Liderazgo Político, es decir, prohombres ciudadanos se ocuparán de ser empleados por la política para poder construir la democracia.

Nuevo liderazgo que surge en los Estados Unidos para los próximos doce años, no se equivoquen, surge y crece una ciudadanía política responsable con instituciones política ciertas y, sobretodo, comprometida con hombres y mujeres que reclaman democracia. Democracia entendida como aquella ecuación donde lo central- fundamental y necesario es que quienes lleguen al poder cumplan con la Constitución, respeten las leyes y demuestren ética iutens y ética docens para hacer el gobierno y dignificar al ciudadano. Ciudadano que con su voto demuestra la importancia de la política y lo desgraciado de la antipolítica.

Venezuela como nación-Estado no ha podido hacer valer la ecuación democrática. Hoy se lo exige el venezolano común y se lo impone la Constitución, lo requiere la nación destrozada. Nación destrozada por cuanto esta infectada por un militarismo cobarde, inmoral y corrupto anclado en un supuesto socialismo marxista que lo caracteriza, la corrupción, la inmoralidad, el grupalismo y el abuso de las fuerzas y las propagandas. La sociedad venezolana, es decir, el 91% de los demócratas no soporta más esta desquiciada vergüenza que muestra a un nuevoriquismo de ratero, a un militarismo opcional y bandera de los desajustes de una cúpula militarista cubana, que ha venido empeñando las riquezas del subsuelo de Venezuela de manera incontrolada e inmoral.

La sociedad venezolana tiene perfectamente claro las mafias y grupos que gobiernan la República, que subyugan al venezolano, que violentan la Constitución y que intentan acobardar a la masa social que requiere un Nuevo Liderazgo Político. Un Nuevo Liderazgo Político que no se asalten más las arcas para controlar los cuatros costados de la República, para la sociedad que hoy esta penetrada por el farquismo y elenismo. Farquismo y elenismo que han creado en el territorio venezolano una nueva triple frontera, centro de perversión, negociado y desgracia para la sociedad venezolana

Nuevo Liderazgo Político que motorizará un movimiento político de renacimiento nacional para que el 91% de demócratas que vivimos en miseria exponencial y urgencia sea capaz de desarrollar sobre los hombros de los prohombres a una nueva sociedad democrática en la cual se visibilizará al ciudadano desde el barrio, la urbanización, la cancha de bolas, para hacer posible nuevas coincidencias cívicas en una post democracia entendida como Contrademocracia.

Una nueva democracia con una Nueva Fuerza Política para una transición política necesaria que, con líderes reales, hombres y mujeres conocedores del saber político se practique la política cierta, que no se atemoriza en conformar la Contrademocracia, es decir, una democracia real en donde el pueblo es juez, en donde el pueblo ejerce vigilancia, denuncia y califica para que crezca la reputación de esa institución invisible donde se venera el Espíritu de la las leyes. La democracia del nuevo liderazgo de Venezuela tendrá ciudadanos con facultad de actuar y facultad de impedir.

Nuevo Liderazgo Político que abrazará la política, que estudiará la política para que surja la República. A partir de allí no habrá más militarismo, no habrá más protección al cubanismo y mucho menos socialismo trasnochado y retrógrado, que sólo sabe de corrupción, bandolerismo y violencia política. Nuevo Liderazgo Político que le preocupará visibilizar al ciudadano y a la ciudadanía, contener la violencia, erradicar al militarismo político y sobre todo crear fortalecimiento y unidad en los demócratas. El Nuevo Liderazgo Político desplazará la barbarie y restituirá la real política democrática.

El Nuevo Liderazgo Político trabajará para recuperar los 20 años de vergüenza, además de la inmoralidad que son la herencia del golpismo, la traición y la incapacidad de un grupo de venezolanos que no conocen la postmodernidad. El Nuevo Liderazgo Político será un representante de la política con reputación, con facultad para actuar, con capacidad para ejercer acciones de obstrucción que tenga el apoyo d ella mayoría sociales, de modo que se comprenda desde ya que el nuevo liderazgo estará al lado de una oposición, reto para impedir cualquier reacción y/o apoyo a los 20 años de dolor y vergüenza que han colocado a Venezuela como un país y una sociedad destrozada.

Es auténtico,

Director CSB CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 8 de noviembre de 2020

 4 min


Efecto Cocuyo

¿Y por qué no dolarizan de una vez Venezuela?”. Son muchos los ciudadanos que, en las calles, se repiten la pregunta con frecuencia. Claman por la divisa estadounidense como solución inmediata para la maltrecha economía pero esa receta está, según los expertos, lejos de ser una varita mágica y viene cargada de inconvenientes.

El ejemplo de Ecuador, que adoptó el dólar y renunció al sucre en el 2000, se repite como modelo para una Venezuela asolada por la hiperinflación, la devaluación del bolívar soberano y en el que las cuentas públicas son un auténtico misterio dentro del caos institucional, pues no se hacen bajo la premisa de luz y taquígrafos.

Por supuesto, y siempre jugando a la política-ficción, si un Gobierno venezolano quisiera adoptar esa medida tendría que sortear, en primer lugar, las férreas sanciones impuestas por EEUU que impiden pensar que ningún político del país pueda tomar hoy una medida así.

No hay varita mágica

Sin embargo, el economista Ronald Balza, profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte: “Se le está atribuyendo al dólar la propiedad de corregir problemas institucionales que son los que causan esta inestabilidad cambiaria y monetaria que vivimos”.

“Poner la discusión en que dolarizar nos ayudaría a resolver los problemas es dejar todos los problemas vivos, es atribuir al dólar un poder mágico que no tiene, mientras el Gobierno sigue haciendo lo que quiere con los recursos públicos”, sostiene.

Balza considera que, primero, deben abordarse los problemas estructurales de la economía y la institucionalidad venezolana. Si no se hace así, el riesgo al dolarizar es apenas taparlos, pero no solventarlos.

En su opinión, es como tener “una pared que está filtrando agua”, entonces se toma la decisión de pintar y cubrir ese problema.

“Dolarizar es como pintar la pared, no es resolver el problema que es, probablemente, una tubería que está botando agua”, sostiene.

Destrucción del sistema de precios

El director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, coincide en buena medida y centra el problema en el contexto institucional, “la destrucción del sistema de precios, del sistema productivo y la ausencia de competencia” que termina provocando que los costos, incluso si están denominados en dólares, suban.

Esta es una de las realidades que vive hoy Venezuela, una dolarización de facto -transaccional, matiza Oliveros- por la que casi todos los precios se muestran hoy en la divisa estadounidense, incluso en las zonas más populares, aunque la inmensa mayoría de las facturas se emitan en bolívares por mandato legal.

“No porque se asuma el dólar, si no cambias el contexto institucional en el que opera la economía, necesariamente va a desaparecer el problema y vas a empezar a tener una recuperación importante del poder adquisitivo”, asegura.

Por eso, explica que las monedas “funcionan atadas a una institucionalidad” y no tienen poder por sí mismas.

“El dólar funciona en países donde tiene una institucionalidad sólida. Si te vas con dólares a Kabul o un enclave del Estado Islámico, probablemente la situación del poder de compra del dólar sea muy diferente a usarlo en Nueva York, Lima o la misma Caracas”, explica.

¿Una camisa de fuerza?

Oliveros también explica que uno de los efectos de adoptar el dólar es que somete la gestión púbica “a una situación de muchísimo control porque parte de los gastos del Estado que asume el dólar se ciñen al circulante” en esa moneda.

Al perder el Estado la capacidad de emitir moneda, “se tiene que ajustar en función de ese flujo de dólares que esté entrando en la economía”.

Todo ello se traduce en “una disciplina impuesta”, una especie de “camisa de fuerza”, ya que “el margen de maniobra se reduce” al no poder emitir moneda.

Sin embargo, advierte de que “es una camisa de fuerza rígida” y puede, por tanto, “quitar competitividad en un sector como el venezolano donde hay grandes desequilibrios en términos de competitividad”.

“Algunos sectores no serían competitivos asumiendo el dólar y estas industrias podrían ser arrasadas mucho más de lo que son ahora”, explica.

Por otra parte, subraya entre las desventajas que “ata las expectativas inflacionarias a las expectativas del país” cuya moneda asumes, en este caso EE.UU.

A merced de los vaivenes

Además, al no tener moneda propia, Venezuela quedaría “a merced de los vaivenes de la dinámica internacional y más en una economía petrolera como la venezolana”, además de terminar “atada a las prioridades de política que asuma EEUU”, que diseña su gestión monetaria para sí y no necesariamente se adapta a las necesidades venezolanas.

Es decir, al no poder tomar medidas propias no podría amortiguar los impactos de los ciclos económicos globales.

En gran parte, coincide Balza, quien asevera que quienes defienden la dolarización como una camisa de fuerza olvidan que emitir bolívares no es “la única manera que tiene el Gobierno para financiar sus gastos.

“Los Gobiernos pueden financiar sus gastos en cualquier moneda”, asegura, razón por la que considera fundamental que cese la opacidad en el gasto público para que este se pueda fiscalizar, más allá de la moneda en que se ejecute ese gasto.

“Si a un Gobierno le dices: vamos a dolarizar para poner una camisa de fuerza, lo que estás diciendo es ‘no nos fijemos en el presupuesto, en las recomposiciones que hagan, a qué dedican el gasto, qué comprometen del territorio nacional para uso de otros países'”, sostiene.

“Si el Gobierno es opaco en el manejo del gasto, no importa la moneda en la que lo haga”, explica.

No hay garantía para los salarios

Balza destaca que la dolarización no es tampoco una garantía para el salario de los trabajadores.

“En un país que se empobrece, no importa la moneda en que lo paguen. En EE.UU., hay gente pobre. Dolarizar no protege al trabajador si no tiene algo que vender la empresa en la que está y, lamentablemente, en Venezuela parte de la discusión política se ha desviado. Poner la dolarización como la solución o la panacea es pedir algo que tiene tanto sentido como pedir un presupuesto”, dice.

Sin embargo, critica que haya quienes la reclaman como medida mágica porque es “más atractivo” que “pedir la rendición de cuentas” al Gobierno de sus gastos.

Eso sí y, de nuevo en el terreno de la ficción, Balza detalla que, en caso de solventar los problemas estructurales y adoptar el dólar, Venezuela también se enfrentaría a otro problema: el de las exportaciones.

“Si China devalúa su moneda con respecto al dólar, sus productos se abaratan”, añade.

De ese modo, a una Venezuela hipotéticamente dolarizada “le resulta más difícil venderles a los europeos, por ejemplo, porque pueden comprar a los chinos más barato”.

“Imagina un país como Venezuela, que en este momento lo que podía exportar era petróleo y ya ni siquiera, que tiene una industria muy golpeada por estos años de retraso tecnológico, esté atada al dólar y los chinos devalúen (el yuan). Entonces los venezolanos no pueden exportar ni siquiera a Colombia”, concluye.

El país caribeño quedaría sin poder devaluar su moneda, inmerso en “otro tipo de problemas de crecimiento”.

Es decir, se tapa una filtración en una pared con una mano de pintura pero sigue brotando agua.

5 de noviembre 2020

Efecto Cocuyo

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