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Opinión

Nelson Rivera

—Decía Asdrúbal Baptista que el auge de la riqueza que se inició alrededor de 1920 había culminado en 1970. Desde entonces, se habría iniciado el declive. A lo anterior tocaría sumar la destrucción a la que ha sido sometida la república en las dos últimas décadas: 50 años en descenso. ¿Entienden los venezolanos que el nuestro no es un país rico? ¿Aceptamos nuestra condición de país pobre?

Todo depende de lo que consideremos como riqueza. Si se entiende la riqueza como la capacidad de “producir con la mayor diversidad”, Venezuela no ha sido un país rico. El concepto de “producir con diversidad” está en el centro de la preocupación por entender la causa de la riqueza de las naciones, el objetivo de la clásica obra de Adam Smith.

Para Smith, la riqueza de las naciones era el resultado de la “cantidad de ciencia” que lograran generar. Porque en la medida que las naciones aumentan la “cantidad de ciencia”, diversifican lo que producen, y ese círculo virtuoso es el que genera una mayor diversidad. En palabras de hoy, riqueza es producir lo mejor posible la mayor cantidad de servicios y bienes. Y para hacerlo, se requieren muchas capacidades.

Actualmente, podemos comparar lo que producen los países, lamentablemente solo en los últimos sesenta años. Con esos datos se evidencia que Venezuela siempre ha producido bienes con menor diversidad que el promedio internacional. Me refiero a bienes que sean atractivos para otros países. Es verdad que hemos producido petróleo y derivados, muy importantes para el mercado internacional. Pero no es menos cierto que sabemos hacer menos cosas que el promedio del mundo.

A principio de los años sesenta del siglo pasado, Venezuela tenía siete veces más ingreso per cápita que Corea del Sur, y también menos mortalidad infantil, por ejemplo. Sin embargo, producíamos con menor diversidad. De hecho, en aquellos años ya teníamos índices negativos. Y en los sesenta años siguientes continuamos con índices negativos de diversidad productiva.

Lo que tuvimos hasta finales de los setenta fue un “boom de acceso a bienes y servicios”. Los podíamos comprar, pero eso no significaba que los pudiéramos producir. De allí que fue muy fácil confundir la riqueza con la “capacidad de compra”. Y entonces la sociedad tuvo la ilusión de que era rica, porque podía comprar mucho a precios relativamente baratos.

Pero una cosa es comprar, y otra muy diferente es producir. Lo que hicieron países como Corea del Sur fue aumentar las posibilidades de producir con diversidad, y eso implicaba avanzar hacia las fronteras de la creación de conocimientos, vale decir de riqueza, la “cantidad de ciencia” que proponía Adam Smith hace casi 250 años. Entonces Corea del Sur trató de emular a Japón, el país con la mayor diversidad en la actualidad, definida también como complejidad económica.

Venezuela, por las políticas públicas que se han implementado, ha transitado el camino contrario. Esa destrucción de las últimas dos décadas que mencionas es justamente “destrucción de posibilidades para producir con diversidad”, la tendencia ideal para alcanzar la riqueza. Es todavía peor, porque en los últimos años se suma a esta destrucción una terrible emergencia humanitaria compleja.

Y vale preguntarse: ¿dónde se observa esa mayor destrucción? Pues, en la pérdida de empresas. Porque el escenario ideal para que se utilice la “cantidad de ciencia” es en las empresas. Cuando se cierra una empresa, o se traslada a otro país, la sociedad pierde capacidad para hacer, es allí cuando se hace más pobre. Por supuesto, en estas décadas también hemos perdido capacidad de investigación en nuestras universidades y empresas. Y además hemos perdido a millones de personas que saben hacer, que tienen capacidades, porque la migración es una pérdida impresionante de talentos, de conocimiento, de “cantidad de ciencia”.

En esta perspectiva, una de las grandes dificultades es que la sociedad pueda comprender que no ha sido ni es rica, y que además identifique las razones. Esto no debería ser una aceptación fatalista. Sino más bien una visualización de las posibilidades. Es decir, si se modifica lo que ha imposibilitado nuestra diversidad productiva, se puede avanzar en una dirección de mayor bienestar. En otras palabras, es crucial asumir que el país se ha empobrecido, pero que las alternativas para superar esa situación están disponibles para todos los ciudadanos.

—Se ha repetido, a lo largo de un siglo, que los venezolanos somos propietarios de la riqueza petrolera. Así, nuestra pobreza sería producto de una injusticia: la causada por la mala administración o la corrupción. ¿Cuál es el estatuto hoy de esa idea? ¿Se ha potenciado bajo la incalculable corruptela de las últimas dos décadas? ¿Somos más víctimas que antes?

La relación con el petróleo está en el centro de las dificultades para no ser una sociedad de diversidad productiva. Porque producir petróleo y sus derivados pudo en una larga etapa generar los recursos para ese “boom de acceso”. Pero eso no es posible desde hace décadas. Esto no es un rasgo exclusivo de Venezuela. Los países con economías muy dependientes del petróleo son, en general, sociedades no diversificadas, con poca capacidad para generar nuevas modalidades de producción. De allí que algunos países petroleros estén tratando de avanzar hacia la diversidad productiva, como Arabia Saudita.

Seguir contemplando el bienestar del país solamente a través del petróleo no puede ser una idea más desfasada. Lo que hay que construir es una sociedad de creación de conocimientos, en la frontera de la diversificación tecnológica en la cual el petróleo sea un factor pero no el único determinante. La gran pregunta es en qué medida la sociedad está consciente de transitar esta ruta. Por supuesto, es vital para ese tránsito contar con una industria petrolera efectiva, pero es fundamental asumir que ello no es suficiente, que las exigencias de ahora van en otra dirección.

—Hay autores que hablan de una mentalidad de la pobreza. Esa mentalidad tendría algunas características: apego al presente y falta de visión de futuro, ausencia de una cultura de la productividad, sensación de que el trabajo es un castigo, poca disposición al ahorro. ¿La cultura petrolera en Venezuela ha devenido, acaso, en una mentalidad de pobreza? ¿Una sociedad que vive a la expectativa de unos subsidios está siendo estimulada hacia esa cultura de la pobreza?

Las lógicas de una sociedad que no potencia la “cantidad de ciencia” son siempre de corto plazo.

Para que una empresa, independientemente de su tamaño o área de especialidad, se proponga mejorar lo que produce, necesita hacer cosas bien y sistemáticamente por largos períodos. Debe visualizar los recursos humanos que requiere, los que están ya formados y los que deban formarse, vincularse con centros de investigación, enviar personas a otros países o empresas para entrenarse, y así sucesivamente. Igual pasa con universidades y centros de investigación. Deben preparar los recursos en tiempos extensos. Y para todo ello se requieren entornos sociales y económicos que permitan planificar a mediano y largo plazo.

Lo anterior no es posible si la sociedad no tiene orientación hacia la diversidad productiva. La experiencia de Venezuela ilustra que incluso desaparece la visión de mediano plazo. Todo se centra en las decisiones de hoy porque no hay mayor preocupación por lo que se debe producir mañana o dentro de cinco años. Es decir, los patrones de decisión están nuevamente condicionados por lo que sabemos hacer ahora.

Si sabemos hacer pocas cosas, el futuro no es relevante. En cambio, si queremos hacer muchas cosas, o mejorar la calidad de lo que hacemos, el futuro más bien se convierte en un aliado. Porque sabemos que el esfuerzo de hoy tendrá una repercusión en lo que vamos a hacer mañana. Entonces se hacen previsiones de inversión a cinco o diez años, y se forman los recursos humanos que serán necesarios en ese momento. El hecho de que Venezuela sea uno de los pocos países petroleros con hiperinflación indica el grado en que se ha destruido la institucionalidad económica y social, requisito sine qua non para la sostenibilidad y la previsión.

Ahora bien, en nuestra propia experiencia como país hemos tenido esa visión de futuro. Las personas que contribuyeron a erradicar la malaria en gran parte de nuestro territorio, con Arnoldo Gabaldón como gran conductor, por allá en los años cincuenta del siglo pasado, fueron formadas como inspectores sanitarios en la Venezuela post-gomecista. Se anticipó esa realidad porque estaba claro que, sin control de la malaria, no habría desarrollo en el país. Pero esas medidas se tomaron en plazos largos. Igual sucedió con otros éxitos como la masificación educativa, o la creación de una industria petrolera de nivel internacional, solo por mencionar pocos casos. Es decir, es verdad que hemos tenido una mentalidad de creación de bienestar. Lamentablemente, no con la profundidad y persistencia que se requiere.

El hecho de que las políticas de las últimas décadas hayan traído este nivel de destrucción ha ido vinculado a las tendencias para potenciar el clientelismo y la dependencia. Pero esos no son los rasgos determinantes cuando tomamos como referencia una perspectiva más amplia del desarrollo del país.

Por otra parte, la necesidad de una política de protección social está todavía más justificada en Venezuela. Para evitar las secuelas de este empobrecimiento en niños y jóvenes, se requieren políticas que los identifiquen y apoyen, tanto con recursos económicos como con la calidad de los servicios públicos. Pero esa política de protección no se puede quedar ahí. Justamente la pregunta es cómo incorporar a esos millones de niños y jóvenes en los procesos de una sociedad que crea conocimientos en los niveles de mayor exigencia. La protección social es el primer paso, pero no el único. Especialmente si se piensa en las empresas o el tipo de trabajos que son necesarios en diez o quince años.

—Escucho a menudo esta afirmación: nos hemos acostumbrado al deterioro de la calidad de la vida. ¿Es así? ¿Se está normalizando la experiencia de ser cada vez más pobres?

Estudios de opinión pública recientes indican que el sentimiento mayoritario de los venezolanos es la decepción. Visto el extraordinario cambio que permitió que los venezolanos tuvieran acceso a la mayor proporción de bienes y servicios en América Latina, así como a uno de los índices más altos de urbanización y acceso al sistema educativo, esa decepción es totalmente comprensible.

La modernización del país ha estado ligada a esa posibilidad de acceso. Que ese acceso haya sido interpretado como asegurado y sin vinculación con la capacidad de producir es un hecho notorio. Pero también permanecen grandes demandas de bienestar. La sociedad venezolana experimentó ciclos de bienestar hasta comienzos de este siglo. También es verdad que este bienestar no fue homogéneo en la sociedad. Múltiples sectores, especialmente por las deficiencias en la creación de empleo, y las restricciones de la protección social, sufrieron las manifestaciones de esas desigualdades.

En los últimos años, y especialmente con los efectos desastrosos de la hiperinflación, estas brechas se han ampliado mucho más. Porque la hiperinflación es el grado extremo de destrucción de la capacidad de producir. En este momento la hiperinflación se acerca a los 36 meses. Si supera esa duración, será la tercera más larga de la historia. Lo cual es una evidencia de la severa destrucción de capacidades que confronta el país. También explica que la emergencia humanitaria compleja haya llegado a niveles tan críticos.

A pesar de ello, creo que los venezolanos no han normalizado la experiencia de la pobreza. Prueba de ello son las sistemáticas demandas y exigencias por todos aquellos aspectos de la vida cotidiana que se encuentran amenazados o deteriorados. Y también por la reiterada expresión de inconformidad con la situación actual.

—¿Cómo percibe ahora la tensión entre esperanza y desesperanza? ¿Se han debilitado las energías espirituales de la sociedad venezolana, el ánimo para luchar y salir adelante? ¿Seguimos siendo la sociedad optimista que a menudo se invoca?

El deterioro experimentado en la calidad de vida de los venezolanos es uno de los episodios más dramáticos en los últimos cincuenta años en el mundo. A la destrucción sistemática de oportunidades, se han sumado casi tres años de hiperinflación y en los últimos meses la pandemia de covid-19. Las condiciones básicas para la protección de las personas, comenzando por su propia vida, están en amenaza permanente. Que millones de familias no tengan los alimentos del día es una medida absoluta de la desprotección de la sociedad. No hay nada más estremecedor que una familia sin alimentos. Y eso pasa en la inmensa mayoría de los hogares venezolanos.

Papel Literario

El Nacional

Septiembre 27, 2020

 10 min


Jesús Elorza G.

Una vez finalizado el acto militar, en donde se hizo un reconocimiento a un general que recibió el comando de la unidad superior que deberá dirigir con honor y lealtad a nuestro comandante en jefe Nicolás Maduro, apegado a la Constitución y demás leyes de la República, las críticas del alto gobierno no se hicieron esperar.

Nicolas, batía contra el piso todo lo que encontraba a su paso y gritaba "¿Como es posible que el acto lo haya presidido una figura de cartón de nuestro Líder Único, el Difunto Eterno Comandante Hugo" y me hayan dejado a mi por fuera?”.

Esa figura no me fue consultada, dijo el Ministro de la Defensa. De haber ocurrido, tenga la certeza camarada Nicolas que su figura también hubiese estado allí.

¿De cartón?

No, hubiese ordenado que fuera algo mas espectacular y menos ordinario que una figura de ese material.

¿Como cuál?

Algo mas relacionado con los tiempos modernos y que diera lugar a comentarios favorables y no a esa inmensa jodedera que ahora está en la calle con la figura de "Manacho".

¿Y quién es ese?

Un personaje ficticio que surge de una canción popular que decía "Los zapatos de Manacho son de cartón, son de cartón , de cartón” y ahora la usan para burlarse de nuestro Líder Único.......o como dicen "Ídolo de Cartón".

Que vaina, decía enfurecido Nicolas, termina tu idea de algo relacionado con tiempos modernos.

Propongo que para los próximos actos utilicemos "Imágenes Holográficas".

¿Holo ...que? ¿Qué vaina es esa??

Holográfica camarada. Es una técnica fotográfica que consiste en la proyección de imágenes tridimensionales mediante luz; un láser graba una película fotosensible y esta proyecta la imagen cuando recibe la luz desde la intensidad y perspectiva adecuada.

Carajo, suena bien. Ponga eso en práctica de inmediato en los actos de todos los ministerios. Si quieres deja la figura de cartón, pero la mía, si debe ir en tercera dimensión.

La orden ejecutiva circulo de inmediato y se hicieron los preparativos para un acto vergatario en el Ministerio de la Defensa, con presencia de todos los componentes, las milicias, los colectivos, los presos armados de Iris, el ELN, Hezbollah, representación de Cuba, Nicaragua, Turquía, Irán, Rusia y Corea del Norte.

Llegado el día del acto de culto a la personalidad, el recinto se encontraba abarrotado, pero se fuuueeee la luuuzzz. y se escuchó una voz de mando: "Sálvese quien pueda". En el piso quedo la imagen de cartón y el proyector holográfico.

 2 min


Emiro Rotundo Paúl

Sólo cuando construimos el futuro

tenemos derecho a juzgar el pasado.

F. Nietzsche

Se puede ir de derrota en derrota hasta la victoria final. Lo dijo Mao Zedong basado en su experiencia de lucha. Mao era un líder de voluntad férrea, fe inquebrantable y paciencia oriental. Los líderes opositores venezolanos tendrán que demostrar muy pronto si les queda algo de eso. Lo que tienen, por el momento, es una gran deuda con Venezuela por no haber conservado la unidad de la MUD. Luego del gran triunfo del 06/12/15 se dividieron y subdividieron por razones que, pudiendo ser válidas en condiciones normales, son absolutamente improcedentes en la trágica situación en que estamos. Seamos indulgentes e ingenuos y pensemos que sus diferencias no son irreversibles, que pueden ser superadas para enfrentar los desafíos de 2021 y 2022, que como Mao pueden lograr victoria final que está allí, a su espera, que solo requiere la unidad.

La unidad de la oposición es una necesidad perentoria. Es la exigencia del país y del mundo democrático que espera esa victoria final que pueda rescatar a Venezuela de manos de Maduro para evitar mayores aflicciones al pueblo venezolano, que sufre con mayor rigor el derrumbe nacional y es ajeno a la pugna política. Quienes estuvieron y aún están a favor del voto deben reconocer que la abstención cumplió sus objetivos: reveló al mundo los fraudes electorales de Maduro, logro el desconocimiento de los resultados oficialistas obtenidos por ese medio y ganó el apoyo resuelto de los países democráticos del mundo. Como resultado de todo ello, el régimen está hoy más débil que nunca. Por su parte, los abstencionistas deben respetar el derecho a votar de quienes así lo hicieron. Punto. Solucionado el asunto. Así de fácil debería terminar el problema.

A finales del próximo año, dentro de año y pico, deberán celebrarse las elecciones de Gobernadores y Alcaldes. Luego, el 3 de enero de 2022, Maduro cumplirá la mitad del período del cargo que usurpa y se podrá iniciar el referéndum revocatorio de su mandato. Llegada la fecha del mismo, la oposición unida no debe perder ni un segundo en iniciar los preparativos del mismo, recogiendo las firmas necesarias y activando un plan de acción para impedir que el régimen bloquee nuevamente el referendo revocatorio, como lo hizo en 2016. Para ello deberá apoyarse decididamente en todos los sectores representativos del país y en las democracias que apoyan la lucha opositora. Si para esa fecha la oposición unida hubiera logrado, o estuviera por lograr, la mayoría de las Alcaldías y las Gobernaciones, el referéndum revocatorio sería la culminación del proceso de recuperación y liberación del país. ¡Qué alegres podrían ser las navidades de 2021 y 2022!

Por todo lo dicho, terminado este año, después del brindis y la felicitación de año nuevo, deben cesar por completo las descalificaciones y las campañas de descrédito y apagarse los ventiladores que esparcen estiércol en el campo opositor. Quienes persistan en esa lucha fratricida deberán ser considerados “enemigos de la patria”, al mejor estilo chavista, pero con toda la pertinencia del momento histórico que vivimos. Con la unión de la oposición el triunfo es seguro. Los procesos electorales y el referendo revocatorio de 2021 y 2022 no podrán ser amañados por Maduro si existe la unidad opositora expresada en una sola tarjeta electoral, una misma bandera política (rescatando la MUD si fuera necesario) y con candidatos comunes escogidos por consenso, como se hizo en el 2015.

¿Tendremos el corazón dispuesto para actuar con nobleza y la disposición, la voluntad y el juicio suficiente para enfrentar la batalla final? En muy poco tiempo lo sabremos. La oposición venezolana enfrenta el momento crucial de su existencia en una disyuntiva de vida o muerte. Si no logra ponerse a la altura de las circunstancias, si pierde esta última oportunidad de abatir a la opresión militarista-chavista-madurista, defraudará definitivamente la esperanza del país y del mundo democrático que nos apoya. No habrá perdón posible para una inconsecuencia de tal magnitud.

01 de octubre de 2020

 3 min


Antonio Di Giampaolo

LA CRISIS PLURIDIMENSIONAL (115)

En Venezuela las cifras oficiales en torno a la pandemia señalan que más de setenta y cinco mil personas han resultado contagiadas de la COVID-19 y el número de fallecidos supera el medio millar. Hay una polémica en torno a los datos sobre la pandemia en nuestro país que da cuenta de un rezago en torno a la cantidad real de casos en virtud de las limitaciones en las pruebas de laboratorio lo cual explica el eventual subregistro que sitúa los contagios y los decesos en niveles muy superiores a juicio de los voceros de la Asamblea Nacional.

La emergencia sanitaria global ha impactado la situación venezolana de manera dramática, pero la realidad del país se manifiesta en una crisis de naturaleza multisistémica y de carácter pluridimensional cuyas connotaciones trascienden a la pandemia y que abarca la confrontación política, el caos institucional y que tiene repercusiones en el ámbito de los servicios públicos, la atención sanitaria en general y la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque ahora la atención está centrada en la COVID-19 la verdad es que la gente sigue muriendo por patologías crónicas o el resurgimiento las enfermedades endémicas.

El argumento gubernamental es que la crisis es la resultante de la llamada guerra económica agravada por un conjunto de acciones administrativas calificadas como “medidas coercitivas unilaterales” que limitan el margen de maniobra y operatividad financiera de la nación. Lo cierto es que el deterioro y el caos son la consecuencia de sobreponer la tesis ideológica al sentido común. Las culpas terminan siendo siempre de otros. La visión hegemónica en lo político y dogmática en lo económico han generado un clima de conflictividad de pronóstico reservado.

La Comisión de Derechos Humanos de la ONU encomendó una investigación sobre la violación de Derechos Humanos en Venezuela cuyo reporte deja en evidencia no solo al gobierno sino a los Tribunales, la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo. En reciente informe actualizado de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU se abordaron diversos aspectos relacionados con criminalidad y la violencia institucional, además de la crisis social y el drama económico que el país confronta. El documento denuncia la ejecución de 2000 muertes extrajudiciales en lo que va de año, de las cuales 711 han tenido lugar solo entre julio y agosto. A propósito de la COVID-19 al hacer público el informe la doctora Michelle Bachelet señaló: “El 33% de las muertes por la pandemia en Venezuela han sido del personal de salud, principalmente por la falta de equipos de protección y agua.” Es evidente –añadimos- público, notorio y comunicacional que nuestra enfermedad es otra.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO .

 2 min


Red Agroalimentaria de Venezuela

Socio Alimentaria

  • Los problemas de movilización de personas y mercancías aparecen en el 97% de los poblados
  • El abastecimiento de gasolina es muy difícil en el 60% de los poblados y es inexistente en otro 33%
  • En el 67% de los poblados han cerrado negocios en el último mes. Se trata de 201 negocios fuertemente concentrados en los Andes Sur del Lago, Formación Lara, Falcón, Yaracuy y Centro Norte Costera
  • En el 90% de los poblados, la población más pobre está cocinando con leña. Sólo en los barrios de las Grandes Ciudades, el Centro y los Altos Llanos Centrales hay algunos poblados con algo de gas, electricidad y combustible
  • En el 63% de los poblados se registran nuevos casos de coronavirus. Son 585 casos de los cuales, 51% están en los Llanos Bajos y 28% en Andes Sur del Lago. Con nuevos hospitalizados en el 54% de los poblados.
  • En más del 70% de los poblados, los pagos de alimentos se realizan con Tarjeta de Debito o Pago Móvil. 12% se realiza por transferencias bancarias. Sólo en 12% de los poblados predomina el efectivo y fundamentalmente en moneda extranjera. El resto de las formas son muy poco significativas
  • Las quejas por escasez de alimentos en los poblados son mucho menores. En 36% no se quejan de escasez, en otro 36% se quejan de lácteos y carnes y en el 15% de enlatados de pescado
  • En el 24% de las poblaciones han dejado de funcionar bancos y particularmente en las regiones Andes Sur del Lago y en los barrios de las Grandes Ciudades. Las dificultades para acceder a los servicios de la banca han aumentado mucho en el 73% de los poblados
  • La migración se detuvo, pero el retorno ha sido significativo. En el 71% de los poblados han regresado personas o familias. Se registran 1.356 retornados, de los cuales 67% están en la región Andes Sur del Lago.
  • En la mitad de los poblados el empleo con salario fijo ha disminuido, mientras ha aumentado el trabajo informal (39%) y las actividades ilícitas (34%)
  • La delincuencia y la inseguridad personal ha aumentado en el último mes en el 37% de los poblados
  • El problema que más preocupa en las comunidades son la falta de ingresos (44%) transporte y movilización (39%) y los problemas de salud (17%)

Producción Agrícola (animal y vegetal)

  • La aplicación de insumos por hectárea es menor en el 84% de las áreas
  • El control de plagas y enfermedades no pudo realizarse eficientemente en el 77% de las áreas. Las causas de este hecho son el alto costo de los insumos (37%) y la falta de combustible (36%). La escasez no es el factor más importante (13%)
  • En el 88% de las áreas se esperan rendimientos menores o mucho menores y sólo en el 8% aumentos
  • En el 70% de las áreas, el financiamiento es con recursos propios (43%) o por intermediarios (27%). El financiamiento de la banca privada no aparece y el de la banca pública solo alcanza al 2%. Las organizaciones de productores y los proveedores de insumos solo actúan en el 16% de las áreas
  • En el 85% de las áreas, la disponibilidad de la medicina veterinaria necesaria para cumplir con el plan sanitario regular es limitada o inexistente. Estas limitaciones son particularmente graves en las regiones Andes Sur del Lago y los Llanos Bajos
  • La venta de animales para la matanza, respecto al mes pasado, ha disminuido en 47% de las áreas. Sólo ha aumentado en la Región Centro Norte Costera
  • El otorgamiento del salvoconducto para la libre movilidad por las restricciones derivadas de la pandemia del Covid-19, es dificultoso o muy restrictivo en el 87% de las áreas
  • En el 28% de las áreas se indica que el número de trabajadores en los cultivos ha disminuido y sólo en el 2% ha aumentado
  • En el último mes ha cambiado el pago a los trabajadores aumentando el que se realiza en otras monedas. En 16 áreas ha aumentado el pago en otras monedas de las cuales 10 están en la Región Andes Sur del Lago
  • La composición del pago a los trabajadores ha cambiado en el 37% de las áreas. En 75% de las áreas aumenta el peso de los alimentos, bien sea por más alimentación en el trabajo (50%) o por pago en alimentos (25%). El pago con bonos también se ha incrementado en 9 localizaciones
  • En el 80% de las áreas, los trabajadores reciben remuneraciones mensuales totales por encima de los 6 millones de bolívares y en el 30% mas de 10 millones.
  • Las remuneraciones de los trabajadores en ganadería están por encima de las de la producción vegetal

 3 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

La ONU fue creada hace tres cuartos de siglo, en medio del espanto causado por el uso de las armas nucleares Que no hubiese nuevos conflictos armados - veníamos saliendo de la segunda guerra mundial - fue, no la única, pero si su principal misión. Mirando su historia, podría decirse que el balance ha sido positivo, pues ciertamente el mundo es mejor de lo que hubiera sido sin ella. Pero, por otro lado, su acción se ha hecho cada vez menos efectiva y cada vez más cuestionada. El mundo se ha transformado más rápidamente y más a fondo que la ONU y ésta ya no es la esperanza que alguna vez represento, dado que su futuro ya no es como era antes.

En suma, de acuerdo a lo que han señalado muchos estudiosos del tema, hoy en día luce como un organismo que pareciera desbordado por las circunstancias que ahora determinan el desempeño del planeta, además de que no cuenta con los medios necesarios para poder actuar en las grandes cuestiones políticas, económicas, demográficas, culturales, sociales, ambientales sin descontar, desde luego conflictos bélicos de distinta naturaleza que dibujan el mundo que hoy vivimos y, sobre todo. Carece, así pues, de las herramientas para garantizar la gobernabilidad de un planeta marcado por una agenda de problemas que la desborda claramente. No tiene el suficiente liderazgo ni el empaque institucional idóneo para manejar un contexto de tan complejas y diversas interdependencias.

A propósito de lo anterior no puede dejarse mencionar el problema de diseño que implica, entre otros aspectos, el poder de veto que tienen los países miembros del Consejo de Seguridad, integrado por Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido, un derecho anacrónico que les permite proteger sus intereses geopolíticos y entraba la acción primordial de la ONU, vale decir, salvaguardar la paz, la seguridad internacional y los derechos humanos.

Derechos Humanos de cuarta generación

A propósito de los derechos humanos, actualmente éstos deben entenderse también dentro del marco de lo que significan los grandes avances tecno científicos como factor que modifica el escenario en el que aquellos se manifiestan y desenvuelven. Ello resalta enormes diferencias con respecto al contexto vigente cuando se consagró la declaración universal de los derechos humanos de 1948, por lo que se ha abierto desde entonces, nuevas “generaciones” de derechos humanos. Este conjunto de derechos ha ido tomando forma en las últimas décadas, abriendo el camino para una mayor protección de los ciudadanos, a través de los derechos de primera, segunda y tercera generación a los que se añadió una cuarta, que incluye todo lo referido al escenario caracterizado por los cambios tecno científicos.

La revolución tecnológica ha redimensionado, en efecto, las relaciones del ser humano con sus semejantes y, adicionalmente, los nexos entre el ser humano y la naturaleza, así como los vínculos del ser humano consigo mismo, aspectos todos que inciden en la esfera de los derechos humanos. En el curso de estos últimos años, pocas cuestiones han suscitado tan amplia y heterogénea inquietud como las referidas a las relaciones del ser humano con el medio ambiente en el que se halla inmerso y que condiciona su existencia hasta el punto que puede llegar a ser destruido por él. De igual modo, las nuevas tecnologías han contribuido decisivamente a un conocimiento más radical del propio ser humano, en virtud de los avances de la ingeniería genética y la biotecnología, que han permitido ahondar en las intimidades genéticas de la vida e incluso abierto las posibilidades de cambiarla.

¿Se nos acaba el tiempo?

Marina Mazzucato, considerada una de las mejores economistas a nivel mundial, señala, con argumentos y datos, que la oportunidad de lanzar una revolución climática se esta achicando y que necesitamos actuar rápidamente para alcanzar el concepto de una “buena vida verde”. El mundo, añade, se esta acercando a un punto de inflexión en el cambio climático, “ ….cuando proteger el futuro de la civilización exigirá intervenciones dramáticas lo cual requerirá una revisión a fondo de los sistemas de gobierno corporativo, finanzas, política y energía.” De una u otra forma, el cambio radical es inevitable. El corononavirus lo ha puesto en evidencia.

Según sus pronósticos y los de otros expertos, nos queda poco tiempo para realizar la tarea que impida una crisis que compromete le médula de la civilización humana. La lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente pasa, por tanto, por incluir al futuro a la mesa en el diálogo mundial.

Habla Gutérres

En la ocasión de celebrarse, hace pocos días, los 75 años de la ONU, António Guterres, su Secretario General hizo declaraciones importantes enmarcadas, sobre todo, el tema de la pandemia. He aquí un extracto de ellas.

Estamos ante una crisis sanitaria mundial nunca vista historia de las Naciones Unidas, que está propagando el sufrimiento humano, infectando la economía mundial y trastocando la vida de la gente… Es casi seguro que se produzca una recesión mundial, quizás también sin precedentes. Se trata, sobre todo, de una crisis humana que requiere solidaridad. Nuestra familia humana está estresada y el tejido social se está rasgando. La gente está sufriendo, enferma y asustada. Las respuestas actuales a nivel nacional no tienen en cuenta la escala mundial ni la complejidad de la crisis Lo que se necesita en este momento es la acción política coordinada, decisiva e innovadora de las principales economías del mundo. Debemos reconocer que los más afectados serán los países más pobres y los más vulnerables, especialmente las mujeres. La idea central que quiero transmitir es clara: estamos en una situación sin precedentes y ya no se aplican las reglas de siempre. No podemos recurrir a las herramientas usuales en tiempos tan inusuales. La creatividad de la respuesta debe estar a la altura de la naturaleza única de la crisis, y la magnitud de la respuesta debe estar a la altura de su escala. Llamo a los líderes mundiales a que aúnen esfuerzos y den una respuesta urgente y coordinada a esta crisis mundial. "Esta es, sobre todo, una crisis humana que llama a la solidaridad".

En sus palabras, Gutérres transmite el mensaje de que hay que fortalecer y “aggiornar” a la ONU para que pueda acompañar de manera más efectiva a la humanidad frente a los desafíos que actualmente asoma el mundo.

¿Somos terrícolas?: Aún no

En fin, aún no ha calado en nosotros la idea de vivir en un planeta, cuyo destino nos convoca a todos. No nos reconocemos como terrícolas, pues. Seguimos mirándonos el ombligo patrio.

El Nacional, miércoles 30 de septiembre de 2020

 5 min


José Machillanda

La protesta social que sigue y crece, visibiliza la decisión política del venezolano democrático cansado de la tiranía, asqueado del régimen, por el ejercicio brutal que hace del poder soportado por un militarismo obsecuente, de espalda a la mayoría de los venezolanos. La protesta es un modo o manera de participación cívica y civilista, prevista en la Constitución y derecho de una sociedad que ha sido maltratada, ofendida y despreciada. Constituye, dentro del Ambiente Político Real Violento creado por el gobierno, el inicio de la Resistencia Civil. Resistencia Civil entendida como un método político de lucha colectiva basada en la desobediencia al régimen. Desobediencia de la mayoría de la población indignada que, en justo derecho, está dispuesta hasta de confrontar el militarismo socialista cubano.

La protesta como Participación Política Contendiente sigue y crecerá, por cuanto constituye el punto de partida de los 7.768.894 venezolanos democráticos que reclaman el respeto a la Constitución, rechazan la guerra civil de Venezuela del siglo XXI, recordando a Neomar Lander cuando dijo en un grito que esta en la eternidad “La lucha de pocos vale por el futuro de muchos”. Esos otros son hoy quienes toman lo que testificó ese joven venezolano para contener a este régimen cobarde armado, sin moral para gobernar a una nación de gente decente, responsable, dispuesta hacer cumplir la Constitución. Constitución que el régimen viola y violenta de manera descarada retando el coraje, la dignidad y el valor cívico del ciudadano.

La protesta social es la defensa alternativa. La defensa alternativa que muestra al ciudadano y a la ciudadanía en toda la geografía venezolana, en actos y con acciones que visibilizan al ciudadano para un futuro Movimiento Político de Renacimiento Nacional, que como masa crítica sin miedo a la brutalidad policial y la de los grupos armados protegidos por el régimen, dará cuenta al mundo de la locura de este régimen que cree puede atemorizar a hombres y mujeres decididos a restablecer la decencia democrática. La decencia democrática es igual a la República, una República que se nutre de la protesta social para que se sepa que la democracia vejada jamás será enterrada por esta barbarie enemigos de Venezuela

La protesta social generalizada está en cuenta que este es un régimen amarrado a otros países comunistas, pero la protesta social generalizada más el apoyo del hemisferio occidental y del mundo reconocen como está descuidado y maltratado el ciudadano. Como será esto cierto, que la iglesia en su homilía del domingo orientó a sus feligreses a que caminaran de la mano de nuestro beato José Gregorio Hernández. La protesta social crecerá a desobediencia, de allí a la Resistencia civil, que el régimen saque cuenta. Esta protestando la sociedad de manos de José Gregorio Hernández y los prohombres del nuevo liderazgo político.

La protesta hoy, después será desobediencia hasta llegar a Resistencia Civil organizada tiene un fin, desplazar esta dolorosa, angustiada y triste realidad de un régimen criminal, torpe, que cree que puede irrespetar a hombres y mujeres en el siglo XXI. No se ha dado cuenta que se ha encendido un liderazgo político que sabe de las ciencias políticas y de las ciencias del gobierno. La Resistencia Civil, el nuevo liderazgo y el renacimiento de la política forjarán el Movimiento Político de Renacimiento Nacional, que tiene la responsabilidad -una vez desplazada esta barbarie militarista- la construcción de un nuevo gobierno democrático que sepa emplear la política y, sobre todo, la sabiduría y el respeto ético al ciudadano.

La protesta de la Resistencia Civil ciudadana es una conducta viva, cívica, que engrandece a la ciudadanía, que se asienta sobre la ética, pero también sobre la capacidad de definir en tiempo y en calidad a nuevos líderes. Nuevos líderes para un bien gobierno, para un recto Poder Ejecutivo que entienda la articulación entre política, crecimiento y desarrollo de la protesta. Protesta que crecerá hasta Resistencia Civil, se incubará una máxima civilidad que le permitirá también entender el rol de la geopolítica y la geoestrategia, que hoy está vigente y pendiente de la Resistencia Civil de Venezuela como una defensa alternativa de la libertad.

La Resistencia Civil desde ya entendemos que será difícil y dolorosa, pero la democracia la requiere. Redemocratizar es el propósito, la forma, la paz social, el gran actor los demócratas y un liderazgo distante del partidismo peor cercanos a la ética, a la ciencia política y a la aspiración de construir la República. La Resistencia Civil -desde ya- entiende el gran compromiso político pero con firmeza y serenidad y accionando a la masa social como un Movimiento Político de Renacimiento Nacional motivado a construir una Gesta Única. Con mucha serenidad social, un proceso de transición política que no esquivará ningún obstáculo, pero será la expresión en el siglo XXI del derecho del venezolano a vivir en paz, con desarrollo y con democracia.

Es auténtico,

Director CSB-CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 29 de septiembre de 2020

 3 min