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Opinión

Nouriel Roubini

Después de la crisis financiera de 2007‑09, políticas desacertadas agravaron desequilibrios y riesgos muy extendidos en la economía global. Así pues, en vez de encarar los problemas estructurales revelados por el derrumbe financiero y la posterior recesión, los gobiernos en general los patearon para adelante; esto creó grandes riesgos a la baja que hicieron inevitable el surgimiento de otra crisis. Y ahora que se produjo, los riesgos se agravan cada vez más. Por desgracia, incluso si el resultado de la «Mayor Recesión» de este año fuera una deslucida recuperación en forma de U, diez ominosas y peligrosas tendencias indican que en algún momento de esta década habrá una «Mayor Depresión» en forma de L.

La primera tendencia tiene que ver con el déficit y sus riesgos derivados: la deuda y el default. La respuesta oficial a la crisis de la COVID‑19 implica un aumento enorme del déficit fiscal, del orden del 10% del PIB o más, en un momento en que los niveles de deuda pública en muchos países ya eran altos e incluso insostenibles.

Para peor, la pérdida de ingresos de muchos hogares y empresas implica que los niveles de deuda del sector privado también se volverán insostenibles, lo que puede llevar a una catarata de impagos y quiebras. Sumado al aumento de los niveles de deuda pública, esto es garantía casi segura de una recuperación más anémica que la que siguió a la Gran Recesión de hace una década.

Un segundo factor es la bomba de tiempo demográfica en las economías avanzadas. La crisis de la COVID‑19 muestra que es necesario asignar mucho más gasto público a los sistemas sanitarios, y que la atención médica universal y otros bienes públicos relevantes son necesidades, no lujos. Sin embargo, por el envejecimiento poblacional de la mayoría de los países desarrollados, la financiación futura de esos desembolsos aumentará todavía más las deudas implícitas de los sistemas de salud y seguridad social, que ya están desfinanciados.

El tercer elemento es el riesgo creciente de deflación. Además de causar una recesión profunda, la crisis también está creando un inmenso excedente en los mercados de bienes (máquinas y capacidad productiva no utilizados) y mano de obra (desempleo a gran escala), además de impulsar un derrumbe de precios de materias primas como el petróleo y los metales industriales. Eso hace probable una deflación de deudas, lo que aumenta el riesgo de insolvencia.

Un cuarto factor (relacionado) será la pérdida de valor de la moneda. Los intentos de los bancos centrales de combatir la deflación y anticiparse al riesgo de una suba de tipos de interés (como resultado de la inmensa acumulación de deudas) llevarán a políticas monetarias todavía más heterodoxas y extensivas. En lo inmediato, para evitar la depresión y la deflación, los gobiernos deberán apelar al déficit fiscal monetizado. Pero con el tiempo, los shocks negativos permanentes del lado de la oferta resultantes de la desglobalización acelerada y del renovado proteccionismo harán casi inevitable la estanflación.

Una quinta cuestión es la disrupción digital de la economía en general. Con millones de personas que perderán el empleo o trabajarán y ganarán menos, las disparidades de ingresos y riqueza de la economía del siglo XXI se profundizarán. Para protegerse de futuras perturbaciones en las cadenas de suministro, las empresas en las economías avanzadas repatriarán producción de regiones de bajo costo a mercados locales más costosos. Pero en vez de favorecer a los trabajadores locales, esta tendencia acelerará la automatización, lo que generará presiones bajistas sobre los salarios y dará más sustento al populismo, el nacionalismo y la xenofobia.

Esto nos lleva al sexto factor importante: la desglobalización. La pandemia está acelerando tendencias ya muy avanzadas hacia la balcanización y la fragmentación. El desacople entre Estados Unidos y China se acentuará, y la mayoría de los países responderán con políticas todavía más proteccionistas para blindar a empresas y trabajadores locales contra disrupciones internacionales. El mundo posterior a la pandemia se caracterizará por restricciones más estrictas al movimiento de bienes, servicios, capital, mano de obra, tecnología, datos e información. Ya está sucediendo en los sectores farmacéutico, de equipamiento médico y de los alimentos, donde en respuesta a la crisis los gobiernos han comenzado a imponer restricciones a las exportaciones y otras medidas proteccionistas.

La avanzada antidemocrática reforzará esta tendencia. Los líderes populistas suelen sacar provecho de la debilidad económica, el desempleo a gran escala y el aumento de la desigualdad. En condiciones de mayor incertidumbre económica, habrá un fuerte impulso a echar la culpa de la crisis a los extranjeros. Los trabajadores industriales y grandes franjas de la clase media se volverán más permeables a la retórica populista, en particular en lo referido a restringir las migraciones y el comercio.

Esto nos trae a un octavo factor: el enfrentamiento geoestratégico entre Estados Unidos y China. Con el gobierno de Trump empeñado en culpar a China por la pandemia, el régimen del presidente chino Xi Jinping insistirá en afirmar que Estados Unidos conspira para impedir el ascenso pacífico de China. El desacople sinoestadounidense en comercio, tecnología, inversiones, datos y acuerdos monetarios se intensificará.

Para peor, esta ruptura diplomática creará condiciones para una nueva guerra fría entre Estados Unidos y sus rivales, no sólo China, sino también Rusia, Irán y Corea del Norte. Con la cercanía de una elección presidencial en Estados Unidos, sobran motivos para esperar un incremento de acciones ciberbélicas clandestinas, que pueden llevar incluso a conflictos militares convencionales. Y como la tecnología es el arma clave en la lucha por el control de las industrias del futuro y en el combate a la pandemia, el sector privado estadounidense quedará cada vez más ligado al complejo industrial/de seguridad nacional.

Un último riesgo que no es posible pasar por alto es la disrupción medioambiental, que como muestra la crisis de la COVID‑19, puede causar mucho más daño económico que una crisis financiera. Las sucesivas epidemias (el VIH desde los ochenta, el SARS en 2003, el H1N1 en 2009, el MERS en 2011, el ébola en 2014‑16) son, como el cambio climático, desastres creados básicamente por la acción humana, derivados de malas condiciones sanitarias, el abuso de los sistemas naturales y la creciente interconectividad de un mundo globalizado. En los años venideros, las pandemias y los numerosos síntomas mórbidos del cambio climático se volverán más frecuentes, graves y costosos.

Estos diez riesgos, que ya eran grandes antes de la COVID‑19, ahora amenazan con impulsar una tormenta perfecta capaz de hundir a toda la economía mundial en una década de desesperación. Tal vez cuando lleguen los años treinta, la tecnología y un liderazgo político más competente puedan reducir, resolver o minimizar muchos de estos problemas y producir un orden internacional más inclusivo, cooperativo y estable. Pero el final feliz depende de hallar un modo de sobrevivir a la inminente Mayor Depresión.

Abril 28, 2020

Traducción: Esteban Flamini

https://www.project-syndicate.org/commentary/greater-depression-covid19-headwinds-by-nouriel-roubini-2020-04/spanish

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Ya es lugar común señalar que después de la pandemia los terrícolas nos dedicaremos a enderezar el planeta hasta hacerlo un mejor lugar para vivir. Nos va ayudar a escarmentar, no hay mal que por bien no venga, se dice. Toda crisis es una oportunidad, según apuntan los chinos, frase que hoy en día está en la jerga de cualquiera. En fin, queremos convertir una catástrofe natural en un designio histórico del que se derivan moralejas para transformar nuestro mundo, moralejas que muestran coincidencias ideológicas inesperadas en cuanto a la convicción de modificar las políticas implementadas durante casi medio siglo y que nos han traído hasta aquí. Parece mentira lo que puede lograr un bichito.

El planeta en aprietos

Enfrentamos tres grandes crisis. Una crisis sanitaria, una crisis económica generada por aquella, ambas en el contexto de una tercera, la climática.

La crisis sanitaria creada por la expansión del coronavirus, causado por la destrucción de los ecosistemas naturales, ha dejado al aire las costuras del planeta: la imperdonable desigualdad social, la precariedad de nuestros sistemas sanitarios, la incapacidad (¿y poca honestidad ?) de buena parte de nuestro liderazgo político, la invocación de nacionalismos incompatibles con los actuales procesos de globalización y por señalar apenas otro elemento, la inadecuación de las instituciones existentes para garantizar la gobernanza planetaria

Hay que salir pronto del aprieto económico en el que nos ha puesto el coronavirus . Conforme lo han expuesto los economistas y lo puede corroborar cualquier ciudadano de a pie sin tener que conocer cómo se está moviendo el PIB de los países o como diablos están funcionando las cadenas de suministro, la situación no podría ser peor. Retomar la inercia, “volver a la normalidad”, encarar la coyuntura luce como la tarea que hay que emprender, según afirma, palabras más, palabras menos la dirigencia mundial.

Así las cosas, la crisis climática pareciera desaparecer de nuestros discursos y preocupaciones. Los terrícolas estamos ocupados en ver como salimos de este hoyo en el que nos ha colocado la crisis económica-sanitaria, y olvidamos que los humanos nos hemos convertido en una fuerza determinante en los graves procesos de cambio geológico del planeta, a partir de una concepción que separa la naturaleza de la sociedad -idea fundamental para el surgimiento del capitalismo-, considerándosela “vaciada e instrumentalizada como objeto de conquista y explotación”, según explicó y justifico Francis Bacon, filósofo inglés.

Así vemos, entonces, cómo se están engavetando iniciativas ambientales muy importantes, incluso en China que llegó a plasmar en su Constitución el objetivo de ir hacia una “civilización ecológica”. También la Unión Europea pareciera estar haciendo lo mismo con sus diversos acuerdos “verdes”, mientras Estados Unidos, por citar sólo otro país, está financiando de nuevo a grandes corporaciones que apuestan por los combustibles fósiles y el fracking.

Mientras tanto, los científicos no se cansan de reiterar la ocurrencia de un colapso planetario más o menos próximo y, para no pocos de ellos, casi inevitable, que no admite solución dentro del paradigma que actualmente guía los propósitos y maneras que fundamentan nuestro desarrollo.

Las tecnologías “disruptivas”

Como se sabe estamos en medio de la expansión de la llamada Cuarta Revolución Industrial, (algunos afirman que es la tercera, otros que es la quinta, en fin), sustentada en la fusión de los mundos físico, digital y biológico a través de nuevas tecnología definidas como “disruptivas” (robótica, impresoras 3D, drones, inteligencia artificial, biotecnología, internet de las cosas y paremos de contar), caracterizadas por la profundidad de los cambios que generan, la velocidad con que se producen y los efectos que crean en todos los ámbitos de la vida humana, además de que nos sorprenden sin un libreto que nos pueda trazar un camino.

Solo a modo de ilustración, pues se trata de un tema extenso, vale la pena traer a colación los desacomodos que la digitalización está causando en la política, poniendo en duda “si la democracia podrá derrotar a internet”. ¿Cuál será el futuro de la democracia si, como asoman algunos expertos, la combinación de desarrollos de inteligencia artificial y de biotecnología no solo permitirá interpretar la información que surge de nuestra vida cotidiana, privada, sino también manipular nuestras emociones y comportamientos? Hablamos, pues, del uso de tecnologías que posibilitan la vigilancia y el control de los ciudadanos, hecho que ha empezado a mostrarse desde hace rato, no sólo en China, sino también en otros países, así como en empresas privadas. El tema es, entonces, cómo articular los efectos de la Cuarta Revolución Industrial con aquellos principios que integran la médula normativa de la organización del sistema democrático. Hasta ahora estamos atascados sopesando asuntos como el de la seguridad, el del derecho a la privacidad, el de la propiedad de los datos y otros tantos hasta formar una lista larga de temas, sin saber cuáles deben ser las regulaciones correspondientes ni cómo deben aplicarse.

En suma, como muy bien lo señaló Isaac Asimov hace ya bastante tiempo «la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría». Lo que está en duda no es el avance de la revolución tecno científica, sino el formato en que va a ir teniendo lugar, concebido en función de una perspectiva humanista y ética, asomando como alternativa respecto a iniciativas distópicas, abriéndole, así pues la puerta a un diseño humanístico de la transformación tecnológica. Como lo ha escrito el profesor español Marc Vidal, “el ser humano es el por qué, la tecnología es el cómo”.

El futuro en disputa

El futuro no está escrito en piedra y seguirá siendo el escenario de discusiones políticas que implican diferentes visiones de la sociedad, sobre todo desde la perspectiva de los cambios que asoma como posibles la Cuarta Revolución Industrial, en medio de, no lo olvidemos, amenazas ecológicas de mucho calibre.

Se trata, es relevante advertirlo, de un llamado a la unidad del conocimiento humano, la formación interdisciplinar y las sinergias necesarias entre ciencia, tecnología y ciencias sociales y humanas – estas últimas por lo general soslayadas-, en un mundo altamente complejo, interconectado y tecnificado como el nuestro. Expresado de otra manera, nos insta a desarrollar, como lo apuntó el sociólogo Ulbrich Beck, formas de conciencia capaces de abarcar la complejidad, multidimensionalidad y interdependencia entre los procesos sociales y geofísicos que componen el sistema terrestre.

Y todo esto sin entrar en el futuro dibujado por el historiador Yuval Noha Hariri, aunque cuestionado por algunos científicos. El se pregunta qué sucedería si lo humano, tal como lo concebimos, comenzara a tornarse obsoleto y nos encontráramos en la antesala de una redefinición radical de las nociones de individuo, libertad, mente, conciencia, espíritu, emoción, sentimiento, organismo, vida. En síntesis, una redefinición de la propia condición humana.

Creo que están en lo cierto quienes opinan que encarar asuntos como estos, ligados a las transformaciones tecnocientíficas, pasa por sentar el futuro en la mesa de negociación, involucrando a todos los terrícolas.

El futuro está en disputa, pues.

El Nacional viernes 1 de mayo de 2020

 5 min


Antonio Di Giampaolo

LA PANDEMIA ENDÓGENA (45)

El número de venezolanos muertos en el exterior, a consecuencia de la pandemia, es superior a las cifra oficiales de fallecidos por la misma causa en Venezuela. El registro endógeno de 333 casos de COVID-19 evidencia que el nuevo coronavirus no está causando los estragos que en otras latitudes genera exponenciales contagios, curvas ascendentes y el saldo fatídico de pérdidas de vidas. La alianza con China, Rusia y Cuba ha permitido acceder a material de bioseguridad, tratamientos y baterías de pruebas y la asistencia de la OMS, La ONU y la Cruz Roja Internacional ha contribuido a la dotación de insumos y equipos al grupo de hospitales centinelas. “No hay mal que por bien no venga”, reza el dicho popular, y es que incluso en su vuelta a la patria, en medio de la pandemia, la diáspora que fue estigmatizada e ignorada durante las oleadas migratorias, es ahora objeto de la visibilización y del reconocimiento oficial gracias a los avatares de la política.

Las autoridades sanitarias se apoyan en la herramienta de la “Plataforma Patria” para desarrollar una estrategia preventiva que incluye la visita domiciliaria a objeto de efectuar pruebas diagnósticas. Para muchos las estadísticas oficiales no son confiables porque provienen de la misma fuente que resolvió esconder los índices de inflación del BCV, acabar con los reportes criminológicos, y prohibir la publicación del boletín epidemiológico del Ministerio de Sanidad. En todo caso, la verdad sea dicha, afortunadamente en Venezuela los centros asistenciales no están abarrotados de contagiados de COVID-19, la curva de la pandemia evidencia un curso moderado y la emergencia sanitaria no acusa los casos dantescos entierros en fosas comunes. En conclusión, nuestros problemas parecen ser otros.

Una entidad excepcionalmente privilegiada parece ser Carabobo que no registra ningún caso vinculado a la pandemia. La cuarentena no es radical en lugares emblemáticos de la Gran Caracas como la Redoma de Petare, El Boulevard de Catia o el Mercado de Coche. El distanciamiento social no se cumple a cabalidad por las aglomeraciones en torno a las bombas de gasolina que a consecuencia de la crisis de combustible en el país petrolero, en el que también se deambula por la calle con bombonas de gas para reponer los cilindros. Otro tanto ocurre en los llenaderos comunitarios de agua donde los ciudadanos acuden con carruchas y garrafas para paliar la escasez del vital líquido. La gobernador de Lara ha dicho que “sin luz se puede vivir pero sin agua no” dejando al descubierto las carencias y reclamos de la gente sobre ambos servicios públicos.

Nos adentramos a la segunda mitad de la extensión de la cuarentena social. Resultan oportunas la palabras del padre Luis Ugalde al señalar que tiene la impresión de que el gobierno ha manejado con decisión, firmeza y éxito la primera etapa contra la pandemia -y seguidamente agrega- “En cierto sentido, lo que es bueno para frenar el virus es terrible para acabar de matar la enferma economía nacional y llevar hambre a millones de familias”. Se han adoptado tímidas medidas de relajamiento pero el levantamiento progresivo y gradual de la cuarentena estará –acotamos- más vinculado a la disponibilidad de combustible para garantizar la movilidad de la gente y el transporte de mercancías que de las variables asociadas a la COVID-19.

¡Amanecerá y veremos!

#CronicasDeCuarentena (45)

@ADIGIAMPAOLO

PANDEMIA, DESEMPLEO Y TRABAJO (44)

La Organización Internacional del Trabajo ha señalado que la pandemia es una amenaza para la salud pública, y las repercusiones nivel económico y social ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas. El director general de la OIT, el británico Guy Ryder ha señalado que la crisis tendrá un especial impacto negativo en la economía informal, de la que viven más de la mitad de los trabajadores del mundo por lo que se estima que 1.300 millones de ellos "corren peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento", subraya en un estudio el ente internacional del trabajo.

La emergencia sanitaria global ha teniendo impacto no solo en los trabajadores no dependiente o por cuenta propia, sino en las relaciones laborales que para muchos empleados y colaboradores ha supuesto desde despidos o suspensiones temporales hasta reducciones de la jornada de trabajo, modificaciones de los turnos, e incluso incidencia en el cómputo del tiempo de la cuarentena como período especial de vacaciones. También se han registrado cambios en las condiciones de la jornada como adopción de medidas de protección de higiene y seguridad, y la implementación acelerada del teletrabajo y de labores complementarias a distancia como alternativa en ciertas actividades tradicionalmente presenciales.

En el mundo un número importante de trabajadores de la salud, personal de vigilancia, protección y seguridad ciudadana, entre otros han fallecido o resultado afectados por la pandemia. Hay legislaciones que desestiman que el contagio de la COVID-19 pueda ser considerado una enfermedad profesional o un accidente de trabajo lo cual evitaría la obligación de compensaciones e indemnizaciones por parte de los patronos. Existe un debate sobre las exigencias actuales en el desempeño de gestiones laborales que se profundizará en la medida en que se produzcan reactivaciones graduales y progresivas de actividades económicas y servicios administrativos y de atención al público. Por su parte la OIT instó a realizar una evaluación de riesgos en cada lugar de trabajo y extremar medidas de bioseguridad para evitar la exposición de los trabajadores a la COVID-19. Líderes sindicales con motivaciones diversas han convocado, a propósito del 1 de mayo, protestas virtuales, encuentros digitales y hasta manifestaciones públicas con distanciamiento social para poner en evidencia la cotización de las relaciones laborales.

Muchos países han visto aumentar exponencialmente las solicitudes de paro laboral y en algunos han acordado bonificaciones y asignaciones especiales para quienes han perdido sus puestos de trabajo o se encuentran cesantes temporalmente. A determinados sectores los programas de asistencia deberán ser prolongados como los dependientes de la actividad del turismo, la recreación y el entretenimiento. Rápido y furioso ha resultado el nuevo coronavirus para diversas tareas sean estas industriales, comerciales, profesionales o de servicio. Independientemente de la naturaleza del trabajo los trabajadores deberán tomar conciencia de las medidas de prevención y protección en el desempeño de las labores.

¡Amanecerá y veremos!

#CrónicasDeCuarentena (44)

@ADIGIAMPAOLO

SALARIO, PRECIOS Y PANDEMIA (43)

Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe describe un panorama desalentador para la región en medio de la pandemia. La CEPAL apunta a que la crisis desatada por la emergencia sanitaria incidirá negativamente el valor de exportaciones de las materias primas, fomentará el deterioro de los indicadores laborales, -y añade que- la contracción económica incidirá en el Producto Interno Bruto de los países del área, todo lo cual tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.

En Venezuela la pandemia está afectando cualitativamente la continuidad laboral, el desarrollo de las actividades empresariales y comerciales, la inflación y los precios de los bienes, incluidos los alimentos y los servicios básicos como agua, luz, gas, combustible y telefonía, y particularmente el nivel de ingreso familiar. Los planes de bonificaciones a la población más vulnerable, que para muchos constituye una fuente complementaria de ingresos, son exiguos ante el ritmo de la inflación y la devaluación. Si bien hay programas de asistencia alimentaria los mismos resultan insuficientes. Ciertamente hay servicios públicos subsidiados pero la calidad o el acceso a los mismos resultan limitados, por lo que en la práctica no son de carácter universal.

En el curso del mes de abril, en plena cuarentena, el valor de cambio de las divisas arbitradas por el Banco Central de Venezuela acusó un aumento superior al cien por ciento con relación al bolívar Los precios acusaron un alza vertiginosa mermando la capacidad de compra de los ciudadanos. Como paliativo se estableció un esquema de ajuste de precios de una treintena de rubros y presentaciones de productos, por primera vez indexados a la tasa oficial del BCV, y también un aumento del salario mínimo pagado en la moneda de curso nacional. Así las cosas los precios irán por el ascensor y los sueldos por una escalera. Como bien lo advirtió el articulista Julio Castillo se trata de una nefasta “política de precios en dólares y salarios en bolívares” por lo que el periodista Plinio Carbajal comentó que “si no fuera por lo trágico sería cómico”.

Las distorsiones en el ámbito económico están generado un grave cuadro de insostenibilidad para la vida cotidiana. La oposición atribuye los males generalizados a la corrupción, el clientelismo político, la ineficiencia administrativa y la incapacidad gubernamental. El gobierno aduce que la guerra económica y las sanciones unilaterales son las responsables de la crisis. Posiblemente, en mayor o en menor proporción, ambos tengan razón ya lo cierto es que esa combinación de factores influye en la explosiva situación que el país tiene por delante.

¡Amanecerá y veremos!

#CronicasDeCuarentena (43)

@ADIGIAMPAOLO

GAS, LUZ Y PANDEMIA (42)

La Organización Mundial de la Salud emitió en el año 2014 un comunicado, que cobra importancia vital en estos tiempos en Venezuela, en torno a las directrices sobre la calidad del aire en los hogares a propósito de la quema de combustibles sólidos. “Casi 3000 millones de personas –señala el documento- entre las más pobres del mundo siguen dependiendo de combustibles sólidos (carbón vegetal o mineral, excrementos de animales y residuos agrícolas) que queman en cocinas y estufas de baja eficiencia y muy contaminantes para cocinar y calentar sus hogares, lo cual causa unas cuatro millones de defunciones prematuras de niños y adultos cada año por enfermedades respiratorias, cardiopatías y cáncer.

En Venezuela la escasez de gas y los recurrentes cortes del servicio eléctrico han incentivado el uso en particular de la leña en los fogones. Una escena que era típica de las de las zonas rurales se ha vuelto más común en las áreas urbanas Cada vez son más frecuentes las protestas y reclamos de la colectividad por la ausencia de gas doméstico y las manifestaciones por las suspensiones intempestivas del suministro de energía eléctrica. La distribución del gas doméstico a través de las organizaciones comunales permite a los vecinos reabastecer las bombonas a precios subsidiados aunque la periodicidad de los operativos es irregular. El costo de una bombona fuera de esos planes vecinales supera el salario mínimo mensual.

Los hogares que cuentan con cocinas a gas o de hornillas eléctricas enfrentan los embates de las dificultades propias de la vida cotidiana, de las cuales tampoco escapan las menos comunes cocinas de querosén. La reposición de los cilindros de gas y el reabastecimiento de las plantas eléctricas a gasoil, gasolina o gas, cuyo uso se ido extendiendo en la medida de las posibilidades de las familias, confronta limitaciones asociadas a los precarios suministros.

En el último reporte situacional de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios sobre el caso venezolano se acoge el informe de una comisión de expertos de la salud para hacer frente a la pandemia del coronavirus, publicó los resultados de una encuesta nacional de impacto del COVID-19, en la que se reflejan fallas en la disponibilidad de insumos médicos y de higiene básicos en el sector salud, así como interrupciones en los servicios públicos de agua, electricidad, combustible y gas. “A nivel nacional –señala la OCHA- se han reportado fallas en los servicios públicos como electricidad y agua, especialmente en los estados Bolívar, Carabobo, Cojedes, Guárico, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Trujillo y Zulia. Estas fallas en el servicio crean desafíos para que las personas puedan adoptar las recomendaciones de higiene preventivas del COVID-19 en las comunidades”.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CronicasDeCuarentena (42)

 9 min


Javier Zurro

Existen monstruos que se ven, y otros que se esconden tan bien que nadie les presta atención. Uno de ellos se llama ‘hambre crónica’, y es una de las peores pesadillas de 149 millones de niños en todo el mundo. Por ellos, y para concienciar a una sociedad que mira para otro lado o lo soluciona todo con un poco de caridad, los hermanos Javier y Guillermo Fesser han dirigido El monstruo invisible, un cortometraje sobre la desnutrición crónica en colaboración con Acción contra el hambre.

En este trabajo, que se puede ver en Movistar+, no renuncian a su optimismo y al humor, tan propio de los trabajos de Javier Fesser, como Campeones, con la que ganó el Goya a la Mejor película. Un corto que se basa en las vivencias de ambos después de visitar en 2019 la isla de Mindano, Filipinas, una de las zonas del mundo más golpeadas por la crisis climática, con más de cinco décadas de conflicto.

El monstruo invisible cuenta la historia es la de Aminodin, “el mejor recogedor de basura” del vertedero de Papandayan, donde vive con su familia. Una historia dura pero con todas las constantes de la obra de los Fesser. Con Javier hablamos de este trabajo y de la importancia del compromiso de los directores de cine.

¿Cómo surge este trabajo?

Después de la experiencia con Binta y la gran idea -por el que fue nominado al Oscar- y de Bienvenidos, que contaba la llegada de internet en una zona de los Andes, nos apetecía tratar la infancia en otro lugar, en un paisaje más difícil, y hablar del hambre, de sus consecuencias, de lo que se llama el círculo de la pobreza. Nos apetecía mucho el reto de retratarla con la misma mirada optimista y sin prejuicios, y ahí fue cuando Acción contra el hambre nos contó sus proyectos en la isla de Mindano, en Filipinas.

No renunciáis a ese optimismo que os caracteriza, ¿no temes que te acusen de exceso de sentimentalismo?

No hay que negar que el humor lo traemos de fábrica, y en este corto es que no hemos inventado nada, hemos armado un guion que viene de lo que hemos visto escuchado y vivido, y hemos estado tres semanas rodeados de niños donde había ganas de jugar y donde han aflorado esas cosas muy por encima de las circunstancias más dramáticas. Y es de lo que tratan sus vidas diarias, de las risas, el optimismo, y esas ganas de tirar para adelante que prevalecen sobre todo.

El hambre es invisible, y lo es porque es crónica por generaciones. Salir del círculo de la pobreza es muy difícil,

Es un tema duro, en un lugar complicado, un vertedero, no sé si fue un rodaje duro.

Es que el hambre es invisible, y lo es porque es crónica por generaciones. Salir del círculo de la pobreza es muy difícil, para empezar por una circunstancia dramática que es que en los primeros meses de tu vida, si no tienes una nutrición adecuada, no desarrollas una capacidad cognitiva completa, y ya de por sí tienes una limitación que te resta herramientas para salir de ahí. Pero tenemos ese lugar, donde hay un paisaje físico, exótico y alucinante con unos contrastes cinematográficos muy poderosos. Y es el retrato de una comunidad que vive en un vertedero, come del vertedero, se viste allí y todo gira en torno a lo que puedes obtener de lo que los demás tiran. El rodaje fue duro, pero ahora recuerdo la anécdota como un privilegiado.

Sorprende que a pesar de que hemos visto imágenes de pobreza sigamos desperdiciando tanto, y se ha demostrado en esta crisis que necesitamos mucho menos.

Sí, es sorprendente lo que muchos desechan y tiran a la basura. Y de pronto otros encuentran allí sus tesoros y su forma de subsistencia, y esto nos lleva a la convicción de que lo contrario del hambre y de la pobreza no es la riqueza, es la justicia social, y estas personas podríamos ser nosotros o nuestros hijos, porque el planeta es más pequeño de lo que parece. Tenemos que trabajar para que todos estemos a gusto y no concibamos la felicidad si no es la de todos.

¿Crees que hay que conseguir que cambie el concepto para que la gente vea que la caridad no puede sustituir a la justicia social?

Es que eso es el concepto fundamental que hay que cambiar. Los que tenemos más recursos en el planeta no es porque seamos más listos, es porque nos ha tocado y hemos tenido más oportunidades, porque si yo hubiera nacido allí no hubiera hecho ninguna película, y eso es una injusticia. Así que creo que tengo una responsabilidad de hacer un tipo de cine en el que podemos aportar nuestra experiencia para poner voz a quien no tiene estas oportunidades. Un cine que llegue a esta parte del mundo donde se manejan más recursos, porque nuestros niños serán los adultos del mañana, y ojalá tengan claro y presentes estas miradas de estos niños en el vertedero. Todos vamos en el mismo barco, y unos reman más que otros, pero todos tenemos que trabajar por ello.

Los que tenemos más recursos en el planeta no es porque seamos más listos, es porque nos ha tocado y hemos tenido más oportunidades

Eres optimista y tu cine lo es, ¿crees que esta crisis va a cambiar algo en ese sentido?

Soy optimista, pero no un iluso. Aquí también nos ha atacado un enemigo invisible, que es este virus que no entiende de apellidos ni de clases sociales, y esto viene a decir que ninguno estamos a salvo de nada y que todos nos necesitamos. Es un buen comienzo para ver las cosas de otra manera. La tragedias no siempre son tan lejos.

¿Hace falta más compromiso en el cine?

Creo que el cine tiene mucho compromiso porque en el momento en el que estamos, tenemos la oportunidad de hacer que el espectador se meta en los zapatos de otro, de ver otras vidas que no le corresponden y así entender al prójimo, y eso es un gran compromiso. El cine puede remover conciencias, cambiar conductas, puntos de vista, y a mí la vida y el cine me han dado muchísimo, y estoy súper contento de poder devolverle una parte.

@Zurro_85

1 mayo, 2020

El Español

https://www.elespanol.com/cultura/cine/20200501/javier-fesser-contrario-...

 5 min


Mauricio Rodríguez

Estamos navegando aguas desconocidas, al menos para las generaciones actuales, en las que la globalización hace que casos como el de la actual pandemia por el virus SARS-CoV2, que causa la enfermedad conocida como COVID-19, cause daños físicos, psicológicos, sociales y económicos sin precedentes1.

Al tiempo que las tecnologías actuales nos han dado acceso a información que ha permitido que se advirtiera relativamente pronto el alto riesgo que significa esta enfermedad, podemos encontrar en la ciencia las soluciones y respuestas a situaciones de crisis como esta que parecen desbordar nuestra capacidad y resiliencia como especie dominante del planeta. Es justamente la ciencia la llamada a ofrecernos respuestas, soluciones y reafirmación en la condición humana.

Veamos algunos ejemplos de cómo la ciencia nos guía y está ayudando a superar esta situación. Desde la toma decisiones de políticos e instituciones que se basan en los modelos matemáticos y epidemiológicos de contagio, de donde nacen las recomendaciones básicas, hasta el conocimiento para ayudar al personal de la salud en clínicas y hospitales, pasando por las decisiones que individualmente tomamos diariamente para protegernos, la ciencia está presente.

Para efectos de no extender demasiado esta lectura, vamos a ver solo algunos ejemplos y los vamos a dividir entre las medidas científicas de intervención no farmacéuticas y farmacéuticas. Las no farmacéuticas incluyen medidas como el confinamiento o distanciamiento físico entre personas, la higiene de manos y el uso de equipo de protección personal como las mascarillas o barbijos en lugares públicos. A continuación, explicamos brevemente la ciencia detrás de estas soluciones.

El Jabón: Un arma poderosa contra las infecciones

Veamos el caso del lavado de manos. ¿Por qué insisten los expertos en salud en que algo tan simple como el jabón nos puede ayudar a controlar un patógeno invisible como el SARS-CoV2?

Veamos cómo funciona el jabón: el jabón es una sustancia química que puede obtenerse natural o sintéticamente, cuya forma molecular asemeja a un alfiler. Estas moléculas tienen una cabeza hidrofílica (que se une fácilmente a las moléculas del agua) y una cola hidrofóbica, que repele el agua y prefiere unirse a moléculas grasas.

Cuando las moléculas de jabón se suspenden en el agua, espontáneamente se unen entre sí formando pequeñas burbujas llamadas micelas, con las cabezas de las moléculas hacia fuera y las colas hacia dentro. Estas micelas en la mezcla de agua y jabón se encargan de atrapar en su interior compuestos o, en el caso del coronavirus, organismos que tienen una superficie lipídica o grasa, tales como los residuos de comida o la membrana del virus.

Diferentes virus, como el SARS-CoV2, se unen fácilmente a la piel porque las células que la conforman también tienen membranas lipídicas que se atraen entre sí. Así que cuando lavamos eficientemente nuestras manos con agua y jabón, tanto las micelas como las moléculas libres de este, atrapan o descomponen la membrana lipídica del virus, separándolo de nuestra piel o destruyéndolo2.

Las mascarillas faciales y respiradores también ayudan a prevenir el contagio

A pesar de que las políticas públicas en casos de emergencia epidémica o pandémica sugieren reservar el uso de estos dispositivos al personal de salud o a pacientes infectados, diversos estudios han demostrado que el uso de estas por personas sanas no infectadas también ayuda a prevenir la propagación de las enfermedades causadas por virus respiratorios.

Básicamente, éstas cubiertas faciales constituyen barreras físicas que disminuyen en diversos porcentajes la probabilidad (el riesgo) de que bioaerosoles infecciosos (gotas de saliva o moco) que carguen el virus caigan dentro de nuestras vías respiratorias. Existen diferentes niveles de protección de acuerdo con el material y la calidad de estas máscaras.

Un estudio colaborativo entre investigadores en Hong Kong y los Estados Unidos, determinó a través de un ensayo clínico aleatorizado que la utilización del tipo de mascarillas quirúrgicas más comunes, junto con el lavado de manos, contribuye a la disminución del contagio con virus de influenza si estas medidas de mitigación se realizan tempranamente en el ciclo de infección3.

Similarmente, un estudio en el Reino Unido en 2013 demostró que el uso de mascarillas quirúrgicas puede reducir considerablemente la exposición a bioaerosoles infecciosos4. Este mes de abril de 2020, algunos de los investigadores de Hong Kong mencionados anteriormente publicaron un nuevo estudio que refuerza sus hallazgos anteriores sobre la efectividad de las mascarillas para prevenir el contagio con coronavirus5. Estas barreras físicas nos sirven como medida complementaria de mitigación de riesgo, cuando no podemos evitar otro tipo de intervención para limitar la exposición como lo es el aislamiento físico.

Confinamiento o aislamiento físico: Modelos Epidemiológicos

La práctica que se está dando a conocer como distanciamiento social, más correctamente se denomina confinamiento o aislamiento físico, ya que seguimos siendo parte funcional de la sociedad, aunque bajo ciertas restricciones.

Los gobiernos están constantemente sopesando la enorme cantidad de información disponible y tratando de resolver tantas preguntas como sea posible para tomar las mejores decisiones de aislamiento bajo las actuales circunstancias: ¿cerrar fronteras, como los aeropuertos? ¿restringir la movilidad? ¿cerrar escuelas y universidades?

Estas decisiones se basan en modelos científicos estadísticos y epidemiológicos que, aunque no son extremadamente complejos desde el punto de vista matemático, si son muy difíciles de construir por la gran cantidad de variables sobre las que la información no está completa. Ya tenemos algunos de los parámetros básicos del comportamiento del virus, como cuántas personas más pueden contagiarse por cada persona infectada; o cuánto tiempo tarda una infección en resolverse. Pero aún no tenemos mucha información epidemiológica necesaria como ¿cuántas personas asintomáticas están infectadas?

Esta es una de las principales preguntas que aún no se han resuelto porque necesitaríamos datos serológicos que comprueben que cada persona asintomática tiene anticuerpos contra el virus.

Esto es, evidentemente, muy difícil de responder porque se tendría que evaluar al 100% de la población. De modo que los modelos sirven para buscar una aproximación a la realidad y tomar decisiones con la información más completa disponible. Los modelos están siendo utilizados para entender cómo, por ejemplo, luego de establecer restricciones en la movilidad como sucedió en China, se puede retardar la velocidad de establecimiento de brotes de infección6.

Los gobiernos tienen claro que no pueden suprimir completamente el establecimiento del contagio una vez se ha establecido por múltiples casos independientes en el país, así que las medidas buscan minimizar el impacto económico y el desborde de la capacidad de los servicios de salud para tratar a quienes se enfermen de mayor gravedad.

Medicamentos y Vacunas: Urgencia y Seguridad

Un reto importante que nos impone la situación actual es que el público quiere que la ciencia produzca en el muy corto plazo las soluciones tecnológicas que frenen de manera inmediata la infección y la severidad de la enfermedad, en otras palabras, las terapias y los profilácticos.

Pero, el problema con esta expectativa que se impone a la ciencia es el desconocimiento de muchas personas sobre justamente cómo se hace la ciencia: con procesos rigurosos y metódicos que toman tiempo y verificación independiente que valide tanto la efectividad como la seguridad de las tecnologías.

Esto es especialmente importante en los casos de medicamentos y vacunas, que deben seguir protocolos rigurosos de evaluación de riesgo antes de ser aptos para su uso clínico, más aún si se quiere que sean de uso generalizado.

Existen numerosos reportes, tanto en medios noticiosos como científicos, sobre impresionantes avances en estudios de laboratorio y clínicos sobre medicamentos y vacunas que se espera estén disponibles en el corto plazo para atender la emergencia, pero debemos ser inteligentes y no desconocer la rigurosidad científica en la que se fundamenta la evaluación del riesgo.

Como en muchas otras patologías infecciosas, las primeras recomendaciones de defensa terapéutica se enfocan en el uso de acetaminofén, para controlar la fiebre, e ibuprofeno, en aquellos casos con mayor severidad que requieren de sus efectos antiinflamatorios7. Esta terapia seguramente es suficiente en los casos no críticos; para los de mayor gravedad, se están desarrollando otro tipo de terapias antivirales como describimos a continuación.

Algo que debe ser claro es que, aunque varias empresas están en la carrera por lograr desarrollar una vacuna, esta no estaría disponible en el corto plazo. En el mejor de los casos, podría ser utilizada preventivamente en caso de que el mismo virus vuelva a circular en la segunda mitad del año 2021, aunque probablemente tarde más tiempo8. Aunque parece algo tardío, estas vacunas se están desarrollando muy rápidamente.

Normalmente, las vacunas se desarrollan a partir de virus cultivados en cultivos celulares, lo cual implica otras variables y protocolos que requieren varios años. La primera vacuna para COVID-19 ya en estudios clínicos se desarrolló por parte del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos (NIAID), en colaboración con la empresa Moderna Inc.

Esta vacuna se ha desarrollado a partir de una plataforma genética llamada ARN mensajero que, inicialmente, fue desarrollada para combatir el coronavirus causante de MERS (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente, por su sigla en inglés), pero que fue rápidamente adaptada para COVID-19. Esta vacuna ya está en ensayo clínico fase I, en la que se les da a voluntarios sanos para evaluar si es toxicológicamente segura y si efectivamente induce una respuesta inmune.

Establecer claramente la seguridad y la eficacia de una vacuna puede requerir fases 2, 2b y 3 de estudios clínicos, lo cual toma más de un año. Adicionalmente el NIAID, junto con la Universidad de Oxford en Reino Unido, está desarrollando otra vacuna de adenovirus de chimpancé, y están evaluando si otras candidatas a vacunas desarrolladas para SARS son efectivas para COVID-199.

En cuanto a terapéuticos, el mismo NIAID está trabajando colaborativamente con la Universidad de Nebraska en un ensayo clínico controlado aleatorizado para evaluar la seguridad y eficacia del medicamento antiviral remdesivir, en pacientes hospitalizados diagnosticados con COVID-19.

El remdesivir es un antiviral de amplio espectro que está siendo evaluado en modelos animales para investigar su efectividad en el tratamiento de MERS y SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, por su sigla en inglés)10.

Es importante entender que emprender estos estudios clínicos, además de tiempo, requiere un alto nivel de capacidad científica, de manufactura y logística, revisión ética independiente, regulación adecuada y grandes recursos económicos.

Una revisión de las bases de registros de estudios clínicos al 24 de marzo de 2020 demuestra que hay actualmente 536 estudios clínicos relevantes, de los cuales 332 están relacionados con COVID-19. Entre estos últimos 188 están abiertos para reclutar voluntarios y 146 ensayos se preparan para reclutar.

La distribución geográfica de estos estudios se da mayormente en China y Corea, además países de altos ingresos en Europa y Norteamérica. Muy pocos ensayos están planeados para Centro o Suramérica, el Sur o Sureste de Asia o África11.

Otras terapias que están siendo evaluados son Kaletra, que es una combinación de dos medicamentos contra el VIH: ritonavir y lopinavir; Kaletra más interferón beta, que es una molécula señal que le ayuda al sistema inmune a combatir virus, por lo tanto se espera que ayude a fortalecer la acción de los medicamentos12; y la hidroxicloroquina o la cloroquina, que es un antimalárico que ha sonado en las últimas semanas debido a un pequeño estudio en Francia con 20 pacientes13, pero hecho sin la rigurosidad científica al no ser ni controlado ni aleatorizado14.

Recientemente, la OMS ha anunciado el lanzamiento del ensayo SOLIDARITY, un estudio de tratamientos potenciales para COVID-19 a desarrollarse en Asia, Suráfrica, Europa y las Américas. Argentina es el primer país de América Latina que ha confirmado su participación15.

Como podemos ver, en tiempos de incertidumbre podemos tener la tranquilidad que la ciencia es el faro que debe guiar a nuestra sociedad y a los gobiernos a tomar las mejores decisiones y navegar esta tempestad a puerto seguro.

[1] WHO – Coronavirus Disease (COVID-19) Outbreak, 2020. https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019

[2] World of Molecules. https://www.worldofmolecules.com/coronavirus/how-soap-destroys-coronavir...

[3] Annals of Internal Medicine, 6 de Octubre de 2009. https://annals.org/aim/fullarticle/744899/facemasks-hand-hygiene-prevent...

[4] Journal of Hospital Infection, Mayo de 2013. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0195670113000698

[5] Nature Medicine, 03 de Abril de 2020. https://www.nature.com/articles/s41591-020-0843-2

[6] The Lancet Infectious Diseases, 11 de Marzo de 2020. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1473309920301444

[7] Chest, 30 de Marzo de 2020. https://journal.chestnet.org/article/S0012-3692(20)30572-9/pdf

[8] Johns Hopkins COVID-19 Hub, 16 de Abril de 2020. https://hub.jhu.edu/2020/04/16/coronavirus-vaccine-timeline/

[9] NIAID, Abril de 2020. https://www.niaid.nih.gov/diseases-conditions/coronaviruses-therapeutics...

[10] NIAID, Abril de 2020. https://www.niaid.nih.gov/news-events/nih-clinical-trial-remdesivir-trea...

[11] The Lancet, 02 de Abril de 2020. https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30798-4/fulltext

[12] The New England Journal of Medicine, 18 de Marzo de 2020. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2001282

[13] International Journal of Antimicrobial Agents, 20 de Marzo de 2020. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0924857920300996#bib0012

[14] International Society of Antimicrobial Chemotherapy, 03 de Abril de 2020. https://www.isac.world/news-and-publications/official-isac-statement

[15] OMS, 18 de marzo de 2020. https://www.who.int/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---18-march-2020Director Asuntos Científicos CropLife Latin America

Abril 21 de 2020

https://www.croplifela.org/es/actualidad/articulos/ciencia-crisis-corona...

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Corina Yoris-Villasana

Durante estas semanas de encierro, cada uno ha buscado alguna manera de emplear el tiempo. Unos, limpian y sacan brillo a todo; otros, beben lo que encuentran y otros, leen, escriben y cantan; no olvido a quienes se han enfermado y han tenido que vivir horas terribles; incluso, los que han perdido su vida y a quienes encomiendo en una oración cada anochecer.

En mi caso, leo, escribo y he aprendido a usar las plataformas digitales lo mejor que he podido para dar clases a mis alumnos. En ese trajinar con los libros, cayó en mis manos un viejísimo ejemplar, procedente seguro de la biblioteca de mi papá, Fábulas de Jean de la Fontaine. Como objeto físico es de una belleza única; edición de UTEHA, México, 1949, tapa dura, color vinotinto y arabescos dorados en la tapa frontal.

Jean de la Fontaine es un escritor del siglo XVII. Las publicaciones de sus fábulas han sido numerosas, con ilustraciones maravillosas, y este ejemplar que tengo en mis manos tiene las de Gustave Doré, quien, en 1867, le regala al mundo los espléndidos dibujos que acompañan a cada fábula de esa edición.

Por supuesto, leí todas las fábulas que pude; hay dos que tienen una peculiar vigencia en estos tiempos tormentosos que vivimos, no solo globalmente, sino de forma muy peculiar en esta aldea venezolana.

Una de las fábulas que quiero reseñar y comentar es la titulada “La Selva y el leñador”. En la página que precede al texto hay un extraordinario grabado en claroscuro, donde se ve al leñador sentado sobre un tronco en medio de la selva.

La fábula es corta, solo tiene once líneas y en ellas De la Fontaine narra cómo un leñador pierde el mango de su hacha y se ve impedido de trabajar. Este hecho tan simple y cotidiano le brinda a la Selva un ligero descanso. El leñador le suplica a la Selva que le permita tomar una sola rama para fabricar otro mango para su hacha, prometiendo que solo cortaría lo estrictamente necesario. La Selva se lo permite, pero el leñador inmediatamente comienza de nuevo a desforestarla. “Gemía la Selva a todas horas; su propio don era el instrumento de su suplicio”. Para finalizar, prosigue De la Fontaine: “Así procede el mundo: el beneficio se emplea contra el que lo hizo. Cansado estoy de decirlo. La ingratitud está de moda”.

En este confinamiento mundial no han faltado las alusiones directas e indirectas del respiro del planeta. Hemos visto videos de hermosos delfines disfrutando de la tranquilidad del mar; cerdos paseando por las calles de París; ciervos correteando en las orillas del mar; bandadas de pájaros, que ni siquiera conocíamos, visitan nuestros jardines. Incluso, hay memes muy curiosos en las redes sociales, aludiendo al confinamiento del ser humano y el disfrute de la naturaleza de esa ausencia. Leemos sesudas reflexiones al respecto, y, como el leñador de la fábula, aparecen las promesas, los propósitos de enmienda para cambiar el tratamiento dado a nuestro planeta. ¿Serán simples palabras que luego, como el protagonista de la narración, se volverá de manera inclemente a desforestar, a destruir? Este es un tema que requiere mucha discusión seria y sin palabras huecas. Bastaría con pensar por un momento en las aguas de Roraima, únicas en el planeta. O ver las terribles imágenes de la desforestación ocasionada por la minería ilegal en Canaima.

La segunda fábula que me robó la atención fue la llamada “El filósofo escita”. Es un poquitín más larga, son veintiún líneas. Cuenta que un filósofo, oriundo de Escitia, conocida por la vida austera de sus habitantes, decide viajar por Grecia y ve a un anciano que le hace recordar el Viejo del que habla Virgilio –refiriéndose al personaje anciano que describe Virgilio en Geórgicas IV, a orillas del mar, en Calabria, criando abejas y cultivando flores y legumbres–, que vivía feliz ocupándose de su jardín. Lo vio podar ramas inútiles y le pareció que no era sano mutilar de esa forma a los árboles. Al recriminarle al viejo personaje, le dijo fuertemente: “Dejad la cruel podadera; dejad obrar a la hoz del tiempo; demasiado pronto morirán”. Pero el sabio le respondió: “No corto más que lo superfluo; quitándoselo, prospera más el resto”.

El filósofo escita, al volver a su país, tomó la hoz y cortó a diestra y siniestra todo lo que pudo; no contento con ello, le pidió a sus amigos y vecinos que procedieran de igual manera. No respetó estaciones, ni lunas crecientes o menguantes. Resultado: Mató todo.

De la Fontaine nos deja su moraleja, tal como termina toda fábula: “Exacta figura es el escita de la fábula de un estoico escéptico. Este arrancó del alma deseos y pasiones, sean malos, o sean buenos, y hasta las inclinaciones más inocentes. Por mi parte, protesto contra esos filosofastros; quitan a nuestro corazón su principal anhelo y nos despojan de la vida antes de morir”.

Abril 23, 2020

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/la-vigencia-de-las-fabulas-de-jean-de...

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No, no hay gobierno en el sistema político venezolano. Lo que existe es un cuerpo de actores aterciopelados de militarismo para desarrollar un guion de propaganda perversa, que busca confundir cada vez más a una nación que padece por parte de grupos brutales y múltiples persecución, vejamen y violencia. La propaganda y los mensajes subliminales como armas, son el centro de acción de un régimen sobrepasado hace tiempo por la Calamidad Político Social, que arrincona de hambre, inseguridad, violencia y pánico a ciudadanos que -ante tanto vejamen- están a punto de la Explosión Social. Explosión Social Multidireccional legitima por parte de jóvenes, mujeres y hasta mayores, que están dispuestos a revelarse a esta desgracia política del madurismo militarista y su Estado Cuartel.

Explosión Social Ciudadana es la respuesta política de los demócratas que no toleran más una tiranía armada, reforzada por el cubanismo, que torpe e ignaros se atreven de hablar de dialogo y no han sido capaces de anunciar un compromiso minino vital, su responsabilidad política. Aturdidos como están, después de las decisiones del Departamento de Justicia y el Departamento del Tesoro de los EEUU saben que sus cabezas tienen precio. Saben que lo reconocen todos los venezolanos, latinoamericanos y el mundo y después de esta Morisqueta Militarista, están conscientes de que su destino no es en Venezuela. Todos los venezolanos sienten la necesidad de crecer en el desprecio hacia un grupo político, primitivo, mentiroso y anti-político que actúa como retardados mentales.

Explosión Social es la reacción democrática de una Resistencia Civil igual al 87% de demócratas, que de manera silente, crecen en su Desobediencia Civil a un régimen acobardado pero policial que ha confundido vía el acuartelamiento a una sociedad que está dispuesta a una Nueva arquitectura política cercana a la contrademocracia. Contrademocracia para hacer política, en la cual el ciudadano ejerce tres funciones de calificación de su gobierno, este gobierno, que está en usurpación y no califica como tal, por haber violado la Constitución y proteger y negociar con carteles de la droga, funciones de vigilancia, o sea, el ciudadano alertando sobre la función del gobernante y la función de clasificación mediante el cual, el ciudadano reconoce la transparencia internacional que requieren los gobernantes.

El gobierno y sus actores más su propaganda engañosa, ya deben suponer la capacidad de control de los demócratas, por lo tanto tiemblan por cuanto saben que han ofendido de tal manera a la ciudadanía que como sociedad política pueden ejercer la Explosión Social como respuesta política. Respuesta política a la tiranía y al cubanismo acobardado, que cree puede seguir manipulando y ganando tiempo en la ecuación política venezolana. Son además de payasos, ignaros y no saben que el hambre, enfermedades, necesidades que hoy sufre el venezolano, hombre o mujer lo tienen en una situación de desesperación. Desesperación por ser testigo de cómo desde el año 2014 el país, su geografía, las pocas instituciones pero sobretodo la población han sido violentadas por el comunismo sin moral pública, a los cuales se les ha negado su derecho ciudadano y los canales de acceso como expresión pública democrática.

Estos actores teatreros, testaferros, propagandistas del fidelismo, y representantes del comunismo se muestran como una camarilla retrograda que sirven a un partido político en armas, todos ilegítimos, y todavía creen que pueden seguir manipulando al venezolano hambreado y perseguido, pero cívico y civilista en quien crece el derecho a la rebelión. Ya hay muestra y hechos en el interior del país y en las grandes barriadas de las ciudades. Los actores teatreros de la propaganda deben tener claro que ni la miseria exponencial y mucho menos la propaganda ni el cubanismo desviaran al ciudadano demócrata en su decisión de Explosión Social.

La explosión social es una consecuencia, frente a la irresponsabilidad y locura de un cuerpo de socialistas militarizados, que han subestimado la democracia y a los demócratas que existen en cada venezolano. La explosión social de los demócratas marcará un hito en el sistema político venezolano, que han estado manipulado desde los dos golpes de Estado del 1992 por la desgracia de la Maldad Liquida. Maldad Liquida instrumentada por grupos extremistas ideologizados que cree en la manipulación y la violencia junto al vacío moral para gobernar. Creen igualmente estos primitivos que pueden controlar y separar al venezolano decente, hasta embaucarlo con unos discursos totalitarios de terciopelo cuya característica central es… el vacío moral y político de quienes hablan de revolución en el siglo XXI.

Director CSB-CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 28 de abril de 2020

 3 min