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Opinión

ALREDEDOR DE LOS LIBROS

“Me veo en el deber de referir lo que se me cuenta, pero no a creérmelo todo a fe ciega. Esta afirmación es aplicable a la totalidad de mi obra”. (Heródoto VII, Las Guerras Médicas, 151, 3).

Es una novela, no un libro de historia. Nadie puede pedir a Mario Vargas Llosa que se ajuste exactamente a los hechos y a las fechas. Pero Tiempos Recios es una novela histórica. Género que se define por la recurrencia a periodos y personajes reales entre quienes un autor teje una trama, real o ficticia. Y evidentemente, el mismo autor se preocupó de que esa – seguramente una de las mejores novelas en su largo historial – rompiera con la linealidad cronológica de un clásico texto de historia. Y lo hizo volviendo a uno de sus más conocidos recursos, algo abandonado después de La Casa Verde: la utilización del tiempo faulkneriano, vale decir, extendiendo un plano donde pasado y presente irrumpen de modo alternado. Cabe agregar: los mejores discípulos de Faulkner son latinoamericanos. Vargas Llosa – y Juan Carlos Onetti, no nos olvidemos nunca de él – han sido los más aventajados.

Es el de Vargas Llosa el tiempo del pensamiento. Un tiempo que va y vuelve del pasado al presente cuando pensamos sobre hechos que ya ocurrieron pero de algún modo continúan “vivos”. Ese tiempo pasado que según William Faulkner, “no ha pasado”. Fue también el tiempo de los primeros historiadores de la humanidad.

Los tiempos de Homero, Heródoto y Tucídides, no tenía nada que ver con el de los procesos meta-históricos de la historiografía moderna, sino con hechos descritos a partir de las acciones de sus actores (héroes). Es por eso que la historiografía griega dejaba un gran espacio a la imaginación del historiador hasta el punto que aún no sabemos si la Iliada o la Odisea son libros literarios o históricos. Probablemente son las dos cosas a la vez.

Pero vamos al punto: Vargas Llosa es sin duda un escritor riguroso. Ha probado serlo en muchas de sus novelas. Sus investigaciones sobre tiempo y lugar son acuciosas; en ese punto no se diferencia de un buen historiador. Cierto, novelista al fin, la realidad histórica termina siendo sometida al imperio de la ficción, aunque en determinados momentos de Tiempos Recios – en La Fiesta del Chivo también- tenemos la impresión de que la ficción se encuentra subordinada al principio de realidad. Y bien, justamente a partir de esa combinación de realidad y ficción, obtenemos una visión de los hechos tanto o más real, incluso más objetiva, que aquella que se deduce de una historiografía “pura”. No es paradoja: es una de las tareas que corresponde a la novelística histórica: la de indagar más allá del conocimiento objetivo de los hechos.

Ese conocimiento llamado objetivo no da ni puede dar cuenta de la verdad de los hechos. Solo nos relata acerca de lo que aparece en la superficie. Pero no nos dice nada acerca de como llegaron a aparecer. De tal modo que, aunque parezca contradicción, el conocimiento objetivo será siempre superficial. Acerca de lo que ocurre debajo de esa superficie, sabemos muy poco. Solo podemos acceder a ese “debajo” si utilizamos una de las herramientas de la inteligencia: la imaginación. Imaginación vedada al historiador; mas no al novelista histórico.

Mal historiador sería aquel que recurriera a su imaginación para dar cuenta de los hechos. Mal novelista el que no recurriera a su imaginación para indagar que es lo que ocurrió en ese espacio cerrado a la ciencia del conocimiento. Pues allí donde termina el conocimiento, comienza la imaginación.

Por supuesto, la versión agregada que proporciona la imaginación del escritor no es objetiva pero puede ser incluso más verdadera que la del historiador. Por lo menos en un punto: nos hace comprender que detrás de los grandes eventos históricos hay una multitud de hechos ocultos que los explican: conversaciones secretas, chantajes, miedos, intrigas, debilidades humanas, pasiones mal contenidas, relaciones amistosas y sexuales, llamados telefónicos, mucha plata, y tanto más.

El novelista histórico tampoco conoce ese submundo, pero he ahí el detalle: lo imagina. Gracias a esa imaginación no conocemos mejor el hecho histórico pero, si el escritor es tan bueno como Vargas Llosa, lo entendemos mejor. Se trata, efectivamente, de “la verdad de las mentiras” según la expresión ensayística del autor peruano. En nuestra terminología se trataría de una “intra-historia”. Me explico:

Así como existe la meta-historia del historicismo progresista, sea este positivista, hegeliano o marxista, una donde los hombres se equivocan pero la historia jamás, existe también una intra-historia de la que no somos plenamente conscientes. No se trata de un inconsciente colectivo como imaginó C. G. Jung ante la ira de Freud, sino de algo que, definitivamente, nos es desconocido.

Antes de Tiempos Recios conocíamos los llamados hechos objetivos que dan lugar a su narración. Sabíamos que Guatemala, como casi todos los países centroamericanos, era tierra de dictadores, carniceros uniformados coaligados con una pseudoaristocracia racista y cruel. Que la United Fruit había instalado un verdadero imperio colonial en la región, que no pagaba impuestos y que explotaba a los indígenas con sueldos de hambre. Sabíamos también que después de la dictadura del general Jorge Ubico aparecieron en Guatemala dos hombres buenos: los presidentes Juan José Arévalo y el general Jacobo Arbenz, y que este último radicalizó el “autoritarismo ilustrado” del primero intentando reformas sociales, incluyendo en ellas un desafío a la United Fruit o el Pulpo, o la Mamita Yunay -hay que volver a leer la impactante novela de Miguel Angel Asturias- una tímida reforma agraria. En verdad, una simple recuperación de tierras ociosas.

Sabíamos además, que los EE UU de Eisenhower financiaron al ejército “liberacionista” del general Carlos Castillo Armas y que aviones norteamericanos bombardearon a cientos de comunidades agrarias sembrando con cadáveres los campos guatemaltecos. Sabíamos que Castillo Armas fue asesinado como consecuencia de una misteriosa confabulación donde el dominicano Rafael Leonidas Trujillo metió sus largas manos. Y sabíamos que los EE UU a través de la CIA lograron imponer la dictadura militar del general Miguel Idígoras Fuentes. Todo eso lo sabíamos y para saberlo no necesitábamos leer Tiempos Recios. Pero gracias a la imaginación de Vargas Llosa podemos saber, además, muchas otras cosas que no imaginábamos.

No imaginábamos que el mestizo Castillo Armas (Cara de Hacha) sentía desde su juventud en la escuela militar un odio racista en contra del “blanco” Jacobo Arbenz. Ni la fidelidad política que guardó a Arbenz su culta esposa, la salvadoreña María Vilanova. Ni el poder que podían alcanzar cortesanas ilustradas como Martita Borrero en las habitaciones de dictadores y tortuosos agentes, ni mucho menos que durante Castillo Armas, las mujeres del dictador, la amante y la esposa oficial, fueron símbolos en torno a los cuales tomaron forma las tendencias liberales y las ultra conservadoras del país.

Tampoco imaginábamos como personajes secundarios de la narración podían ser determinantes en la intra-historia, hasta el punto que, de acuerdo a la novela podían llegar a constituirse en actores principales, como el corrupto agente dominicano Abbes García, al fin, verdadero “héroe” de la novela. No imaginábamos tampoco que el embajador norteamericano podía ser una persona tan bruta como lo retrató el escritor. Y aunque sabíamos que entre dictadores como Anastasio Somoza, Castillo Armas, Papa Doc, Pérez Jiménez, y otros, existía una red geopolítica, no sabíamos del poder que sobre ella ejercía el dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Todo eso podemos ahora imaginarlo gracias a Vargas Llosa. No sabemos mas pero lo que ya sabíamos, lo sabemos mejor.

Vargas Llosa no pudo ocultar que a través de la escritura de Tiempos Recios tuvo lugar un pleito entre dos de sus personalidades: la del escritor fantasioso que siempre ha sido y la del político humanista y liberal que una vez quiso ser. Si me preguntaran quien ganó ese pleito yo diría que hubo empate. Hacia las últimas páginas parecía que ganaba la imaginación literaria. Pero en el capítulo final, dando un vuelco que no dudo en calificar de genial, Vargas Llosa decidió meterse el mismo en el libro como personaje, entrevistando en compañía de Tony Raful (La rapsodia del crimen, Trujillo versus Castillo Armas, Santo Domingo, Grijalbo 2007) a la “heroína” de su libro, la ya ochentona, Marta Borrero. Ahí el escritor no resistió la tentación de emitir juicios en contra de la política de los EE UU hacia América Latina. Juicios que son propiedad de los historiadores. Por eso, como el escritor que es, Vargas Llosa se permitió pensar en subjuntivo, algo que nunca debe hacer un historiador.

Cito las últimas palabras de Tiempos Recios: “Hechas las sumas y las restas, la intervención norteamericana en Guatemala retrasó decenas de años la democratización del continente y costó millares de muertos, pues contribuyó a popularizar el mito de la revolución armada y el socialismo en toda América Latina. Jóvenes de por lo menos tres generaciones mataron y se hicieron matar por otro sueño imposible, más radical y trágico todavía que el de Jacobo Arbenz”.

La brutal intervención de EE UU en Guatemala fue, según Vargas Llosa, el eslabón inicial de una cadena de acontecimientos que aún no terminan de cristalizar. EE UU, en efecto, con la excepción de cuatro gobiernos, los de Carter, Clinton, Bush (padre) y Obama, ha mantenido una agresiva política hacia América Latina, explicable solo en parte por los avatares de la Guerra Fría, dando impulsos y bríos a los enemigos de la democracia, fueran estos de izquierda o de derecha. El comportamiento de los tecnócratas de la CIA, eficaces a la hora de tejer intrigas y sobornar políticos y militares, pero incapaces de entender los cursos políticos de cada nación, nos lo deja muy claro Vargas Llosa en ese personaje seguramente inventado, “el agente que no se llamaba Mike”.

Pocos países han trabajado más en contra suya que los EE UU en América Latina. La intervención descarada de la CIA y de la ITT en el Chile de Allende parecía ser el último eslabón de esa cadena. Pero después continuó con su apoyo a los “contras” en Nicaragua y a los escuadrones de la muerte en El Salvador. Una historia de intrigas y crueldades en compañía de personajes deleznables (no olvidemos que Noriega fue agente de la CIA en Panamá) a los que entronizaba para después derrocarlos.

Se prueba así una vez la máxima kantiana: “sin Constitución hasta los ángeles actúan como demonios”. Hacia el interior rige en los EE UU una Constitución a la que todos veneran. Fuera del país, esa Constitución no rige. Allí, los EE UU a través de la CIA y sus esbirros, han soltado a todos sus demonios.

Creíamos que esa historia estaba por finalizar. No ha sido así. Lo hemos visto recientemente en la actuación del gobierno Trump en Venezuela. Para tranquilizar con fines electorales a la ultraderecha maiamera, Trump ha llegado a hablar de invasiones y de posibles golpes de estado, paralizando a la oposición y permitiendo que su conducción fuera ganada por grupos antidemocráticos, apartando así de una exitosa vía electoral a la mayoría del país.

Las conversaciones que tienen lugar entre personeros de Trump con los agentes de Maduro y de Putin, no las conoce nadie. Esas son las venas cerradas de América Latina. Pertenecen a esa intra-historia a la cual solo podemos acceder gracias a la imaginación de escritores como Vargas Llosa. Quizás alguna vez, otro escritor tan político como Vargas Llosa, reconstruirá la historia secreta de Venezuela en los tiempos de Trump.

Si me pidieran una opinión muy breve sobre Tiempos Recios yo diría: “es una gran novela histórica”. Después agregaría: “una que debe ser leída con urgencia por políticos y por historiadores”. Y no por último, afirmaría: “Pero como quien aquí escribe estas líneas no es un crítico literario, no hay que hacerme mucho caso. Al fin y al cabo no escribo “sobre”, sino “alrededor de los libros”.

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2019/12/fernando-mires-esos-tiempos-rec...

 9 min


​José E. Rodríguez Rojas

La eficacia de la cuarentena para combatir el Covid19 en los países de América Latina es limitada. Una considerable parte de la población trabaja en la economía informal y no tiene la opción de detener su actividad y quedarse en casa. Debido a ello, la cuarentena es una medida con un incumplimiento elevado, en especial en las barriadas populares. Es además insostenible en el corto plazo. En nuestro país se requiere de medidas adicionales como la aplicación de los tests en forma masiva, como lo aconseja la OMS. Sin embargo, el gobierno venezolano no contempla la implementación de los tests como una tarea inmediata. Aparentemente considera que la instrumentación de la cuarentena ha sido un éxito y no cree necesario medidas adicionales.

En el caso de México 30 millones de personas se dedican al comercio informal, señala un artículo sobre el tema publicado en el diario El País de España, la misma fuente señala que el comercio informal representa el 56% de la economía según el Instituto Nacional de Estadística de este país. Está integrado por personas que trabajan por cuenta propia a través de negocios de comida, venta ambulante o prestación de servicios, La mayoría de estas personas viven al día con lo que ganan y no tienen acceso al servicio de salud pública. Su actividad genera el 22% del Producto Interno Bruto del país de los mariachis. La economía informal ha adquirido una especial importancia con la crisis que atraviesa México en estos momentos, por el descenso del precio del petróleo y el freno a la manufactura, pues la informalidad actúa como un amortiguador de la crisis. Debido a la caída de las ventas por la cuarentena la actividad de los informales ha sido afectada, por lo que el gobierno ha aprobado un millón de microcréditos para estos pequeños negocios. Quedarse en casa por la cuarentena no es una opción para estos trabajadores y así lo afirma una vendedora de frutas en una entrevista citada en el artículo mencionado : “no podemos estar en cuarentena, sino podemos trabajar en esto tendremos que buscarlo por otro lado” [El País (a)]. Esto probablemente explique la resistencia del presidente López Obrador a implementar una cuarentena de forma compulsiva.

En Venezuela se presenta una situación similar a la de México, un reportaje del mismo diario estima que más del 60% de los venezolanos dependen de la economía informal la cual se ha visto afectada por la cuarentena que ha reducido sus ingresos. No pueden parar pues viven al día de ingreso que le genera esta actividad. Debido a ello el incumplimiento de la cuarentena en las zonas populares es muy alto. En la prensa nacional e internacional se reporta como en las barriadas populares de Catia y Petare, las áreas tradicionalmente dedicadas al comercio informal siguen repletas de comerciantes y de clientes, a pesar de la cuarentena. El reportaje citado señala el caso de “un policía con un megáfono en la redoma de Petare enfrentando la indiferencia de un mar de personas a las que le pedía volver a sus casas por la salud de todos”. La policía ha intentado desalojar a los comerciantes informales que vendían productos en la barriada de Catia, pero ello derivó en protestas de los afectados [El País (b)].

La cuarentena tiene fecha de expiración para los que laboran en la informalidad. En el reportaje mencionado se cita el caso de un mototaxista con capacidad de ahorro que logró acopiar una cierta cantidad de provisiones a fin de acogerse a la cuarentena, pero el trabajador señaló que ello le alcanza hasta el 13 de abril cuando termina la cuarentena, luego tiene que trabajar [El País (b)]. Ello parece ser una situación generalizada pues el presidente de Colombia Iván Duque señaló, en días pasados, que la cuarentena no puede prolongarse más allá del 13 de abril y que hay que aprender a convivir con el virus.

Ante esta situación se ha planteado, en Venezuela, la necesidad de instrumentar ayudas a las familias que dependen de la economía informal y a las más necesitadas, pero lo que se ha aprobado es un bono de 350. 000 bolívares que en la actualidad no alcanza para comprar un kilo de carne.

Incluso en los países más desarrollados la cuarentena está llegando a un límite, en Italia después de tres semanas de cuarentena las familias más pobres están al límite. Muchos negocios han cerrados y el desempleo se ha incrementado. Hay personas que se niegan a pagar en los supermercados y se perciben amenazas de saqueos y disturbios según un reportaje reciente del canal alemán en español DW.

Son necesarias medidas más focalizadas para incrementar la eficacia de la lucha contra el Covid 19. La organización mundial de la Salud ha aconsejado la realización de tests masivos para localizar a los contagiados, ponerlos en tratamientos y aislarlos. Según un reportaje de la BBC, la aplicación temprana de esta estrategia en Alemania es uno de los factores que explica el bajo índice de mortalidad por coronavirus en este país, frente a los casos de España e Italia. Esta estrategia enfrenta dificultades para su implementación por la limitada disponibilidad de máquinas utilizadas para estas pruebas, según el gobierno de Colombia. En Venezuela esa no parece ser la limitación pues Nicolás Maduro manifestó su disposición de regalarle algunas máquinas a Colombia, en solidaridad con el hermano país. Sin embargo señaló también que existen planes del gobierno para una aplicación masiva de los tests a la población, pero que ello se realizará en dos o tres meses. Aparentemente el gobierno considera que la instrumentación de la cuarentena ha sido un éxito y no cree necesario medidas adicionales.

Referencias:

El Pais. 2020 (a). “Sin ahorros ni provisiones: Venezuela en cuarentena”. El País 31 de marzo.

El Pais. 2020 (b). “O nos morimos del coronavirus o nos morimos de hambre, habrá que elegir una”. El Pais, 20 de marzo.

Profesor UCV

 4 min


La nueva propuesta para una transición democrática en Venezuela anunciada por Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU. pone en tres y dos a quienes integran la dictadura. Si quieren que se les levanten las sanciones, deben permitir el restablecimiento del orden constitucional en sus aspectos centrales: respetar las potestades de la Asamblea Nacional y disolver, por tanto, a la anc fraudulenta, liberar los presos políticos y habilitar a todos los diputados presos y perseguidos.

El fin sería integrar, junto a las fuerzas democráticas, un Consejo de Estado como gobierno de emergencia que haga frente a la pandemia del Covid-19, coordine la ayuda humanitaria y, con un nuevo CNE, convoque a elecciones presidenciales y parlamentarias. De lo contrario, tendrán que sufrir todo el peso de estas sanciones y más, ahora con el agravante de un precio sobre la cabeza de los criminales más connotados.

En fin, la proverbial política de zanahoria o garrote para inducir los resultados buscados, tan bien expresada por el mayor de los Roosevelt, Teddy: “Speak softly and carry a big stick”. El despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe “contra el narcotráfico” sería una materialización de esta consigna.

Como era de esperarse, Maduro –siguiendo órdenes de sus amos cubanos-- rechazó la propuesta, con el argumento ofensivamente cínico de que “no se doblegará ante el tutelaje de ningún gobierno extranjero” (¡!). Sabe, además, que difícilmente evitaría que le pusieran los ganchos, una vez fuera del poder. Fiel a su naturaleza despótica, manda a sus esbirros a perseguir a dirigentes democráticos en represalia.

Por demás, el fascismo, ante un desiderátum de tal naturaleza, ha buscado siempre salirse con la suya “huyendo hacia adelante”, bajo el chantaje de desatar una escabechina final si lo acorralan. El mundo ficticio que se ha construido con sus consignas grandilocuentes le proporciona la ilusión de un refugio justo, mientras la Historia (con mayúscula) acuda en rescate.

Pero, por los vientos que soplan, la postura de Maduro no hace más que acelerar su suicidio --así se mantenga algún tiempo más mandando--, porque sus recursos se agotaron. Ni los rusos ni los chinos van a meter sus manos en el fuego por él. Le quedan sólo las bandas criminales con las que opera … y los oficiales corruptos del Alto Mando Militar.

El terrible problema para Venezuela con el suicidio que Maduro se ha provocado con su intemperancia criminal es que no lo afectará sólo a él; terminará como el del piloto alemán que estrelló a propósito su avión cargado de pasajeros contra un macizo alpino. Permanecer un tiempo más en el poder tendrá un espantoso costo para el país, sobre todo en estos momentos en que avanza la pandemia del COVID-19- en un ambiente de devastación, miseria y ruindad “socialista”.

Nuevamente, el fiel de la balanza está en manos militares. Por lo que se desprende de la propuesta –tomando en cuenta la imputación del Depto. de Justicia de los EE.UU. contra Maduro y otros altos personeros por narcoterrorismo—hasta los militares indiciados podrían salir beneficiados. Presumiblemente, encontrarían un marco más favorable para afrontar sus deudas con la justicia. Los más criminales, narcotraficantes, torturadores y asesinos de manifestantes, no salida claro está. Pero intuyo que una amplia franja grisácea de oficiales con distintos grados de complicidad con la mafia gobernante --más allá de los militares honestos que me niego a creer que no existan--, podría estarse jugando su futuro.

El Titanic fascista se hunde irremediablemente, A los militares les llegó la hora de escoger cómo quieren ser recordados por los venezolanos: cómo los que proporcionaron los salvavidas para que el país no terminara de hundirse en el abismo, o como los que los llenaron de plomo para que sí lo hiciera.

Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”. Desmond Tutu, clérigo Sur Africano, luchador contra el apartheid.

Economista, profesor (j) de la Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 3 min


Maxim Ross

Si mis lectores han seguido mis últimos artículos se darán cuenta de mi insistencia y persistencia en el tema del rol que debe tomar la sociedad civil en tiempos de crisis, pero ahora más todavía por la crítica situación que atraviesa Venezuela con la llegada del Coronavirus. Por ello, viene muy bien al punto el llamado del Padre Ugalde por la necesidad de renovar el Pacto Social Democrático, tesis que ha reiterado en su angustia porque el país no se nos vaya de las manos.

Ahora que la situación se ha tornado más dramática con la llegada del destructivo virus, se nos une el peculiar estado de cosas en que este se recibe en nuestro país y con una especial diferencia con el resto del mundo, pues en todos los países, los ciudadanos, con mas o con menos, confían en sus gobiernos y en sus instituciones para enfrentarlo. El drama es que en Venezuela no confiamos en él, no solo por el hecho de que nos ha acostumbrado a ocultar información, sino porque, encerrado como está en una eterna confrontación politica, sus actuaciones quedan marcadas e influidas por ella.

Por esa razón el llamado de Ugalde tiene un gran sentido, pero tengo mis dudas que pueda evaluarse y resolverse en el ámbito puramente político, pues allí precisamente se concentran todas las baterías y artillerías de la batalla, cada día con mayores componentes antagónicos.

En ese sentido, haría un llamado a los empresarios organizados, a los gremios de médicos y enfermeras, a los maestros, a los padres de nuestros hijos, a los Colegios Profesionales, a las Iglesias y a otras instituciones de la sociedad civil para hacer un intento de conversar, de reunirse y de articularse para que el llamado del Padre Ugalde no quede en el vacío del mundo político. Quizás se podrían colocar dos planos de acción, uno para atender la emergencia que plantea la llegada del Virus y otro para intentar hacer renacer a Venezuela, como sugiere Ugalde en ese Pacto Social.

Tenemos una oportunidad de hacerle un bien a Venezuela si comprobamos este poder que tenemos como sociedad civil, sugiriendo y exigiéndole a gobierno y oposición a “chavistas y no chavistas”, a todos aquellos que están en el medio de la controversia que, por un momento piensen en los venezolanos más afectados y en que Venezuela se nos puede convertir en un infierno si no se actúa a tiempo.

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Analítica.com

Editorial

Desde que a principios de marzo habló el presidente Trump asegurando que vendrían noticias importantes con respecto a Venezuela, hemos constatado numerosas acciones visibles, y otras menos mediáticas, pero que se concretan en un apoyo decidido a lograr el restablecimiento de la democracia en nuestro país.

Es de particular relevancia lo manifestado anteayer por el Embajador Elliot Abrams en un artículo publicado en The Wall Street Journal, y la rueda de prensa ofrecida este martes por el Secretario de Estado Mike Pompeo, que dejan bien clara la posición del gobierno norteamericano sobre la solución a la crisis venezolana.

En primer lugar, dan pleno apoyo a la idea de la formación de un gobierno de emergencia nacional, tal como fue planteado hace un par de días por Guaidó.

En segundo lugar, están de acuerdo con la designación por la Asamblea Nacional de un Consejo de Estado que tendría como objetivo principal proceder en un lapso menor a un año a convocar elecciones generales, tanto presidenciales como parlamentarias, y para que estas sean libres y democráticas se procederá a designar un nuevo CNE y TSJ. No dijeron nada específico en cuanto a los demás órganos del Estado, pero se supone que quien puede lo más, puede lo menos.

En tercer lugar, para que ese Consejo de Estado asuma el poder ejecutivo, ni Maduro ni Guaidó pueden ser Presidentes de la República.

En cuarto lugar, quien presida el Consejo de Estado no podrá ser candidato a la presidencia en las próximas elecciones.

Y por último, Guaidó, que seguirá siendo el presidente de la AN, si podrá participar en las futuras elecciones. No así quienes hayan sido objeto de sanciones por violación de los DDHH, narcotráfico o apoyo al terrorismo.

De constituirse este Consejo, automáticamente se suspenderán las sanciones que no sean individuales, y podrá llegar al país toda la ayuda necesaria para paliar la crisis sanitaria y humanitaria.

Vista la gravedad de la situación no sólo por el Covid-19, sino por la escasez de gasolina y el pésimo estado de la salud pública y del transporte, un acuerdo en este sentido luce imprescindible para que pueda entrar libremente en el país la tan necesaria ayuda humanitaria y sanitaria que impida que se produzca un cataclismo social.

Es probable que a algunos no les guste esta fórmula, sin embargo, sería bueno conocer qué otra estrategia se puede implementar en el corto plazo y sobre todo cómo y quiénes la podrían ejecutar con el mayor grado de consenso posible.

https://www.analitica.com/el-editorial/la-posicion-de-eeuu-respecto-a-ve...

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Lo que pudiéramos escribir en relación a la incertidumbre del maíz, es válido, en las condiciones actuales, para cualquier otro cultivo en las regiones agrícolas de Venezuela. Tomemos al maíz como ejemplo, ya que es uno de los principales cultivos del mundo, si no el más importante de todos, especialmente en nuestro país donde la base de las comidas es la tradicional arepa.

Venezuela necesita cada año más de un millón de toneladas de maíz blanco para la industria de harina precocida, y más de dos millones de toneladas de granos forrajeros para la industria de alimentos balanceados para animales (ABA), donde el maíz amarillo va a la vanguardia. Esto significa, que con un rendimiento promedio nacional tan excelente como 5 toneladas de grano por hectárea (5 ton/ha), para producir un mínimo de tres millones de toneladas de maíz se requiere sembrar 600.000 hectáreas.

Pero de nuevo los campos están tristes, porque viene abril cuando debe comenzar la siembra al occidente de Barinas, más acá y más allá de Socopó, y aún no está la semilla, ni el fertilizante, ni el herbicida ni los insecticidas, ni las maquinarias ni los equipos a tono, ni tantos recursos humanos y materiales que hacen falta para el éxito de la actividad agrícola. El Ingeniero Bolotín nos ilustra con cifras, la transición hacia la temporada de lluvias en Turén, donde en promedio, en el mes de abril, ocurren seis días con eventos de lluvia. Entonces estamos cerca del reverdecimiento de nuestros campos, y como escribió Wladislaw Reymont: “Y la tierra esperaba; el sol, otra vez joven, la calentaba; los vientos la desecaban; las lluvias tibias y fecundantes, la regaban; las noches primaverales, brumosas y templadas, la endurecían, y la hierba brotaba ya como un cepillo verde……”

Luego viene mayo cuando se establece el período de lluvias en casi todo el territorio nacional. Lluvias que saciarán la sed de los suelos resecos por el fuerte y prolongado verano. Agua de la lluvia que será retenida en los poros del suelo para alimentar a las plantas, cuyas raíces hurgarán el suelo buscando sus alimentos diarios disueltos en este maravilloso líquido. Es el mes cuando los campos reverdecen, cuando la tierra se humedece y se ablanda para que las semillas germinen y las pequeñas plantas puedan emerger y continuar su vida, libres en el espacio y bañadas por el sol, para fotosintetizar y producir materia orgánica, alimentos directos o indirectos para los organismos heterotróficos que habitamos la tierra.

Hasta hace pocos años, quizás diez o doce años atrás, se logró producir 70% o más de los alimentos requeridos por los treinta millones de venezolanos; sin embargo, ese porcentaje ha venido disminuyendo progresivamente hasta el año pasado cuando se estima que no se logró producir ni siquiera 20% de los requerimientos. Pero las expectativas son cada vez peores, para este año, 2020, cuando ya el aire nos trae olores a tierra mojada de lugares cercanos, no hay en el país los suficientes insumos para iniciar la temporada de siembra.

Estamos en una crisis política, social, económica, de todo tipo, peor que todas las anteriores, que con este régimen que impera en Venezuela han sido numerosas. En estos momentos, esta situación se agrava en el campo venezolano, porque todavía parte de la precaria cosecha del año pasado no ha podido ser vendida por los productores a pesar de la escasez de alimentos que existe en el mercado nacional.

Hoy, en Turén y otros sectores de Portuguesa, la recolección y la trilla de los granos están limitadas por la falta de combustible para operar las combinadas y llenar los tanques de los camiones que lo deben llevar a los centros de recepción de cosechas. En La Grita, vemos como toneladas de hortalizas se quedan en la región, no pueden ser transportadas a los grandes centros de consumo del centro del país por falta de gasolina, que a pesar de ello, sigue saliendo de contrabando hacia Colombia con un jugoso e ilícito negocio, o sigue enviándose a Cuba en un acto vil y traicionero con nuestro pueblo, pero beneficioso para los gobernantes de esa pequeña y miserable isla que nos tiene prácticamente colonizados.

Eso ocurre en un país petrolero que además tuvo el complejo refinador más grande de Latinoamérica. No hay gasolina. Maduro, con el realismo mágico característico de este régimen, organiza la distribución de combustible con prioridad para médicos y agricultores, entre otros. Ya se ha comprobado que es mentira. El militar que ocupa la cartera de agricultura, en una intervención llena de malas palabras, con un vocabulario soez, ante un grupo de personas relacionadas con el mundo agrícola, trataba de justificar la escasez de gasolina con el bloqueo, con el imperio que no les deja traer dos barcos con gasolina que están anclados en algún lugar del Caribe, con las sanciones aplicadas a personas del gobierno que han cometido algún tipo de delito, sin recordar que destruyeron la producción de petróleo, su refinación, y ahora lo poco disponible se lo regalan a Cuba.

Estos años sin agricultura, con nuestros campos vacíos, el agua de la lluvia se irá fluyendo a través de ríos, caños y quebradas de cada cuenca hidrográfica, a perderse en su mayoría hacia el mar. La que infiltra en el suelo se irá a los acuíferos profundos o se evaporará desde los poros del suelo para perderse en la atmósfera. No habrá raíces suficientes que la puedan utilizar, más allá de las raíces de malezas que ocuparán los espacios donde deberían estar plantas de maíz, arroz, soya, caña de azúcar, girasol, algodón, hortalizas, raíces y tubérculos, pastizales y otras.

Por eso decimos que vamos a perder otra temporada de lluvias, otro ciclo de secano, nuevamente por la incuria e ignorancia de nuestros gobernantes, o por su mala intención, quien sabe…..

Abril de 2020

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Antonio Di Giampaolo

Economía, especulación y pandemia (13)

Una de las secuelas de la expansión del nuevo coronavirus sobre la economía mundial ha sido la reducción y hasta la paralización de millares industrias y comercios. Entre las disposiciones regulatorias, en el marco de la pandemia, figura la suspensión de actividades clasificadas como no esenciales. Los principales mercados bursátiles del mundo han registrado caídas estrepitosas. El precio del petróleo, en medio de la guerra comercial de las potencias mundiales acusó una perdida acentuada por la reducción de la actividad económica.

En esta primera etapa de la pandemia el mundo enfrenta problemas en el curso de la economía más por el lado de la oferta que por el aumento de la demanda. En determinados rubros tales como equipos e implementos médicos, material descartable, medicamentos, artículos de limpieza e higiene personal, agua embotellada y alimentos enlatados, entre otros, se está registrando una peligrosa combinación que alienta la especulación. Le economía doméstica sufre los embates. La gente acusa el golpe en sus menguados ingresos. El impacto es todavía más demoledor entre los que han perdido sus puestos de trabajo por efecto colateral de la pandemia.

El turismo y el sector servicio en general ha resultado particularmente afectados. Quienes laboran en la economía informal son quizás los más agobiados. Gigantes del comercio electrónico como AMAZON, E-BAY o ALIBABÁ reducen costos de transferencia y cargos de envió a sus clientes. Establecimientos y negocios se están apoyando en plataformas digitales para abrir canales alternativos a su comercialización regular. Profesionales de la medicina practican consultas vía web y abogados y administradores ofrecen asesorías por internet.

En el comercio tradicional hay precios que aumentan artificialmente. Hay productos que desaparecen vertiginosamente de los anaqueles. La escasez es un signo distintivo de estos tiempos, incluso hasta en latitudes en donde la variedad y abundancia era un asunto cotidiano. Para tener una idea de la gravedad del asunto hasta la administración de Donald Trump dictó un decreto que intenta contener la especulación de precios y el acaparamiento de bienes esenciales. Por estas calles, el valor de una mascarilla se quintuplicó, ya no hay alcohol disponible en los estantes y el limón subió escandalosamente de precio. Para muchos, a propósito de la pandemia, el guarapo de la noche resulta más amargo.

¡Amanecerá y veremos!

Aprendizaje en época de pandemia (14)

Cientos de millones de niños y jóvenes en todo el mundo están alejados de las aulas de clase por efecto de la suspensión de actividades académicas en el marco de la estrategia general aplicada para la contención de la pandemia provocada por el coronavirus Covid-19. Paulatinamente gobiernos nacionales y administraciones regionales y municipales de diversas latitudes del planeta han adoptado medidas para abordar lo que pudiera ser una prolongada suspensión de actividades escolares.

Con las particularidades del caso, en cada país, se han ido desarrollando iniciativas para evitar que la suspensión de actividades educativas suponga la paralización general del proceso de formación del estudiantado. En diversas instituciones se han implementado chats y círculos de estudio virtual. Clases a distancia, cursos y tutoriales por internet han ido surgiendo como alternativa para no detener el proceso enseñanza-aprendizaje, por completo, y para la totalidad de los estudiantes en la diversidad de niveles y modalidades existentes.

En Venezuela el programa “Cada Familia una Escuela” implementado por el Ministerio de Educación a través de la televisión oficial apunta en la dirección de brindar contenidos básicos sobre temas generales en áreas como historia, geografía, ciencias naturales, matemática y lenguaje. La masificación del empleo de las computadoras “canaimitas” no ha podido ser aprovechado por las deficiencias en la calidad del servicio de internet.

Una gran lección que estamos comprendiendo es que el aprendizaje no es un asunto exclusivo del recinto escolar tradicional y que en la formación que es un proceso continuo, es imperativo aprender de la pandemia misma. Un niño sabe hoy qué es una cuarentena. Una joven recibe clases por skype, en un aula virtual, sobre los efectos desbastadores de la llamada Peste Bubónica, durante la edad media, o la Gripe Española, al final de la Primera Guerra Mundial, y las inevitables comparaciones con la pandemia actual. Académicos y científicos de varias partes del mundo comparten información privilegiada sobre el genoma del nuevo coronavirus, su vertiginosa expansión y la posible cura para la humanidad, lo cual en sí mismo constituye un fenomenal proceso de aprendizaje, además de una carrera contra el tiempo.

¡Amanecerá y veremos!

El curso del nuevo coronavirus (15)

La Organización Mundial de la Salud difunde en su portal web un reporte diario, alimentado con la información oficial que cada uno de su países miembros suministra, sobre el curso de la expansión del coronavirus Covid-19. A la fecha son más de 70 informes con tablas, gráficos, estadísticas y mapas que dan cuenta del registro de la enfermedad detectada a finales de diciembre en la ciudad de Wuhan, y que en enero fue atribuida a un nuevo coronavirus. Entonces apenas cuatro países habían reportado contagios y fallecimientos, a saber: China como epicentro de la emergencia además de Tailandia, Corea del Sur y Japón, con muy pocos casos.

En febrero los reportes diarios de la OMS dan cuenta de una epidemia que empieza a expandirse más allá del continente asiático y en marzo se produce la declaratoria de pandemia cuyo foco central se ubica Europa. El monitoreo mundial con los datos oficiales permite evaluar, entre otros indicadores, la tasa de mortalidad, la cantidad de personas infectadas y el número de pacientes recuperados.

Con la entrada del mes de abril la pandemia registra un nuevo foco, ahora en el continente americano y los indicadores permiten inferir que la incidencia de casos, con el virulento comportamiento exponencial del Covid-19 en Estados Unidos de América, el número de contagiados será superior a los casos reportados hasta ahora por China, Italia, España, Alemania, Francia, Reino Unido e Irán juntos. La inmensa población de la India y los habitantes de los países del Continente Africano están a la expectativa, ante el irremediable avance de la pandemia.

El reporte de la OMS indica que el coronavirus está presente con contagios locales o internacionales en 202 países y territorios en los cinco continentes, a excepción de los gélidos polos del globo terráqueo. Cuando escribimos estas líneas ya hay un millón de contagiados en todo el mundo y unas cincuenta mil personas han fallecido. Los números de la pandemia siguen su curso. Detrás de cada dato, en cada rincón de la geografía mundial, hay una historia y una tragedia. Resulta dramático decirlo y vivirlo.

¡Amanecerá y Veremos!

Liderazgo en tiempos de pandemia (16)

El auge o la caída de líderes mundiales en el tiempo por venir dependerán en gran medida de sus iniciativas y ejecutorias frente a la emergencia y la percepción que la gente tenga de su actuación ante la pandemia. La colectividad somete al escrutinio público el liderazgo, las acciones y omisiones de gobernantes, dirigentes políticos y autoridades sanitarias

En China la dirigencia del partido comunista censuró a médicos y periodista que alertaron sobre los primeros casos en Wuhan, aunque finalmente. A un costo de miles de vidas, admitieron la situación La estrategia del Presidente Chino Xi Jinping se centra ahora en brindar asistencia internacional ante la pandemia, lo cual no exime de responsabilidades al gigante asiático en torno al manejo inicial de la crisis.

El primer ministro Boris Johnson en Inglaterra terminó siendo víctima, en carne propia, del nuevo coronavirus tras retrasar las medidas de distanciamiento social y cuarentena instando exclusivamente a los grupos etarios de mayor riesgo su aislamiento. El Presidente Donal Trump preocupado por los embates del Covid-19 sobre su economía señaló que “el remedio no debe ser peor que la enfermedad” para después presagiar que morirán cien mil norteamericanos a consecuencia de la pandemia.

“No entren en pánico”-advirtiò el Presidente de Bielorrusia Alexander Lukashenko- quien recomendó disfrutar sesiones de sauna y beber vodka como método preventivo. Otro que se lo ha tomado a la ligera es el Presidente mexicano, Andrés López Obrador, quien recientemente alentaba a sus paisanos a seguir con su vida cotidiana. El Presidente de Brasil Jair Bolsonaro ha señalado que los medios de comunicación han provocado una histeria colectiva cuando se trata de “una pequeña gripe o resfriado”

En Hungría el Primer Ministro Viktor Orbán fue habilitado con poderes especiales para abordar la emergencia y decretó cinco años de cárcel para castigar la difusión de noticias falsas sobre la pandemia. El Presidente ruso Wladimir Putin, adoptó una severa norma que prevé hasta 7 años de cárcel para quienes incumplan la cuarentena. El Presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, fue más lejos y autorizó a la fuerza pública a “disparar a matar a quienes violen la cuarentena”.

En Venezuela el Covid-19 no ha provocado una tregua en el conflicto institucional y la confrontación política. La administración de Nicolás Maduro decretó el Estado de Excepción, creo una comisión presidencial para el abordaje de la crisis, ha recibido asistencia de China, Cuba y Cuba e instaló el Consejo de Estado para promover la cooperación de los poderes públicos, mientras Juan Guiadó, llamó a conformar un Gobierno de Emergencia Nacional, designó una comisión de expertos de la Asamblea Nacional, exigió el ingreso de la ayuda humanitaria al país y pidió a la ciudadanía que se mantenga en casa aun a pesar de la precaria situación social y las penurias económicas que la población padece.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

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