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Opinión

Julio Dávila Cárdenas

El régimen trata de lograr su permanencia apoderándose de los medios de comunicación. De esa forma pretende desvirtuar el principio de Abraham Lincoln: “Se puede engañar a la gente en algún momento y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todos, todo el tiempo”. La usurpación presume que teniendo el control de los medios puede evitar que la gente se dé cuenta de la verdad. Esto pudo ser cierto en el siglo XX.

Hoy los venezolanos no contamos con medios impresos ni audiovisuales que sean independientes, sin embargo, gracias a la informática aún nos quedan otros que nos permiten conocer la realidad de inmediato y esto conturba el ánimo de quienes presumen gobernar.

El padre Ugalde, quien fuera emérito Rector de la Universidad Católica Andrés Bello, señalaba en su último artículo “Transición”, que el régimen de Maduro no tiene futuro y su continuación hunde al país en una catástrofe generalizada. Más adelante señala que la transición debe centrarse en la reconstrucción.

Creo, al igual que Oswaldo Álvarez Paz, que no se requiere reconstruir el país. Lo que necesitamos es construir un nuevo país. Distinto al que antes teníamos. Uno en el que en mi opinión se encuentren presentes la educación, los valores morales y cívicos e inculcarlos a la ciudadanía para así lograr que fructifique la idea del desarrollo y el progreso de instituciones y personas.

Si bien es cierto que para lograr esto se requiere de un líder positivo con la confianza y creatividad necesarias para superar obstáculos que permitan cambiar el curso de la historia, no lo es menos que en los actuales momentos, quienes tienen pretensiones de serlo, deben dejar sus ambiciones a un lado y enfocarse en la necesidad de la unión para salir de la profunda crisis que vivimos.

Afortunadamente se ha logrado encontrar al individuo que se requiere para los tiempos de la transición. Luego de acabar con la usurpación, iniciar el proceso de transición y hacer lo necesario para tener unas elecciones limpias en el menor tiempo posible, quienes aspiren a la presidencia tendrán la oportunidad de postularse y hacer campaña, pero como dice el Eclesiastés, todo tiene su tiempo y todo cuanto se hace debajo del sol tiene su hora. Los de hoy, son tiempos de luchar contra la usurpación y lograr la transición. Luego, quien obtenga el triunfo deberá cerrar los ojos antes de comenzar a trabajar y visualizar lo que serán sus logros futuros.

Como en los tiempos de Churchill al iniciar su mandato, los de quien resulte ganador serán de trabajo arduo, sudor y lágrimas y esperamos que en lugar de sangre haya mucha creatividad y acompañamiento de los más capaces y virtuosos para lograr la Venezuela de libertad, progreso y desarrollo que todos anhelamos.

julio.davilacardenas@gmail.com

 2 min


Continuaron los asesinatos políticos cometidos por unos pocos guardias nacionales, con la complicidad de muchos autores intelectuales de toga y birrete ¡Qué bajo han caído algunos compatriotas! Ninguna de nuestras bárbaras dictaduras había asesinado, herido y torturado por razones políticas a tantos venezolanos. Los hechos requieren un cambio profundo en nuestro sistema educativo. Desde policías y guardias rasos hasta abogados y profesores universitarios son responsables de crímenes que abochornan a la humanidad.

En Francia, miles de manifestantes violentos son contenidos sin usar arma de fuego. Aquí un grupo de jóvenes se limita a lanzar piedras y la reacción de los guardias y policías es disparar a matar y atropellar con tanquetas de guerra. Citar los nombres de los asesinados, heridos, torturados y encarcelados desde el 2002 requeriría varias páginas. Afortunadamente se conocen los nombres de víctimas y muchos de los verdugos, así como de quienes han promovido o alcahueteado los crímenes.

En lo que va de año han sido asesinados medio centenar de demócratas en manifestaciones. Entre el 30 de abril y 1 de mayo, cayeron abatidos cinco jóvenes: Jurubith Rausseo de 27 años, en Caracas, Samuel Méndez, de 26 años, en La Victoria(Aragua), Yosner Graterol de 16 años, en Aragua, Yoifre Jesús Hernández V. , de 14 años, en Caracas y Yonder Villasmil, de 15 años, en Santa Elena de Arenales ( Mérida). Una tanqueta de guerra de la Guardia Nacional arrolló a Luís Aguilera, quien se encuentra grave, y a Luís Alejandro. Ninguno de los dos estaba frente a la tanqueta. Ambos fueron embestidos por conductores desalmados. El general Richard López Vargas, Comandante General de la Guardia, guarda silencio cómplice y el espernible José Mujica declara que “no debieron ponerse delante de una tanqueta”. Además, hay que agregar que la policía nacional dejó morir al ciudadano jubilado Rodolfo Álvarez, quien huyendo de las lacrimógenas sufrió un accidente en la avenida Victoria, en Caracas.

¿Cuál ha sido la actitud de los usurpadores Tarek Saab y de los magistrados del TSJ? En lugar de solicitar el enjuiciamiento de los agresores, incluidos los paramilitares rojos, y de quienes violan la Constitución, decidieron solicitar el enjuiciamiento del diputado Edgar Zambrano, Vicepresidente de la Asamblea Nacional, sin el antejuicio de mérito. Los magistrados que aprobaron esa aberrante sentencia, ante ponencia de Juan Luís Ibarra, fueron: Maikel Moreno, Indira Alfonzo Izaguirre, Juan José Mendoza, María C. Ameliach, Yvan Bastardo, Marjorie Calderón, Arcadio Delgado, Marco Medina, Melquiades Gil, Francisco Velazquez, Elsa Gómez, Jesús Jiménez, Carmen Zuleta de Merchán, René Degraves, Ignacio Figueroa, Jhanett Madriz, Mónica Mistichio, Luis Damiani, Bárbara César, Fanny Márquez, Vilma Fernández, Francia Coello, Danilo Mojica, Edgar Gavidia, Calixto Ortega, Lourdes Suárez Anderson, Eulalia Guerrero, Giselle López, Guillermo Blanco y Yanira Karabú. La magistrada Marisela Godoy denunció que no firmó la sentencia de marras, pero que la incluyeron sin autorización. ¡Qué partida de malandros! ¿Qué dirán los opositores que han descalificado a Zambrano? Además de los citados, el usurpador Maduro y los serviles Padrino López y Néstor Reverol son responsables de los hechos. ¡Que la sangre de las víctimas caiga sobre todos ellos!

El presidente (e) Guaidó actúa correctamente. No faltan aguafiestas de nuestro lado que critican sin aportar. Lo realizado no ha puesto fin a la usurpación, pero vamos camino a ese desenlace. Leopoldo López hizo bien en refugiarse en una embajada, ya que el régimen lo considera prófugo de la justicia y cualquiera se puede considerar con derecho a capturarlo muerto. Cierto que se ha pecado de optimismo creyendo que una masa crítica de militares desconocería a Maduro, pero hay que seguir instándolos a que defiendan la Constitución y reconozcan a Guaidó. Todavía hay muchas incógnitas a despejar. Algunos que, equivocadamente, predicaron que había que votar el 20 de mayo tienen derecho a opinar que hay que ser pasivos y limitarse a lograr una negociación, pero favorecen a la dictadura al descalificar otras iniciativas que son las que nos han permitido avanzar.

Maduro sigue amenazando con “cortar cabezas”, pero está como palo de gallinero . Es poco creíble sostener que Padrino estaba comprometido con apoyar a Guaidó, pero que arrugó. Quien tiene el poder de las armas no tendría razones para retroceder. Los autores materiales e intelectuales pagarán por sus crímenes.

Como (había) en botica:

Siguen secuestrados por la dictadura los diputados Juan Requesens y Gilbert Caro. La prisión de Roberto Marrero y del médico Carmelo Gallardo, entre otros, constituyen un atropello más del usurpador.

El gatillo alegre Bernal también dispara con su tuiter. Acaba de inventar que Antonieta Ledezma Capriles, hija de Antonio y de Mitzi está presa por lavado de dinero.

Muy valiente la señora Verónica Noya, esposa del capitán Antonio Sequea, al declarar que su esposo no es un golpista, sino que lucha por la libertad de Venezuela.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


​José E. Rodríguez Rojas

La revista The Economist, en su último número, da credibilidad a las declaraciones de funcionarios de Trump, afirmando que hubo negociaciones entre la oposición y el entorno de Maduro para deponer a éste. Una carta del director del Sebin lo confirma. Las negociaciones han revelado que el descontento de la calle ha alcanzado a los altos jerarcas del régimen quienes han mostrado interès en propiciar la salida de Maduro a fin de culminar su desastrosa gestiòn.

El politólogo Michael Penfold ha insistido en escritos recientes que la ùnica salida a la crisis venezolana son negociaciones entre el gobierno y la oposición que se orienten hacia la implementación de un gobierno de transición. Enfatiza ademàs que dichas negociaciones deben ser secretas y no llevadas a cabo bajo los reflectores de los medios de comunicación. En ese mismo sentido se ha pronunciado la influyente revista The Economist en un artìculo reciente sobre la crisis venezolana.

Tales negociaciones se han venido produciendo y han involucrado a altos cargos del entorno más cercano a Maduro. Asì lo han afirmado funcionarios de la Administración Trump como John Bolton, asesor de seguridad nacional, Mike Pompeo, secretario de Estado, y Elliott Abrams enviado especial para Venezuela. John Bolton señaló que Juan Guaidó había tenido conversaciones con el MInistro de la Defensa Padrino López, el presidente del TSJ Maikel Moreno y el director de la Dirección de contrainteligencia Ivan Hernandez Dalta. Los altos cargos señalados han estado negociando a espaldas de Maduro su salida,

La revista The Economist plantea en su ùltimo nùmero este escenario y se pregunta en què medida las declaraciones de los funcionarios estadounidense se ajustan a la verdad de los hechos. La revista mencionada le da credibilidad a los planteamientos de los funcionarios de Trump basada en una carta, disponible en internet, en la cual el jefe de los servicios de inteligencia venezolanos, Sebin, confirma que personeros del entorno de Maduro han estado negociando con la oposición su salida. En la carta del jefe del Sebin, General Manuel Ricardo Figuera, éste reconoce el estado de deterioro en todos los òrdenes en que está sumergida la patria y la corrupción desproporcionada que muchos servidores públicos practican como deporte. Señala además que entregó un escrito a Maduro debido a que descubrió que muchas personas de su confianza estaban negociado a sus espaldas... pero no negociaban por el bien mayor del país sino por sus propios y mezquinos intereses.. Luego dirigiéndose a sus compañeros de armas y al Alto Mando...señaló que hay reconstruir el país..pero no negociando a escondidas y a espalda del Presidente y del pueblo.

El acuerdo entre el entorno de Maduro y los dirigentes de la oposiciòn implicaba deponer a Maduro el 2 de mayo y entregar la presidencia a Guaidò. Al final, siempre siguiendo la argumentaciòn de The Economist, Maduro se entera del plan de derrocarlo y defenestra al director del Sebin. Ante la develaciòn del plan y temiendo lo peor Juan Guaido actùa antes de la fecha acordada, libera a Leopoldo Lòpez con la ayuda de los militares y se aparece en la Carlota dando inicio a los eventos que todos conocemos. Ante esta situaciòn los altos cargos que formaban parte de las negociaciones reculan y gritan a los cuatros vientos su lealtad a Maduro. El magazine inglés plantea que hubo un problema de coordinación entre las acciones de Guaidó y de los altos jerarcas militares que incidió en el resultado final.

Maduro y su entorno han estado negando esta realidad pero la verdad es que las negociaciones se produjeron y que su entorno ìntimo estaba de acuerdo en propiciar su salida y avanzar hacia un gobierno de transición que implementará soluciones al desastre generado por el sucesor de Chàvez. Esta es una realidad que no se puede esconder y que evidencia la fragilidad del gobierno. Maduro no puede confiar en su gente màs cercana, que està consciente, como lo expresa el director del Sebin, de la situaciòn desastrosa que enfrenta el paìs. Ya no se puede afirmar que las FANB estàn monolìticamente al lado de Maduro pues ya es evidente que el descontento no solo ha penetrado en las FANB sino en los altos jerarcas y al entorno màs cercano al usurpador. El estilo de Guadò y los factores que ha logrado aglutinar a su alrededor, han logrado penetrar las defensas gubernamentales. Las implicaciones estàn todavìa por verse.

Nota: el artìculo de The Economist al cual hemos hecho referencia es: The Economist. 2019. How to get rid of Nicolas Maduro. May 2nd.

Profesor UCV

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Américo Martín

El concepto de ideología es confuso, pero su sonoridad es llamativa. Para el Marx de los sueños del comandante, era una mala palabra. Una superestructura destinada a legitimar la dominación social. Chávez accedió al poder por elecciones, vía en la que no creía. Hubiera preferido entrar a Miraflores armas en mano, como lo intentó en 1992. Decía que los cuarteles son la mejor escuela de democracia. El problema de los problemas que le salieron al paso fue que el voto le ataba a la odiada alternabilidad y el detestado pluralismo democráticos, y por eso se refugió en la sonora “ideología” con el fin de sostener la impostada revolución que no tardó en ofrecer su verdadero rostro. ¿Pero por cuánto tiempo pueden mantenerse lealtades “ideológicas” en una gestión totalitaria e inviable?

Describiendo una suma agobiante de datos y hechos con tendencia acumulativa, sostiene el profesor José Toro Hardy, que las sanciones hacen todavía más inviable el actual modelo. Pese a que no se trata de una conclusión matemática, es válida a la hora de escrutar la naturaleza íntima de la pomposa revolución. Los factores en contra de la quimera revolucionaria son abrumadores. Ya ni se formulan planes. Todo se va en contener la ola de adversidades. Esfuerzo infructuoso que no obstante deja ver el macabro desierto causado a su paso por el socialismo siglo XXI. Si no hay opción para revertir esta tragedia bajo la permanencia del modelo madurista, fluye naturalmente la necesidad del cambio democrático del poder.

Se irá el ancien regime, pero no puede ser indiferente la forma de semejante destino. El sufrimiento de los venezolanos no tiene precedentes. Por lo tanto, hay que tratar de evitar que el cambio navegue en un lago de sangre. Para evitarlo, la comunidad internacional postula una salida negociada con agenda precisa y pertinente, y efectiva supervisión internacional, que Miraflores evade porque sabe que no podría burlar la voluntad mayoritaria.

El pasado 30 de abril, el presidente interino Juan Guaidó, acompañado de Leopoldo López y la legítima Asamblea Nacional hicieron un pronunciamiento pacífico frente al Aeropuerto de La Carlota. La idea era dar una muestra visible de que no se trata de golpes sino de apelar al país, incluso a los militares y empleados públicos. A mi modo de ver se ratificó la premisa básica de la situación: el régimen es sostenido por los factores que controlan la Fuerza Armada, pero es rechazado por la más vasta, incansable, consolidada y organizada mayoría popular.

El hecho es que las armas no detienen la ira ciudadana, ni ésta ha quebrado sustancialmente la base militar del régimen. Lo haría en su momento pues el tiempo no corre a favor de quien no puede sostener su modelo sino del que se fortalece como centro receptor del descontento nacido de la inviabilidad del otro. De ser franco consigo mismo, el Poder entendería que si el país no lo soporta hoy, menos lo hará en lo sucesivo. Es imposible burlar con artimañas enclenques a gente que agoniza de hambre.

Se ha dicho que Maduro estaría dispuesto a negociar si se garantizara al abrigo constitucional su eventual salida, sin mutilación de derechos políticos y humanos, incluidos los de su organización partidista. En negociaciones serias siempre se irá al detalle, mas en lo que a mí respecta adelanto que ¡ojalá fuera cierto! Sería compatible con la probada condición democrática del vasto y multicolor movimiento encabezado por el presidente Guaidó y la Asamblea Nacional.

Aunque lo primero es saber si se trata de fábula o realidad, que de todo hay en la viña del señor.

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Fue un día que brilló, como sol de trópico, la luz de la esperanza. Se llenaron los corazones de optimismo y expectativa. La cercanía a la felicidad hizo brotar los sentimientos más profundos y las emociones abarcaron los espacios extensos e infinitos del pensamiento redentor y libertario. La satisfacción recorrió avasallante y triunfalista, con velocidad de cohete interplanetario, el territorio nacional y se incrustó desafiante en la convicción colectiva de la mayoría de la población. ¡Al fin, el golpe de Estado! La rebelión militar, la posibilidad de derrotar al nefasto gobierno de Maduro. Hacía tiempo largo que la población esperaba una acción de esta naturaleza. Había estado latente en las aspiraciones y deseos de las mayorías. Consciente como se está, en el dogma, de que solo los militares pueden hacer cambiar de gobierno y restaurar una junta de transición y convocar a elecciones. Finalmente, se daba lo esperado. ¡Un alzamiento militar! La otra alternativa posible, la “intervención militar extranjera”, como complemento, se veía mucho más probable.
Gran festejo colectivo

En el fondo, se sabía que la solución de esta aguda crisis socioeconómica solo se superaría por la acción de los venezolanos y solo por su voluntad y actividad pudiera darse con el traste a esta dictadura totalitaria. Un cúmulo de ideas, de toda naturaleza, surgió en la mente del 80% de la población. Revoloteaban impacientes las imágenes de hambruna, miseria, escasez y el caos en los servicios públicos. Aleteaban incesantes en la psiquis la corrupción, el narcotráfico y la incapacidad para gobernar. La perspectiva de cambiar el gobierno multiplicó a la N potencia el espíritu de lucha y el aporte personal a la causa. Se estaba dispuesto a dar el todo por el todo y las calles y avenidas se llenaron de pueblo y lucha. Se quebró la unidad monolítica de las FFAA y había llegado lo esperado hace un largo tiempo. La alegría era mucha y la manifestación pública se convirtió en un gran festejo colectivo. Confiados en el liderazgo protagónico del 30-A, la gente se fue a la calle cumpliendo satisfecha la orden. Sin dudas, los líderes, tiene la mayor credibilidad y aceptación dentro del abanico de dirigentes opositores.

Las nueve lecciones del 30-A

El triunfo de esta intentona deja importantes lecciones, algunas de las cuales modifican el panorama y la realidad de la lucha política en Venezuela. Veamos. Primero. El gobierno está hoy más acorralado que nunca. Se le ve débil y timorato. Segundo. Es un mito la unidad monolítica de las FFAA. Tercero. Allí, se abrió una brecha gigante para el trabajo y la captación de militares activos. Cuarto. El liderazgo de Guaidó salió fortalecido y creció la confianza en su asertiva dirección. Quinto. Se fortaleció la convicción de cambio entre la masa opositora. Sexto. El descontento general por la crítica situación económica constituye el principal motor de la protesta popular. Séptimo. La unidad de la dirigencia opositora es una condición “sine qua non” para el logro de trazados objetivos políticos. Octavo. La intervención internacional en la política interna es básica y compone bastión fundamental del desenlace final. Noveno. Hace falta una planificada y coherente estrategia dirigida al seno de las FFAA.

Regresar a la democracia

La “Operación Libertad” puede convertirse en un antes y un después. En una acción referente en la lucha por la democracia y la libertad. Puso en jaque al gobierno de Maduro y levantó a la enésima potencia el anhelo por una vida mejor de progreso individual y colectivo. A medida que pasen los días iremos conociendo los efectos principales y colaterales de la “Operación Libertad”. Producirá cambios en las estrategias del gobierno y en las de la oposición. Unos los conoceremos y otros no. Unos a lo interno y otros a lo externo. Todavía hay mucha tela que cortar en el análisis del desarrollo y secuelas de la “Operación Libertad”. Los cambios generarán cambios y éstos a su vez tendrán consecuencias, muchas de ellas imponderables y sorpresivas. Se decanta la vía estratégica política y se robustece el liderazgo opositor. La “Operación Libertad”, entiendo yo, es un proceso de eventos y actividades engranados a una política para alcanzar la etapa de cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, justas, honestas y transparentes, con nuevo y paritario (gobierno-oposición) CNE y observación directa internacional de tipo independiente. Lo que significa regresar a la democracia y al sistema de libertades colectivas e individuales.

fcordero@eluniversal.com

efecepe2010@gmail.com

@efecepe2010

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Carlos Raúl Hernández

Un perro de la calle no tiene mañana pero nadie sabe si por meses o años. Como metáfora aplica al gobierno. No puede pensar en el futuro ni hacer planes, con terrible costo social para quienes reciben de él los servicios principales. En ningún otro país su colapso arrastraría la sociedad como en Venezuela. Políticamente vaga a ver dónde consigue agua o algo de comer. Pero si eso es metafórico para describir al gobierno, se parece mucho a la realidad de ciudadanos cuya preocupación es cómo sobrevivir. Hasta aquí nos trajo la revolución y la sociedad no logra despojarse del peor gobierno en la historia de Latinoamérica.
En 20 años, como satirizaban de Luis XVI, de hobby cerrajero, a propósito de Antonieta, no halla la hendidura para meter la llave, o la mete en el enchufe de electricidad. Aquél no tiene capacidad para gobernar asediado por EEUU que asumió en persona ahorcarlo con sanciones económicas, aunque quienes tienen la lengua afuera son los ciudadanos y no la nomenclatura. Las sanciones han producido en todas partes gobiernos obesos y poblaciones famélicas, éstas políticamente sus escudos humanos. En el período especial, Fidel devoraba langostas en las gráficas con líderes de la izquierda europea que lo visitaban.

Con Rusia y China la nomenclatura tiene los recursos para funcionar, y el país bajo su control total, gracias a tales sanciones. La “estrategia” recuerda una ácida anécdota del asedio de las tropas vaticanas a Carcason, Francia, durante el siglo XIII. Aunque era ciudad fortaleza de los herejes cátaros, la mitad de la población seguía cristiana, y por eso el oficial vaticano al mando dudaba tomarla por asalto, ya que morirían en masa por igual. El delegado papal, un Cardenal sin muchos remilgos ordenó ocuparla a sangre y fuego.

Las sanciones tomarán a los suyos

Ante las angustias del jefe militar, argumentó con gran finura teológica: “si mueren buenos cristianos, será la voluntad de Dios y Él en su Reino sabrá distinguir justos de pecadores”. Es un embrollo que tantos voceros norteamericanos opinen sobre la crisis de Venezuela. Pompeo, Bolton, Abrams, Brownfield, Rubio, varios generales. Y unas nerds del Departamento de Estado que de vez en cuando meten lengua. Por eso no hay que extrañar lo prolijo de los alegatos después del affaire del 30 de abril, que dejó a todo el mundo descolocado.

En vez de controlar daños luego de semejante patinazo, los declarantes lo empeoran. La cadena de azorados malentendidos parece una comedia de Oscar Wilde. El 23 de febrero Abrams regañó duramente al equipo local en la frontera por el ridículo ecuménico, no cumplir con el golpe militar prometido, ni con la consigna de “sí o sí”. Además terminan quemando de lado colombiano los escasos tres camiones de vituallas, toda una tribulación. Pero en esta oportunidad criollos e importados merecen sus sopapos.

¿Por qué tan tremebundo enredo? Al parecer por una secuencia de irresponsabilidades, faltas de puntualidad, informalidad. Veamos: el alto mando militar debía alzarse, pero no se alzó ni tampoco las guarniciones. Maduro tenía que huir en un avión que lo esperaba con las turbinas encendidas, pero no huyó. Las masas frenéticas debían tomar las calles, pero no se presentaron. Y por último lo más imperdonable de esa runfla de incumplimientos y desaprehensiones de las que se quejan justificadamente.

¡Aquí nadie cumple!

El soberano desaire del Ministro Vladimir Padrino, el presidente del TSJ Maikel Moreno y el Comandante de la Guardia Presidencial, Hernández Dala, quienes sin la menor cortesía apagaron los celulares el 30 de abril, después de meses conspirando para echar a Maduro. Si se examina con sentido práctico, la verdad parece mucho más rústica, latina y desopilante: Padrino, Moreno y Hernández estaban en eso para informar a Maduro hasta de la marca de las corbatas de los conspiradores. Y es insólita la sorpresa de norteamericanos tan altos frente a algo tan previsible. Ojalá la próxima reunión sea entre el gobierno y los opositores sin ingenuidades.

Descubierta la operación, había que adelantar las cosas 24 horas porque los caimanes esperaban en la boca del caño. Por eso nos levantamos el 30 de abril en medio del surrealista, sudoroso, precipitado llamamiento a rebelión militar desde una autopista. La estrategia secreta nunca lo fue y se anticipan para evitar males peores. Pero es justo decir que el grupo local que organizó este play supo enfrentar el desagradable desenlace con garbo, elegancia, donaire y resolvió bastante bien ante las gradas. Pusieron su mejor cara de póker aunque las guarniciones no se alzaban y no había intervención militar democrática.

Las masas permanecían instaladas en sus casas siguiendo los eventos por tuiter, y las cuatro o seis tanquetas de la artillería insurrecta se rendían. Pero en esas circunstancias, según enseñan, hay que actuar como quien ve todo con total naturalidad sin mover los músculos faciales. No finalizaba la usurpación pero convenía dar la vuelta al ruedo y se emprendió una marcha que fatalmente terminaría en Chacaíto, para un posterior fin de jornada en sedes diplomáticas. Al día siguiente manifestamos o marchamos por el este en una colorida y emotiva concentración, mientras el gobierno se come su hueso.

@CarlosRaulHer

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Lo ocurrido el 30 de abril, es demasiado importante y significativo como para dejarlo pasar y aun cuando ya se han dado muchos análisis y muchas y muy calificadas opiniones al respecto, vale la pena reflexionar sobre lo ocurrido, aunque no es tarea sencilla evitar los extremos, de la euforia o el pesimismo.

La información a la que tenemos acceso el común de los mortales es muy confusa y parcial, sobre los hechos que observamos solo podemos ir haciendo algunas interpretaciones y conjeturas, cada quien desde sus hipótesis o enfoque teóricos y conceptuales de la realidad. Eso resulta en que haya todo tipo de versiones, rumores e hipótesis, que he tratado de reunir y resumir.

Lo que sí está más allá de toda duda, para quien como yo ha venido escribiendo desde hace tiempo sobre la negociación, el 30 de abril se evidenciaron una importante muestra de varios elementos claves del proceso en Venezuela.

Los hechos.

Por supuesto la versión oficial del régimen es que hubo un alzamiento, un intento de golpe de estado de unos pocos militares, engañados por la derecha, instigados desde Colombia y los EEUU, que montaron irresponsablemente un show frente a La Carlota, pero que todo fue sofocado, aunque quedaron algunos pequeños focos de disturbios; está, poco más o menos, fue la versión oficial que esbozó el General Padrino después de medio día y Nicolás Maduro, con más detalles y otros énfasis en la noche del 30 de abril.

Pero hay otra versión, la del gobierno del presidente Juan Guaidó, que afirma que se trataba de un movimiento, civil y militar, para restituir la democracia en Venezuela, que solo fue un primer paso de la Operación Libertad, que el movimiento continúa y está lejos de haber terminado y de haber sido sofocada la rebelión militar, que se expresará en algún otro momento.

Ahora es necesario explicar o entender qué y por qué ocurrió todo el 30 de abril. Al respecto también se manejan varias hipótesis, desde una “jugada adelantada” por parte de Leopoldo López, ávido de protagonismo, hasta el temor al fracaso político el 1 de mayo al no poder llenar las expectativas creadas de una gran marcha o concentración. Finalmente, me decanto por lo que podríamos decir es la “versión oficial” del comando de Guaidó –al menos la de Voluntad Popular– y que sintetizo de esta manera: El régimen pensaba reprimir fuertemente la marcha o manifestación del 1 de mayo (tal como se demostró en efecto por la brutal represión ese día en diversas partes del país) y –supongo– en ese contexto, todo estaba preparado para meter preso a Juan Guaidó culpándolo de lo ocurrido y devolver a Leopoldo López a Ramo Verde, por estar implicado en la conspiración contra el gobierno usurpador. El presidente Guaidó y su comando, enterados de esto, deciden adelantar para el 30 de abril la Operación Libertad, que estaría prevista para el 1 de mayo.

En todas las hipótesis que se manejaron, hay al menos dos elementos comunes: Uno, la participación de militares leales a Juan Guaidó, buscando que se sumaran otros efectivos de la FANB y quebrar de esa manera el respaldo de la fuerza armada al régimen; y dos, que se venía desarrollando una negociación, con altos personajes del entorno de la dictadura, que habrían acordado “convencer” a Nicolás Maduro de que abandonara el poder o estarían dispuestos a “entregarlo” si no lo abandonaba; pero esto era necesario hacerlo en el contexto de una multitudinaria manifestación popular en apoyo a Juan Guaidó y rechazo a Maduro, que incluyera un respaldo significativo de la FANB.

Resultados.

Pero –y aquí no nos queda sino suponer con base en lo ocurrido– el adelanto de las acciones y sobre todo al no cuajar de manera completa la rebelión o fractura militar y posiblemente por la intervención de otros factores –como por ejemplo rusos y cubanos, o ambos– impidiendo que Maduro entregara el poder, se frustraría todo el desarrollo del plan original. Esto es lo que nos explicaría como encajan algunas piezas del rompecabezas que el 30 de abril no estaban tan claras:

· Uno, la tardía aparición del ministro de la Defensa anunciando que la rebelión o desobediencia de algunos militares estaba sofocada, pues estaría esperando ver como se desarrollaban los acontecimientos de la manifestación y el pronunciamiento de otros militares.

· Dos, el mensaje de Mike Pompeo, sobre el avión “prendido” esperando por Maduro y la intervención rusa que impidió su salida

· Tres, las declaraciones de John Bolton y Elliot Abrams de que tres personajes, del alto entorno del régimen, estarían desde hace tiempo negociando y habrían acordado la salida de Nicolás Maduro del gobierno o ellos estaban dispuestos a “entregarlo” ese día.

· Cuatro, el "hospedaje" de Leopoldo López en España y el asilo de 25 militares en Brasil, pues habiendo fracasado el “pronunciamiento masivo” de otros militares y la salida de Nicolás Maduro del poder, obviamente López no podía regresar a su casa/cárcel, ni los militares a sus cuarteles y debían buscar protección, lo cual no es censurable, a mi modo de ver.

· Cinco, la cadena de Nicolás Maduro, grabada temprano y trasmitida varias horas más tarde y sucesivas cadenas posteriores, al día siguiente, con visitas a cuarteles para mostrar a un Maduro en “posesión” del poder y el control militar y sin ceder un milímetro en ninguna de las posiciones y actitudes, que son las que han llevado al país al colapso en el que vivimos.

A pesar de las cadenas del ministro de la Defensa y de Nicolas Maduro, y la infinidad de rumores, hipótesis y conjeturas, desde las muy lógicas hasta las más disparatadas y fantasiosas, tras lo ocurrido el 30 de abril y el 1 de mayo, quedan flotando como conclusiones o enseñanzas varias cosas:

- Que la tal unidad monolítica de la FANB no es tal y se manifestó en: los militares que apoyaron a Juan Guaidó, la tardía cadena del ministro de la Defensa, las visitas de Nicolás Maduro a cuarteles militares desde el 1 de mayo, la poca presencia militar en las calles el 30 de abril, que el llamado del presidente de la ilegitima ANC para “sofocar” lo que estaba ocurriendo no fuera a la FANB sino a los colectivos, motorizados y milicianos y lo incruento de todo lo ocurrido que se resolvió sin un disparo entre militares. Lo que deja en el aire y sin mucho respaldo la versión de “golpe de estado” que esgrime el gobierno usurpador.

- Que, tal como dice Juan Guaidó y la mayoría de las encuestas, el régimen ha perdido todo apoyo popular, que se manifestó en la escasa respuesta de partidarios del régimen en acudir a Miraflores el 30 de abril y en la escasa participación en las manifestaciones convocadas por el régimen el 1 de mayo, a pesar de la usual parafernalia, movilización forzada e intimidación a empleados públicos que despliegan en estos casos.

- La develación de una negociación –a la que me referí más arriba– que se venía desarrollando con altos personajes del régimen y con el conocimiento y participación del gobierno de los EEUU pues, aunque Elliot Abrams lo niegue, demostró en sus declaraciones que la conocen al detalle, además de que se contradice en ese sentido con lo declarado por John Bolton.

Con respecto a este último punto, en los próximos días veremos más reacciones a la declaración de Elliot Abrams que ya se comienzan a sentir; en particular las de algunos sectores que apuestan al fracaso de la “Ruta Guaidó” y niegan cualquier posibilidad de negociación y están atentos a cualquier detalle que se pueda filtrar en este sentido para “demonizarlo”; pero este tema, así como el de la formación de un “gobierno de transición” lo analizare la próxima semana

Como quiera que sea, aun con las falencias e imprudencia de una parte de las declaraciones de Abrams, el gobierno de los EEUU, a través de tres de sus altos voceros, enviaron varios mensajes, hacia el mundo y el país, hacia el gobierno usurpador y hacia el futuro:

1. al país y al mundo, que hay una negociación en la búsqueda de lograr la ruta propuesta por el presidente Juan Guaidó,

2. a Nicolás Maduro, que su gente más cercana le traiciona, así que debe aceptar las propuestas de salida antes de que sea tarde, y

3. a los que habían negociado con ellos y que recularon a última hora: con nosotros no se juega, quien nos traiciona paga el precio.

Conclusiones.

Además de lo anterior, un beneficio adicional de lo ocurrido el 30 de abril es que hay al menos tres altos personajes del entorno del régimen que están “descubiertos” ante los capitostes de la dictadura y eso puede tener consecuencias, personales y para todo el régimen, que veremos en las próximas semanas.

En síntesis, lo ocurrido el 30 de abril demuestra que es evidente que hay fisuras en las FANB, pero más importante es que abona la tesis de que la situación política que vivimos se resolverá cuando se produzca un quiebre del bloque hegemónico de la dictadura. Pero ese quiebre no se producirá de manera mágica o casual, sino que será el producto de un movimiento de “tenaza” o “pinza” compuesta de presión interna por la movilización popular –de un lado de la pinza– y por la presión internacional con sanciones personales y otras medidas, del otro lado de la pinza.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 7 min