Durante el cierre oficial de campaña, el chavismo dio por ganada la contienda electoral del 25 de mayo, contra un sector minoritario de la oposición que se desligó de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y decidió participar para, según dice, defender el voto.
Tras 23 días de actividades políticas autorizadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), en Caracas, Nicolás Maduro lideró una movilización junto a su esposa, la diputada Cilia Flores, y su hijo, Nicolás Maduro Guerra, ambos también candidatos a la reelección.
Maduro insistió en que su proyecto político es una realidad histórica que ni el imperialismo ni la derecha extremista podrán ignorar. “Vamos a una gran victoria”, afirmó entre aplausos y consignas.
El mandatario también volvió a mencionar el Esequibo, territorio en disputa con Guyana, al que su gobierno considera como el estado número 24 de Venezuela, y para el cual se aspira tener por primera vez un gobernador chavista.
Este 25 de mayo, se elegirá un total de 569 cargos: 285 diputados al Parlamento, 24 gobernadores y 260 legisladores regionales.
El oficialismo, agrupado en el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar y liderado por el PSUV, busca ampliar su dominio territorial, incluyendo los cuatro estados que perdió en anteriores elecciones, como Barinas, cuna del expresidente Hugo Chávez.
Chavismo: “Vamos por todo”
Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV y ministro de Interior, aseguró que el chavismo ganará todos los cargos y acusó a la oposición de planear sabotajes.
«Hay que tener cuidado con ellos (los opositores), porque siempre andan preparándose para sabotear al pueblo, (…) para sabotear las elecciones», sostuvo.
En simultáneo, Jorge Rodríguez, jefe del comando de campaña oficialista, pidió a la militancia no confiarse: “La victoria está decretada, pero no conseguida”.
«Cada minuto del próximo domingo, 25 de mayo, cuenta», dijo Rodríguez, quien también busca la reelección.
La oposición venezolana se divide
Lejos de la principal coalición opositora —la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)—, varios dirigentes opositores decidieron participar en los comicios como un acto de resistencia democrática. Es el caso de Juan Requesens, candidato a la gobernación de Miranda, quien protagonizó un cierre de campaña en motocicleta por zonas populares como Petare.
«Esto no ha sido un juego igual, pero Miranda la vamos a pelear», afirmó Requesens a EFE, cuestionando las condiciones del proceso, que calificó como desigual y controlado por el oficialismo.
También el dirigente Stalin González llamó a usar el voto como protesta contra el chavismo y a recuperar espacios institucionales.
Desde el Zulia, el actual gobernador opositor Manuel Rosales expresó confianza en una jornada histórica y apoteósica este 25 de mayo. Su mensaje se suma al de otros actores políticos que, pese a las trabas, apuestan por medirse en las urnas.
Las elecciones se dan en un contexto de escasa competitividad, con una oposición fragmentada y un oficialismo que insiste en mostrar músculo político con discursos de victoria anticipada.
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