Pasar al contenido principal

Opinión

Luis Manuel Aguana

No hay una característica que nos defina mas como venezolanos como nuestro sentido de la urgencia. “¡Lo mío que me lo den ahora!”, “¡Pa’ ayer es tarde!”, “¡Burro que piensa bota la carga!”. Eso explica muchas cosas: los operativos, los motorizados, los gestores, la corrupción para movilizar documentos, y hasta los puestos de empañadas en las calles. Ese rasgo cultural define comportamientos que luego la gente olvida de donde salieron. Queremos que todo se resuelva ya (los documentos, los trámites, etc.), sin importar que algunas cosas requieran maduración. Este rasgo cultural puede explicar porque aun no salimos todavía del régimen, aunque ustedes no lo crean, y forma parte de lo que debemos, si no cambiar, al menos empezar a controlar en este nuevo año que comienza.

Me motivó a escribir de este tema en mi primera nota de este año, una duda razonable de una extraordinaria seguidora de nuestro proyecto, que también es compartida por muchas personas que me han seguido, y que es la misma duda que sufren los venezolanos por este rasgo cultural descrito de querer las cosas resueltas para ayer: muy bien, les compro el proyecto constituyente pero, ¿no sería mejor dedicamos primero a salir de Maduro (por aquello de la urgencia) para luego seguir con la Constituyente? Considero tan importante este tema, que compartiré la respuesta que le di a mi amiga, y algunas cosas más que creo que se deben abordar de aquello que he llamado el “fast track” del venezolano. Eso puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de la iniciativa que estamos emprendiendo.

Quiero comenzar por lo que le réferi a mi amiga: hay una idea equivocada según la cual los problemas de los venezolanos tendrán una solución inmediata. Y eso es precisamente porque a los venezolanos nos gustan mucho las soluciones instantáneas. Está en nuestra cultura y en los tuétanos de todos nosotros. De alguna manera debemos comenzar a entender que en la medida que los problemas son más complejos, en esa misma medida requieren de soluciones estudiadas y planificadas, llevadas a cabo con precisión de relojería por gente competente.

Es por eso que ustedes ven que aquellas opciones que ofrecen “salir ya” del régimen gozan de mayor popularidad entre los venezolanos. Nadie apuesta por aquella solución que implique un camino largo y por el que haya que trabajar mucho de manera consistente. Por eso todas las opciones constitucionales empezaron por la mas “rápida” hasta llegar al Referendo Revocatorio porque supuestamente “una constituyente era una salida lenta y engorrosa”. Allí también se explica la gran inclinación por una solución militar inmediata, llámese por los “golpes buenos” o los malos. ¡Ojo, esto no es un reproche, es una realidad! Al final, no se ha llegado ni a lo uno ni a lo otro…

Tal vez un ejemplo les ilustre mejor la situación. En una oportunidad asistí a un Taller de Supervivencia en el marco de un programa gerencial de alto nivel que realicé hace muchos años. Realizamos un ejercicio que me llamó mucho la atención. Nos despertaron a las 3 de la mañana y nos dividieron en grupos de 5. A todos los grupos nos señalaron una fogata que se veía a lo lejos en el tope de una montaña y nos dijeron: nos vemos allí en media hora.

La mayoría de los grupos eligieron la vía corta (se imaginan porqué): una línea recta entre el sitio donde nos encontrábamos y la fogata que se veía a lo lejos en el tope de la montaña, en el medio de la más negra oscuridad. Nadie se sentó a pensar, solo salieron corriendo hacia la montaña sin siquiera una linterna. Hubo un grupo que se fue por un barranco antes de llegar a la montaña, gracias a Dios sin víctimas fatales que lamentar, pero hubo una persona que se fracturó una pierna. Nadie se sentó a meditar como habían prendido una fogata tan lejos en tan poco tiempo y menos aun pedirnos vernos luego allá en media hora, en un sitio que tendría no menos de 10 kilómetros de distancia. Era estúpido pensar que se podría llegar en línea recta: ¡tenía que haber un camino!

Y efectivamente lo había. Nos costó 20 minutos encontrar un camino que bordeaba la montaña y otros veinte para llegar corriendo al sitio en 20 minutos adicionales. El camino era una pica para rústicos que ellos usaron para prender la fogata y estaba escondido. El camino al principio parecía ir en la dirección contraria pero luego se enderezó. Eso mismo nos está pasando ahora. De esa experiencia aprendí que para llegar hay primero que pensar y eso toma su tiempo. Pero una vez que lo haces y ya sabes que hacer, lo emprendes hasta que consigues tener éxito. Eso no fue del pensar de la mayoría de los grupos del ejercicio. Gracias a Dios en mi grupo estábamos gente pensante que nos preguntamos primero de que se trataba el problema y pudimos resolverlo.

Siempre me he preguntado por qué la oposición oficial no tiene “salas situacionales” como las del gobierno o grupos de trabajo político-estratégico que piensen. Ustedes ven que es reactiva a lo que hace el régimen. Y eso no es de ahora, tiene mucho más tiempo de lo que ustedes creen. No convocan a los especialistas. Las figuras políticas se creen dueñas de la verdad y como resultado vemos fracaso tras fracaso. Y si a eso le añaden los apetitos de poder personales de la dirigencia política opositora, y el colaboracionismo corrupto de muchos de ellos, el resultado no puede ser otro que el que estamos apreciando a principios de este año del Señor 2017.

Muchos venezolanos piensan, como algunos de mis compañeros en ese ejercicio, cuando en aquella oscuridad el camino empezó a desviarse para otro lado y dudando dijeron que ellos no lo seguían porque “parecía” alejarse de la dirección de la fogata. Efectivamente eso parecía pero había que continuar en el plan. Tres de nosotros dijimos que continuaríamos pero los demás iniciaron otro camino por unas trochas fuera de la ruta principal que seguíamos todos. Esos llegaron después. No les puedo negar que me pusieron a dudar pero me dije: encontramos el camino (que ya fue bastante difícil hallarlo) lo que resta es seguirlo de acuerdo al plan acordado. Y así lo hice y llegamos antes. Recuerden la Ley de Kanter en mi última nota:“Everything can look like a failure in the middle” (“Todo puede parecer un fracaso en la mitad”).

A la pregunta: ¿no sería mejor dedicamos primero a salir de Maduro para luego dedicarnos a la Constituyente? Mi respuesta es: ambas cosas son lo mismo aunque parezcan dos caminos diferentes. Les digo a todos: no hay camino directo para llegar a la fogata de la democracia. Hay que pensarlo primero, hacer un plan, trabajarlo y ejecutarlo. Y eso no es precisamente lo que nos gusta hacer a la mayoría de los venezolanos, queremos las vainas para ayer.

Don Rafael Grooscors Caballero, en uno de sus múltiples mensajes de su vasta experiencia política que compartió conmigo el año pasado, lo define extraordinariamente bien: “La MUD, tanto como la Coordinadora Democrática, fueron buenos aciertos en lo electoral. Pésimos, sin embargo, en cuanto a formulación estratégica de una oportuna oposición. La AN, con todo y su Henry Ramos peleón, perdió el tiempo en el año que se va, porque creyó, como la MUD, que estaban dadas las condiciones para operar democrática y constitucionalmente y lograr una salida política, pacífica, sin riesgos y electoral. Despreciaron a la sociedad civil. Despreciaron a la Academia. Despreciaron a los trabajadores organizados. Despreciaron a la OEA y a su Secretario General. Terminaron jugando la carta del Vaticano, olvidando el pasado peronista del Papa. Un desastre. En política no es fácil rectificar. La oposición, a más de requerir otras caras, requerirá una formulación programática muy densa y distinta. Los partidos deben pasar a un segundo plano. La soberanía debe ocupar el primero. Venezuela es una Nación con 23 órganos funcionales que son más representativos de su vida verdadera que los Poderes Públicos “nacionales”. Los 23 Estados de la unión federal. Llegó la hora de hacer ver esta realidad, pero no escribiendo tweets en Caracas, sino rebelando a esos 23 frentes, con intensidad creciente. De Maracaibo a San Cristóbal; de San Fernando a Ciudad Bolívar; de Tucupita a Puerto La Cruz; de Maracay a Coro; de Barquisimeto a Valencia, el viejo sentimiento, siempre reprimido, de la Federación, debe imponerse y convencer a todos de que a Venezuela no la salva sino Venezuela.” (resaltado nuestro).

Y en ese plan estamos en la Alianza Nacional Constituyente para llegar a la fogata de la democracia verdadera en Venezuela. Y como parte de los deseos de cambio de los venezolanos para este año que comienza, y que creo que será muy duro, desde ya yo le agregaría trabajar mucho en ese “fast track” que nos ha jodido tanto en los años pasados. Tal vez no les guste a algunos el plan que nosotros hemos formulado y lo respetamos. Pero a aquellos que nos les guste el nuestro ¡hagan el suyo! ¡hay espacio para todas las ideas! Nosotros comenzamos hace más de tres años. Seguramente alguno de esos funcionará, dándoles a los venezolanos en algún momento los resultados “para ayer” que nos encanta tanto disfrutar, pero que hasta ahora no hemos tenido el sentido común de trabajar…Recuerden siempre las palabras de Don Rafael: A Venezuela no la salva sino Venezuela…

@laguana

 7 min


Al comenzar este año la salida a la crisis política que cada vez más nos arrastra hacia el sótano de nuestra historia, solo se vislumbran tres opciones que parecieran no tener ninguna vinculación entre sí, aunque siempre habrá quien argumentará a favor de la posibilidad de conciliarlas.

Una y la más expedita es el golpe de estado seco, que no tenemos en lo personal ninguna manera, ni conceptual ni operativa de ayudar a hacer realidad y que da la impresión de que no contaría en contra ni siquiera con la conformista expresión “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Otra, sin duda la más dolorosa en términos de vidas perdidas y bienes materiales destruidos es la tan mentada rebelión popular o explosión social que pareciera el término apropiado, que lejos de muestra de conciencia política organizada daría rienda suelta a las pasiones humanas más primitivas que justificadas por el hambre y la falta de esperanza, nos llevarían a ignorarlo todo y a “jugarnos a Rosalinda” sin ninguna garantía para nadie, sin importar el papel de activos o pasivos que decidamos o nos veamos obligados a adoptar.

La que queda, la salida política, solo posible a través de la presión concertada de todos los integrantes de la sociedad, civil y militar, para el logro de un acuerdo que permita no solo el indispensable cambio de gobierno, sino la reconstrucción del país mediante la refundación de sus instituciones y la adopción de un cuerpo de normas de convivencia innegociables.

La Asamblea Nacional Constituyente Originaria es la única vía que hemos tenido siempre; sus detractores la descartan por ser un acto repetido fallidamente en nuestra historia, por la abundancia de leyes existentes y por la imposibilidad de lograrla en un régimen dictatorial. Con ello, a la par de descalificarla como instrumento constitucional vigente y más fácil de instrumentar que otros intentados, abonan el terreno para el sostenimiento de la polarización política, negatoria de la diversidad y del pluralismo indispensable para la existencia de la democracia, afianzando la permanencia de regímenes de gobierno centralistas, desconocedores de las realidades y necesidades locales, e imbuidos de la presunción repetidamente errada de que la gente no sabe lo que quiere y que siempre tendremos necesidad de unos pocos que nos guíen.

La elección de una Asamblea Constituyente promovida, organizada y supervisada por la sociedad se traduciría de inmediato en el cese de todos los poderes constituidos dando paso a un ejecutivo concertado de transición y a la designación también transitoria del resto de los poderes de acuerdo a criterios de capacidad y honestidad de muy fácil comprobación práctica.

Transcurrido el lapso que la misma constituyente propusiese, una vez aprobado por los venezolanos en el ineludible referendo, el país tendría que elegir los poderes constitucionales a los que hubiere lugar, siendo condición previa indispensable que de inmediato (2017) y sin ninguna otra consideración se procediese a la elección de gobernadores y Consejos Legislativos, así como a la de alcaldes y Concejos Municipales a finales de este año.

¿Qué tienen que negociar los políticos por mandato de sus empleadores, es decir, de todos nosotros?

La modificación inmediata, concertada e inapelable de la Ley Electoral y la Ley del Poder Electoral para no solo garantizar la obvia necesidad de imparcialidad de los procesos eleccionarios, sino además la representación proporcional de las ideas en los órganos colegiados y las condiciones de financiamiento público y privado de las futuras campañas.

Hacer realidad lo que ha propuesto tanta gente y que es hoy clamor nacional, solo demanda capacidad política, sentido de trascendencia histórica y desear vehemente y sinceramente un país diferente y de TODOS. La mayoría así lo quiere.

PD:

No es cierto que tengamos la mejor constitución del mundo, ni que ella proteja los derechos de los venezolanos. De hecho ha sido la más manoseada e incumplida.

 3 min


Tengo la impresión de que el chavismo lo que hizo fue catalizar a gran escala la verdadera esencia nacional. Mientras más lo pienso menos me puedo sacar de la cabeza que algo se pudrió en psique nacional a finales de los años 80.

Mirando por la ventana de la casa donde estoy refugiado sigo admirado de como este pequeño país cuya población tiene menos gente que la ciudad donde nací y me crie, la nostalgia asalta tras cada mirada, en ese recordar lo que dejé atrás me asaltó el recuerdo de los años de escuela hasta salir del abominable bachillerato. Pongamos un espacio tiempo, cuando estaba en primer grado la escuela era limpia, los baños funcionaban y si tenías necesidad podías ir a la dirección y pedir a la secretaria el teléfono prestado para llamar a casa , en el año 76 no existían los celulares por increíble que les parezca a muchos, no recuerdo ningún acto de violencia extrema en las aulas de clase, no habían robos ni se sabía de la maldad del mundo, todos eran un poco ingenuos.

No fue hasta sexto grado, muchos años después, que vi sangre en una pelea, estudiaba en una escuela pública recién estrenada cuya particularidad curricular era que experimentaban nuevos métodos y a pesar de que pareciera que el ministerio de educación penalizaba a la escuela enviando zonificados a niños con serias deficiencias educativas quienes se hicieron con el monopolio de la violencia pero que en ningún caso portaban armas ni cosa por el estilo, cinco años más tarde , en el liceo publico donde estudié ya la Disip hacia allanamientos rutinarios en busca de drogas o armas, es más, tuve un compañero de liceo que se ufanaba de beberse no sé cuántos litros de algún brebaje alcohólico barato, fumaba mucho “bazuco” y salía a atracar gente los sábados por la noche, la verdad no le creía mucho pues en aquel sitio tocaba pasar por malo no vaya a ser que precisamente a los malos les dé por fijarse en ti y podías pasarla muy mal. Seis años más tarde ganaba el engendro de sabaneta quien se convertía en una suerte de santón por obra y gracia de los medios de comunicación en alianza con un gobierno que no supo ni quiso hacer valer la constitución y las leyes permitiendo toda clase de complacencias con un bichejo que debería aun estar preso por los muertos de su golpe de estado.

Fue el evento catastrófico que terminó de pudrir el estado de progreso en que se vivía, si tuviéramos memoria sabríamos que cuando Chávez llegó al poder estábamos pasando una “crisis” que comparada con la actual aquella era una fiesta celestial, si bien no se pudo viajar al extranjero con asiduidad , los profesores de las universidades tenían muy buenos sueldos, la gente menos pudiente igual comía completo, no se hacían colas para comprar nada, los supermercados jamás estuvieron vacíos, la violencia escandalosa de la época era en realidad como un 80% menos que la actual, teníamos acceso a cosas que ahora solo disfrutan los “millonarios” a la venezolana, así un largo rosario de ítems con los que podemos comparar aquel barril de 6$ en comparación con el de 45$ actual con todo e inflación anual del mismo dólar en otros mercados que podríamos utilizar como referente.

En los primeros 15 años luego del boom y posterior retraimiento dela renta petrolera fuimos (como nación) sufriendo de una suerte de involución mental, haciéndonos no solo cómplices del caos, también aceptándolo como parte de la naturaleza cotidiana de la vida en Venezuela. Me es imposible decir o escribir algo en beneficio de un esperpento político cuyo nacimiento debió haber sido abortado a concebirse , pero Chavez no hizo más que permitir que hablase el resentimiento de las masas menos educadas, de otros que resentidos por alguna deficiencia mental, física, es feo(o fea igual aplica) y nunca salió con una hermosa chica o chico de la alta sociedad, se sabe impotente para hacerse millonario y toma el paso fácil de no pensar pero aprenderse de memoria todos los libracos malosos del pensamiento comunista local , esos libelos llenos de citas pero faltos de sentido lógico, alguna vez lo miraron feo por alguna razón o quien sabe cuántas excusas se fabrica la gente para parecer que tienen algo de materia gris.

El fenómeno no es nuevo, el antecedente al chavismo lo tuvieron muchos presidentes y generalotes desde mediados del siglo XIV desde Bolívar pasando por Boves, Morales, José Antonio Páez, Joaquín Crespo, Guzmán Blanco, Cipriano Castro y casi todos los que vinieron después. Hubo un paréntesis pues el aura del espíritu sosegado, pleno de una mezcla de reverencia por la educación asalvajado pero con métodos represivos que hoy nos espantarían , eso iba desde las casas donde golpear a un niño como castigo era aceptado, los cuarteles donde un capitán quebraba la cabeza de un soldado sin que a nadie le importase mucho el asunto pero de las montañas andinas se apropió del país pero a pesar de todo la gente sabía que si estudiaba algo sería alguien en la vida y quien no pues solo con su oficio vivía dignamente sin lujos pero sin penurias.

Llegó la democracia y otra vez la viveza política insuflaba vientos populistas por la ambición política pues siempre es más fácil estupidizar a un pueblo que educarlo en serio (cuando la ideología prima la universidad no es sitio de aprendizaje si no veamos a los Cubanos) , él primer reformador fue defenestrado por todos , hubo un Caracazo donde salió a flote la hez del pueblo impulsado por la izquierda irresponsable y por lo visto vacíos de intelecto progresista como casi todos, eso preparó el camino a el primer advenedizo cuyo físico, apariencia y discurso se acercaba mucho a la ramplonería intelectual de los que perdieron la esperanza para esperar dadivas que se prometieron y entregaron a manos llenas, depreciando cada día más los valores del estudio, La educación, las buenas maneras y hasta el autoestima de quienes se acostumbraron a la miseria como forma de vida.

Cuarenta años de constante deterioro han desembocado en ese acabose de miserias en el que mi país se ha visto envuelto, la historia enseña, el problema es que la aparente solución inicial pasa por retraernos a un gobierno que acabe a sangre y fuego con esa rémora verde/roja que ha contaminado tanto mi país hasta volverlo este amargo recuerdo que hoy es.

Enero 2017

@jbdiwancomeback

 5 min


José Vicente Carrasquero

El año 2016 terminó con un balance negativo para el país en general. El más perjudicado con el errático accionar de la clase política fue sin duda alguna el pueblo. Los problemas que lo aquejan no figuraron entre las prioridades de la dirigencia. La inflación siguió hundiendo en la miseria a la inmensa mayoría de los venezolanos, la delincuencia tomó espacios que pertenecen a la ciudadanía, el estruendoso y escandaloso fracaso del chavismo no fue evaluado de forma tal que se tomaran medidas urgentemente necesarias. El diálogo resultó un escenario que permitió al gobierno seguir adelante con su burla a los principios de la democracia. La oposición cometió el grave error de desmovilizar la calle en momentos en que se necesitaba la mayor presión posible. El diálogo ha sido una guasa para el país en general. Un burladero en el cual el gobierno se refugió para no enfrentar los problemas que no sabe resolver.

En mi opinión, el resultado más grave del diálogo es el haber desatado los demonios de la crítica destemplada. La que sale de las entrañas y no de la pausada evaluación de la crítica situación que estamos viviendo. En los distintos grupos en que participo la voz que se impone es la que habla de la muerte de la MUD, de la necesidad de dar paso a nuevos liderazgos, de permitir que nuevos grupos tomen la dirección de la oposición para encausar nuestras luchas.

En 1999, un grupo de universidades hicimos una encuesta de cultura política centrada en el proceso político que vivía el país. Uno de los hallazgos más espeluznantes fue descubrir que el venezolano es políticamente iluso. Cuatro de cada cinco venezolanos afirmaban que la constituyente iba a resolver los problemas del país.

Los efectos de la anti política, ejecutada por líderes de opinión y promovida por los medios de comunicación ya había producido su primer resultado adverso: la elección de un militar precariamente formado, con una mezcla letal de todos los antivalores que puede reunir una persona para regir los destinos del país. Los resultados no se hicieron esperar. Un carácter débil, dúctil a través del halago hizo de ese militar un instrumento de Fidel Castro quien vio en él su sueño hecho realidad. La oportunidad de ponerle mano a ese reservorio petrolero que le permitiría, como en efecto sucedió, exportar la revolución cubana a muchos lugares del continente.

Dieciocho años después de haber saltado al vacío dándole paso a una clase política poco preparada y con una voraz hambre de enriquecimiento, muchos venezolanos vuelven a adoptar una actitud ilusa que raya en la inocencia.

Algunas acotaciones deben ser hechas para quienes piensan en soluciones mágicas. La primera de ella es que los liderazgos reales no piden permiso para tomar el control. Una prueba de su verdadera fuerza y capacidad para imponer sus ideas es poder desplazar a la dirigencia existente y convencer a quienes los apoyan de pasarse a este otro bando. Quienes piden permiso, solicitan que se le de paso a otros, están hablando de una forma de hacer política que no existe y que en todo caso no aplica a la grave situación que vive el país.

Que la MUD está muerta es otra afirmación cándida que no se corresponde con el panorama político actual. Hay que tener claro que la MUD es una organización paraguas que ha tenido, lamentablemente, una visión cortoplacista que ha hecho de lo electoral la justificación de su existencia.

Lo cierto es que la MUD como está no es adecuada para lucha que tenemos los venezolanos por delante. Esta organización política debe definir un propósito. Para ello debe caracterizar al adversario. No es difícil hacer ver ante el mundo que Maduro encabeza una dictadura militarista y peor aún bananera.

Una vez caracterizado el gobierno, hay que definir un propósito. No es otro que reponer la democracia en Venezuela mediante la salida del poder del dictador y sus adláteres. Para ello es preciso una declaración pública de cada uno de los líderes de los partidos que conforman la MUD renunciando a cualquier aspiración presidencial mientras se logra el objetivo. Además, asumir la agenda de los venezolanos. Hablar de propuestas concretas, encabezar protestas contra la delincuencia, contra la inflación que acaba con el poder adquisitivo de los venezolanos, en contra de una clase política corrupta como nunca en los anales de la historia.

Los líderes de opinión tienen un papel muy importante en esta coyuntura. Deben funcionar como fieles de la balanza. Deben guardarse para sí sus opiniones despectivas y en muchos casos irreales. Si alguno se siente con suficiente fuerza para asumir el liderazgo político, que salte al ruedo e imponga su forma de pensar a través de convencimiento de una buena parte del país.

Dios nos libre de la aparición de una nueva versión de los Notables. Grupo que en el pasado resultó altamente pernicioso para la democracia. Criticadores sin sustancia y sin propuestas que ayudaron a acabar con lo que se había hecho, para mal o para bien. Necesitamos líderes de opinión que propongan acciones para remediar problemas que ya todos conocemos.

La política es la única herramienta que tenemos por delante para acabar con un gobierno oprobioso que prefiere pagar a los capitales nacionales y extranjeros el oneroso costo una deuda irresponsablemente contraída. Esta política asumida por Maduro para garantizar a sus socios el pago de intereses y capitales ha tenido un altísimo costo en vidas de venezolanos que mueren por falta de medicamentos, por desnutrición o a manos de un hampa desbordada que supera con creces la capacidad de un aparato represivo que solo existe para perseguir y apresar opositores.

Se impone hacer política en positivo. Los políticos tienen que dar el primer paso para rescatar la confianza del pueblo. Hay que mostrar direccionalidad a resolver los problemas del país. Si la clase política no se aboca a resolver las dificultades de la población, ésta, como en el pasado, le pasara por encima y hará valer su fuerza soberana. Si esa resulta ser la vía, que Dios nos encuentre confesados.

 4 min


Gonzalo Himiob Santomé

Diciembre es un mes de nostalgias. Mucho más en Venezuela, país en el que ya más de dos millones de padres, madres, hermanos, esposos y esposas, hijos y amigos nos han dejado en los últimos años para probar suerte en otras tierras, llevados a ello por el miedo a terminar en la cárcel por alzar su voz contra el oprobio dominante, por la inseguridad, por la grave situación económica que padecemos o sencillamente por sus razones y motivos personales, que tan válidos son en y para ellos, los que se van, como en nosotros y para nosotros, los que nos quedamos.

Mucho se ha escrito sobre la diáspora venezolana, sobre las vicisitudes del exilio voluntario o forzado, sobre la tristeza de la ausencia, sobre la melancolía, los esfuerzos y los afanes de quienes optaron por despedirse dejándonos como testimonio la imagen de sus pasos sobre la “Cromointerferencia de color aditivo” de Cruz Diez, en Maiquetía. Y todo eso está muy bien, pues cierto es que decidirse a empezar desde cero en tierras ajenas requiere de muchos sacrificios y de mucho coraje, pero esa no es la única cara de la moneda. Artículos, poemas y hasta libros enteros se han dedicado a registrar las penas y las alegrías de los venezolanos en el exilio, pero poco se dice de los que acá seguimos, y muchas veces lo que se dice o se escribe viene teñido de incomprensión o se presenta cubierto bajo el halo de la condescendencia, nacida de una postura no siempre positiva, a veces hasta de reproche, como si mantenerse por propia voluntad en la tierra que nos vio nacer, y luchar en ella por ella, fuese, dadas las circunstancias, una estupidez o un acto de insalvable locura.

Pero no es ni una cosa ni la otra. Es un acto de amor y de valentía como pocos, y como tal merece ser reconocido. Por eso he querido dedicar mi última entrega de este año a quienes han decidido, pese a las adversidades, arrostrar esta tormenta desde adentro, sin soltar el timón de este navío, que no desde otras costas u orillas. Ello, sin hacer distinciones maniqueas entre los que estamos y los que no están, sin demeritar ninguna decisión personal, y partiendo de la base, que a veces se nos olvida, de que ciudadanos de este país somos todos, independientemente del lugar en el que nos encontremos, y de que tan válida es la pelea y los esfuerzos de los unos, de los que se fueron, como de los otros, los que nos quedamos.

Aquí estamos, tú y yo, que nos quedamos. Buscando la manera de que diciembre no nos pase por debajo de la mesa, tratando de hallar paz, tranquilidad y alegría en un espacio en el que el poder se ha encargado sistemáticamente de dinamitarlas, tratando de que nuestros hijos se mantengan lo más al margen posible de las oscuridades que nos rodean y de que, como nosotros lo aprendimos en su momento, ellos también aprendan a amar a Venezuela, sirviéndonos para ello de la magia que aún guarda, especialmente en esa naturaleza indomable que se mantiene ajena a los desatinos humanos y que ha permanecido intacta ante los ataques de aquellos que la ven sólo como un tesoro para dilapidar a placer. Nos contentamos con poco, con menos hallacas, pero hallacas al fin, con nuevas y creativas recetas de ensalada de gallina que no involucren mayonesa, que no se consigue o se consigue carísima, con un pan de jamón que no se parece mucho al que disfrutábamos cuando muchachos, pero que monta el paro, y con el pernil que podamos hallar en cualquier oportunidad. El arbolito es un lujo, pero no va a faltar en casa, así que ya no compramos aquel que rozaba nuestro techo sino uno más modesto, pero el cariño con el que se lo decora es el mismo. Si aún más pequeño, resulta demasiado costoso, nos las arreglamos con un pesebre viejo que desengavetamos o con cualquier otra idea imaginativa que, sobre todo a los ojos de los pequeños, nos recuerde la importancia de estas fiestas y que, pese a la dura cotidianidad, hay símbolos y costumbres que nos trascienden y que nos unen con hilos que ningún abuso puede cortar.

Quizás ya no vamos como antes al estadio a ponerle el alma a nuestro equipo favorito, pues el convite cuesta y significa mucho más de lo que antes costaba y significaba para nuestro presupuesto, y además siempre está sobre el tapete el miedo a que algún malandro te desgracie la vida en la salida, pero seguimos de cerca la temporada y no dejamos de chalequearnos cuando toca. Es parte de nuestra idiosincrasia y contra eso nadie puede. Además, eso nos devuelve a aquellos tiempos mejores, que tenlo por seguro, regresarán, en los que salir de noche era lo normal y seguro, en los que nuestras diferencias no pasaban de las de ser fanático de uno o de otro equipo, sin que eso supusiera enemistad ni odio contra nadie. Es verdad, antes de la llegada al poder de esta tragedia que se llama chavismo había exclusión y desigualdades, pero los venezolanos, contra lo que cuenta la falsa “leyenda negra” que inventan quienes no quieren aceptar que antes Venezuela era mucho mejor que ahora, siempre encontrábamos los espacios para igualarnos, para crecer unidos y para tratarnos todos como hermanos, y esta crisis nos ha servido para recordárnoslo. A final de cuentas de un barco no se puede hundir solo un pedazo, o se hunde completo o no se hunde, y hoy por hoy son muy pocos los que no se han dado cuenta de que para salir de esta pesadilla debemos ponernos de acuerdo todos, sin distinciones, pues el mal de uno es a la vez el mal de todos.

Estaremos también pensando en enero y en sus dificultades. Tomaremos las previsiones del caso y alistaremos nuestras herramientas de lucha y de supervivencia, pero lo haremos porque en lo más recóndito de nuestro ser guardamos la firme convicción de que no le vamos conceder tregua ni le vamos a dar el gusto de la rendición, a quienes quieren arrebatarnos el hogar, la patria, que nos vio nacer y crecer.

Son simples ejemplos cercanos de lo que implica vivir así, sobrevivir así, hoy en Venezuela. Pero también demuestran compromiso, imaginación y coraje, no irresponsabilidad ni locura.

Hoy en la noche, ya pasadas las campanadas y el alboroto, quizás encenderás un cigarrillo y te permitirás el lujo de servirte un trago de aquella botella que te quedó de tiempos mejores. Verás a tus pequeños dormir y pensarás de nuevo, pues es lógica la duda, si vale la pena o no seguir acá, en esta guerra que por momentos luce perdida. Pero estás hecho de madera fina, no lo olvides. Tu voz es la de la selva profunda, la de la mar infinita, la de las cumbres altas y ominosas, y retumba e ilumina como el Catatumbo. Por tus venas corre la sangre de Libertadores, no la de “hombres nuevos” que no son sino invento de quienes quieren, para esclavizarte, hacerte olvidar quién eres y de dónde vienes. Deléitate entonces unos minutos en las estrellas que nos regale la primera madrugada de 2017 y confirma en ellas que, para seguir acá, y para mantener tu fe en nuestra tierra, hay que estar hecho del material especial y luminoso con el que se construye la verdadera valentía. Esa es tu virtud y tu fuerza.

Y tenlo por seguro, pues la historia lo demuestra, que este mal no durará mucho más. Es, como todo en la vida, pasajero, y aunque no lo parezca a veces, todo indica que ya va de salida. No será fácil, pero quizás mucho más pronto de lo que la dura desesperanza y el miedo inducido a veces nos impulsan a creer, tendrás la dicha, el honor y orgullo de contemplar desde tu tierra, desde tu hogar, al que defendiste desde esta trinchera sin haber claudicado, nuestro primer amanecer en libertad en mucho tiempo. Ver salir, desde Venezuela, desde tu casa, como se verá más pronto de lo que se cree, el primer sol venezolano libre, sin miedo, botas, gases ni balas que lo oscurezcan, hecho de oportunidades y de sueños por cumplir, es un privilegio al que no estamos dispuestos a renunciar, porque lo hemos bregado y lo seguiremos bregando en cada espacio que se preste para ello. Por eso mi brindis de hoy es para ti, que sigues aquí.

Lo mereces.

@HimiobSantome

Fuente: https://www.lapatilla.com/site/2017/01/01/gonzalo-himiob-santome-para-ti...

 6 min


Jesús Elorza G.

Todos los allí presentes, expresaron en sus opiniones la necesidad que tiene el deporte de superar las insuficiencias de todo tipo que prevalecieron durante el año que finaliza y que a pesar de haber sido denunciadas en diferentes oportunidades todavía no han sido resueltas. Por ello, estaban de acuerdo en mantener una actitud crítica y no complaciente frente a las autoridades gubernamentales del sector deportivo.

Luego de los abrazos y felicitaciones por la llegada del año nuevo, los atletas, entrenadores y dirigentes deportivos que se encontraban en los pasillos del Instituto Nacional de Deporte, comenzaron a intercambiar opiniones sobre las aspiraciones o deseos para el 2017.

Recordaron en sus diálogos, que al comienzo del año, concretamente el 6 de enero, se celebra la tradicional “Misa del Deporte” en la iglesia de La Pastora en Caracas y esa era una inmejorable oportunidad para dar a conocer los problemas que atraviesa el deporte y exigir la solución de los mismos. La aceptación del planteamiento fue unánime y de inmediato procedieron a elaborar lo que pudiera llamarse “un censo de problemas” por cada sector de los que hacen vida en la actividad deportiva.

También, acordaron que la acción que iban a realizar, en ningún momento podía entorpecer el desarrollo de la eucaristía, por el contrario, la Oración de los Fieles pasaría a ser una expresión solidaria de denuncias y reclamos del deporte venezolano.

Al cabo de un rato, representantes por cada uno de los sectores tomaron la palabra para expresar su problemática y sus aspiraciones reivindicativas:

ATLETAS: acabar con la discriminación política ideológica que rige en los programas de asistencia social.

ENTRENADORES: respeto al derecho de sindicalización de los trabajadores y a la normativa laboral mediante la discusión y aprobación de los contratos colectivos. Rechazamos “La tercerización” de nuestra labor ya que la misma representa ser tratados como esclavos sin derechos sociales. Exigimos de las autoridades del IND y el Ministerio del Deporte el respeto al derecho constitucional que establece “A igual trabajo igual salario” no puede continuar la discriminación laboral del entrenador criollo frente al extranjero.

DIRIGENTES: que las elecciones se realicen respetando la autonomía de las federaciones sin la intervención y amenazas del ministerio del deporte. Reclamar de la Asamblea Nacional la inmediata reforma de La Ley Orgánica del Deporte para impulsar la descentralización del sector y los programas deportivos. Igualmente, el establecimiento de responsabilidades en los casos de corrupción que han sido denunciados en reiteradas oportunidades. Restablecer el cronograma Bi-anual de los Juegos Deportivos Nacionales y restituir al directorio del IND el manejo del Fondo Nacional del Deporte. Acabar con la militarización de los Juegos Universitarios.

EMPLEADOS: acabar con el nepotismo que impera en el IND.

OBREROS: un aumento salarial indexado a la inflación y la incorporación al salario integral de las bonificaciones.

JUBILADOS Y PENSIONADOS DEL IND: respeto a sus derechos laborales con la implementación inmediata de la Homologación de Sueldos y Salarios Aumento de la cobertura del seguro HCM. Mejora significativa en las bonificaciones por concepto de transporte, alimentación, medicinas y becas para los hijos. Inmediata incorporación de los entrenadores que siguen fuera del sistema de pensiones del IVSS.

Al finalizar el censo de problemas, sin proponérselos, todos al unísono unieron sus voces para exclamar “Te lo pedimos Señor” y sellaron su compromiso solidario de asistir a la Misa del Deporte.

 2 min


Jeffrey D. Sachs

La política exterior estadounidense está en una encrucijada. Desde su nacimiento en 1789, Estados Unidos siempre fue una potencia en expansión. En el siglo XIX se abrió camino a través de Norteamérica, y en la segunda mitad del siglo XX obtuvo el predominio mundial. Pero ahora, frente al ascenso de China, el dinamismo de la India, el crecimiento poblacional y la activación económica en África, la negativa de Rusia a inclinarse ante sus deseos, su propia incapacidad de controlar lo que sucede en Medio Oriente y la determinación de América latina de ser libre de su hegemonía de facto, el poder de Estados Unidos encontró su límite.

Se abren ante Estados Unidos dos caminos: uno es la cooperación internacional. El otro, responder a la frustración de las ambiciones con una explosión de militarismo. El futuro de Estados Unidos, y el del mundo, dependen de esta elección.

La cooperación internacional es doblemente vital. Sólo la cooperación puede engendrar paz y evitar una nueva carrera armamentista (inútil, peligrosa y, en definitiva, exorbitantemente costosa), que esta vez incluirá armas cibernéticas, espaciales y nucleares de próxima generación. Y sólo la cooperación permitirá a la humanidad enfrentar una serie de desafíos planetarios urgentes, que incluyen la destrucción de la biodiversidad, el envenenamiento de los océanos y la amenaza que supone el calentamiento global para el suministro de alimentos, las vastas zonas áridas y las densamente pobladas regiones costeras del mundo.

Pero la cooperación internacional implica voluntad de alcanzar acuerdos con otros países, no la mera imposición de exigencias unilaterales. Y Estados Unidos está acostumbrado a exigir, no a negociar acuerdos. Cuando un estado considera que el predominio es su destino (como ocurrió con la antigua Roma, el “Reino del Medio” chino hace siglos, el Imperio Británico entre 1750 y 1950, y Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial), la búsqueda de acuerdos no suele formar parte de su vocabulario político. Como expresó sucintamente el expresidente George Bush (hijo): “Los que no están con nosotros, están contra nosotros”.

No sorprende que a Estados Unidos le cueste aceptar los claros límites que el mundo le presenta. Después de la Guerra Fría, esperaba que Rusia se adaptaría al nuevo orden, pero el presidente Vladimir Putin no accedió. Y en vez de crear estabilidad según los deseos de Estados Unidos, sus guerras (declaradas y encubiertas) en Afganistán, Irak, Siria, Libia, Sudán del Sur y otras partes iniciaron un incendio que hoy se extiende por todo Medio Oriente y el norte de África.

Se suponía que China mostraría gratitud y deferencia a los Estados Unidos por el derecho de recuperarse de 150 años de maltratos por parte de las potencias imperiales occidentales y Japón. En vez de eso, China tiene el tupé de pensar que es una potencia asiática con responsabilidades propias.

Hay una razón fundamental para estos límites. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era la única gran potencia que la guerra no había destruido. Iba a la cabeza del mundo en ciencia, tecnología e infraestructura. Representaba tal vez el 30% de la economía mundial y estaba a la vanguardia en todas las tecnologías avanzadas. Organizó el orden internacional de posguerra: las Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, el Plan Marshall, la reconstrucción de Japón, etc.

Al amparo de ese orden, el resto del mundo logró cerrar gran parte de la inmensa brecha tecnológica, educativa y de infraestructura que lo separaba de Estados Unidos. Como dicen los economistas, el crecimiento global ha sido “convergente”, es decir, los países más pobres se fueron poniendo a la par de los más ricos. La proporción que Estados Unidos representa de la economía mundial disminuyó más o menos a la mitad (hoy es alrededor del 16%). La economía de China hoy es más grande en términos absolutos que la de Estados Unidos (aunque en cifras per cápita, solamente es su cuarta parte).

Esta convergencia no fue una maniobra artera contra Estados Unidos o a costa suya. Fue una cuestión de economía básica: la paz, el comercio internacional y el flujo mundial de ideas dan a los países más pobres ocasión de progresar. Esta tendencia merece nuestro aplauso, no nuestro rechazo.

Pero cuando la mentalidad del líder mundial es de dominio, el resultado del crecimiento convergente le parecerá amenazante; así lo ven muchos “estrategas de seguridad” estadounidenses. De pronto, el libre comercio por el que tanto abogó Estados Unidos parece una terrible amenaza a la continuidad de su dominio. Los agoreros proclaman la necesidad de cerrarse al ingreso de bienes y empresas chinos, con el argumento de que el comercio internacional es en sí mismo causa de debilitamiento de la supremacía estadounidense.

Uno de mis ex colegas en Harvard e importante diplomático estadounidense, Robert Blackwill, y un ex asesor del Departamento de Estado, Ashley Tellis, expresaron su inquietud en un informe publicado el año pasado. Según señalan, Estados Unidos siempre siguió una estrategia general “centrada en obtener y conservar un poder predominante sobre diversos rivales”; y “la primacía debería seguir siendo el objetivo central de la estrategia general de Estados Unidos en el siglo XXI”. Pero “el ascenso de China ya ha creado desafíos geopolíticos, militares, económicos e ideológicos al poder de Estados Unidos, a sus aliados y al orden internacional dominado por Estados Unidos. El avance futuro de China, aunque tenga altibajos, afectará todavía más los intereses nacionales de Estados Unidos”.

Postura con la que coincide Peter Navarro, recién designado asesor en temas de comercio internacional por el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump. El año pasado, refiriéndose a Estados Unidos y sus aliados, escribió: “Cada vez que compramos productos hechos en China, estamos ayudando como consumidores a financiar el desarrollo militar chino, que puede terminar usado en contra de nuestros países”.

Con sólo el 4,4% de la población del planeta y una cuota cada vez menor de la producción mundial, Estados Unidos puede tratar de aferrarse a la ilusión de dominio global, mediante una nueva carrera armamentista y políticas comerciales proteccionistas. Si lo hace, unirá a todo el mundo contra su arrogancia y su nueva amenaza militar. Más temprano que tarde, Estados Unidos provocará su propia ruina, en un ejemplo clásico de “hybris imperial”.

El único camino sensato que puede tomar Estados Unidos es una cooperación global vigorosa y abierta que permita hacer realidad el potencial de la ciencia y la tecnología del siglo XXI para eliminar la pobreza, la enfermedad y los peligros medioambientales. Un mundo multipolar puede ser estable, próspero y seguro. El ascenso de una diversidad de potencias regionales no es una amenaza para los Estados Unidos, sino una oportunidad de lograr una nueva era de prosperidad y modelos constructivos de solución de problemas.

Profesor de Desarrollo Sostenible y de Políticas y Manejo de la Salud, Director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia.

Diciembre 29, 2016

Traducción: Esteban Flamini

https://www.project-syndicate.org/commentary/multipolar-world-faces-american-resistance-by-jeffrey-d-sachs-2016-12/spanish

 5 min