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Opinión

Julio Cesar Pineda

El modelo de Estado de la Venezuela futura, después del cambio de gobierno por la vía electoral, debe ir más allá del Estado liberal pero negando el Estado totalitario y absolutista, la nueva democracia debe reivindicar el Estado social y democrático de derecho con valores esenciales en el ordenamiento jurídico no solo promulgados sino realizados, como la libertad plena, la justicia oportuna, la igualdad total y el pluralismo político. Los poderes públicos con la necesaria separación, deberán promover las condiciones para la libertad y la igualdad de las personas y de los grupos, facilitando la participación de todos en la vida política, económica, cultural y social.

Un avance
En la política moderna se rechaza el Estado liberal con su concepto de Estado mínimo. Fue un avance frente a la monarquía pero con el control de la burguesía de los parlamentos y de los poderes públicos olvidando lo social y las condiciones detestables de la clase trabajadora, por eso en el siglo XIX el resurgimiento de los movimientos sociales y la nueva conciencia del proletariado, como también los combates por la participación electoral y el sufragio universal, es cuando surgieron los partidos políticos de carácter socialista, socialcristiano y socialdemócrata y en el caso europeo, las corrientes de orientación anarquista y marxista. La Primera Guerra Mundial facilitó el fin de los viejos imperios europeos y en el caso de la Unión Soviética donde no había existido el modelo liberal, el movimiento comunista presentó un nuevo paradigma social. Fue lo que determinó la modificación del Estado liberal en democrático con la incorporación de los sectores populares y de políticas sociales. La Constitución de Querétaro en México 1917 y de Weimar en Alemania en 1919 son ejemplos de estas conquistas. Pero fue con la crisis económica mundial de 1929 cuando nuevas alternativas trataron de crear un nuevo tipo de Estado, desgraciadamente totalitario y de visión única con el socialismo real y la dictadura del proletariado y los modelos fascista y nazista en Italia y Alemania.

Fueron tiempos de exigencia de un Estado total frente a la pobreza, la ingobernabilidad y el fracaso de la economía. Con la intervención económica del Estado cuestionando al Estado liberal se llegó a la negación de la justicia y libertad.

El nuevo concepto
Fue después de la Segunda Guerra Mundial con el proceso de la internacionalización del Derecho, y un nuevo constitucionalismo internacional cuando se desarrolló el nuevo concepto de Estado social de derecho. Esto significaba un avance a la progresión del Estado liberal democrático pero también una ofensiva frente al Estado totalitario y así las constituciones incluyeron, en las nuevas democracias, la ideología del Estado de derecho, democrático y social. En este camino, tanto los juristas como los políticos diseñaron una arquitectura que implementará los dos valores fundamentales de la política: la justicia y la libertad. Por una parte, el mandato constitucional y legal, con la necesaria seguridad jurídica y la afirmación de derechos y libertades como límite al Estado pero también la intervención del mismo en la garantía de los derechos sociales y económicos, allí se daba la tridimensionalidad del derecho; en lo fenomenológico frente a las realidades nuevas con la protección de la persona y de la comunidad (personalismo comunitario), pero también, el aspecto normativo con nuevas leyes en el orden interno de las naciones y los tratados en el contexto internacional (derechos humanos); pero con la exigencia ética en la denominada dimensión axiológica. Esta nueva visión de la democracia ya no solamente era formal sino participativa superando la dinámica de los procesos eleccionarios y facilitando la participación en las grandes decisiones. Si bien es cierto que el poder tiene su base en el pueblo, es el pueblo el que debe ejercerlo.

La Constitución venezolana vigente tiene sus raíces en la larga historia constitucional de nuestro país, y como antecedentes más recientes las constituciones europeas posteriores a 1945 en particular la de Italia de 1947, la de la República Federal de Alemania de 1949 y la francesa de 1958. Los constituyentes venezolanos tomaron como ejemplo más cercano el texto español de 1978 en cuyo preámbulo se señala la voluntad de “establecer una sociedad democrática avanzada” y en su Art. 1 promulga que “España se constituye como un Estado social democrático y de derecho”. En este caso, la forma de gobierno corresponde a una monarquía constitucional. En Venezuela están dadas todas las condiciones, dentro de la Constitución y las leyes, para esa libertad y esa justicia que aún no hemos encontrado. Por eso hace falta un nuevo modelo económico y el necesario cambio político.
@jcpinedap
Jcpineda01@gmail.com

 3 min


Luis Manuel Aguana

Por algo dicen que la historia la escriben los vencedores. Y la del 23 de Enero de 1958 no es la excepción. Ese cuento encantador que nos han relatado desde que tengo uso de razón y que se ha construído en el imaginario colectivo de que unos “militares civilistas” encabezados por Wolfgang Larrazabal permitieron el retorno a la democracia en 1958 no tiene precisamente esa exactitud histórica.

Y lo mas interesante de eso está en que ese es el argumento que se utiliza para fundamentar que es posible un retorno a la democracia de las manos de otros “militares civilistas” que, en ese mismo gesto desprendido, le entregarían el poder a los civiles para un nuevo 1958 redivivo, tal y como nos lo sugiere el Padre Luis Ugalde en una reciente conferencia (ver Luis Ugalde, Sin apoyo militar no salimos de esta dictadura ni recuperamos la democracia
http://www.noticierodigital.com/2016/12/padre-luis-ugalde-sin-apoyo-militar-no-salimos-de-esta-dictadura-ni-recuperamos-la-democracia/).

Lamento estar en desacuerdo con el Padre Ugalde. En 1958 pasaron muchas cosas que poca gente sabe y que creo que Ugalde conoce bien, al ser uno de los intelectuales que mejor ha estudiado nuestra historia contemporanea.

Sin ánimo de desmeritar a ningun personaje histórico, no es desconocido por los militares, y en especial los que protagonizaron la época que nos ocupa, cual era el papel y la significación de Larrazabal dentro de las Fuerzas Armadas en ese entonces. El verdadero liderazgo militar no estaba precisamente en este oficial que jugó un papel fundamental a favor de la arquitectura del poder diseñada por líderes de la talla de Rómulo Betancourt.

El liderazgo real de las Fuerzas Armadas estaba en oficiales como Hugo Enrique Trejo, cuyo movimiento fallido del 1ro de Enero de 1958, resquebrajó el poder de la dictadura, y que se encontraban presos el 23 de Enero. Habría que investigar porqué esos oficiales permanecieron presos después del retorno de la democracia, y que luego resultaron incómodos para el nuevo liderazgo político que asumió las riendas del país (ver Biografia de Hugo Enrique Trejo
http://www.fundacionjoseguillermocarrillo.com/sitio/testrejo.html).

A juicio de algunos oficiales que fueron testigos presenciales de esa historia, Betancourt y quienes le acompañaron nunca hubieran podido negociar politicamente una transición hacia la democracia con el verdadero liderazgo de entonces de las Fuerzas Armadas, que se encontraban sometidos en las mazmotras de la dictadura, y que fueron convenientemente dejados en esa condición hasta que se hubiera asegurado el poder.

En otras palabras, no fue el verdadero liderazgo militar de entonces quienes graciosamente le entregaron el poder a los civiles, como siempre se ha vendido, sino la zamarreria y el genio politico de los dirigentes de entonces, quienes aprovechando una conyuntura de descabezamiento militar por parte de Pérez Jimenez y su huida posterior, se hicieron con el poder, utilizando figuras militares que resultaron emblemáticas y útiles pero sin ningun peso dentro del ámbito militar de ese entonces.

Pensar en duplicar, en una suerte de Larrazabal II parte, esas condiciónes en el actual estado de cosas político y militar es poco menos que una ingenuidad. Y si dudara de las buenas intenciones del Padre Ugalde pensara que cualquiera que diga eso esta manipulando a la opinión pública con fines inconfesables.

El otro aspecto que me llamó mucho la atención de la intervención del Padre Ugalde, es la permanente referencia, repetida por un sinfín de seguidores como un mantra: “nuestro problema no tiene que ver con la Constitución…”.

¿Cómo que no tiene que ver con la Constitución? ¿Y quién le dio competencia directa al Presidente de la República para los ascensos militares? ¿Quién desapareció al Senado, sin el cual hubiera sido imposible que existiera una aberración como el llamado Arco Minero? ¿Quién elevó a niveles impensables las competencias del Presidente, al punto que el resto de los poderes son meras oficinas de trámite a su disposición y antojo? Muchos males y una sola respuesta: la Constitución de 1999.

Sin embargo, eso no es lo más grave, aunque no lo parezca. Reducir de forma maniquea el objeto de una Constituyente a un “torneo de discursos a lo Escarra” denota más que una sobre simplificación de ese mecanismo, asumiendo por descontado que todos los procesos constituyentes que vengan en el futuro serán similares a aquel donde Escarra y Reyna Lucero se daban la mano en una Constituyente que no brillaba precisamente por la ilustración de sus integrantes, con excepciones bien contadas.

Pero lo mas importante fue lo que sugirió claramente el Padre Ugalde: la manera de acceder a ese nuevo estado de cosas pasa por la intervención militar directa. Esto es, un golpe de Estado.

No voy a caer en la ingenuidad estúpida de decir que los cambios en la situación politica venezolana no pasan por la intervención de los militares. ¡Claro que pasan! Lo que discutimos aqui es cuando y cómo entran los militares en la escena, y que pasa después de eso.

Si usted se dice demócrata no puede andar por allí pidiéndole a los militares que resuelvan lo que los civiles no han podido resolver. Ugalde cae en un lugar comun simple: estamos en una dictadura, ergo los militares deben intervenir como en 1958 restituyendo la democracia para la dirigencia politica sinvergüenza que no ha tenido el valor de afrontar el problema en la Asamblea Nacional. Y todos vivimos felices para siempre. Con razón muchos repiten a Ugalde como loros.

Pues les tengo malas noticias. El mundo no funciona ahora como en las películas de Walt Disney. Si hay un golpe militar los que menos verán el poder serán los politicos de la MUD. Por eso el politico de siete suelas que es Henry Ramos Allup le huye al golpe de Estado militar como el vampiro a la luz del día. Eso responde a la pregunta del porqué hace todo lo posible para que el régimen no colapse y nos encontremos todavía en esta situación cada dia peor.

Y si los militares entran antes, esto es ahora, no sera “para la restitución de la democracia” a lo Larrazabal como lo dice (¿ingenuamente?) Ugalde. Entraran con una agenda que nadie conocerá hasta que ellos la digan. Eso puede ser tanto para hacer elecciones en 1, 2 o 10 años, como hacer una Constituyente o quedarse para siempre si les da la gana. Nadie lo sabrá hasta que pase. Me gustaría que fuera lo segundo pero no existen garantias de eso ni de nada. Pudieran haber matazones a lo Chile 1973, donde se lleven por delante a los que son y a los que no son. Si alguno de ustedes quiere eso, yo no. Si hay algo que hemos aprendido los venezolanos es aquel dicho que dice que muéstrame una situación y yo te enseño una peor. Nosotros creímos que nada podia ser peor que Chávez y apareció Maduro…

Nuestro planteamiento es simple: los militares deben estar sometidos al poder civil y entrar cuando los civiles lo ordenemos. Eso es lo constitucional.

Ya he mencionado antes en este blog que intervención de las Fuerzas Armadas debe ser en auxilio al poder civil del ciudadano, conformado en Poder Constituyente Originario. Este apoyo no es opcional sino obligatorio: Artículo 328: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y la soberanía de la Nación…”; Artículo 5: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”; Articulo 347: “El pueblo de Venezuela es el depositario del Poder Constituyente Originario…”. De acuerdo a esta secuencia, la Fuerza Armada Nacional está en la obligación de garantizar y hacer cumplir la voluntad del pueblo de Venezuela expresada en las manifestaciones de voluntad, al alcanzarse el mínimo requerido del 15% de firmas de los electores y electoras inscritos en el Registro Civil y Electoral, establecido en el Artículo 348 de la Constitución.

Debo insistir, como antes he escrito, que el verdadero fondo del problema que tenemos en Venezuela pasa por lograr que quienes deben hacer que se respete la Constitución efectivamente lo hagan, pero por obediencia debida al principio fundamental de que los civiles van primero que los militares y le deben obediencia constitucional.

A la recolección efectiva del minimo constitucional requerido para convocar al constituyente establecido en el Articulo 348, las Fuerzas Armadas no solo estan en la obligación de respaldar esa solicitud frente al régimen, como antes señale, sino que tendrían la responsabilidad de ser custodios de la institucionalidad hasta que se instale la Asamblea Nacional Constituyente. A partir de ese momento, el Constituyente designaría un gobierno constitucional de transición con la legitimidad necesaria para conducir al país hasta que se sancione una nueva Constitución. Ese gobierno reestablecería el imperio del Estado de Derecho y las leyes de acuerdo a la constitución vigente.

Es así como nosotros concebimos cuando y como entran los militares en el histórico papel de restituir la República y la democracia. Lo de Ugalde es una lotería que tal vez ganen los políticos devaluados de la oposición oficial, eso si ya tienen todos los números comprados…

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 7 min


A veces es necesario escribir sobre nuestra dirigencia e intentar dilucidar el porqué de algunas de sus decisiones, las cuales originan opiniones que fluctúan desde un apoyo irrestricto hasta descalificaciones extremas. Algunos predican que solo los inscritos en un partido tienen el derecho a opinar. Los demás somos considerados aficionados a los que solo nos corresponde acatar las decisiones del sanedrín para no entorpecer el trabajo de los políticos de profesión. No se han percatado que, gracias al internet el ciudadano de a pie tiene voz; a veces se equivoca, pero solo los necios se atreven a rehuir sus opiniones.

El término colaboracionista es utilizado con ligereza para descalificar a alguien con cuya opinión no coincidimos. El colaboracionista más famoso de los últimos tiempos fue el mariscal Petain, quien optó por rendir a Francia ante el poderío alemán. Quizá de buena fe consideró que era la mejor opción para que parte de Francia no fuese invadida. Millones de franceses lo apoyaron. El admirado general De Gaulle era casi un solitario refugiado en Inglaterra estimulando la resistencia. Gradualmente Petain se dejó dominar por el pro nazi Laval y resultó corresponsable de la deportación de judíos franceses y de la entrega de miembros de la resistencia.

Este ejemplo debe servir de alerta. Se comienza por ceder y se termina colaborando con el totalitarismo. El principal delito del héroe de Verdún no fue haberse rendido, sino haber cedido ante la presión de los genocidas nazis. En nuestro caso estoy convencido de que ni Ramos Allup, ni Borges, ni Capriles, ni la gran mayoría de nuestros dirigentes son colaboracionistas. Sin embargo, el mismo Capriles reconoció que en la MUD hay quienes son corruptos y pasan información al régimen. Debe dar nombres para no ocultar a delincuentes.

¿Será que algunos de nuestros dirigentes son ineptos? Hace algunos años, los partidos Acción Democrática y Copei se preocupaban por formar a sus cuadros. En ellos había un gran número de militantes con excelente formación y conocedores a fondo de la doctrina de su respectiva tolda. Muchos sufrieron años de cárcel y de exilio, los cuales aprovecharon para mejorar sus conocimientos. Hoy la situación ha cambiado y tenemos a varios dirigentes ¨express ¨ que no tienen formación y cada vez que declaran la meten ¨hasta donde dice Colimodio¨, como expresaba un narrador deportivo cuando un bateador mandaba la pelota a lo más profundo del viejo campo de San Agustín. Es decir que sí hay ineptos, pero también otros con una excelente formación.

La principal crítica que muchos independientes hemos hecho a nuestra dirigencia es que han sido apaciguadores y han aplicado aquello de ¨dejar hacer, dejar pasar¨. Los defensores a ultranza de la MUD alegan que es lo único que se podía hacer, pero ello no es cierto. Por ejemplo, desde un inicio Antonio Ledezma afirmó que estábamos ante una dictadura y denunció la existencia de presos políticos y de exiliados, mientras otros dirigentes pasaban agachados. Posteriormente, la valiente Maria Corína se resteó en contra del régimen y se sumó Leopoldo López. El resto llegó con retardo, actúa erráticamente y critica a los citados.

Desde luego que nuestros diputados se juegan la vida todos los días por defender la democracia y muchos de ellos han sido cobardemente agredidos. Los respetamos y apreciamos. En la MUD hay gente valiosa y honesta. Quizá algunas de sus actuaciones que consideramos errores obedezcan a que son pragmáticos y tienen los pies sobre la tierra. Sin embargo, en otros casos, como el del manejo del diálogo, gente muy ecuánime opina que ha cometido errores de novatos. No podemos callar ante lo que consideramos una conducta inapropiada de Juan Carlos Caldera, Ramón José Medina y Timoteo Zambrano. Capriles debe dar otros nombres y Rosales debería aclarar si es o no cierto que está alojado en un apartamento de Heliodoro Quintero, el exdiputado dirigente de UNT que negociaba adhesiones con Ruperti, el contratista de Pdvsa que pagó los honorarios de los defensores de los narcosobrinos.

Nos sumamos a quienes proponen que, previa depuración, la MUD permanezca como organismo coordinador para lo electoral y crear una nueva instancia con participación de la sociedad civil para enfrentar al régimen en el aspecto político.

Como (había) en botica: Vergüenza le debería dar al general Padrino declarar que ¨Venezuela puede enseñarle al mundo como se defiende un país¨. Debería renunciar y pedirle la renuncia al general Antonio Benavides por los atroces asesinatos cometidos por guardias nacionales en Barlovento. Lamentamos el fallecimiento de Fernando Octavio Márquez, quien fue un destacado profesional petrolero y buen ciudadano ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

13 de diciembre de 2016

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Cuando los trabajadores y el pueblo de Paris salieron resueltos a tomar la cárcel de la Bastilla, para liberar a un puñado de prisioneros políticos e instaurar un nuevo gobierno, estaban provocando un salto en la humanidad, que quizás ni ellos mismos se lo habían calculado. A partir de ese momento toda Europa sintió el rugido del poder ciudadano, de los comuneros y por supuesto de la Comuna de Paris.

Desde aquel 18 de marzo de 1871 hasta nuestros días, la actividad comunitaria y su rol de construir ciudadanía, como institución social y forma de autogobierno popular, no ha cesado en su objetivo al ser asumida como instancia de participación comunitaria; sobre todo en Europa, donde solo en Francia, desde la mencionada revuelta hasta nuestros días, los franceses han constituido más de 36.000 comunas sociales, donde se ejerce a diario la ciudadanía.

También en países como Bélgica, Suiza, España, Italia, sus ciudadanos se rigen por esta modalidad de gobiernos locales, donde el ciudadano de a pie si ejerce cabalmente su ciudadanía; esto sin ahondar que, en la República Popular China, allá por el año de 1958, cuando Mao Tse-Tung, convocó al “Gran Salto Adelante”, ese inmenso territorio se vio sembrado de comunas agrícolas y de producción fabril, como forma de avanzar en la socialización de su economía.

Sin ir muy lejos, aquí mismo en nuestro continente, países con una amplia experiencia en la lucha comunitaria y ciudadana, han venido batallando por la consolidación de su autogestión social. Chile tiene instituido la figura de la Comuna, desde mediado del siglo XVIII, y hoy cuenta con más de 360 comunas, debidamente constituidas. Así mismo, Argentina con su reconocida Ley 1777 (Ley Orgánica sobre Comunas), ha dado importantes avances en el ejercicio de la ciudadanía, la descentralización y desconcentración en las funciones del gobierno de la ciudad.

El concepto de ciudadanía siempre ha estado ligado al Derecho, pero han sido los ciudadanos en su empeño de luchar por sus derechos, quienes lo han hecho posible. La ciudadanía bien ejercida es la condición previa para que el ciudadano pueda intervenir en los asuntos del Estado; esta actividad genera la participación directa o indirecta del individuo en el gobierno y en su consecuente administración.

Aquí en Maracaibo una nueva forma de asumir la política ha comenzado a regarse como chispa en la pradera. Ha llegado la hora de proponerle a los vecinos como habitante de la ciudad, a que cumpla sus deberes, y a que, como individuos de acción, lleven a cabo tareas para su bien y también para el desarrollo de la comunidad, recordándoles que los problemas de la ciudad deberían ser una preocupación para todos los ciudadanos.

El gobierno ha transformado en pura perorata el concepto de participación protagónica, al ideologizar y etiquetar con sus dogmas distorsionantes, el accionar del ciudadano con sus iguales. Hoy surge la necesidad de revisarlo todo, desde la tradicional forma de ejercer el activismo político, como la más sencilla actividad comunitaria. Nunca se debió dejar en manos solo del poder ejecutivo, la voluntad soberana del pueblo de ejercer su soberanía. Vientos de cambios se sienten en el horizonte, y por estas riberas del lago ha comenzado a soplar con pasión.

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Con voz propia

En jornadas que realiza la Fundación Raúl Leoni de Aragua se analiza modificación de la Carta Magna, a través de la Enmienda (adición o modificación de artículos, sin alterar estructura fundamental); Reforma (revisión parcial y sustitución de normas, sin modificar la estructura y los principios fundamentales) y Asamblea Constituyente (transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar nueva Ley Suprema Magna). En ponencia que nos correspondió formular, me pronuncie sobre esto último. Lo considero necesario para la transición a la democracia participativa cuyo impulso reclama la opinión pública al liderazgo.

Puntos Fundamentales en dichas jornadas se han propuesto como prioridades: Poder Legislativo Bicameral; nuevo período presidencial; elección del vicepresidente; establecimiento de una sola reelección continua; la segunda vuelta electoral o balotaje; normar el Estado Federal y la descentralización; restablecer la calificación de Fuerzas Armadas, con la participación de la Cámara Alta o Senado en los ascensos de la oficialidad superior.

Sin exagerar el optimismo, se hace perentoria y serio un aporte para el desarrollo de esa etapa. En todo caso, de romperse la Apertura del Diálogo, se prolongaría dicha Transición, pero perduraría lo inevitable de esa Constituyente. Otra opción sería la de dotar de los correspondientes poderes a la Asamblea Nacional y convertirlo en Congreso Constituyente.

En definitiva tendríamos una nueva Constitución Nacional (CN) con la consagración de los puntos en los cuales hubo consenso en la pasada reunión.

El apremio de la nueva CN exige su brevedad en Artículos, lo cual no acorta su vigencia, pero tampoco rechaza la acción de grupos que viene trabajando en una nueva Carta Magna (destacado es el afectivamente llamado Los Gochos, que avanzan en un significativo trabajo).

Emulemos a la Ley Suprema más antigua del mundo y también la de menor extensión del planeta. Nos referimos a la Constitución de los Estados Unidos de América, con 229 años de vigencia y contenida en 7 artículos, reactualizada con 27 enmiendas (en 205 años en Venezuela han creado 26 leyes fundamentales). Nos pronunciamos por una nueva Constitución de los Estados Unidos de Venezuela, con nueve Artículos. La denominación fue cambiada por República de Venezuela en la espuria Constitución del año 1953. La reivindicamos, por el rescate del federalismo.

Debemos recordar que este 21 de diciembre se cumple 205 años de la aprobación de la Constitución Federal para los Estados de Venezuela, primera que ha regido para el mundo hispano, tuvo como modelo a la de EEUU.

Lo del número de artículos es en referencia a los Principios Fundamentales de la CRBV, que proponemos desarrollar en contenidos, a la cual podemos agregar las disposiciones transitorias (la actual cuenta 18, no ejecutadas).

Cinco años antes de que el comandante idolatrado por sus seguidores impusiera la modificación constitucional para eternizarse en el Poder, a inicios del 2003, la “Comisión Especial de Apoyo, Seguimiento e Implementación de los Acuerdos de la Mesa de Negociaciones y Acuerdos” propuso una Enmienda de la Carta Magna. En ejercicio de la Diputación en la Asamblea Nacional, recibimos la propuesta de desarrollo de la Enmienda Constitucional del ex Presidente de los EEUU Jimmy Carter, consignada a la comisión por el entonces parlamentario Gerardo Blayde.

Al MARGEN. Este 10 de diciembre se conmemoró el 96º de creación de la Fuerza Aérea con los aviadores militares unidos, pese a que el golpismo enquistado en el poder celebra el 27 de noviembre, pretendiendo dividirlos anteponiendo el enfrentamiento sangriento a la dignidad.

jordanalberto18@yahoo.com.

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Visión y Análisis

Aprovechando el momento no puedo dejar de mencionar el decreto del 11 de diciembre, según el cual, en 72 horas se inicia el proceso, que dura 10 días, para sacar de circulación los billetes de cien bolívares.

El presidente Maduro quiere convencernos de que la inclusión de billetes de quinientos, mil, dos mil diez mil y veinte mil bolívares NO es causada por la total incompetencia del gobierno en materia económica y financiera sino por una supuesta conspiración internacional y que el decreto que solo otorga 10 días para sacar de circulación el billete de cien bolívares, el de mayor circulación en la actualidad va a dar un "golpe de gracia" a los integrantes de esa supuesta conspiración.

Quiero recordar al público en general que el deplorable manejo gubernamental de la política económica y cambiaria durante los últimos 18 años, no sabemos si por incompetencia, por ceguera ideológica o simplemente por un plan corrupto para enriquecerse, ha llevado a la destrucción del aparato productivo nacional y ha creado una espiral inflacionaria que nos ha convertido en el país con la mayor inflación del mundo durante varios años consecutivos, que se estima cercana al 500%, según cifras oficiales y cerca del 700% según fuentes no oficiales, esta inflación dejó atrás el cono monetario actual, con el cual, para pagar un simple mercado son necesarios doscientos (200) billetes de la más alta denominación, lo entorpece hasta las más simples operaciones mercantiles. Esa es la verdadera razón para los nuevos billetes, el mal manejo de la economía, no una hipotética conspiración internacional contra el papel moneda venezolano.

Y los más grave, es que cuando por fin se vislumbra la emisión de nuevos billetes, que pueden aliviar el problema del pago en efectivo, aclarando que no mejora en nada la economía del país, viene otro manejo deficiente, en lugar de hacer un proceso de reemplazo paulatino y ordenado del papel moneda en circulación se lanza un decreto que enturbia esta operación al ordenar un cambio súbito y con una celeridad que exige una eficiencia a la que no nos tiene acostumbrada la administración pública actual. El decreto en cuestión establece

En principio parece que nadie le ha dicho a nuestro brillante presidente que el próximo lunes 12 de diciembre es feriado bancario. Tampoco nadie le ha informado que el proceso de incorporar el nuevo cono monetario en 2008 duró UN AÑO, ni que existen más de DOS MIL MILLONES de billetes de cien bolívares en circulación en el mercado nacional y que difícilmente se podrá realizar su reemplazo en 10 días en las dos únicas agencias del Banco Central de Venezuela. ¿Los encargados de retirar el billete de 100 serán los mismo encargados que tienen meses tratando de poner en circulación los nuevos elementos del cono monetario sin lograrlo?

Resulta insensato, por decir lo menos, sacar de circulación un billete cuando aún no se ha puesto en circulación el papel moneda que lo reemplaza. Este inconsciente decreto puede generar ruido en un proceso que debería, para la salud de la economía nacional, llevarse a cabo con la mayor normalidad, tranquilidad y calma posible.

También se generan dudas acerca de lo que pasara luego de la recogida de los billetes de 100, la sociedad quedará prácticamente sin efectivo, ya que los nuevos billetes aún no han estrado en circulación, los no bancarizados quedan sin poder hacer operaciones; el intercambio comercial en la frontera con Colombia y Brasil queda en suspenso, porque los comerciantes de esos países ya no aceptan el billete en vías de extinción, se agrava la escasez, levemente aliviada por productos provenientes de esos países; se genera una duda ¿Una vez que este recogido todo el efectivo se producirá un corralito financiero bancario?

¿Será pura insensatez, será una maniobra mediática o será un escenario perfecto para el lavado de dinero? Nadie lo sabe. Definitivamente aprobar un Decreto de Emergencia Financiera a este gobierno es como darle una ametralladora a un mono, nadie sabe lo que va a pasar, pero es sumamente peligroso.

12 de diciembre de 2016

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Carlos Oteyza, en su documental sobre Carlos Andrés Pérez, a mi juicio, consiguió su cometido: traer a la pantalla, en planos bien logrados y entrevistas acertadas y puntuales, la controvertida personalidad y la obra de un Presidente que muchos, inútilmente, pretenden sepultar bajo el entramado de la corrupción, siendo así que la verdad se resiste a quedar oculta y aflora por cualquier vericueto cuando se cierra la vía principal.

De los gobiernos de la democracia, los políticos procuran ignorar a CAP; y su propio partido y amigos han contribuido a sembrar dudas y a incrementar las sombras de su actuación, ignorando sus logros.

En lo personal, me siento en la libertad de hablar del hombre que conocí, caído en desgracia, golpeado –no abatido– por las circunstancias y ante la realidad de una “muerte” que lo tomó por sorpresa, indefenso por la alevosa embestida de la justicia que no era el desenlace previsible para un luchador político. Superadas dos intentonas militares, el golpe judicial lo encontró desconcertado, sin el recurso a una respuesta coherente, lógica y jurídica ante la confabulación y el linchamiento revestido de aparente legalidad.

Sus aciertos de la nacionalización petrolera, de la integración andina y de la descentralización que tomó cuerpo en la elección de los gobernadores, encontraron la respuesta amplificada de los errores en que pudo incurrir en el primer y segundo mandato.

Sus propios colaboradores y amigos resaltan tímidamente, a mi juicio, sus logros políticos y sus cualidades personales, en tanto que sus adversarios reconocen, con lealtad, el talante democrático de un hombre que, a diferencia de muchos copartícipes de nuestra vida pública, no conoció la mezquindad, ni el resentimiento, ni el odio que vaticinó como signo de la realidad que vivimos, con la elección de un vengador.

El documental de Oteyza, con la intencionalidad de su autor, no hace juicios de valor, los cuales deja al espectador, iniciada la obra su propia vida que, en definitiva, es producto de la recreación de los hechos y personajes con las propias vivencias, carencias y expectativas que conforman las realidades y experiencias individuales y colectivas.

A mí, en particular, aunque el guión solo apuntó al epílogo de la tragedia de CAP, me parece importante destacar la mención final, en letra pequeña, pero de gran significación: un Presidente en ejercicio, acusado de corrupción, destituido, linchado políticamente en intento idóneo de aniquilarlo moralmente, fue condenado, no por haberse apropiado de dineros públicos en su propio beneficio o de otros, sino por haber enviado una misión policial a Nicaragua para proteger a la presidenta electa Violeta Chamorro, en incuestionable y transparente defensa del sistema democrático.

CAP, en verdad, asumió su responsabilidad; se sometió a un juicio injusto, caricatura de proceso debido; fue destituido sin que hubiese falta absoluta, sino la más típica falta temporal, como lo es un proceso en el que –se supone– se presume la inocencia; fue condenado con la actuación de poderes confabulados en su contra, con la reserva de conciencia de hombres y mujeres que participaron en el injusto veredicto; fue hecho preso en una cárcel pública y luego en su residencia, hasta cumplir exactamente la pena impuesta; y, finalmente, no satisfecha “la justicia”, una vez más, quedó sometido a un nuevo juicio que lo mantuvo en forzado exilio hasta su muerte.

Con CAP no funcionaron los poderes, como suele decirse; no se demostró su enriquecimiento personal; y, lo más grave, se sentó el nefasto precedente de la utilización de la justicia penal como instrumento de venganza política.

Sin duda, el golpe mortal de la emboscada judicial obedeció a los odios sobre los cuales él alerta al final del documental, sentimientos que no guiaron sus acciones, pero que, a pesar de su falsa creencia, no abandonaron a los que se unieron en el plan de su muerte política, justificada por el pretendido bien de la democracia, a la cual sirvió CAP con el ejemplo de su sometimiento incondicional a la institucionalidad, a pesar de las manifiestas y evidentes muestras de injusticia, de parcialidad y de sesgo político que rodearon la farsa de un sedicente proceso penal que quedó inserto entre los atropellos más descarados al Estado de Derecho en Venezuela.

aas@arteagasanchez.com

El Nacional, 12 de diciembre de 2016

 3 min