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Opinión

Ismael Pérez Vigil

El resumen sobre el camino del voto, iniciado hace dos semanas, lo concluyo en esta entrega con una exhortación al rescate del voto, al que debemos dedicar tanto esfuerzo como el que hemos dedicado a ayudar al régimen, de manera indirecta, a socavar ese camino, al prestarnos a su juego con políticas abstencionistas o denuncias de fraudes que no hemos podido probar ni concluir satisfactoriamente.

Pero antes, embalado como está el gobierno para mantener el poder con las elecciones de 2024, debemos esperar cualquier ocurrencia o que todo lo tiña con esa finalidad. Por eso, quiero examinar una última e “ingeniosa” modalidad del régimen para socavar la fe en la política, en las instituciones, en definitiva: en el valor del voto.

“… esto se arregló…”

Esa frase es, en mi opinión, una nueva modalidad, más sutil, de “trabajar” para mantenerse en el poder, pero es el mismo decorado. Lo lamentable es que no es solo una “prédica” del gobierno, sino también la de algunos sectores, de empresarios, de asesores y analistas, que nos pretenden mostrar un país más allá de la realidad, una fantasía económica, enumerando las cuatro o cinco medidas macroeconómicas adoptadas, absolutamente insuficientes para llevar comida a las mesas, generar empleos o resolver la carencia de elementales servicios públicos que atosigan a la población. La “mejora” de algunos sectores y de algunos indicadores económicos, o la frivolidad de algunos espacios de consumo y lujosa diversión, no son un indicador importante para aseverar que el 80% o más de los venezolanos, viviendo en precarias condiciones y sumidos en la pobreza, están saliendo de ella. Por mucho que los indicadores señalen que la economía creció en 2021 y en 2022, al nivel de las inversiones y actividad económica actual, se necesitarán varios años para que ese crecimiento nos nivele al PIB que teníamos a finales del siglo pasado, cuando comenzó este oprobioso régimen, o tan solo para nivelarnos al PIB del 2013, cuando se inició el régimen madurista.

No hace falta abundar más en el tema, ni hacer una descripción −que siempre será incompleta y poco detallada− de la inadecuada o claramente falsa interpretación de las cifras, sería un insulto a la inteligencia de los lectores, que se dan cuenta perfectamente de lo que ocurre y, de todas maneras, seguramente, no lo voy a hacer mejor que connotados especialistas en la materia, que han opinado al respecto y demostrado la falsedad de la imagen que pretende crear el gobierno. Solo me interesa resaltar el mensaje que es, para mí, claro: “como esto se arregló… ¿para qué cambiar? … mejor quedémonos como estamos…”. Ese es en el fondo el mensaje.

Debemos prepararnos para esa y cualquier otra estratagema; por ejemplo, de arremetidas diversas, acompasadas y concertadas, contra la elección primaria de la oposición democrática y que lamentablemente, ya lo vemos, contará con el apoyo de algunos “analistas”, supuestamente “opositores”.

Rescatando el valor del voto.

Si difícil y escabroso ha sido el camino del voto, para establecer la democracia, también lo ha sido el camino del rescate de su valor, del cual vale la pena resumir algunos eventos. Por ejemplo: uno, el esfuerzo importante que se hizo en 2006, con una candidatura presidencial unitaria, por consenso; dos, el triunfo en el referéndum constitucional del 2007, derrotando la propuesta de modificación de la Constitución; tres, las exitosas elecciones primarias en 2012 −de donde salió un candidato unitario− y otras durante varios años más; cuatro, el triunfo en la elección de la Asamblea Nacional en 2015 e innumerables triunfos parciales en Alcaldías, Gobernaciones, Asambleas Legislativas, Concejos Municipales, etcétera, durante los últimos 23 años.

Después de todos esos ejemplos, hasta resulta difícil entender, porque para un gran sector de la población sigue tan deteriorada la vía electoral; lo único que lo explica es que el régimen ha sido exitoso en su empeño de desestimar el voto, aun cuando los ejemplos demuestran que la oposición ha desarrollado una tenaz resistencia, que debemos continuar.

Coyuntura electoral.

No repetiremos argumentos ya trillados, pero en 2024, se nos presenta una nueva oportunidad con la elección presidencial; pero antes, en 2023, debemos ser exitosos en la selección del candidato o candidata unitario en el proceso de primaria; son dos hitos interconectados y dependientes, no habrá éxito en 2024, sin éxito en 2023.

La coyuntura electoral de los años 2023 y 2024, son una buena oportunidad para replantearnos como oposición, como país, como un todo, la superación de la crisis social, política, humanitaria compleja, que nos asola. Para ello es imprescindible dejar de voltear hacia atrás o hacia los lados, imprescindible mirar al frente, al futuro, tomar lecciones de los errores cometidos, enseñar al país que hay una ruta, que comienza y termina en la unidad de objetivos, una unidad más allá del candidato o candidata −que ya es algo− pero con un basamento real, pragmático, efectivo, que sume y multiplique, no que reste o divida al país.

Superar barreras

Nos corresponde para ello sortear algunas barreras, políticas y emocionales. Las políticas obviamente tienen que ver con los partidos, su credibilidad y la del liderazgo. Para ello es preciso que se imponga y mantenga el espíritu unitario, que se mantenga igualmente la presión internacional y que se desarrolle la movilización interna, ambos retos grandes e importantes.

Las barreras emocionales, relacionadas con las anteriores, también hay que superarlas y son esa mentalidad antipolítica −fenómeno realmente mundial− que mantiene el desánimo en importantes sectores del país, que produce rechazo al liderazgo opositor y que produce como efecto colateral la marginación de los procesos electorales. Es una tarea difícil, por el impacto innegable en redes sociales de las criticas indiscriminadas, que aun cuando puedan tener algún basamento, en buena medida siguen la pauta que marca el régimen para desmoralizar a la oposición y negar el valor del voto.

Conclusión.

La elección primaria de 2023, ya se ha dicho, es además una buena oportunidad de movilización y de mostrar al pueblo venezolano una cara unida y una alternativa para superar este oprobio y ganar las elecciones de 2024.

Algunos dudan, lo sé, que el voto sea el camino a la democracia, pues se afirma que no se cree que por esta vía el gobierno vaya a entregar el poder, si pierde la elección presidencial. Pero, en realidad, eso es algo que no sabemos si ocurrirá, que solo podemos especular, pues en verdad, nunca le hemos ganado a este régimen una elección presidencial. Ese es el reto para 2024.

Volveré la semana siguiente a la Semana Santa, con comentarios acerca del proceso de selección y designación de las Juntas Regionales que asistirán a la Comisión Nacional a organizar la elección primaria del 22 de octubre de 2023.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 5 min


Benjamín Tripier

El tema de la corrupción confesada por el gobierno, asumiendo la responsabilidad por miles de millones de dólares perdidos, aunque se trató de presentar como que se descubrió a una banda de delincuentes enquistados en el gobierno, no logró su objetivo, y terminó afectando a todo el estamento de funcionarios y exfuncionarios del estado.

La desconfianza y la credibilidad quedaron fuertemente dañadas, no solo para los que no quieren al gobierno, que ya lo sabían o al menos lo sospechaban desde el principio sino principalmente para el chavista que ahora ve como esposan y visten de naranja a aquellos que decían luchar contra la corrupción. Y con eso, cada vez que un dirigente se rasga las vestiduras, haciendo leña del árbol caído (en realidad del árbol volteado), el pueblo llano se pregunta si ese, unos días después, no aparecerá también esposado y vestido de naranja.

Porque lo razonable hubiera sido mostrar mecanismos que evidencien que la situación ya no volverá a repetirse y que las cosas han cambiado porque lo de la comisión reestructuradora ya, para estos, casos, no satisface… no es suficiente.

Esta confesión pública, marca un antes y un después… y solo demostrando buena gerencia, con gerentes profesionales, preferiblemente que provengan del sector privado, podría comenzar a revertirse este golpe reputacional que ya no resiste relatos ni re significaciones.

Y tratar de diluir el impacto involucrando a la oposición política, no solo no cambiará la percepción, sino que se entenderá como una excusa más para inhabilitar candidatos. En fin…

Porque ya no importa si alguna de las tantas versiones y explicaciones que andan dando vuelta son ciertas o no lo son. Lo único concreto es que la onda expansiva de la bomba que hizo explotar el chavismo, los alcanzó a todos… a acusados y a acusadores.

Lo cierto es que haber jugado esta carta fuerte de la purga interna por corrupción, lejos de mostrar fortaleza y gobernabilidad, reveló una vulnerabilidad muy grande, porque dejó en evidencia que pasan cosas muy graves y que no pueden ni evitarse, ni detenerse. A lo sumo, muestra que unos tienen más fuerza que otros, pero que el país está estancado y que no están pudiendo reaccionar.

El otro tema, es la presencia cada vez más fuerte del gobierno de Petro interviniendo en temas locales. Lo de las visitas presidenciales frecuentes (las dos primeras sin aviso previo), lo del gas, lo de Monómeros, lo de la guerrilla y ahora lo de la mesa paralela con la oposición, lo han convertido, casi de un momento para otro, en un actor noticioso casi diario.

Hay que ver si realmente logran pasar de los dichos (noticias y declaraciones) a los hechos. Porque hasta ahora, sin que el gobierno de Venezuela le hubiera dicho algo, anunció que compraría gas, y luego que no lo necesitaban; y después Monómeros, y que vamos a ver, y ahora, por la corrupción, en Pdvsa, mejor que no.

Lo de las negociaciones con la oposición en Bogotá, desplazando a México de la escena (o al menos posponiéndolo) es una incursión en un tema novedoso para ellos, al menos en el rol de anfitriones. Si eso se vincula con las declaraciones de la cancillería colombiana de que Petro estaba llamado a asumir el liderazgo en la región, y a las declaraciones del embajador sobre que todo lo que hacían con Venezuela era consultado con EE UU, entonces habría que pensar que el juego es más amplio y más profundo, y que, por lo que parece hasta ahora, les está quedando grande.

Mientras seguimos en el día a día pragmático del comercio bilateral, que está tratando de deslastrarse de lo político y concentrarse en una relación de mercado entre empresarios de los dos países. Esa vía sí está clara, y, aunque también tiene sus aristas, las reglas esenciales del mercado, se mantienen.

Político

Para que el escándalo dentro del chavismo, como les decía en entregas anteriores, haya roto las paredes de silencio, verticalidad y disciplina que los caracterizaba es porque el problema interno es muy grave y aún no está controlado.

Porque una cosa es que con esta purga se mande un mensaje ejemplificador que calme o postergue apetencias de poder y otra muy distinta es que tengan el resultado esperado y las aguas se asienten.

De los 3 a 5 aspirantes del chavismo a hacerse con el poder en Venezuela, ninguno pareciera que se llamó a la calma con las medidas tomadas hasta ahora. Porque en la medida que no se declaren vencidos se seguirá ampliando el círculo de impacto y seguirán encarcelando más funcionarios de esos que, hasta hace poco, eran patria o muerte con el núcleo actual de poder.

Pero en la medida que se siga encarcelando gente habrá más razones para luchar por ese poder, para poder sacarlos de la cárcel si logran imponerse. En pocas palabras, todo indica que todo esto está recién comenzando, y que los aspirantes no se llamarán a la calma y contraatacarán.

Lo que sí está claro es que lo de la corrupción fue el ángulo que se utilizó para la limpieza interna, lo que no quiere decir que no sea cierto sino que no es el centro del problema. Porque en realidad, en este caso, no hay una declaración formal de los montos involucrados, ni los 3 mil millones, ni los 21 mil millones. Aún no se sabe –creo que ni ellos lo saben– qué cifras están involucradas.

Del otro lado de la zanja, se encuentra la oposición (“las oposiciones” me decía un chavista fuerte) que no encuentra un espacio propio desde las alturas de la dirigencia, mientras que la gran base, que casi llega a 90% de la gente, tiene en común que quieren que esto cambie porque así ya no se puede vivir. Pero esa base, cuando mira hacia arriba, mira con desconfianza lo que tiene a la vista. Porque muchos se hacen llamar opositores, y en realidad no lo son.

La prueba rápida de pureza opositora se manifiesta en si el personaje ataca más fuerte a otros opositores que al gobierno, si quiere mantener el estatismo de siempre, y si se preocupa por sacar gente de la pobreza, versus atenderlos, pero que sigan siendo pobres.

Habrá que ver el alcance de gente que logren las primarias, porque será un anticipo de lo que podría pasar en las verdaderas elecciones. El verdadero opositor, tal vez, no debería inmolarse ahora, y hacer un trabajo en las bases (bottom up) hasta el 2024, y allí, casi sobre la hora, para minimizar las posibilidades del contraataque, salir a la superficie, con la seguridad de que su trabajo en las bases le traerá los votos que pudieran dar vuelta el resultado, que, visto desde este momento, ya está cantado, y es que el chavismo retiene el poder. Ya sea con Maduro si resiste este ataque interno brutal, o algún otro de los 3 o 4 aspirantes que hoy están en pugna.

Social

La pobreza en Venezuela ha aumentado significativamente en las últimas décadas, especialmente durante la última década. La crisis económica, política y social que ha afectado al país ha sido uno de los principales factores que ha contribuido a este aumento.

Según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de 2020, 64,8% de la población vive en situación de pobreza, mientras que 79,3% de los hogares tienen dificultades para acceder a alimentos de manera regular.

Además, la pobreza extrema ha aumentado considerablemente, con 26,4% de la población viviendo en condiciones de extrema pobreza en 2020, según la Encovi.

La situación de pobreza en Venezuela ha tenido un impacto negativo en la salud, la educación y la seguridad alimentaria de la población, y ha llevado a un aumento de la migración y la dependencia de la asistencia humanitaria internacional.

En resumen, la pobreza en Venezuela es una situación grave que ha afectado a gran parte de la población y ha sido exacerbada por la crisis económica, política y social que atraviesa el país.

Los párrafos anteriores fueron desplegados por una aplicación de inteligencia artificial ante el requerimiento de “Pobreza en Venezuela”.

Nuestra situación estará más comprometida este 2023, porque a las privaciones de aquellos que no tienen trabajo deben sumarse para este año, las de los que sí tienen empleo, pero no les alcanza para vivir. Con un salario mínimo inferior a 10 dólares, que, complementado por tareas adicionales puede llegar a los 30 dólares, frente a una cesta básica superior a los 200 dólares, podemos anticipar aumento en la pobreza.

Lo cual está impactando con fuerza, desde finales del 2022, en la demanda, que ha caído en 35% según cifras confiables.

La posibilidad de un aumento del salario mínimo sigue postergándose, pero no puede durar mucho tiempo más porque la cantidad que está sobre la mesa es de 400 dólares por mes, casi duplicando lo que cobran algunos niveles bajos en el sector privado.

Económico

Si bien es importante impulsar el consumo, no hay que olvidar que este tipo de fenómenos, como el que estamos viviendo en Venezuela, requiere de aproximaciones integrales a las soluciones. Tenemos que contribuir, como empresarios, a mejorar la estructura de costos y gastos de nuestras empresas, y solicitarle al estado que contribuya con la baja de impuestos y tasas, y ayude a contrarrestar las externalidades negativas que afectan a toda la cadena de agregación de valor.

Y con eso me refiero no solo a la oferta existente, sino a la posibilidad de aumentar la utilización de planta, por un lado, y a la posibilidad de aumentar la capacidad instalada. Necesitamos más oferta de bienes y servicios, de buena calidad y de precios accesibles.

Porque en realidad, el mercado, al ser un mecanismo natural de ajuste, a veces se concentra en la inmediatez, y pierde de vista que la reducción del consumo no es un fenómeno de coyuntura, sino que se va solidificando y volviéndose estructural. Por lo que, si desde el lado de la oferta no optimizamos los precios, pues veremos cómo el mercado se achica aún más; y de eso, algo sabemos, y hemos aprendido con la caída sistemática del PIB durante casi 10 años, la diferencia es que ahora los tiempos se están acelerando, y ya el tiempo para solo-pensar se está agotando y ha llegado el momento de solo-actuar.

Hay que reconocer que una de las plataformas que pudieran utilizarse para el necesario proceso de optimización y reacomodo, es el mercado de capitales, donde, con instrumentos creativos, diseñados a la medida de las necesidades, pudiera servir para esa expansión orgánica que solo el mercado puede ofrecer. Cuidando que la demanda no crezca más allá del rango que pueda reinvertirse en el aumento de la oferta.

Como les decía, el nuestro es un fenómeno multidimensional, y como tal debe ser tratado.

El otro tema es la oferta del gobierno de suspender por cinco años los períodos de prescripción de los bonos en default, que comienzan a vencerse en octubre próximo al cumplirse los seis años desde el último impago de cada bono. Como dicen los abogados del gobierno, es un primer paso importante aunque en realidad no tiene impacto real, pues ante las cortes de Nueva York, esta declaración no puede ser procesada, pues en esa jurisdicción, que es la de los bonos, el gobierno del chavismo no está reconocido. Mientras que el de Guaidó, sí estaba reconocido, pero al haberlo disuelto, eso quedó en un limbo que solo podrá ser compensado con las demandas que seguramente se comenzarán a presentar en los próximos meses, para extender los plazos de prescripción.

Siempre existe la posibilidad de arreglos directos entre el gobierno y los bonistas que estén fuera de la jurisdicción americana (que no sean US persons) extendiendo garantías o buscando acuerdos que beneficien a las partes. El debt-equity-swap es una opción que tiene el gobierno al momento de decidir pasar a manos privadas alguna de las actividades que hoy están en manos del estado, pero que son de corte estrictamente empresarial.

No olvidar que esto ya se había intentado en el pasado (el límite entonces fue el 13 de octubre de 2020), pero no tuvo efectos, no solo por las mismas razones que ahora, sino por un conjunto de razones de representatividad que en su estructura eran clásicas, pero que, aplicadas a nuestro caso, no tenían mucha fuerza. Nuestro caso es especial, y hay que tratarlo en forma especial… el librito con nosotros no aplica.

El otro tema, es que los aires aperturistas con Venezuela que había al inicio de gobierno de Biden, han ido perdiendo posiciones, debido a lo cual, por más presiones que hagan los lobistas de mercado, será difícil que logren cambiar el movimiento tectónico, que, si no se logró al principio del gobierno, pues ya no se logrará. Lo cual para nosotros significa que ya sea que Biden repita o que ganen DeSantis o Trump, nosotros seguiremos en la lista negra mientras el chavismo continúe en el poder.

Internacional

Pese a que Colombia está tratando de ocupar espacios en el frente internacional de Venezuela, la realidad es que solo EE UU es el país con más poder e influencia sobre nosotros. Derivado no solo de la trayectoria histórica de las inversiones y del comercio bilateral, y la influencia cultural profunda, sino que, ahora, también por las sanciones que nos impusieron por considerarnos una “amenaza inusual y extraordinaria” para su seguridad interior.

Si el rol que busca Colombia es el de interlocutor entre el gobierno venezolano y el de la Casa Blanca, pues debe estar claro que ese camino ya se recorrió y requiere de mucha más mano izquierda y filigrana política. Se está moviendo como elefante en cristalería, y por ese camino no habrá efectividad. De todos modos, como hay que explorar todos los caminos, hasta los que no parecen buenos, pues ojalá que se concrete lo de Bogotá, y se abra un espacio más donde se escuchen también las voces opositoras… así a un gobierno de izquierda como el de Petro, no le guste lo que escuche… pero mesa es mesa… me imagino.

En Europa no ha habido cambios de posición y siguen apoyando a Ucrania con todo el peso político de la UE, y con el peso militar de la OTAN, que incluye a EE UU. Tal como ocurrió en otros conflictos, todo indica que EE UU no entrará en esa guerra como nación, sino a través de la estructura de la OTAN, siguiendo el criterio de mantener los conflictos lo más lejos posible de sus fronteras. Por eso es que la situación de una Venezuela chavista cerca de sus fronteras es un incordio que, si la “paciencia infinita” se les agota, la vía militar puede ser una opción. Porque lo que llama la atención es la frecuencia de la participación de la general Richardson en temas relacionados con Venezuela y con la región; y la precisión de los diagnósticos, afirmaciones y principios, que deja ver en sus intervenciones.

Recomendación

  • Al gobierno: que debe mostrar que el sistema de control interno se fortaleció, que se designó un halcón independiente al frente de la Sunai (si es que aún existe…), que se convocó a una reunión masiva de auditores internos y se les dio tareas de prevención y de fortalecimiento de los mecanismos internos de control; especialmente en el área de compras y adquisiciones de todas las dependencias del estado. Y que se haga un seguimiento al estilo de vida de cada funcionario, y que, ante la sospecha, se lo separe de las funciones mientras se lo investiga. Claro que puede convertirse en una cacería de brujas, pero que sería sanador y curativo para las instituciones que quedaron tan cuestionadas después de esta confesión…
  • A la dirigencia opositora: que la Comisión de Primarias proponga la realización de unas sesiones extramuros de reflexión estratégica que incorpore a los precandidatos, e invite a los que piensan lanzarse por fuera, para identificar temas en común. No solo para poder defenderse en bloque frente a las amenazas que se les vienen, sino para encontrar la esencia de ser opositores, y de ser opositores a qué o a quién.
  • A la dirigencia empresarial: que, si bien el espíritu empresario ha sido capaz de echarse al hombro la economía del país, lo ha hecho lo mejor que pudo, considerando que cada empresa trabajó en forma aislada tratando de optimizar el uso de sus propios recursos. Pero ante la falta de un plan, es importante que la dirigencia empresarial asuma el rol del planificador integral; no para sustituir al estado, sino para presentarle una hoja de ruta que identifique vías de acción.

 12 min


Carlos Raúl Hernández

En dos oportunidades López Obrador con humor tabasqueño, solicita que “España pida perdón” por su presencia en las Indias, como si Joe Biden o el mandatario australiano David Hurley, lo exijieran a Carlos III de Inglaterra. Menos se entiende porque comparte 3000 kms. de fronteras con el país que arrebató la mitad del espacio político territorial que les creó España. Por 1992, cuando en el quinto centenario del descubrimiento, “los no descubiertos” hablaban del encuentro de dos mundos, como de transatlánticos se hubieran topado en medio del océano para celebrar el Año Nuevo, aunque atravesar el Mare Tenebrosum es una de las pruebas de coraje y sabiduría más grandes que ha dado el hombre y la ofrecieron Cristóbal Colón y su puñado de valientes. Lo de encuentro es simpático, porque los indígenas más “avanzados” vivían en la Edad de piedra, sin la rueda, la escritura, el ganado, el uso práctico de los metales, y muy poco de agricultura. Luego se hace moda erradicar el nombre de Colón de los espacios públicos, destruir sus estatuas, y al paseo bonaerense no se lo quitan, pero instalan una esfinge demoníaca del héroe.

Los españoles sustituyeron a Colón en las celebraciones por Leonardo Da Vinci, la vieja costumbre de hacerse los locos frente a la mentira y la calumnia para no meterse en problemas. La leyenda negra es un complejo contra el imperio español, que dominaba la pelusa de 60% del mundo conocido entonces, producto de una implacable campaña ideológica y la envidia de potencias menores, Francia, Inglaterra, Alemania. La continúan enemigos de España y la asumen, ¡no me digas¡, los revolucionarios. Hasta alguien tan distante de estas épocas y latitudes, Juval Harari, explica que el descubrimiento de América es el verdadero arranque de la era moderna al aportar un Nuevo Mundo a la humanidad y revolucionar la vida con avances científicos inmensurables: la cartografización del planeta, el descubrimiento de corrientes navegables para ir y regresar (la tornavolta), la vuelta al mundo con la conquista el Pacífico, la globalización que interconecta todos los mares, culminada por Sebastián Elcano, ya Magallanes fallecido en la empresa.

Pero Harari tiene el cuidado de hablar de “los europeos” y solo dice “españoles” cuando trata violencia o desarreglos, y no parece ser por casualidad. La leyenda negra pinta el nuevo mundo como una especie de infierno en el que los españoles andaban cazando indios con arcabuces por pura ociosidad, o para robarles el oro que, según se pensaba, casi crecía en los árboles. No hubo un momento a lo largo de la historia -ni de la prehistoria- sin expansionismo imperial, que implica violencia iniciática, y los españoles llegan a unas tierras donde esta era la principal relación social, a diferencia de quienes sugieren un paraíso. En las relaciones entre los pueblos indígenas predominaba la esclavitud, la explotación, el secuestro de mujeres, la tortura y hay consenso de historiadores serenos en que el mayor régimen criminal conocido es el imperio azteca. La respetable cultura azteca sacrificaba un promedio de diez mil personas al mes de las tribus colonizadas y después se las comían. Si un azteca decía a alguna doncella “te quiero comer” no era prudente tomarlo como galantería.
Lo atestiguan fray Bernardino de Shagún, fray Diego Durán y Bernal del Castillo, entre los antiguos. E investigadores actuales, Oscar Calavia, Michael Harner, Sherburne Cook, Manuel Moros Peña y muchos otros, demuestran que, aunque tenían profusión de animales salvajes para comer, preferían a los humanos. Hernán Cortés al que le crearon fama de malvado, toma Tenochtitlán, una fortaleza de 250 mil mexicas, con solo trecientos españoles, pero al frente de 10 mil guerreros tlascaltecas, cholulas, huetxotzincos, tepeyaques, totonacas, y más de otros veinte pueblos hasta el gorro de que los aztecas les robaran las mujeres y los asesinaran en masa en los ritos infernales de la pirámide. Eso contribuye a explicar también por qué, en el asedio a Cusco, Francisco Pizarro lleva apenas 190 españoles, pero 30.000 huankas, chankas, cañaris, chachapoyas y otras etnias, porque los incas se entretenían con sacrificios humanos y canibalismo. En los casos de Cortés y Pizarro, emblemáticos de la leyenda negra por su “crueldad”, no hay duda que sus mejores amigos fueron los indígenas, que le permitieron la conquista.
Si bien ninguno de los dos capitanes era Santa Teresa de Jesús, también enfrentaban guerreros implacables. Aparte de los combates, las muertes indígenas fueron efecto colateral, no deseado, de viruela, gripe, sarampión que portaban los españoles y, que el sistema inmunológico de aquellos no reconocía. Los caídos de la cuna hablan de “genocidio” y violaciones como sistema de vida, y no los ignorantes, sino también los semiilustrados. Una señora de letras silvestres, madre de un libro tonto, se ofendió cuando escribí que nuestra abuelos y abuelas eran un español y una indígena. Pasado el encontronazo de la conquista, vino la consolidación, la estabilidad institucional, el mestizaje, la extensión de derechos a los conquistados, y la paz centenaria que caracteriza los imperios (que se ajustan a la definición), según la historiadora más importante en castellano de lo que va de siglo, María Elvira Roca.
Ella distingue imperio de colonialismo por varios elementos, entre estos la corta duración del segundo y la separación étnica rigurosa para impedir el mestizaje, caso de los ingleses que prohibían el matrimonio de colonos con naturales. Lejos del genocidio propagandístico de la leyenda negra, el imperio español mejoró exponencialmente las condiciones de vida, lo que multiplicó la población. Fray Servando de Mier dice que frente a Ciudad de México “Madrid es un ranchito” y a final del siglo XVII era la capital del imperio español y no conozco, ni sé de la existencia de una concentración más impresionante de edificios barrocos que alrededor del Zócalo. La América hispánica llegó a crear 30 universidades, grandes ciudades cuadriculadas, plazas, iglesias, calles. Gracias a un pacto de convivencia fue posible que para el año 1800 apenas 200 mil españoles estabilizaran un imperio de 23 millones de kms., con 15 millones de hab., mientras EE. UU tenía cuatro millones de hab. en una superficie de 3 millones y medio de Kms. Cuatro veces más población y cinco veces más territorio. Aún después de la independencia, la potencia del futuro parecía ser Hispanoamérica, pero los grupos de criollos que tomaron el control fueron catastróficos.

Dividir los cuatro grandes virreinatos en veinte republiquetas, lo que hoy es Latinoamérica, no hay manera de atribuirlo al imperio español, sino a las élites criollas de la independencia, que encima de eso, se tragaron y nos hacen tragar la superioridad de la colonización inglesa y el paquete completo de la leyenda negra. Y veámosla en acción. Hace cuatro o cinco años el ayuntamiento de los Ángeles eliminó al Columbus Day, que se celebraba el 12 de octubre, seguido de afrentas a las estatuas de Colón y más ayuntamientos se sumaron a la iniciativa vengadora. En esa fiesta se encontraban indígenas, hispanos, italianos, españoles y el mensaje subliminal trasmite que no es fecha para celebrar, se castiga la impronta española para que en la memoria colectiva quede marcada de genocidio. Después emprenden contra san Junípero Serra, al que acusan de “instrumento de la colonización” por prestar servicios a las comunidades, a enfermos, niños, ancianos, enseñar a leer, y quitan el nombre a su calle y a un edificio.
La memoria histórica está formada por supercherías y mentiras que engatusan a los pueblos y los memoristas son sus oficiantes, encargados de mantenerlas y difundirlas. Recomendaron castigar las afrentas contra los indígenas californianos “perpetradas por los españoles”. Pero hay que saber la verdad histórica de cómo y quién extermina la población indígena. En 1848 termina la guerra EE. UU- México en la que el segundo, como vimos, bastante mayor y más poblado, a pesar de esto se lleva una paliza de los norteamericanos y pierde 52% del territorio con el tratado Guadalupe-Hidalgo. La torpeza militar y política de las élites pierde el oro de California, el petróleo texano y comienza una política del estado californiano para exterminar a los indios, con remitidos en los periódicos en los que ofrecen pago por cabellera de mujeres, hombres y niños, y los que tenían más suerte iban a las reservas a morir de hambre. En 50 años los diezmaron, aunque todavía hoy la mitad de la población habla castellano. La lucha contra el genocidio la encabezó el indígena españolizado Antonio Carra, pero la ingenuidad de López Obrador requiere que España pida perdón.

@CarlosRaulHer

 6 min


Griselda Reyes

Venezuela en los últimos días ha sido un hervidero. Sí, me valgo de este término tan coloquial para intentar fotografiar todo lo que se ha desatado tras el desmontaje de una gran trama de corrupción que, según los órganos de justicia venezolano, incluye a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), y el Poder Judicial.

Poco me detendré a ahondar en los detalles técnicos de esta noticia. El país está informado de lo sucedido, a pesar del silencio mediático, así como los altos personajes capturados: funcionarios públicos y empresarios. También ya es ampliamente conocido que estos hechos desfalcaron –según fuentes oficiales– cerca de 3.000 millones de dólares y dejaron la bicoca de más de $20.000 mil en cuentas por cobrar a la estatal petrolera.

En medio de estas cifras astronómicas, en un país donde se nos muere la gente de mengua y hambre, la gran interrogante es: ¿Qué pasó con la ética y los principios?, Venezuela es hoy una cleptocracia y citaré algunos ejemplos para no hacer una aseveración tan seria sin argumentos. Los grandes afectados: los ciudadanos, dueños de la mayor reserva petrolera del planeta, para quienes hace años se cerró ese chorro y no reciben ni una gota de petróleo.

Comida podrida en Pdval equivalente a cuatro millones 400 mil dólares; y el desfalco atribuido a la administración de Rafael Ramírez, a quién se señala por el desvío de 11.271.148.806,36 millones de dólares de la otrora «gallinita de huevos de oro» de todos los venezolanos; son solo dos casos escogidos al azar de la enorme estela de corrupción que se ha registrado en el país desde el ascenso del chavismo al poder.

También el maletín de Antonini Wilson, coimas recibidas por funcionarios públicos por parte de la constructora brasileña Odebrecht; son más casos de corrupción develados desde el poder. Estos y muchos otros escándalos arrojan pérdidas que, los más conservadores estiman en 40.000 millones de dólares, mientras que otras voces elevan a $500.000 millones.

Han sido dos décadas donde la discrecionalidad, opacidad, falta de rendición de cuentas; han estado a la orden del día. La corrupción, un cáncer que hizo metástasis hace rato y que hoy, además del Gobierno Nacional, ha arrastrado también a actores de quienes se venden como el cambio.

Basta ver las acciones de la Asamblea Nacional electa en 2015, y el Gobierno Interino instalado por esta. En torno a estos actores también se desataron serias denuncias con el manejo de activos del Estado provenientes de la trasnacional Citgo y la empresa colombo-venezolana Monómeros.

Se trata todo esto del desvío de fondos que dejaron de llegar a las escuelas venezolanas que hoy se le caen encima a nuestros muchachos, comida que no llegó a los comedores escolares ni a nuestros ancianatos. Es dinero público que se perdió en lugar de traducirse en medicinas e insumos para nuestros hospitales o armas y uniformes para los cuerpos policiales del país.

Hoy, cuando nos llega la trágica noticia que 12 venezolanos murieron calcinados, así como leen, calcinados; en un centro migratorio mexicano; produce una terrible ira que nuestros niños, jóvenes, madres y abuelos; se vieran obligados a irse caminando por el continente buscando calidad de vida porque sencillamente unos funcionarios sin ética ni valores se robaron la plata que es de todos los venezolanos.

Este país merece una profunda revisión y nosotros como ciudadanos debemos asumir, de verdad-verdad, nuestro rol contralor. No podemos seguir en este círculo vicioso de justificar la corrupción, por muy minúscula que sea.

La corrupción, el robo descarado del erario público, a mi juicio es como los golpes de Estado. No hay asonadas buenas o asonadas malas, importando los protagonistas que la encabecen. Asimismo, no hay corrupción justificable. A los corruptos, todo el peso de la ley, eso sí, respetando sus derechos humanos y cualquier proceso debe ser apegado a la ley.

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Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.

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Fernando Mires

Leyendo un artículo del autor Nathan Gardels en la excelente revista digital NOEMA -en donde constata que hay naciones rezagadas en su ascenso a la modernidad, lo que lleva a que sus gobiernos desarrollen hostilidad o fobia a todo lo que sea occidental– me vino al recuerdo una sutil constatación historiográfica de Leo Trotsky, donde afirmaba que el desarrollo histórico universal era «desigual y combinado» (Trozsky, Leo Escritos filosóficos, 2004)

Trotsky tenía muy buena vena de historiador y su historia de la revolución rusa sigue siendo fuente de conocimientos e ideas. Pero como todos sus camaradas bolcheviques, era hombre de dogmática fe. Hasta los últimos momentos creyó en que la revolución rusa, pese a las atrocidades cometidas por Stalin, era un eslabón en la cadena de una larga revolución permanente que llevaría al mundo, más temprano que tarde, al comunismo.

Pero Trotsky no creía en un desarrollo lineal. Con su tesis del desarrollo desigual y combinado quería comunicar que, en el camino al comunismo, había naciones cuyas tradiciones culturales y políticas las hacían transitar más lento y con formas diferentes hacia la tierra prometida del «comunismo mundial».

El artículo mencionado no nos habla de socialismo –ya casi nadie habla de eso– pero sí de modernidad. Nathan Gardels podría haber escrito, emulando al revolucionario ruso, que hay naciones que en el tránsito hacia la modernidad no logran adquirir ese formato político-cultural propio a las naciones democráticas. Esas naciones –es lo que constata– superadas económica y políticamente por la modernidad, las hace reaccionar de modo agresivo frente a esa misma modernidad en lugar de buscar en su propia historia las razones que les han impedido acceder al mundo moderno, reivindicando con lastimada emoción, supuestos pasados milenarios. Evidente, ese parece ser el caso de Putin y los suyos. Gardels tiene razón en ese punto: las naciones poseen un yo colectivo (o un “nosotros” cultural) y por lo mismo padecen, como la mayoría de los individuos, de complejos de inferioridad que tratan de contrarrestar con delirios de grandeza.

Así se explica por qué Putin cuenta con el apoyo de no pocas naciones no y-o antioccidentales. Gobiernos como los de India, Brasil, Egipto, Sudáfrica y otras sub-potencias, si bien no se han alineado abiertamente en contra de Ucrania, lo han hecho de modo subrepticio, culpando a Occidente y a su «brazo armado» la OTAN, de haber desatado un conflicto con Rusia, utilizando a Ucrania como punta de lanza en el marco de un proyecto imperial y neocolonial.

De acuerdo a ese libreto cuyo autor es Putin, la OTAN buscaría, en primera línea, llenar el hueco producido por la desaparición del Pacto de Varsovia y erigir a EE UU y a sus “satélites europeos” como poder imperial armado en toda Europa del este, cercar a Rusia y luego, en algún momento, someterla a un dictado imperial. Siguiendo esa versión, Putin aparecería en Ucrania librando una lucha defensiva de liberación nacional en contra del imperialismo occidental. Putin y Xi Jinping, cada uno a su manera, serían los líderes de una «revolución reaccionaria» mundial en contra de la que ellos llaman cultura occidental.

Hay que reconocerlo: de las dos profecías surgidas después de las revoluciones democráticas que pusieron fin a las dictaduras comunistas en los años 1989 1990 (a las cuales pertenece con cierto retraso, Ucrania), las de Fukuyama y Huntington, la que más se acerca a la realidad mundial que estamos presenciando es, lamentablemente, la de Huntington.

De acuerdo al optimista Fukuyama, después de la caída del imperio soviético advendría un periodo de consolidación mundial de la democracia que él llama liberal. De acuerdo al pesimista Huntington tendría lugar en cambio un “choque de civilizaciones” que llevaría a agrupar a todas las culturas pre- y anti- democráticas en contra de Occidente. No es exactamente lo que está sucediendo, si tomamos en serio esos 141 votos –no todos occidentales, por supuesto- que condenaron a Rusia en las ONU por su invasión a Ucrania. Pero ese es sin duda el ideario de Putin y de otras naciones que lo acompañan en su empresa neoimperial. Ideario compartido en parte por la China de Xi Jinping.

Tanto Putin como Xi han propuesto crear un nuevo orden mundial antioccidental. La diferencia es que, para lograrlo, Putin, sabiendo que no tiene armas políticas, ha elegido la fuerza bruta. Xi es más flexible, o si se prefiere, más político. Su objetivo es lograr una coalición de fuertes naciones anti occidentales con el claro propósito de enfrentar a Estados Unidos y sus aliados. En el intertanto apoya a Putin, pero a la vez intenta oficiar como mediador entre Rusia y Occidente, tratando de ganar aliados en el mundo islámico, en Asia Central, en África del Norte y en Latinoamérica. Desde una perspectiva económica, lo está consiguiendo.

Visto así: el lema negativo de Huntington, «todos contra Occidente», quiere cumplirlo Xi sirviéndose de Rusia y de la guerra a «Ucrania. Persiguiendo ese fin a usufructuado del profundo resentimiento de naciones que han hecho del antioccidentalismo una ideología. ¿Estamos en presencia de un neotercer mundismo? Aparentemente, pareciera ser así. Pero no es así.

Si uno revisa textos de los ideólogos de la revolución tercermundista de los años sesenta, sobre todo sus versiones guevaristas y maoístas, podremos comprobar que sus mensajes iban dirigidos en primer lugar hacia los movimientos de liberación nacional. No es el caso de Xi, ni mucho menos de Putin. Ninguno de los dos se dirige a «los pobres del mundo» si no, antes que nada, a subpotencias capitalistas regionales.

Sus interlocutores son autócratas como Modi, populistas como Lula, islamistas como los ayatolahs, jeques petroleros como los del espacio saudí. Naturalmente, si a ellos se suman líderes de naciones empobrecidas, bienvenidos. Pero lo importante es crear una coalición mundial de poderosas naciones capitalistas antidemocráticas y antioccidentales.

Mirada desde esa perspectiva, la guerra en Ucrania es tanto para Rusia, como para China, solo un comienzo. Quizás «una pequeña batalla» en el curso de una larga guerra por la supremacía mundial.

Tiene razón Nathan Gardels cuando afirma: «Las emociones moldean las razones de estado no menos de lo que lo hacen las vidas de las personas. Los hasta ahora ganadores de la historia moderna ignoran este profundo carácter de la naturaleza humana a su propio riesgo». Estados Unidos en ese sentido, sin ser un imperio colonial como fueron muchos estados europeos, debido a la posición hegemónica que ocupa en el mundo, ha cometido grandes agravios a otras naciones y culturas en diferentes partes del globo y de esos desmanes se sirven hoy Putin y Xi.

Precisamente hace pocos días han sido conmemorados 20 años de la invasión de los Estados Unidos a Irak. Una brutal agresión a la dictadura de Sadam Hussein que terminó por destruir la infraestructura de una nación que, por lo menos tecnológicamente, avanzaba hacia la modernidad. Esa guerra de Bush, probablemente el peor presidente de toda la historia norteamericana (y nótese que estoy contando a Nixon y Trump) extiende sus tentáculos hasta nuestros días. Irak, de potencia económica laica, pasó a ser un nido de terroristas islámicos.

Gracias a su destrucción, Irán, su vecino fundamentalista, ha llegado a ser el aliado más fiel de la Rusia de Putin. Las consecuencias de la guerra de Irak obligaron a Obama a ceder espacio a Putin en Siria, donde el tirano ruso llevó a cabo, en nombre de la lucha en contra del terrorismo, un horroroso genocidio, solo similar al que hoy comete en Ucrania. Siria, convertida en protectorado militar ruso ha empujando a millones de sirios y kurdos a emigrar hacia Europa, creando un problema demográfico que las naciones europeas no han podido resolver hasta ahora, hecho que hoy aprovechan electoralmente las ultraderechas racistas europeas, todas aliadas de Putin.

En fin, el saldo de la deuda contraída por Bush lo está pagando Estados Unidos bajo Biden, gracias al enorme resentimiento antinorteamericano que impera en diversas latitudes. Putin, por su parte, recoge los frutos de la ira para convertirlas en bombas contra Ucrania, primera en la lista de las naciones que piensa asaltar para cumplir su sueño de pasar a la historia como reconstructor del antiguo imperio ruso, contando en esa desatada locura, con la ayuda cínica de Xi Jinping.

No deja de ser siniestra paradoja que dos naciones, China y Rusia, en las que bajo las dictaduras de Mao y Stalin fueran cometidos los mayores genocidios de la historia de la humanidad –cuantitativamente superiores aún a los del propio Hitler– intenten hoy figurar como representantes de los pueblos humillados y ofendidos, en un “nuevo orden mundial” cuyo objetivo esencial es convertir a la democracia occidental en un capítulo del pasado.

Quizás son esas las formas que tiene la historia universal para realizarse a sí misma. Pero los que estamos viviendo en tiempo presente no podemos contentarnos con esa hipótesis de tan hegeliano mal humor. Por eso –¿hay que repetirlo?– es importante detener a Putin en Ucrania. Ahora o nunca.

Nota: el artículo aquí citado de Nathan Gardels puede ser leído en español en Nathan Gardels – EL ESTADO EMOCIONAL DE LAS NACIONES (polisfmires.blogspot.com)

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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Eduardo Fernández

Del griego “clepto”, robo; y “cracia”, gobierno. Una traducción libre sería, el gobierno de los ladrones. Es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como al nepotismo, el clientelismo político y el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico. Es un término que se utiliza para referirse a un gobierno corrupto.

Es muy conocida la frase de Lord Acton según la cual “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

En Venezuela, desde que se convocó la Asamblea Nacional Constituyente, hace más de veinte años (1998) tenemos un régimen de poder absoluto. En Venezuela dejó de existir la independencia y la autonomía de las ramas del poder público. Condición indispensable para evitar o por lo menos dificultar la corrupción.

El órgano legislativo del poder público se supone que además de legislar ejerce la función de vigilar la marcha de la administración pública. En Venezuela, lamentablemente, tenemos una Asamblea Nacional obediente (al poder ejecutivo) y no deliberante. Es un órgano incapaz de controlar la marcha de la Administración Pública.

La rama responsable de la administración de justicia, también está sometida y subordinada a los designios del Ejecutivo Nacional. No existe un tribunal capaz de sancionar a ningún funcionario por hechos de corrupción administrativa, salvo que reciban instrucciones del Ejecutivo Nacional.

Por último, el Presidente de la República que por mandato constitucional es el jefe de la Hacienda Pública, es responsable por haber nombrado para manejar a la industria más importante del país a unos señores que no solamente eran incompetentes sino que eran ladrones. Además, el Presidente debe ejercer la función de vigilancia de lo que hacen sus subalternos. Tres mil millones de dólares no se desaparecen de un día para otro. ¿Y mientras los subalternos del Presidente de la República se robaban esa enorme cantidad de dinero, ¿En dónde estaba el Presidente? ¿A qué se dedicaba?
Dos pecados graves por parte del Jefe del Estado. Uno fue nombrar ladrones incompetentes para manejar el negocio petrolero y otro, no vigilar las actividades de sus subalternos.
No tengo dudas de que vendrán tiempos mejores pero lo que ha sucedido en estos años es una tragedia inconmensurable.

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Luís Ugalde

La clave del éxito de esta Primaria no está en que un nombre o un partido triunfen sobre los otros. Ganaremos si escogemos un candidato con cualidades para asumir el inmenso descontento nacional y unirnos en un pacto nacional a millones de venezolanos, chavistas y no chavistas, civiles y militares, que hoy estamos sufriendo el desastre y tememos que se perpetúe. El deterioro es tan grave que este gobierno fracasó y el siguiente parece condenado al fracaso, si no hacemos el milagro de aunar al país para el cambio decidido a la democracia y al rescate de instituciones y de productividad económico-social hoy en ruinas.

Para ello necesitamos un candidato que sea claro, firme y concentrado en el difícil renacer nacional, y al mismo tiempo abierto a todo el que quiera sumarse para el éxito de ese pacto nacional. Su misión no es la de excluir y vengar, sino encarnar la respuesta al inmenso malestar y conducir a la nación para renacer, aprendiendo de las transiciones que resultaron exitosas gracias a sus inclusiones sorprendentes. Muchos creían que la dirigencia democrática chilena, al incluir en el cambio al dictador Pinochet al frente de las Fuerzas Armadas, traicionaba a miles de compañeros asesinados perseguidos y exiliados. No pocos pensarían en Suráfrica que Nelson Mandela era un insensato al pactar para que fuera vicepresidente suyo Frederick de Klerk, jefe del partido rival que lo tuvo preso durante más de 20 años y defensor del racista régimen del apartheid que ninguneaba la población negra arrolladoramente mayoritaria. Lo mismo se diga de España, donde un falangista en el poder como Adolfo Suárez parecía pactar “ingenuamente” con el jefe comunista Santiago Carrillo, que a su vez traicionaba a miles y miles de sus camaradas que murieron en la guerra civil, sufrieron el inhóspito exilio o agonizaron en las cárceles franquistas. Todo lo contrario, los éxitos obtenidos dicen que gracias a estas “ingenuidades” y complicidades con el “enemigo”, Patricio Aylwin, Adolfo Suárez y Nelson Mandela, fueron padres del renacer de Chile, Suráfrica y España en libertad y democracia. Pero hay que tener como ellos valor moral, gran visión y mucho amor a la patria para caminar la transición del brazo con el “enemigo” hacia el rescate del país, cargando con las acusaciones de traidores y vendidos, que vienen de su propia familia política. ¿Tenemos en Venezuela ese político “traidor” y ese movimiento social arrollador, dispuestos a movilizar millones al encuentro de los adversarios para juntos recrear el país? Porque sin eso no tenemos salidas. La Primaria es para buscar ese candidato, recuperar la esperanza y lograr la unión básica para lograr un país exitoso, que no sea simple rechazo y reflejo visceral del estrepitoso fracaso del “socialismo del siglo XXI”.

Adonde miremos encontraremos una tragedia muy dolorosa: millones de niños sin escuela y cientos de miles de maestros muriéndose de hambre, los servicios públicos de salud desmantelados y millones sin acceso a ellos; una economía agonizante que para renacer requiere de una rápida respiración artificial de miles de millones de dólares, promovida por empresarios audaces, que abren oportunidades generando alianza y empleo con millones de trabajadores, hoy en la miseria. Resurgir de instituciones públicas democráticas, con separación de poderes públicos y alternancia en el poder frente a la perpetuación dictatorial con el poder secuestrado. Regreso a la libertad de presos políticos, exiliados y perseguidos, y liberación de la mordaza de la libertad de expresión y de los medios de comunicación social. Todo en medio de esta espantosa corrupción donde vemos a funcionarios “revolucionarios” robando miles de millones de dólares, que son la vida del pueblo.

Afortunadamente ningún partido tiene la capacidad de hacer por sí mismo esta formidable transformación, pero la sociedad venezolana la tiene si elegimos a alguien que no se encierre en apocados partidos políticos y sea capaz de persuadir a sus rivales en la Primaria Electoral, de sumar, de entusiasmar a millones de escépticos, e incluso atraer a tantos que de buena fe creyeron en esta lamentable aventura histórica que deja a Venezuela en agonía tras un gigantesco salto atrás.

Evidentemente la Fuerza Armada para ser defensora de una Venezuela viva debe redimirse apoyando de manera decidida y entusiasta este cambio a la democracia que juraron ante la Constitución, que sus autores la proclaman verbalmente y la violan.

Como nunca antes en nuestra historia necesitamos la solidaridad internacional pues no podemos levantarnos, ni caminar sin su mano amiga. Esa solidaridad implica la total superación de las sanciones internacionales, que fueron respuestas a políticas destructivas y antidemocráticas que implantó el régimen. Es Maduro quien tiene la clave para acabar con las sanciones y abrir la puerta a las solidaridades democráticas.

Para lograr todo esto hace falta que renazca la CONFIANZA con mayúscula, y la economía social de mercado herida de muerte por la puñalada del “exprópiese” y la prédica tenaz de que toda empresa privada es explotadora de los trabajadores y sedienta de su sangre. Ideas y prácticas autoritarias que han ahuyentado del país a millones de personas y a miles de millones de dólares, que hoy necesitamos para ponernos en marcha.

La Primaria es mucho más que una votación, es una movilización que además de poner en marcha a los desesperanzados va a obligar a quienes aspiran a ser elegidos candidatos a renacer desde la agonía hacia una unidad superior. Necesitamos que cada candidato entre a competir “contra los otros” y decidido a salir a trabajar “con los otros”.

1 de abril 2023

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/candidato-contra-los-otros-o-con-los-...

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