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Opinión

Ignacio Avalos Gutiérrez

La Copa Mundial de futbol, fue inaugurada el pasado domingo en territorio árabe. Se estima que está siendo vista por cinco mil millones de personas, mujeres casi la mitad de ellas, señal de que el monopolio masculino en el balompié se erosiona notablemente. Estamos hablando, así pues, de alrededor de dos tercios de los ocho mil millones de habitantes con los que cuenta la tierra, exclusivamente pendientes de lo que ocurre en las canchas árabes, el doble de la audiencia que convocan Juegos Olímpicos.

Parodiando a Marshall McLuhan, considerado "el profeta de internet" al vaticinar con más de 20 años de anticipación la llegada de la era digital, durante un mes la vida de la mayor parte de nosotros transcurrirá en la Aldea Balón. Frente a lo anterior el escritor uruguayo Eduardo Galdeano habría dicho que el planeta se encuentra “Cerrado por Fútbol”

En estos tiempos la Patria ya no es lo que era, cierto, pero también lo es que resurge con regularidad cada cuatro años, gracias al futbol. Sin embargo, lo hace de otra manera, pues la bandera nacional que envuelve a los equipos es sostenida por jugadores de diversas razas, culturas, religiones, que coexisten bajo los mismos colores. Estamos, pues, frente a una de las paradojas de la “globalonización del planeta”.

El Mundial viaja a Quatar

La Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) determino en el año 2010, que el Campeonato Mundial sería en Quatar, un país pequeño ubicado el Golfo Pérsico, con poca tradición futbolística, a pesar de ciertas mejoras en los últimos años, pero con la suerte de estar sentado sobre la tercera reserva de gas y petróleo del mundo.

Siguiendo lo que es ya una tradición institucional, la sede fue vendida, en este caso a la familia Al Thani, propietaria, literalmente hablando, del mencionado país y a resultas de la operación salieron beneficiadas, en distintas formas, todas las organizaciones que vertebran a la FIFA

Doscientos mil millones de dólares, cifra que se dice fácil, le han permitido al gobierno de Qatar echar la casa por la ventana y no me refiero sólo a los imponentes estadios, sino a la mejora notable de Doha, su capital, a través de la construcción de hoteles y edificios, además de la renovación de buena parte de su red de transporte, incluida la construcción de un nuevo sistema ferroviario de metro. En buena medida todo ello fue posible, mediante la contratación de mano de obra migrante en condiciones de esclavitud, cuyo saldo fue alrededor de 6.500 obreros fallecidos, que forman parte de un cuadro trazado por la violación de los derechos humanos, de manera prominente los de las mujeres, que ha generado numerosas críticas sobre el evento, y que la FIFA ha tratado de encarar a punta de declaraciones y de algunas medidas que escasamente califican como paliativos. En relación con lo anterior es justicia mencionar que algunos otros reparos al mundial de Qatar han sido emitidos desde la pretensión de que Occidente es el paradigma de la civilización

El futbol debería más que pensar

Por más que reviso la lista, no encuentro ningún otro deporte más sencillo y fácil de entender, de reglas más elementales y con condiciones más a la mano para poder practicarlo. Es, además, el único que se juega con los pies y que admite el empate como resultado.

En términos generales la foto anterior apenas ha variado en los últimos ciento cincuenta años. Ciertamente se han modificado las estrategias del juego, la calidad de algunos de sus implementos, (balones, zapatos, vestimenta…), los métodos de entrenamiento orientados a la mejora de la condición física, así como otros aspectos, no obstante lo cual, sigue siendo básicamente el de hace siglo y medio. Pero, ojo, pues desde hace un buen rato emergen profundos cambios tecnológicos orientados cambiar medularmente el balompié, incluso como espectáculo.

El fútbol y los intelectuales no han tenido, históricamente, una relación muy cercana, y aunque hay excepciones, la mayoría de ellos se han mostrado algo displicentes (y hasta agresivos) con referencia al deporte más popular del mundo. En este sentido se ha vuelto paradigmática la frase del gran escritor Jorge Luis Borges, quien señaló que, “El Futbol es uno de los mayores crímenes de Inglaterra”, el país que lo inventó bajo el formato que hoy conocemos.

Sin embargo, desde hace unos cuantos años para acá, las ciencias sociales y humanas lo han colocado en la vitrina advirtiendo que en el fútbol no solo pasan cosas que tienen que ver con lo que ocurre en la alfombra verde, ese rectángulo por donde el balón va de un lado a otro, pateado por los jugadores, siempre con el propósito de alcanzar la portería contraria.

Pasan también, y principalmente, cosas que tienen lugar en las tribunas de los estadios y sobre todo en las miles y miles de pantallas, cada vez más sofisticadas, diseminadas por todas partes, resignificándolo como espectáculo. La importancia social, cultural, política e incluso religiosa del fútbol, deriva precisamente de estos factores que lo envuelven, a los que se suma, además la forma como se gobierna desde la FIFA, esa corporación financiera “sin fines de lucro”, con más miembros que la ONU y que con su carita de ONG, mueve un dineral y controla, a su aire este deporte en todos sus escenarios, con excepción de las “caimaneras”, lo que cabe mostrar como algo a su favor.

Aún con todos los avances que se han logrado en su comprensión, a las ciencias sociales y humanas todavía les falta afinar los disparos para descifrar el futbol. Este debería dar más que pensar, como escribió Javier Marías

Qatar(sis)

El mundo se encuentra muy enredado, pareciera que los terrícolas sufrimos un ataque universal de insensatez, que carecemos del sentido común que se requiere para vivir en esta época. En tal contexto llegamos al mayor acontecimiento del deporte.

No son pocos los que lo han evaluado desde su función como “opio del pueblo” o como “pan y circo”, considerando el campeonato como un poderoso motivo para que los humanos olviden los severos problemas por los que atraviesa el planeta, y se den a la fuga, buscando establecer una distancia con respecto a la realidad, tratando de mirar hacia el otro lado, simulando que no ocurre lo que ocurre y, así, encontrar un refugio, suerte de paréntesis que los proteja del exceso de realidad que, pido perdón por haberlo repetido unas cuantas veces, es nocivo para la salud.

En mi caso personal, meto en el bolsillo mi condición de sociólogo y dejo libre la del futbolista de a pie, la que ejerzo desde los cuatro años de edad, pues según solía decirme mi mamá o al menos así le entendí, yo nací con todo y balón, con el alma en los pies. Para mi la cancha siempre ha sido una metáfora de la vida.

Haré, pues, catarsis durante un mes. Pero sin ignorar la tarea ineludible que tenemos los terrícolas: la de redefinir la manera como se desliza nuestra vida aquí en la tierra.

El Nacional, jueves 24 de noviembre, de 2020

 5 min


Javier Lafuente, Elías Camhaji

El pacto se aleja de compromisos políticos e irá de la mano de las conversaciones que el chavismo mantiene con Estados Unidos

El Gobierno y la oposición de Venezuela se volverán a sentar este fin de semana en Ciudad de México con un acuerdo sobre la mesa que ha sido negociado sigilosamente durante meses en Caracas. El pacto se concentra en aliviar las consecuencias sociales de la crisis humanitaria que ha azotado a Venezuela y se aleja de momento de cuestiones políticas, que siguen en discusión entre ambas partes, según ha podido saber EL PAÍS de cuatro fuentes al tanto de las negociaciones de todas las partes implicadas.

La intención es rubricar en público lo acordado en privado y así relanzar, de cara a la comunidad internacional, el diálogo. Y que todo esto sirva para poder llegar a acuerdos en materia política, es decir, garantías en la celebración de elecciones en 2024. En paralelo hay otra negociación, mucho más discreta si cabe: la que mantiene el Gobierno de Estados Unidos con el de Venezuela para volver a incorporar a Venezuela al mercado petrolero. Las fuentes consultadas dan por hecho que la Administración de Joe Biden dará una nueva licencia para que Chevron explote petróleo pesado y liviano en Venezuela. En caso de avanzar en México, Estados Unidos estudiaría rebajar las sanciones a los jerarcas del chavismo.

El Gobierno de Venezuela —con el liderazgo de Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional— y la oposición mayoritaria, con Gerardo Blyde a la cabeza, iniciaron una ronda de negociaciones en México en agosto del año pasado, con la mediación de Noruega. Los contactos formales habían estado precedidos por conversaciones a decenas de bandas, más o menos secretas, que acabaron por naufragar cuando los representantes del Gobierno se levantaron de la mesa tras la extradición de Alex Saab, supuesto testaferro de Maduro, a EE UU. En los meses que siguieron hubo varios intentos de retomar la vía del diálogo y ciertos canales informales de comunicación permanecieron abiertos de forma intermitente.

No obstante, las conversaciones fueron “reimpulsadas”, según el término en el que coinciden varias fuentes, por Estados Unidos en marzo pasado, unos días después de que estallara la guerra de Ucrania y las preocupaciones geopolíticas de Washington se dispararan. Fue ese mismo mes cuando Maduro reconoció en un mensaje televisado que se había reunido con altos funcionarios estadounidenses en un ambiente “respetuoso, cordial y muy diplomático”. “Hemos acordado trabajar en una agenda desde el respeto y la esperanza del mundo, para así poder avanzar una agenda que permita el bienestar y la paz de los pueblos de la región”, dijo.

Relajar la tensión con Washington

En medio de las sanciones que Washington amagaba con imponer al petróleo y el gas de Rusia, se abrió también la posibilidad de normalizar las exportaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos y poco después se anunció un canje de prisioneros. Entre los funcionarios estadounidenses que acudieron a la reunión en el Palacio de Miraflores se encontraban Juan González, asesor especial de la Casa Blanca para asuntos latinoamericanos; James Story, embajador para Venezuela, y Roger Carstens, enviado presidencial especial para asuntos de rehenes de Estados Unidos. Washington entendía que si destensaba las relaciones con la Venezuela de Maduro y buscaba vías para reincorporar a su régimen en el sistema internacional podía alejarlo del Kremlin y del Gobierno de Irán.

Las líneas rojas de la negociación quedaron claras tras el diálogo fugaz por México. Los enviados de Maduro buscaban recuperar el acceso a los activos que tenían congelados en el extranjero y que no podían usar para afrontar la crisis económica, así como la posibilidad de flexibilizar las sanciones de EE UU al petróleo venezolano y obtener nuevas licencias. La oposición quería garantías democráticas, como observadores internacionales en las elecciones, la liberación de presos y condiciones para competir con sus partidos por cargos públicos.

Las fuentes conocedoras del proceso apuntan que es evidente que Estados Unidos también está interesado en retomar los lazos comerciales para el petróleo de Venezuela, el segundo país del mundo por el volumen de reservas probadas de crudo. Según las fuentes consultadas, Estados Unidos dará una nueva licencia a Chevron para que explote crudo venezolano, una medida que se extenderá a otras multinacionales, como Repsol o Eni. La oposición ve con buenos ojos la vuelta de Venezuela al mercado internacional del petróleo y así tratar de rebajar la importancia que ahora tienen las relaciones con países como Irán, Rusia o Turquía.

Las dos negociaciones, en definitiva, corren en paralelo. Los diálogos entre los actores locales se retomaron antes del verano en una urbanización de Caracas. Ahí, decenas de veces, se fueron reuniendo los delegados de ambas partes para ir dando forma a la agenda que, bajo el auspicio de Noruega, país experto en resolución de conflictos, se había fijado.

El llamado “acuerdo social” que se presentará en México busca mandar el mensaje de que se puede avanzar en la consecución de una solución negociada. Estados Unidos también busca una admisión implícita del Gobierno de Maduro de que la crisis es real. Uno de los aspectos de ese acuerdo será la creación de un fondo de unos 3.000 millones de dólares, que será gestionado por organismos dependientes de la ONU, para facilitar el acceso a la salud, medicamentos y alimentos.

Los tiempos de la negociación siguen cursos diametralmente opuestos. Las personas cercanas al proceso aseguran que Maduro no tiene prisa por firmar un acuerdo global. Estados Unidos, en cambio, tiene plazos más acotados. De hecho, varias fuentes han afirmado por separado que hubo una pausa en los diálogos por la celebración de las elecciones intermedias del pasado 8 de noviembre. La ventana que ve la Administración de Biden se extiende hasta enero, en el inicio de la nueva legislatura estadounidense y ante la llegada inminente de una mayoría republicana, de línea más dura contra el chavismo, a la Cámara baja. La aparición de varios trumpistas al frente de comités y subcomités del Congreso dificulta la posibilidad de flexibilizar las sanciones sobre el Maduro y anticipa un mayor escrutinio y rechazo a negociar. Tras el anuncio oficial de que se retomará el diálogo en México, el Gobierno y la oposición de Venezuela intentarán una vez más encontrar una salida negociada a una crisis que se ha extendido por años.

El papel de la comunidad internacional, más allá de Estados Unidos, ha sido determinante para impulsar estos diálogos. Junto a Noruega, Francia ha sido el país europeo que más ha impulsado y facilitado las conversaciones, incluso alojando a diplomáticos de Estados Unidos en la embajada en Caracas, según dos fuentes al tanto de las conversaciones. La llegada de Gustavo Petro al poder en Colombia y el restablecimiento de relaciones entre Caracas y Bogotá también ha servido de impulso, unido al papel de México, que ha estado encima de todos los avances desde que se habló por primera vez de un posible diálogo.

24 de noviembre 2022

El País

https://elpais.com/internacional/2022-11-24/aliviar-la-crisis-humanitari...

 5 min


Acceso a la Justicia

«Las decisiones judiciales serán respetadas y cumplidas en los términos que ellas expresen». En el Servicio Autónomo Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) parece que nadie ha leído esta última línea del artículo 2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. ¿Por qué? Porque con su decisión de multar con 8.116 bolívares —poco más de 1.000 dólares— a una junta de condominio en Caracas, por presuntamente incumplir con sus obligaciones tributarias, contradijo el criterio sostenido por los tribunales.

El pasado 4 de noviembre el organismo recaudador sancionó a la junta de condominio del edificio Capri, ubicado en La Urbina, por no haber declarado el Impuesto Sobre La Renta (ISLR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) desde 2016 hasta 2020. La edificación no genera ningún tipo de ingresos por concepto de vallas publicitarias u otros conceptos, de acuerdo con lo afirmado por sus habitantes a los medios de comunicación.

La medida parece contradecir lo señalado por el Tribunal Superior de lo Contencioso Tributario de la Región Central, el cual en su sentencia n.º 0847 del 3 de junio de 2010 estableció que estas instancias no están sujetas al pago de obligaciones tributarias.

En el fallo se lee lo siguiente:

«La Junta de Condominio no tiene propiedad sobre los bienes, simplemente administra su mantenimiento por orden de los condóminos aportando las cuotas para sufragar los gastos de mantenimiento. Los condóminos son los copropietarios del inmueble y una comunidad que declara sus impuestos en cabeza de cada uno de ellos».

Además, se agrega que «La Junta de Condominio no presta servicios independientes, puesto que sufraga sus propios gastos no con ingresos sino con aportes de los condominios, por lo cual mal podría catalogarse como sujetos pasivos del impuesto al valor agregado».

El pronunciamiento lo emitió el juzgado al tramitar un recurso de nulidad que la Junta de Condominio del Centro Comercial Valencia Plaza interpuso el 2 de julio de 2008 contra el Seniat por una multa que le había impuesto dos años antes por no cumplir con las formalidades legales en la emisión de facturas y otros ilícitos formales en materia de IVA e ISLR.

No uno, sino dos

Un par de años después, el Tribunal Superior en lo Contencioso Tributario de la Región Los Andes al analizar un caso similar emitió un pronunciamiento en la misma línea, aunque en términos aún más duros respecto del Seniat:

«La funcionaria fiscal impuso una sanción al contribuyente, basada en el incumplimiento de deberes formales en materia de Impuesto Sobre la Renta e Impuesto al Valor Agregado, según lo dispuesto en las leyes que rigen dichos tributos, sin embargo, partió de un hecho falso, como es la sujeción del sujeto investigado al cumplimiento de esas normas, toda vez que en ambos casos la actividad realizada por el Condominio del Unicentro El Ángel, no daba lugar al nacimiento de la obligación tributaria principal, por cuanto no da lugar a la verificación del hecho imponible en dichos impuestos, siendo ello así, y considerando la exhibición del Registro de Información Fiscal un deber formal accesorio inherente al ejercicio del control fiscal, es forzoso concluir que ello no es exigible a aquellos casos sujetos que en virtud de su situación en nada se vinculan al tributo».

En cuanto a la posición del TSJ sobre el tema, en 2011 la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dejó firme el criterio del juzgado de la Región Central al desechar la apelación presentada por el fisco nacional por no cumplirse la cuantía mínima para recurrir ante el TSJ establecida en el Código Orgánico Tributario vigente para la época, por lo que no puede hablarse de una posición definitiva del máximo Tribunal sobre este tema.

Aprovechando el vacío

Si en más de una ocasión el Poder Judicial a través de juzgados de instancia, le indicó al Seniat que las juntas de condominio no son contribuyentes formales, pues no ejecutan ningún acto que se considere como un hecho imponible, ¿por qué la sanción? Una explicación podría estar en el hecho de que ni el decreto-ley del ISLR ni el del IVA establecen expresamente que estas instancias están exentas del pago de este impuesto.

En virtud de esta laguna legal, los condominios deben declarar anualmente el ISLR para evitar cualquier multa o sanción.

Este vacío hace que las juntas de condominio, instancias que han sido muy golpeadas por la grave crisis económica que viene atravesando el país, estén en una situación de indefensión e incertidumbre y abre las puertas a que sean objeto de sanciones.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

Miles de comunidades se encuentran hoy en ascuas y temerosas de recibir la visita del Seniat y ser objeto de multas que golpeen sus ya exiguas cuentas, por supuestamente incumplir obligaciones tributarias. Esta situación se presenta gracias al vacío legal existente y al hecho de que no existe un criterio jurisprudencial sólido proveniente del TSJ sobre la materia que sostenga que estas instancias civiles no están obligadas a pagar impuestos.

La actuación del Seniat parece enmarcarse en las acciones que el Estado viene tomando para golpear y subyugar a las organizaciones de la sociedad civil que no están bajo su control. No se puede olvidar que en lo que va del año el TSJ ha intervenido a un Colegio de Abogados y a la Federación Campesina de Venezuela, así como ha interferido en las elecciones de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Por su parte, los ataques y hostigamiento de funcionarios contra activistas de derechos humanos han continuado.

noviembre 22, 2022

https://accesoalajusticia.org/seniat-ignora-criterios-juzgados-tributari...

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Marino J. González R.

Después de siete años de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Naciones Unidas, la propuesta tiene amplia difusión en el contexto global. Múltiples instituciones han incorporado dentro sus planes de actividades la idea central de los ODS, esto es, que para el año 2030 en todos los países se deben alcanzar metas específicas en 17 áreas del desarrollo humano, desde la reducción de la pobreza hasta enfrentar exitosamente los efectos del cambio climático. De hecho, existen acuerdos entre empresas, universidades, organizaciones de la sociedad civil, en los cuales se han incorporado los ODS como guía para la acción en los próximos años.

Se podría imaginar que, dada la naturaleza del rol que tienen los gobiernos en el cumplimiento de los ODS, los planes de desarrollo de los países deberían estar centrados en ellos. Lamentablemente, el análisis de estos planes indica que no es así.

Gracias al Observatorio Regional de Planificación para el Desarrollo de la Cepal, es posible contar con los planes de desarrollo de los países de América Latina y el Caribe. Si se concentra el análisis en los países de América Latina, se encuentra que los planes de desarrollo más recientes son los de Bolivia, Ecuador, y Nicaragua, todos publicados en 2021.

En los planes de desarrollo de Bolivia y Ecuador, no existen menciones específicas a los ODS, y mucho menos están adaptadas las metas a la situación específica de estos dos países. En el plan de Nicaragua, se señala de manera general los ODS, y de manera específica solamente los ODS 2 (hambre cero), y 6 (agua y saneamiento). Sin embargo, en ninguno de estos dos casos se indican compromisos detallados.

Estas circunstancias, esto es, que los planes de desarrollo no contengan mención sobre los ODS, deben llevar a una reflexión detallada sobre lo que esto significa para los ciudadanos de los países. Si los ODS constituyen un compromiso acordado a escala global, ¿cómo puede entenderse que los planes de los países no los estén incorporando? Si la guía de las políticas públicas (los planes de desarrollo) no incluyen los ODS, ¿cómo puede asegurarse que las inversiones requeridas se llevarán a cabo? ¿cuáles serán los efectos de esta ausencia en las condiciones de vida concreta de los ciudadanos?

A los efectos prácticos, es bastante obvio que no están operando los mecanismos institucionales que convierten acuerdos globales en decisiones efectivas en los países. Lo cual es otra forma de expresar las grandes restricciones en el diseño e implementación de políticas públicas, con sus terribles consecuencias para el bienestar de las personas. En el fondo está la gran limitación de que la región no parece contar con los líderes políticos que combinen la visión con acciones concretas. De no producirse cambios en estos patrones, lamentablemente el desencanto y la frustración se incrementarán en América Latina.

Twitter: @marinojgonzalez

Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).

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Deisy Martínez

El reglamento base para elegir a la candidata o candidato presidencial unitario para las elecciones presidenciales de 2024, aprobado por la Plataforma Unitaria Democrática, establece en su artículo 8 como requisito para quienes se presenten como aspirantes a Miraflores, la firma de una declaración de principios democráticos para garantizar la gobernabilidad y un programa mínimo de gobierno.

Desde la Comisión de Gobernabilidad de la coalición opositora, coordinada por el presidente nacional de Copei, Roberto Enríquez, se aclara que cada precandidato presidencial puede tener su propia propuesta de gobierno y un proyecto de país como oferta electoral, pero debe comprometerse a respetar lo que se considera serán puntos de coincidencia para darle «viabilidad» a un nuevo gobierno en Venezuela, que de concretarse, «no la tendrá fácil».

Enríquez explica que los precandidatos deben firmar dos acuerdos que deben elaborarse, uno programático con propuestas en políticas públicas para salud, educación, infraestructura, economía, entre otras áreas y otro sobre gobernabilidad, el cual consiste en establecer previo consenso, las reglas de juego para la democratización y reinstitucionalización del país.

Por consenso

«Todavía no se construye ese consenso pero los candidatos en las primarias deben firmar un acuerdo que establezca cuáles son los principios democráticos, no es solo quien gane sino que sea un gobierno sustentable (…) que establezca cómo se construye un gobierno de coalición que nos guste o no será un gobierno transicional hacia la redemocratización del país», expresó el dirigente copeyano sobre el acuerdo de gobernabilidad.

En dicho acuerdo de gobernabilidad estarían plasmadas líneas sobre temas importantes para el país como la reelección presidencial, la forma de Parlamento nacional (unicameral o bicameral), entre otros, que pueden implicar enmiendas o reformas constitucionales.

¿Entre quiénes se construye dicho consenso? Entre los aspirantes a Miraflores y sus organizaciones políticas. Enríquez maneja la propuesta de recoger también la expresión del sector productivo, académico y gremial, entre otros, para ampliar ese consenso «porque se trata del país». Incluso se habla de iniciar un debate nacional a través de medios de comunicación y redes sociales para que la sociedad venezolana participe.

«Las primarias no son el fin en sí mismo sino el camino, no solo es el candidato sino el piso, creo que esto enriquecerá mucho el proceso de la primaria, le dará contenido.», aseguró Enríquez a Efecto Cocuyo.

El dirigente estimó que el acuerdo debería estar listo y ser firmado por los precandidatos antes de que inicie la campaña electoral de la primaria opositora prevista para 2023, para que haya sintonía en los discursos ante los electores.

Enríquez señala que precandidatos presidenciales deben firmar un acuerdo programático y otro de gobernabilidad

Garantías

El pasado 5 de noviembre en acto público en el estado Miranda, quien aspira ser candidato en las primarias por Primero Justicia, Carlos Ocariz, advirtió que la oposición además de un abanderado, debe presentar al país una propuesta creíble que los convenza de votar en la primaria y en elección presidencial.

«La gente no nos va apoyar automáticamente sin propuestas que los enamoren, eso se acabó», dijo.

Este 21 de noviembre, el presidente de la Comisión Delegada Legislativa, Juan Guaidó, también se refirió al tema para respaldar la firma del acuerdo de gobernabilidad que le dé garantías a los venezolanos de lo que viene en caso de derrotar al chavismo en elecciones.

La Comisión de Gobernabilidad coordinada por Enríquez está conformada por el diputado de 2015, Luis Silva, el expresidente de Fedeagro y dirigente de Un Nuevo Tiempo, Fernando Camino, el ingeniero civil, Eduardo Páez Pumar, el urbanista y profesor universitario Cristofer Correia y el presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela y militante de Acción Democrática, Enzo Betancourt.

También la integran la diputada de Proyecto Venezuela, Beatriz Mora, el diputado regional de Aragua y dirigente de Voluntad Popular, Manuel García, el diputado por Primero Justicia y economista José Guerra, la socióloga Pilarica Romero, la representante de la unidad democrática del sector educativo, Ofelia Rivera, el dirigente de Convergencia, Eduardo Torres, Denis Cartaya, Auri Plaza, Antonio Alirio y el presidente del partido Puente, Hiram Gaviria.

El dirigente copeyano indicó que la labor del grupo, mayoritariamente de académicos es buscar los consensos y coordinar las ideas para la elaboración de los acuerdos programático y de gobernabilidad. De acuerdo con el reglamento de la primaria, los precandidatos deben suscribir ambos acuerdos ante la Comisión Nacional de la Primaria, también designada por la Plataforma Unitaria.

22 de noviembre 2022

Efecto Cocuyo

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Humberto García Larralde

La mayor vaina que pudo echarle la oposición democrática a Maduro fue convertirlo en paria mundial al denunciar que usurpó su cargo realizando elecciones presidenciales fraudulentas en 2018 y erigiendo, como respuesta, una presidencia interina legitimada por el artículo 233 de la constitución, en la valiente figura de Juan Guaidó. Unos 60 gobiernos democráticos desconocieron la supuesta “reelección” de Maduro y optaron por reconocer a Guaidó. Las principales democracias de América Latina, afiliadas en el Grupo de Lima, denunciaron el carácter no democrático del régimen de Maduro, execrándolo de la comunidad regional. Quedó desnudo, no sólo por tramposo, sino porque atrajo la atención acerca de su salvaje violación de derechos humanos, con centenares de muertos en protestas, torturas y desaparecidos, y por su destrucción inmisericorde de los medios de vida de la población, condenando a la gran mayoría a niveles de pobreza y miseria nunca imaginados para un país petrolero.

Lamentablemente, la dictadura fascista mostró ser, con apoyo de sus cómplices cubanos, de Putin, de la teocracia criminal de Irán y de las mafias que cultivó como sostén, mucho más resiliente de lo esperado y pudo capear el temporal. Nunca se presentó la oportunidad de convocar a elecciones presidenciales a los 30 días de haberse constituido el interinato, exigidas por el tercer párrafo del mencionado artículo.

Impacientes, las fuerzas opositoras se fueron desgastando. Primero fue el fracaso del intento de introducir una caravana de ayuda humanitaria desde Cúcuta, frustrada por fuerzas opresoras de la dictadura y, luego, de la parada tirada el 30 de abril de 2019 frente al aeropuerto de La Carlota –en retrospectiva, irresponsable, por no tener cómo asegurar su éxito—, pensando en que resquebrajaría el apoyo militar a Maduro.

En tal cuadro de ansiedad por plasmar una salida inmediata, la fanfarronería de Trump desde la presidencia de EE.UU., alardeando que “todas las opciones (para sacar a Maduro) estaban sobre la mesa” y dando a entender que el mandato estaba hecho, que sólo era un problema de oportunidad, fue muy perjudicial. Desarmó los intentos de articular una estrategia coordinada entre las fuerzas democráticas para capitalizar la debilidad de Maduro y provocar los cambios políticos anhelados.

Poco a poco se fue desinflando la energía opositora y, en su frustración, muchos echaron la culpa a Guaidó por haber incumplido su anuncio de; "cesar de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres", al aceptar su mandato. Hoy su aceptación se ha desplomado a los niveles de Maduro y los partidos de oposición han perdido la confianza de la gente, no obstante el amplio rechazo de aquél. Pero a los venezolanos nos quedaba como consuelo su ostracismo y repudio en el mundo.

¡Pero he aquí que Maduro, tan campante, se aparece en la cumbre sobre el cambio climático en Sharm el-Sheikh, a pesar de haberse ofrecido USD 15 millones por su captura, con tres aviones de partidarios por si acaso alguien intentase ponerle los ganchos --turistas “revolucionarios” que costaron a la nación unos USD 14 millones! Una vez allá, cual carrito chocón, buscó tropezar con cualquier líder despistado y sacarse una foto con él. John Kerry, Secretario de Estado bajo Obama, fue uno de los inocentes, obligando a una aclaratoria del portavoz del Departamento de Estado: “…Nicolás Maduro interrumpió lo que era una reunión en curso de la COP27 para interactuar con el enviado especial Kerry, y eso fue en gran medida una interacción no planificada”. Otro, aún más cándido, el presidente francés, Emmanuel Macron, pensó que su encuentro inesperado con Maduro le daba la oportunidad de convocar en Paris a un diálogo para la paz, en la que otros habían fracasado, entre el régimen chavomadurista y la oposición. Y hacia allá fue a reunirse, también con su cara de yo-no-fui, Jorge Rodríguez, presidente de la asamblea madurista, para anunciar luego muy orondo en presencia del presidente argentino y de un representante del de Colombia, que las partes habían acordado buscar un acuerdo (¡!). ¡Muy exitosa la reunión!

Luego su hermana Delcy, vicepresidente de Maduro, quien creíamos tenía prohibida su entrada a la Unión Europea, viaja a La Haya para reunirse con el fiscal adjunto de la Corte Penal Internacional, supuestamente para contrarrestar el reclamo interpuesto ahí por Guyana sobre el territorio esequibo, pero que aprovechó para deslizar su oposición a que continuasen las investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen.

En fin, el mundo ha cambiado y las prioridades, para los poderosos, son otras. ¡Ahora el chavismo es presentable a nivel internacional, porque aquí no ha pasado nada! Como Pedro por su casa, los jerarcas tantean hasta donde pueden viajar para proyectar la “normalidad” que quieren aparentar en Venezuela. Con una desfachatez que sólo exhibe quien no tenga remordimiento alguno por los atropellos cometidos, Maduro, responsable de la devastación de la minería en Guayana, denuncia al capitalismo por las tragedias del cambio climático y Delcy reclama en La Haya que es el gobierno de EE.UU. el que viola los derechos humanos de los venezolanos, al imponer sanciones al régimen. Y así se abre de nuevo la temporada turística para que los personajes más detestables del régimen se pavoneen en los destinos internacionales de su preferencia, junto a una nutrida comparsa, con recursos de la nación.

Pero la comedia no termina ahí. Sintiéndose envalentonado por los recientes triunfos electorales de Petro y de Lula, Maduro convoca una reunión del Foro de Sao Paulo en Caracas para sermonear sobre lo que debe ser una conducta de izquierda, una que jamás debe criticar su desastrosa gestión. El mayor responsable del atraso a que ha sumido el país, de los centenares de muertos en legítimas protestas, de la entrega de recursos de la nación a bandas criminales, de la destrucción de la educación, de la salud y de los servicios públicos en general, de la ruina de los venezolanos y de su sometimiento a los atropellos de militares traidores, de la violación descarada de derechos humanos, ¡pretende bañarse ahora en un aura de “progresisismo”, dictándole cátedra a quienes, presumiblemente, son de avanzada! Pero la verdadera prueba para una izquierda comprometida con la justicia y la libertad –como debe ser—, es denunciar los atropellos de Maduro. No continuar reviviendo posturas enterradas del socialismo “del siglo XXI” para justificar sus desmanes. Ahora Maduro pidió a sus congéneres desempolvar el muerto del Estado Comunal, con sus leyes disparatadas que, sin duda, terminarán por destruir, de aplicarse, lo poco logrado con la dolarización y la liberación de precios. ¡A paso de vencedores, pero para atrás!

Al vencer el oprobioso régimen del apartheid en Sudáfrica, Nelson Mandela le encomendó al arzobispo Desmond Tutu encabezar la Comisión para la verdad y la reconciliación, con el fin de instaurar una justicia restaurativa que, no obstante, no se basara en la revancha, sino que, más bien, dejara abierta la posibilidad de sanear heridas. La base para ello era el sincero reconocimiento y arrepentimiento por los crímenes cometidos y una profesión auténtica de enmienda. "Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón" fue la divisa del arzobispo. No fue ningún “borrón y cuenta nueva”. El resultado de su misión, admirado por todos, es fuente de esperanza para superar situaciones igualmente oprobiosas e inhumanas en otras naciones.

Sean cuales fuesen las posibilidades de avanzar en la negociación con personeros del régimen para hacer realidad unas elecciones con suficientes garantías como para abrirle las puertas al país a la tan necesitada transformación política, económica, social y cultural, el contexto de los acuerdos no puede soslayar la búsqueda de una justicia restaurativa, en la onda de la de Sudáfrica. No puede pretenderse “blanquear” al régimen, como si en el país no hubiese ocurrido nada. ¿Dónde están los propósitos de enmienda de Maduro, Padrino, Cabello y demás? ¿Sus compromisos con asumir la investigación de los crímenes cometidos y la sanción a los culpables? ¿Cómo consolidar un proceso exitoso de transición si no se terminan con los abusos de una oligarquía militar corrupta? Los crímenes de lesa humanidad no proscriben, por lo que no es aceptable una amnistía general, como tan irresponsablemente propuso el presidente Petro. Como señalara el negociador Gerardo Blyde al salir de la reunión por la paz en Venezuela, no es se puede pactar una amnistía con violadores de derechos humanos.

Economista. Profesor(j) Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

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Fernando Valladares

En contra de lo que pueda sugerir el título de este artículo, los logros de esta 27 conferencia de las partes, de esta 27 cumbre del clima, no estuvieron equilibrados con los fracasos. El balance global de la COP27 celebrada en Sharm el Sheikh (Egipto) es decepcionante. Se ha hecho pública la propuesta final de decisiones y, a pesar del estilo administrativo y no siempre directo y claro, puede leerse en varios de los puntos palabras como “preocupación” y “no se alcanzan objetivos”.

En un sencillo y directo discurso de clausura, el neerlandés Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, tras recordar que los amigos solo lo son si pueden decirse cosas que no son agradables de oír, instó a seguir trabajando una vez visto el escaso avance. Ha puesto, como todos los años, la vista en la siguiente COP.

La distancia entre dónde estamos y dónde deberíamos estar es mayor que nunca

Las reacciones no se han hecho esperar. La distancia entre donde debemos estar y donde estamos en materia de emisiones de gases de efecto invernadero, derechos humanos y equilibrios geopolíticos es más grande que nunca. Cuando más necesitamos acciones y compromisos para atajar la crisis climática volvemos a escuchar promesas y planes futuros, objetivos sin agendas concretas y presiones para que apenas nada cambie y, sin embargo, que cambie lo mínimo necesario que pueda dar la impresión de que los más de 40 000 participantes en la COP27 no se reunieron en Egipto para nada.

Ha resultado una cumbre del clima distraída con los síntomas e incapaz de abordar causas y soluciones, como lo fueron la mayoría de sus antecesoras. Solo que cada año la brecha entre donde habría que estar y donde estamos se hace más peligrosa. No obstante, comenzaremos por las siete cosas que sí se lograron o que sí abren esperanzas, para continuar con las ocho cosas que explican el sentimiento generalizado de desilusión y preocupación. Precisamente el tipo de sentimiento que todo el activismo y todo el debate social que tuvo lugar las semanas anteriores quería evitar.

Nueva ola geopolítica

Esta COP deja clara la complejidad de la geopolítica y las dificultades para lograr la transición global hacia una descarbonizacón de la economía. Se ha avanzado en la comprensión del problema y por dónde deben ir las soluciones, pero los líderes mundiales deben moverse de las tensiones (como la invasión de Ucrania) y aprovechar al máximo los nuevos acontecimientos geopolíticos positivos, como el regreso de Brasil a la escena mundial y el acercamiento climático entre Estados Unidos y China. Aunque Lula no asuma el cargo hasta el 1 de enero de 2023, ha presentado su visión para la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo y foco de la indignación internacional con Bolsonaro. Una de las principales cosas que quiere hacer es volver a poner a Brasil en el centro de la geopolítica internacional. Ha tenido más conversaciones con líderes mundiales en Egipto en un solo día que las que Bolsonaro ha tenido en cuatro años. Algo es algo.

Agenda de Bridgetown y sistema financiero

La reforma del sistema financiero internacional para hacerlo más justo y adecuado a su finalidad ha cobrado impulso y reconocimiento. La conocida como Agenda de Bridgetown se presentó junto a la agenda de trabajo planteada de aquí a las reuniones de primavera del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. París acogerá una cumbre sobre este tema en junio de 2023 para resolver el vacío que ha quedado en esta COP y ponerse a trabajar en una reforma estructural del sistema financiero global. Parece que la agenda está clara y con fechas concretas y objetivos tangibles.

Acabar con el lavado verde (greenwashing)

Las empresas tendrán que responder a las nuevas normas de las Naciones Unidas y garantizar que sus planes reducen eficazmente las emisiones si quieren ser una parte creíble de la respuesta global al cambio climático. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, dijo que habría “tolerancia cero para el lavado verde neto”. Se ha convocado un nuevo grupo de trabajo para avanzar en la regulación de los compromisos de las empresas con el cero neto de emisiones en los países de todo el mundo.

Impulso renovable

Hubo mención y acuerdos sobre energías limpias, con avances mensurables. Las energías renovables son ahora más baratas que las fósiles en dos tercios del mundo, incluyendo economías emergentes como Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Sudáfrica, Kenia, India, Tailandia, Vietnam y Filipinas. La inversión en la transición ha aumentado un 25% hasta superar los 708.000 millones de dólares este año a pesar de la crisis económica, incluyendo un impulso masivo al transporte eléctrico.

Transición del carbón

En jornadas realizadas al margen, se cerró un acuerdo de 20 000 millones de dólares para la transición del carbón en Indonesia, y se prevén acuerdos similares para Vietnam y, potencialmente, Senegal. Estos avances “JET-P - Just Energy Transition Partnership” se basan en el acuerdo de 8.500 millones de dólares alcanzado con Sudáfrica en la COP26. Estas estrategias alineadas podrían ser importantes para acelerar la transición energética mundial.

Próxima parada: la naturaleza

El próximo mes en Montreal, en la COP15 del Convenio sobre la Biodiversidad, los líderes mundiales se reunirán para establecer un acuerdo global para la naturaleza. Sabemos que no podemos alcanzar el objetivo de no rebasar 1,5℃ sin proteger la naturaleza, y sabemos que la naturaleza es la primera línea de defensa contra los fenómenos meteorológicos extremos. Por ello, el CDB en Montreal es una oportunidad para corregir algunos de los errores de la COP27, proporcionando objetivos, calendarios y financiación muy necesarios para reparar esta pieza del rompecabezas climático.

Litigios

Mientras tanto, los riesgos de litigio están aumentando rápidamente para los gobiernos y las empresas que no cumplen con el Acuerdo de París. Ha habido más de 2.000 casos climáticos que ya han sentado un precedente legal. Los casos en curso abarcan cuestiones como los objetivos climáticos ineficientes, la contaminación ambiental, las violaciones de los derechos humanos y el lavado verde, entre otros. Estos casos están demostrando que la acción climática es un deber legal, no una opción voluntaria.

Apoyo para hacer frente a pérdidas y daños

El haberse centrado en los síntomas del cambio climático, esos síntomas que se engloban en lo que se llama “pérdidas y daños”, refleja la incapacidad global para enfrentarse a la terrible realidad de que dependemos en un 80% de los combustibles fósiles. Deberíamos centrarnos en que no ocurran más daños y pérdidas y sin embargo estamos explorando cómo compensar a quienes los sufren. Además, los países ricos aún no han entregado los 100.000 millones de dólares anuales que prometieron desde hace años y que en la COP 26 de Glasgow parecían inminentes. No hay claridad en los términos de los acuerdos de financiación. En el último momento, bueno, más bien en el tiempo de descuento, se han logrado algunos acuerdos incompletos y apresurados al respecto.

La reevaluación de los países que pagan y los que reciben es una cuestión importante que queda relegada para el próximo año. A falta de una fuente de financiación inmediata, las promesas de pérdidas y daños se destinaron principalmente al Escudo Global y a los sistemas de alerta temprana de la ONU, con algunos compromisos para la Red de Santiago y proyectos específicos para cada país. Se hicieron nuevas promesas de contribuciones de 340 millones de euros para pérdidas y daños.

¿Implementación?

Lo más decepcionante es precisamente la implementación de lo que el propio G20 en esos mismos días de la COP27 habían acordado: “Aumentar urgentemente la ambición de mitigación y adaptación”, centrándose también en la financiación de pérdidas y daños. La falta de concreción indica que los países desarrollados siguen sin aceptar que las crisis geopolíticas, energéticas y económicas son razones para acelerar la acción, no para romper las promesas una y otra vez.

Combustibles fósiles y naturaleza

El acuerdo alcanzado en Sharm el Sheikh no abordó las causas de los impactos del cambio climático: el uso de combustibles fósiles y la destrucción de la naturaleza. Los países no llegaron a un acuerdo para la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles, basándose en el llamamiento a la eliminación progresiva del carbón realizado en la COP26 de Glasgow. Y no lo hicieron porque el tema apenas estuvo en la mesa, como otro de las más inquietantes, que tampoco estuvo presente: el de los subsidios a los combustibles fósiles por parte de los Estados. Sin estos temas en el centro de las negociaciones no debe extrañar el escaso progreso en los objetivos principales de la acción climática.

¿Es 1,5℃ todavía un objetivo a nuestro alcance?

La incapacidad para avanzar en materia de emisiones se produjo a pesar de que el mundo ha experimentado impactos climáticos que alteran la política, la economía y las tensiones entre países. Las fuertes sequías y olas de calor en Europa, las inundaciones en Pakistán, Nigeria y Australia y la sequía en Estados Unidos son ejemplos de cómo las estructuras de ayuda y apoyo, como el fondo de pérdidas y daños, tendrán más demanda en el futuro por no haberse atajado los problemas de origen. En las decisiones finales de la COP27 se hace referencia al escenario de 1,5℃ planteado en la COP 21 de París, pero sólo se reconoce el objetivo. No se mencionan las vías ni los planes para alcanzarlo. No ha habido líderes que hayan roto con la industria de los combustibles fósiles.

¿Quién paga y quién recibe?

India y China se han convertido en las mayores economías del mundo desde que se estableció la definición de países “desarrollados” y “en desarrollo” en 1992. La UE y Estados Unidos quieren que se reflejen las circunstancias actuales. China y la Liga de los Estados Árabes, productores de petróleo, quieren que se tenga en cuenta el equilibrio histórico. Esto genera un círculo vicioso que bloquea los acuerdos pero que tendrá que cuadrarse en los próximos años.

El cambio de rumbo que aún no llega a África

Se pensó que esta sería la COP africana, pero no se ha generado mucha financiación nueva para los países vulnerables, sean africanos o no –dejando mucho por hacer en 2023–, ya que se instó a los países a aumentar la financiación de la adaptación, pero sin concretar.

Derechos humanos

La Presidencia de la COP 27 estuvo bajo presión durante toda la reunión por su enfoque de los derechos humanos. Se subrayó la conexión entre el espacio cívico y la acción climática. Es evidente que la lucha por el aumento de la libertad en Egipto, como en tantos otros países, continuará mucho después del final de esta reunión.

Grupos de presión de los combustibles fósiles

Los 636 grupos de presión de los combustibles fósiles y los directores generales de BP, Shell, Total y Occidental que recorrieron los pasillos deseosos de mostrar sus credenciales ecológicas estaban aquí por una razón: la transición energética tiene un impulso imparable y representa una clara amenaza para sus negocios. Es probable que el año que viene la industria y sus patrocinadores estatales sigan afirmando su influencia en el proceso. La desinformación seguirá siendo una herramienta clave en sus operaciones de presión. No deberíamos dejar que ocurra.

20 de noviembre 2022

The Conversation

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