Las cosas no van muy bien desde hace tiempo. No van bien en ninguno de los escenarios de la vida del venezolano.

Las protestas ya no parecen tan eficaces como medio para transformar la realidad. ¿Esto significa que no sirven para nada?

Desde el año 2000, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha desarrollado un entramado de decisiones que inciden en la autonomía de colegios y gremios profesionales en Venezuela.

La gobernanza criminal ligada al narcotráfico se expande en todas sus formas en América Latina, también como violencia política. Su objetivo es imponer sus intereses para consolidarse.

Quien no alberga un mínimo de amor en su corazón está muy cerca de perder su condición humana integral para transformarse solo en materia y quien solo tiene odio corre la misma suerte.

Múltiples hechos delatan el temor que embarga a Maduro, ya inocultable, por sentir próximo el desenlace que provocará a su salida del poder.

Con voluntad y persistencia podemos lograr una sociedad intolerante ante las corruptelas.