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Opinión

Los resultados no pudieron ser más estrechos: más de lo que indicaban las encuestas. Andrzej Duda, 50,4 %, Rafal Trzakovski, 49,6%. Este último impugnará el resultado, pues cuando las autocracias gobiernan, hay que contar con alteraciones. Eso lo sabían de antemano Trzakovski y sus electores. Como sea, las elecciones del domingo 12 de julio demostraron que Polonia será, de ahora en adelante, un país políticamente dividido.

¿Política o culturalmente dividido? La pregunta es válida. Como en pocos países las variables culturales (y culturalistas) se cruzan en Polonia con las políticas.

Los periódicos, incluyendo los más importantes, aportaron confusión a un no tan confuso tema. Los titulares de la mayoría de ellos anunciaron que en Polonia los conservadores derrotaron por leve mayoría a los liberales. Así presentadas, parecía que las polacas habían sido una de esas elecciones clásicas del siglo pasado, cuando los liberales (y/o socialdemócratas) disputaban alegremente el gobierno con los conservadores.

Pero no, definitivamente no. Ni el PiS (Ley y Justicia) de Duda y Kaczynski puede ser considerado un partido conservador clásico, ni la agrupación que apoyó a Trzakovski (Plataforma Cívica), una opción puramente liberal. Dicho en otras palabras, las elecciones no fueron una disputa entre Tories y Whigs a la polaca, sino entre dos contendientes que mantienen plena equivalencia con las nuevas formaciones políticas post-modernas europeas.

Ambos candidatos - es mi tesis – representan contingentes muy polacos pero a la vez muy europeos. Hecho que explica por qué los políticos, no solo de Europa, siguieron con tanta atención el curso de las presidenciales polacas. Y con razón: la diferencia fundamental entre los dos candidatos era su relación con Europa y con su máxima representación, la UE.

Mientras Duda, en representación del líder del nacional- populismo Jaroslav Kaczynski, aboga a favor de los nacionalismos, Rafal Trzakovski lo hace a favor de una Europa internacional y global. Pero esta es solo una apariencia.

Si acercamos más la lupa al tema, podremos advertir que los nacionalistas de hoy, los así llamados nacional-populistas, son en la práctica más internacionalistas que los defensores del internacionalismo europeo. El PiS, para nadie es un misterio, forma parte de un contexto nacional-populista continental.

La afinidad del régimen que representa el PiS con las autocracias nacionalistas de Europa, incluyendo a la de Rusia, es muy estrecha. La intimidad de las relaciones entre los regímenes que representan Orban en Hungría y la dupla Duda-Kaczynski en Polonia, linda con la hermandad. Cierto es que los representantes del PiS no se dicen pro-rusos (el pasado vivido bajo el yugo soviético pesa, aunque solo sea en la retórica). Pero el más entrañable aliado europeo de Putin es el húngaro Viktor Orban.

Con razón el historiador Adam Mischnik, quien fuera uno de los más directos consejeros de Walesa, afirmó en su entrevista más reciente (Die Zeit, 04.07.2020), que Polonia vive un acelerado proceso de “putinización”. Efectivamente, los regímenes fundados en Hungría y Polonia son un calco, pero a escala reducida, del fundado por Putin en Rusia. Ese proceso ha sido parcialmente bloqueado por la candidatura de Trzakovski.

Hungría y Polonia – hay que decirlo - han llegado a ser partes constitutivas de la zona de influencia imperial de Putin en Europa. Una mitad de la ciudadanía polaca ha dicho claramente “no” a esa geopolítica pertenencia.

Hecho destacable es que la fuerza electoral de las nuevas autocracias no reside en las grandes ciudades sino en las zonas agrarias y sub-urbanas de los países donde gobiernan. Eso explica en parte el carácter y sentido de una de las diferencias político-culturales que se dan entre Duda y Trzakovski. Son las mismas que se dan entre las autocracias europeas y sus enemigos democráticos.

Las zonas rurales y suburbanas, como es sabido, están dominadas por instituciones religiosas, sea la Iglesia católica en Hungría y Polonia, sea la iglesia ortodoxa en Rusia, sean las cofradías islámicas en Turquía. De este modo, y siguiendo el mandato de su clientela, Duda se presentó a las elecciones de julio como un defensor del estado de la familia patriarcal y del estado confesional. Trzakovski por su parte, fue dado a conocer por los medios como un representante del estado secular y de las libertades personales, incluyendo las sexuales.

Sabiendo a quienes dirigía su mensaje, y viéndose superados por las propuestas sociales y políticas de la candidatura Trzakovski, los nacional-populistas intentaron - como siempre, con éxito – jugar su carta más sucia: la de la sexualización de la política (sobre ese tema habrá que escribir otro artículo: es fundamental) De este modo, a medida que se acercaba el día electoral, el régimen controlado por Kaczynski desataba una campaña furiosa en contra de homosexuales y lesbianas y - sobre todo, horror de horrores - en contra del matrimonio gay.

Nada nuevo bajo el sol. Los nacional-populistas cuando se encuentran acorralados sacan a la política del parlamento y de las calles para llevarla a los dormitorios y a las camas. Que en la colonización de los espacios de la intimidad reside el germen de la dominación totalitaria fue advertido, cada uno en sus tiempo, por Hannah Arendt y Michel Foucault.

El nuevo líder de la oposición polaca - un amplio frente donde caben desde los conservadores democráticos, los liberales de Simon Holvnia (ayer rival, hoy aliado de Trzakovski) y todos quienes se sienten descontentos con la gestión autoritaria del PiS - no siguió el juego a las provocaciones patriarcales, confesionales y sexistas de Duda. El mismo Trzakovsi es un defensor del orden familiar, pero en un contexto comunicativo con el orden social. No es anti-nacionalista, pero entiende que las naciones, sobre todo en tiempos globales, solo pueden prosperar a través de una permanente cooperación internacional. Eso lo ha llevado, en contra de los egoísmos nacionalistas, a defender el rol simbólico y político de la UE. De esta manera los electores que lo apoyaron percibieron que, así como Kaczynski y Duda están muy cerca de Putin, Trzakovski puede ser situado en las cercanías de Angela Merkel.

Polonia, reiteramos, se encuentra políticamente dividida en dos partes casi iguales. Hecho que bajo ningún punto de vista puede ser considerado una tragedia. Máxime si tenemos en cuenta que sin divisiones no hay política. Lo importante de la nueva situación es que la división polaca concentra en un solo país la gran división europea de nuestro tiempo. Ella no se da ni en los planos económicos ni sociales. Su locus está enfocado en la contradicción entre dos formas de gobierno. Una es la autocracia confesional y antiparlamentaria. La otra es la democracia secular y parlamentaria.

La revolución que una vez comenzó en la Francia de 1789 no ha terminado todavía. Ni siquiera en Francia. Mucho menos en Polonia. En el fondo, esta es una triste conclusión.

17 de julio 2020

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2020/07/fernando-mires-polonia-dividida...

 5 min


Andrea Rizzi

Una estratégica interacción entre ideas y partidos socialdemócratas y verdes se perfila como vía esencial para que la izquierda retenga relevancia en Europa

La socialdemocracia europea entró en el siglo XXI con vigor y grandes expectativas. El paso de centuria fotografió como jefes de Gobierno a Gerhard Schröder en Alemania, Tony Blair en el Reino Unido, Lionel Jospin en Francia (con el conservador Jacques Chirac de presidente), Massimo D’Alema en Italia y Romano Prodi al frente de la Comisión Europea. El deterioro desde entonces ha sido evidente. La familia controla ahora el poder en países de menor peso (España, Portugal y Suecia son los más destacados) y en la UE perdió las presidencias de mayor peso (Comisión, Consejo, BCE, Eurogrupo). En algunos casos el descalabro es brutal, como en Francia o Grecia donde la familia política se halla casi en la irrelevancia, o grave, como el debilitamiento en Alemania o Italia.

En términos generales, la socialdemocracia no parece haberse adaptado exitosamente a las mutaciones de la sociedad europea en la era de la globalización. Su propuesta de protección social ha perdido atractivo, sea por carencias propias o por el magnetismo de ofertas alternativas de corte nacionalpopulista.

En paralelo a este declive, en el corazón de Europa asistimos a un paulatino avance de proyectos de inspiración ecologista. En Alemania, Los Verdes llevan un año adelantando en los sondeos al histórico SPD; en Francia, las recientes municipales han arrojado resultados extraordinarios para los ecologistas, que han cosechado las alcaldías de Lyon, Marsella o Estrasburgo, y fueron clave para la victoria de la socialista Anne Hidalgo en París; en países como Austria y Países Bajos mantienen una posición relevante.

Sin embargo, el despegue verde no acaba de ser rotundo. Pese a su fuerza y ascenso en el corazón de la UE, son irrelevantes en el Sur y el Este, e incluso en sus mejores plazas no cuentan con perspectivas de liderazgo real.

La cooperación entre ambas fuerzas empezó hace tiempo. Precisamente el Gobierno de Gerhard Schröder que asumió el poder en 1998 fue una coalición con los ecologistas. Experiencias parecidas se han dado en otros países en distintos niveles políticos.

Los Verdes son una familia no del todo uniforme, con rasgos ideológicos levemente diferentes según los países, y en muchos casos bastante pragmáticos como para establecer alianzas también con partidos de corte liberal o conservador.

Pero quizás su afinidad más natural sigue siendo con la socialdemocracia, y la interrelación entre ambas será probablemente una de las claves de lectura más importantes de la política europea de los próximos años. Se dan múltiples opciones: cooperaciones clásicas en alianzas cuyo paso marca el socio mayoritario; convergencia en plataformas abiertas detrás de candidatos independientes; intentos de cooptación del ideario verde por parte de socialdemócratas allá donde estos son fuertes y los ecologistas todavía irrelevantes; o, quién sabe, incluso el surgimiento de formaciones híbridas que fusionen las dos pulsiones políticas. Ni rojo, ni verde, ni rojiverde: marrón, como la fusión de los dos colores dentro de uno nuevo.

El marrón es un color poco habitual en los símbolos de la política, quizá por su relación con materia poco agradable. Es también, sin embargo, el de objetos y conceptos tan nobles e inspiradores como la tierra fértil o el tronco de los árboles.

Rojo o verde solo tienen pocas perspectivas de ser hegemónicos en muchos países. Quizá el marrón sea la única opción viable para que en buena parte de Europa el espectro progresista pueda conformar opciones nuevamente hegemónicas en los fragmentados panoramas políticos actuales. Veremos si por metamorfosis del rojo, fusión de rojo y verde, absorción del rojo por parte del verde o creación ex novo de contenedores del color de la tierra fértil.

17 de julio 2020

El País

https://elpais.com/internacional/2020-07-17/ni-rojo-ni-verde-quizas-marr...

 3 min


El compromiso del Banco Mundial de ayudar a los países a controlar la corrupción se remonta a 1996, cuando el entonces presidente, James Wolfensohn, pronunció su discurso sobre El cáncer de la corrupción. Era la primera vez que un presidente del Banco Mundial otorgaba tanta importancia a este asunto, que llegó a incorporarse directamente en el programa de la institución.

Han sucedido muchas cosas desde entonces. En 1996, tan solo 22 países contaban con leyes sobre el derecho a la información, en comparación a 123 en la actualidad. La revolución de los datos de libre acceso aún no había comenzado: ni la tecnología ni las posturas de entonces apoyaban esa apertura en la mayoría de los países. En ese tiempo se concibieron instrumentos normativos de carácter mundial, como la Convención Anti Cohecho de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (PDF) y la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (PDF), pero no llegaron a promulgarse. También se pusieron en marcha otros mecanismos, como la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), que posteriormente fueron evolucionando. El Comité del Premio Nobel aún no había galardonado a la economía conductual. Nadie había oído hablar de GovTech (la utilización de la tecnología para mejorar el funcionamiento del Gobierno), y aún no se había constituido la Alianza para el Gobierno Abierto. Términos como flujos financieros ilícitos y adquisición electrónica no eran comunes, y los papeles de Panamá y las filtraciones de Luanda todavía eran cosa del futuro. Y nadie había oído hablar de la COVID-19 (coronavirus)

Combatir la corrupción no solo permite ahorrar dinero y poner freno a prácticas indebidas, también ayuda a lograr diversos objetivos de desarrollo. Pensemos, por un momento, en las numerosas formas en que la corrupción puede socavar el desarrollo del capital humano. Los trabajadores fantasmas en el sistema educativo, las comisiones ilegales para obtener contratos de servicios de comidas escolares y los títulos académicos falsos debilitan la eficacia del gasto relacionado con la enseñanza. El soborno y el fraude en la adquisición de productos farmacéuticos o de equipos médicos pueden reducir las tasas de supervivencia y limitar la capacidad de desarrollarse de los niños. La corrupción en las obras de infraestructura y entre la policía de tráfico pueden dar lugar a carreteras inseguras, con lo que se debilita el capital humano y se disminuye el acceso a las oportunidades.

El enfoque del Banco Mundial para controlar la corrupción debe estar a la altura de los tiempos. ¿Qué deberíamos hacer de forma distinta? En la serie Iniciativas contra la corrupción: Reafirmar el compromiso con una prioridad de desarrollo describe un enfoque, organizado en torno a cinco iniciativas:

Las normas y patrones mundiales son esenciales para configurar las políticas y asegurar que los Gobiernos actúen. La perspectiva global del Banco Mundial puede contribuir a ello. Los avances en materia de penalización de las prácticas de corrupción y fortalecimiento de la transparencia han demostrado el valor de las normas. ¿Podría obtenerse el mismo resultado con una mayor coherencia en los enfoques para la transparencia en la propiedad efectiva, la gestión de los conflictos de intereses y otras áreas? ¿Cómo podemos mejorar el seguimiento de los avances? La iniciativa sobre las normas mundiales y el seguimiento propone algunas áreas de interés.

La corrupción suele darse en las transacciones, pero también puede estar incorporada en las redes, inclinando las reglas del juego en beneficio de las élites políticas y las empresas con buenas conexiones. Considerando lo que hemos aprendido sobre el poder, la política, los negocios y la corrupción, ¿podemos hacer más para resolver el problema de la captura del Estado? La iniciativa sobre el poder y el dinero asume este desafío.

La transparencia tiene valor por sí misma. El acceso a la información es un derecho humano básico. ¿Cómo podemos aprovechar las nuevas tecnologías para analizar las avalanchas de datos y encontrar patrones que de otro modo ni siquiera detectaríamos, para mejorar la participación de todas las partes interesadas en la supervisión y la rendición de cuentas, y para hacer que los servicios respondan mejor y sean más equitativos? La iniciativa sobre la transparencia de alta definición apoya los esfuerzos para responder a estos desafíos.

La corrupción adopta todo tipo de formas, y estas pueden variar sistemáticamente. Controlar las redes del clientelismo en las aduanas, por ejemplo, exige enfoques distintos de los necesarios para enfrentar la malversación en las empresas estatales o el soborno en los tribunales. Han pasado 13 años desde que en el informe Las múltiples caras de la corrupción (i) se resumieron enfoques sectoriales específicos. En un Enfoque sectorial se actualizará nuestro trabajo para reflejar los cambios en la tecnología y las opiniones al respecto.

La definición habitual de la corrupción como “el abuso de los cargos públicos en beneficio privado” proyecta la imagen de una persona en solitario actuando incorrectamente. Sin embargo, en muchos casos, esas personas cuentan con la ayuda de banqueros, abogados y contadores, a veces en jurisdicciones extraterritoriales y centros financieros de economías avanzadas. ¿Y qué decir de la conducta de las empresas y los individuos? La iniciativa sobre hacer frente a los facilitadores destaca las medidas que se pueden tomar en las profesiones y los lugares en los que se permite la corrupción y en los que se aceptan normas sociales arraigadas que rodean tanto a los que pagan sobornos como a quienes los reciben.

Ampliaremos la información sobre cada una de estas iniciativas en una serie de entradas de blog. La corrupción ha evolucionado en las dos últimas décadas, así como en el transcurso de la respuesta a la COVID-19 (PDF, en inglés). Nuestra perspectiva también está cambiando para reflejar los desafíos mundiales y locales que enfrentan los países hoy, así como las nuevas oportunidades que plantean la tecnología, los conocimientos de las ciencias políticas y del comportamiento, una creciente comunidad global centrada en normas y patrones, y las alianzas. En nuestro documento recogemos estas nuevas realidades y establecemos una hoja de ruta para colaborar estrechamente con los Gobiernos, los asociados internacionales y la sociedad civil con el fin de avanzar en nuevas direcciones en la lucha contra la corrupción y reafirmar que el control de este problema es una prioridad para el desarrollo.

13 de julio 2020

Voces. Perspectivas del desarrollo

https://blogs.worldbank.org/es/voices/la-corrupcion-ha-evolucionado-y-lo...

 5 min


Amy Woodyatt

La población mundial probablemente alcanzará un máximo de 9.700 millones en 2064 y luego disminuirá a unos 8.800 millones para finales de siglo, a medida que las mujeres tengan un mejor acceso a la educación y la anticoncepción, según un nuevo estudio.

Para el año 2100, 183 de 195 países no tendrán las tasas de fertilidad requeridas para mantener la población actual, con 2,1 nacimientos proyectados por mujer, dijeron investigadores del Instituto de Evaluación y Métrica de Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.

Unos 23 países, entre ellos Japón, Tailandia, Italia y España, verán la reducción de sus poblaciones en más del 50%, dijeron los investigadores.

Sin embargo, la población del África subsahariana podría triplicarse, lo que permitiría que poco menos de la mitad de la población mundial sea africana para finales de siglo.

El estudio de modelado, publicado el martes en The Lancet, también pronostica una disminución dramática en las poblaciones en edad laboral en países como India y China, lo que perjudicará el crecimiento económico y podría tener implicaciones negativas para las fuerzas laborales y los sistemas de ayuda social, dijeron los investigadores.

Pero a medida que disminuye la fertilidad, los investigadores señalan que la inmigración podría compensar la disminución de la población, particularmente en países con baja fertilidad, como Estados Unidos, Australia y Canadá.

“El mundo, desde la década de 1960, se ha centrado en la llamada explosión demográfica”, dijo a CNN el Dr. Christopher Murray, quien dirigió la investigación. “De repente, ahora estamos viendo este tipo de punto de inflexión en el que está muy claro que estamos pasando rápidamente del problema de tener demasiadas personas a tener muy pocas”.

Reducción de la población

Utilizando los datos del Estudio Global de la Carga de Morbilidad 2017, los investigadores predijeron que las poblaciones con reducción más rápida se encontrarán en Asia y Europa oriental y central.

Los autores del informe proyectan que la población de Japón disminuirá de alrededor de 128 millones de personas en 2017 a 60 millones en 2100, Tailandia verá una reducción de 71 a 35 millones, España de 46 a 23 millones, Italia de 61 a 31 millones, Portugal de 11 a 5 millones y Corea del Sur de 53 a 27 millones.

También se pronostica que otros 34 países, incluida China, verán una disminución de su población de hasta un 50%.

Murray dijo que no solo la población se reducirá, sino que la sociedad generalmente será más vieja, lo que tendría un impacto sustancial en el crecimiento económico.

“Hay más personas que necesitan recibir beneficios del gobierno, ya sea seguridad social o seguro de salud, y menos personas que paguen impuestos”, explicó.

Los investigadores proyectan que la población del África subsahariana podría triplicarse en el transcurso del siglo, de aproximadamente 1.030 millones en 2017 a 3.070 millones en 2100.

La región del norte de África y Medio Oriente es la única otra que se prevé que tenga una población mayor en 2100 que en 2017, con un pronóstico de 978 millones en comparación con 600 millones.

“Debido a que la fertilidad seguirá siendo alta por más tiempo, la proporción relativa de la población mundial que es africana aumentará considerablemente. Llegaremos al punto hacia el final del siglo en el que poco menos de la mitad de la población mundial será africana, siguiendo estas trayectorias”, dijo Murray a CNN.

Más mayores de 80 años que menores de 5

El estudio también predice cambios importantes en la estructura de edad global a medida que disminuye la fertilidad y aumenta la esperanza de vida, con un estimado de 2.370 millones de personas mayores de 65 años en todo el mundo en el año 2100, en comparación con 1.700 millones menores de 20 años.

El número global de personas mayores de 80 años podría multiplicarse por seis, de 141 millones a 866 millones. Mientras tanto, se pronostica que el número de niños menores de 5 años disminuirá en más del 40%, de 681 millones en 2017 a 401 millones en 2100.

Los investigadores dijeron que estas “reducciones dramáticas” en las poblaciones en edad laboral en países como India y China obstruirán el crecimiento económico y conducirán a cambios en las potencias mundiales.

“Ya está comenzando, es algo que no está en el futuro distante. La cantidad de adultos en edad laboral en China ya ha comenzado a disminuir”, dijo Murray a CNN.

“La profunda disminución de adultos en edad laboral que ocurrirá en un lugar como China significa que a largo plazo no podrán mantener el crecimiento económico al ritmo actual”, dijo Murray.

Los autores del informe dicen que las nuevas previsiones destacan los “enormes desafíos” que una fuerza laboral cada vez menor representará para el crecimiento económico y la alta carga que una población envejecida representará para los sistemas de salud y apoyo social.

El papel de la inmigración

Los autores sugieren que la disminución de la población podría ser compensada por la inmigración y que los países con políticas de inmigración liberales estarán en mejores condiciones para mantener el tamaño de la población y apoyar el crecimiento económico, incluso cuando la fertilidad disminuya.

“Si más personas mueren frente a las que nacen, la población entrará en declive. Y la única forma de contrarrestar eso es con la migración”, dijo Murray.

Los investigadores sugieren que la disminución de la población podría ser compensada por la inmigración, prediciendo que los países con baja fertilidad, incluidos los EE. UU., Australia y Canadá, mantendrán a las poblaciones en edad laboral con inmigración a medida que disminuya la fertilidad.

Si bien los autores del informe señalan que el que haya menos personas tendría “implicaciones positivas para el medio ambiente, el cambio climático y la producción de alimentos”, una población envejecida puede presentar sus desafíos.

Si se tratara solo de la cantidad de personas y no de todos estos otros efectos, podría ser un buen argumento para decir que podría ser algo bueno para el planeta, dijo Murray.

“El problema es que la pirámide de edad invertida es un problema real sobre cómo se organizan las sociedades y cómo funcionan las economías, cómo se pagan los impuestos”, dijo. “Lo que realmente necesitamos descubrir es cómo hacer la transición desde el estado en el que nos encontramos ahora”, dijo.

15 de julio 2020

CNN

https://cnnespanol.cnn.com/2020/07/15/la-poblacion-mundial-disminuira-probablemente-a-finales-de-siglo/?utm_term=15948951062259434754245bc&utm_source=5+cosas+16+de+julio&utm_medium=email&utm_campaign=226295_1594895106227&bt_ee=wu2eRGyRDnitndUIyhN8cRY0ihHvbwZMLPZsEC4k5pj2RUsX95Cuzzq1JVOVLtat&bt_ts=1594895106227

 5 min


Nicmer Evans

Un régimen que atenta contra valores, principios, normas, creencias, posturas, expresiones, en nombre de los pobres, mientras los hunde en más pobreza; un régimen que se ufana en afirmar que no cederá el poder ni con votos ni con balas, y lo deja saber por distintos voceros; un sistema que ampara la pérdida de soberanía en nombre de la solidaridad, entrega territorio a ejércitos invasores como el ELN y las FARC, entrega toda nuestra riqueza mineral dejando depredar nuestra inconmensurable biodiversidad y medio ambiente, un grupo de mafiosos que asesina, tortura, persigue, acosa, atemoriza, genera terror por pensar distinto, no incita al odio, odia.

El odio es un deseo de mal y cuando es consumado es maldad. Pero no se confunda, porque cuando uno desea justicia, y esta implica una pena después de un proceso judicial, desear y consumar la justicia no es odio, es justicia.

Estos, los que hacen el mal, hoy utilizan el aparato de justicia para consumar el odio contra los que piensan distinto, eso no es justicia, es la consumación de la mayor expresión de maldad desde el poder.

El cinismo de la maldad de quienes promueven el odio de Estado todos los días desde sus políticas excluyentes y destructuras, llega al nivel de tipificar el odio (deseo de mal) como delito, al afirmar que individuos u organizaciones instigan al odio cuando demandan justicia.

Desearle vida a quienes se han contaminado de covid-19 entre los jerarcas del sistema, para que en vida puedan pagar sus delitos de lesa humanidad producto de la acción de la justicia, o reconocer la valentía de ciudadanos que hartos de la ausencia de condiciones mínimas de vida arremeten contra las casas del partido terrorista que hace ejercicio del poder, pone en el debate un tema central: al no haber un sistema de justicia que defienda al ciudadano, el derecho de exigirlo se convierte en un deber.

La mayoría opositora hoy no promueve el odio, promueve la justicia, y es importante no confundir una cosa con la otra. Hoy quien no solo promueve el odio, sino que lo ejerce para hacer maldad, es quien tiene el poder y lo ejerce para preservarlo, burlando incluso a la Constitución.

Odiar no es viable para la oposición que quiere ser una verdadera alternativa, porque no es venganza con lo que nos debemos alimentar; si ellos odian y hacen el mal, nuestra respuesta debe ser justicia y más justicia, porque solo la justicia podrá reconstruir el tejido social roto por el odio expresado en el mal que durante años ha dividido, fragmentado y resquebrajado a las familias venezolanas.

La ausencia de justicia en el suelo patrio hoy demanda justicia internacional, y trabajar arduamente para que recobrado el Estado de Derecho y de Justicia y la democracia, veamos justicia en nuestro país, para ver a todos los responsables de la destrucción de la nación pagar sus delitos, uno a uno.

miércoles, 15 de julio de 2020

@NicmerEvans

https://www.elnacional.com/opinion/odio/

 2 min


La semana pasada, ¿gracias? a la pandemia, tuve la oportunidad de leer un excelente artículo que encara un tema inevitable en estos tiempos afectados por profundos cambios tecnológicos y que, por lo general, han sido examinados colocando el acento en sus implicaciones económicas. Sin que se soslayen estos últimos, el texto al que hago referencia observa el tema de Internet desde la perspectiva de la sociedad civil, seguramente su lado más descuidado desde el punto de vista académico e, incluso, político. Me refiero al ensayo “¡Vade retro Internet ¡Una evaluación crítica de Internet desde la sociedad civil” elaborado por Luis German Rodríguez, profesor de la UCV y Daniel Pimienta, Director de la Oficina del proyecto REDALC (Red para América Latina y el Caribe). Las siguientes líneas comentan libremente el texto sin que, en manera alguna, lo que escribo comprometa a los autores, salvo cuando expresamente así lo señale.

El poder de Internet

Más de la mitad de la población mundial ya se encuentra conectada a internet y el tráfico de datos anual se ha incrementado en más del 100% en poco menos de 3 años, De acuerdo a lo que se recoge en la literatura especializada, su importancia es función de varias características, entre las que cabe destacar a) su capacidad para transmitir y ejecutar múltiples formatos comunicacionales (voz, sonido, imagen, texto) en una sola plataforma, b) su estructura que acorta distancias y espacios, borra límites geográficos artificiales, c) su arquitectura distribuida que permite comunicación directa y descentralizada, d) su capacidad de almacenamiento y distribución de información y conocimiento que es accesible en todo momento y desde todas partes y e) su característica de creación y expansión desde el propio usuario. Estas características han propiciado nuevas revoluciones sociales, la emergencia de nuevos tipos de economía y producción de bienes y servicios, y la aparición de tipos de comportamientos y estructuras culturales diferentes, entre tantas otras cosas.

La cara distópica

Como lo registra su historia, los avances tecnológicos se presentan con dos caras: la de las utopías y la de las distopías. En su Utopía, escrita en 1516, Tomás Moro se centró en la gobernanza pública como medio para lograr satisfacer la felicidad de las personas. Más de cinco siglos después, las posibilidades de la digitalización son inmensas para esta gobernanza, para facilitarla y hacer más partícipes de ella a las sociedades a nivel local, regional, nacional y global. Sin embargo, actualmente se empieza a dibujar un escenario que representa lo contrario.

Como lo expresan en su escrito Rodríguez y Pimienta, cuando nació, a mediados de los años ochenta, Internet asomaba su rostro utópico a través de sus incuestionables beneficios como herramienta de la comunicación y la libertad de expresión y, desde luego, de la democracia.

Sin embargo, más adelante advierten cómo Internet se ha ido convirtiendo en un espacio dominado por el irrespeto, la difusión de noticias falsas y caldo de cultivo para el odio y el racismo. En resumen, en un entorno prácticamente sin reglas que ha contribuido de manera muy relevante a desmejorar la convivencia social al debilitar las posibilidades del diálogo. En un contexto fundamentado en el predominio del yo junto a la información vinculada a lo relevante a ese yo, en donde lo importante es, entonces, fabricar mi yo en las redes sociales y, así, existir en el mundo virtual. Así las cosas, la mayoría de los usuarios de las redes sociales se dedican, añaden los autores, a autopromocionarse y la sociedad global del conocimiento evoluciona hacia la sociedad del yo y abre paso a la sociedad de la desinformación, alojamiento de las así llamadas “verdades alternativas”, las “fake news”.

La gobernanza de Internet

Google nació, así ´pues, como una iniciativa académica que evolucionó hasta convertirse en un poderoso y rentable modelo de negocio en el campo virtual, a través de la creación de las condiciones mediante las que los usuarios pudieran convertirse en productos. Nos encontramos, entonces, frente al llamado “capitalismo de vigilancia”, vale decir la mercantilización de datos personales con fines de lucro (los “datos son el petróleo de hoy en día”, se suele afirmar). En función de ello, Google inventó las herramientas para saber cada vez más de lo que el propio usuario sabe de sí mismo, lo que no sólo tiene relevancia en el plano comercial, sino, y en grado creciente, en la política, incluidos los procesos electorales, y en el control ciudadano. Esta situación coincide con la inquietud del profesor norteamericano Nathaniel Persily, quien expresó, creo que fue en la penúltima reunión del Grupo de Davos, que “el gran reto de la democracia es ver si podrá resistir a la Internet”.

Según se describe en el artículo al que vengo refiriéndome, el destino de Internet en el mundo occidental está determinado por Google (con todo el conglomerado bajo el mando de Alphabet), al lado de las grandes empresas privadas (Facebook, Amazon, Apple y Microsoft). Juntas constituyen los actores que fijan el destino de la Sociedad Global del Conocimiento, por encima de los gobiernos, a diferencia de lo que ocurre en países como Rusia y China, que han creado empresas que rivalizan con las occidentales, a la vez que son parte esencial de la estructura de control sobre sus ciudadanos.

La pretensión de establecer reglas comunes para el ciberespacio mundial ha dado, hasta ahora, pocos resultados. No se ha tenido el éxito requerido en el propósito de lograr armonizar políticas e instituciones que reflejen la naturaleza transfronteriza de Internet. Los aún poco efectivos mecanismos para poner orden en el mundo digital han impedido la democratización de la información, el cierre de brechas sociales, la participación masiva, la cooperación, la autorregulación, además de otros atributos que se perfilaban en el rostro utópico de Internet.

Luce como si no se hubiese tomado en serio lo que han precisado diversos especialistas, alrededor de la emergencia de una ciudadanía digital, lo que implica, afirmaría Perogrullo, la creación de derechos digitales, frente a los poderes públicos y privados.

La sociedad civil e Internet

Con relación a los aspectos distópicos, asociados a la necesidad de regular los usos de internet, la sociedad civil, de acuerdo a los autores, se ha mostrado más bien displicente, siendo mucho más permisiva y tolerante con los gobiernos que con las grandes empresas.

Entre otros varios asuntos vinculados con lo anterior, en el ensayo se subraya la relevancia de la actualización de la alfabetización digital, la cual no se entiende meramente como la capacidad de tener la habilidad técnica sobre el funcionamiento digital, sino, sobre todo, como el dominio sobre sus repercusiones, la manera como contaminan los espacios públicos, permitiendo deformaciones y abusos como las derivadas de la manipulación de la información de los ciudadanos recogida sin su consentimiento, tanto por las grande empresas privadas, como por los gobiernos. En otras palabras, se considera que una cosa es saber usar las herramientas digitales y otra, muy distinta, contar con la facultad de procesar la información y convertirla en conocimiento, lo que supone distinguir entre lo cierto y lo falso, la validación de las fuentes y la apreciación para identificar manipulaciones, todo en medio de referencias éticas que permitan que lo que está ocurriendo son cambios tecnológico radicales que han ido modificando los patrones desde las que se piensan la vida y la propia humanidad. Nada de esto forma parte de la educación de los jóvenes, rematan Rodríguez y Pimienta.

La emergencia digital

A partir de temas como el anterior, el texto asoma, amén de otros asuntos significativos que trascienden el espacio disponible para estas líneas, la urgencia de que la sociedad civil modifique sustancialmente su visión y su patrón de funcionamiento de cara a la sociedad global del conocimiento. En esa dirección se propone que el planeta sea declarado en emergencia digital, en el mismo sentido y con la misma importancia como se ha planteado la emergencia ocasionada por el cambio climático. Se considera que ambos son temas, cada uno a su manera, que revisten la misma envergadura y trascendencia para el destino de la humanidad.

Uno termina de leer este ensayo de Rodríguez y Pimienta y no puede dejar de pensar que el futuro de Internet (con todos los beneficios que sin duda genera), puede tornarse muy oscuro al convertirse en la más poderosa herramienta de control y exclusión, jamás creada. Así las cosas, Vade Retro Internet pudiera parecerle a algunos un título desmedido, hasta desorbitado, pero no hay duda de que logra su objetivo: alertar con inteligencia en torno a la posibilidad de un escenario en el que los terrícolas nos jugamos mucho y, a la vez, recordar que se encuentra en nuestras manos impedir que ocurra.

El Nacional, miércoles 15 de julio de 2020

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Julio Dávila Cárdenas

Quizás sea que nos estamos acostumbrando a vivir en el extraño mundo de Subuso, en el que casi todo se hace al contrario de lo que indica la lógica, o lo que pareciera lógico.

El régimen se encuentra empeñado en tratar de legitimarse, a ver si el mundo comienza a reconocerlo y para ello utiliza todo lo que esté a su alcance. En ese afán trata de lograr una Asamblea Nacional que se ajuste a sus necesidades. Entonces acude a su tsj para que designe a un cne prácticamente incondicional. No contento con ello, esa misma “justicia” es la encargada de inhabilitar a las legítimas autoridades de muchos de los partidos de oposición y ordena que se proceda a designar como nuevas autoridades de esos partidos a individuos que por “extrañas razones” habían sido expulsadas de dichas organizaciones, o aparentaban continuar en las mismas, pero siguiendo las instrucciones del régimen.

Eso ocurrió con Primero Justicia, Acción Democrática, Copei, Voluntad Popular y algunas otras que escapan de mi memoria. Con este curioso proceder lograría, en primer lugar, que esas nuevas “autoridades” indiquen que sus organizaciones participarán en el “proceso electoral”. Luego, en el momento que corresponda designar a los candidatos a diputados de dichos partidos, quién los escogerá. Indudablemente que las “nuevas autoridades”. ¿A quiénes escogerían? No resulta difícil atinar: Individuos que respondan a los intereses del régimen. De manera que no habría obstáculo alguno para que, en el hipotético caso de ganar la oposición, quien obtenga el triunfo sea el mismo régimen. La victoria sería pírrica pero aparentemente legítima.

Mientras tanto, quienes supuestamente pertenecen a la oposición en ese cne, manifiestan que están dadas todas las garantías para que las “elecciones” sean limpias y trasparentes y por tanto, se debería concurrir a votar, bajo el pretexto de que si no se vota se estaría garantizando la victoria de los candidatos del régimen. Lo cierto es que el resultado de las mismas, sería “ganar, ganar”, pero para el régimen y para quienes resultaran electos diputados. Es decir, no importa si se vota por los candidatos a diputados de la “oposición”, porque en definitiva siempre ganaría el régimen.

De allí las declaraciones del militar que funge de ministro de defensa del régimen, en el sentido de que la oposición no volvería nunca al gobierno. Por supuesto que no, ya que todo está debidamente planificado para que cualquiera sea el resultado, el vencedor siempre sea el mismo. Lo que debería causar extrañeza es que los integrantes de las fuerzas armadas, no hayan reaccionado a esas declaraciones. Sobre todo si toman en cuenta lo establecido en el artículo 328 de la Constitución, que señala que la Fuerza Armada Nacional -que así se llama en la Carta Magna-, “constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política…” y en el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.” Afortunadamente el artículo 333 de la misma establece que la Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella.

Como estamos en el extraño mundo de Subuso, no es de extrañar que todo se haga al revés y aparentemente nada suceda, salvo que algo esté por suceder

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