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Opinión

​José E. Rodríguez Rojas

Durante el periodo previo al régimen chavista se consolidó una fuerte relación entre la seguridad alimentaria como acceso y el componente externo del abastecimiento. Las políticas del régimen chavista durante los años 1999-2014, potenciaron esta relación. La aguda caída de los ingresos petroleros después del año 2014 ocasionó el colapso de las importaciones y generaron una crisis de acceso alimentario, debido a la cual el 80% de la población cayó en situación de inseguridad alimentaria. Ello va a contracorriente de las afirmaciones de una misión del programa de alimentos de la ONU que señala que solamente una minoría de la población se encuentra en inseguridad alimentaria.

Una misión del Programa de Alimentos de la ONU estuvo en el país para evaluar la situación alimentaria y concluyó que solo un tercio de la población se encontraba en situación de inseguridad alimentaria, en otras palabras 9,6 millones de personas (Noticiero Digital.2020). La visita de la misión de la ONU tuvo un efecto positivo al colocar sobre la mesa el tema de las carencias alimentarias que sufre una importante parte de la población venezolana, lo cual ha sido ampliamente difundido por la prensa nacional e internacional y ha sido tema de artículos de opinión y declaraciones de políticos de la oposición. Sin embargo, como veremos en este escrito la misión subestima el problema de la inseguridad alimentaria al señalar que solo una minoría de la población lo sufre.

La seguridad alimentaria es un concepto polifacético, en algunos momentos se le asimilaba al abastecimiento interno, en particular a la producción agrícola y a todo lo relacionado con ésta, como la disponibilidad de insumos, precios, factores climáticos etc. De las diversas facetas del fenómeno la que se enfatiza actualmente es la propuesta por la FAO. En dicha perspectiva se hace hincapié en el acceso de la población a los alimentos, lo cual depende de la capacidad de compra de ésta y es influida a su vez por el ingreso de los consumidores y el precio de los alimentos. En esta visión la inflación, como la que padecemos, es un factor determinante de la seguridad alimentaria, pues tiende a deteriorar la capacidad de compra de los consumidores, ocasionando que parte de éstos queden en situación de inseguridad alimentaria, es decir que no tienen la capacidad de compra para adquirir los alimentos que requieren.

A lo largo de la historia reciente del sistema alimentario venezolano se ha establecido una estrecha relación entre el acceso o seguridad alimentaria y el componente externo del abastecimiento. La condición petrolera de la economía y la relativa abundancia de divisas que ello implicaba, posibilitó una política de subsidio cambiario a través de la concesión de dólares preferencia a los sectores importadores, que convirtió a estos en elementos claves del Sistema Alimentario Venezolano (SAV). Ello se tradujo en que durante el periodo previo al régimen chavista (1973-1998) entre 40 y 45% de las calorías consumidas fueran de origen importado. Las políticas del chavismo durante los años de 1999 a 2014 potenciaron esta situación, gracias al boom de los ingresos petroleros y al endeudamiento externo. Esto permitió prolongar el subsidio cambiario a través de la asignación de dólares preferenciales a los sectores importadores y a la importación de alimentos que abastecía los programas de asistencia alimentaria, como Mercal. Los sectores importadores vivieron un periodo estelar. La dependencia del aprovisionamiento externo tomo nuevos bríos al incrementarse las importaciones agroalimentarias por seis. Los alimentos con elevado componente externo acentuaron su rol como elementos claves de la dieta del venezolano [Rodríguez Rojas, José E. (a)]). Debido al esfuerzo distributivo el acceso alimentario mejoró reflejándose en una disminución de los niveles de pobreza según la CEPAL. La mejora en el acceso no se debió a un incremento en el abastecimiento de origen interno sino al elevado crecimiento de las importaciones. La estrecha relación entre el acceso o seguridad alimentaria y el componente externo se fortaleció durante estos años.

Después del año 2014 descienden pronunciadamente los ingresos petroleros; todo el tinglado que se había montado en los años previos, basado en subsidios, que fueron posibles gracias a los ingresos extraordinarios del petróleo, colapsa. La inflación se desborda. Se produce una abrupta caída en la capacidad de compra de los venezolanos que genera una crisis de acceso la cual se refleja en el pronunciado descenso del consumo y la elevación de la pobreza; ésta se incrementa por encima del 80% según la Encovi del 2017; estudio conducido por las principales universidades del país, que se orienta a estimar los niveles de pobreza e incluye también los aspectos relacionados con la seguridad alimentaria ([Rodríguez Rojas, José E. (b)]. De acuerdo con la Encovi, en su edición del 2017, 80% de la población ha caído en situación de inseguridad alimentaria, lo que significa que han tenido dificultades para adquirir los alimentos que requieren. La gran mayoría de los entrevistados manifestaron acostarse con hambre, otros recortaron sus porciones y el número de comidas, todo ello como un reflejo de las dificultades que tuvieron para adquirir los alimentos que requerían. Debido a ello la Encovi reporta, al igual que la misión de la ONU, que la dieta se ha deteriorado en cantidad y calidad. La harina de maíz enriquecida ha disminuido su aporte, así como también se ha reducido el consumo de carnes, lácteos, hortalizas y frutas lo cual ha contraído el aporte de proteínas de alto valor biológico y el aporte de minerales y vitaminas claves. Ello se ha reflejado en una pronunciada contracción del consumo proteico y calórico, éste último representó, en el año 2018, un 49,4% de la ingesta calórica del año 2011 [Gutiérrez, A.,2019, Rodríguez Rojas, José E.(c)]. Ha derivado también en una pérdida del peso en 64,3% de la población estimada en 11,4 Kgs.

En el año 2019, diversas fuentes sostienen que continuó la contracción de la economía y del consumo de alimentos. El grueso de la población carecía de la capacidad de compra para cubrir la canasta alimentaria estimada en 300 dólares por el Cendas, un organismo de la Federación Venezolana de Maestros (Tal Cual. 2019). Ello incluye a los empleados públicos, docentes y trabajadores de la salud. El salario básico de un profesor universitario con categoría de titular rondaba los 20 dólares al mes lo que equivalía a menos de un 10% de la canasta alimentaria.

Referencias:

Gutiérrez, A. 2019. El sistema alimentario venezolano en tiempos del chavismo. (disponible en: www. saber.ula.ve)

Noticiero Digital. 2020. 1 de 3 venezolanos enfrenta dificultades para alimentar a su familia. 24 de febrero.

Rodríguez Rojas, José E. s.f. (a) La dependencia alimentaria de Venezuela y sus implicaciones en la política agroalimentaria. Dígalo Ahí.

Rodríguez Rojas, José E. s.f. (b)El empobrecimiento de la sociedad venezolana. Dígalo Ahí.

Rodríguez Rojas José E..(c) El deterioro de la situación alimentaria. Dígalo Ahí.

Tal Cual. 2019. Cendas. Venezolanos necesitan 600 dólares mensuales para cubrir necesidades básicas. 13 de noviembre.

 5 min


La ciudadanía venezolana está harta y en consecuencia -a partir de la Explosión Civil de Mérida y el llamado a la Resistencia Civil del 10M -, estará presta a evolucionar desde su “descontento e indignación social” -causado por este régimen militarista marxista- hasta la “Resistencia Civil” general de los venezolanos. Resistencia Civil como expresión progresiva e incremental de participación ciudadana, para construir núcleos de desobediencia civil desde el barrio, la calle, el caserío y la parroquia en toda Venezuela, para detener la barbarie político militarista mediante la Transición Política. Transición como acción efectiva en manos de la ciudadanía, -sin dejarse intimidar más por la barbarie militarista -y sí crecer abrazada a la Constitución, mostrando su dignidad venezolanista, que le niega el vivir con la violencia armada y las amenazas de las bocas de fuego.

Régimen castro militarista violento que le ha robado la tranquilidad y la paz a múltiples venezolanos, degradando la política, pero se olvidaron el coraje y la vocación democrática existe en la venezolanidad: en su nación y su democracia. Nación llena de convicción, de ética y de historia, que recuerda como en el siglo XIX -con gran coraje, valor, sueños y valentía - fueron capaces un puñado de héroes de establecer la libertad, la democracia y sobretodo la Decencia Política. Decencia Política que hoy agrupa a líderes emergentes y a una ciudadanía llena de convicción, para que reponga la República vía la Resistencia Civil que está amparada por la Constitución y las leyes y jamás ,por la violencia armada y la propaganda.

La ciudadanía consciente de la importancia de la libertad, se arriesga desde ya a la participación política contendiente para reponer ese valor que como virtud que durante el siglo XIX condujo a la libertad de la República. Virtud eterna para la Patria, que no puede seguir secuestrada por bandoleros y farsantes golpistas, que han colocado las armas de la República en contra de la República. La ciudadanía entonces, -masa de hombres y mujeres éticos, además conscientes- de un real poder dentro del sistema político venezolano, exigirán mediante la acción de resistencia civil que se repongan la Constitución y las leyes para que haya de nuevo República.

La República y su ciudadanía perseguida, han despertado desde Mérida y después del 10M como masa política democrática y reforzada por operadores políticos, lograran ejecutar acciones transformadoras mediante la protesta, la protesta incremental y la desobediencia civil. Así, neutralizaran mediante su protesta, al ladronismo encabezado por el cubanismo y la violencia armada, de un régimen que ha operativizado, con mafias, con fusiles y pistolas la democracia. Los ciudadanos y líderes del barrio, la calle y el municipio con su decisión política enfrentaran la dictadura marxista-militarista primero mediante la resistencia pasiva, luego la desobediencia política y finalmente a esta barbarie como modelo primitivo.

La ciudadanía teniendo claro lo que significa el 10M con sus acciones de Resistencia Política, tiene, que desplazar a los disfrazados de militares, que no son tales, pero sí constituyen una pandilla del régimen, enloquecida por la corrupción y la ignorancia más la cobardía, ineptos para comprender en la actualidad el Ambiente Político Real Violento. Ambiente perverso propio de la revolución bonita, que ha servido de engaño a toda la nación por 21 años. Pandillas politiqueras distantes a la “profesión militar”, que siguen al servicio del cubanismo y que a estas alturas, están desenmascaradas ante el mundo y sobretodo… por los venezolanos demócratas. Demócratas que saben de democracia, liderazgo político y gobierno, sustentado por una ciudadanía democrática.

La ciudadanía teniendo claro la Explosión Social de Mérida que conduce a este Ambiente Político Real Violento, se crecerá en acciones transformadoras, para que crezca el entusiasmo y la moral pública de la nación y se irradie en todo el territorio nacional: como Resistencia Civil para borrar al madurismo militarista. Así, será posible reponer la libertad, mostrar la democracia, y exhibir la Decencia Cívica. La Decencia Cívica es el antídoto contra la violencia y la dictadura, y crecerá mediante la ética utens y la ética docens, para combinarse como fuerza individual o colectiva y para contener al cubanismo revolucionario golpista logrando para Venezuela plena libertad e inmensa alegría cívica, frente al militarismo de espalda a la Venezuela digna.

La ciudadanía política y su Resistencia civil persiguen neutralizar la barbarie del madurismo-marxista- militarizado, y por ello mostraran un gran nivel de cultura política y gran cohesión como factor de cambio desde el municipio hasta el Estado-Nación venezolano. Aparecerá entonces “un nuevo liderazgo político emergente” que anuncie el fin de una locura insensata, militarizada, y que recibirá una lección política ejemplar llamada: la Resistencia Civil de todos los demócratas. La ciudadanía coincidirá en la importancia de la acción de la Resistencia Civil como instrumento capaz de reemplazar a este régimen bastardo y mostrara un nuevo hiato político-histórico en el S. XXI: la paz social y una Venezuela democrática.

Es autentico,

Director CSB-CEPPRO

@JmachillandaP

Caracas,03 de marzo de 2020

 4 min


El borrador de este articulo lo escribí hace más de un año. Por una u otra razón me fui ocupando de otros temas y hasta lo olvidé. Sin embargo, revisando mis archivos durante los días de Carnaval – tratando de poner orden en el desbarajuste que tengo en la computadora - decidí que valía la pena publicarlo, con algunos retoques, visto que alude a un asunto mundial que, desde luego, también nos concierne de manera muy importante a los venezolanos.

Demasiados terrícolas

Hace más de dos siglos Malthus apretó el botón de las alarmas y advirtió sobre el peligro de que la población creciera a mayor velocidad que la producción de alimentos, aunque al mismo tiempo nos dejaba la “buena noticia” de que las hambrunas, las enfermedades y las guerras se encargarían, siempre, de reponer el orden y el equilibrio poblacional.

Sin embargo, tantos años después de que dijo lo que dijo, nuestro planeta deja ver una fisonomía demográfica muy distinta de la que visualizó el clérigo inglés. Para no entrar en demasiadas explicaciones baste con señalar que actualmente hay alrededor de 7.700 millones de terrícolas. Creo que fue Eric Hobsbawn, el historiador inglés, quien señaló que la principal característica del siglo XX era la terrible multiplicación de la población mundial. “Es una catástrofe, un desastre y no sabemos cómo atajarla”, añadió. Cabe resaltar que la cifra mencionada incluye, lógicamente, una proporción cada vez más alta de personas de la llamada tercera edad. En otras palabras, progresivamente se va estrechando la base poblacional y ensanchando la cima.

En efecto, varios estudios elaborados por diferentes organismos, coinciden en señalar en que para el año 2050 en el planeta habrá más personas mayores de 60 años que menores de 15 y habrá solamente 4 personas en edad laboral por cada persona jubilada, a la par que recogen las graves implicaciones que, en todos los ámbitos de la sociedad, derivan de esta situación. En un reciente trabajo la CEPAL pinta un cuadro parecido, con sus particularidades, claro, del escenario que se observa en América Latina y el Caribe.

El Homo Twitter

A principios del año ante pasado, Teresa May, para ese momento Jefa del Gobierno británico, saco tiempo del problemón en el que se veía envuelta, el del Brexit, y decidió la creación del Ministerio de la Soledad, argumentando que en su país alrededor del 20% de las personas mayores de edad se siente aislada gran parte del tiempo, porcentaje que no resulta extraño en otras partes del mundo, como lo muestra, por ejemplo, el hecho de que una de cada tres personas se siente sola en los países occidentales.

Pero, dado que la soledad no discrimina, las investigaciones también ponen de manifiesto que, por disímiles motivos, una proporción significativa de adolescentes y jóvenes, también se ve afectada por la soledad puesto que, si bien es cierto que viven intensamente en el entorno digital, en el que las relaciones sociales y afectivas superan en frecuencia a las que se mantienen cara a cara, no lo es menos que las mismas sólo dan lugar vínculos superficiales y fugaces. Ocurre, así pues, que los seres humanos viven en la época más conectada de la historia, mientras que los índices que marcan la sensación de soledad se han duplicado con respecto a la década de los 80. Hay aquí un asunto de investigación que se encuentra en pleno desarrollo: el de la Sociedad de la Información que ¿paradójicamente? fragmenta e incomunica. No es por casualidad que ya se hable del Homo Twitter

Los robots acompañantes

Dicen los especialistas, que la soledad crónica aumenta la posibilidad de sufrir complicaciones cardiovasculares, diabetes, artritis, depresión, además de repercutir sobre el sistema inmunológico. En consecuencia, proponen que se incorpore un análisis médico del nivel de soledad, dado que se tienen evidencias de que se convertirá más pronto que tarde en uno de los primeros factores de riesgo asociados a la mortalidad, más en los hombres que en las mujeres, por cierto.

Se explica, así pues, que el problema haya ido entrando en un sitio relevante de la agenda política y social de muchas sociedades, a través de distintas iniciativas públicas, como la de Teresa May, e igualmente privadas a cargo de un conjunto heterogéneo de organizaciones. Así, se han puesto en práctica diferentes ideas que incluyen, por ejemplo, medidas, como llevar a los ancianos a una cafetería en donde se sientan con peluches para no sentirse solos o programas basados en las nuevas tecnologías mediante los cuales se “arreglan” citas con novios virtuales que aparecen en una aplicación móvil de realidad aumentada o se emplean robots diseñados para darle compañía a quienes se sienten abandonados.

Una epidemia

A propósito de todo lo anterior, el filósofo Giles Lipovetsky ha escrito, aunque no es el único en hacerlo en la misma tónica, que “… las ciudades de hoy están marcadas por costumbres individualistas, que conducen a un sentimiento de soledad creciente.” Y, añade, “no es una situación transitoria: la individualización de la cultura y de los comportamientos hacen que la soledad esté condenada a desarrollarse mucho más en el futuro. Sin duda, es uno de los dramas del mundo actual”.

En síntesis, no debe asombrar, por tanto, que la soledad sea considerada un problema de salud pública y haya sido calificada como la epidemia del siglo XXI.

El Nacional, miércoles 4 de marzo de 2020

 4 min


Raúl Castillo

Irene Greaves no cree que sea una utopía ni un imposible: repite con empeño, como con ganas de convencer, que el amor se enseña, se aprende, se trabaja. Es la forma —su forma—, dice, de salvar el mundo, y hasta le ha puesto nombre: Lovescaping. El proyecto que empezó a esbozar a mediados de 2015 para difundir las técnicas para amar, ahora cobra vida en Estados Unidos.

Alumnos. Un aproximado de 350 estudiantes han hecho el curso.

Con clases en 12 escuelas públicas de Houston (donde reside actualmente), el método Lovescaping ha llevado a los salones el respeto, el cuidado, la honestidad, la comunicación, la empatía, la confianza, la paciencia, la compasión, la liberación, la humildad, la vulnerabilidad, la solidaridad, la gratitud, el perdón y la esperanza, valores que Irene define como los pilares del amor. Cada uno de ellos, explica, son producto de su historia de vida.

Y es que su pasado tiene ribetes de ficción. A sus 32 años de edad lo ha hecho todo, y dice que aún le queda por hacer. Creció hasta los 18 años de edad en Maracay, estado Aragua, pero su origen bien podría ser de Mozambique, de China, de Italia, de Guatemala (países que ha recorrido dejando su huella), o de cualquier rincón del planeta. Si le preguntan a dónde pertenece, quizás responda que es “ciudadana del mundo”. Para ella las fronteras no existen y el nacionalismo es cosa de radicales, un sinsentido. Allá donde fue, siempre consiguió amor, dice, y ha sido esa su principal inspiración.

“Nadie escoge dónde nace y yo siento que nuestro planeta nos pertenece a todos. Nosotros hemos creados barreras porque somos tribales. Yo no siento que las fronteras que hemos creado sean una justa definición de nuestra identidad. Antes que nada soy un ser humano. Haber tenido la oportunidad de vivir en diferentes continentes me ha confirmado esa esencia de que pertenezco a todas partes. Aunque no nací en esos lugares, me he convertido en parte de ellos” , dijo en exclusiva para El Diario. Y finaliza: “Eso es parte también del amor”. No hay aspecto que no lo relacione con este sentimiento.

Pero sus raíces no las reniega. Es “venezolanísima”. Su acento la delata. Viene de las flores, de las montañas y de la paz que le brindaba Maracay, según recuerda. Es ese el lugar de donde dice haber adquirido valores como la alegría y la solidaridad y de haber forjado una conexión con la naturaleza.

Maracay también la evoca a su familia: su mamá biológica, la escritora y periodista Carolina Jaimes Branger; “Mamajose”, la niñera durante su infancia y a quien considera su “segunda mamá”; su papá; pero es, sobre todo, “Tuti”, su hermana mayor.

De Tuti solo tiene elogios. A ella dice deberle lo que es hoy y ser su principal inspiración para ayudar a quienes tienen menos posibilidades. Al año de nacida, a Tuti la afectó una fiebre extrema que la dejó con un problema motriz grave y retraso en su desarrollo. Su enfermedad todavía no ha sido diagnosticada. Lo que para algunos pudiera ser un impedimento, para Irene su hermana ha sido un motor.

El camino hacia Lovescaping

A los 15 años de edad ya Irene lo tenía claro: quería estudiar su etapa universitaria en Italia. La buena posición económica de su familia se lo permitía, aunque eso no la hizo vivir en una “burbuja”, aclara. Su educación en Venezuela la forjó en las mejores escuelas, primero en Maracay y luego en el Colegio Internacional de Valencia. Pero sus mejores clases, explica, siempre fueron afuera de las aulas. Incluso allí recibió la educación y los consejos de los mejores. En su casa fue un ejemplo recurrente Luis Alberto Machado, abogado, escritor, político y ministro para el Desarrollo de la Inteligencia durante el gobierno de Luis Herrera Campins.

Experiencia y formación. Irene habla inglés, italiano, portugués, y un poco de mandarín y shangana (dialecto de Mozambique).

Tres años más tarde, Roma, Florencia, y otras ciudades de Europa fueron su salón de clases, donde adquirió los beneficios de haber estudiado Historia del Arte.

Allí dio sus primeros pasos en eso de la filantropía, cuando ingresó a una organización sin fines de lucro que ayudaba a jóvenes con discapacidades a hacer deporte. Era, quizás, una forma de conexión con Tuti.

Esa experiencia la llevó a buscar más oportunidades, más retos, más formas de ayudar, luego de terminar sus estudios en Roma. Buscó en Internet, revisó investigaciones. Quería ir a un lugar que le abriera las puertas a la solidaridad. Un país con necesidades pero sin guerra. Fue entonces cuando una serie de coincidencias la llevaron a Mozambique.

Primero supo de una ONG que hacía voluntariados allí. Luego se topó con una escritora que narró la vida de niños soldados mozambiqueños. También tenía una amiga que había visitado Mozambique con otras organizaciones sin fines de lucro. La decisión no era difícil. El destino quería que fuera ese país africano.

Llegó allí gracias a un padre católico que organizaba misiones de voluntarios. Decidió ir sola, sin ninguna ONG. “Pedían muchos requisitos o tenía que pagar mucho dinero, o hacer entrenamientos larguísimos en lugares que no eran al que ibas a ir. Eso parecía absurdo. Me fui sola y prácticamente creé mi propio voluntariado. Llegué y me involucré en proyectos existentes, tanto en el ámbito de la educación, como de salud”. Allí permaneció durante seis meses, pero no sería la última vez que visitaría ese país.

Macia, una pequeña localidad de aproximadamente 45.000 habitantes, de calles de tierra, casas de barro y bambú, ubicada a dos horas de la capital, Maputo, se convirtió en su casa temporal. Allí no había agua ni Internet. Lo que sí había, recuerda, era un ambiente de solidaridad y de celebrar la vida más allá de los problemas. Ellos amaban.

La ansiedad por ayudar no la dejó quieta. Al mismo tiempo que impartía clases de inglés, entró como ayudante en el laboratorio del centro de salud de la localidad. Era un lugar precario, donde la escasez de materiales y de médicos (solo había uno) exigían redoblar esfuerzos para salvar a los pacientes.

A su llegada la entrenaron para poder hacer pruebas y analizar casos de malaria, tuberculosis, sida, hepatitis y sífilis. También pasó por un centro de nutrición para niños, en su mayoría huérfanos o de nulos recursos económicos.

Era una tarde de mayo de 2010 cuando conoció a una de las personas que marcarían su estancia en Mozambique. Se trata de Elías, el jefe del laboratorio y de quien guarda recuerdos memorables. “Un ser humano brillante y maravilloso. No nos dábamos abasto. Nada más de malaria eran 200 personas por día, aproximadamente. A veces más. Era un trabajo agotador”, recuerda. Juntos se dedicaron a salvar vidas, toda una proeza en un país en el que mueren millones de personas de enfermedades que en otros países ya se han erradicado, como la malaria o la tuberculosis.

En Mozambique la muerte era muy frecuente. “Casi todos los días me enteraba de la muerte de alguien que de alguna manera estaba relacionado conmigo. Me la pasaba en funerarias”, dice Irene.

No obstante, por esas cosas de la vida a veces injustas, dice, no pudo ir a la de alguien mucho más cercano. Estando en China en el año 2011, se enteró de una de las noticias más difíciles de su vida: Elías, su amigo, su confidente, el que la llegó a curar de un raro tipo de malaria alguna vez, falleció a causa de esta enfermedad. No es el único de sus amigos que ya no está. Ahora viven en el plano de los recuerdos. “Incluso en la muerte hay espacios para el amor”, dice.

El vacío que queda con la muerte eventualmente se llenará con el amor que proviene de todos los recuerdos y experiencias compartidas. El amor se convierte en el renacimiento que llena el agujero en nuestra alma», asegura.

En China, su travesía pasó más por la educación. Decidió dar clases de inglés. Pero Mozambique siempre estuvo presente: en ese tiempo recaudó, gracias a la ayuda de miles de personas, 20.000 dólares para el proyecto Ku-Kula ( “crecer”, en shangana).

Gracias a ello pudieron rehabilitar un área de una escuela, donde ahora imparten clases a niños y adultos. La idea principal era construir una nueva escuela, pero el gobierno local decidió tomar las tierras para construir una estación de policías. Es su mayor orgullo, y espera siempre volver a Mozambique. Allí dice tener familia, pero, sobre todo, un legado y recuerdos.

Luego de su paso por África y Asia, volvió al continente Americano. Tras obtener una maestría en Educación en la Universidad de Pennsylvania, en el año 2015, viajó a Guatemala con el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) para una pasantía enfocada en el empoderamiento de la mujer indígena como líder de la comunidad, como referente para la educación de sus hijos y para recuperar la cultura maya.

“Algo que aprendí allá es la importancia de nuestra madre tierra, es sagrada. Hemos abusado, contaminado, y tenemos una responsabilidad de cuidar y amar nuestro planeta”, comenta.

El amor como materia

Todo empezó como un ensayo mientras cursaba la maestría, antes de viajar a Guatemala. Allí surgió una idea que con el tiempo fue tomando forma. Debía sacar algo más de sus experiencias, sustentar con palabras un proceso que sistematizara lo que para algunos es algo natural, como el amor.

Está convencida de que todo pasa por los 15 pilares que propone. Sin ellos no hay amor, sostiene. Y sin amor, el conocimiento pierde relevancia y capacidad. Con base en eso, surge Lovescaping, cuya traducción o significado podría ser “el paisaje del amor”.

Para 2018 su proyecto debutó en una escuela en Houston. Desde entonces ya son 12 las instituciones educativas que han seguido el ejemplo.

Es un programa de 17 sesiones. Es una sesión por pilar, más la introducción y la conclusión. Yo normalmente voy a la escuela una o dos veces por semana y cada sesión dura una hora o una hora y media. Las clases están dentro del horario escolar, entonces no es después de escuela, sino algo obligatorio. Trabajo con todo un grado, o de repente en una escuela han escogido alumnos que se pueden beneficiar más del apoyo. Mi sueño es que Lovescaping se convierta en currículum escolar, que sea una materia obligatoria», explica.

También ha sido invitada para conferencias educativas y fue seleccionada como una de los 10 finalistas nacionales que llegaron a la Competencia de Edu-prendedores Latinx de Latinos for Education y publicó su libro, que tiene el mismo nombre que el proyecto, en inglés y en español.

Los resultados de sus clases, aunque imposibles de cuantificar, son visibles, según argumenta. Reducción de casos de bullying, mejor autoestima de los alumnos, más compañerismo y apertura emocional, son algunas de las victorias que se apunta el proyecto. No en vano algunas escuelas de otros estados de EE UU se interesaron en la iniciativa para educar también a maestros, para que repliquen muchas de estas clases.

El futuro lo tiene claro, y Venezuela aparece en el horizonte. Su propósito es que Lovescaping llegue a las escuelas del mundo, también en su país. Sabe que es difícil, pero no imposible. Lo que para algunos es pura utopía, para Irene son sueños que se cumplen. Su experiencia lo avala.

4 de marzo de 2020

El Diario

https://eldiario.com/2020/03/02/lovescaping-el-proyecto-de-una-venezolan...

 8 min


Evento: Hablemos de lo que viene: Claves para entender a Venezuela

El estadístico demostró que el oficialismo cuenta con al menos 5 millones de personas que lo respaldan, y que estaría dispuesta a participar en unas elecciones

El estadístico y director de Delphos, Félix Seijas, evaluó el panorama político para este año 2020, centrado en el escenario electoral. El analista aseguró que si se quiere una transición pacífica en el país, no se podrá pretender la erradicación del chavismo del mapa político, pues es un sector que aún a pesar de la crisis, se ve representado en un 25% de la población.

“Una transición sin chavismo no será sana ni perdurable en el tiempo”,afirmó.

El estadístico, participó en el evento Hablemos de lo que viene: Claves para entender a Venezuela, un encuentro impulsado por la ONG Espacio Público para debatir, comprender y generar criterios sobre los aspectos más importantes en medio de la situación político y económica que atraviesa el país.

Felix Seijas aseguró que la población se mantiene expectante y desorientada ante la estrategia que definirá la oposición frente a un proceso electoral en puertas que no podrá evitarse, pues además de estar establecido constitucionalmente, la administración de Maduro controla las instituciones y los tiempos además de contar con la disidencia capaz de enfrentarse en esa instancia.

Félix Seijas partió de los factores que caracterizaron el pasado político del país, y que desembocaron en la actual coyuntura. Entre dichos elementos, generados desde el mismo Estado, se destacaron la destrucción de la institucionalidad, el establecimiento de una red de complicidad y el debilitamiento del adversario, tanto estructural como moral, siendo este último, el más alarmante frente al reto de armar una estrategia política de cambio.

“Cada venezolano que dice ‘no podemos salir solos de esto’ es una victoria del chavismo”,expresó Seijas.

En evaluación del contexto actual, el director de la encuestadora Delphos destacó la agenda de respaldo internacional impulsada por Juan Guaidó desde principios de este año. A pesar de que aseguró que la Comunidad Internacional permanece dividida en cuanto a la resolución del conflicto en Venezuela, los distintos países han coincidido en que la solución contempla un escenario electoral.

Ante ese panorama, el investigador destacó que el principal reto del oficialismo es el de lograr legitimidad, mientras que el desafío que se le presenta a la oposición es el de diseñar una hoja de ruta que unifique los criterios para enfrentar ese escenario.

“El año 2020 va a ser un año electoral. No es algo que dependa de nosotros. Depende de nosotros lo que hagamos al respecto”,agregó Seijas.

En su exposición, el estadístico demostró que el oficialismo cuenta con al menos 5 millones de personas que lo respaldan, y que estaría dispuesta a participar en unas elecciones para lograr su continuidad en el ejercicio del poder. Esta población representa un cuarto del padrón electoral, lo que debe tomar en cuenta cualquier nuevo gobierno a futuro, pues no será conveniente excluir a dicho sector de la vida política si se pretende conseguir estabilidad.

La citada actividad, celebrada el pasado viernes 28 de febrero, también contó con la participación de Asdrúbal Oliveros, economista y director de Ecoanalítica, y Ramón Piñango, sociólogo, profesor e investigador del IESA.

Disposición a participar en parlamentarias

El evento que se desprende con mayor fuerza de la perspectiva electoral de 2020 son los comicios parlamentarios, a pesar de que sectores de la oposición estén presionando por la celebración de elecciones presidenciales. Una eventual elección legislativa contaría con 75% de los votos potenciales radicados en la oposición.

Frente a este panorama, el estadístico detalló la intencionalidad del voto ante las distintas condiciones que pudiesen presentarse.

La mejor atmósfera para la participación opositora en unas parlamentarias dependerá de si es renovado el CNE, y si Guaidó llama a votar, respaldado además por la observación de la comunidad internacional. Este escenario movilizaría a un 65% de los seguidores de la oposición a las urnas.

Otro contexto menos ventajoso, se da en el caso de que no se renueve el CNE y que Juan Guaidó y los partidos que lo apoyan llamen a votar, con respaldo de la observación internacional. De esta manera, el índice de participación opositora se reduciría a un 52,3%, mientras que con el mismo escenario, pero sin la observación internacional, solo un 47,8% del sector saldría a participar en los comicios.

Si no se logra ningún tipo de cambio en las condiciones en el ámbito electoral, a saber, ni la renovación del CNE, ni la presencia de observadores internacionales, y además el llamado de Guaidó es a la abstención, pues la participación opositora se vería disminuida a apenas un 33,3%.

Tras estos índices, sustentado en la data recogida por Delphos en noviembre de 2019, Félix Seijas aseguró que solo una alta participación opositora en elecciones, sea cual sea su naturaleza, limitará las opciones de Maduro de incurrir en un fraude y aumentará su costo de permanencia.

“El problema es poner tu nivel de votación ‘a tiro’. Sí la participación opositora es baja, el Gobierno y sus aliados tendrán mayor margen de maniobra”,aseguró.

En consecuencia, el investigador aseguró que quizás el reto más importante de la dirigencia opositora es el de recuperar la confianza de sus seguidores en el ámbito electoral como mecanismo para alcanzar un cambio político en el país.

“El punto es tratar de recuperar los derechos civiles y la elección es uno de ellos, es una herramienta para la transición política y es una herramienta de presión en el bloque de poder”,expresó .

Aunque alertó sobre la «fragilidad» del proceso que busca renovar el Consejo Nacional Electoral, Seijas destacó que el escenario permitirá a la oposición, avanzar en la exigencia de condiciones necesarias para garantizar la transparencia de próximos comicios.

Movilización social y Fuerza Armada

El director de la firma Delphos, afirmó que hay distintos factores capaces de incidir en el aumento de la presión sobre el bloque que obstenta el poder. Entre ellos destaca el binomio de la movilización social y la actuación de la Fuerza Armada.

Félix Seijas aseguró que en la actualidad el costo de permanecer en el poder, por parte de la administración de Maduro, es mucho menor al de retirarse. En ese sentido, indicó que el reto de la oposición es el de generar estrategias en los factores de incidencia para revertir dicha tendencia.

Además de la tarea de recuperar la confianza de los venezolanos en la movilización social, Seijas indicó que la oposición debe brindar ciertas garantías a los actores de las Fuerzas Armadas, para que formen parte de un proceso de transición.

“La institución armada es muy pragmática. Hay que pintarle la vida después de esto. Ofrecerles a los militares el papel que jugarán en una transición, manteniendo ciertas prerrogativas”,expresó.

La reactivación de la sociedad civil en denuncia de los derechos ciudadanos, la unidad de la comunidad internacional frente al conflicto venezolano, la modificación de la estructura política y la disminución del apoyo clientelar del Estado, son los otros elementos que presionan sobre el ejercicio del poder, según el estadístico.

Frente a ello, aseguró que se espera que el Gobierno de Maduro opte por reducir la tensión social, al incrementar los mecanismos represivos del Estado, influyendo así en el ánimo de los ciudadanos.

Asimismo, el investigador destacó que una nueva amenaza se ha hecho latente desde el poder y la misma tiene en la mira a instituciones de la sociedad civil, tras recientes advertencias realizadas por Diosdado Cabello de sancionar a organizaciones no gubernamentales, pues asegura Feliz Seijas, que la administración de Maduro ha entendido la influencia de este sector en la demanda de los de los derechos ciudadanos.

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Américo Martín

Los partidos son políticos no ideológicos. La primera calificación se desprende de la flexibilidad y el pragmatismo naturales que necesitan las organizaciones políticas para luchar por el poder, ejercerlo desde el gobierno, defenderlo de eventuales arrebatos y recuperarlo por las vías que fueran indispensables. Se comprenderá que siendo esos los propósitos esenciales de los partidos, su idoneidad política ayuda mucho más que su hieratismo ideológico, por cierto, especialmente marcado en las organizaciones extremistas de cualquier signo.

La propensión dogmática de las ideologías partidistas se incrementa en la medida en que las confrontaciones entre movimientos recurren a la fe filosófica de ciertas teorías o al carácter confesional-religioso de sus adversarios, tratados -por la fuerza del debate mismo- como enemigos y ya no como simples rivales.

El Foro de Sao Paulo nació en julio de 1990 en respuesta de la izquierda latinoamericana a las demoledoras consecuencias de la caída del muro de Berlín sobre el mundo social-comunista, que había llegado a ocupar entre la tercera parte del planeta. El objetivo del flamante foro latinoamericano era combatir al neoliberalismo o más bien a la caricatura que fue desfigurada, atribuyéndole la función de trasladarlo todo al mercado. Por eso la nueva pugna “ideológica” se redujo a una falaz confrontación entre el Estado -supuestamente interesado en salvar el nivel de vida del pueblo- y el mercado, cuya única motivación sería el lucro con sacrificio brutal de cualquier consideración humana o social. Véase pues cómo semejante concepción ideológica, también llamada de izquierda, reducía al exitoso enemigo -la derecha- que lo había pulverizado después de Berlín, al tamaño de sus propias fuerzas para así poder vencerlo.

En la realidad, en ningún país se estableció un sistema de mercado libre por completo de intervencionismo estatal, ni siquiera el de los dos modelos que parecía encarnar la mencionada caricatura: el de Ronald Reagan de 1981 a 1989, popularizado con el nombre de “reaganomics” y el de Margaret Thatcher, llamado “thatcherismo”. Aunque recuperaron poderosamente a EEUU y al Reino Unido con drásticas medidas de mercado, aplicaron, sin embargo, fórmulas proteccionistas, tributarias y arancelarias buscando una todavía mayor competitividad. Cierto es que enfatizaron correctamente el mercado, falso es que dejaran todo a su exclusivo dominio.

El Foro de Sao Paulo se lanzó, no obstante, a una lucha irracional contra un modelo neoliberal que podía ser criticado pero nada ayudaba caricaturizarlo. Era, pues, el uso de la ideología por sobre la flexibilidad política, el arma mellada del Foro para defender el proteccionismo estatal y amotinarse contra la racionalidad del mercado.

Fue una confrontación sin escrúpulos debido a su carácter falaz pero políticamente exitosa, sobre todo para gobiernos de “izquierda” que no podían combatir flagelos como el de la inflación, la recesión, la improductividad crónica de la llamada economía real, apoyándose en la nueva causa revolucionaria y planificando ofensivas para impulsar una ola encadenada de victorias en latinoamérica. El antineoliberalismo fue el emblema del socialismo del siglo XXI y el Foro de Sao Paulo la principal plataforma de lanzamiento. En su momento de auge, el Foro tuvo 111 partidos y organizaciones de la izquierda latinoamericana, pero se trató de un crecimiento inconsistente porque, atraídos por los avances, se afiliaron muchos grupos cuya motivación era alcanzar el poder a cualquier costo. Organizaciones guerrilleras, partidos fidelistas, el actual PSUV, movimientos peronistas personalistas como el kirchnerismo e incluso su gran rival el Partido Radical Intransigente, el Partido Socialista chileno, el Frente Amplio de Uruguay, los ecologistas colombianos -Partido Alianza Verde-, el PRD mexicano.

La heterogeneidad conspira contra el objetivo político inicial del Foro y contra su perfil ideológico. Bastaría con recordar las estructuras unitarias monitoreadas por Chávez, quizá Fidel Castro y con decreciente entusiasmo por Lula, para observar su rápido deterioro, en contraste con el crecimiento eruptivo del Grupo de Lima, que ha asumido una actitud de militante enfrentamiento al régimen de Maduro y al socialismo del S. XXI. Ese cambio en las políticas de los miembros del Foro le confieren a éste la forma de un acordeón, que se infla o se desinfla según las circunstancias.

En algún momento el jefe del PSUV y máximo representante del socialismo S. XXI confesó que estaban actuando conforme al mandato emanado de la reunión del Foro en Venezuela en 2019. Pero lo que se presencia ahora es una desintegración y realineamiento en contra de aquel supuesto mandato. Valdría preguntarse: ¿más allá de títulos y lemas, el Foro de Sao Paulo, de veras sigue existiendo o no es más que una sombra de lo que inicialmente pretendió ser?

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Silvia López

Decía Galeano que “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. En un mundo que saca tanto provecho (económico, por ejemplo) de que nos odiemos a nosotros mismos, la idea de ser más amables en nuestro diálogo interior tiene algo de subversivo. Para alcanzar ese “yo ideal” y esa vida perfecta que nunca parecemos atrapar, tendemos a criticarnos a nosotros mismos con dureza, a culpabilizarnos cuando algo sale mal o a experimentar sentimientos de vergüenza o miedo. Sin embargo, varias investigaciones psicológicas han demostrado que, además de un inmediato efecto desmoralizador, esta actitud ni siquiera tiene buenos resultados a largo plazo en la consecución de nuestros objetivos.

La doctora Kristin Neff, profesora de Psicología Educativa de la Universidad de Texas, ha dirigido más de 40 de esas investigaciones. Es la gran precursora de la autocompasión, el concepto psicológico viral de estos tiempos como la autoestima o el empoderamiento lo fueron hace no tanto. “Optar por tratarnos a nosotros mismos de manera amable y no despreciativa resulta muy pragmático. No tenemos mucho control sobre muchas de nuestras condiciones personales (la personalidad con la que nacemos, nuestra constitución corporal, nuestra salud, la buena o mala suerte, etc.), pero sí que podemos aprender a ser amables con nosotros mismos cuando nos enfrentemos a nuestras limitaciones, y sufriremos menos por ellas”, explica en Sé amable contigo mismo (Paidós Divulgación).

La autocompasión, nueva piedra filosofal

“Imagina un niño pequeño que se ha tropezado y empieza a llorar. ¿Le diríamos que es un desastre y se lo merece por no estar atento? ¿O lo abrazaríamos y le daríamos afecto? Y si nuestro mejor amigo llora porque le ha dejado su pareja. ¿Le diríamos ‘eres un desastre y no me extraña’? ¿O le daríamos palabras de aliento? Obviamente lo segundo, porque están sufriendo y queremos consolarlos”, nos dice el doctor Javier Garcia Campayo del servicio de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet en Zaragoza, “pero, curiosamente, si a nosotros nos sale algo mal, nos machacamos y criticamos, nos decimos cosas que no se las diríamos a ninguna otra persona, y que nadie nos diría a nosotros, ni nuestro peor enemigo. Si dar afecto y no criticar es lo razonable con niños pequeños y amigos ¿por qué no hacemos lo mismo con nosotros mismos? Ese es el principio de la autocompasión”, explica.

Compadecer (del latín, “sufrir con”) implica “reconocer el sufrimiento de otros; también sentir bondad hacia ellos y deseo de ayudarles a aliviar ese sufrimiento y, por último, significa reconocer que el ser humano es imperfecto y frágil. La compasión hacia uno mismo tiene la misma definición”, explica Neff. Añade el doctor García Campayo (que también dirige el master de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza) que compadecer a los demás es tan importante como hacerlo con nosotros mismos, “ya que el sufrimiento de cualquier persona es igual de importante, pero en base a nuestra tradición judeocristiana, hemos enfatizado que podemos cuidar a los demás, pero no a nosotros mismos, cuando tenemos el mismo nivel de importancia. La gente se autoengaña pensando que puede ser compasivo con los demás pero no con uno mismo. No es así, si yo soy muy exigente y autocrítico conmigo mismo, lo seré inevitablemente con los demás, por ejemplo, con nuestros hijos y pareja”.

¿Estás por encima de la media?

Este nuevo enfoque de nuestras propias necesidades y limitaciones es más revolucionario de lo que parece, ya que en Occidente se transmite que solo ser el mejor`, cuenta, lo que genera paradojas psicológicas como el ‘efecto del lago Wobegon’. Se llama así a la tendencia a creernos superiores a los demás en varios rasgos positivos de la personalidad.

Neff ha realizado varias encuestas que reflejan el el ‘efecto del lago Wobegon’. Por ejemplo, el 85% de los estudiantes universitarios piensan que están por encima de la media; el 94% de los profesores universitarios creen que son mejor que sus colegas y el 90% de los conductores se sienten más hábiles que otros al volante (incluso los que acababan de sufrir un accidente). “En nuestra sociedad resulta inaceptable ser mediocre”, concluye Neff. Sin embargo, la lógica desmonta esa posibilidad. No todos podemos estar siempre por encima de la media, por definición la mayoría formamos esa zona neutra y algunos estaríamos por debajo. Sin embargo, se nos ha transmitido que la perfección es una elección a nuestro alcance y, por tanto, el fracaso también es opcional. “Si lo intento debería ser capaz de conseguirlo siempre, ¿no? ¡Ojalá!”, prosigue Neff, “pero la vida y sus circunstancias son demasiado complicadas para controlar siempre todos los factores externos y, además, nuestras reacciones a esos factores”.

No tiene sentido machacarnos a nosotros mismos por ser humanos y, por tanto, imperfectos y carentes de verdadero control sobre los aspectos importantes de la vida. Y sin embargo, nos echamos la culpa cuando no logramos la excelencia y nos aferramos a la autocrítica, “aun cuando varias investigaciones han demostrado que está relacionada con la depresión, la ansiedad, la insatisfacción vital y, en casos extremos, el suicidio”, añade Neff.

Cómo desarmar al abusón interno

Por esa misma lógica perversa, creemos que siendo amables con nosotros mismos corremos el riesgo de caer la permisividad y la autocomplacencia, en abandonar todo intento de mejora. Según explican los expertos, sucede justo al contrario. “No es lo mismo, aunque semánticamente lo parezca, compasión que condescendencia”, explica el doctor Manuel Paz Yepes, director de Ipsimed, “aunque la compasión es un concepto que en nuestra cultura evoca más a sentir lástima, lo cierto es que es simplemente la combinación de empatía y altruismo con el deseo e intención de aliviar el sufrimiento”. Mayte Navarro Gil, profesora e investigadora en el departamento de Psicología y Sociología de Universidad de Zaragoza añade que “los estudios científicos confirman que las personas autoexigentes tienen mucha más ansiedad cuando realizan cualquier actividad: si no tienen éxito consideran que es un fracaso y no lo vuelven a intentar. Por ejemplo, alguien que lleve tres meses haciendo dieta y una noche se la salta, si es muy autoexigente lo considerará un fallo imperdonable y se machacará, considerará que no vale nada lo que ha hecho y abandonará el régimen. En cambio, si es una persona autocompasiva, se felicitará por haber estado tres meses manteniendo el régimen, asumirá que una recaída es humana y considerará que puede volver a estar otros tres meses a régimen puesto que eso ya lo ha conseguido. Según varios estudios, las personas autocompasivas muestran mayor optimismo, curiosidad, creatividad, entusiasmo e inspiración, en comparación con los individuos más autocríticos”.

Cultivar la autocompasión

Para Kristin Neff, para convertir autocrítica en autocompasión implica trabajar tres aspectos muy relacionados entre sí: la bondad hacia uno mismo (cambiar la crítica por comprensión, como haríamos con un amigo), el sentirnos conectados con los demás (reconocer que el sufrimiento y la imperfección se presentan, aunque de diferentes formas, a todos los seres humanos) y por último vivir nuestra existencia con atención plena (estar en el aquí y el ahora y no evitar el dolor, pero tampoco amplificarlo). Por eso es habitual que muchos programas intensivos de Mindfulness lo sean también de Compasión, hacia uno mismo y hacia los demás: “estas cualidades permiten una mayor conexión con nosotros mismos, menos expectativas, y mayor aceptación y flexibilidad psicológica, que son las bases de la felicidad”, explica Mayte Navarro Gil.

Aunque el doctor Manuel Paz Yepes es reacio a simplificar las prácticas de la autocompasión (las compara con aprender un idioma: es necesario dedicar tiempo y práctica), comparte con S Moda un ejercicio que podemos hacer en cualquier momento llamado ‘tal como yo’, que aprendió de Gonzalo Brito. “Consiste en pensar en el otro con la fórmula ‘tal como yo esa persona tiene dificultades para entenderse con su familia, tal como yo tiene aspiraciones en su trabajo, tal como yo tiene una salud propia o de un ser querido que le preocupa’. De esta forma miraremos al otro, humanizándolo, y a nosotros mismos, con la comprensión que solemos reservar a nuestros amigos”.

Por su parte, el doctor García Campayo sugiere que la compasión es una emoción y, por tanto, el gesto corporal ayuda a inducirla: “Algunos gestos que ayudarían a mejorar el trato que nos damos a nosotros mismos serían ponerse las manos en el pecho o el abdomen y acariciarse, autoabrazarse o acariciarse la cara y las mejillas, todo ello suavemente y con ternura, de modo que reconectemos con el afecto que nos han dado nuestros padres u otros seres queridos”. Recomienda además repetirnos a nosotros mismos mentalmente mantras más amables, las llamadas frases compasivas: “Podemos decirnos internamente en tono cariñoso frases como ‘que pueda encontrar la felicidad y la paz’ o ‘que todo me vaya bien’. Y después, quedarnos unos segundos disfrutando de esa sensación de cariño, estableciendo una nueva relación con nosotros mismos más cálida y auténtica”. Y, para quienes deseen profundizar más, en cada capítulo de Sé amable contigo mismo la doctora Neff ha incluido varios ejercicios para cambiar el monólogo interior, como escribirte a ti mismo la carta que te escribiría un amigo que te aprecia y valora tus cualidades actuales, perdona tus defectos y es consciente de las dificultades que has atravesado.

3 de marzo 2020

El País

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