El silencio de un domingo cualquiera se impuso en una solitaria jornada electoral
Los mercados y comercios en el centro de la ciudad tuvieron el movimiento y el bullicio típico de un domingo cualquiera. Las personas aprovecharon la mañana para hacer sus compras y guardarse en sus casas al acercarse la tarde, mientras muchos evitaron hablar sobre la jornada electoral que se desarrollaba, otros simplemente olvidaron que había elecciones o prefirieron guardar el secreto sobre si esta vez fueron o no a votar