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Opinión

Jesús Elorza G.

Como era de esperarse, el régimen que todo lo puede y que considera que la historia comienza con el, no podía pasar por alto “el día de los inocentes”. A tal efecto, el ilegal Fiscal General, aprovechó la ocasión de la detención de los 130 niños en el aeropuerto internacional de Maiquetía, para hacerse notar como “el nuevo Herodes” y así dar comienzo a la festividad del 28 de diciembre. No me voy a dejar colear por Diosdado, que ahora sale diciendo que fue él quien ordenó detener la salida del vuelo hacia Perú.

Pasó por alto, el ilegal fiscal, que la conmemoración de ese día es una fiesta que se fundamenta en el relato bíblico del capítulo 2 del evangelio de Mateo y en la tradición popular que hace de esa festividad una manera de “engañar” a las personas haciéndolo caer por inocente con aseveraciones carentes de veracidad.

Por ello, la jodedera comenzó burlándose del propio ilegal fiscal, al señalarle lo ocurrido la noche en que las redes sociales ardieron. Cuando, ofreció caerle a golpes a un usuario de Twitter luego que este le reprochara la medida tomada por el Ministerio Público en contra de cuatro personas por el caso de los menores de edad retenidos en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

“Cobarde… Ven y dime la amenaza que escribes desde algún inodoro en Miami, pa’ partirte la cara en dos”, escribió Tarek en la red del pajarito….pero cuando el ofendido lo enfrentó, le dijo con voz quebrada y nerviosa…..¡¡¡Caíste por inocente!!!

Una tras otra fueron surgiendo las memorables frases del ilegal fiscal:

-Cuando le ofrecieron encargarse del Ministerio Publico, se limitó a decir “No me gusta el papel de carcelero. No tengo tripas para ser Fiscal General de la Republica”…horas más tarde, muerto de la risa, expresó:….¡cayeron por inocentes!.

- Su primer anuncio como ilegal fiscal: “En el Ministerio Público la justicia con equidad será prioridad”.....sin poder contener su risa exclamó: ¡cayeron por inocentes!.

En ese ambiente de recordar las ingeniosas frases utilizadas para engañar a inocentes, no se hizo esperar el momento en que cada quien recordaba una de sus anécdotas:

- Recuerdan a Maduro cuando dijo “Soy venezolano”

- Vamos a mantener el dólar a 6,30 durante todo el año y más allá…

-Voy a pulverizar el dólar paralelo.

- Con la ley habilitante vamos a derrotar la inflación.

- el Petro será una moneda virtual respaldada en la riqueza petrolera de Venezuela para enfrentar el "bloqueo financiero” de Estados Unidos.

-"Tenemos que aumentar por lo menos un millón de barriles más de lo que estamos produciendo hoy (...), se los pongo como meta. Un milloncito por ahora", dijo Maduro al posesionar este martes al general Manuel Quevedo como nuevo presidente de la estatal de energía Pdvsa,

Si Trump sigue con su guerra económica no le vamos a vender más petróleo.

- Las atletas de la selección nacional de futbol femenino no están desnutridas el problema es que no se alimentan bien. Algunas de ellas solo comen una vez al día….pero desnutrición no tienen.

- Frente a los desastrosos resultados obtenidos en los juegos bolivarianos 2017 la declaración de las autoridades deportivas pasó a formar parte de las inocentadas gubernamentales: “Creemos que hemos cumplido las expectativas”. En otras palabras esos resultados eran los esperados….nada que ver con la generación de oro

- Satélites venezolanos son punta de lanza para el desarrollo tecnológico y productivo de la nación. El principal objetivo es facilitar el acceso y transmisión de servicios de datos por Internet, telefonía, televisión, telemedicina y tele educación.

Freddy Bernal no se quedó atrás con sus anuncios:

- El kilo de pernil, en el marco de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, está en 850 bolívares (Bs.) el kilo.

-El plan conejo y quinchonchos nos permitirá romper la dependencia y las sanciones del “imperio”.

El Ministro para Energía Eléctrica, sin ningún rubor le anuncia al país que: “Iguanas armadas con varas de bambú, sabotean el sistema eléctrico y dejan sin luz a Caracas.”

En materia de alimentación y abastecimiento, los embustes gubernamentales no tenían limitaciones de ningún tipo:

- El 98% de venezolanos comen más de 3 veces al día.

- Tras mesas de trabajo con los grandes mayoristas y productores de alimentos, el precio del kilogramo de azúcar quedó en 18.900 bolívares.

- El pollo se puede conseguir a 18 mil bolívares el kilo.

-No hay papel Higiénico porque la gente está comiendo más.

- Sí hay medicinas, lo que pasa es que el gobierno le liquida divisas a los empresarios para medicamentos importantes y ellos lo que traen es shampoo.

Uno de los jodedores, intervino para decir que también algunos representantes de la oposición jugaban al “Caíste por inocente” con algunas de sus frases:

-“En seis meses encontramos un mecanismo constitucional para sacar a Maduro”.

-“El revocatorio va a ser en el 2016, quieran o no”.

-“Iniciamos el juicio político contra Maduro para removerlo del cargo”.

- “Con la declaratoria del abandono del cargo, Maduro dejó de ser Presidente de Venezuela”.

- “No vamos a dejar las calles hasta que haya elecciones presidenciales adelantadas”.

-“La Constituyente no va porque los venezolanos no lo vamos a permitir”.

No olvidemos al Difunto Eterno, dijo uno de los presentes:

-“No permitiré que en Venezuela haya un solo niño de la calle, y si no, dejo de llamarme Hugo Chávez”.

-“El Guaire será limpiado bajo mi gobierno y los caraqueños podrán navegar en él. Invito a todos a bañarnos en el río.

- El Poder Judicial de mi gobierno “será independiente de toda mafia y cúpula que manipule a los jueces”.

-El aporte de los camaradas cubanos al enviarnos más de 10.000 “entrenadores” fortalecerá a nuestra Generación de Oro y pasaremos a ocupar puestos relevantes en el ciclo olímpico.

En fin, para estos actores de la política nacional “Todos los días del año son 28 de diciembre” ….con sus anuncios no dejan de decirnos: “cayeron por inocentes”.

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Desamparado de asistencia y liderazgo solidario deja este 2017 –el peor año padecido en la historia- al humillado y chantajeado pueblo venezolano. Como una luz en túnel –no el del techo derrumbado en la abandonada autopista Caracas-La Guaira-, apareció la protesta en Guarenas para exigir alimentos prometidos por el régimen durante la campaña para elecciones de alcaldes.

Recordemos que allí surgió El Caracazo, disturbios entre 27 febrero y 8 marzo 1989, por paquete de medidas que intentó Carlos Andrés Pérez, a solo 25 días de asumir gobierno por segunda vez. Fue la primera rebelión popular que se dice promovida por Fidel Castro, su invitado de honor y 3 años después 2 sangrientos intentos de golpe que originaron la narco dictadura que nos desgobierna. Esa sitúa a Venezuela entre 12 acontecimientos que marcaron el 2017, según la clasificación de la agencia de noticias AFP.

Se trata del Naufragio económico, causado por caída de precios del petróleo que la incapacidad llevó a declarar el ‘default’. Para mayor desvergüenza, se impuso una fraudulenta Constituyente, dotada de poderes ilimitados.

Agréguense los siguientes hechos: primer año de Presidencia de Donald Trump, quien ganó elecciones con el lema “EEUU primero”; Brexit (abrev. Gran Bretaña y salida), referendo a través del cual británicos votaron a favor de abandonar el Reino Unido a la Unión Europea, 43 años después de ingresar a esa Comunidad Económica.

Sismo político en Francia, que significó triunfo del centrista Emmanuel Macron, quien ganó con amplio margen elecciones presidenciales. Así el movimiento, “¡En marcha!”, creado un año antes dejó por primera vez fuera del Elíseo a los dos grandes partidos que dominaron la política durante los últimos 60 años, el Socialista y Los Republicanos.

Siguen: Tensiones en Oriente Medio; la escalada con Pyongyang, Corea del Norte, que alcanzó la meta de convertirse en una potencia nuclear tras haber probado con éxito nuevo tipo de misil capaz de golpear en cualquier lugar de EEUU.

Limpieza étnica de rohinyás, evidenciada en la huida de Birmania en agosto más de 600 mil rohinyás, en su mayoría mujeres y niños, víctimas de represión del ejército. Contra esta fuerza EEUU y países y organizaciones de defensa de los derechos humanos exigen que se impongan sanciones.

Allá, como en la Venezuela sufrida, niegan la entrada a los investigadores de la ONU, las organizaciones humanitarias, los observadores de los derechos humanos y los periodistas.

Se destaca por igual: Cataluña bajo tutela; El tsunami del caso Weinstein; La derrota del Estado Islámico, sin su erradicación; Señales alarmantes del clima.

Finalizamos en párrafo aparte con el Régimen de Mugabe en Zimbabue, catalogado como el Espejo de Chávez y Maduro. Análisis del internacionalista Angelo Florez de Andrade considera evidente la comparación de la situación actual de Venezuela con la de Zimbabue. El colapso económico traducido en escasez de productos básicos, inflación, pobreza y corrupción son denominadores comunes. El autócrata de Zimbabue visitó Caracas y ambos firmaron cartas de cooperación. El gobernante venezolano afirmaba que las críticas de Occidente hacia el gobernante africano eran actos de colonialismo. Chávez aplaudía a su aliado africano. Maduro continuó su alianza con la autocracia de Zimbabue. Ambos tiranos coincidieron en la reunión de los Países No Alineados en 2016.

Los autodenominados anti castro comunistas le hacen descaradamente el juego a NM quien consolida una oposición a su conveniencia.

“Atrévanse a soñar que vamos a cambiar. Aquí vamos a elecciones presidenciales, afirmó el líder militar, teniente que en situación de retiro se ascendió a capitán, el maldado Cabello.

AL MARGEN.- Que la enlutada navidad por la narco dictadura que mantiene sometida a la humillación al 90% de los venezolanos, no debilite la energía espiritual de todos. Feliz Navidad.

Jordanalberto18@yahoo.com

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Jesús María Casal H

La espuria Asamblea Constituyente sigue ex­pul­sando sin contemplaciones la lava abrasiva del poder absoluto. No cuenta con la legitimidad del po­der constituyente originario ni es expresión au­tén­tica de la soberanía popular, en su univer­sa­li­dad e indivisibilidad, pero actúa como órgano su­pre­mo situado por encima de la Constitución, de la Democracia y de los derechos humanos. Ni si­quie­ra una verdadera ANC podría actuar lícitamente como ella lo hace, pero la conciencia republicana se resiente al observar que la forma más grave de usur­pación es empleada para desmontar los úl­ti­mos vestigios de la juridicidad y de la genuina par­ti­­cipación democrática. En el fondo es coherente que así sea, pues unos gobernantes acostum­bra­dos a ejercer el poder sin limitaciones, sin rendir cuentas y sin responsabilidad, amparados en los pri­vilegios derivados de las posiciones que os­ten­tan y de la ausencia de controles, al hallarse ante la posibilidad de la alternancia por voluntad del pue­blo, se enfrentaron a este dilema: aceptar las con­secuencias del juego democrático, en que se pue­de ganar o perder, o subir un nivel en la esca­la­da del poder irrestricto, erigiéndose en dueños y ad­ministradores de las condiciones para la per­ma­nen­cia en el mando.

Los poderes de la supuesta ANC

Se habla cada vez menos de la eventual nueva Constitución y la supuesta ANC tiende a entroni­zar­se como instancia ordinaria de un régimen reñi­do con el Estado de Derecho. Las enormes facul­ta­des que se ha atribuido le han servido para dictar le­yes calificadas de constitucionales; supeditar los re­sultados de una elección a juramentos que están al margen de la legalidad; delegar en los concejos mu­nicipales y grupos de sedicentes constituyentes com­petencias que no posee; declarar la cance­la­ción de la inscripción de organizaciones políticas o su proscripción; allanar la inmunidad de Diputados; suprimir entidades de existencia constitucional­men­te necesaria, entre otros desmanes que ha adoptado con el orgullo lacerante de quien no reco­no­ce principio, ni derecho ni órgano que pueda con­tener su accionar. Todo ello, además, llevado a ca­bo no desde la autonomía sino desde la com­ple­ta subordinación política a los intereses gu­ber­na­men­tales y de manera orquestada con el Consejo Nacional Electoral, el Ministerio Público y el Tri­bu­nal Supremo de Justicia. El país que se hunde en lo económico y social sucumbe también en lo po­lí­ti­co. Así como la crisis de índole económica y hu­ma­nitaria no se resuelve con paliativos clientelares que perpetúan el modelo instaurado, la de natu­ra­le­za política no se soluciona concentrando aún más el poder público y develando sin rubor la for­ma arbitraria en que se utiliza.

La recomposición institucional del país

La recomposición institucional del país será im­po­sible mientras se intente establecerla sobre los ci­mientos del poder desmedido y del atropello con­ver­tido en ley. Es urgente que se dé un giro coper­ni­cano y se asuma que las bases de la revisión de la conformación de órganos constitucionales del Es­tado y de su funcionamiento ha de hallarse no en la actividad de un ente que personifica la idea del poder como patente de corso sino en el prin­ci­pio, más costoso y exigente, pero garantista de la li­bertad, del poder como servicio sujeto a con­di­cio­nes de licitud y a severos controles. Preocupa so­bre­manera que la espuria ANC y quienes la rigen avan­cen en la dirección de arrasar con la sus­ten­tación popular de la institucionalidad democrática para lograr algún día, en el que la sociedad de­mo­crá­tica diezmada y víctima de la opresión sea in­ca­paz de hacer valer sus convicciones más pro­fun­das, la imposición constitucional del modelo que la condujo al naufragio.

Navidad, tiempo de reflexión y rectificación

Es hora de rectificaciones y de elevación es­pi­ri­tual en beneficio de Venezuela y de su futuro. Sin se­paración de poderes, sin un Poder Judicial inde­pen­diente, sin órganos constitucionales de control y de defensa de los derechos humanos com­pro­me­ti­dos fervorosamente con su misión constitucional, sin órganos electorales autónomos y confiables, los avances aparentes serán laberintos que pue­den enclaustrar a la nación de manera difícilmente re­versible. Ojalá que la luz sobrecogedora de la Navidad aclare el horizonte, permitiendo vislumbrar salidas pacíficas y democráticas ante la crisis del país, haciendo a la vez perceptibles las des­ven­tu­ras seguramente ligadas a cualquier esfuerzo por cons­truir democracia a partir de la contem­po­ri­za­ción con el poder absoluto.

jesusmariacasal@gmail.com

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Oscar Arnal

El país se debate entre el control gubernamental y la explosión social. Aunque parezca contradictorio son dos caras de una misma moneda. La hiperin­fla­ción se acelera. Acrecienta el empobrecimiento de una población que cada día come menos. El go­bier­no mitiga el hambre con los CLAP y de esta manera con­trola el estallido social. Sin embargo, todo tiene un límite.

Al problema del alto costo de la vida se le suman el de la escasez, la falta de efectivo, la inseguridad y el desplome de los servicios. El drama de la basura y el transporte. Es un país que se cae a pedazos, de donde muchos quieren partir. Ningún salario alcan­za y quien no tiene acceso a dólares cada vez pasa más las de Caín.

Las elecciones fueron un reflejo de lo anterior. El chantaje en los puntos rojos, con el Carnet de la Patria, los CLAP y un ventajismo monumental dominó la contienda. Mientras las elecciones estén sesgadas de esta manera es imposible competir. Hacerlo es un acto de heroísmo y una apuesta con pocas probabilidades. De cualquier manera, en algún momento si el gobierno sigue sin atacar el problema de raíz esto va a implosionar. Al hacerlo, los militares son los únicos que podrán controlar la situación. A ellos corresponderá ver que hacen con el gobierno. Si siguen con el actual esquema o se atreven a cambiar.

Vivimos frente a una encrucijada historia. Si el gobierno siente que el año que viene puede perder las elecciones presidenciales no las convocará. Qué fácil es gobernar con todos los poderes, y sin em­bar­go no se toman las medidas necesarias.

La hiperinflación es un problema sobretodo mo­ne­tario. Es hora de sustituir una moneda que ha su­cum­bido en su valor. El Salvador, Ecuador, Panamá y de manera indirecta la mayoría de los países de la región han adoptado el dólar y en todos los casos la inflación no pasa de un dígito. Al bolívar solo queda dejarlo como sencillo. No se puede seguir finan­cian­do el déficit con una moneda que cada día vale me­nos. Hasta cuándo vamos a ver a gente escarbando en la basura. Basta tener un poco de sensibilidad social para querer que esta desgracia cese de in­me­diato. Necesitamos un gobierno de salvación na­cio­nal que aborde con urgencias los retos de la eco­no­mía, el drama político y social.

oscar.arnaln@gmail.com

@OscarArnal

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Alirio Pérez Lo Presti

Desde 1939 hasta 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, mi abuela tuvo un hijo por año y todos nacieron en diciembre. La razón era sencilla: nueve meses antes de cada parto, mi abuelo, que era soldado, había estado en su hogar de permiso. Dadas las circunstancias extremas en las cuales transcurría el tiempo en Europa, no era fácil encontrar fuentes de satisfacción. La maternidad, asumida en ese contexto, era, por decir lo menos, un acto de fe, pero por encima de cualquier cosa, un ejercicio que fortalecía la idea de supervivencia.

Ante la muerte inmanente que inunda cada rincón en los lugares donde hay conflictos armados, la vida, a veces, se sigue celebrando y cada vez que la misma aparece, la esperanza va de la mano con ella. ¿Cómo hacía el día a día una mujer con cinco hijos? Con la visión de futuro tomada de la mano o de lo contrario nada hubiese tenido sentido. El entorno disparaba mensajes negativos por todos lados, pero la dinámica propia de la vida, preci­sa­men­te porque se hacía cada vez más dura, era la que empujaba a quienes atravesaban por esas cir­cuns­tancias únicas y extremas a seguir respirando.

El mensaje frecuente de cualquiera que haya sobrevivido a los extremos es el de anteponer el principio de vida sobre el principio de muerte o de lo contrario vence la desesperanza. Pero si a esto le anteponemos la condición de mujer que debe sobrevivir para que otros puedan trascender, en­ton­­ces entendemos cómo existe gente tan lu­cha­do­ra, para quienes el batallar diario y la vida son sinónimos.

Por una especie de tara o debilidad que nos suele acompañar como especie, solemos ser un tanto reacios a aceptar la idea del equilibrio. De ahí que vemos tantas veces repetida en la historia de la ci­vi­lización, esa tendencia a romper con las pon­de­ra­ciones cuando se alcanzan. Tanto a nivel per­so­nal, como en el ámbito social, quien entra en con­flic­to con el equilibrio, tratará por todos los medios de hacer que resurja el caos. Ese precepto se re­pi­te, pero las generaciones lo olvidan, porque el abu­rri­miento y el tedio tienden a conducir a la bús­que­da compulsiva y desmedida hacia la aventura in­cier­ta en los espacios donde se alcanza bienestar. De ahí que aparezcan tantos advenedizos y pes­ca­do­res en río revuelto.

La experiencia de cada uno, que es la historia úni­ca de vida de cada cual, nos marca en lo que res­pec­ta a nuestra manera de leer y percibir la rea­li­dad. Solemos reconstruir y construir una postura ha­cia la existencia que está signada por las viven­cias que vamos armando. Una mujer todavía joven y todavía guapa me decía que era desme­di­da­men­te infeliz porque el pasado la perseguía cada día. Ella está condenada a no poder pasar la página, o porque siente que le es imposible o porque ni si­quie­ra se lo ha planteado.

Tal vez el día que más recogimiento familiar pro­du­ce y mayores expectativas, relacionado con víncu­los interpersonales, es el día que celebramos la Navi­dad. La Navidad es una fiesta determinante para saber hasta qué punto nuestra vida va por buen norte, sea para compartir en forma cercana o para condolerse por las separaciones familiares que las circunstancias van generando; la Navidad es tiempo de familia y para quienes no tienen una fa­milia como tal, la Navidad es la fecha de los afectos más cercanos, que a fin de cuentas son la familia que uno va construyendo a la par de aque­lla con la cual tiene lazos consanguíneos. Los ami­gos son la familia que la vida nos va regalando en el transcurso del tiempo.

Como muchos, y desde que era un muchacho, es­pe­raba como nada la noche buena, por encima de cual­quier celebración o festejo; la llegada de la Na­vi­dad era la mejor época del año y debo reconocer que en cualquier circunstancia por las que he pa­sa­do, lo sigue siendo. Incluso es una fiesta como nin­guna por un asunto de convicciones. Navidad es la gran celebración y todo lo demás es con­se­cuencia de lo representativo de esta fecha. Tanto desde el plano tangible como del más simple simbolismo.

Tiempos malos y tiempos buenos suelen ser el péndulo que ha acompañado a la civilización. Los malos a veces son proporcionales al grado de bienestar que logramos alcanzar cuando las cosas están bien. El paso del hombre lleva en su brújula las dos vertientes del ser, en un ciclo casi perfecto que conjuga en uno solo el sino que marca la vida de los hombres.

Mi abuela, luego de años de lucha, lo dijo muy claro: “Aquí ya no se puede vivir” y en una lejana noche de Navidad le pidió al abuelo que se adelan­ta­ra a “La América”, porque Europa no ofrecía nin­gu­na posibilidad para sus hijos. Cada vez que escucho esa historia familiar, me repito a mí mismo a manera de talismán, ese precepto que siempre he seguido: “El mejor lugar del mundo es donde nos vaya bien”. Que no sea la tristeza ni la nostalgia aguafiestas la que se imponga sino el más profundo e indómito espíritu que sobrepone la vida sobre los males y la unión familiar sobre los retorcidos laberintos del existir.

@perezlopresti

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El mundo cristiano celebra, este 24 de diciembre, 2.017 años de la llegada del hijo de Dios a este mundo en un territorio cuyos habitantes, mayormente judios, estaban invadido y dominado por el imperio romano, quienes los tenían sometidos a todo tipo de arbitrariedades y de negación de los derechos y libertades más elementales de los hombres de entonces, y de ahora.

El hijo de Dios, nombrado Jesús, traía, en esencia, un mensaje para la humanidad y especialmente para los más oprimidos: la esperanza de un mundo mejor fundamentado en la practica del amor y de la verdad y la justicia como virtudes capitales, ese era el camino de la verdadera libertad. Pero el pueblo, sometido por los rigores de los romanos imperialistas, esperaban un rey guerrero que los condujera por el camino de la violencia política a la añorada libertad y terminaron por cruxificar al hijo de Dios, y aún no han terminado de conseguir la paz. Pero cada año se celebra el nacimiento del niño Dios con un principal propósito: renovar la esperanza en un futuro mejor.

Este año por terminar, seguramente será recordado por la mayoría de los venezolanos como uno de los peores de nuestra historia republicana y para la mayoría de los opositores como uno de los más frustrantes por no haber avanzado decididamente en el cambio político necesario para salir de la crisis que nos agobia como país, pero perder la fe y la esperanza en lograrlo no puede ser una opción.

Por eso, en Aragua en Red, hacemos nuestros mejores votos porque en esta navidad renovemos nuestros votos en la fe y la esperanza para que el próximo año 2018 sea de ventura y properidad para todos los venezolanos.

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José Rosario Delgado

Los tribunales de este expaís -Agustín Blanco Muñoz dixit-, supremo incluido, están entregados en cuerpo y alma, si tuvieren alma, al poder ejecutivo y no hacen absolutamente nada que no vaya a favor del régimen que tiene a todos los órganos del poder público, hasta la fiscalía, girando en torno de la figura perversa, pervertida y depravada de sus líderes “vivos” y finados para todo cuanto les dé la gana con quienes claman justicia y libertad; a la Asamblea Nacional, que no les pertenece, al estilo Jalisco le arrebataron sus funciones, y las leyes que dicta valen mucho que el papel donde están impresas.

Cualquier diligencia por ante los juzgados no logra resultados si no lleva el consentimiento del comisario político de la zona o el caporal comunero del barrio, lo que deja en manos de los aprófidos la administración de justicia que antiguamente correspondía a jueces y abogados, a los letrados, conforme los estudios seguidos en las distintas universidades y mediante lectura de los mejor elaborados textos de los precursores de las políticas públicas y de la división de poderes de acuerdo a la responsabilidad del Estado frente a la Sociedad y el compromiso de ésta para con los ciudadanos que la integran.

Decía recientemente un destacado profesor de derecho constitucional en dos prestigiosas universidades, que lo primero que pregunta a sus alumnos al iniciar su cátedra, es: “¿Vale la pena estudiar lo que estamos estudiando?”. Unos se ríen, otros se quedan callados, pero ninguno se levanta a repreguntarle al Maestro por qué pregunta eso. La supuesta revolución que prometió adecentar el poder judicial, ponerlo más cerca, accesible y ecuánime a las grandes mayorías, confiscó a la justicia y secuestró a los jueces con la única, aviesa y aberrada intención de mantenerse en el poder, aferrarse a los privilegios del gobierno y a detentar todas las prerrogativas que de allí se derivan.

Y tienen razón el profesor y sus alumnos: en boca cerrada no entran moscas, por si las moscas. Y eso es lo que ha pretendido y conseguido el gobierno bolivariano durante los últimos veinticinco años, callar y acallar a todo el mundo con la obediencia indebida, pero su torpeza es tanta que lejos de espantar a los fantasmas de la opinión internacional, lo que hace es concentrarlos en un solo bloque que, al unísono, gritan a todas las instancias que en Venezuela no hay ni habrá vida mientras este régimen insista y persista en hacer lo que le da su gana contra este expaís, sus instituciones y sus ciudadanos, asamblea constituyente mediante.

Hay voces por allí diciendo que al régimen lo denunciarán ante el Tribunal de La Haya para que responda a sus criminales atropellos en contra de la libertad y de la democracia, pero nos parece que ese tampoco podría hacer nada, y el único tribunal capaz de acabar de una vez por todas con este dizque gobierno es el tribunal de la olla, esa olla vacía y boca abajo a la que cada día cuesta más echarle qué comer y, si acaso encuentra, no tiene con qué calentarla, pues la Venezuela “Potencia”, el país con las mayores reservas petrolíferas y gasíferas de la Tierra, se quedó sin reservas alimenticias o alimentarias para un pueblo hambriento y enfermo.

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