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Opinión

Nícmer Evans

Debemos insistir, es la única manera de salir de la crisis inducida que hoy vivimos. Pero insistir implica saber para qué, y eso debe partir de la posibilidad de ponernos de acuerdo quienes así lo creamos necesario.

Insistir en consolidar la organización y autonomía de las “Fuerzas Vivas” del país, por sectores sociales, y/o por articulación territorial, fuera de la polarización y de los partidos políticos tradicionales que pretenden absorber y cooptar todo, estableciendo una dinámica de causas propias conectadas con otras que sumen para los grandes temas del país.

Insistir en la movilización permanente y solidaria, que permita consolidar lazos y relaciones al fragor de las luchas, con el fin de generar la mayor cohesión posible de las organizaciones sociales.

Insistir en la defensa incondicional de la Constitución, del Estado de Derecho, de la justicia como valor que conduzca a la unidad dentro de la diversidad, en búsqueda de la superación de la impunidad que hoy ha logrado el mayor y peor deterioro moral que ha vivido nuestra historia republicana.

Insistir en ser inclemente ante la corrupción para así lograr cárcel para los corruptos que han desfalcado a la nación, y aquellos que han sometido al pueblo a los padecimientos más inhumanos, como la falta de medicamentos y alimentos.

Insistir en lograr un cambio real de nuestro modelo económico rentista, que nos ha conducido a una crisis estructural de dependencia absoluta de la fluctuación de los precios del barril de petróleo, y que no ha encontrado ni en el pasado ni el presente una verdadera voluntad política de readecuación de este sistema, para lograr que el venezolano pueda vivir dignamente de su trabajo.

Insistir en la democracia como único modelo político que permite la convivencia y la paz en el marco de las diferencias. El respeto a la pluralidad y la libertad e igualdad de condiciones para que todas las expresiones políticas, puedan lograr presentar su proyecto de país y que sea el ciudadano el que decida cuál alternativa es la mejor.

Insistir en el respeto a la dignidad de la gente, superando la dependencia y estimulando las capacidades de todos y cada uno de los venezolanos, para aportar en la salida a la crisis, con base en el trabajo y la producción.

Insistir en la crítica como el único método para la superación de los errores cometidos, y las propuestas como el camino de acción para mejorar las condiciones, en el marco de un proceso de inclusión de todos los sectores sociales para lograr tal fin.

Debemos insistir, en un referente político distinto, nuevo, con ética, que permita orientar los procesos de superación de la crisis con base en el debate sincero, transparente, en donde todo nos podamos ver reflejados parcial o totalmente, y lo empujemos hacia el poder de resolver las cosas, debemos insistir, no decaer, y de manera apasionada, lograr la meta más preciada: la democracias plena, igualdad de condiciones y libertad.

@NicmerEvans

nicmernicolasevans@gmail.com
Fuente: https://www.aporrea.org/ideologia/a243321.html

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Carlos E. Aguilera A.

El origen de estado fallido según connotados investigadores data de siglos pasados. Hobbes escribe el Leviatán a la sombra de un Estado fallido, en 1588, cuando el sur inglés era diezmado por la armada española. El concepto de “failed state” (Estado fallido) apareció en el mundo académico hace sólo una década, aunque el fenómeno al que hace referencia forma parte de la realidad política desde el nacimiento del sistema internacional de Estados, cuando en 1648 la paz de Westfalia puso fin a la Guerra de los Treinta Años. En ese momento se configuró el Estado moderno con dos características fundamentales: por un lado su soberanía interna, y por el otro, una identidad externa como actor internacional, a partir del reconocimiento otorgado por los otros Estados.

Generalmente las potencias más importantes del momento intervinieron en los Estados, cuya fragilidad los transformaba en amenazas a su seguridad y a sus intereses comerciales. La primera etapa histórica del desarrollo del concepto se ubica a partir de 1960, cuando lo que hoy conocemos por “Estado Fallido” comenzó a adoptar algunas de sus características actuales. Ese mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó a la colonización como violación a los derechos humanos y contraria al espíritu de la Carta. El proceso de descolonización, principalmente en África, dio origen a numerosos Estados reconocidos por la comunidad internacional, sin que las bases políticas y económicas para desarrollarse exitosamente estuvieran inicialmente presentes. Esta situación dio origen al concepto de “quasi-Estados”

Michael Nicholson, refiere que los “Estados Fallidos” son aquellos que fracasan en dos sentidos, por cuanto no logran primeramente proveer los servicios esenciales que un Estado debe garantizar a sus ciudadanos para funcionar correctamente, principalmente seguridad y estabilidad, y luego por qué no operan en el sistema internacional como actores, aunque sean débiles. Observa así mismo, que los “Estados Fallidos” son puntos en los que fallan distintas formas y niveles, y destaca el hecho de que el solo conocimiento externo de dicho Estado, más el control del aparato estatal por parte de elites corruptas, impacta negativamente en el nivel doméstico, por cuanto por un lado permite a los que manejan el poder enriquecerse fácilmente, y por el otro, la débil estructura estatal permite el libre desarrollo de los negocios y contratos con empresas multinacionales.

Otros estudiosos investigadores entienden que el término “Estado fallido” no se aplica sólo a un gobierno central, por cuanto también se refiere a que las demás funciones del Estado han colapsado, generando en consecuencia un colapso total o parcial de las estructuras y/o instituciones de poder encargadas de mantener el orden y el imperio de la ley, un proceso usualmente acompañado por una escalada de violencia.

Señalamos que Venezuela es un país fallido por la cantidad de hechos incontrovertibles que en este artículo no tendrían cabida por razones de espacio. Una de ellas, la violación de los derechos humanos que obligó a la Comisión Interamericana (CIDH) a elaborar un informe titulado “Democracia y Derechos Humanos en Venezuela”, en el que recoge hechos ocurridos desde el año 2009 hasta el 2014, aun cuando posteriormente ha continuado produciendo informes y declaraciones. En tanto que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tribunal hemisférico encargado de aplicar e interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos, he emitido sentencias y resoluciones sobre dichas violaciones, que el régimen de Chávez, antes, y ahora Maduro han ignorado y no acatado.

A ello se suma que el régimen chavista-madurista ha cambiado completamente la institucionalidad y la organización del Estado para amoldarlo a su conveniencia. También dividió y atomizó las organizaciones sindicales, por lo que solo reconoce como legítimas aquellas que se identifican con el proceso socialista.marxista, y mal llamado bolivariano. Por otra parte, expropió empresas productivas agrícolas, pecuarias y alimentarias, estatizó, terrenos, edificios, centros comerciales, galpones, industrias y en fecha reciente panaderías; modificó instituciones claves de la sociedad venezolana como las Fuerzas Armadas y la industria petrolera; revirtió los procesos de descentralización política y administrativa del Estado; restó competencias a alcaldes y a gobernadores, y por si fuera poco, centró la acción del gobierno, incluyendo las actuaciones de los poderes legislativo y judicial, en el Presidente de la República.

Por todas las razones anteriormente expuestas, el país se encuentra aquejado por no pocos males: economía recesiva, caída de las recaudaciones tributarias como efecto de lo anterior, pérdida de competitividad del sector externo por el fortalecimiento del dólar, alto impacto del servicio de deuda en el presupuesto del Estado, deterioro de los términos de intercambio por la disminución de valor de las materias primas, inflexibilidad cambiaria, rigideces laborales, estructura impositiva represiva para el sector privado, expectativas negativas del sector empresarial, preocupaciones sobre la viabilidad del sistema previsional en el mediano plazo, y una sombra de ejecuciones en el ejercicio del poder por parte de Nicolás Maduro y altos funcionarios de su gabinete (¿)

Para alcanzar estos propósitos que tienen al país en la situación crítica jamás imaginada. el chavismo-madurismo ha venido utilizando el populismo como su herramienta con la cual pretenden seguir engañando a quienes aún creen en las bondades (¿) de la llamada revolución socialista del siglo XXI, por cierto fuera de contexto desde que su mentor Heiz Dieterich, se divorció políticamente del comandante eterno, poco antes de su fallecimiento, y devenido hoy en día en el más ácido crítico del régimen de Nicolás Maduro. Bien lo afirma Kirk Hawkins cundo refiriéndose al populismo afirma: “es un conjunto de creencias fundamentales, que percibe la historia como la lucha maniquea entre el bien y el mal, en la que en el lado buen está la voluntad del pueblo o el interés común, natural de los ciudadanos (….) mientras que en el lado malo se encuentra una élite conspirativa que ha subvertido esta voluntad”.

Los creadores de este término afirman, que un Estado fallido es un fracaso social, político, y económico, se caracteriza por tener un gobierno ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio; no provee ni puede proveer servicios básicos; presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, así como una marcada degradación económica. En un más amplio sentido, el término se usa para describir un Estado que se ha hecho ineficaz, teniendo solo un control nominal sobre su territorio, para cuyo efecto cuenta con grupos armados organizados para mantener la autoridad del Estado, llámense Sebin u OLP.

No hay duda alguna entonces, de que estamos en presencia de un Estado fallido, empeñado en mantenerse en el poder a como dé lugar, violentando flagrantemente la propia Constitución Nacional y contrariando la voluntad del pueblo soberano, que en estricto apego a las normas democráticas aspira a rescatar sus derechos, libertad, justicia social, y las garantías contenidas en la Carta Magna.

Hoy martes la OEA tiene en sus manos las cartas con las cuales podrá marcar el rumbo y destino de nuestro país, si la mayoría de sus miembros aprueban, no la aplicación propiamente de la Carta Democrática, que aislaría Venezuela del concierto de las naciones, sino la imposición de la razón, que obligue a un régimen anárquico y dictatorial como el de Maduro, a encauzar su destino por el sendero democrático, tras 18 años de un perverso socialismo, mal llamado bolivariano.

Periodista, historiógrafo; autor de la columna “Toque de Diana”; ex corresponsal de la agencia de noticias internacional AFP; Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y de la Academia Nacional de Ciencias y Artes Militares y Navales; Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122).

careduagui@gmail.com

http://www.noticierodigital.com/2017/03/carlos-e-aguilera-a-venezuela-un...

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Cuando escribía un artículo sobre la Carta Democrática Interamericana, a objeto de contrariar a quienes ladinamente han tratado de hacerla ver como un instrumento del ansia imperial de los yankees y un grave peligro para las riquezas naturales venezolanas, me enteré de la triste historia de Ruperta, la elefanta del zoológico de Caricuao, que muere de hambre ante la mirada indolente de las autoridades del parque y del Municipio Libertador.

Para detener la escritura sobre el tema regional que ocupa la atención de la diplomacia americana, consideré que la famélica Ruperta es la expresión zoológica de la Venezuela que languidece de hambre y se ve visitada por plagas y enfermedades erradicadas en un tiempo ya lejano de nuestra historia.

Si, Ruperta es un elefante hembra, perteneciente al orden de los Proboscidios y a la triste familia de los animales cautivos, que en sus inacabables horas de tedio debe preguntarse qué karma la puso tan lejos de los suyos y tan cerca de humanos tan poco humanos, al parecer, decididos a matarla de hambre.

Hombres marcados por la historia por las atrocidades que cometieron, sintieron especial afecto por los animales; Hitler amó entrañablemente a su perra pastor alemán Biondi y Calígula confirió la dignidad de senador a su caballo. También grandes guerreros mostraron amor por ellos: Alejandro Magno entrenó personalmente a Bucéfalo, Aníbal de Cartago mostró especial afecto por su caballo Estrategos, así como Bolívar por Palomo y Nevado. Pero esos hombres tuvieron como característica común la grandeza, su capacidad para liderar grandes masas tras un propósito de conquista o liberación, de conmocionar al mundo por el brillo de sus victorias y lo espectacular de sus derrotas.

Pero Ruperta, la modesta elefante del Zoológico de Caricuao, está probando en carne propia que la grandeza se mudó de Venezuela o que por error divino fue entregada totalmente en el siglo XIX, cuando ha debido ser dosificada para tres o cuatro siglos, cuando menos.

A Ruperta la están asesinando por hambre, de manera evidentemente premeditada. Quienes concurrieron al Zoo el domingo 26 con ánimo de alimentarla, fueron reprimidos por las autoridades auxiliadas por colectivos, por esos seres que parecen salidos del laboratorio de Frankenstein y construidos artificialmente con recortes de cadáveres frescos de los peores delincuentes de la comarca.

Lo ocurrido el 26 fortalece el twit de Esteban Gerbasi: «Me dicen que dejar morir a Ruperta la elefante del Zoológico de Caricuao es parte de un ritual de magia negra, necesitan los colmillos y patas» ¿Es esto posible? Lamentablemente la respuesta es positiva, pues aun ejercen el poder en Venezuela los mismos que profanaron los restos de Bolívar, los que mancillan tumbas de personajes históricos, los que destinaron un mil cuatrocientos millones de bolívares a la francachela carnavalesca, mientras los niños del Hospital J. M. de los Ríos mueren de mengua y claman por medicinas que les salvarían sus vidas, porque aún nos mandan esos magos de la destrucción que convirtieron el País más rico de Latinoamérica en el más miserable, la que fuera tierra de inmigrantes en desolada nación de emigrantes.

Es difícil salvar a Ruperta. Ya las autoridades del Zoo han declarado que es falsa su hambre, que su huesudo cuerpo es, como todas las cosas malas que pasan en este país, simples sensaciones, o inventos del imperio o calumnias de derecha apátrida. Pero a pesar de la dificultad de la tarea le ruego a venezolanos y extranjeros, a propios y extraños, elevar su voz por cualquier medio y un hastag por twitter: #SALVEMOSARUPERTA.

turmero_2009@hotmail.com

@DulceMTostaR

http://www.dulcemariatosta.com

27 de marzo de 2017

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Asdrúbal Aguiar

Desde la adopción de la Carta Democrática Interamericana hasta el momento en que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, presenta su informe actualizado sobre la ruptura del orden democrático y constitucional de Venezuela, el Sistema Interamericano no ha vivido un momento tan dilemático como el actual. Está sobre un parte aguas, en una hora en la que debe avanzar hacia el porvenir de manos – para no exagerar con los estándares de la democracia – de las reglas más elementales de la decencia o volver atrás, hasta las líneas en la que el cinismo y la mordacidad se hacen característicos de los gobiernos de sus Estados miembros.

Pienso, a propósito, en la época en la que, orillando la dignidad humana de los pueblos que oprimen las dictaduras militares sentadas y dominantes en su seno, afirma, desde Caracas, en 1954, que el ejercicio “efectivo” y cabal de la democracia reclama, entre otras medidas de relieve “los sistemas de protección de los derechos y las libertades del ser humano mediante la acción internacional o colectiva”.

Samuel Huntington, politólogo norteamericano fallecido, describe bien las olas democratizadoras que ha vivido el mundo: una con las revoluciones francesa y americana; otra como hija de las enseñanzas de la Segunda Gran Guerra; y la que ocurre, finalmente, con la globalización, que da cuenta de los procesos democratizadores de Europa oriental. Mas antes de hablarnos de su tercera ola, hacia mediados de los años ’70, al alimón con Crozier y Watanuki, Huntington da cuenta de la crisis de la democracia por la ingobernabilidad que provocan la incapacidad sobrevenida de los Estados y sus instituciones ante las demandas exponenciales de una ciudadanía en avance social autónomo, al punto de sugerir la reinvención de aquéllos y de ésta. Como es obvio, dentro de procesos de final abierto y sirvientes del Mito de Sísifo.

Pero cabe decir que para los parteros de la democracia civil contemporánea en las Américas, a diferencia de Huntington – para quien ésta se reduce a la vigencia de métodos electorales – una cosa es el origen de la democracia y otra sus condiciones obligantes de ejercicio real; para que no se presenten equívocos o confusiones entre quienes, con fuerza de carboneros, luchan por la forja de democracias verdaderas y socialmente sensibles.

Es verdad, incluso así, que en 1948, Rómulo Betancourt, asistente a la Conferencia de Bogotá, afirma que los “regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranicen con respaldo de policías políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica interamericana”. Hoy, la tesis de la exclusión ha cedido, pero no los principios de la democracia y menos la tolerancia hacia sus enemigos.

Como consta en la Carta Democrática de 2001, los miembros de la OEA deben dar asistencia “para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática”, “adoptar decisiones dirigidas a la preservación de la institucionalidad democrática y su fortalecimiento”, “promover la normalización de la institucionalidad democrática”. Empero, ante “una ruptura o una alteración que afecte gravemente el orden democrático”, no pueden admitir que el gobierno responsable siga ejerciendo, sin más y con desprecio por sus pares, los derechos que le confiere su membrecía dentro del club de las democracias. Así de sencillo.

De modo que se trata de una suspensión – no es una expulsión – y ha lugar cuando las gestiones para que cese la ruptura se hacen infructuosas y se mantiene hasta tanto la democracia alcance su restablecimiento.

La Carta, cabe recordarlo, no es causahabiente de un delirio de los gobiernos que la adoptan al apenas iniciarse el siglo XXI y sobre supuestos devaneos neoliberales, como lo arguyen sus enemigos socialistas de nuevo cuño. Ella se mira, como antecedente inmediato, en la experiencia peruana de Alberto Fujimori, precursor de las neo-dictaduras que luego practican Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega, y ahora Nicolás Maduro. Llegan al poder mediante los votos, para luego vaciar de contenido a la democracia. Y es ese, justamente, el mal contra el que intenta vacunarse el Sistema Interamericano, puesto a prueba con la cuestión de Venezuela, donde al paso hasta las elecciones se han acabado.

En 1959 nuestros gobiernos democráticos forjan un catecismo que la Carta Democrática asume como una suerte de relectura. Desde Santiago de Chile, reunida la OEA, precisan, justamente, que la democracia, para ser tal y no su caricatura, exige: “Imperio de la ley, separación de poderes públicos, y control jurisdiccional de la legalidad de los actos de gobierno; gobiernos surgidos de elecciones libres; proscripción de la perpetuación en el poder o de su ejercicio sin plazo; régimen de libertad individual y de justicia social fundado en el respeto a los derechos humanos; protección judicial efectiva de los derechos humanos; prohibición de la proscripción política sistemática; libertad de prensa, radio y televisión, y de información y expresión; desarrollo económico y condiciones justas y humanas de vida para el pueblo”.

Todas las exigencias de la democracia enumeradas y como lo confirma Luis Almagro con su memorable informe de actualización, han sido pisoteadas bajo un gobierno procaz – el de Maduro – que no es siquiera capaz de disimular. El general Marcos Pérez Jiménez, con vistas a la reunión de la X Conferencia Interamericana y para quedar bien, como anfitrión, al menos puso en libertad a los presos políticos.

Asdrúbal Aguiar / correoaustral@gmail / cesarmiguelrondon.com

https://dolartoday.com/horas-decisivas-para-venezuela-la-oea-entre-el-ci...

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Jesús Elorza G.

En los pasillos del Instituto Nacional de Deporte (IND), conversaban animadamente varios dirigentes deportivos sobre el “Recurso de Reconsideración” presentado por el Comité Olímpico Venezolano (COV) y más de veinte federaciones deportivas.

-Creo que el recurso está muy bien fundamentado y por eso lo apoye con mi firma, dijo uno de los dirigentes. Me llamó la atención que varias federaciones no lo hayan firmado.

-Bueno, no todo lo que brilla es oro, argumentó otro de los presentes.

-¿Explícate mejor? Que es lo que quieres decirnos.

-Si bien es cierto que el documento está bien fundamentado desde el punto de vista jurídico, no menos cierto, es que allí aparecen muchos “Camaleones” dándose golpes de pecho y tratando de aparentar que ahora son los defensores del voluntariado deportivo frente a las agresiones contra al autonomía federativa que impulsa el gobierno a través de “Providencias Administrativas” emanadas del IND.

-¿Quiénes son esos camaleones? Señálalos con nombre y apellidos para tener una idea más clara sobre lo que estas denunciando, reclamaron los dirigentes presentes.

- Es curioso observar que en la providencia del Directorio del 8 de febrero pasado, dos miembros de la estructura olímpica nacional votaron de la siguiente manera: el presidente del COV y la presidenta del Comité Paralímpico Venezolano, lo hicieron a favor de la misma; Tampoco debemos olvidar, que el representante de las Federaciones Deportivas ante el Directorio del IND, en más de una ocasión voto a favor de las intervenciones arbitrarias de algunas federaciones y en otras oportunidades votaba a favor de suspender las providencias administrativas de reconocimiento a las federaciones. Eso, mis queridos amigos, no tiene otro nombre que el de “Doble Discurso”, votan de acuerdo con las circunstancias o en procura de beneficios.

Ahora, esos camaleones olímpicos, pretenden presentarse, con su cara bien lavada, como los defensores de las federaciones. Por esas razones, no firmé el recurso.

-De acuerdo a lo que dices, me da la impresión que tú estás de lado del Presidente del IND. ¿Es así?, le preguntó uno de los dirigentes.

-Que va mi pana, bien lejos con ese señor. Ese es un “Cara Dura”, que pretende decir que la “Providencia” por él aprobada en febrero solo busca dar las orientaciones necesarias para los procesos electorales del sector federado, cuando en verdad lo que busca es asegurarse su elección como vicepresidente en la Federación Venezolana de Futbol.

Visto de esa forma, salvo criterio jurídico en contrario, para que el Presidente del IND como funcionario público, pueda participar en un proceso electoral federativo, ha debido renunciar previamente al IND, de lo contrario, lo convierte en juez y parte, por lo tanto, debería abstenerse como Presidente de ese Organismo cada vez que le toque que decidir sobre los casos federativos, de ser así y no poder decidir por su inhibición:

Además, se crearía un estado de desigualdad de condiciones y oportunidades entre todas las Asociaciones y la Federación de Futbol con respecto a todas las entidades deportivas federadas.

-Coño, lo que tú dices es muy serio y en verdad no lo había interpretado de esa manera. Tus argumentos me llevan a reconsiderar mi postura en este problema, dijo uno de los dirigentes que había firmado del recurso de reconsideración.

-Déjame ampliar mis argumentos sobre el “Cara Dura” del IND. Todos los federativos hemos vivido en carne propia lo relacionado con el Registro de Entidades Deportivas, que siempre ha sido utilizado como un ariete para golpear la autonomía del sector federado al ser controlado por el IND, con el agregado que ahora el gobierno pretende que la primera instancia de reconocimiento a los equipos, clubes y ligas sean los ¡¡¡Consejos Comunales!!!

El Registro Nacional del Deporte es una responsabilidad del IND y lo que es preocupante, es que el propio Presidente del IND ha reconocido que este sistema no ha funcionado por lo menos en año y medio, y lo grave es que el artículo 41 de la Ley Orgánica del Deporte establece claramente que: “La elección de las autoridades de las asociaciones deportivas estadales y de las federaciones nacionales se harán a partir de la información contenida en el Registro Deportivo Nacional”.

Ni siquiera el Cara Dura, tiene el control sobre este proceso…..pero pretende en erigirse en la autoridad única para decidir quién es legal y quién no.

Pregúntense ustedes, si hay una impugnación al proceso electoral de la Federación de Futbol y la misma es llevada al IND ¿Cuál será la decisión?

Por último, quisiera hacer referencia que en este camaleónico proceso también hacen acto de presencia camaleones internacionales. Recientemente el jefe del comité organizador del Mundial de Rusia, Vitaly Mutko, no podrá ser candidato a la reelección al Consejo de la FIFA después de que una evaluación del organismo determinó que no es apto.

La exclusión de Mutko de la elección tiene que ver con los esfuerzos de la FIFA por minimizar la influencia de los gobiernos en el futbol, Se implementó un nuevo criterio: neutralidad política. Quieren que la organización sea políticamente neutral, para que los funcionarios y representantes de los gobiernos no sean elegidos.

- ¿Y eso que tiene que ver con lo que estamos discutiendo? Preguntó uno de los presentes.

- Bueno, que el delegado de la FIFA designado para estar presente en las elecciones del futbol, se transformó en un camaleón y se hizo el loco con la designación de un funcionario de gobierno, en este caso el Presidente del IND, para ocupar el cargo de vicepresidente en la plancha ganadora.

-Coño vale. Estamos bien jodidos, fue la respuesta colectiva de los dirigentes. Solo nos queda confiar en nuestra fuerza y hacerla valer. Una de las acciones que debemos implementar es solicitar una asamblea extraordinaria del COV para modificar los estatutos e impedir que los funcionarios de gobierno de libre nombramiento y remoción puedan ocupar cargos directivos en el movimiento olímpico y el sector federado. De esa manera le ponemos coto a los camaleones y a los cara dura….que en definitiva son la misma vaina.

Al momento, de terminar la reunión, todos quedaron sorprendidos cuando escucharon en la radio al Poeta de la Salsa Rubén Blades cantar:

Que es lo que pasa camaleón

yo vivo de la verdad y tú comiendo del engaño.

Ten cuidado con el camaleón

aprende a reconocerlo aunque cambie de color.

Ten cuidao con el Camaleón

Que, detrás de la sonrisa, lo que esconde es su rencor

Ten cuidado con el camaleón

aunque te enseñe la cara, no te muestra el corazón.

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José Rosario Delgado

En Venezuela existe la manida costumbre de decir que tenemos una “sociedad de cómplices” cuando la realidad nos muestra que vivimos en una “sociedad alcahueta”, para no decir una palabrona fea, muy fea y altisonante, aunque provoque pronunciarla con cada una de sus sílabas para que no quede duda de lo que intentamos decir. Cómplices son quienes se asocian para delinquir y repartirse el provento de sus fechorías, “partir la cochina” de sus triquiñuelas, mientras alcahuetas son aquellos que consienten todo lo que pasa por sus narices y/u oídos y les resbala de su boca.

Por supuesto, lo grave es que unos de los sordos, ciegos y mudos están revestidos de la autoridad que les impone el imperio de la ley y otros con la autoridad moral que pudiere otorgarle su ubicación social, profesional o académica y de quienes se espera una acción más contundente en la preservación de la salud ética y cívica de la ciudadanía y de la república antes de que todo el cuerpo de la nación se corrompa por la negligencia y la desidia por donde nos conduce este arbitrario y autoritario gobierno que algunos se dieron y, como se dice, “se pasó ‘e maraca”.

El gobierno montó un grotesco espectáculo cuya ridiculez, valga la redundancia, alcanza los límites de la comedia en medio del drama alimentario que vivimos y salen por allí grupos de “empresarios” y medios de comunicación a hacerle el juego en su afán de exponer productos agropecuarios o agroindustriales que no existen y mostrar servicios o insumos industriales que no se ven. “Venezuela potencia” (¡¡¡Venezuela, paciencia!!!) sirve para el estrafalario espectáculo del despilfarro económico dentro de la parafernalia que busca distraer a los incautos y seducir a los que no están aquí padeciendo las calamidades que nosotros sufrimos día a día y que lleva años y años y no se vislumbra en el mediano ni largo plazo una solución, cualquiera, que nos saque de esta perenne angustia que nos mata aceleradamente.

Eso es lo que está pasando, tenemos una sociedad alcahueta con una serie de espectadores complacidos y complacientes con los cómplices del desastre que se nos viene encima, mientras una clase política que dice luchar por cambiar el rumbo de las cosas, pero que si no se detiene a entender a la gente que pasa hambre pudiera estar como los borrachitos de carretera peleándose por una botella vacía o como los zamuros esperando su turno para entrarle a los despojos que aquellos dejarán a su salida, porque de que salen, salen… ¿Pero cuándo?

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Rafael S. Mujica Castillo

El Muro Debajo de la Mano, se constituye en una interpretación, que tiene como propósito develar algunos signos que están en el núcleo del Excelente relato de Guillermo Meneses: “La Mano Junto al Muro”. Signos y señales que fueron en su momento, formalmente objetivados por el autor, quién los legó a la posteridad a la espera de la circunstancia precisa en que dicha interpretación viera luz y así lograr que de esa manera, se ampliara el margen interpretativo de su obra.

Para acometer dicha labor, nos proponemos ir más allá de una visión sensible y psicológica, adentrándonos en el ámbito de la inteligibilidad y lo lógico, y ello necesariamente ha de ser así, porque la construcción de una obra del tenor de: “La Mano Junto al Muro” así lo requiere, en atención a la maestría puesta de manifiesto en su composición, con grandes logros que se sustentan en una poética impregnada de ultraísmo, una poética digna de caza vivos, así como de una narración desarrollada en primera y tercera persona, figuras narrativas ya anteriormente utilizadas por el autor, lo cual coloca a Guillermo Meneses en el sitial que ocupa dentro del canon de la cuentística venezolana.

No podemos dejar de mencionar, la reiterada presencia del tono especular en el relato, tono éste. Que acompaña al autor a lo largo de su proceso creador de ésta y de otras obras, ante lo cual el lector, termina sin tener certeza acerca de sí es Meneses; quien cultiva la figura del espejo o si es el espejo quien no le da sosiego, en un afán de persecución a éste.

Nuevamente, Meneses nos sitúa en la porteña Guaira de sus predilecciones. Un relato donde el autor se metamorfosea por décadas en victimario de sus lectores, en medio de su más completo regocijo, ya que conoce exactamente lo que compuso y con ello logra colmarse de gloria en la posteridad.

Justa ha de ser la consideración que hemos de presentar acerca del relato, en el cual “simula la existencia operatoria de una mujer” en el desarrollo del acontecer narrado, siendo lo más notorio la casi completa ausencia de ésta, dado que la participación de la mujer en el relato, sin que caigamos en cuenta de ello, se ve desplazada por el protagonismo de la mano.

(“La mano de ella resbaló a lo largo del muro; su cuerpo se desprendió;” sus dedos rozaron las antiguas piedras hasta caer en el pozo de su sangre; allí, junto al muro, en la sangre que comenzaba a enfriarse,…) Acompañada a su vez de reiteradas figuras retóricas y metafóricas, puestas de manifiesto por el narrador con situaciones tales como la reiterada comparación de situaciones con la alusión al enrollado acontecer de la trama, con la metáfora de la culebra que enrollada tiende a morderse la cola. O la reiterada alusión acerca de que “la vida de ella podría pescarse en el espejo… O su muerte…”

La mención a la mujer, sin la más mínima descripción acerca de sus atributos a no ser, el denominarla como tal; mujer. En abierta contraposición a lo copioso de la descripción tanto de la mano así como del muro, a saber: “Ahora, su mano se apoyaba sobre el muro. Una mano chata, gruesa, con los groseros pétalos roídos de las uñas sobre la piedra antigua, hecha de historias desmoronadas, piedra en regreso a su rota insignificancia, por haber perdido la intención de castillo en mediocre empresa de mercaderes”.

La situación anterior le brinda al narrador la posibilidad de disponer de un soporte para realizar una serie de inconfesables afirmaciones acerca de lo que fue el modus vivendi de Bull Shit. Mención que el narrador realiza a partir de una pretendida inexistencia estructural y obviamente operatoria de la mujer, con lo cual logra una absoluta libertad; moral, sensorial y psicológica a los fines de objetivar y formalizar una serie señalamientos bastante altisonantes para la sociedad de la época en que dichos materiales fueron publicados.

En la obra nos encontramos como ya hemos señalado con expresiones narrativas desarrolladas tanto en primera persona, así como también en tercera persona. Formas narrativas conjuntas utilizadas con anterioridad por Meneses, en “El duque de 1946.

Así como también hallamos, la caracterización que el autor les da a personajes tales como: la Mujer y Dutch, caracterizaciones que ya había utilizado con anterioridad en la obra “La balandra Isabel llegó esta tarde” de 1934. Dado que en ella, Esperanza personifica a una prostituta y el otro personaje llamado Segundo se corresponde con un marinero. Es así, como lo reiterativo de diversas situaciones tratadas en el relato alcanza incluso a los personajes de la narración

También ubicamos una serie de situaciones lúdicas a propósito de las reiteradas imprecisiones que se relacionan con la cantidad de personajes presentes en la misma, tal es el caso de la duda sembrada al respecto (en éste caso de la duda, el autor juega nuevamente con un recurso ya anteriormente por él utilizado) en cuanto a la cantidad de marineros, donde por una parte no se precisa si eran dos o eran tres y por la otra en determinado momento se afirma que eran dos, e indistintamente también se afirma que eran tres y ante lo cual el lector cae en el juego del narrador, en su afán lúdico por entretener a éste, sin aportar mayor ritmo narrativo a no ser la particularidad de la obra de causar embeleso, ante la pronunciada ininteligibilidad que propicia una enorme fascinación/confusión del lector ante lo incomprensible, porque esta es una característica propia de los seres humanos.

Característica ésta, la cual les permite a muchos presumir de su altísima capacidad cognitiva-interpretativa de este tipo de propuestas, por más que en muchas ocasiones terminan entendiendo muy poco o casi nada de dichos materiales.

Tal es el caso, y aquí va la demostración de lo antes dicho, que durante décadas el protagonista del relato es la mano que articulada por la mujer se posa en el muro, sin caer en cuenta de la inexistencia operatoria de la mujer en la narración, lo cual se da gracias a la asociación que realiza el cerebro humano, el cual al percibir la existencia de una mano inmediatamente la asocia con la existencia conjunta de una persona, en este caso de una mujer, tan es así que nótese que la denominación de las extremidades superiores de muchos otros mamíferos no cuenta con la denominación de “mano”. Logro indiscutible del autor, aparte del poético desarrollo narrativo puesto de manifiesto en la obra, ante una audiencia de mediados del Siglo XX, sorprendida en su buen entender, por los recursos utilizados por Guillermo Meneses en el relato en estudio.

Tras la utilización de la figura narrativa circularista, necesario es referir que a lo largo del relato no percibimos la existencia operatoria de la mujer, porque desde nuestro punto de vista interpretativo el momento de la muerte de la mujer en ningún momento se precisa cuando ocurre, -sí, ese momento queda en el limbo, por así decirlo,- ya que lo que se relata acerca de la mujer ocurre desde el comienzo de la narración en tiempo pasado.

La mujer y sus desempeños sólo son un recuerdo en la narración, de allí que el protagonismo del relato le corresponde a la mano, que se presenta de manera autónoma: “Un chillido (“¡naciste hoy!”) tembló en el aire caliente mientras la mano de la mujer se sostuvo sobre el muro.” Mano en cuestión, con cuerpo propio respecto a la mujer, así tenemos que “La mano de ella resbaló a lo largo del muro; su cuerpo se desprendió” No es el cuerpo de la mujer el que se desprendió, es el cuerpo de la mano, el que se desprendió. Porque para ese momento allí, no hay cuerpo de mujer. Indicios de que la mujer es parte del pasado, en el relato de tiempo presente, los presentamos a continuación:

“La vida de ella podría pescarse en ese espejo… O su muerte…” He allí el primer indicio lúdico del espacio/tiempo, del cronotopo, utilizado por el autor al conjugar vida o muerte en ese presente, es decir, se presenta la posibilidad de que su muerte en ese presente ya haya ocurrido.

“El hombre hablaba muchas cosas. Antes —cuando entraron en el cuarto, cuando encontró en el espejo los blancos redondeles que eran las gorras de los marineros— murmuró: “En ese espejo se podía pescar tu vida. O tu muerte”.

“(—Tú ahora. Ya. Adiós. Tú ahora. Ya. Adiós. Tú ahora. Ya. Adiós)”

“…Durante muchos años vivió dentro de aquel monstruo que fue fortaleza, almacén, prostíbulo…”

“…y dice cómo el castillo sobre el mar se convirtió en barrio de coitos y cómo la mano de una mujer angustiada puede caer sobre el muro (lo mismo que una flor o una mariposa) y decir en su movimiento “aquí, aquí”, o “adiós, adiós, adiós”.

“Ella nada sabía. Cuando llegó ya existía el presente y lo anterior sólo podía estar en las palabras de un hombre que mirase la pared y decidiese hablar. Ya existía esto. Y ella estuvo en esto. Los hombres jadeaban un poco; echaban dentro de ella su inmundicia. (O su amor)…”

“Dentro del túnel, moviéndose entre las sombras de la existencia, fabricó muchas veces la pantomima sin palabras de la moza que invita al marinero: la sonrisa sobre el hombro, la falda alzada lentamente hasta el muslo y mirar cómo se forma el roce entre los dedos del marino”.

”La noche del encuentro con los tres marinos (si es que fueron tres los marineros) apareció el que decía discursos. Era un hombre raro”.

“Ella nunca recuerda nada. Nada sabe.”.

“Ella miraba todo, como desde el fondo del espejo del cielo…”.

“…Verdad es que ella siempre tuvo un espejo en su cuarto: un espejo tembloroso de vida como una mariposa, movido por la vibración de las sirenas de los barcos o por los pasos de alguien que se acercaba a la cama…”.

“…Todo ello sucedió como si hubiese ascendido hacia la muerte. Por eso, una voz chilló: “¡naciste hoy!” y el hombre dijo: “En ese espejo se podría pescar tu vida”. ¿…………?” -Ojo, en ésta ocasión, la usual y reiterada frase aparece truncada, mutilada. Por primera vez en este párrafo. Obviándose entonces: (O tu muerte)-

“…Las voces de los dos (¿o tres?) marineros ordenaron: “Sube con él”.

“Ante el espejo se miraron. Ella diría que no pisó la escalera, que no caminó frente al bar, que caminaron —todos— las rampas del misterio y atravesaron las puertas que hay siempre entre los espejos”.

“La mujer lo miraba desde el espejo del cielo, alta entre las estrellas su cabeza…”.

(Ontológicamente, desde otra dimensión del espacio, un espacio de materialidad cero, donde no hay posibilidad de operatividad corpórea).

Al referir anteriormente que la mujer ha muerto mucho antes del final del relato, sí es que podemos asumir que el relato en cuestión, por ser circular, tiene final.

Diremos que el marinero, muy a pesar de tener empuñada esa “dualidad que se debate entre cigarrillo-puñal”; y tras de ser presa de un profundo enlunadamiento, por una parte, en ningún momento se plantea que embista con su filosa hoja, contra la mujer y en razón de ello no pudo asesinarla, y por la otra, igual sucede con el caso del personaje del sombrerito ladeado, éste, con todo y que lanzaba chispazos con su revólver, en ningún instante se señala que haya tenido intenciones de apuntar su armamento contra la humanidad de la mujer, incluso no se indica ni se señala, hacia donde apuntaba con su arma y por ello, se torna imposible sostener una afirmación que luciría por demás irresponsable, respecto a que haya disparado contra la mujer, entre otras cosas, porque como ya dijimos anteriormente, la mujer ya estaba muerta, mucho antes de éste párrafo, el cual es uno de los últimos del relato.

Es por todo lo anterior que: “El Muro Debajo de la Mano”, se constituye en una interpretación, que tiene como propósito develar algunos signos que están en el núcleo del excelente relato de Guillermo Meneses: “La Mano Junto al Muro”.

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