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Opinión

Una epidemia de terquedad se ha extendido. Ya es una pandemia. Al igual que el coronavirus, la terquedad ataca más en unos países que en otros. Este virus pasara más temprano que tarde. Ojalá también pase la terquedad de quienes se niegan a dejar el poder ante el fracaso y rechazo de la población, así como la terquedad de quienes persisten en querer imponer su “solución” para que ocurra un cambio.

Perseverar es una virtud. Terquedad es un defecto. Terquedad es insistir en que el cambio tiene que producirse por una intervención militar extranjera, a la que ningún país está dispuesto. Terquedad es no entender que el régimen cuenta con el soporte de la fuerza. Terquedad es desconocer el papel de la Fuerza Armada. Terquedad es no reconocer que cuando no se puede imponer algo es necesario intentar negociar. Terquedad es porfiar en que se tienen más fortalezas de las reales. Terquedad es la posición de quienes sostienen al régimen de no negociar a pesar de que no tiene vida.

Terquedad es insistir en que en la inevitable transición podremos lograr todo lo que deseamos. La realidad indica que, por ahora, no se podrán efectuar todos los cambios a que aspiramos, ya que algunos requieren reformar la Constitución. Tampoco se podrá castigar a todos los culpables de violar la Carta Magna, con un Comité de Salud Pública tipo Robespierre. Lo prioritario en la transición es reactivar la economía y mejorar los servicios públicos. Aunque no guste, será necesario identificar la justificación de subsidios en ciertas áreas. Por ello la transición no puede ser corta, ya que si no resuelve algunos problemas la vida del nuevo gobierno será efímera.

Aunque la industria petrolera está muy deteriorada y los precios permanecerán relativamente bajos, esa actividad es fundamental para iniciar la recuperación de la economía. Hay que diferenciar entre Pdvsa y algunas de sus Empresas Mixtas. La primera está muy maltrecha y actualmente la mayor parte de la producción viene de las Empresas MIxtas.

Reconstruir la Pdvsa de la etapa meritocrática es inviable, pero tampoco es viable desaparecerla de un plumazo. Al respecto, un grupo de profesionales ex trabajadores del sector, entre ellos de Gente del Petróleo y de Unapetrol, han elaborado un Plan Táctico de Emergencia para el momento en que se inicie la transición. El mismo mantiene al personal con experticia que labora en la empresa, incorpora a gente con experiencia y se desprende de los que no aportan valor. Constituye una hoja de ruta para las nuevas autoridades.

Algunos distinguidos profesionales predican, con sólidos argumentos, que hay que privatizar todo el sector petrolero. Esta es una decisión que corresponde a la Asamblea Nacional, previa reforma de la Constitución, lo que requiere tiempo y consenso. Mientras tanto hay que parapetear las instalaciones de Pdvsa y dar más libertad a las Empresas Mixtas. Un primer paso es reformar la Ley de los Hidrocarburos para disminuir el porcentaje de participación del Estado en esas empresas y flexibilizar los impuestos acorde con el tipo de petróleo y a su costo de extracción. Es poco probable que se alcance la meta de producir seis millones de barriles diarios de petróleo contemplada en planes que deben ser revisados. También será difícil hacer realidad la iniciativa de transferir parte de la ganancia petrolera directamente a todos los ciudadanos. Fueron propuestas interesantes antes de la destrucción del país.

Con respecto al mercado interno de los combustibles. no es lógico que ocasione pérdidas,pero la crisis actual no es el momento adecuado para eliminar el subsidio y privatizar el negocio. Las refinerías pueden y deben ser reacondicionadas. El gobierno de transición tendrá que tomar decisiones.

Una vez que se logre reactivar la economía y estabilizado el gobierno de transición, debe abrirse un debate nacional sobre si conviene redactar una nueva Constitución o realizar una reforma. Un punto importante es el referente a que la empresa privada explore y extraiga petróleo sin necesidad de asociarse con Pdvsa. Eso sería lo deseable, pero debe haber consenso político para disminuir el riesgo de cambiar las reglas de juego cada vez que se altere la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional. Por otra parte, actualmente el ambiente indica que el sector político quiere mantener a Pdvsa con los cambios que hagan falta. Por ello es una terquedad insistir en que debe desaparecer.

Concentremos los esfuerzos en lo que es posible. Es factible vencer la terquedad de Maduro de aferrarse al poder. También lo es lograr una transición negociada, reactivar la economía y realizar una reforma parcial a la Ley Hidrocarburos que permita aumentar la producción. Para lograr esto hay que dejar la terquedad.

Como (había) en botica:

Tal día como hoy (28 de abril), hace 75 años, fue fusilado Mussolini. Por terco no aceptó una transición ante una guerra que tenía perdida.

El narcorégimen quiere destruir Polar, Plumrose y Coposa.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


Antonio Di Giampaolo

EL VIRUS DE LA INFODEMIA (41)

La OMS alertó recientemente, acogiendo un neologismo, sobre el virus de la infodemia que describe la vertiginosa propagación de contenidos, algunas veces ciertos y muchos otros inexactos o incluso tendenciosos o falsos, relacionados con la pandemia. En septiembre del año pasado un grupo de trabajo del organismo multilateral describió en un informe los riesgos que para afrontar una emergencia sanitaria global suponía “a una epidemia de mala información, vía datos falsos, errados o maliciosos que se propagan principalmente en redes sociales, abonada por la creciente desconfianza a autoridades públicas”

En las redes sociales han circulado diversos análisis relacionados con teorías comparativas disímiles, y curiosamente contrapuestas, en relación al origen y la causa de la pandemia. Hay tesis peregrinas que argumentan que la tecnología de telefonía móvil 5G incide en la propagación de la COVID-19. Algunos consejos baladíes sugieren que el calor y otros que el frio destruyen el nuevo coronavirus. Hay recomendaciones falsas en torno a los supuestos efectos terapéuticos de los baños cloro o alcohol. Existe un sinfín de otros contenidos que se comparten en las redes sociales y por efecto de la incontinencia digital de la que son víctimas las personas se termina propagando rápidamente la mentira.

El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero pasado que “no solo estamos luchando contra una epidemia, estamos luchando contra una infodemia pues las noticias falsas se propagan más rápido y más fácilmente que este virus, y son igual de peligrosas.” El jefe de la OMS urgió la cooperación de los prestadores de servicios de comunicación así como de los grandes cadenas informativas y en general de los comunicadores sociales para tratar de contrarrestar la difusión de contenidos que podrían tener consecuencias tan letales como el virus mismo.

Es así como twitter por ejemplo eliminó un mensaje de Nicolás Maduro en el cual desde su cuenta oficial recomendaba un remedio casero contra el nuevo coronavirus. Otro tanto hizo Instagram con Jair Bolzonaro en Brasil quien promovió el acercamiento social al inicio de la pandemia. El peligroso comentario de Donald Trumph, durante una rueda de prensa, sobre la ingesta de lejía “para matar el virus” no llegó a su cuenta de Facebook porque su equipo la desestimó, casi inmediatamente, aunque por desgracia se reportaron casos de envenenamiento en varias localidades norteamericanas. La Biblia enseña que la verdad nos hará libres y -habría que añadir- posiblemente nos también mantenga también con vida.

¡Amanecerá y veremos!

#CrónicasDeCuarentena (41)

AGUA Y COVID (40)

En el mundo más de ochocientos millones de personas no cuentan con una fuente de suministro de agua potable confiable, segura y regular. Cerca de un millón de personas mueren anualmente por enfermedades asociadas a la calidad del agua entre ellas diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis. La cifra resume el calvario que representa para una parte de la humanidad el acceso a agua de manera esporádica o intermitente y el abastecimiento de fuentes contaminadas. La información es particularmente preocupante en virtud que la Organización Mundial de la Salud, a propósito de la pandemia, instruye a la población sobre la necesidad del lavado frecuente de las manos con agua y jabón como una medida vital de prevención.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios OCHA describió en su plan de asistencia a la población venezolana, para el año en curso que “en términos de necesidades, el acceso a agua potable parece ser el tema más problemático, ya que muchas comunidades reciben agua menos de una vez cada ocho días, lo que afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables como son los niños, las mujeres embarazadas y lactantes, y las personas adultas mayores”

La OCHA puntualiza sobre Venezuela que “la prestación de los servicios eléctricos y de agua sigue siendo limitada en el interior del país. Cuando falla la electricidad suele también afectar al suministro de agua ya que las estaciones bombeo no funcionan –y por si fuera poco añade- “persisten dudas sobre la calidad del agua suministrada, especialmente dado que, los cortes de electricidad regulares afectan a las plantas de tratamiento de agua, con consecuencias negativas sobre su calidad y así afectando a los más vulnerables”.

Es frecuente ver en casas de las barriadas y comunidades tambores, tanques y depósitos que son llenados a través de camiones cisternas. Muchas familias se ven en la necesidad de afrontar los costos crecientes de pagar el agua a operadores particulares. El costo de llenar un tanque de mil litros de agua para los requerimientos de un núcleo familiar representa más de un salario mínimo mensual. También es común ver en las calles a personas deambulando con carretillas y carruchas que transportan garrafones, bidones y cuñetes para mitigar la sed y satisfacer las necesidades en el hogar. Diversos entes gubernamentales regionales y municipales desarrollan operativos gratuitos para abastecer a sectores que no disponen del servicio por tubería, pero los mismos resultan insuficientes para cubrir la demanda y enfrentar la emergencia sanitaria.

¡Amanecerá y veremos!

#CrónicasDeCuarentena (40)

Escasez de combustible afecta la cuarentena (39)

La guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia explotó en medio de la pandemia y el valor del crudo en los mercados internacionales marcó mínimos históricos. El acuerdo alcanzado recientemente en la OPEP para limitar las cuotas de extracción y recuperar los precios todavía no surte el efecto esperado de alcanzar un punto de equilibrio que lo coloque por encima de los costos de producción. Hay causas multifactoriales que la COVID-19 ha exacerbado tales como reducción sensible de la demanda, altos inventarios en almacenamiento y costos asociados a los procesos productivos que limitan una drástica contención de la oferta.

En casi todo el mundo los consumidores de los productos derivados se han beneficiado gradualmente del efecto que la caída de los precios del petróleo ha tenido sobre la gasolina, el gasoil, kerosene e incluso, aunque en menor proporción del gas doméstico y vehicular. En México la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo ha solicitado la asistencia del gobierno para evitar el cierre de estaciones que ya no pueden seguir operando a pérdida por la caída de las ventas. En Panamá una treintena de gasolineras se acogieron al cierre temporal por la reducción de la demanda motivado a la restricción de movilidad. En Costa Rica fue autorizada la suspensión del turno nocturno de suministro de gasolina pero los expendedores aseguran que se trata de una medida coyuntural pues disponen de suficiente inventario.

La otrora portentosa industria petrolera venezolana está en estado de postración. Aunque PDVSA achaca los problemas a la aplicación de las “sanciones unilaterales” la verdad es que el deterioro largo y progresivo se asocia con la corrupción y los déficit de caja para inversiones y mantenimiento que han minimizado la capacidad operativa de extracción de crudo y refinación de productos derivados. La gasolina es subsidiada y se comercializa a valor irrisorio por debajo de los costos de importación y distribución. Unas pocas estaciones de servicio funcionan de manera intermitente con custodiada de efectivos militares y vigilancia de funcionarios policiales y son públicas las denuncias sobre venta de combustible de manera irregular, hasta por encima de un dólar el litro.

Por estas calles el racionamiento de gasolina parecía incidir en la efectividad de la cuarentena, lo que se intentó hacer ver inicialmente como un remedio ha resultado peor que la enfermedad. Choferes, motorizados, transportistas de carga y pasajeros se agolpan en torno a las pocas estaciones de servicio habilitadas en un plan de distribución preferencial para determinadas actividades esenciales. En algunas regiones están implementando un programa de suministro basado en el terminal de los números de placas de los vehículos. Hay conductores que pernoctan en torno a las gasolineras y describen que la contingencia es más dramática que la vivida en ocasión del llamado “paro petrolero” del año 2002. Unas pocas gasolineras operan, solo un turno, y la discrecionalidad en el suministro se está convirtiendo en una explosiva situación. ¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (39)

 6 min


Joseph E. Stiglitz, Arjun Jayadev y Achal Prabhala

Imaginemos un mundo donde una red global de profesionales médicos vigila la aparición de nuevas cepas de un virus contagioso, actualiza periódicamente la formulación de una vacuna comprobada y luego pone esa información a disposición de empresas y países de todo el mundo. Imaginemos además que este trabajo tiene lugar sin que haya que preocuparse por cuestiones de propiedad intelectual y sin que monopolios farmacéuticos exploten a una población desesperada para maximizar sus ganancias.

Puede parecer una fantasía utópica, pero de hecho es una descripción de la forma en que se produce la vacuna contra la gripe desde hace cincuenta años. En el marco del Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe de la Organización Mundial de la Salud, expertos de todo el mundo se reúnen dos veces al año para analizar y discutir los últimos datos referidos a nuevas cepas del virus de la gripe y decidir cuáles deben incluirse en la vacuna de ese año. El SMVRG, una red de laboratorios que abarca 110 países y que funciona casi exclusivamente con financiación estatal (y algunos aportes de fundaciones), es un ejemplo cabal de lo que Amy Kapczynski (de la Escuela de Derecho de Yale) denomina «ciencia abierta».

El SMVRG no busca ganancias, sino proteger la vida humana, y eso le confiere una capacidad única para reunir, interpretar y distribuir conocimiento aplicable al desarrollo de vacunas. Quizá esta modalidad se aplicaba sin pensar mucho en ella, pero hoy sus ventajas se están volviendo cada vez más evidentes.

En la respuesta a la pandemia, la comunidad científica mundial ha mostrado una notable disposición a compartir conocimiento sobre posibles tratamientos, coordinar ensayos clínicos, desarrollar nuevos modelos en forma transparente y publicar los resultados de inmediato. En este nuevo clima de cooperación, es fácil olvidar que las empresas farmacéuticas comerciales llevan décadas privatizando y monopolizando bienes comunes de conocimiento con prácticas como tratar de extender su control sobre fármacos vitales por medio de reclamos de patentes infundados, triviales o secundarios y presionar a las autoridades para evitar la aprobación y producción de medicamentos genéricos.

Con la llegada de la COVID‑19, se ha vuelto dolorosamente obvio que ese monopolio cuesta vidas. El control monopólico de la tecnología usada en la detección del virus obstaculizó la pronta introducción de más kits de testeo, así como las 441 patentes de 3M donde aparecen las palabras «respirator» (mascarilla) o «N95» han puesto trabas a nuevos productores dispuestos a fabricar mascarillas de grado médico a gran escala. Peor aún, tres de los tratamientos más prometedores para la COVID‑19 (el remdesivir, el favipiravir y el lopinavir/ritonavir) tienen patentes vigentes en la mayor parte del mundo. Esto es un obstáculo a la competencia y una amenaza a la asequibilidad y el suministro de nuevos fármacos.

Tenemos que elegir entre dos futuros. En el primero, seguimos como siempre, dependiendo de las grandes farmacéuticas, y esperando que algún tratamiento potencial para la COVID‑19 pase los ensayos clínicos, y que aparezcan otras tecnologías de detección, testeo y protección. En este futuro, las patentes darán el control sobre la mayoría de esas innovaciones a proveedores monopólicos que al fijar precios altos obligarán a los sistemas sanitarios a racionar los tratamientos. Sin una firme intervención pública, se perderán vidas, sobre todo en los países en desarrollo.

El mismo problema se repetirá con cualquier posible vacuna para la COVID‑19. A diferencia de la vacuna de Jonas Salk para la polio, que se liberó en forma casi inmediata, hoy la mayoría de las vacunas que llegan al mercado están patentadas. Por ejemplo, la vacuna conjugada PCV13, que protege contra varias formas de neumonía y se administra a los bebés, cuesta cientos de dólares, porque es propiedad monopólica de Pfizer. Y aunque Gavi (la alianza mundial para la vacunación) subsidia parte del costo de las vacunas en los países en desarrollo, muchas personas todavía no pueden acceder a ella. En la India, cada año se registran más de 100 000 muertes infantiles evitables por neumonía, mientras la vacuna le genera a Pfizer ingresos por aproximadamente 5000 millones de dólares al año.

En el segundo futuro posible, nos damos cuenta de que el sistema actual (donde monopolios privados obtienen ganancias a partir de conocimiento que en su mayor parte es producido por instituciones públicas) es inadecuado. Como sostienen hace mucho estudiosos y activistas por la salud pública, los monopolios matan, al negar acceso a medicamentos vitales que en un sistema alternativo (como el que hace posible todos los años la producción de la vacuna para la gripe) hubieran estado al alcance de la población.

Ya hay voces que se alzan para pedir modalidades alternativas. Por ejemplo, hace poco el gobierno de Costa Rica pidió a la OMS la creación de un fondo de licencias voluntarias («fondo de patentes») para la fabricación de tratamientos para la COVID‑19, que permita a múltiples proveedores suministrar nuevos fármacos y diagnósticos a precios más accesibles.

No es una idea nueva. A través de su Fondo de Patentes de Medicamentos, las Naciones Unidas y la OMS llevan años tratando de aumentar el acceso a tratamientos para el VIH/sida, la hepatitis C y la tuberculosis, y ahora han extendido el programa a la COVID‑19. Los fondos de patentes, los premios a la innovación y otras ideas similares son parte de una agenda más amplia que busca cambiar el modo de desarrollo y distribución de medicamentos vitales. El objetivo es reemplazar un sistema basado en el monopolio por otro basado en la cooperación y el conocimiento compartido.

Algunos dirán que la crisis de la COVID‑19 es un caso aparte, o que la amenaza del licenciamiento obligatorio ya es un instrumento suficiente para obtener una conducta apropiada de parte de las farmacéuticas. Pero dejando a un lado a los investigadores personalmente involucrados que no buscan ganancias inmediatas, no está claro que las grandes farmacéuticas entiendan sus responsabilidades. No olvidemos que ante la crisis actual, la primera reacción de Gilead, que fabrica el remdesivir, fue solicitar que se lo califique como «medicamento huérfano», lo que le hubiera conferido una posición monopólica más fuerte y exenciones impositivas multimillonarias. (Después del escándalo que se generó, la empresa retiró la solicitud.)

Llevamos demasiado tiempo creyéndonos el mito de que el régimen de propiedad intelectual actual es necesario. El éxito comprobado del SMVRG y de otras aplicaciones del modelo de «ciencia abierta» muestra que no es así. En momentos en que la COVID‑19 sigue matando gente, debemos preguntarnos si es prudente y moral un sistema que cada año condena en silencio a millones de seres humanos a sufrir y morir.

Es hora de aplicar otra modalidad. De los ámbitos académicos y políticos ya han surgido muchas propuestas prometedoras para la generación de innovaciones farmacéuticas socialmente útiles en vez de meramente rentables. Hoy es el mejor momento para poner estas ideas en práctica.

23 de abril 2020

Traducción: Esteban Flamini

Projecto Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/covid19-drugs-and-vaccine-d...

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​José E. Rodríguez Rojas

Los elementos determinantes del ingreso petrolero tienen plomo en el ala. La producción continuará disminuyendo. La demanda de petróleo global ha colapsado, lo que unido a las sanciones han presionado a la baja el precio de la cesta de crudo venezolana; el cual se ubica actualmente por debajo del costo de producción, por lo que la producción de petróleo es económicamente inviable. El ingreso petrolero tocará mínimos históricos agravando la crisis.

La cuarentena decretada por la mayoría de los gobiernos ha obligado a la población a guarecerse en sus madrigueras, así como al cierre de numerosas empresas. Ello ha provocado un colapso de la demanda de petróleo a nivel global que la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima en 9%. La demanda de crudo se desplomará en 9 millones de barriles diarios. Ante esta caída los principales productores de petróleo OPEP y no OPEP acordaron un recorte de la producción de 10 millones de barriles diarios durante los próximos dos meses. Sin embargo este recorte resulta insuficiente, según la AIE, pues a pesar del mismo los inventarios globales seguirán acumulando un excedente de 12 millones de barriles diarios en la mitad del 2020. Este excedente está poniendo a prueba la logística de la industria petrolera global pues no hay donde almacenarlos. (Cinco Días. 2020).

La situación excedentaria creada por el coronavirus ha hecho que los precios colapsen. El precio del petróleo Brent del Mar del Norte, que es uno de los marcadores de la industria, se desplomó para luego recuperarse, después del acuerdo de los grandes productores; pero a pesar de la recuperación el Brent ha perdido dos tercios de su valor en lo que va del año. El otro petróleo marcador el West Texas Intermediate (WTI) se recuperó después de haber rozado el terreno negativo y se ubica en 15 dólares en el periodo reciente (El País. 2020). La perspectiva en los próximos meses es que los precios permanecerán deprimidos pues el recorte de producción señalado no permitirá drenar el excedente de petróleo existente en el mercado.

El presidente Trump ha prometido acudir en ayuda de la alicaída industria petrolera, por sus implicaciones sobre la producción de crudo en los Estados Unidos. Una salida probable es que la administración Trump y otros gobiernos acuerden comprar petróleo para incrementar sus reservas de crudo, lo cual podría disminuir el excedente de crudo y aliviar la presión sobre los precios. Sin embargo en la actual coyuntura los países petroleros verán su situación fiscal agravada. Los grandes productores como Rusia y Arabia Saudita verán sus ingresos petroleros disminuir y deberán hacer ajustes ante la nueva situación. Estos productores han mantenido su capacidad de producción y luchan por mantener sus cuotas de mercado en los grandes mercados como China.

Venezuela ha confiado en la intervención de la OPEP en el mercado para recuperar los precios y ha descuidado la inversión en la industria, lo cual ha provocado un colapso en la producción que la ha llevado a convertirse un actor marginal en el mercado petrolero. Al inicio del régimen chavista la capacidad de producción se ubicaba en 4 millones de barriles diarios; las informaciones más recientes indican que la producción actual se ubica en 500.000 barriles diarios lo que representa 12% de la capacidad de producción previa al régimen, un desplome cercano al 90% de dicha capacidad.

Los dos elementos que inciden en el ingreso petrolero de Venezuela en el año 2020 tienen plomo en el ala. En los próximos meses la debacle de la producción se agravará, pues la mitad de ésta es generada por las asociaciones de PDVSA con compañías extranjeras, bajo la figura de empresas mixtas. Algunas de estas empresas ya han comenzado a reducir su producción y están en el proceso de retirarse del mercado venezolano. La estadounidense Chevron no recibió la renovación de su licencia para seguir operando en el mercado venezolano, al igual que otras compañías que prestaban servicios, por ello de aquí a diciembre harán sus maletas. La española Repsol hará lo mismo para no ser objeto de las sanciones del gobierno de Trump [Bloomberg.2020(b)]

El segundo elemento que incide en el ingreso petrolero, el precio, se mantiene en niveles muy bajos presionado por la situación excedentaria del mercado y las sanciones del gobierno de los Estados Unidos. El precio de la cesta de crudo venezolana, después de rozar terreno negativo, se recuperó y actualmente se ubica por debajo de los 10 dólares el barril. Estos niveles de precios se ubican muy por debajo de los costos de producción según el economista Luis Oliveros B., agregando que este año el gobierno tendrá el ingreso fiscal más bajo de nuestra historia, si es que se logra obtener algún ingreso en divisas (Oliveros. 2020). Según el economista José Guerra se requiere un precio mínimo de 22 dólares, por debajo de este nivel de precios la producción de petróleo no es viable. Según Guerra si se mantienen los actuales bajos niveles de precios el país es inviable financieramente y debe replantearse si se sigue con el petróleo (Noticiero Digital. 2020). Ante esta situación, según el portal de negocios Bloomberg, el gobierno venezolano esté considerando cerrar pozos petroleros [Bloomberg. 2020(c)].

La situación global puede mejorar en el mediano y largo plazo si el gobierno de Trump y otros gobiernos deciden intervenir, sin embargo es difícil que el precio del crudo venezolano repunte significativamente, pues tiene una tasa de descuento de 20 dólares por debajo del precio internacional, ya que los compradores del crudo venezolano temen ser objeto de las sanciones de la administración Trump [Bloomberg. 2020(a)]. Un reflejo de las dificultades de colocación del crudo local es que actualmente Venezuela tiene cerca de 30 millones de barriles de petróleo almacenados que no tienen compradores [Bloomberg. 2020(c)].

La reducción del ingresos petrolero a mínimos históricos complicará la crisis económica pues el gobierno carecerá de las divisas para importar alimentos para los sectores más vulnerables de la población, como lo ha hecho en años previos, lo cual agudizaría aún más la crisis alimentaria y la tensión política. Por otro lado tampoco podrá importar gasolina para el parque automotor atizando la crisis de transporte. Ante estas restricciones será tentado a instrumentar políticas populistas como la emisión de dinero sin respaldo incrementando la inflación que se venía reduciendo.

Referencias

Bloomberg. 2020 (a). Maduro says oil Price crash is a “brutal blow” to Venezuela. 12 de marzo.

Bloomberg. 2020 (b). Chevron effectively barred from producing oil in Venezuela. 21 de abril.

Bloomberg. 2020 (c). Why one of the world’ s largest oil suppliers might be shutting wells. 25 de marzo.

Cinco Dias. 2020. La AIE advierte de que hay demasiado petróleo incluso para almacenarlo. 15 de abril.

El País. 2020. El petróleo Brent se recupera tras registrar mínimos de 1999. 22 de abril.

Noticiero Digital. 2020. Venezuela puede quedar inviable financieramente, advierte José Guerra. 21 de abril.

Oliveros B., Luis. 2020. Venezuela y sus tres crisis. El Nacional, 24 de abril.

Profesor UCV

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Edgar Benarroch

A finales de la Segunda Guerra Mundial, el dólar de los Estados Unidos de Norte América sustituyó a la libra esterlina como moneda del comercio mundial y conjuntamente con el oro surge como respaldo del resto de las monedas del mundo. Desde entonces se acepta sin discusión el dólar de los EE.UU. y el oro como sustento de las monedas de los países.

En nuestro caso, el único organismo con autorización para emitir dinero es el Banco Central de Venezuela -BCV-, que hasta que llegó Chávez era autónomo e independiente para evitar que nuestro signo monetario tuviera atado a las vicisitudes de la administración ejecutiva y de la política partidista. Pero como hemos dicho, Chávez transformó el ente emisor en una oficina más de Miraflores y esto es tal vez la raíz de los inmensos males de nuestra economía y finanzas, amén de la disparatada y desacertada administración. Si existiese un BCV independiente y autónomo a lo mejor las cosas fueran distintas.

No se debe emitir dinero sin respaldo, es una locura, debe estar afianzado por el dólar o por el oro y tomando muy en cuenta la producción nacional y los precios. Como el BCV está pintado en la pared, solo recibe órdenes del Presidente usurpador y éste cuando se le ocurre ordena tirar billetes y monedas a la calle en la cantidad que le parece, sin ningún respeto a la relación que debe existir con el dólar, el oro, la producción y los precios del mercado, es decir, como algunos lo han calificado, " dinero electrónico" sin respaldo alguno, es lo que se conoce como dinero inorgánico. El dinero inorgánico es abono altamente fertilizante donde florece la inflación (bien señalada como el cáncer de la economía) y este régimen aún no lo entiende a pesar de ser las primeras lecciones de economía y finanzas. Emitir dinero a la bartola para crear sensación de abundancia es una barbaridad cuyas terribles consecuencias se dejan sentir muy profundamente en la encomia del país. Sino se respetan las leyes de la economía y particularmente las monetarias de seguro se cae en un abismo como en el que estamos. Salir de él es posible, necesario y urgente pero será con ajustes y reajustes que generalmente exigen alta cuota de comprensión a todos por los amargos que son .

Algunas normas de la ciencia económica y del mercado están contenidas en la elemental "Ley de la oferta y la demanda". Ella indica que la oferta es inversamente proporcional a los precios, es decir, a mayor oferta menor precio y a menor oferta mayor precio, mientras que la demanda es directamente proporcional, a mayor demanda mayor precio y a menor bajos precios. Como se puede deducir la producción de bienes, la productividad y la competitividad en precio y calidad tienen una alta relevancia en esta relación y por ello, hasta hoy, es el mecanismo de controlar con eficacia la inflación. Si tenemos alta producción, productividad y somos competitivos, tanto que se satisfaga el reclamo interno y si es posible existan excedentes para exportar, la inflación se mantiene controlada y se aleja, además los precios en el mercado se estabilizan adecuadamente. Este tema el régimen lo ha manejado desastrosamente mal.

El dinero es un bien y como tal está sujeto a las leyes de la economía y muy particularmente a las monetarias. Hemos visto en los últimos días un crecimiento brutal del costo del dólar, ¿por qué?

Entre otras variables pienso por la bajísima producción de petróleo (menos de 500.000 barriles diarios) y el descenso estrepitoso de su precio, pero también por el cerco y persecución al narcotráfico que tienen montado los EE.UU. y sus aliados en los límites de nuestras costas y en el espacio aéreo. Estas circunstancias han producido que haya menos "verdes" en circulación y como hemos dicho que a menor oferta mayor precio, ahí puede estar la explicación, al lado de otras barbaridades cometidas. Esto se agudiza porque nadie tiene confianza en el bolívar (lo pulverizaron) y no existe ningún incentivo al ahorro (en tiempo de inflación nadie ahorra en moneda local) y entonces la manera de más o menos cuidar lo que se tiene es comprando divisas, en este caso dólares, para mantener en alguna medida la capacidad adquisitiva y ser previsivo, es decir, aumenta la demanda y el precio sube. Se dan las dos variables para el aumento del dólar, menor oferta y mayor demanda. A lo anterior se le suma, para mayor incidencia, el descenso registrado este mes de las remesas que venezolanos en el exterior envían a sus familiares y amigos residenciados en el país que colabora en la contracción de la oferta.

Se requiere de urgencia replantear todo el país pero de manera muy particular el manejo del dinero, la política monetaria, sus instituciones y gobernanza, el funcionamiento y competencias del BCV y todo ello pasa por un nuevo gobierno distinto y mejor.

Dijo el Papa Pío Xl en su encíclica Cuadragésimo Anno "Dominio ejercido de la manera más tiránica por aquellos que, teniendo en sus manos el dinero se apoderan también de las finanzas...". Este régimen dispone del dinero, aunque ahora menos, de la renta petrolera y se apoderaron hace tiempo de las finanzas y manejan el BCV a su antojo que siempre es equivocado, es su caja chica o grande.

Lo que hemos señalado es muy importante, aunque no es todo el problema. Nuestra problemática no es solamente económica-financiera, es también con mucha intensidad social, cultural, política y moral. Estamos en presencia de una grave crisis integral que afecta negativamente al hombre, a todos los hombres y al país. Esta dolorosa situación reclama la UNIÓN de nosotros y de las organizaciones de toda naturaleza para superarla cuanto antes que debe ser YA. El tiempo que inexorablemente transcurre sin la unión nuestra se lo damos al régimen para que continúe con el deterioro de la nación.

YA ESTÁ BUENO YA.

 4 min


Mariza Bafile

El Covid-19 entró en nuestras casas con la fuerza de una tormenta. Y no solamente para infectarnos sino también para revolucionar nuestras rutinas y nuestra cotidianidad. Nos ha obligado a un encierro inimaginable hace solo pocas semanas. Si bien para la mayoría de las personas la prohibición de salir a la calle signifique un cambio en la manera de trabajar, de ocuparse de los quehaceres domésticos, de comunicar con parejas, familiares y amigos, para otros el encierro se puede transformar en un verdadero infierno.

En todos los países, sin excepción, está aumentando la violencia doméstica. Crece el número de mujeres, niñas, niños y adolescentes, quienes están expuestos a la agresividad de padres, maridos, amantes, hermanos. El encierro obligatorio, muchas veces agravado por la incertidumbre del futuro laboral, exacerba el malhumor, favorece un mayor consumo de alcohol y por lo tanto desemboca fácilmente en violencia. Como declaró a la agencia Efe la directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, Maria-Noel Vaeza, era previsible el aumento de la violencia hacia mujeres y niñas ante «el hecho de que el hombre no tenga acceso a fuentes de trabajo, tenga mayores frustraciones por no poder proveer para su familia, y carezca de distracciones como el deporte».

La Directora Ejecutiva de Onu Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka, llamó esta realidad “la pandemia en la sombra”. Según datos de Onu Mujeres así como de las autoridades gubernamentales y las organizaciones que se dedican a ayudar a las mujeres y a los menores víctimas de violencia, las denuncias de violencia doméstica crecieron prácticamente en todo el mundo, desde Europa hasta Estados Unidos, América Latina, China, Australia. Si consideramos las cifras de quien no se atreve o no puede denunciar, entenderemos que el fenómeno tiene dimensiones aterradoras.

En su declaración la Directora Ejecutiva de Onu Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka subraya: “En los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental. Y, con el avance de la pandemia del Covid-19, es probable que esta cifra crezca con múltiples efectos en el bienestar de las mujeres, su salud sexual y reproductiva, su salud mental y su capacidad de liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías, y de participar en ella”.

Phumzile Mlambo-Ngcuka explica que la mayoría de las mujeres que sufren violencia no denuncian el delito y del 40 por ciento que se atreve a hacerlo solo el 10 por ciento acude a la policía. “Las circunstancias actuales – agregó la Directora Ejecutiva de Onu Mujeres – complican todavía más la posibilidad de denunciar, lo cual incluye las limitaciones de las mujeres y las niñas para acceder a teléfonos y líneas de atención y la alteración de servicios públicos como la policía, la justicia y los servicios sociales”.

Paralelamente Onu Mujeres alerta sobre las consecuencias que tendrá la crisis económica que parece inevitable a nivel mundial, en los sectores más vulnerables y en particular sobre las mujeres. Muchas trabajan en sectores como el turismo o la restauración, que ya están resintiendo los efectos del cierre de las ciudades y de los viajes, y muchas otras en la economía informal.

Considerando que, en los hogares, la mayoría de las mujeres se ocupa del cuidado de ancianos y niños, también es muy difícil la situación que viven quienes están obligadas a salir de sus casas para asegurar salud y bienes de primera necesidad a las poblaciones. Y no son pocas.

La Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres Anita Bhatia dijo que: “según algunas estimaciones el 67 % de la fuerza de trabajo sanitario mundial corresponde a mujeres”.

A pesar de su esfuerzo y dedicación las mujeres están prácticamente excluidas del proceso de diseño y ejecución de la respuesta frente a la pandemia. Según Anita Bhatia esa realidad refleja la diferencia de participación entre hombres y mujeres en los órganos de toma de decisión, ya sean los gobiernos, parlamentos, gabinetes o corporaciones.

Muchos analistas, desde sus diferentes especialidades, están estudiando el momento actual para delinear la incidencia que puede llegar a tener en las sociedades e “imaginar” nuestro futuro. Hay previsiones optimistas y pesimistas, hay quien cree que este momento de pausa forzada nos ayudará a valorar más algunos aspectos de la vida como la amistad y la solidaridad, y que mejorará nuestra relación con la naturaleza y otros que prevén un recrudecimiento de sentimientos negativos como el nacionalismo, la xenofobia y el miedo al otro.

Imposible saber ahora como reaccionará la humanidad. Esperamos que acierten los optimistas, que, cuando de nuevo podremos reanudar la vida de siempre, podamos hacerlo con la consciencia de la necesidad de vivir en un mundo con una globalización más humana, más solidaria, más respetuosa del medio ambiente y de los animales.

Y esperamos que en ese nuevo contexto las mujeres logren tener el lugar que merecen, sin discriminaciones y sin violencia impune.

Abril 13, 2020

@MBAFILE

ViceVersa

https://www.viceversa-mag.com/la-pandemia-en-la-sombra/

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Daniel Lara Farías

Hemos decidido creerle a los que callan, cuando explican que su silencio se debe al miedo y no a la complicidad.

Por eso, no le exigimos a los dirigentes políticos venezolanos que nos expliquen por qué hemos tenido que soportar que la justicia de otros países sea la encargada de llamar criminal al régimen criminal. Por eso, nos hemos negado como sociedad a preguntarnos al menos, por qué tantos años de silencio.

Es como si se hubiese pactado no hacer preguntas, no exigir respuestas.

Una trama gigantesca de narcotráfico y legitimación de capitales en el estado Falcón. Ese estado escoge doce (12) diputados a la Asamblea Nacional, siendo opositores desde 2015 ocho (08) de esos doce (12). Ninguno de los ocho diputados opositores ha abierto jamás la boca, ni escrito una carta, un artículo o asomado una sospecha siquiera sobre el tema del narcotráfico en esa región.

En el estado Sucre, desde hace décadas el narcotráfico se apoderó de la vida económica, de las calles, de las embarcaciones, de la pesca, de la navegación. De los diez (10) diputados de la región, seis (06) son opositores. Varios de ellos, declaradores de oficio: se les ve al menos una vez por semana hablando de lo humano y lo divino en prensa, redes, etc. Del narcotráfico, ni una palabra.

Como si el tema no existiese.

Silencio como norma.

Pero es que cada sociedad tiene los políticos que ella misma se forjó. El mismo silencio que consigue un periodista cuando va a San Juan de las Galdonas, en el municipio Arismendi del estado Sucre, es el mismo silencio que se guarda en Bolívar o en Porlamar o en Carirubana o en Maicao. Una sociedad que decidió callar, y en casos donde el problema hizo gangrena, se pasó del silencio a la colaboración abierta o velada.

No traigo a colación el caso de San Juan de las Galdonas por casualidad. Es que esa población, ese municipio y ese estado, son paradigma de la pérdida territorial que la Nación sufre, con el narcotráfico y las mafias como victimarios. Allí, en ese municipio, se han vivido guerras a tiros que han durado días, semanas, en rencillas entre los capos que dominan la zona. Un joven alcalde, Enrique Franceschi, fue asesinado a puñaladas en su casa y después de matarlo físicamente, lo mataron moralmente hablando de un caso pasional. Luego, lo mataron históricamente al no hablar nunca más de su caso. Ni su propio partido, Acción Democrática, lo nombra.

¿A que se debe ese silencio?

¿Por qué en época electoral salen dos candidatos por partido, pero nunca se habla del tema de fondo, que es el control territorial y económico, para no hablar del militar y policial, del narcotráfico en el país?

Es más sencillo de lo que parece: porque así como la señora que vende empanadas en la orilla de la playa en Puerto Santo prefiere callar sobre el tema porque sus dos hijos son lancheros del narco, de la misma manera preferirá al político que se calle sobre el tema. Y el político calla, pues comprende la situación. Porque quizás sus hijos, hermanos, compadres o financistas están tan metidos en el narcotráfico como los hijos de la empanadera.

Mientras tanto, pobladores de las costas de Sucre cuentan por cientos la cantidad de lancheros oriundos de la región presos en cárceles europeas por delito de tráfico de drogas.

Y esa es otra evidencia de la que no se habla en Venezuela.

Y ahora ¿Qué hacemos con la verdad?

Es ahora cuando la sociedad, responsablemente, tiene que empezar a mirarse a sí misma de forma crítica. Se ha construido un Narcoestado a la vista de la sociedad. El silencio ha sido el cemento que ha unido los ladrillos de esa construcción infame. La vista gorda causó lo de siempre en estos casos, sea en Zulia, Falcón, Carabobo o Sucre.

Sea el caso Vargas, con Carneiro como gobernador y líder del cartel de los soles y con sus secuaces bien engranados en la administración regional, con las guerras entre bandas que dejaron en el camino a alguien que se le alzó: El “Pastor” Freddy Romero, ex “pran” de El Rodeo conocido como Alias Kike. Su cuerpo apareció quemado en una carretera mirandina después de pelearse con Carneiro. Para controlar el poder de Carneiro le mandaron nada más y nada menos que al hermano de Clíver, Carlos Alcalá Cordones. Llegó a ser alcalde un período. Y allí sigue Carneiro mandando.

Lo de Carabobo es no solo silencio, sino también amnesia. Porque la construcción del poder del narcotráfico en ese estado, al igual que en Vargas, tuvo un desarrollo lento pero sostenido de más de cuarenta años. Empresas fachada, prósperos empresarios de las traganíqueles, de la construcción, de la aviación y del sector comercio, nunca fueron rechazados ni en el Jockey Club ni en el Aeroclub de Valencia ni en la intensa vida social de la región. Hoy veremos cómo aparecerán amnésicos de ayer echando el cuento a su manera, culpando a otro y desviando la atención de la realidad: una clase política de todo color y de toda posición obvió, silenció y hasta participó en la construcción del poder del narcotráfico en la región.

Y así en Falcón, territorio que desde tiempos coloniales ha vivido del contrabando hacia y desde las islas holandesas. Y en Zulia, donde ningún político opositor ha hablado jamás de la Familia Meleán y sus actividades, ni de la legitimación de capitales a través de la compra a asediados propietarios de fincas, fundos y haciendas a precios viles, impuestos por la ley del fusil.

De eso no hablará jamás ningún dirigente del Nuevo Tiempo de Rosales, que estuvo desde 2000 hasta 2017 en el poder estadal y municipal zuliano. Tampoco hablará la Primero Justicia de los Guanipa, que llevan 30 años haciendo política en la región sin hablar de narcotráfico.

Ni lo dirá Voluntad Popular, el partido de Lester Toledo en la región. Faltaba más.

¿Ha escuchado usted al gobernador “opositor” de Nueva Esparta, decir una palabra sobre el narcotráfico que opera en la isla a sus anchas, colocando cocaína y marihuana de origen colombiano en territorio europeo, como indican reportes oficiales de autoridades de este continente? ¿Lo ha escuchado hablar de la presencia de radicales islámicos de Hizbollah, afincados en la isla desde al menos 1997? ¿Escuchó hablar del tema al gran jefe indio de la ínsula, Morel Rodríguez, gobernador en siete oportunidades de la región?

Pero más importante aún es esta pregunta: ¿Exigió usted, ciudadano de Carabobo, Falcón, Vargas, Nueva Esparta o Zulia, o de cualquier lugar de Venezuela, respuestas ante el avance del narcotráfico?

¿Usted tampoco lo vio?

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