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Opinión

Escribió Pablo de Tarso en su Carta a los Corintos: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra prédica, vana también es nuestra fe” (....) . Palabras muy claras las del Apóstol. Si Cristo no hubiera resucitado entre los muertos, la que Pablo estaba fundando habría sido una simple religión de la muerte. Pues la esencia del cristianismo reside según Pablo no en la crucifixión sino en la resurrección, punto que marca el triunfo de la vida por sobre la muerte.

El milagro de la tumba vacía y la reaparición de Jesús frente a María Magdalena “y la otra María” precede su ascenso hacia el reino de los vivos y no hacia el de los muertos. Significa: después de su muerte Jesús continúa viviendo. O dicho en habla popular: “Cristo vino para quedarse”. ¿Dónde? En cuerpos humanos, tan humanos como había sido el cuerpo de Jesús.

La resurrección de Jesús no fue -lo dicen los evangelios- incorpórea. No fue la aparición de un fantasma sino la de un ser viviente, punto en el que insiste el evangelista Lucas: “El Señor resucitado podía ser tocado y podía comer”. En ese punto coinciden todos los sinópticos: Cristo no fue reconocido por sus discípulos en una primera instancia. Ni siquiera por Magdalena. Incluso, los dos discípulos a los que primero apareció caminaron y hablaron con él durante bastante tiempo sin saber quien era (Lucas 24: 13-12) Todo así lo indica: Cristo regresó transfigurado, es decir, reaparecido en otras figuras. Solo después de hablar y de acuerdo a su palabra (Logos) era reconocido plenamente. Pedro el testarudo, tuvo incluso que palpar sus heridas.

La resurrección de Cristo no venía del pasado sino de otro lugar y de otro tiempo.

Interpretando la metáfora bíblica podríamos decir que más allá de los cuerpos, el reaparecimiento de Jesús sobre la tierra se dio a través de sus palabras dichas por bocas que no eran igual a la suya. La resurrección es una aparición no incorpórea pero si transfigutaroria. La resurrección de Cristo es su palabra, la palabra de Dios, pronunciada por figuras distintas a las que asumió él en esta tierra.

Lo he repetido mil veces: para leer las Sagradas Escrituras hay que usar armas poéticas. Quien quiera entenderlas de modo literal, no habrá leído nunca la Biblia. Sin embargo, hay excepciones. En algunos capítulos el relato (o significante) coincide literalmente con sus objetos (o significados). En el caso de la resurrección, Cristo resucita no en su cuerpo sino en otros cuerpos pero al mismo tiempo sigue siendo Cristo. El mensaje entonces está claro: Cristo no resucita en sí mismo sino transfigurado en la figura de otros quienes al vincularse con Cristo pasan a formar parte de un nosotros. Cristo continuará viviendo en la materia humana. No en toda por supuesto. Pero sí en aquellas que abren su cuerpo y su alma “al camino, a la verdad y a la vida”, las tres palabras con las que definió su presencia en el mundo, según Juan (14:6)

Camino, verdad y vida. Vale decir: en todos aquellos seres que luchan por encontrar el sentido (camino) de la vida, por imponer la verdad por sobre la mentira y a la vida por sobre la muerte, resucita Cristo, transfigurado en diferentes cuerpos. La resurrección de Cristo, dicho así, no representaría solo una historia, algo que solo sucedió en una fecha y en un lugar determinado. Cristo no habría venido del pasado reciente. Cristo viviría en un permanente presente, muriendo y resucitando alrededor y dentro de nosotros. No otro es el sentido paulino de la transustanciación​: al comer el pan (carne de Cristo) y beber el vino (sangre de Cristo) integramos (poéticamente) a Cristo en nuestra corporeidad y así somos nosotros y somos Cristo al mismo tiempo, de igual modo como Jesús era Hombre y Dios a la vez. La resurrección en una (re) incorporación.

En otra frase: la incorporación de Cristo en nosotros es la resurrección de Cristo en nosotros y con eso dejamos de ser lo que éramos antes de vivir con Cristo. Y como Cristo después de su muerte, viviremos resucitando entre los mortales, en alguna de nuestras palabras, en nuestros gestos, en nuestros errores y aciertos. El ser humano -perdóneseme la herejía- después de haber recibido la revelación está condenado a ser el mesías de sí mismo, su propio redentor. El ser humano es el que resucita en otros cuerpos, en otras carnes, en otras sangres. Somos, pienso yo, los eternos resucitados. No idénticos a Jesús, pero sí, al igual que él, sobrevivientes de una eternidad que nadie -salvo Jesús- sabe donde ésta.

Resucitamos, luego existimos. No somos más que transfiguraciones que vienen de un tiempo y de un lugar que no es el aquí ni es el ahora, aunque sin ese aquí y ese ahora nada puede (re) aparecer.

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2020/04/fernando-mires-resurreccion.htm...

 3 min


Maxim Ross

A juzgar por los datos actuales el virus le ganó la batalla a la humanidad, no tanto porque cuantifiquemos el número de personas afectadas o fallecidas, sino porque ha demostrado cuan poco estamos preparados para una crisis que no se origina en los humanos o en sus instituciones como estábamos acostumbrados, pues nos ha arrebatado todas las armas que tenemos para enfrentarlas. Por esta razón, las comparaciones con las anteriores, desde la Gran Depresión hasta la ultima financiera de 2008, inclusive con los datos que la comparan con la Gripe Española o la Influenza, u otras no creo sean de gran ayuda, pues ni gobiernos ni sus sistemas auxiliares de salud han respondido en proporción al fenómeno.

Los resultados hasta ahora han sorprendido al mundo entero, no solo por el hecho en sí de números alarmantes, sino porque nos dejó con, prácticamente, la única solución de “salir corriendo” y quedarnos en casa, colocando a la humanidad en el ya conocido dilema de escoger entre la salud y la comida. Dejó desamparada a la sociedad del conocimiento, de las telecomunicaciones, del internet y del “social media”. Nada más y nada menos. Parecía que teníamos mucho, pero no tuvimos nada para defendernos ante la urgencia y la magnitud del acontecimiento.

Si se examinan los casos ocurridos en varios países sorprenden las respuestas, desde la solución de cerrar completamente a una ciudad de 11 millones de habitantes, hasta ver señales de “distancia social” colocadas en los pisos de un mercado. Asistimos a declaraciones de especialistas en las que, casi, se prometía una vacuna en tiempo récord y ahora sabemos que será cosa de un año. En realidad, diría: ¿no sabemos?

Si lo que se dice es verdad y el virus se originó porque una gente sigue alimentándose con animales que lo poseen y lo contagian y, muy posiblemente, continuaran haciéndolo, me pregunto si las respuestas que se andan asomando por allí, de la necesidad de un nuevo orden mundial para atacar la próxima crisis o la que ofreció la Organización Mundial de la Salud o las muy distintas en eficacia o improvisación de muchos gobierno, me pregunto, repito, si estaremos a salvo de una nueva arremetida.

Tengo la impresión de que efectivamente no está la humanidad, insisto sus instituciones locales, dígase el Estado o los gobiernos o las internacionales, preparada para eventos de esta característica, pero también estos se me parecen mucho a los que día a día nos enfrentamos con protestas, exigencia de reivindicaciones, democracias y Estados fallidos, ante los cuales como que tampoco lo estamos. Quizás, esta crisis inédita nos está enseñando que ha llegado la hora de poner en “tela de juicio” las instituciones que tenemos hasta ahora.

 2 min


Edgar Benarroch

Cuando esta espantosa pandemia pase, ojalá sea lo más pronto, aunque los científicos y estudiosos sostienen que se trata de dos o tres meses siempre que respetemos y practiquemos las instrucciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nada será igual, no volveremos a nuestra diaria rutina de inmediato. La pérdida de vidas humanas será alarmante, ya lo es, y las consecuencias económicas, financieras y sociales serán gravísimas. Los efectos de este mal son planetarios, todos los países del mundo quedarán severamente afectados y necesario será tomar medidas adecuadas, generalmente dolorosas, para restablecer la normalidad, ello puede tomar un semestre o todo un año.

Existen países cuya estabilidad general les permite soportar y superar en menor tiempo las desastrosas consecuencias de este mal, pero hay otros donde estamos nosotros a la cabeza, donde todo será mucho más complicado y difícil , más no imposible.

Este virus que popularmente conocemos como coronavirus o Covid 19 y que Vargas Llosa llama sin edulcorar y con razón "virus chino", nos encuentra en una situación extremadamente crítica y dramática: Nuestra economía y finanzas -pública y privada- están destrozadas, la súper hiper inflación, la más alta del planeta, empobrece la totalidad del pueblo, la cuenta "Reservas del Tesoro" se encuentra en su peor nivel de los últimos treinta años, la deuda pública interna y externa es alarmante y preocupante-estamos endeudados como nunca-, la gallina de los huevos de oro, PDVSA, al borde del colapso total, nuestro parque industrial, uno de los más importantes de Latinoamérica, desapareció y ahora es un cementerio de galpones vacíos, pesa sobre el país sanciones restrictivas internacionales muy serias y ahora con el brusco descenso del precio del barril de petróleo (de lo que dependemos casi en exclusividad ); podemos imaginarnos los efectos de esta pandemia. Podemos decir que estamos en una "Tormenta Perfecta" que nos puede llevar a niveles insospechados sino actuamos a tiempo y con inteligencia. Todo esto que presentamos, después de ser uno los países más rico del mundo, es causado por este régimen que se encargó de dilapidar, mal gastar y usar indebidamente los cuantiosos recursos que ha recibido, nunca antes como ahora, y ha destrozado todo lo que marchaba bien y profundizado lo malo. Ni siquiera se tuvo la elemental responsabilidad de ser previsivo para cuando viniera la época de las "vacas flacas" como la que tenemos. Se dedicaron a bailar y gozar los ingresos del país. En buena parte del mundo la tormenta será eso, una tormenta, pero en nuestro caso será o ya es "perfecta". Tengo como signo de vida ser optimista, abrigar siempre esperanza y tener mucha fe, pero lo que este tiempo nos indica es que lo que viene será más serio de lo que imaginamos y debemos estar atentos y si es posible preparados.

Nuestra nación requiere de urgencia ser atendida y dirigida por los mejores, los más inteligentes, los que tienen conciencia que la política es para servir con eficiencia al pueblo, para poder salir de este catastrófico atolladero en que nos encontramos. Para que ello sea posible y ojalá lo sea, es necesario que el régimen lo entienda y de paso. Es necesario ponernos de acuerdo para llamar a elecciones generales cuanto antes y así reinstitucionalizar el país y elegir nuevas autoridades que deben de inmediato convocar a un gran entendimiento nacional para atender debidamente esta tormenta cuyos estragos pueden ser devastadores en todos los ámbitos, ambientes y sectores.

Ya tenemos bastante tiempo mal, muy mal, pero por lo que ocurre todo puede empeorarse mucho más y llegar a tiempos de desesperación y angustia colectivas no conocidos. Creo estamos en la puerta de una inmensa depresión económica, la peor en los últimos cien años, con las gravísimas consecuencias sociales que ello trae consigo.

Dios quiera que a la gente del régimen les quede un resto de alma y le llegue la luz divina que los oriente e incline a reflexionar, a conversar y llegar a acuerdos para entre todos, los mejores y potables, hacer frente a este gravísimo tiempo. Dios quiera también se de la coincidencia que sería la vía adecuada y civilizada para atender con éxito este serio momento. Es necesario que de lado y lado se aparten los extremistas para poder encontrarnos en el centro y desde allí concebir una estrategia adecuada y elaborar un macro programa de reconstrucción nacional. Creo la oposición está ganada para conversar, ojalá los del régimen hagan lo propio y empecemos todos en los ajustes y reajustes necesarios y urgentes.

Cito al régimen porque es un factor y muy importante, desconocerlo sería una inmensa torpeza política. Cuando alguien nos secuestra un ser querido, Dios nos libre, necesariamente tenemos que hablar con el secuestrador para resolver con satisfacción lo que nos acontece y preocupa . Pues ellos tienen secuestrado al país y eso tenemos que resolverlo. Sé que muchos no desean que se dialogue con el régimen, pero no tenemos alternativa sana que no sea esa. Sé también que el diálogo ha fracasado varias veces por la indisposición del régimen, pero en ello debemos insistir si queremos salida sin sangre humana derramada en el pavimento. En ese posible acuerdo, si se da, en necesario dar para aspirar a recibir y así entre todos (siempre con los buenos que son mayoría) reconstruir el país.

Dios, nuestro Santo Señor, bendiga a Venezuela y al mundo.

 4 min


Antonio Di Giampaolo

VOLVER AL FUTURO DE LA PANDEMIA (27)

El multimillonario Bill Gates en su mansión de Seattle y Rosaura Rodríguez, una risueña buhonera de la redoma de Petare, aunque parezca paradójico y salvando las distancias, comparten una angustia similar frente a la pandemia. Cierto que sus preocupaciones son distintas porque como alguien dijo, a propósito de estos tiempos, “si bien todos enfrentamos la misma tormenta no es verdad que navegamos juntos en el mismo barco”.

El fundador de Microsoft pronosticó 2015 durante una conferencia de “Tecnología, Entretenimiento y Diseño” que el mayor riesgo de una catástrofe mundial no sería una guerra con misiles nucleares sino un terrible contagio por microorganismos. Más recientemente el magnate y filántropo anunció la donación de cien millones de dólares de su fundación destinados a un fondo especial para desarrollar antivirales y terapias anticuerpos frente a la pandemia.

Entre tanto, mascarilla en boca, la afable buhonera atiende su puesto en Petare, lidia diariamente para llevar el sustento a la casa y batalla con las limitaciones de transporte, la falta de gas y la escasez de agua. Atareada con los quehaceres del hogar, en su humilde vivienda, sigue con atención las informaciones sobre el nuevo coronavirus que ha desatado una emergencia sanitaria global. Sus pequeños ya no van a la escuela desde que suspendieron las clases y su pareja, cuando empezó la cuarentena, dejó de ir al trabajo en restaurante en el que laboraba como mesonero.

Como si se tratara un episodio de la saga “volver al futuro” mucho de lo que hoy le pasa a Rosaura, y a miles de millones de personas en todo el mundo, fue abordado en octubre del año pasado en Nueva York, un mes antes que el nuevo coronavirus irrumpiera en la metrópolis asiática de Wuhan, durante una actividad denominada “Evento 201” y en el cual se desarrolló un ejercicio de simulación de escenarios y estrategias ante la eventualidad de una catástrofe global motivada por una pandemia. El encuentro fue auspiciado por El Centro Jhons Hopkins para la Seguridad de la Salud, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates. En la mente de muchos puede caber una duda: ¿Casualidad o causalidad?

¡Amanecerá y veremos!

LAS MATEMÁTICAS DE LA COVID-19 (26)

Últimamente se ha vuelto común ver a las autoridades mostrar tablas, gráficos y estadísticas sobre el curso de la pandemia desatada por el nuevo coronavirus. Los expertos evalúan datos, índices y porcentajes para analizar la marcha de las ejecutorias y políticas públicas a objeto de ponderar la respuesta ante la enfermedad y predecir escenarios de impacto.

Se habla de aplanamiento de la curva cuando los números expresados en un gráfico muestran un comportamiento lineal. Se valora el impacto de las cifras, que siempre son angustiantes, en comparación al tamaño de la población para determinar si el nivel de infectados, fallecidos o recuperados es alto, medio o bajo en proporción a la cantidad de habitantes de la localidad, región o país que es objeto de análisis.

Los modelos matemáticos desarrollados para analizar la pandemia se alimentan de los datos que las autoridades suministran y en torno a ellos puede haber deficiencias, inexactitudes o imprecisiones u omisiones que responden a criterios políticos, limitaciones de recursos, aplicación de métodos y estrategias, y a las características de los sistemas sanitarios de los que disponen. Todo ello incide en la confiabilidad de la evaluación que pueda hacerse y en la adecuada o errada decisión que se implemente.

Un país podría sostener que registra pocos casos por el hecho que no efectúa las pruebas suficientes o porque acusa a otras causas distintos fallecimientos. Resulta evidente que en China, por ejemplo, se encubrió lo que ocurría en Wuhan hasta que las personas se desvanecían en las calles y los infectados morían en la puerta de los hospitales. Algo similar aconteció en nuestras latitudes cuando la emergencia sanitaria rebasó la capacidad de respuesta en Ecuador.

Bien se podría aplicar, a propósito de la pandemia, la frase del prócer estadounidense Abraham Lincoln en el sentido de que “no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”. El uso de datos y cifras puede emplearse con la aviesa intención de tergiversar la realidad. Es muy importante que más allá de mirar las tablas y los gráficos evaluemos las cifras y los índices que componen los logaritmos. Para otorgar credibilidad a lo que se sostiene se recurre a la frase del prominente filósofo y matemático griego Pitágoras quien sostuvo que “Dios habla a través de los números” entonces es oportuno que prestemos atención y escuchemos.

¡Amanecerá y veremos!

LA VIGILANCIA SOBRE LA PANDEMIA (25)

En medio de la pandemia con frecuencia ponemos atención a los números crecientes de contagios y de fallecimientos, y a las informaciones sobre los centros asistenciales abarrotados o a las terribles imágenes de personas fallecidas en las calles y los entierros en fosas comunes. Pero todo lo que hoy nos conmueve tiene su origen en jornadas y semanas anteriores a lo largo de las cuales quizás no se ejecutaron adecuadamente las medidas preventivas o los mecanismos de supervisión y control no pudieron implementarse satisfactoriamente en el curso del brote de la enfermedad.

Un aspecto de la vigilancia epidemiológica se basa en poder efectuar la mayor cantidad de pruebas de diagnóstico y valorar la relación de esa cifra con la proporción numérica por millón de habitantes. Es así como Estados unidos ha realizado dos millones setecientas mil de pruebas lo cual representa ocho mil exámenes por millón de habitantes, mientras que la República de San Marino, enclavada en el norte de Italia, ha efectuado solo menos de mil pruebas pero ello supone veinticinco mil exámenes por millón de habitantes. El caso más eficiente parece ser Islandia, al sur del círculo polar ártico, que ha logrado realizar treinta y cinco mil diagnósticos lo cual representa ciento un mil test por millón de habitantes. Las estadísticas se ofrecen en base a reportes oficiales de los organismos gubernamentales.

Venezuela fue uno de los países de América Latina y el Caribe que asumió inicialmente la imposición de la cuarentena total, en lugar de un plan gradual o parcial adoptado por otros, cuyo cumplimiento ha resultado severo, más que por la actuación de las autoridades policiales y militares, debido al drástico racionamiento de combustible que ha influido notablemente en la movilidad de la gente. Lamentablemente la inexistencia de combustible está impactando también la producción y distribución de bienes, y el cumplimiento o el desarrollo de actividades esenciales.

Según las cifras oficiales en Venezuela se han practicado ciento ochenta mil pruebas lo que supone un índice en el orden de seis mil trescientos diagnósticos por millón de habitantes. Es la proporción más alta de toda Sudamérica. La información no discrimina si se trata de las pruebas rápidas, en sangre, que la OMS ha señalado recientemente como poco confiables o si son los test PCR sobre hisopados de secreciones nasales, cuyo único laboratorio autorizado en el país es el Instituto Nacional de Higiene. La vigilancia constante en torno al curso de la pandemia es la herramienta de los epidemiólogos para procurar la menor incidencia de daños directos o colaterales sobre la colectividad.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CronicasDeCuarentena

 5 min


Juan Carlos Zapata

Panorama desolador. El FMI no puede ocultar la emergencia mundial. Hasta el punto que ya pronostica un panorama negativo en 170 países cuando hace tres meses auguraba que al menos 160 países iban a crecer en 2020. “Experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año”, dice Kristalina Georgieva, directora Gerente del Fondo Monetario Internacional.

Observemos lo que dice Kristalina Georgieva. Observemos el énfasis que pone en un discurso colgado este jueves en la web oficial del FMI:

1-Esta es una “crisis sin precedentes”.

2-El coronavirus “ha perturbado el orden social y económico”.

3-Lo ha perturbado “a una velocidad fulgurante y a una escala que no hemos visto jamás”.

4-“Aún nos enfrentamos a una incertidumbre excepcional sobre la profundidad y duración de esta crisis”.

5-“El crecimiento mundial se tornará marcadamente negativo en 2020”.

6-“Anticipamos las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión”.

7-“Estas desalentadoras perspectivas conciernen tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo”.

8-“Esta crisis no conoce fronteras. Ha afectado a todo el mundo”.

9-“Se prevé que la crisis económica afecte con mayor dureza a los países más vulnerables”.

10-“No cabe duda de que 2020 será extraordinariamente difícil”.

11-“Existe una tremenda incertidumbre en torno a las perspectivas”.

12-“Podrían empeorar en función de muchos factores variables, incluida la duración de la pandemia”.

El propio FMI señalaba a principios de año que la dimensión de la crisis iba a depender de cuánto tiempo durara la pandemia. Primero dijo que la crisis iba a ser igual a la de 2008. Después que podía ser peor. Ahora dice que anticipa un impacto no visto desde la Gran Depresión.

Así, dijo la directora Gerente del FMI que “hace tan sólo tres meses, esperábamos para 2020 un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros. Hoy, ese número ha dado un giro de 180º: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año”.

Vaticina que “si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año —lo que permitiría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía— nuestra hipótesis de base es que se producirá una recuperación parcial en 2021”.

El problema es que las medidas para contener el virus afectan la economía. Se refiere al confinamiento y la suspensión de actividades productivas y de servicios. “Esto es especialmente cierto en el caso del comercio minorista, la hostelería, el transporte y el turismo. En la mayoría de los países, la mayor parte de los trabajadores son autónomos o están empleados por pequeñas y medianas empresas. Estas empresas y trabajadores están especialmente expuestos”.

Señala que “los países de mercados emergentes y de bajo ingreso —en África, América Latina y gran parte de Asia— enfrentan un alto riesgo. Dado que sus sistemas sanitarios son más débiles para empezar, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barriadas asoladas por la pobreza, donde el distanciamiento social difícilmente es una opción. Con menos recursos para empezar, están gravemente expuestos a los shocks de demanda y de oferta, y al drástico endurecimiento de las condiciones financieras que se están produciendo, y algunos pueden enfrentar una carga de la deuda insostenible”.

Estos países de mercados emergentes han sufrido la fuga en los últimos dos meses de al menos 100.000 millones de dólares de “inversiones de cartera, monto más de tres veces mayor que en el mismo período de la crisis financiera mundial. Los exportadores de materias primas están sufriendo doblemente debido al colapso de los precios de las materias primas. Y se espera que las remesas —el sustento de tanta gente sin recursos— se reduzcan”.

Y advierte que “estimamos que las necesidades brutas de financiamiento externo de los países de mercados emergentes y en desarrollo se elevan a billones de dólares, y estos países pueden cubrir sólo una parte de ellas por sí solos, con lo cual el déficit de financiamiento es de cientos de miles de millones de dólares. Necesitan ayuda, urgentemente”.

Viernes 10 de abril de 2020

AlNavio

https://alnavio.com/noticia/20771/actualidad/12-frases-de-la-jefa-del-fm...

 3 min


Andrew Torres y Guillermo García

Desde mediados de marzo de 2020, el mundo atraviesa una coyuntura inédita ocasionada por un virus generado en China que ha sido calificada por la OMS como pandémica y que obliga a una cuarentena global para atenuar los impactos en la salud, la vida y demás consecuencias, en especial las de tipo económico que se ven influenciadas desde el hecho no laboral, escalonado e interrupción de operaciones, anulamiento de la productividad hasta parálisis de las actividades en la mayoría de los sectores lo que conlleva el corte de flujos físicos y financieros para hacer caja a las empresas y que estas puedan seguir cumpliendo sus compromisos laborales, impositivos y a sus proveedores.

Para el caso venezolano este problema se acrecienta por su economía recesiva achicándose ya 2/3 desde el año 2013 con últimos 6 años de PIB negativos, en un escenario de reducción de las ofertas y demandas, con hiper-inflación, acrecentamiento del riesgo país, impago o default a las deudas de la nación, en la práctica sin reservas monetarias internacionales y con mayor incertidumbre y desesperanza de ingresos externos por su situación caótica interna petrolera y la recesividad del mercado petrolero mundial sobrevenida y ahora catalizada con el nuevo efecto pandémico chino.

A continuación y con carácter urgente presentamos algunas propuestas de política pública para las empresas desde el gobierno nacional, para ayudar el consumo de la sociedad y a lo interno del gobierno, las cuales deberían ser conciliadas con los entes laborales y empresariales a los fines de preservar impactos a la salud empresarial, los puestos de trabajo, las capacidades productivas y con ello a la ya depauperada economía nacional. Incentivos a las empresas privadas: Suspensión del pago de impuestos con una mora de al menos un trimestre posterior al reinicio de actividades normales para ayudar al arranque empresarial e incluso la consideración de subsidios para las mismas. En caso del ISLR es necesaria su suspensión de pagos hasta que las empresas hagan caja mientras se afronta esta contingencia.

Congelamiento de la Unidad Tributaria por al menos un semestre posterior al reinicio de actividades normales · Reducción del Encaje legal bancario (ordinario y marginal) para re-abrir las operaciones crediticias para impulso como capital de trabajo a la gestión empresarial y la producción mediante adquisición de materias primas, pago a proveedores, actualización tecnológica, creación de empleo y la esperada generación de riqueza para sostenibilidad empresarial. Esto resulta un imperativo en la condición actual de las arcas nacionales que como es sabido presentan un nivel en la práctica sin reservas internacionales operativas para acometer ni siquiera compromisos ordinarios y menos en esta coyuntura en la cual resultaría ideal un sustancial aumento del gasto gubernamental para “mantener a flote la economía”. Promoción del crédito bancario blando, tanto como sea lo mas viable técnicamente, públicos y privados para su masificación y estímulo a la acción empresarial aumentando la competitividad y dinamismo en el sector.

Complementando al punto anterior, en una coyuntura nacional en la cual ya se había cerrado el crédito a la nación por los problemas de impagos, las sanciones internacionales al gobierno socialista de Venezuela que repercuten en todos los ámbitos y ahora con la aparición del Coronavirus chino y sus efectos hacia la baja del mercado de capitales y consecuente cierre del mismo · Permitir que la banca nacional pueda a través del BCV o a través de la coordinación interbancaria la compensación, pago y transferencia de saldos en US$ entre los bancos del sistema. Esto alivia de manera muy importante el pago a proveedores en diferentes zonas del país, sin tener que realizar traslados entre los diferentes estados, en momentos donde la cuarentena restringe la circulación y movilidad.

Permitir que los bancos nacionales que ya ofrecen el servicio de Custodia de Moneda Extranjera a las empresas, puedan otorgar de acuerdo a su evaluación de crédito y riesgo crediticio, créditos en moneda extranjera a dichas empresas con la misma tasa de interés que se aplica a los créditos Indexados (mínimo 4%, máximo 6%) · Establecer por parte del BCV la facilidad crediticia y herramienta de política monetaria y fiscal de REPOS o Reportos. (Compra – Venta de títulos valores en cartera de los bancos con pacto de recompra). Esto le permite generar mayor liquidez a la banca para disponer de más recursos para otorgamiento de créditos · Agilizar por parte de SUNAVAL la autorización de emisión de Oferta Pública de Títulos Valores y que los bancos puedan orientar recursos a la compra de dichos títulos.

Además, publicación en Gaceta Oficial de las Normas de Emisión de Oferta Pública de Títulos Valores en Moneda Extranjera que ya fueron presentadas · Disminuir los aranceles e impuestos a los insumos operativos para facilitar la actividad empresarial · Diferir la entrada en vigencia de la sobre tasa del Impuesto al Valor Agregado sobre ventas en moneda extranjera · Gestionar la privatización de empresas estatales de mayor interés y prioridad ante la coyuntura ofreciendo exoneraciones fiscales con moratoria y apoyo logístico para sus arranques · Con la anterior, a mediano plazo, instrumentar políticas industriales para mayor generación de valor agregado a las materias primas, sofisticación de la producción y estímulo a la exportación de estos productos, atenuando al tiempo el efecto recesivo en los Precios de las materias primas que ya se viene gestando en el mercado internacional · Las acciones de política orientativas hacia la gestación de un mayor tejido de empresas en el sector servicios con énfasis en micros y pequeñas empresas favorecen el arranque, viabilidad de impulso masivo mediante créditos bancarios y generación de empleos de calidad para mayor protección y cohesión social, así como aminorar la desigualdad, en un entorno venezolano y mundo ya muy convulsionados Para incentivar el consumo: · Reducción del IVA a los productos y servicios terminados tanto como lo indique la técnica y viabilidad · Congelamiento de alquileres de locales empresariales hasta un trimestre posterior al reinicio de actividades normales Para acometer en el gobierno: · En Venezuela, con un gobierno que ha implementado y así lo dicen los resultados muy negativos de políticas económicas, las autoridades así sin capacidad de gasto público ni de endeudamiento deben abrirse a ser apenas grandes promotores de la inversión privada nacional e internacional ajustándose al marco legal aún vigente, re-estableciendo los consensos tripartitas, flexibilizando los mecanismos que se consideren rígidos en estas negociaciones e incluyendo la LOT para rediseño del marco laboral dando las mayores evidencias de buena intención y para “enfriar suavemente“ la incertidumbre, desconfianza estructural y riesgo país que conllevamos ·

Visto que las perspectivas son ahorita en grado superlativo muy negativas para aumento de los ingresos externos, como siempre es imperativo la austeridad gubernamental con sus prácticas en todos los ámbitos y propender a la mayor estabilidad del entorno (aunque en lo monetario la tendencia natural sea a la devaluación) y priorizando el escaso gasto social hacia áreas que den el mayor beneficio nacional mediante el establecimiento sesudo de estrategias para este gasto público · Hoy mas que nunca es imprescindible la apertura para la entrada de la Ayuda Humanitaria a la emergencia humanitaria compleja que padece la población venezolana desde hace años, ahora se sumaría para atenuar las consecuencias en las personas del Coronavirus chino (Covid-19) y atender la creciente pobreza extrema.

Constituir con entes relacionados una plataforma logística para re-establecer las cadenas de producción y suministro consideradas imprescindibles, caso agroalimentario (Fedeagro, Fedenaga, Cavidea, ministerios relacionados y de Energía), farmacéutico – médico (Droguerías, farmacias y ministerios relacionados) y del transporte público y automotor. Se explica que, a éstas empresas se les deben garantizar el transporte y combustible de las unidades que transportan materias primas y de los empleados diariamente a sus respectivos lugares de trabajo para la continuidad de la producción de alimentos, la seguridad de los empleados a sus sitios de trabajo y retorno a sus hogares.

Los servicios públicos en Venezuela, así como están en un nivel muy pobre por el deterioro y retroceso acumulados, así mismo constituyen grandes oportunidades para la inversión en co-gestión pública-privada por lo que la apertura a los mismos a la inversión privada constituye una gran oportunidad para además de la inmediata adopción tecnológica el apalancamiento de estos y abatimiento pronto de las amenazas de mayor desempleo y pobreza que trae implícita la catalización pandémica · Se insiste en que el estado debe asumir con las mejores voluntades nacionales la planificación de acciones para estimular la gestión empresarial (allí está el ejemplo del giro de China y el florecimiento de su economía estos años), en donde el establecimiento de consensos tripartitos, la promoción de toda actividad económica, la captación de ideas y promoción desde todos los sectores es una fuente siempre bienvenida en la actividad económica y se potencia en la situación actual de la gestión gubernamental y de los padecimientos que sobrelleva el pueblo venezolano, así las acciones de política coherentes y consensuadas pueden iniciar y marcar la diferencia.

9 de abril de 2020

Las Noticias de Cojedes

https://lasnoticiasdecojedes.com/2020/04/09/algunas-propuestas-para-enfr...

 7 min


La pandemia, en tanto fenómeno global, debe ser enfrentada globalmente. Lo hemos leído y escuchado. Suena lindo. La realidad, en cambio, no es linda. Porque para que esa utopía, la de la unidad global pueda cumplirse, no solo se necesitan buenas intenciones sino organismos y-o líderes en condiciones de convertirlas en realidad.

Instituciones

Existen organismos globales, partiendo desde las propias Naciones Unidas, pero todos sabemos lo que es la ONU. En primer lugar un foro mundial. En segundo, un espacio donde los gobiernos tejen coaliciones, acuerdos y desacuerdos. En tercero, gracias al derecho a veto que disponen las potencias mundiales, carece de poder resolutivo frente a los principales problemas que acosan a la humanidad, sean climáticos, bélicos o, como ocurre en nuestros días, pandémicos.

Lo mismo sucede con las grandes organizaciones regionales. La OEA o la UE, por ejemplo, carecen de dispositivos para coordinar políticas ante peligros comunes. Cuando más, disponen de fondos para repartir en caso de extrema urgencia. Descartando a los grandes organismos internacionales entonces, la posibilidad de acciones conjuntas solo puede ser llevada a cabo a partir de acuerdos bi o multilaterales frente a problemas puntuales (guerras, migraciones, epidemias)

Alemania por ejemplo, ha colaborado intensamente con Italia durante la crisis pandémica. Colaboración que bien mirada es una acción de autoayuda. En efecto, mientras menor es el grado de contaminación en países cercanos, menor puede llegar a ser en el propio. Esa premisa tan simple no ha sido entendida por la mayoría de los gobiernos europeos. Cada uno se ha encerrado en su propia nación, marcando distancias inexistentes con los países vecinos. Como si el virus respetara límites geográficos.

Liderazgos

Otra posibilidad son los liderazgos. Nos referimos a naciones líderes que se encuentren en condiciones de mostrar vías para contrarrestar problemas comunes. Para poner ejemplos bélicos, algo así como EE UU y la URSS durante la segunda guerra mundial. En la actual lucha en contra del virus global en cambio, no existen naciones líderes. Cuando más voces cuerdas, gobernantes que por instinto práctico han tomado medidas dignas de ser imitadas.

Cada gobierno actúa por su cuenta. El internacionalismo coronario es enfrentado con políticas nacionales. El virus, bajo esas condiciones, se expande con desconcertante celeridad.

La nación predestinada a liderar la lucha mundial en contra del Covid-19, era sin duda USA. Por su desarrollo económico, tecnológico y científico, por su pasado internacionalista probado en dos guerras mundiales, por su tradición republicana y sobre todo por ser vínculo cultural y político entre la Europa democrática y ese “lejano occidente” llamado América Latina, podría haber estado en condiciones óptimas para coordinar la lucha mundial en contra del coronavirus. Si no pudo asumir ese rol hay una sola razón. Esa razón se llama Donald Trump, o si se prefiere, la doctrina Trump. En ese punto no podemos sino coincidir con la opinión de la destacada historiadora Anne Applebaum: “Una de las realmente grandes tragedias del momento” - escribe - “es que Estados Unidos tiene hoy a un presidente como Donald Trump. En lugar de tener a alguien que buscara unir a personas y esfuerzos para combatir el coronavirus, le tenemos a él, y el problema no es sólo que sea un nacionalista, sino que es un narcisista que no está interesado realmente en el destino de su país. Tenemos una terrible mala suerte en estos momentos. El país líder del mundo occidental en las últimas décadas está ahora liderado por la persona más catastróficamente errónea” (El País, 30.03.2020)

Pueden entenderse los motivos que llevaron a Trump a desvincularse económicamente de Europa y convertir a China en un rival también económico. El problema es que Trump, economicista hasta los huesos, traspasó su visión de la economía al espacio de la política internacional sin entender que, aunque economía y política son dimensiones interdependientes, no son reducibles la una a la otra.

Es posible ser nacionalista en la economía e internacionalista en la política. El problema es que para Trump y sus seguidores no es así. La economía para ellos es lo mismo que la política y punto. Solo así se explica que una potencia, precaria desde el punto de vista económico pero dinámica desde el político, la Rusia de Putin, haya logrado tantos avances internacionales bajo la era Trump.

El aislacionismo trumpista ha terminado por convertirse en un boomerang para los EE UU. Cerrado a la posibilidad de comunicar con otras naciones, tampoco ha sabido aprender de ellas. Todo lo contrario: confiado Trump en la superioridad económica y tecnológica de su país, negó en un comienzo la dimensión de la amenaza pandémica. Cuando el avance del coronavirus ya era irreversible, intentó desviar la atención de la opinión pública hacia otros ámbitos. Su delirante política hacia Venezuela, al poner precio a la cabeza de Maduro, es un ejemplo. Sus anuncios relativos a un ataque iraní a las tropas norteamericanas establecidas en Irak no fueron creídos ni en sus propias filas. Cuando no tuvo más alternativa que enfrentar a la crisis pandémica – lo que ha hecho de un modo populista y demagógico - toda New York estaba infectada.

Gobiernos

Librados a su propia suerte y sin control internacional, no pocos países han sido víctimas de inescrupulosas figuras presidenciales sin formato ético- político. Si ese control hubiera existido, ni Johnson (a quien deseamos pronta recuperación) habría podido hablar de la “extinción natural del virus”, ni López Obrador afirmar que combatía el virus con un rosario y un trébol de cuatro hojas, ni a Bolsonaro decir que solo se trataba de “un resfriadito”. Tampoco las autocracias que proliferan en nuestro tiempo habrían podido utilizar la cruel enfermedad como medio para acumular mayores cuotas de poder.

No pocos autócratas han puesto al Covid-19 a su servicio. Maduro, quien tomó medidas a tiempo en medio del desastre en que ha convertido a los hospitales de su país, utilizó la pasividad de las calles - y por cierto las provocaciones inútiles de una oposición que le exige renunciar sin tener ningún medio para lograrlo - para aumentar el número de detenciones por motivos políticos. El régimen polaco, sin consultar a ningún gobierno europeo, decidió posponer las elecciones por dos años. Y el inefable Orban, clausuró (léase clausuró, no suspendió) al parlamento húngaro asumiendo pleno control sobre todos los aparatos informativos, ante el aplauso de los anti-demócratas del nacional populismo europeo, Santiago Abascal a la cabeza. Bajo esos gobiernos, las cifras de contagiados y muertos serán de ahora en adelante las que decida cada autócrata o dictador. Si es que alguno necesita aumentar la tensión pública para intensificar el grado de represión, estas serán altas. Si en cambio necesitan mostrarse como exitosos, serán bajas. En ese sentido, hay gobiernos que no se diferencian de las personas neuróticas. Mientras hay maximalistas que elevan la dimensión de la crisis, hay minimalistas que la reducen e incluso ignoran. Estos últimos son los que están más muertos de miedo.

Tragedias colectivas y globales como la que representa la expansión del covid-19 tienen como efecto evidenciar lo mejor y lo peor de la condición humana. En tanto la política es inherente a esa condición, el Covid-19 ha expuesto, como si fuera una radiografía global, las predisposiciones patológicas que anidan en diversos gobiernos de la tierra. Así como muchos de ellos han mostrado mesura, diligencia y sensibilidad (en América Latina hay varios) hay otros que han desnudado sus ineptitudes, su demagogia, su irresponsabilidad, y no por último, su bajísimo grado de civilidad.

En diversas latitudes la crisis pandémica amenaza con convertirse en crisis de gobernabilidad. Por si fuera poco. Mondo cane.

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