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Opinión

Bloomberg

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, participa en una reunión del gabinete en la sala del gabinete de la Casa Blanca en Washington, DC, el 19 de noviembre de 2019. (Foto de MANDEL NGAN / AFP)

Traducción libre del inglés por lapatilla.com

Donald Trump está perdiendo la confianza de que el líder de la oposición venezolana que su gobierno apoyó puede derrocar al régimen de Nicolás Maduro, y los principales asesores del presidente de los Estados Unidos ahora están considerando estrategias nuevas y más agresivas, según personas familiarizadas con el asunto.

El vicepresidente Mike Pence dirigió una reunión el jueves con otros altos funcionarios para reexaminar el impulso anual de la Casa Blanca por una transición democrática en la nación sudamericana, dijeron cuatro de las personas.

Juan Guaido, el líder de la Asamblea Nacional que se declaró presidente interino de Venezuela con el respaldo de Estados Unidos a principios de este año, hasta ahora no ha logrado expulsar a Maduro y los funcionarios estadounidenses ahora están preocupados de que pronto pueda perder su puesto oficial.

No se está considerando ninguna opción militar, pero los funcionarios de la Casa Blanca han discutido nuevos enfoques, incluido un intento de asociarse con Rusia, un aliado de Maduro, para aliviar al líder venezolano o aumentar la presión sobre Cuba, el principal patrocinador de Maduro.

Durante la reunión de Pence en la Sala de Situación de la Casa Blanca, los funcionarios también discutieron brevemente, pero finalmente descartaron la idea de tomar medidas enérgicas contra las importaciones de petróleo venezolano de la India, una importante línea de vida financiera para el régimen de Maduro.

Las discusiones ilustran el enigma de Trump en Venezuela, donde comenzó una campaña agresiva para expulsar a Maduro a fines de 2018 bajo la dirección de su entonces asesor de seguridad nacional, John Bolton. El presidente está frustrado porque el líder venezolano no fue destituido del poder tan rápido como Trump creía que Bolton había anunciado, y también es consciente de las ramificaciones políticas, dijo la gente: los expatriados venezolanos son un electorado importante en Florida, el estado que Trump ha hecho. central para su campaña de reelección.

‘Totalmente solidario’

Bolton dejó la administración en septiembre después de una pelea con Trump y su reemplazo, Robert O’Brien, se ha encargado de elaborar una nueva estrategia para Venezuela.

Elliott Abrams, el representante especial del Departamento de Estado para Venezuela, dijo que Guaidó “sigue siendo el funcionario más popular en Venezuela y Estados Unidos lo respalda plenamente a él y a la Asamblea Nacional en su esfuerzo por restaurar la democracia en Venezuela”.

“Si hay más que Estados Unidos puede hacer para apoyar ese objetivo, sin duda intentaremos hacerlo, junto con los otros 60 países que reconocen a Guaidó como el presidente interino legítimo”, agregó.

Un funcionario de la administración dijo que el gobierno de Estados Unidos continúa revisando la gama completa de opciones para avanzar en lo que llama una campaña de “máxima presión” contra el régimen de Maduro, y que Estados Unidos se mantiene firme con Guaidó.

El funcionario pidió no ser identificado porque las discusiones no han sido públicas.

Pero después de no poder usurpar a Maduro en un levantamiento de primavera, Guaidó está perdiendo capital político. A principios de esta semana, la legislatura venezolana lanzó una investigación sobre el posible tráfico de influencias entre los legisladores de la oposición, y el 5 de enero, la Asamblea Nacional votará si Guaidó sigue siendo su presidente.

Un portavoz de Guaido dijo que el líder de la Asamblea Nacional declinó hacer comentarios.

Campaña de presión

Si bien Washington tiene líneas de comunicación con otros en la oposición, la derrota de Guaidó sería vergonzosa después de que la administración reunió a más de 60 naciones para respaldar el reclamo del líder de 36 años a la presidencia de Venezuela.

Independientemente del futuro político de Guaidó, Trump y sus asesores han determinado que solo hay un enfoque creíble de Estados Unidos: esfuerzos más agresivos para presionar a Maduro. La Casa Blanca ha rechazado las sugerencias de un acuerdo para compartir el poder entre Maduro y Guaidó o la mediación liderada por terceros países.

Un segundo funcionario de la administración dijo que la única solución a la crisis de Venezuela es que Maduro abandone pacíficamente el poder.

No está claro cómo Estados Unidos podría ejercer más presión sobre Venezuela directamente, especialmente sin dañar a la oposición de Maduro. Los altos funcionarios del régimen de Maduro ya están bajo sanciones de Estados Unidos, al igual que la industria petrolera de la nación, que representa aproximadamente el 99% de los ingresos de exportación de Venezuela.

Por lo tanto, la administración Trump ha considerado aumentar la presión sobre los países que aún hacen negocios con Venezuela, en particular Cuba, el principal benefactor de Maduro y un antiguo adversario estadounidense. Mientras que el ex presidente Barack Obama restableció las relaciones diplomáticas con La Habana, alivió las restricciones de viaje de los Estados Unidos al país e incluso realizó una visita histórica al país, Trump ha retirado gradualmente muchos de esos gestos de buena voluntad y las tensiones han aumentado sobre la campaña de los Estados Unidos contra Maduro

Mientras tanto, los funcionarios estadounidenses dicen que permanecen en contacto con algunos del círculo íntimo de Maduro con la esperanza de convencerlos de cambiar de bando, y que se avecinan sanciones más agresivas. Ninguna de las estrategias ha funcionado. A fines de abril, una revuelta militar planeada contra Maduro fracasó , forzando a los legisladores de la oposición a esconderse, mientras que las sanciones han sido criticadas por dañar a los venezolanos vulnerables.

https://www.lapatilla.com/2019/12/06/trump-estrategias-intensas-maduro-b...

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Desde hace algún tiempo se presentan en muchos países movimientos políticos desestabilizadores, que parecieran actuar con alguna sincronía y que han hecho erupción en Sur América y en países de la Europa Mediterránea en los últimos meses. Algunos analistas, ante la evidente “solidaridad” que les ofrecen a esas explosiones algunos estados de conducción marxista, se refieren a ellos como conspiraciones de agitación de la izquierda internacional, mientras ciertos estudiosos los califican de “Populismos” porque utilizan estrategias populistas para presentarse en sus sociedades como fenómenos de motivación social legítima.

En otra dimensión, los sistemas de seguridad de todo el mundo occidental vienen persiguiendo desde hace años a redes criminales que se han hecho globales, las cuales trafican ilegalmente -entre otros “bienes y servicios”- drogas, armas, prostitución, trabajadores esclavizados y minerales estratégicos; se relacionan con organizaciones terroristas internacionales y operan grandes maquinarias de lavado de dinero apoyándose en bancos y otras plataformas financieras. Como en la desestabilización política, también estos “movimientos” se dotan de actividades legales para mostrarse como corporaciones de intereses legítimos.

En las últimas décadas esas dos clases de movimientos han dejado de ser independientes para actuar en claras alianzas regionales y hasta mundiales, estableciéndose como tramas de intereses geopolíticos, que no sólo incorporan a estados sino también a élites paraestatales que a su vez gobiernan a las redes delictuales y a los movimientos de agitación que hemos comentado. Las sinergias que se vienen produciendo entre esos diversos movimientos los han llevado a conformar nuevos sistemas de gobernanza internacional dotados de estrategias propias de reproducción y legitimación, que las democracias no pueden seguir tratando como fenómenos independientes o de conexión sólo eventual.

En fin, todo parece indicar que en el futuro próximo estaremos presenciando el fortalecimiento de un sistema global complejo, que integra claros intereses geopolíticos y criminales, que ya maneja proporciones muy importantes de los flujos financieros y comerciales del mundo y que tratará de acrecentarlos, el cual seguirá intentando desestabilizar a las democracias y buscará legitimar políticamente en cada país a sus propios circuitos populistas. Esa pareciera ser la dinámica en marcha.

¿Es este un cuadro de inspiración Orwelliana?... No, lo que hemos tratado de caracterizar en estas líneas es la imagen de un proceso sistémico que está en marcha en el mundo, el cual tiene dimensiones económicas, políticas e incluso militares, que no busca solamente ser parásito de las democracias sino que persigue debilitarlas en extremo para maximizar sus beneficios en todos los órdenes.

El Estado de Venezuela, de todos los países del hemisferio, se ha convertido en el eslabón más notable de diversas cadenas que integran ese sistema a nivel mundial, conectado con anillos en Centro América, en los EEUU, en el Medio Oriente y en los países de la Europa Mediterránea. El funcionamiento impune del Cartel de los Soles que exporta a los EEUU y Europa, la conexión con las FARC en Colombia, las relaciones con Hezbollah y con Iran, el financiamiento a Podemos en España, la alianza con Cuba y el envío de “colectivos” pagados por el gobierno venezolano a los recientes disturbios de Chile, Bolivia y Colombia y la exportación sin controles ambientales o económicos de minerales del Arco Minero del Orinoco, no son una simple colección de delitos y crímenes que deberemos imputar a las élites del régimen chavista, son manifestaciones de un hecho global en el cual participa Venezuela y no está sola. Todas las democracias tienen que defenderse de ese hecho compartiendo esfuerzos, recursos y estrategias.

Para hacerse eficaces, la defensa y la coordinación entre las democracias tienen que darse en muy diversas dimensiones y ser apoyadas en una campaña de comunicación que se dirija a crear conciencia de las amenazas en las élites dirigentes de la política, la academia, las fuerzas armadas, el mundo sindical y la economía. Debe instrumentarse en las dimensiones de la seguridad internacional y de la lucha contra el crimen organizado, de la cooperación internacional para el desarrollo, del perfeccionamiento de los órganos y acuerdos regionales y multilaterales para evitar que sean penetrados, y del desarrollo de mejores democracias y mecanismos sociales para neutralizar a los populismos, en cada país y en el mundo.

Y a los demócratas venezolanos en particular, mientras no hayamos logrado desplazar del poder a la dictadura, nos corresponde cerrar filas con las democracias del globo, y difundir este mensaje de alerta, para reducir el ritmo del contagio y para debilitar a las alianzas que apuntalan al régimen que ha destruido nuestra democracia, acabado con nuestro progreso y secuestrado nuestras libertades.

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Pocas veces las respuestas han sido tan diversas. Incluso contradictorias entre sí. Son las que han dado cientos de expertos: psicólogos, sociólogos, antropólogos y otros “logos”, al ser consultados para que nos expliquen las razones de la violencia extrema desatada en Chile por bandas organizadas de jóvenes: las llamadas turbas.

Para unos son la versión chilena del lumpen proletariado. Para otros son los habitantes de un apartheid. No faltan quienes nos dicen que son pobres urbanos levantados en contra de la riqueza ostentosa. Otros, poniéndose en pose nos enseñan que se trata de jóvenes “descompensados” o sin “autoestima”. No faltan los que despachan el tema con conceptos peyorativos: chusma, despojos, vándalos, hooligans, barras bravas y, por cierto, drogadictos o hijos del narcotráfico.

Para las derechas son grupos de choques, peones del Foro de Sao Paulo enviados por Evo y Maduro. Para las izquierdas, enemigos del neoliberalismo, protesteros en contra de la desigualdad social. En fin, son tantas las categorías y calificaciones que al final no queda sino deducir que la mayoría de los opinadores no tiene mucha idea de lo que hablan. ¿No habrá llegado el momento de sacudirse de tanta palabra vacía y entender el fenómeno a partir de pautas derivadas del sentido común?

¿Qué sabemos de ellos? Sabemos que son jóvenes, que están muy organizados (no son espontáneos), que son violentos, que muchos -pero no todos- vienen de estratos populares y que los motivos que los llevan a la violencia no pueden ser explicados de modo racional o, lo que es lo mismo: desconocemos la lógica y la racionalidad que los lleva a actuar de ese modo. Sabemos también que no eluden el enfrentamiento con la policía uniformada. Y no por último, sabemos que los puntos predilectos de destrucción no son personas de carne y hueso sino objetos públicos como mercados, iglesias, plazas, estatuas (sí, estatuas).

La verdad es que no es mucho más lo que sabemos. El material es insuficiente, de modo que sin inhibiciones podemos decir que solo nos aproximaremos al tema sin tratar de cubrir su magnitud.

El hecho de que sean jóvenes es clave. Un joven es quien ha hecho abandono de la niñez y entra en el mundo adulto. Como todos los jóvenes llevan consigo el signo de una contradicción: la de querer ser el niño que fueron y la de ser el adulto que deben ser. Es decir, son portadores de una enemistad a veces violenta entre el niño y el adulto. En ocasiones esa violencia sale hacia afuera. La lucha callejera ofrece en ese sentido dos posibilidades: allí el joven juega a derrotar enemigos y vuelve a ser un niño batman. Pero cree hacerlo en contra del orden social, lo que le permite imaginar que es un adulto practicando “la lucha de clases”.

¿Pero por qué tanta violencia?¿No pueden hacerlo con palabras, con letreros, incluso con cantos rockeros? Claro que pueden, pero cuando hay condiciones para no hacerlo, también lo hacen. Y lo hacen porque alguna vez tenemos que llegar a una triste conclusión: el ser humano es de por sí violento: eso quiere decir: en cada uno existe una contradicción no solo entre un niño y un adulto sino también entre un salvaje y un civilizado. Somos afectados por un profundo malestar en la cultura, nos dijo Freud. Si cambiamos la palabra cultura por la de democracia, podríamos concluir que también existe un malestar en y con la democracia.

No es fácil vivir en democracia. En toda democracia prima un sistema de derechos, pero también de deberes. Debemos someternos a reglas, entre otras, la de sustituir la guerra por la política. Para que eso sea posible necesitamos leyes, asociaciones, partidos, parlamentos, parlamentarios. Razón que explica por qué cuando el presidente Piñera cedió frente a lo que él creía era un clamor nacional, cambiar la Constitución, las luchas callejeras siguieron de largo como afirmando: ¿y quién te dijo que nuestro problema es la Constitución? Efectivamente, si esos jóvenes necesitan de una Constitución sea antigua o nueva, es para transgredirla. Y aquí llegamos a un punto importante. La transgresión es goce y el goce es transgresión. Goce, no en el sentido de placer sino en uno más bien lacaniano: el de acercarnos a un más allá que roza el peligro de no ser. Para ser más claros digámoslo no con Lacan sino con un analista muy criticado por decir las cosas de modo sencillo. Me refiero a Erich Fromm. En su “Anatomía de la Destructividad Humana” escribía Fromm: “Debemos distinguir en el hombre dos tipos de agresión enteramente diferentes. El primero, que comparte con todos los animales, es un impulso filogenéticamente programado para atacar (o huir) cuando están amenazados intereses vitales. Esta agresión "benigna", defensiva, está al servicio de la supervivencia del individuo y de la especie, es biológicamente adaptativa y cesa cuando cesa la amenaza. El otro tipo, la agresión "maligna", o sea la crueldad y destructividad, es específico de la especie humana y se halla virtualmente ausente en la mayoría de los mamíferos; no está programada filogenéticamente y no es biológicamente adaptativa; no tiene ninguna finalidad y su satisfacción es placentera".

Los jóvenes chilenos practican el segundo tipo de agresión. Una agresión, según Fromm, natural. Pero también maligna pues carece de fines y objetivos. Por eso a las turbas chilenas no interesan el aumento de las pensiones o del sueldo mínimo. De la ecología y de los conflictos de género, mejor ni hablar. Por lo tanto no hay nada más errado que calificarlos de anarquistas. Pues desde los tiempos de Bakunin, de Kropotkin, de Proudhom y de Sorel, el anarquismo ha sido una doctrina. Pero los jóvenes chilenos, a diferencia de generaciones anteriores, carecen de doctrina aunque de vez en cuando pronuncien slogans recogidos de los basurales ideológicos de la izquierda. Si hubiera que calificarlos de algún modo podría decirse que son nihilistas: practican la negación por la negación, una negación sin afirmación, una negación no hegeliana, una negación en sí. No son por lo tanto revolucionarios. Son rebeldes. ¿Rebeldes en contra de qué? Contra el mundo que los rodea, no hay otra explicación. Y como ese mundo es la ciudad, la polis, ellos llevan a cabo una rebelión en contra de la polis: la ciudad de donde son. Una rebelión muy simbólica. Basta ver los objetivos de su destructividad: todos símbolos de la ciudad, sean mercados, iglesias, estatuas.

Los mercados son símbolos del intercambio y del dinero. Las iglesias, de la tradición y la moral. Las estatuas, de la historia nacional. En los tres casos las turbas exprimen un odio parido a la polis, a la ciudad, a la civitas: a la civilidad: a la civilización.

Un odio nada de chileno, nos diría Fromm. Más bien uno consustancial a la especie. Uno que permanece oculto en todas las sociedades, aún en las más igualitarias, y que de pronto aparece en las superficies cuando las defensas sociales, culturales y políticas del cuerpo social, muestran signos de debilitamiento. Ese parece ser el caso de Chile: un sector patológico de la juventud ha encontrado su momento y su lugar para expresar su odio. Y al decir esto, entramos a la parte política de la cueca.

Expresiones como las señaladas delatan la existencia de una triple crisis. La más obvia es una crisis de representación, es decir, cuando los partidos ya no representan a sus representados. Dicha crisis ha sido detectada hace mucho tiempo, no solo por el manifiesto desinterés en la política oficial sino también por la alta cuota de abstención que muestra cada evento electoral. Y en verdad, los electores no tienen mucho que elegir. A un lado una derecha económica que confunde las estadísticas con las personas. Al otro, una izquierda sin relato, sin visiones de futuro y, lo peor, con muy poca vocación social.

La segunda crisis puede ser denominada en el sentido gramsciano del término, crisis de hegemonía. Bajo ese concepto entendía Gramsci la inexistencia de una cultura política en condiciones de ejercer un rol directriz, vale decir, un conjunto de valores consensuados y aceptados por la mayoría de los actores políticos.

En tercer lugar, la peor de todas las crisis: crisis de autoridad la llamaba Hannah Arendt. Bajo este término entendía Arendt una crisis que sobrepasa a los partidos políticos haciéndose extensiva al conjunto de instituciones que reglan el orden social, comenzando por la familia, prosiguiendo en las escuelas y universidades, hasta llegar a todas las instituciones incluyendo las religiosas y por cierto, las estatales. Crisis altamente peligrosa, señalaba Arendt. Y con razón: la crisis de autoridad fue la plataforma que sirvió de base a la emergencia de los fascismos europeos durante los años treinta del pasado siglo.

Fue el psiquiatra británico Donald Winicott quien enunció la tesis relativa a que toda patología juvenil (y las turbas chilenas son sin duda patológicas) escondía un deseo inconfeso por imponer orden en el universo trastornado de sus pacientes. Un orden basado en la instauración de una autoridad que ponga fin al desorden interno el que es visto por el paciente como un desorden externo. En las palabras de Arendt, con sus desmanes, turbas como las chilenas elevan, sin saberlo, un clamor por una nueva autoridad. Una que los controle, que los sostenga, que les muestre un camino para encauzar sus pobres vidas.

¿Un Chávez o un Bolsonaro a la chilena? No necesariamente, pero sí la presencia fuerte de un estado hobbesiano que impida a los hombres convertirse en lobos de sí mismos.

Lo dicho no significa que en Chile va a tener lugar un golpe de autoridad como exigen los portalianos de la ultraderecha. Solo afirmamos que las turbas trabajan para que aparezca ese escenario. Puede ser incluso que no pase nada. O que asonadas y desmanes amainen con el tiempo. Tal vez muy pronto las clases medias volverán a endeudarse en los grandes centros comerciales, practicaran sus rituales domésticos e irán de vacaciones, como si aquí no hubiera pasado nada. Falsa ilusión. Las turbas no desaparecerán. Solo aguardan otro momento para avanzar hacia la ciudad y continuar su obra destructiva. Están ahí, escondidos en el fondo de cada noche.

Los chilenos ya aprendieron a vivir con sismos tectónicos. De ahora en adelante deberán aprender a vivir con sismos sociales. Duro destino el de esa larga y angosta faja de tierra.

diciembre 05, 2019

Polis

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Con voz propia

"Bendito sea Dios por este día", exclamaba la Presidenta interina de la República de Bolivia Jeanine Áñez Chávez, segundo apellido este poco usado. Expresaba satisfacción ante aprobación de ley para nuevas elecciones, porque nada fácil había sido lograr el consenso.

Esta tierra inocente y hermosa, que ha debido a Bolívar su nombre, como asienta el Himno, para 2020 se verá de nuevo en las urnas. Evidente avance en salida de la crisis del 20 de octubre (20 ícono en Venezuela (elección de mayo 2013, tiempo de robolución)

Bolivianos: el hado propicio/coronó nuestros votos y anhelo;es ya libre, ya libre este suelo” ya cesó su servil condición. Pudo bien tararear la canción patriótica, cuando con jefes del Senado y del partido de Evo Morales: Movimiento al Socialismo (MAS), hizo aleccionador anuncio.

Reiteramos aleccionador para referir injerencia ideológica de Fidel Castro y participación directa del discípulo Hugo Chávez, ambos hoy difuntos. Por ahora legados en el narcorégimen que preside el apadrinado usurpador Nicolás Maduro quien se dice hijo del último nieto del otro.

Inmediata acción del uru-aimara al asumir Presidencia de Bolivia fue la reforma Constitucional para imponer Estado de socialismo comunitario. «Fidel me dijo en nuestra primera reunión: Evo, la Revolución ya no se hace con armas, se hace como lo hace Hugo, junto al pueblo y con el pueblo».

Este convertido en mentor del sindicalista hizo de Bolívia su patio trasero, pero el Evo revertió el perturbado liderazgo, cimentado en reserva petrolera más grandes del mundo. Evo obtuvo logros como reducir pobreza de la población del 60% al 35%.

A manos llenas adquirió significativos financiamientos para desarrollar sus proyectos sociales, mientras los venezolanos serían llevados a la hambruna y fatalidad que hoy conmueve al planeta.

El exhibicionismo de su liderazgo HCH provoca la dignidad del pueblo boliviano, es manifestada en la amazonía cuando un avión Hércules C130 que fue apedreado. Se vio obligado a marcharse y aterrizar de emergencia para cargar combustible en estado brasileño de Acre. Había obtenido permiso para hacer una escala técnica en Riberalta a fin de ese abastecimiento, pero grupos del Comité Cívico, invadieron la pista y amenazaron con destrozar dicho avión.

No olvidan los bolivianos la acción bolivarense (referida a la unidad monetaria que la narcorrupción robolucionaria eliminó) intentó en la Bolivia “hija predilecta” del Libertador Padre de la Patria. Se trata del escándalo de otro avión, pero este cargado de dólares. Fue una nave militar que en víspera de la navidad de 2007, aterrizó en Riberalta,

Constituyó un escándalo porque a un capitán de la aviación adscrito a la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) Luis Michel Klein Ferrer portaba un maletín $ 872.000 en efectivo.

"No podemos permitir que este gobierno esté al servicio de HCH y le den luz verde para que entren y vengan a irrespetar nuestra dignidad”, declaró comité cívico Riberalta.

Hacía tres meses se había dado el caso del empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson. Llegó a Argentina el 4 de agosto 2007, con una maleta con $790.550 que no declaró y fueron decomisados.

Bolivia es reconocida como el país con mayor número de lenguas oficiales en el mundo; además del español la Constitución consagra 36 dialectos. Hoy está en un proceso sin duda ejemplarizante de países que no renuncian a la democracia. Su pueblo eleva el coro del Himno: “De la patria el alto nombre / en glorioso esplendor conservemos/ y en sus aras de nuevo juremos/ ¡Morir antes que esclavos vivir!”

Al MARGEN. Como buen (social) cristiano, confía en "que lleva a Cristo en su interior" y por ello Calderón Berti se negó a renunciar a la Embajada, tal lo hizo con Lsuinchi cuando presidía PDVSA. Orlando Avendaño, Editor Jefe del PanAm afirma que de su salida Todos la esperábamos. Tardó en ocurrir. ¡Qué Manometro¡

jordanalberto 18@ yahoo.com.

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El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó a los integrantes de la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos en Venezuela. La instancia estará conformada por Marta Valiñas (Portugal), quien presidirá la comisión, Francisco Cox Vial (Chile) y Paul Seils (Irlanda), todos especialistas reconocidos en derecho penal internacional y justicia transicional.

El 8 de octubre de 2019, en su resolución 42/25, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió crear una misión para Venezuela con el objetivo expreso de “investigar ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes desde 2014 con el fin de garantizar la rendición de cuentas y la justicia para las víctimas”.

Los miembros de esta misión fueron nombrados el 2 de diciembre de 2019. Marta Valiñas es especialista en justicia penal internacional y justicia transicional, con experticia en el caso de Yugoslavia. Por su parte, Francisco Cox Vial, es abogado penalista y dirigió el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar el caso de Ayotzinapa en México. Paul Seils es el director de Prácticas de Paz e Innovación en el Instituto Europeo de la Paz y trabajó en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.

Acceso a la Justicia enfatiza que la Misión de la ONU no tiene como objetivo determinar si en Venezuela se han cometido violaciones a los derechos humanos, pues ello quedó evidenciando, entre otros, en el informe de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sino que busca la rendición de cuentas sobre los crímenes relacionados con las violaciones graves a los derechos humanos, especialmente los vinculados con las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, las detenciones arbitrarias, así como las torturas y tratos crueles inhumanos y degradantes ocurridos, en Venezuela, a partir del año 2014.

Un aspecto importante de la Misión de Determinación de Hechos es que se establecerá a los responsables de las atrocidades comentadas. Este proceso hará énfasis en la cadena de mando involucrada en los sucesos. De allí que no debe olvidarse que, al tratarse de crímenes cometidos dentro de una política de Estado, la responsabilidad personal de quienes los cometen apenas se inicia con los autores materiales y luego escala a los supervisores y jefes de las instituciones que los cometieron.

Acceso a la Justicia recuerda que en el informe de Michelle Bachelet sobre Venezuela, emitido en julio de 2019, la funcionaria solicitó al Estado adoptar las medidas necesarias para “cesar, subsanar y prevenir las violaciones de derechos humanos en el país, especialmente las referentes a torturas y ejecuciones extrajudiciales”.

¿Qué es una Misión Internacional de Determinación de Hechos?

Las comisiones de investigación y las misiones de determinación de hechos, establecidas por mandato de la ONU, se emplean para responder a situaciones de graves violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos.

La finalidad de este mecanismo es promover la responsabilidad por las violaciones y combatir la impunidad. Para el desarrollo de las misiones, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) proporciona conocimientos técnicos y asistencia mediante varias fases clave: la formulación de guía, el asesoramiento metodológico y sobre derecho internacional, la elaboración de herramientas de investigación, la configuración de secretarías con personal especializado, y el suministro de apoyo administrativo, logístico y de seguridad, entre otros aspectos.

Venezuela será investigada igual que Birmania

La Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos es una figura que se ha creado para otros países con situaciones de crímenes como presuntamente los cometidos en Venezuela, dentro de los que figura Birmania, país del sudeste asiático también conocido como Myanmar.

Acceso a la Justicia recuerda que en el caso de Birmania la Misión de Determinación de Hechos determinó en 2018 que las fuerzas de seguridad del país habían cometido crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio. Se planteó al Consejo de Derechos Humanos que remitiera el caso a la Corte Penal Internacional (CPI) o, si así lo consideraba, conformara un tribunal especial para juzgar estos crímenes. Asimismo, la misión concluyó que debían juzgarse al comandante en jefe, general Min Aung Hlaing, y a su alto mando por la comisión de los crímenes.

Un aspecto fundamental de esa investigación es que los hallazgos de la investigación condujeron a que el 26 de junio de 2019 la Fiscalía de la CPI solicitara a la Corte el inicio de la fase de investigación contra los responsables de los crímenes antes mencionados.

Todo esto puede ocurrir también en el caso venezolano cuando la Misión Internacional de Determinación de Hechos rinda cuentas en septiembre de 2020 ante el Consejo de Derechos Humanos.

Lo dicho es importante, porque en el caso de Birmania al igual que en el caso venezolano, el gobierno se negó a colaborar con la Misión, y a pesar de ello, la misma pudo recabar desde otros países la información necesaria para determinar la identidad de los responsables de los crímenes atroces cometidos por el Gobierno birmano.

¿Y a ti venezolano, cómo te afecta?

La conformación de la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos en Venezuela representa un paso adelante para combatir la impunidad en lo relativo a los crímenes vinculados con las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, las detenciones arbitrarias; las torturas y tratos crueles inhumanos y degradantes.

Sin duda, es un paso esencial y una gran victoria para las víctimas de los crímenes atroces ocurridos en los últimos cinco años en el país y una herramienta fundamental para fijar responsabilidades individuales. Además, el mecanismo representa un aliciente para la sociedad civil organizada para que continúe su labor de documentación y denuncia. Recordemos que cada vez que se escucha la voz de una víctima, más cerca estamos de la justicia.

https://www.lapatilla.com/2019/12/04/acceso-a-la-justicia-para-que-sirve...

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Analítica.com

El reciente impasse surgido por la manera como se procedió a cesar en sus funciones a Humberto Calderón Berti y la consecuente rueda de prensa e intervenciones, dejan traslucir la falta de consistencia del frente opositor.

Sean cuales fueran las razones que condujeron a una ruptura en la representación de Guaidó en Colombia, no viene al caso en la lucha que todos debemos emprender para darle punto final a esta insostenible situación, que de no lograrse podría incrementar el éxodo venezolano hasta la alucinante cifra, según algunos especialistas, de hasta 10 millones de compatriotas.

¿Que se ha podido manejar mejor, de parte y parte el incidente? Eso es evidente, pero lo que no tiene sentido es convertir el tema más en parte de una lucha fratricida sin sentido, porque en vez de acercanos a una eventual solución nos aleja inexorablemente de ella, y sin quererlo alimentamos la ya copiosa dialéctica del régimen que encuentra motivos de máxima satisfacción al argumentar y exponenciar las divergencias existentes en el mundo opositor.

Mientras sigamos en esto lo único que lograremos es darle oxígeno al régimen. Que es hora de rectificar, es obvio, pero no solo un sector sino todos los que conforman el multiespectro político y social opositor. O cambiamos o perecemos.

https://www.analitica.com/el-editorial/la-tormenta-en-un-vaso-de-agua/

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Esteban Escalona Caba; Foto Flavia Romani

“La casa es como el templo, un santuario donde se crea, comes, sueñas, te sientes a salvo y puedes llorar en paz”, la voz profunda y pausada de Claudia Acuña, cantante jazz, parece una advertencia a medida que me interno en la sala de estar de su departamento de amplios espacios y techo inalcanzable. Pero sus palabras tienen sentido, porque mientras me acomodo observo adornos, libros, instrumentos y recuerdos desparramados por aquí y por allá que me hablan de la calidez de un hogar, de un “santuario” como ella describe su departamento en Brooklyn. Claudia Acuña es una mujer que no teme los cambios y desde que llegó a Nueva York, hace más de veinte años, ha tenido que inventarse una y otra vez con tal de lograr un espacio en el exigente ambiente musical. Lo ha logrado. La prensa especializada la considera parte de esa generación de jóvenes músicos que cambiaron el eje del jazz neoyorquino. A fines de los noventa, fue la primera mujer latinoamericana en firmar con Verve, el sello discográfico más prestigioso del ritmo sincopado y ahora, en 2019, fue nominada en los Grammy Latino 2019, con su último álbum, Turnig Page.

UNO, VIENTO DEL SUR. Claudia proviene de una familia chilena de clase media, de aquellas en las cuales las labores están inquebrantablemente definidas y el arte fuera de cualquier prioridad. Además, creció en los tiempos de la dictadura militar del general Augusto Pinochet, durante los cuales el arte estaba controlado con un fusil atento a disparar ante cualquier acto de espontaneidad artística y la vida nocturna, era casi inexistente. Su pasión nació con su memoria, y de pequeña sentía “que era un alma reencarnada que vino a terminar algo que no pudo hacer en otra vida”. Puede ser una forma metafísica de entender la vida, pero esa paráfrasis tiene sentido cuando recuerda sus primeros acercamientos al jazz. “Cuando chica, junto a mi madre nos veíamos todas esos musicales que salían en la tele con Big Bands donde descubrí a Billie Holiday, Louis Armstrong, Fred Astaire, pero no sabía que esa música se llamaba Jazz. Mi mamá era fan de Elvis Presley, y se veía todas sus películas, y allí había mucho blues porque Elvis amaba el blues. En la radio se escuchaba tango, mucho rock and roll, y música que aquí llaman “R&B” como los Temptations y cosas así. Hace poco me enteré que mi bisabuelo, era trompetista y mi bisabuela trapecista, y que juntos se iban de gira con un circo donde él era director de la orquesta”

DOS, OCEANO. Cuando Claudia o la “negrita”, como le decían sus amigos en Chile, piensa en etapas difíciles de su vida, sus recuerdos viajan a Concepción, una sureña ciudad industrial, universitaria, más cosmopolita y revolucionaria que Rancagua, donde descubrió durante la adolescencia que su pasión era el jazz; pero también entendió que, para alcanzar esa sensación que llamamos felicidad, tendría que realizar un viaje lleno de pruebas como una solitaria argonauta de la música. Cuando le pregunto sobre qué sintió al descubrir que solo quiería cantar, su voz parece hacer una acusación mediante una metáfora: “Debe ser como cuando un chico descubre a los ocho años que es chica, y pelea contra eso porque todo el mundo le dice que él es chico, ya que tiene un pene, aunque sabe que es una chica. Eso mismo me pasó con la música”. Durante la secundaría sus cantantes favoritos eran Earth Wind & Fire, Sara Vaugh, Witney Houston, Michel Jackosn, Steve Wonder, Víctor Jara “y cuando todas las otras chicas estaban en la onda de Madonna, yo quería a Michel Jackson”. En esos años no pudo estudiar música, pero ella se las arreglaba para aprender de cualquier forma, aunque siempre a escondidas. “Después de las clases en el liceo, me iba a escuchar las del conservatorio de música de Concepción y como no podía pagar, me sentaba afuera, junto a una puerta que era de vidrio para escuchar a los profesores. Luego me iba para la casa memorizando lo aprendido. Creo que si mis padres me hubiesen permitido estudiar música, yo sería una tremendo pianista o tendría más armas para componer y hacer arreglos para orquesta, área en la cual me he sentido limitada al no tener una educación formal. Eso duele. Pero por otra parte, también me dio más hambre de aprender y me impulsó a ser más “busquilla”. Es un hambre que te hace estar más atenta a todas las posibilidades”.

No fue fácil para Claudia Acuña cantar contra la voluntad de sus padres: «Para ellos, cantar era casi como ser prostituta. Entonces me las ingeniaba para escaparme a escondidas de la casa y participar en cualquier actividad que tuviese relación con la música. Hubo un momento en que simultáneamente cantaba en una banda que se llamaba “Sesión”, otra de Rock, otra de jazz y además en el coro de la Universidad de Concepción. Recuerdo que a veces mi vecina me sacaba a escondidas de la casa para llevarme a cantar en un bar. Una de esas noches, yo con catorce o quince años y sin nada de personalidad escénica, me paré a cantar una canción de Witney Houston y el bar, que estaba lleno de borrachos, quedó en silencio. Todos me escuchaban y mi vecina y su mamá lloraron de emoción porque cuando terminé todos aplaudieron como locos.

Es durante esta época cuando descubre que esa música que tanto la motivaba y era natural para ella, tenía nombre. Fueron los propios integrantes del coro de la Universidad de Concepción, mucho mayores que ella, quienes al escucharla supieron identificar su estilo, le enseñaron nuevos músicos como Erroll Garner, Sara Vaughan, le compartieron sus grandes bibliotecas de discos, conversaron sobre música. Un día uno de ellos le dice, “Negrita, a ti te gusta el jazz, ¿qué? le respondo, Jazz ¿tu sabes lo que es el jazz?, me pregunta, y yo le digo que no, que no tengo idea”.

TRES, GRACIAS A LA VIDA. Recién terminada la dictadura, a principio de los noventa, en Chile no existían escuelas de jazz, así que al salir del liceo ingresó a la escuela de Canto Clásico en la Universidad de Chile, estudios que dejó al poco tiempo para llevar a cabo uno de sus grandes sueños: Vivir en Nueva York. Lo que la convenció a tomar esa decisión fueron los constantes reproches de sus profesoras cada vez que improvisaba un tema de Mozart, o el rechazo del subdirector del coro del Teatro Municipal de Santiago quien la echó porque no sabía leer partituras y aprendía todo de memoria. Y así en el año 1995 llegó a Nueva York.

«Soñaba Nueva York desde chica. Fue gracias a las películas de musicales que veía y en las cuales todo pasaba en Nueva York. Además, después de la dictadura, comenzaron a llegar a Chile músicos como Dizzy Gillespie que tocó junto a la Orquesta de las Naciones Unidas en el año noventa y uno, Paquito Rivera, Claudio Roditi. Cuando conversaba con ellos me contaban lo que pasaba en Nueva York y empecé a soñar despierta con esta ciudad que nunca duerme y donde podías ir a un show de Broadway, a la filarmónica, a comer y finalmente a una jam session y luego a otra. Y seguir así hasta el amanecer. Era algo apasionante».

Llegar a Nueva York, fue una historia común a la de todo inmigrante. Sin embargo, para una joven que nunca había salido de su país, llegar al centro del mundo, fue algo muy atemorizante. No tenía escuela de música, no sabía el idioma y tampoco tenía como pagar una universidad. “Fue entonces que una profesora me dijo hazlo como los viejos, tu escuela va a ser la calle. Me pasó un listado de clubes de Nueva York que tenían Jam Session, horarios con clases grupales donde por diez dólares un maestro te enseñaba y ahí empieza la historia de Claudia Acuña en Nueva York recorriendo todos los clubes de Manhattan. La ciudad fue mi escuela, trabajando en lo que fuera como cualquier inmigrante, paseando perros, cuidando niños, lavando platos en clubes de jazz, saliendo a cantar a las cinco de la mañana. Fue una etapa muy dura pero sentía que si tanto quería cantar, tenía que probar que estaba dispuesta a trabajar para lograrlo”. Cuando le pregunto por los clubes más importantes, me responde al instante: Smalls. Fue allí, en ese pequeño y vibrante sótano del West Village, ubicado a una cuadra de la Christopher St. Station, donde conoció a su mentor Harry Whitaker y su primera banda. Recuerdo esas tertulias durante las cuales me sentaba con otros jóvenes músicos de Israel, África, Grecia, Asia, en la parte de atrás de Smalls (donde ahora están los baños) a escuchar discos y ver videos de músicos legendarios, todos pegados, como súper nerd, como dicen acá. Smalls fue un hogar para mí y en ese tiempo era más austero; por ejemplo, no había barra, así que cada uno debía llevar su propia bebida y comida, era todo muy familiar, incluso después de un tiempo, como yo ayudaba en la limpieza del local, me pasaron una llave para que entrara a ensayar cuando quisiera. Lo mismo permitían a otros jóvenes músicos y nos íbamos turnando los lugares de ensayo. El peor estaba en la parte de atrás, al lado de los congeladores. Además yo parrandeaba mucho por ese sector junto a músicos mayores como Harry, quien fue una figura paterna para mi, y también con otros músicos de mi edad. Nos animaba otra energía, queríamos hacerlo todo. Íbamos hasta las cinco de la mañana de club en club en el West Village, y muchas veces alguien, de pronto, daba el aviso de que en tal club había un concierto de Prince o George Benson o Billy Higgins y corríamos de un lado a otro para alcanzar a entrar antes de que cerraran el club”. Luego, ya más pausada, menciona otros clubes importantes, muchos de los cuales ya no existen como el Tenth Street Club, Visiones, Metronome, donde conoció y tocó junto a músicos como el pianista Janson Linder, Avishai Cohen, Jeff Ballard y Abi Leibovich.

Claudia Acuña grabó en el año 2000, su primer disco “Wind from the South”, bajo el alero del sello Verve, donde han fichado figuras como Diana Krall, Natalie Cole, Ella Fitzgerald, Nina Simone. Claudia fue la primera mujer latinoamericana en lograrlo. Luego vendría “Rhythm of Life” (Verve, 2002), “Luna”(Maxijazz, 2004) “In These Shoes”(Zoho Music, 2008), “En este Momento” (Marsallis Music, 2009) y recientemente “Turning Pages” bajo su propio sello (Plaza Independencia), siendo un nuevo cambio en su carrera. En todos ellos siempre ha incluido temas del repertorio latinoamericanos , como “Volver a los diecisiete” o “gracias a la vida” de Violeta Parra, “esta Tarde vi llover” de Armando Manzanero, “Oceano” de Djavan o “El Cigarrito” de Víctor Jara, “Yo confirmé mi compromiso con mis raíces y me comprometí a que siempre iba a cantar, aunque sea una canción, que representara de donde vengo, para que al publico le quedara clarísimo que yo soy una mujer inmigrante.

FINAL, TURNING PAGE. Este álbum es la historia de los últimos nueve años de la cantante: el amor y luego la separación, un hijo, sentirse destrozada para luego tener que volver a levantarse y dar vuelta a la página. Su álbum tiene el aval de una exitosa carrera musical. “En una entrevista una periodista me dijo que soy parte de esa generación de músicos que llegamos de distintas partes con nuestras propias raíces e instrumentos para cambiar el eje del jazz”. Pero por otra parte, siente que salir con un sello propio tiene la limitante de que los festivales siempre van a preferir a las cantantes que viene respaldadas con sellos más grandes. Pero recientemente su trabajo obtuvo uno de los más importantes reconocimientos al ser nominado por el Grammy Latino 2019, entre uno de los mejores álbumes de jazz siendo ella la única mujer. “siento que es un verdadero honor que mi trabajo sea reconocido por mis colegas, la academia y la industria como uno de los mejores seis álbumes del año, y para mi tiene un doble mérito ya que fue realizado con mis propios recursos, a pulso, junto al trabajo de mucha gente que creyó en mi y me apoyó en todo momento. Como dicen acá, este trabajo fue un labor of love, un decreto de amor de mucha gente.

¿Qué significa ser mujer, artista y madre?

Cuando se supo lo de mi embarazo algunos me dijeron: “mi amorcito, tu carrera llegó hasta aquí no más”. ¿Por qué eso no se lo dicen a un hombre cuando va a ser padre? Es algo que está tan arraigado que ni siquiera se dan cuenta de lo que están diciendo. En este momento mi prioridad es mi hijo. Lamentablemente estoy divorciada, y era algo que no estaba planeado. Mi hijo está en una etapa en la cual me necesita y eso no lo voy a transar con nada. Eso ha tenido un costo para mi carrera ya que no estoy disponible en todo momento.

¿Que es para ti el éxito?

Es ser lo que soy ahora, una artista reconocida. Que mi hijo me diga ‘mamá a todos les gustó tu show’. El éxito es que mi hijo tenga su canción favorita en mi álbum. El éxito es tener la oportunidad de seguir intentándolo.

Si te marcharas de Nueva York, ¿qué te llevarías?

A esta ciudad llegué a los veinte años, y aquí perdí la inocencia en muchos aspectos, por lo que me llevaría la experiencia, las heridas, las lágrimas, las risas, los recuerdos y las lecciones aprendidas.

@lavidadepantagruel

Diciembre 3, 2019

ViceVersa

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