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Opinión

Con voz propia

Nuestra historia que prodigó valientes y pulcros hijos, como el Simón Bolívar que además de su Patria Venezuela fue el Libertador de la Bolivia que fundó, Ecuador, Colombia y Perú, hoy está subyugada por inescrupulosos militares que usurpando su venerable nombre, implantan la peor dictadura, como la que padecemos.

Militares han sido los 140 que nos han gobernados en los 207 años de vida republicana, frente a solo 30 civiles, que alcanzaron los 40 años continuos de la Democracia reconquistada el histórico 23 de Enero de 1958 e interrumpidos por la avidez castrenses de perpetuarse en el Poder. Honor a esos insignes entre quienes resalta el prestigioso rector de la UCV José María Vargas primer gobernante civil del país.

Sin desestimar el resto de valientes defensores de la libertad, agreguemos los nombres de los iniciales Presidentes elegidos por votación directa, universal y secreta: Manuel Felipe de Tovar y Rómulo Gallegos, el primero del siglo XIX y el segundo en el XX.

Militares fueron los de la lucha por emancipación, tal es el caso de Juan de Escalona, capitán del Batallón Veterano quien ocupó la Presidencia del triunvirato designado por el Congreso Nacional el 5 de marzo de 1811. Lo encabezaba el jurista civil Cristóbal de Mendoza, pero entonces se encontraba en Barinas y asumió una semana después.

El Precursor Francisco de Miranda siendo Presidente de los Estados de Venezuela recibió por decreto del Triunvirato ejecutivo del 23 de abril de 1812, con el rango de Generalísimo, el cargo de Dictador Plenipotenciario.

Recurridas contra la dictadura son las expresiones de Simón Bolívar, quien ejerció la Presidencia en cuatro períodos. En orden cronológico, algunos de sus mensajes:

"Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”; Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía. La dictadura fue consecuencia de la necesidad de mantener unida la Gran Colombia.

Hace 61 años se manifestó la dignidad de las Fuerzas Armadas que también la institucionalidad lucha por recuperar con el derribo de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, impuesta ante el fraude plebiscitario al desconocer Asamblea Constituyente de Oposición.

Tal nobleza se concretó en la Junta Cívico-Militar de Gobierno que presidió el Contralmirante Wolfgang Larrazábal, Comandante de la Marina secundado por las FAN en general.

Como en tiempos inmediatos a la gloriosa invocación del institucionalizado Día Nacional de la Democracia, este 23 de Enero es conmemorado. La cúpula de la FAN, denominación actual en singular, rechaza y reprime con violencia tal lo hizo en algunas zonas, entre ellas la de Maracay. Una vez más revela la mencionada cúpula su vinculación directa con el castro comunismo cubano. En la apertura de su discurso del acto para enfrentar las marchas de Oposición, el vocero oficial ideólogo teniente Diosdado Cabello, lo inició con un mensaje de salutación a la memoria del comandante en jefe Fidel Castro Ruz.

Para infortunio de venezolanos defensores de los derechos humanos, este régimen militar supera en saldo de represión a la deplorable dictadura perezjimenista. Asesinatos de actores políticos, presos incluida una significativa cifra de efectivos militares, bestiales torturas que hacen llamar SN, siglas de la criminal seguridad Nacional, al Sebin (servicio de inteligencia), enjuiciados, exiliados, inhabilitación de partidos políticos. Y ni se diga de la narcorrupción a la cual ha degenerado el absolutista régimen castrista.

Con la sana intención de reflexión, hemos reseñado sobre quienes nos han gobernado y lo que aún lo están haciendo.

Al MARGEN. Navegando entre dos aguas, remando con proa al presidente en el mundo calificado de usurpador e ilegitimo, están partidos que se dan de tercera fuerza. Vergüenza da negativa a participar en cabildos abiertos y sobre todo marcha del 23 enero. jordanalberto18@yahoo.com

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Jesús Elorza G.

En el último Consejo de Ministros, convocado por “El Usurpador”, la Fosforito andaba con una cara de arrechera que se notaba a leguas.

¿Qué le pasa camarada? …. ¿no durmió bien?, preguntó el “U”.

-Que me va a pasá, que me dejaron con los crespos hechos.

¿Cómo así? si usted siempre anda con esas mechas alborotadas.

-No te hagas el pendejo tú también. Me mandaste a dar una rueda de prensa para decirle al “mosquita muerta” de Guaidó que ya le tenía su celda lista…

¿Y?

-Como que ¿Y?, es que se te olvido que después de apresarlo inmediatamente lo soltaron y yo quede como una rolo ‘e bolsa frente a la opinión pública.

¿Y quién ordenó ese operativo?

-Ahora si es verdad que estamos jodidos, si no sabes tú, quien carajo va a saber. La policía política solo sigue ordenes tuyas …. no me jodas.

Yo no fui, dijo muy nervioso el “U”. Déjame averiguar qué fue lo que pasó.

-Consultado el jefe del Sebin, este se limitó a decir ¡¡¡que la orden vino de arriba!!!

Coño, pero si Yo soy el de arriba y no di esas instrucciones, ¿entonces quién fue?, dijo “U”….. ¿Sería Padrino? ….. ay papá. Tengo que ponerme mosca con eso, déjame llamar al jefe del G2 cubano, ese si me va a sacar de dudas.

-Cosa más grande camarada, la orden y posteriormente la contraorden vinieron de arriba, dijo muy serio el cubano mientras encendía un tabaco.

¿Y entonces? Si este dice que fue orden superior, debo pensar en Raúl Castro. Será que anda buscando congraciarse con Trump y me va a jugar camunina……Cilia, llama a la Habana para averiguar que está pasando.

-Hola Raúl, tiempo sin verte, como anda todo.

Óyeme tu, como que tiempo sin verme, si todos los fines de semana te la pasas en Varadero. No me marees con esa coba ….. si me estas llamando por el rollo con Guaidó, déjame decirte que esas órdenes de agarrarlo y soltarlo no fueron de nosotros, vino de más arriba.

-Verga, me cuesta creer que haya sido el camarada Putin o Jinping. Los rusos y los chinos ya lo tienen todo: Oro, diamantes, coltán y no creo que me vayan a jugar sucio.

El resto de los ministros permanecían en silencio y con cara de “yo no fui” esperando que se encontrara a los responsables de la detención/liberación de Guaidó.

En ese momento llegó el que faltaba, el ministro de comunicaciones. Lo más sorprendente es que entro silbando y cantando “La múcura está en el suelo/ mamá no puedo con ella”….

-“U” al ver aquello, increpó al camarada Jorge. ¿Te volviste loco? Que te pasa, ¿estas fumao?

No camarada, estoy alegre porque ya resolví el problema de la detención del loquito ese, y que presidente encargado. Lo mande a joder y soltar, como tú me dijiste, para asustarlo y hacerle ver quien manda. Pero, una operación que ha debido hacerse con la mayor discreción posible, se hizo pública y viral en las redes. No lo habíamos metido en la camioneta del Sebin, cuando ya más de 5 millones de personas lo habían visto en las redes.

Entonces, no me quedó más remedio que dar una contraorden y soltarlo. Rápidamente convoqué una rueda de prensa y dije que lo sucedido era “Un falso positivo”.

-¿Qué vaina es esa? o es falso o es positivo, pero las dos al mismo tiempo es raro, eso no cuadra, dijo “U”

Esa es una manera de decir si pero no. Y en la segunda rueda de prensa, explique que la comisión policial actuó de manera inconsulta, puesto que no había ninguna orden de captura. La detención de Juan Guaidó fue producto de un “show mediático” y publiqué la foto del Comisario Hildemaro José Rodríguez Múcura; quien fue el responsable de dirigir el operativo. Para hacer más creíble el cuento, le agregué que el comisario estaba siendo investigado por el G2 por sus nexos conspirativos con la oligarquía colombiana y el imperialismo norteamericano. Ya me puse de acuerdo con Tarek y lo pusimos a la orden de la Fiscalía 126 del área metropolitana de Caracas. Los jueces a la orden del camarada Mikel, lo condenaran mínimo a 30 años …. sin derecho a la defensa y menos a dar declaraciones a la prensa.

Camarada Iris, no te arrecheís, en la próxima oportunidad no lo soltamos y te lo entrego personalmente.

La expresión de alegría no se hizo esperar en los ministros. Encabezados por “U” todos a coro cantaban ….. Múcura está preso en la Tumba /y nosotros seguiremos en la rumba.

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La creciente deserción como factor subterráneo de quiebre de la disciplina de una organización que se minimiza al máximo, muestra como un vector de erosión de la tropa profesional repudia a Padrino López –que de espaldas a la doctrina militar- se ha empeñado en imponer tareas y misiones contrarias al espíritu castrense, que conducen a que los efectivos deserten de filas y lo muestren de manera pública. La expresión de hoy por parte de la Guardia Nacional en su elemento tropa profesional, como una acción violenta, despreciativa y calificativa de efectivos, en contra de quienes le comandan señala una abultada desobediencia, falta de espíritu militar y desprecio por una organización cerrada, que ha descuidado al hombre efectivo militar.

Numerosos efectivos han abandonado las filas por la incapacidad de los mandos, la irresponsabilidad de los comandantes, una carencia de logística, que sumada a la sumisión de los jefes de las organizaciones al régimen autocrático-militarista, ya no soportan más cuando han verificado que esos mandos y jefes militares -que han sido gobierno por más de 18 años- demuestran una gran incapacidad como gobierno en la persona del Ministro de la Defensa, que funge como operador de un régimen creador de una sociedad ahuecada que se transforma en diáspora, reflejando el sufrimiento de la nación toda, frente a un régimen militarista apoyado por una cúpula militar cercana a la insania.

Un gobierno militarista mafioso que además tiene en el cuerpo armado su brazo ejecutor de la violencia, pretende el apoyo irrestricto de unidades, materiales y equipos, en especial de la Guardia Nacional. Gobierno que aún no termina de comprender la familia militar, que niega la cantidad de efectivos que a diario se agrupan en el Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada para pedir su retiro. Es este gobierno y quienes tienen responsabilidad de comando, los ineptos, ineptos para garantizar el funcionamiento de la estructura, la ejecución de la logística y los criterios de seguridad y operacionales propios de una organización que se entienda sujeta a una pirámide organizacional.

La deserción, entonces, ha enjuiciado al cuerpo de generales que de manera obtusa acompañan a un régimen que, fracasado política, económica y éticamente, está cegado para entender la deserción que hoy se muestra como un pronunciamiento y que refleja la revuelta. El pronunciamiento como expresión de revuelta que hoy ha presenciado el país, es una prueba del fracaso del cuerpo de generales de esa organización. Hoy la nación venezolana cercana al 23 de enero está clara en cuanto a la existencia de condiciones de necesarias y suficientes, para que el elemento de tropa profesional de la Guardia Nacional que forma parte de las clases C, D, E y F se haya expresado frente a un Ambiente Político Real Violento, en donde todavía los generales creen que Venezuela en pleno siglo XXI… es un vivac.

El pronunciamiento más la deserción de los efectivos muestran un claro desprecio y desconfianza por quienes jefaturan el cuerpo armado, y ello queda reflejado en la situación de tensión 2 que describe el entorno interno militar. El pronunciamiento y la deserción hablan del Ambiente Político Real Violento, cuando los efectivos reclaman un comando, un mando y una logística que se responsabilice por la alimentación, el transporte y las necesidades diarias de hombre y mujeres que, alguna vez creyendo que estar a lo interno de esa organización militar les llenaría de orgullo su trabajo y responsabilidad para la defensa, la paz y el crecimiento de la república.

El pronunciamiento y la deserción hoy se han reunido en la persona de profesionales de la seguridad y orden público, que perteneciendo a la Guardia Nacional conocen de la disciplina, el rigor y la mística, y su fatiga frente a la inexistencia de mandos, que los ha conducido a presentar frente a la Venezuela social y la Venezuela política su desacuerdo al interior de la organización. El pronunciamiento y la deserción son la llaga organizacional que crea un hueco ético-institucional, que como factor subterráneo muestra la indignación, la inconformidad, el descontento y el desprecio por aquellos mandos y comandos que no cumplen con su deber, pero sí sirven de estafetas a personajes de la política y del gobierno.

La deserción habla de la baja o escasa moral del efectivo, que termina en una indisciplina creciente donde es corriente la murmuración transversal, con la cual la organización no tiene ninguna capacidad operativa. El pronunciamiento viene del descontento, la murmuración y la baja moral, donde no se puede reclamar lealtad para la organización y quienes comandan. El efectivo se siente manipulado, engañado y desatendido, lo cual conduce a la indisciplina y, a partir de esta realidad, se pasa a un pronunciamiento que muestra la inoperativivad de esa organización. Lo ocurrido hoy muestra como la carencia de disciplina, obediencia y mando se traga a una organización y crea una alerta sobre la realidad político-militar del país.

La deserción es la expresión a los falsos comandantes, incapaces de proteger y amparar a sus subordinados. El pronunciamiento es la expresión máxima de un descontento de efectivos que conocen de su limitación para realizar operaciones de vigilancia, custodia y servicios específicos, porque no tienen comando y servicios logísticos. Lo ocurrido hoy… no tiene respuesta en quienes accionaron hoy llenos de presión, tensión, dolor y amargura por su condición de efectivos, sin respuesta en la política militar que hoy afecta al Estado-nación venezolano. La deserción, como la revuelta, sigue y crece. Terminará por liquidar al ministro marxista-leninista, que aún no sabe por qué y cuántos efectivos del cuerpo armado miran la deserción y el pronunciamiento como la expresión lógica que, ciertamente, hoy compromete su responsabilidad incumplida.

Es original,

Director de CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 21 de enero de 2019

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Pedro Vicente Castro Guillen

Les confieso que había pensado el titulo inicial de este artículo: “Tenemos una estrategia”, pero está muy claro que en la política moderna de acuerdo al Maestre Maquiavelo las estrategias no se revelan, podríamos agregar, que por razones obvias.

Después de muchos esfuerzos y tiempo se ha logrado que confluyan en un mismo camino varias fuerzas políticas sobre todo las que están en la Asamblea Nacional (AN) más otras que se agrupan en la intersectorial sindical, intergremial, el comité de conflicto y otros sectores sociales que actúan bajo el paragua del Frente Amplio. Ahí se ha logrado una Política bajo la dirección de la AN.

Ello se facilitó con la decisión de los partidos de respetar el acuerdo de la sucesión en la Presidencia de la AN, lo que permitió fortalecer una unidad política que es indispensable para salir de este régimen, a esto ayudo y mucho la inmensa presión social porque apareciera una política que marcara una trayectoria clara y creíble para acabar con el inmenso sufrimiento social resultado de una hiperinflación que maduro no hace sino alimentar día a día, la caída imparable de la producción petrolera, la debacle de los servicios públicos, la huida de los venezolanos (sobre todo los jóvenes) frente a la imposibilidad de poder subsistir a la que se suma la incapacidad de formarse una expectativa de futuro en la Venezuela subyugada por el castro-chavismo-madurismo.

La elección como Presidente de la Asamblea nacional del Diputado Juan Guaidó, ha proporcionado una cara, un liderazgo, que los ciudadanos estábamos clamando porque apareciera. Ya está ahí. Y planteó en el Cabildo realizado en Caracas el viernes 11 pasado del corriente que el asume el reto con la fuerza que proporciona el apoyo de todos los venezolanos que queremos que esto acabe. No voy a entrar en detalles jurídicos sobre todo lo que implica la usurpación del poder por parte de Maduro, porque otras personas más competentes que nosotros han planteado el tema con mayor claridad.

Lo concreto es que la unidad es con la Asamblea Nacional que hoy con Juan Guaidó a la cabeza se convierte de manera clara en la dirección política de la oposición que está en perfecta sintonía con el mundo democrático que hoy de manera abierta y sin ambages desconoce a Maduro como presidente legal y legítimo de nuestro sufrido país y, lo conoce como el sátrapa que es de hecho en un ejercicio despótico del poder.

Ahora a los ciudadanos nos toca responder al llamado del Presidente Juan Guaidó y apoyar generando la masa que produce la fuerza que se necesita para expulsar del poder a Nicolás Maduro y su mesnada de turiferarios que le secundan. Necesitamos manifestarnos, mostrarnos a nosotros mismo y al mundo democrático que somos mayoría, que estamos como un bloque por terminar el mandato tiránico del socialismo en el siglo xxi.

El próximo 23 de enero, fecha que conmemora la conquista democrática con la caída de la dictadura del Gral. Pérez Jiménez, todos estamos obligados a tomar la calle acompañando a la Asamblea nacional, a los partidos, a las fuerzas políticas, sindicales, gremiales y sociales que tenemos el único fin de terminar con la destrucción nacional y conquistar una patria Republicana y Democrática. Debemos responder con fuerza y determinación al llamado del Presidente Guaidó de que seamos la fuerza que el necesita para realizar la tarea que todos deseamos ver a Nicolás y sus secuaces fuera del poder. @pedrovcastrog

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¿La llamada Ley marco de estatuto de transición política y restitución de la vigencia de la constitución es asumida por los dirigentes políticos como una herramienta para lograr cohesionar a la sociedad venezolana en función de una hoja de ruta hacia un cambio político?

¿De qué manera el ciudadano logra entender la relación entre esa Ley marco y las tres etapas a las que el diputado Juan Guaidó se ha referido en cada cabildo abierto?, a saber: el cese de la usurpación, instalar un gobierno de transición y convocar a elecciones libres.

En ese mismo sentido, el denominado Plan País ¿tendrá alguna relación con esas tres etapas que se han divulgado a lo largo y ancho del país, logrando con ese ejercicio de encuentro entre el presidente de la Asamblea Nacional y los electores restaurar los niveles de conexión entre estos dos actores claves en cualquier proceso político que se asuma como transición o cambio político?

Hay tres piezas importantes de un rompecabezas llamado “transición”. Una de ellas es la hoja de ruta política que está expresada en esa Ley marco. La otra es la hoja programática, que puede identificarse en el contenido del Plan País. Por último, el liderazgo político que hoy encuentra en Juan Guaidó un rostro joven, sin desgaste y con mucha energía.

Juan Guaidó pareciera está llamado a asumir un papel de líder cohesionador, que como bien lo describen distintos autores, es aquel que se destaca por ser cooperador, mediador en cualquier conflicto o enfrentamiento, sensible, amigable, empático y asertivo, capaz de liderar un proceso político complejo y procurar la integración, la unión de todos los actores sociales y fomentar la creencia en el principio que dice que “todos somos uno”.

Como presidente de la AN, a Guaidó le corresponde reconectar al Parlamento con sus electores. En tal sentido, su tarea inmediata es procurar restaurar niveles de confianza en la Asamblea Nacional y su capacidad de actuar con la mayoría democrática en un clima de armonía, que solo puede ser producto de un pacto o acuerdo entre los parlamentarios democráticos.

Restaurando la confianza del elector con la Asamblea Nacional, podrá lograr que haya una efectiva defensa de la institucionalidad del Poder Legislativo y una mayor disposición a respaldar sus acuerdos y posiciones políticas en defensa de la restitución del orden constitucional y democrático en Venezuela.

Así mismo, Guaidó tiene la oportunidad de unir las piezas de un rompecabezas llamado unidad superior, a través de la cual se podrán concretar con mayor efectividad las acciones que concretarán en la práctica la aplicación efectiva del artículo 333 de la Constitución, el cual es genérico y muy amplio, dando lugar a muchas interpretaciones. Eso solo un líder cohesionador podría superarlo, a través de la construcción de consensos entre todos los sectores de la sociedad civil.

En este sentido, Juan Guaidó se convierte en un líder cohesionador promotor esencial de la Unidad Superior y de la construcción de una hoja de ruta compartida hacia el cambio político del país. Así como hace 20 años la interpretación judicial permitió buscar en la soberanía popular la ruta hacia el cambio político, hoy, nuevamente, tenemos que buscar en la soberanía popular y en los instrumentos propios de la Asamblea Nacional, la interpretación jurídica para lograr una solución política.

Pero aquel momento de la decisión de la Corte Suprema de Justicia, el 19 de enero 1999, fue asumido en términos generales como un “momento constituyente”, tal y como lo calificó el doctor Allan Brewer Carías. Hoy el momento es otro y a diferencia de hace 20 años, no hay un Tribunal Supremo de Justicia que esté al servicio de la democracia y de la sociedad en la búsqueda de una solución.

Cuando Guaidó plantea como primera parte hacer que cese la usurpación, a mi entender, se refiere a restituir el orden constitucional y, entonces, abordar el orden democrático a través de una transición que le lleve a juramentarse formalmente como Presidente provisional.

Pero hay que tener claro que el derecho no es suficiente para poder impulsar ese proceso político de cambio que todos aspiramos. Lograr ese cambio sin la institucionalidad debida es una odisea y un gran reto que solo la Asamblea Nacional, con su legitimidad y legalidad, puede responder en el marco de los artículos 5 y 333 de la Constitución.

Los cabildos abiertos y sus decisiones vinculantes han despertado la esperanza, son parte de la institucionalidad que necesita el país y son espacios en los cuales se reivindica la participación ciudadana, confiscada en estos tiempos por el poder popular.

Pero los cabildos abiertos son una pieza más, también necesitan de una institucionalidad efectiva para hacer que sus decisiones sean de manera efectiva vinculantes. Por su parte, la Asamblea Nacional debe mirar ese ejercicio de participación e inclusión a través de los cabildos abiertos, como una herramienta que les ha permitido relegitimarse como único poder político válido del Estado venezolano.

En lo personal, creo que los cabildos deben seguir realizándose, pero los mismos deben concluir con manifiestos, con declaraciones que reafirmen el Acuerdo de Usurpación de la AN, que respalden la Ley marco de transición. Por su parte, la Asamblea Nacional debe asumir el debate del Plan País y transformarlo en un acuerdo político que vuelva a los cabildos abiertos para ser validado y debatido. Pero también, para qué con los diputados electos en los circuitos respectivos, electores y elegidos, construyan la visión del país federal y descentralizado en el marco de esa hoja de ruta y adecuando ese contenido a la realidad propia de cada estado.

No cabe duda que el liderazgo que impulse el cambio debe venir de la sociedad democrática, pero la ruta debe ser dibujada bajo la conducción de la Asamblea Nacional. Para que esa conducción logre la suficiente confianza en sus electores, Juan Guaidó debe asumir un liderazgo cohesionador como reto inmediato. Las piezas parecieran estar allí, ¿será este el momento del cambio?

@carome31

22 de enero de 2019

POLITIKA UCAB

https://politikaucab.net/2019/01/22/un-liderazgo-cohesionador-para-enfre...

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El comentario de la semana

Nosotros los venezolanos vamos a estar presentes este 23 de enero, participando activamente, porque tenemos claro, en primer lugar, que se trata de un deber, y los ciudadanos cumplimos los deberes con la misma fuerza con la que reclamamos el respeto a nuestros derechos. Así se construye una República y a esa costumbre debemos apelar todos si realmente queremos reconstruir moral, cívica, cultural, económica y socialmente a Venezuela. La tragedia que estamos sufriendo no se soluciona con mesías o caudillos. Para salir de esta situación es indispensable que los ciudadanos tomemos conciencia del momento, del daño causado y del enorme potencial que tenemos para superar la crisis, si todos remamos en la misma dirección.

Si algo bueno pudiera dejarnos esta crisis, es que con ella podrán irse los viejos vicios y también los nuevos, los ladrones de ayer y los de hoy, los mentirosos y los egos que permitieron la llegada de esta revolución del mal y los que ahora con esas mismas prácticas tratan agónicamente de mantenerlos, de mantenerse o de sobresalir con el “pescueceo”. El final de esta crisis está cerca y con ella debe morir la politiquería, -de ayer y de hoy y venga de donde venga-, para dar paso el ejercicio de la política decente, transparente, clara y de cara al ciudadano. Y el ciudadano, en esta nueva hora, no puede quedarse, como ayer, pintado en la pared viendo como cobran y se dan el vuelto. Es imprescindible que la ciudadanía, la Sociedad Civil toda, participe activamente y ello significa entender que también tenemos una alta cuota de responsabilidad en la reconstrucción nacional y que debemos estar vigilantes, exigir, supervisar, controlar y velar por un desempeño dentro del “deber ser”.

Valoramos que la Asamblea Nacional, su nueva directiva, decidiera reconstituirse y retomara el contacto con el país, con los ciudadanos, no solo para respetar lo establecido en los artículos 66 y 197 de la Constitución Nacional, referentes al derecho que tenemos los electores a que nuestros representantes rindan cuentas públicas, transparentes y periódicas sobre su gestión … o que los diputados están obligados a sostener una vinculación permanente con los electores, mantenernos informados y escuchar las sugerencias que se les pueda hacer … sino además, porque están dando respuestas al clamor nacional y están tratando de recuperar la legitimidad de desempeño que se ha perdido desde el 2016. Por eso Aragua en Red apoya la realización de los “Cabildos” como mecanismo de información para el ciudadano y como herramienta para unificar y masificar el mensaje.

Nuestro camino de lucha ciudadana no termina este 23 de enero, si es que hemos entendido bien de lo que se trata, es decir, 1.- Sacar a un gobierno incapaz, delincuente y usurpador. 2.- Superar un sistema económico y social empobrecedor e indigno. 3.- Echar las bases para establecer constitucionalmente un gobierno de transición con un plan de emergencia nacional previamente acordado y dado a conocer al país, garantizando así su gobernabilidad. 3.- Preparar una elección nacional, transparente, legal, legítima, constitucional y finalmente, 4.- Manteniendo esa unidad de propósitos y ocuparnos sin exclusiones a reconstruir a Venezuela.

Entendida la hoja de ruta anunciada, “asumida la actitud vigilante y la participación activa” de la cual hemos hablado, es necesario ahora imponernos dar respuestas: ¿Cómo hacemos todo eso? Primero: Vamos a sacar a este gobierno porque los ciudadanos decidimos hacerlo, actuamos sin cálculos y no vamos a retroceder hasta lograrlo. Segundo: Porque sabemos que existen distintos planes de reconstrucción nacional de mediano y largo plazo y ahora debemos exigir que sea uno solo, previamente discutido y acordado nacionalmente, al que vamos a apoyar todos los venezolanos. Tercero: Entendemos que es necesario pasar por un gobierno de transición, pero debemos exigir las bases legales y constitucionales que lo hagan posible, (haciendo más fácil el reconocimiento internacional). Necesitamos una Ley de Transición y un acuerdo político que le de sustento a dicha transición, -ambas cosas debemos exigirlas-. Cuarto: El país quiere y requiere una elección presidencial, pero es necesario exigir que los responsables de llevar adelante los cambios y mecanismos que la hagan posible, se ocupen sin más dilaciones de hacerlo. Necesitamos cambios en el CNE, nombrar a los rectores que corresponden y cuyo tiempo está vencido. Ocuparse de corregir los vicios legales que enturbian el proceso electoral y eso es URGENTE y tiene meses de retraso. Quinto: Necesitamos consolidar la UNIDAD NACIONAL en el propósito de reconstruir a Venezuela, para ello se requiere la participación de todos los que de buena voluntad sientan la necesidad de actuar y ese llamado debe ser sin exclusiones. Para lograrlo es imprescindible la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional. Todo esto es posible, pero los ciudadanos debemos exigirlo a los responsables de llevarlo a cabo, tenemos que contar con las herramientas para lograr el cambio, basta ya de tanto hablar y de no hacer nada. Sexto: Esa Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional también debe amparar a los miembros de la Fuerza Armada Nacional. Al margen de que pueda gustarnos o no, debemos tener claro que todos los cambios que requiere nuestro país a corto y mediano plazo son posibles con el concurso de la actual Fuerza Armada nacional que ha comenzado a entender que su servicio al país pasa por el acatamiento de lo establecido en la Constitución Nacional. Más pronto que tarde debe convertirse en la Fuerza Armada de Venezuela y de todos los venezolanos. Séptimo: Debemos agradecer el contundente apoyo internacional que estamos recibiendo en nuestra lucha democrática, pero a la vez, estamos obligados a ponérsela más fácil a la comunidad internacional y para eso es necesario dar respuestas y soluciones constitucionales y legales a los problemas nacionales y mostrar una cara UNIDA, -no de la oposición-, sino del país democrático y eso incluye a la sociedad civil partidista y no partidista, pero especialmente a los partidos políticos.

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Luis Ugalde

El desierto reverdece y donde todo era aridez y tristeza brota la primavera. Es un hecho indudable que desde el 5 de enero el país vuelve a sonreír en medio de su enorme y creciente tragedia. Hay salida, hay fuerza de cambio, hay esperanza creativa y empieza a despuntar la imprescindible unión superior entre diversos. Casi inesperadamente las miradas del país y del mundo democrático se centran en la legítima Asamblea Nacional con su Presidente Juan Guaidó y su Directiva unitariamente elegida. Guaidó simboliza el futuro democrático sin odios, con la mano abierta al abrazo e invitando a su apoyo y responsabilidad decisiva a quienes lo pueden y deben dar: el pueblo movilizado y repolitizado y la Fuerza Armada democrática. Tres palabras claves: Usurpador, Transición y Elecciones Libres. Guaidó ha expresado con mucha claridad que para sacar al usurpador hay que poner a valer el sentimiento democrático de la inmensa mayoría de los venezolanos y ha invitado por activa y pasiva a la Fuerza Armada a cumplir su deber constitucional. La Asamblea propone una Ley de Amnistía para los civiles y militares que den su paso decidido para salir de este régimen colapsado y sin esperanza que ha entronizado la miseria. Los gobiernos democráticos del mundo han manifestado su apoyo a la AN en la tarea de reponer la constitución y restablecer la democracia.

Seguramente no se podrá realizar antes de fines de 2019 la elección presidencial libre y democrática (que fue negada en 2018) sin presos políticos, sin candidatos ni partidos inhabilitados, sin ANC dictatorial y supraconstitucional, con nuevo CNE y con todo el proceso electoral transparente. Pero la transición ya la siente cada uno de los venezolanos en su interior y en un mes su esperanza ha pasado de la noche al día. Ahora hay que cuidar que no se apague, sino que se convierta en fuerza eficaz para el cambio. La política sin emoción no se mueve, pero ésta sin racionalidad se estrella. Los dirigentes deben sobresalir por su capacidad de mover emociones y orientarlas con serenidad, como Guaidó lo va haciendo: escuchar al pueblo y dirigirlo con esperanza creativa, sin caer en ilusiones frustrantes. La política transforma lo posible para convertir en realidad lo necesario.

23 de enero con tiempos distintos. El proceso electoral necesita nueve meses para hacer realidad una elección de Presidente en forma limpia y libre. En cambio es criminal cada día que se demora la creciente hiperinflación y el cierre a la ayuda humanitaria. Abrir puertos y aeropuertos para que entre la solidaridad internacional y unir los corazones de millones de venezolanos para activar un inmenso voluntariado sin barreras, que nos moviliza y une. Sería criminal que el usurpador impusiera más meses sus políticas económico sociales que hunden la producción nacional, cierran las empresas y matan de hambre y exilio a millones de venezolanos. Venezuela no puede salir de esta inmensa tragedia sin cambiar cuanto antes de régimen y desarrollar la producción económica y mejorar el poder adquisitivo salarial, sin una muy fuerte ayuda internacional, con refinanciamiento de la deuda e inversión. Es imposible que todo esto ocurra con este usurpador empeñado en sustituir la realidad trágica con mentiras e ilusiones de prosperidad al tiempo que sus políticas refuerzan las ruinas. La tragedia nacional hay que frenarla ya, aunque el nuevo gobierno democráticamente elegido no pueda llegar antes de un año. Por eso es imprescindible que avance la transición que ya ha comenzado. Impresiona ver y sentir que en una semana millones de venezolanos han pasado de una aparente parálisis desesperada a una movilización de esperanzas. Las Asambleas y Cabildos Abiertos están brotando como hongos con una ciudadanía movilizada, reflexiva y exigente.

El 23 de enero es la fecha emblemática de la unión de todos los demócratas civiles y de la Fuerza Armada para salir del dictador. El primer gran cambio será encontrarnos ese día multitudinariamente en más de un centenar de plazas y calles dentro y fuera del país. Vernos y sentirnos movilizados y que el mundo nos vea así. Que la Fuerza Armada se identifique sumándose y se redima diciéndole al usurpador y a los cubanos que se tienen que ir para que Venezuela viva. Este 23 de enero no será el final, sino la prueba de que la transición acumula fuerzas aceleradamente. Como dice el bíblico salmo 126 “Los que siembran con lágrimas cosechan con cantos de alegría” y ven que el desierto reverdece.

Después de estas primeras lluvias se abre la etapa de nuevas siembras y cosechas que exigen esmerada preparación de la tierra y sin precipitaciones. Se multiplicarán los cabildos, se repolitizará la sociedad civil con nueva conciencia ciudadana y renacerán los valores morales: todos unidos para salir del túnel de la muerte, todos unidos en defensa de la vida.

No confundir la esperanza creativa activada con la ilusión mesianista de un juramento solitario. Venezuela guiada por su AN y su Presidente Guaidó (que ha demostrado valor y serenidad) entra en una nueva etapa, asumiendo con responsabilidad y creatividad lo público arrebatándolo a quienes lo han convertido en botín criminal. El cambio y la transición están en marcha, porque en marcha está - no una juramentación sin soporte social ni fuerza-, sino el pueblo soberano que camina hacia la reconciliación para restablecer la gran unión nacional capaz de producir libertad y vida entre todos y para todos.

Caracas, 21 de enero de 2019

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