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Opinión

Maracay, 30 de noviembre de 2016

Ciudadanos

Miembros de la Mesa de la Unidad Democrática Nacional (MUD)

Grupos G-4,G-9 y G-17.

Su despacho.

Aragua en Red, plataforma unitaria de la sociedad civil aragüeña, conformada por once (11) organizaciones, nos dirigimos a ustedes en la oportunidad de expresar con todo el respeto y afecto, en el marco del cambio urgente que reclaman todos los venezolanos, con el mejor de los propósitos y en el ejercicio de la práctica democrática que debe caracterizar a la sociedad que debe emerger de este desastre, nuestro parecer sobre los siguientes aspectos:

I.- La situación actual del país

El país vive una tragedia, caracterizada por muertes, hambre y desnutrición, debidas a la falta de medicamentos y alimentos, a la escasez de medicinas e insumos en los hospitales, y a la acción del hampa; todo esto en el contexto de un proceso inflacionario que se le ha escapado de las manos a las autoridades.

En este panorama desolador, vemos con asombro a la máxima autoridad nacional bailando salsa, sin sentimientos de solidaridad y sensibilidad humana, demostrando desconocimiento e incomprensión del problema, y sin valor para asumir su responsabilidad facilitando el cambio indispensable, razones que le han generado el rechazo mayoritario del pueblo.

II.- El verdadero problema no son los gobernantes solamente

El repudio del pueblo contra el gobierno es incontestable. Ya no le cree sus historias, sabe que miente con descaro, por lo cual está muy debilitado, aunque no está caído. Para que salga del poder por la ruta establecida: “pacífica, constitucional, democrática y electoral”, debe haber una acción concertada y coordinada de las fuerzas que le adversan.

Hablamos de la unidad que va más allá de lo declarativo, porque vemos contradicciones muy importantes en las acciones de la MUD. En tal sentido proponemos “más y mejor unidad” y para lograrla proponemos un conjunto de ideas:

a.- Unidad organizativa, que requiere la incorporación de todos los partidos, más allá de las organizaciones políticas más votadas hace un tiempo, así como de organizaciones de la sociedad civil (gremios, sindicatos, Asociaciones Civiles, etc.), con la presencia de personalidades según los temas que se traten. Aunque se puede pensar que es difícil trabajar con esa pluralidad, que lo es, la amenaza para la vida de millones de venezolanos requiere el esfuerzo para concertar el mayor número de voluntades ganadas para generar el cambio.

b.- Unidad táctica y estratégica, que demanda discutir y aprobar objetivos, rutas y metas concertadas, las alianzas, manejos de coyunturas, fortalezas, debilidades, información, actividades, recursos, precisando los factores internos y externos que pueden afectar el éxito.

En tal sentido, como es de la naturaleza de los actores políticos la obtención del poder y, por lo tanto, cada líder y organización tiene la tendencia natural a aspirar al mismo, es menester acordar un proceso de transición donde estas aspiraciones no conspiren contra el objetivo de lograr el cambio.

c.- Unidad en la comunicación, con lo cual todas las personas que representan a las tendencias distintas que buscan el cambio tengan en el fondo un solo discurso, coherente, en sintonía con quienes cumplen funciones de liderazgo, disminuyendo la dispersión declarativa actual, que solo genera confusión y frustración. Además, se debe evitar repetir el neo-lenguaje oficialista, en lo que han tenido éxito cuando repetimos sus expresiones: “4ta república”, “diputados de la patria”, “sabotaje de la economía” o no se mencionan los presos como lo que son: presos políticos, por solo mencionar algunas.

d.- Unidad en la acción, que significa propuestas de acción concertadas y convocadas por el conjunto de los partidos políticos y otras organizaciones de la sociedad civil, lo cual generará mejores resultados y no la notoria parcialidad que hoy solo denotan dispersión.

Todo lo anterior, ante el panorama cambiante que cada día genera una nueva amenaza, un hecho escandaloso, un desafío inesperado pero siempre intimidante, resulta obligante mantenerse en “asamblea permanente”, sin dejar de atender las obligaciones ejecutivas, legislativas, productivas, de estudio, o de cualquier otra índole, para concertar –palabra clave- las medidas a tomar. Esa es la unidad a la cual aspiran los venezolanos: ¡más y mejor unidad!, “Si así lo hicieran, que Dios y la patria os lo premien, de lo contrario, os lo demanden”.

Por la Junta Directiva de Aragua en Red:

Luís Carlos Solórzano, Coordinador General

Ada Lugo, Vocal Principal

Amanda Dagger, Vocal Principal

Rosa Pérez Sira, Vocal Principal

Edgar Capriles, Vocal Principal

Jesús Elorza, Vocal Principal

Juan Gonzalo Aguilar, Vocal Principal

Lester López Secretario Ejecutivo

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COMUNICADO

Pueblo de Venezuela

Excelentísimo Monseñor Claudio María Celli, representante de la Santa Sede ante la Mesa de Dialogo

Excelentísimos expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos, representantes de Unasur ante la Mesa de Diálogo

En Venezuela vivimos momentos terribles. En las últimas horas nuestro pueblo se vuelve más pobre minuto a minuto por los efectos de la destrucción de nuestro signo monetario y de toda la economía nacional, consecuencia de un modelo generador de miseria y de la actuación de un régimen ineficiente y corrupto. Mientras eso ocurre, el proceso de búsqueda de soluciones a través del diálogo se encuentra detenido por el incumplimiento del gobierno de los acuerdos logrados en las reuniones plenarias de la Mesa de Diálogo Nacional realizadas los días 30 de octubre, 11 y 12 de noviembre. En nuestro país no habrá solución al problema del hambre creciente, ni a ningún otro problema, hasta tener una solución electoral que permita al país dotarse democráticamente de un nuevo gobierno, y el cumplimiento de esos acuerdos son pasos fundamentales para lograr tal solución electoral. Ante esa extremadamente grave situación, la Mesa de la Unidad Democrática se pronuncia ante el país y el mundo en los siguientes términos:

1) La Mesa de la Unidad Democrática, cumpliendo sus compromisos y por solicitud de los acompañantes de la Santa Sede para facilitar el proceso de diálogo, ha dado gestos claros de cumplimiento, al suspender acciones de calle y modificar la agenda parlamentaria postergando la evaluación de la Responsabilidad Política del Presidente Nicolás Maduro.

2) En fecha 15 de noviembre de 2016 los diputados de Amazonas Nirma Guarulla, Julio Ygarza y Romel Guzamana se desincorporaron permanentemente de la AN dejando sin efecto su juramentación realizada el 28 de julio de 2016. El mismo día, en la sesión de la Asamblea Nacional su Junta Directiva se dio por notificada dando efecto inmediato a la desincorporación solicitada por los diputados. El día 22 de noviembre de 2016, el Presidente de la Asamblea Nacional remitió al Tribunal Supremo de Justicia comunicación confirmando la desincorporación de los diputados electos en el estado Amazonas.

3) Con estas acciones la Mesa de la Unidad Democrática cumplió su parte de los acuerdos realizados hasta ahora en la Mesa de Diálogo Nacional que se instaló el 30 de octubre en procura del objetivo central que el país democrático tiene en esa instancia: avanzar en la construcción de una solución electoral a la crisis.

4) Pero el gobierno NO ha cumplido, por lo que exigimos al Gobierno Nacional que cumpla sus compromisos sin mayor dilación. En este sentido es necesario que ANTES de la próxima sesión programada de la Mesa de Diálogo para el 6 de diciembre deben darse muestras claras de avance en cumplimiento de los siguientes temas:

a. Instar a la Sala Constitucional del TSJ a restituir las competencias constitucionales de la Asamblea Nacional, dejando sin efecto la condición del falso "desacato" y las sentencias que durante meses han restringido al Poder Legislativo nacional.

b. Nombrar dos rectores del CNE y sus respectivos suplentes, de común acuerdo entre las partes, de manera que comiencen a ejercer el 4 de diciembre de 2016 cuando vence el plazo constitucional de las rectoras Socorro Hernández y Tania D’Amelio.

c. Liberar presos políticos e instalar una Comisión de la Verdad cuya estructura sea acordada por las partes.

d. Abrir el canal humanitario y poner en marcha mecanismos transparentes de importación y distribución de alimentos, medicinas y suministros médicos urgentes para los sectores de la población afectados por la crisis.

e. Convocar en fecha acordada entre las partes, mediante sentencia de la Sala Electoral del TSJ, las elecciones en el estado Amazonas de forma de restituir la representación de ese estado en la Asamblea Nacional.

5) El gobierno debe cumplir los compromisos que ha adquirido ante el representante del Vaticano y demás facilitadores. Hasta que eso ocurra, la Unidad Democrática revisará su presencia en la Mesa de Diálogo Nacional en términos que anunciaremos públicamente el próximo 6 de diciembre. Sólo cuando el gobierno dé muestras claras de cumplimiento de los compromisos arriba enunciados, reanudaremos plenamente nuestra participación en la Mesa de Diálogo, y lo haremos ratificando nuestra agenda que promueva acordar mecanismos CONSTITUCIONALES, ELECTORALES, DEMOCRÁTICOS y PACÍFICOS para superar la profunda crisis política, institucional, social y económica que atraviesa VENEZUELA.

6) La MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA permanecerá en contacto permanente con los representantes del gobierno, así como con los acompañantes del Vaticano y de Unasur, para verificar el cumplimiento de los acuerdos y de esa forma poder continuar con la agenda de la Mesa de Diálogo.

Cualquier instancia de diálogo, encuentro o negociación es inútil sin garantías de cumplimiento de los acuerdos alcanzados entre las partes en presencia de los acompañantes del Vaticano y de Unasur. La contumaz negativa del gobierno a cumplir los acuerdos que le corresponden, son una clara muestra de que sus divisiones internas le impiden cumplir y por eso se sienta en la mesa para ganar tiempo y engañar al pueblo, no para abordar seriamente los problemas con la intención de resolverlos. Como la inmensa mayoría de los venezolanos, la Mesa de la Unidad Democrática quiere diálogo pero con resultados, resultados que permitan al país elegir democrática y constitucionalmente un gobierno de unidad nacional que sea capaz de detener la crisis económica, recuperar la gobernabilidad política, reconstruir la convivencia social y respetar integralmente los Derechos Humanos.

Mesa de la Unidad Democrática

Caracas, 30 de Noviembre del 2016

 4 min


Quienes una vez accedimos a la vida política siguiendo las noticias que nos llegaban de la Sierra Maestra, nos identificamos rápidamente con la guerrilla de Fidel Castro. ¿Quién que no fuera un malvado podía apoyar a Batista? La imagen mostrando a Cuba convertida en un burdel recorría al mundo. En Cuba había nacido una revolución y cada uno de nosotros, ni siquiera ventiañeros, proyectaba hacia la isla sus visiones de futuro.

Definitivamente, Cuba pasó a ser parte de diversas biografías. El rechazo al comunismo soviético y la revelación pública de los crímenes cometidos por Stalin, fueron hechos que impulsaron a no pocos jóvenes de mi generación a buscar una salida política que no fuera la mediocre oferta de las derechas tradicionales. El discurso del Che Guevara en Argelia afirmó nuestras convicciones: era posible ser revolucionario sin ser comunista y antiimperialista sin ser pro-soviético.

La idea de un socialismo latinoamericano parecía no ser solo una utopía. Si a eso sumamos las imágenes que nos llegaban desde Vietnam, horrores como los de la aldea My Lay, poblaciones completas padeciendo bajo el napalm, no parecía haber otra alternativa más digna que la ofrecida por Cuba.

La primera fisura colectiva y profunda ocurrió en 1968 cuando Fidel Castro, confirmando la primera gran capitulación de la revolución cubana, aplaudió la invasión a Checoslovaquia. Peor aún: la aplaudió aceptando que esa había sido una violación a la soberanía nacional de ese país.

Aún sin habernos distanciado públicamente nos repugnó la autocrítica despiadada que obligaron hacer a Herberto Padilla. Después nos enteramos de la vil persecución a que fue sometido Reynaldo Arenas. Las declaraciones de Guillermo Cabrera Infante nos impactaron. Las persecuciones a los homosexuales nos horrorizaron. El culto al paredón nos recordaba a nuestras lecturas sobre la Francia de las guillotinas.

Los que habíamos sabido de los crímenes de Stalin comenzábamos a entender lo que estaba sucediendo en la isla. Cuba dejó -no de un día a otro, lentamente- de ser la esperanza, el horizonte, el futuro. Cuba, la Cuba de Fidel, había roto con muchos de nosotros. El tiempo lo fue confirmando. Castro no era un libertador. Era, o llegó a ser, un simple dictador latinoamericano en una larga y siniestra galería de crueles dictadores.

Y sin embargo, dejó constancia, no me arrepiento de haber apoyado durante un tiempo a la Cuba de Fidel. Y lo voy a explicar:

Con la misma pasión con la cual una vez seguí a Cuba, comencé a seguir tiempo después a las revoluciones democráticas del Este europeo. Apoyé a Solidarnosc y a Walesa y no temo afirmar que hasta me identifique con ellos. Pero miremos a la Polonia de hoy. Un país gobernado por un autócrata rodeado de curas fanáticos amenazando a los derechos humanos y a las libertades públicas. A esas mismas libertades por las cuales los obreros de Danzig arriesgaron todo en su lucha en contra de la dictadura comunista.

Con la misma pasión con la cual seguí a Cuba, me identifiqué con la gesta antiburocrática iniciada por Gorbachov en la URSS. Pero miremos a la Rusia de hoy. Un imperio que amenaza a Europa, invade a Ucrania, comete genocidio en Siria y bombardea a poblaciones indefensas en el Oriente Medio. ¿Debo arrepentirme por haber apoyado a Gorbachov?

Con la misma pasión con la cual seguí a Cuba, apoyé a la revolución democrática de Hungría y a la Checoslovaquia de Havel. Hoy Hungría está gobernada por un neo-dictador y la Checoslovaquia de Havel no existe. ¿Debo arrepentirme por haber apoyado al nacimiento de la democracia en esos países?

Con la misma pasión con la cual seguí a Cuba apoyé a las multitudes disidentes de Dresden y Leipzig, reunidas en las plazas, todas gritando: “Nosotros somos el pueblo”. ¿Debo arrepentirme por haberme sentido tan cerca de esa gente solo porque hoy esa consigna es coreada por una chusma enloquecida de racistas? ¿Los mismos que en las noches incendian los albergues donde residen indefensos extranjeros?

Con la misma pasión con la cual seguí a Cuba, me pronuncié a favor de la llamada “primavera árabe”. A ese mismo pobre mundo árabe que hoy aparece otra vez envuelto en guerras fratricidas y pisoteado por nuevas dictaduras. ¿Debo arrepentirme por haber cifrado algunas esperanzas en ellos?

Con la misma pasión con la cual seguí a Cuba, apoyo hoy día a las fuerzas democráticas de la nación venezolana en su larga lucha en contra de la dictadura de Maduro ¿Deberé arrepentirme si después de la salida de Maduro esas mismas fuerzas democráticas convierten a Venezuela en un lodazal de corrupciones?

No voy a repetir la letra de la canción de Edith Piaf. Pero tampoco me daré golpes en el pecho. No. No me arrepiento de nada.

Con el correr indetenible de los años, he llegado a la conclusión de que uno –al menos en política- no debe identificarse con nada ni con nadie para siempre. Que el “para siempre” no forma parte de la condición humana. Que la historia política está formada por momentos. Y hay momentos luminosos y muchos otros de absoluta oscuridad. Y así como hay algunos que nos permiten vislumbrar al infierno, hay otros que nos muestran, si no al cielo, la ilusión de que podemos llegar a ser mejor de lo que somos.

Antes de escribir estas líneas he estado mirando con detención una foto. Fue tomada el 01 de Enero de 1959: Los muchachos de la Sierra Maestra hacen su entrada triunfal en La Habana con Fidel a la cabeza. No, no fue un error haberme sentido muy cerca de ellos. El error habría sido seguirlos “hasta la victoria siempre”. Y eso, en política, nunca hay que hacerlo con nadie. Con nadie.

28 de noviembre de 2016

http://polisfmires.blogspot.com/2016/11/fernando-mires-no-me-arrepiento-...

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Visión y Análisis

Acaba de morir Fidel Castro, hace pocas horas, viernes 25 de noviembre de 2016; el último de los líderes latinoamericanos del siglo XX. Participó en diversos eventos de ese siglo, a veces como protagonista individual, a veces como peón de las grandes potencias, no podemos negar su trascendencia en aquella época.

Lla prensa y televisión se harán eco de esta noticia, aunque a mi juicio, más por nostalgia y simbolismo que por consecuencias políticas reales, ya que Fidel estaba retirado desde hace tiempo y las decisiones y el verdadero poder político lo ostenta su hermano y heredero, Raúl Castro, el pragmático, que ha ido, poco a poco, desmontando la revolución, recortando el subsidio a los alimentos, recortando personal de la burocracia del Estado, permitiendo que lo cubanos viajen, creen empresas y realicen transacciones prohibidas por Fidel, como la compra y venta de vehículos y casas, en fin, demoliendo el socialismo y llevando a Cuba progresivamente al capitalismo, pero sin aflojar el estado represivo; eso vendrá más adelante, quizás cuando Raúl muera.

Volviendo a Fidel, hay una anécdota, mejor dicho, más que una anécdota un evento histórico desconocido para la mayoría de los venezolanos, sobre todo de los llamados “de izquierda”, que es deber ciudadano conocer: la disputa histórica de Fidel Castro con el padre de la democracia contemporánea venezolana, Rómulo Betancourt.

Ambos líderes vivieron procesos inversos en sus vidas. Fidel perteneció a la élite social cubana, estudió en colegios católicos, estudio derecho y enfrentó la dictadura de Batista mediante un juicio, luego mediante la guerra; originalmente se manifestó demócrata, y gracias a ello logró importante apoyo en los sectores liberales de los Estados Unidos; luego que conquistó el poder se declaró socialista, formó un partido uniclasista e instauró la “dictadura del proletariado”, aunque en realidad fue la dictadura de los Castro.

Betancourt nació en la clase media, estudiante rebelde, se alzó contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, fue exiliado a Costa Rica, donde se fue fundador, militante y miembro del buró político del Partido Comunista Costarricense (PCC), participando activamente en la huelga bananera de 1.934. El PCC decide ignorar las órdenes de Moscú y busca crear un comunismo “tico”, forma alianza con el partido Republicano Liberal y logran una importante serie de reformas sociales, como Ley del Trabajo, seguridad social, educación universitaria pública, demostrando que la evolución puede más que la revolución. Esto marca un viraje en Betancourt, del socialismo hacia la social democracia. Rompe con el PCC y regresa a Venezuela a formar un partido social demócrata, policlasista, incluyente que permita realizar reformas sociales y económicas para el progreso de Venezuela.

Castro logra el derrocamiento de Batista, Betancourt, a través de su partido, participa en el derrocamiento de Pérez Jiménez, Betancourt es elegido presidente en 1959, Castro toma el poder en 1960. Aquí comienza el duelo. Betancourt alienta la democracia, la reforma social y económica, la participación del pueblo mediante el voto y la representación parlamentaria; Castro aboga por la fuerza, la revolución, la dictadura del proletariado, la obediencia del pueblo al líder.

La victoria de Castro deslumbra las juventudes latinoamericanas, nuestros jóvenes piensan que la reforma es por naturaleza timorata, la revolución es inmediata, ¿Por qué ir paso a paso si se puede hacer todo de golpe, de una sola vez? Venezuela vive una crisis dejada por el gobierno de Pérez Jiménez; Larrazábal había inventado un Plan de Emergencia que rompía y reconstruía calles para dar trabajo a la gente y Betancourt rebaja los sueldos de ministros y legisladores para afrontar la crisis; Castro desea controlar el petróleo venezolano, viene a Venezuela y pide un préstamo a Betancourt, quien le explica que Venezuela esta en crisis y no pude conceder préstamos, Castro pide petróleo gratuito, Betancourt le responde que el país no está para regalar nada, Fidel nunca olvido esas dos negativas. Los cubanos iniciaron un amplio esquema de captación en las universidades y en el ejército venezolano; en 1961 se formaron las Unidades Tácticas de Combates(UTC) urbanas, con sede en las residencias estudiantiles de la UCV; jóvenes del partido comunista venezolano y de las misma Acción Democrática (Movimiento de Izquierda Revolucionario), partido de Betancourt, son “becados” en Cuba para recibir adoctrinamiento socialista y entrenamiento guerrillero destinado a derrocar el gobierno legítimamente constituido de Rómulo Betancourt, que por cierto también recibe ataques de la derecha, como el intento de golpe de Estado del general Castro León y el intento de asesinato por parte del dictador Trujillo.

Unidades militares se alzan contra el gobierno, el Barcelonazo, el Carupanazo y el Porteñazo, y cuando fracasan los responsables huyen y se refugian en Cuba, amparados por Castro. Castro ordena la fusión de todos los núcleos guerrilleros en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el 18 de Marzo de 1963. Fue un intento tardío porque ya para ese momento la insurrección guerrillera había sido vencida

Castro no se rinde, envía dinero y municiones a los guerrilleros, antes de las elecciones presidenciales de 1963 las Fuerzas Armadas decomisaron en Paraguaná un alijo bélico de cuatro toneladas de armas enviadas de Cuba, también incautaron otras tres remesas; Betancourt derrotó militarmente a Castro acabando con los levantamientos militares planeados desde Cuba, asestando contundentes golpes a la guerrilla de Caracas, otras ciudades y en las montañas de Lara, Falcón, Miranda y Oriente; Betancourt derrotó políticamente a Castro: La izquierda llamó a la abstención, pero el pueblo acudió masivamente y derrotó a la violencia, apoyo la democracia y a Betancourt, eligiendo otro presidente de Acción Democrática. Betancourt derrotó diplomáticamente a Castro, presentó en la OEA un grueso expediente de todas las agresiones orquestadas en Cuba y sus agentes contra Venezuela, logrando que este organismo desarrollara una investigación que culminó el 31 de Enero de 1962 con la expulsión de Cuba del sistema interamericano por espiar, conspirar y agredir militarmente a Venezuela, y todos sus miembros, a excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba.

Pero lo más grave está por venir.

Betancourt termina su mandato y entrega el gobierno a su compañero de partido, Raúl Leoni, el 24 julio de 1966 se produjo la primera invasión cubana a Venezuela, liderada por Arnaldo Ochoa, oficial del ejército cubano y con la participación de Luben Petkoff, único venezolano, un grupo de militares cubanos, destinados a servir de instructores y apoyo a la guerrilla nacional, desembarca en playas de Tucacas, Falcón. Un segundo desembarco se realiza en Machurucuto, Miranda, en mayo de 1967; en esta oportunidad los invasores, igualmente compuestos por militares cubanos y guerrilleros venezolanos entrenados en Cuba, detectados por la población local que dio aviso a las autoridades, que inician la persecución y los combates, donde cayeron 8 de los invasores, dos fueron capturados y algunos lograron escapar, entre ellos Fernando Soto Rojas. Poco tiempo después el gobierno venezolano acuso a Castro de la invasión, mostrando los militares cubanos capturados, la identificación de los caídos y las AK-47 capturadas, cuyos seriales demostraron que pertenecían al ejército cubano.

Resulta doloroso comprobar que para el socialismo venezolano la palabra Patria es pura propaganda, sin significado real, demostrado al elegir presidente de la Asamblea Nacional a un individuo que propició y participó en la invasión del suelo patrio por una potencia extranjera, y levantar, en año 2006, un monumento en Machurucuto, no a los soldados venezolanos que defendieron la patria, sino a las tropas invasoras que violaron el suelo de nuestro país. Betancourt dejo una frase lapidaria: “Dígale a Fidel Castro que cuando Venezuela necesito libertadores, no los importó, los parió"

http://www.visionyanalisis.blogspot.com

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En medio de esta crisis política, social y con mayor dramatismo económica, casi de forma silente en el país, se ha venido gestando un reagrupamiento de nuevos mecanismos de participación política y ciudadana. La polarización de estos últimos años mantiene agobiada a la sociedad, sin darle solución a la misma crisis que la aniquila. Cada vez es más insistente la reaparición de nuevos factores políticos y nuevas conductas, en el accionar con las comunidades hambrientas de todo, incluso necesitadas de nuevas actitudes para asumir los cambios. Quizás por eso, en Maracaibo, a nadie le deba extrañar que estén surgiendo iniciativas, donde el énfasis sea puesto en la construcción de un nuevo tipo de ciudadanía.

Ya durante el siglo XVII, Jean Jaques Rousseau, en su obra “El Contrato Social”, consideraba necesario la intervención de los ciudadanos en la toma de decisiones públicas, de modo que no se limitara a participar en elecciones solamente. Rousseau describía la participación como un proceso de aprendizaje necesario, para sentar las bases de un contrato social. Desde aquellos días, la participación ciudadana y el esfuerzo por construir ciudadanía, ha sido vista como un enemigo peligroso para los gobernantes y el poder absolutista del Estado.

Aquí en Venezuela, las experiencias participativas de la ciudadanía, tienen cierta relevancia a partir del inicio de la instauración del régimen de democracia representativa, que conocerían los venezolanos después de 1958, y de forma muy particular con la promulgación de la Constitución de 1961. Con el desarrollo de éste ordenamiento jurídico y las iniciativas impulsadas por los partidos políticos, que acompañaban este proceso de cambio democrático, Venezuela incorpora exitosas experiencias de participación ciudadana; pero pagando el precio de un amplio clientelismo político, que hizo crisis en el sistema político y social.

A partir del 1989 entra en vigencia un conjunto de leyes, entre las que se destacan: Ley de Elección y Remoción de Gobernadores, Reforma de la Ley Orgánica del Régimen Municipal y la Ley Orgánica de Descentralización, de Limitación y Transferencia de Competencias del Poder Público. También se incorporaron otras iniciativas legislativas, que contribuyeron al hecho participativo y democrático, afianzando con esto, el proceso de descentralización que se había iniciado en la década de los 80. Leyes como la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES) y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales.

Con la vigencia de la Constitución Bolivariana, se establecen un conjunto de preceptos constitucionales y legales, que se orientan al desarrollo de una sociedad democrática, participativa, protagónica y pluralista. La revalorización de la participación en el campo social, desde la óptica constitucional, se inscribe en un proceso donde se busca afianzar los aportes, que la ciudadanía debe hacer a la nueva gerencia pública, y esto significa que su objetivo primordial seria lograr, una mayor eficiencia en las organizaciones, con el objetivo de ir avanzando en el proceso de construcción de ciudadanía.

Ahora bien, esta construcción de ciudadanía, no se decreta desde arriba, ella implica un largo proceso de aprendizaje, y se transforma en un hecho cultural, sus frutos no se obtienen de inmediato, y como proceso, implica una cotidianidad que se asume cuando se asiste a reuniones, cuando el ciudadano deposita su voto, manifestando en las calles a favor o en contra de una propuesta determinada; en fin, en cada acto donde ejerce y recupera su condición de ciudadano.

Quienes se oponen a la construcción de ciudadanía, libre, democrática, inclusiva y protagónica, contraponiéndole a estos valores la tutela mediatizada del Estado, a través de mecanismos sectarios y excluyentes, bajo formulas no preestablecidas por nuestra constitución, sólo buscan perpetuarse en el poder, convirtiéndose así mismo en un obstáculo para el desarrollo de la sociedad y la misma democracia. De allí, que lo más identificado con una política de cambio social, dentro y fuera de las organizaciones partidistas, en las instituciones del Estado y al margen de ellas, sea el esfuerzo que hagamos en la construcción de ciudadanía.

Quizás esa sea la razón, para que hoy, infinidades de agrupaciones no gubernamentales en el país, hayan comenzado a promover la construcción de ciudadanía, como mecanismo alterno a los tradicionales esquemas de integrar al individuo al accionar político y social.

De forma incipiente, pero con mucha firmeza, nuevos movimientos sociales se están abriendo paso con este propósito. Foro Cambio Democrático, Ciudadanía Activa, Funda Humanos, Mujeres por la Libertad, Red de Organizaciones Vecinales de Baruta, Consorcio Justicia y Desarrollo, Expresión Libre, Grupo La Colina, Frente por la Defensa del Norte de Caracas, Voluntarios Abriendo Caminos, Parlamento Educativo, Región Insular Futuro y Desarrollo, Sinergia y Aragua sin Miedo, entre otros en el país, comienzan a dar fe de ello.

Aquí en el Zulia se abre paso un interesante Movimiento de Construcción de Ciudadanía, ellos han asumido el reto de llamarse PASION POR MARACAIBO. Este movimiento liderizado por el zuliano, Carlos Alaimo, un médico y empresario, vinculado a los medios impresos, televisivos y radiales, anda si tanto alarde ni aspaviento, desarrollando un “Movimiento de Voluntarios para la Construcción de Ciudadanía”, junto a un grupo de experimentados dirigentes sociales, sindicales, gremiales, comunitarios y jóvenes universitarios.

Habrá que seguirle la huella a esta iniciativa ciudadana, en esta pasión por construir ciudadanía y hacer de Maracaibo, una ciudad donde nos sintamos orgullosos de ser sus ciudadanos.

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En el marco de la XIV Convención Nacional de la Federación Nacional de Profesionales de la Docencia-Colegio de Profesores de Venezuela (FENAPRODO-CPV), el Movimiento de Educadores Simón Rodríguez —como un aporte para el enriquecimiento del debate— les presenta a los delegados de dicha convención, a los sindicatos filiales, a sus afiliados y al magisterio en general, un análisis de los aspectos característicos de las políticas educativas de los últimos doce años, que en esencia lo que han hecho es mermar la educación democrático y científica.

Estamos en un momento en que al Magisterio, en combinación con su quehacer sindical, le corresponde promover la creación de espacios para el debate y la organización en defensa de la educación. Es un deber para las estructuras sindicales contribuir a que educadores, estudiantes, representantes y ciudadanía en general tomen conciencia de la urgencia de reconstruir el país que contemple como uno de principales puntos el logro de una educación democrática y científica. Con ese objetivo proponemos estas ideas.

Algunas consideraciones generales

1. Entrar en el análisis del diseño curricular nos hace recurrir a una afirmación de Carlos Marx: “La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría”. En ese sentido, el análisis del tema en cuestión debe concebir un estudio con un claro rigor científico y agudeza política que nos lleve con eficacia a definir lo que dará al traste con las verdaderas intenciones y objetivos de la educación bolivariana. Pensamos que la única manera científica de formular una crítica al proyecto educativo bolivariano es precisamente a partir del propio método histórico-dialéctico, para así ubicar la esencia del proyecto educativo bolivariano. Desde esta óptica, hacemos la crítica a algunas afirmaciones y consideraciones filosóficas acuñadas tanto en los discursos como en los cambios del ordenamiento jurídico: Ley Orgánica de Educación (2009), Plan de la Patria, la Resolución 058, al igual que en los textos escolares Bicentenario y en la Constitución Ilustrada.

En general la estética en las categorías presentadas en el nuevo ordenamiento jurídico y difundidas en la práctica política podemos catalogarlas de farsa, es decir, algo que no existe, o sea “el socialismo” o la búsqueda de él, por lo que era de esperarse que el proyecto pedagógico y el currículo encontraran la misma utilización. Ante esto analizamos la concepción filosófica de “los saberes” como elemento esencial del currículo; pues, basados en este concepto, niegan el criterio de verdad, de ciencia y del propio desarrollo dialéctico.

Es decir, el currículo no reivindica la dialéctica como elemento fundamental en la comprensión de la sociedad —en este caso para la supuesta construcción del socialismo o para la cimentación de la conciencia en el conocimiento científico—, sino que por el contario apelan a las corrientes metafísicas.

Debemos ubicar que son las relaciones sociales las que van a determinar en última instancia la naturaleza de los cambios jurídicos que se implementan en Venezuela; que sin lugar a dudas es un país capitalista, donde imperan las relaciones capitalistas de producción. De tal manera que la orientación esencial del hecho educativo, en el marco de las relaciones capitalistas de producción, es reproducir la fuerza de trabajo y afianzar aspectos superestructurales que van a legitimar las relaciones capitalistas de producción, pero en esta circunstancia bajo la mascarada socialista.

2. En ese sentido, los cambios que se realizan son para preservar el orden, escondiéndose en una fraseología revolucionaria, pero que la misma sólo expresa posiciones propias de un oportunismo revisionista de izquierda, que en ocasiones históricas del siglo pasado fue prefacio de los regímenes fascistas en Europa que utilizaron precisamente esas ideas filosóficas y políticas extraídas principalmente del irracionalismo. Una cita del profesor de la UCV Carlos Hermoso, economista y doctor en Ciencias Sociales, nos ilustra sobre esta afirmación: “Entendemos que confirmar la categoría revisionismo de izquierda resulta bastante difícil para los que no han indagado la significación científica del proceso histórica de este hecho. Sin embargo, pensamos que el manejo científico de estos asuntos fuerza a ser lo más rigurosos posible, sin hacer concesiones de ningún tipo. Pero estamos obligados a ubicar los hilos que engarzan esta experiencia con la tradición revisionista e irracional, cuya base material la encontramos en la formación capitalista y más específicamente en las condiciones del imperialismo que ha limitado los avances de las fuerzas socialistas a escala planetaria, circunstancia que, junto a la ideología de la globalización y la influencia del posmodernismo, siembra el escepticismo por todos lados, afianzando una perspectiva filosófica y política que busca «salidas» distintas. Se repite una circunstancia histórica que hace de esta corriente filosófica una alternativa que sustenta diversas experiencias políticas. En Venezuela para buscar la amplia base social y así poder consolidar una postura política levantan un discurso de izquierda, que hemos insistido que se trata en estos tiempos de una nueva expresión del revisionismo —es decir, de una falsedad en su contenido con respecto a su discurso— que produce una condición déspota en su naturaleza estructural.

3. El despotismo parece ser la categoría que de manera más sustancial caracteriza la naturaleza política del régimen que se centra en el principal factor objetivo de la economía: el recurso petrolero como base material que sustenta dicha tendencia en la sociedad venezolana. De allí, la pertinencia de pasearnos por la base concreta del despotismo antiguo. En la antigüedad la propiedad del subsuelo se realiza mediante un propietario superior que hace suya la efectividad de la propiedad colectiva y en consecuencia el individuo resulta desprovisto de su propiedad y fuerza de trabajo por el déspota, en tanto padre de las entidades comunitarias; en otras palabras, de esta manera la riqueza es apropiada y usufructuada. Ello explica que deban existir formas ideológicas que busquen legitimar las condiciones económicas y la concepción filosófica para mantener el orden social. En el caso de Venezuela, la forma como se expresa el despotismo está claramente inscrita en el revisionismo de izquierda que encuentra sus raíces filosóficas en el irracionalismo, corriente que supone una lógica en el comportamiento político que va más allá de las voluntades y de la cultura de quienes lo asumen. De allí que en Venezuela el poder comienza accionando un proyecto personal, que luego se convierte en una idea mesiánica, mitológica, que expresa la deformación de la historia pero sobre todo la deformación del análisis del desarrollo social y político. Esta práctica política está basada en el engaño y en el fariseísmo. Este vendría siendo el problema más esencial del asunto educativo.

Orientación política de la educación bolivariana

El ordenamiento jurídico, el currículo y la pedagogía deben acogerse a las determinaciones generales que hemos expresado. En ese sentido, el diseño curricular que se implementa asume la concepción política e ideológica que se encuentra en la Ley Orgánica de Educación (2009), que marca el horizonte de la práctica que se ha venido impulsando: la LOE traza el objetivo central de lo que se quiere maximizar en el diseño curricular, el cual forma parte de la misma ofensiva que desde hace tiempo se viene ejecutando como el Diseño Curricular Bolivariano (2007), Adecuación Curricular (marzo 2015), Proceso de Cambio Curricular (septiembre 2015), Orientaciones para el Proceso de Transformación Curricular (julio 2016) y ahora la Transformación Curricular (octubre (2016). Esta reforma educativa anunciada al inicio del año escolar 2016-2017 ya se viene imponiendo de hecho y dicha “transformación educativa” sólo vendrá a remachar un hecho cumplido, que le da estructura curricular a lo que vienen haciendo a través de resoluciones y lineamientos; que pese a ser normas de rango sublegal se han convertido en la verdadera reforma legal del Sistema Educativo; llegando a afectar no sólo el campo académico sino también el laboral.

La orientación fundamental de la política es copar definitivamente todos los espacios del sistema educativo, y consecuencialmente tener la hegemonía, el dominio y el control de la sociedad venezolana.

Tres aspectos fundamentales del despotismo que caracterizan la política curricular

1. Fundamento filosófico. El artículo 14 de la LOE nos expresa claramente cuál es el fundamento del currículo; en él está contenida la filosofía política, el horizonte de lo que se ejecutará en el sistema social educativo para articularlo con el resto de la práctica del sistemas político y económico. Tal como se señala, la educación está sustentada en la doctrina de Bolívar que forjará el nuevo republicano en una nueva república y como añadido enuncia estar abierta a todas las corrientes del pensamiento. Con respecto a este basamento, señalamos que la política es formular un currículo que parta de instruir niños, adolescentes y jóvenes centrándose en una personalidad histórica que sirva de plataforma para impulsar un proyecto de poder y control. Reducir los hechos históricos a la acción de una personalidad, por más relevante que ésta sea, es, en primer lugar, tergiversar el estudio histórico y, en segundo lugar, basándose en este error fundamental, edificar una sociedad sobre un camino desacertado. El doctor Manuel Caballero (2006) hablaba de “la conciencia de la vida de los hombres en colectivo, no del hombre glorioso. De allí que estemos encaminados al culto popular de Simón Bolívar sobre la visión de un nacionalismo fundamentalista. En ese mismo orden, Germán Carreras Damas (2013) nos señala: “Varias veces hemos hablado de los recursos de la anticiencia en el campo de la historia. Nos hemos referido también a la suerte de segunda religión creada y conservada por la historia oficial, expresada preferiblemente en el culto a los héroes. Así mismo hemos puesto de relieve el peso de la conciencia histórica de nuestro pueblo en la cultura nacional, y hemos subrayado cómo esa hipertrofiada capacidad de vibrar bajo el estímulo de la evocación histórica le ha hecho bueno hasta para manejos de indudable intención antipopular. Mi preocupación es por las temibles consecuencias de la utilización del culto heroico para manipular las aspiraciones políticas de la sociedad; y el haber comprendido que para tal fin había sido instaurado el culto a Bolívar como política de Estado, y no sólo del gobierno, mediante su transformación de un culto del pueblo en un culto para el pueblo”.

Fundamentar la educación venezolana en el ideario de Bolívar es falsear la historia y ubicarla en el marco que nada tiene que ver con lo científico. La primera publicación del Diseño Curricular Bolivariano (2007) ya apuntaba a esta posición que garantizaba la visión mesiánica de Hugo Chávez Frías.

Todo sistema educativo que se base en una visión de represor del conocimiento se convierte en un censor, donde la misma tiene sus raíces en la actitud o filosofía que ejercía la Iglesia en el pasado medieval —recordemos la Inquisición— contra toda doctrina contraria a la oficial. Fundamentó la iglesia esta doctrina en la contemplación a Dios que pregonaba Santo Tomás y que a través de la interpretación de la Biblia la verdad sería revelada, por lo que sólo los intérpretes de la Biblia, es decir, los monjes, podían revelar los designios de Dios, los cuales debían ser aceptados sin apelación por toda la sociedad. Galileo Galilei es un ejemplo de esta censura represiva, cuando sin buscar polemizar con la sabiduría de la Iglesia, sino por simple ejercicio científico, afirmó que la Tierra giraba alrededor del Sol, planteamiento que fue rechazado por la Iglesia y sometido por la represión inquisitorial, y se le obligó a retractarse, so pena de ir a la hoguera, de la que se salvó, pero no así de la cárcel donde finalmente murió, lo que hizo retrasar 300 años los desprendimientos que pudieron haberse sacado de este conocimiento heliocéntrico y no geocéntrico de la explicación del sistema solar.

Es importante destacar que en uno de los tantos folletos publicados por MVR (2001) se afirma que “el bolivarianismo” tiene sus propios intérpretes ya que no todo el mundo puede serlo, que sólo hay uno fiel a quien —decimos nosotros— le ha sido encargado por la providencia ese derecho casi “divino” de interpretar el pensamiento bolivariano, es decir, la élite del partido de gobierno, cuyo máximo líder indiscutible y a perpetuidad fue Hugo Chávez Frías, Presidente de la República para aquel entonces. Esto es lo fundamental, un aparato ideológico reproductor para generar una conciencia enajenada que llevará a la paralización, a la contemplación social y política y consecuencialmente a la incorporación de los niños, jóvenes y a la postre a toda la sociedad al aparato reproductor de las falsas visiones del gobierno, y en extensión de todo el aparato del Estado. Analizando los textos escolares como instrumento reproductor, caracterizamos que ya en 2003 se presentaron los primeros libros de Historia de Venezuela de 8º y 9º grados donde despliegan el norte o el objetivo doctrinario del aparato educativo en la imagen de Bolívar como el mito de la historia venezolana y el papel del MVR como rector de las luchas sociales de Venezuela y los máximos intérpretes de la imagen de Bolívar. Hoy se sigue profundizando esta visión en los textos escolares Bicentenarios.

En una sociedad donde el poder se ejerce totalitaria y autocráticamente, el individuo queda reducido a una masa obediente manejada a través del líder. El hombre por su propia naturaleza es valioso, digno y respetable, pero si pierde estos cimientos se convierte en lo más parecido a un esclavo, pasa a una condición infrahumana. En otras palabras, el objetivo no es buscar la calidad del hecho educativo, no es la felicidad del niño ni el joven en una sociedad de justicia, sino la reducción de su capacidad crítica en función de un proyecto de control social, desfavorable totalmente para la democracia.

Las investigaciones históricas que ha realizado Giovanni Meza, en particular lo expresado en El Olvido de los Próceres (2012), concluyen en que la historia venezolana fue manejada por intereses políticos que ocultaron los verdaderos próceres de la independencia, de allí que la caracterización despótica del sistema político actual es correctamente determinada.

2. Participación protagónica del docente y la comunidad. Sería erróneo asumir la participación ciudadana que establece el régimen sin centrar el análisis en los resortes y fuerzas propulsoras que están detrás. Carlos Marx manifestaba que el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general, por lo que no sería la conciencia del hombre la que determina su ser, sino que es el ser social lo que determina su conciencia. De allí que la participación ciudadana está estrechamente ligada a la naturaleza del sistema de producción y del poder político.

La diferencia de la teoría marxista a la teoría burguesa es que la primera fundamenta que la participación debe descansar en la práctica de la discusión y el sometimiento a consulta de toda la población de los asuntos más importantes, lo que debe manifestarse en todas las formas representativas del poder del pueblo para la superación de la explotación de la fuerza de trabajo, la opresión y el control político. La teoría y práctica de la burguesía en todo el proceso histórico liberal reducen la participación al voto, mientras se concentran en los instrumentos del poder político la toma de decisiones. El ciudadano no participa por intuición. Su participación política se sustenta en una educación en correspondencia con los intereses de la clase que ostenta el poder político, cuando está orientada en función de la legitimación del orden imperante. Por ello, las instituciones de las que dispone la sociedad para educar cuentan con un contenido político adaptado a cada sociedad, a las clases dominantes de cada sociedad. Es decir, el conocimiento de su organización política, de las relaciones políticas, de sus elementos reguladores, la cultura e ideología política, están mediados por una educación concreta.

Lo que estaría pasando con la Resolución 058 es la configuración de nuevos mecanismos de participación para el control del hecho educativo, organizando condicionamientos para el ejercicio democrático e imponiendo visiones filosóficas, históricas y políticas en los procesos. En otras palabras, es buscar domesticar al pueblo. Se pretende entonces con esta política curricular legalizar y darle carácter formal a las instancias que ya el gobierno ha venido implementando no sólo desde los planteles educativos, sino desde las comunidades, específicamente en los sectores populares, cuya práctica se ha centrado en el desarrollo de las líneas ya trazadas por el poder político central que nada tienen que ver con el ejercicio protagónico de las clases desposeídas de los medios de producción. El protagonismo del pueblo y el poder popular solo están en el discurso, a pesar del manejo de estas categorías que sólo se utilizan para garantizar una participación alrededor de la imagen mesiánica del déspota, por lo que se sustenta en el engaño y se promueve una conciencia anticientífica y antihistórica de la realidad.

3. El Estado Docente y la corresponsabilidad social: Aunque sabemos que el Estado

Docente resume una condición propia del Estado capitalista, queda claro que esta condición no representa una categoría política socialista. Sin embargo, lo nuevo del Estado Docente es la concepción neoliberal de la corresponsabilidad.

Desde 2009 el Movimiento de Educadores Simón Rodríguez ya venía indicando las tendencias a los cambios de las bases jurídicas en el área educativa para adaptarlas a las nuevas concepciones de “sociedad educadora”, “sociedad pedagógica”, categorías que maneja un Estado que comparte con la sociedad su función única de financiamiento de la educación y una concepción corporativa societaria, una práctica política y económica que ha venido exigiendo el FMI y el Banco Mundial. Paúl Hirst —teórico de la “democracia asociativa” y del capitalismo “humanizado” en las relaciones económicas en un mundo globalizado— hace referencia a la tesis sobre asociacionismo, en el cual el Estado transfiere gran parte de su responsabilidad financiera a las asociaciones voluntarias a través de las figuras cogestionarias y autogestionarias. Por tanto este currículo diluye al Estado Docente compartiendo su responsabilidad en la cobertura social, haciendo un uso fraudulento de la “participación protagónica”.

La educación que proponemos

1. Debemos responder pues en el terreno teórico. La educación que proponemos tiene que ver con una concepción democrática, popular, científica y gratuita. Es decir, una educación para las mayorías, no elitesca, con mayores oportunidades para quienes menos posibilidades tienen, donde lo democrático implique la más amplia participación del pueblo en los asuntos fundamentales del país, en la elevación de la cultura para decidir lo mejor para sus intereses. Una educación basada en la adquisición del conocimiento científico como un proceso reflexivo, crítico, analítico, porque el cambio de conciencia se da en una sana confrontación de ideas, de conceptos en un debate libre y plural. Es contradictorio con esta noción el querer imponer el cambio de conciencia por con decisiones administrativas, con decretos, autoritariamente. Esto último es la negación de la naturaleza del individuo, del ser humano, de la autonomía; el hombre adquiere conocimientos en la diversidad y conociendo las herramientas científicas.

2. En nuestro entender, la educación debe colaborar en el rescate de la ética y la moral pública, en la formación de una nueva cultura ciudadana que rompa con el servilismo, la mentalidad semicolonial, que exalte el patriotismo y la solidaridad, la honradez en la administración de los bienes públicos, la disposición al trabajo y la creatividad en función social; la condena a todo tipo de vicio, despilfarro y afán especulativo. Es la formación de un ciudadano con conciencia de pertenencia hacia los bienes de la nación, que contribuya a restituir el Estado de Derecho para un ejercicio cabal de la justicia.

3. El Movimiento de Educadores Simón Rodríguez sostiene que la educación venezolana tiene que responder a las necesidades de desarrollo de la sociedad en su conjunto, un desarrollo concebido como un cambio sustancial que modifique las instancias económicas, sociales y políticas de nuestro país, y que siente bases para una nueva sociedad, verdaderamente democrática, participativa, con equidad, donde haya trabajo decente para todos; en la cual el derecho a la salud, educación, vivienda y seguridad sean una realidad para todos los venezolanos. Por lo tanto, nos inscribimos en un auténtico proceso de cambio.

4. Los cambios en la educación son posibles de realizarse si a la par se mejoran las condiciones de trabajo, es decir; las condiciones físicas y ambientales de las instituciones educativas y las condiciones profesionales y pedagógicas para el desempeño docente.

5. Ante lo que planteamos, consideramos que debe abrirse en lo inmediato un espacioamplio de debate en el gremio magisterial sobre las ideas de fondo de lo que dice ser la transformación curricular que el MPPE ya está efectuando; buscando evaluar las realidades del hecho educativo y la implementación misma del currículo. Mientras, es necesario por el bienestar de la ciudadanía, de los educadores y del pueblo que dicha ejecución de transformación curricular sea suspendida.

Movimiento de Educadores Simón Rodríguez

Twitter: @EducadoresMESR Facebook: Magisterio Alternativo Correo: magisterioesm@gmail.com

Blogs: http://moveducsimonrodriguez.blogspot.com

Caracas, noviembre 2016

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El Nacional hace un llamado en primera página: “Venezuela está en riesgo de ser un narcoestado”. Esto a propósito del muy grave caso de los sobrinos declarados culpables de conspirar para narcotraficar en los Estados Unidos.

Entre los expertos que consultan las periodistas Natalia Matamoros y Olgalinda Pimentel, está el penalista Alejandro Rebolledo quien dice: “Desde el caso de Walid Makled, la delincuencia organizada gobierna en Venezuela porque tiene el control de la economía.” Por su parte Carlos Tablante, ex presidente de la extinta Conacuid, afirma que “en Venezuela hay una especie de partido militar convertido en una “casta corrupta”, que tiene el control de todas las instituciones, desde las que resguardan las fronteras, puertos y aeropuertos hasta las que manejan las finanzas públicas. Si ha habido empresas de maletín responsables del saqueo cambiario es porque han contado con la complicidad de la Guardia Nacional Bolivariana y el Seniat. La misma ruta y modus operandi utilizados en este esquema para defraudar al país, seguramente se han usado también para el tráfico internacional de drogas”.

El sociólogo Luis Cedeño, director del Observatorio Venezolano del Delito Organizado, dice a propósito del caso de los sobrinos declarados culpables: “La grabación realizada por la DEA a Efraín Campo revela que el negocio de la droga está en poder de la élite del chavismo (…) Estos grupos actúan en cooperación con miembros de la FANB, que controlan la frontera y facilitan el paso de la droga hacia otros países”.

Lo que dicen estos tres expertos es sumamente grave. Y a todas estas, desde el gobierno, no ha habido palabra. Maduro y su esposa, la madre de crianza de uno de los jóvenes y tía de ambos, solo ha dicho que están “secuestrados” en los Estados Unidos. Es la frase que, como letanía, repiten todos los portavoces del régimen.

Pero hay mucho que explicar sobre la desintegración institucional del estado venezolano. Ayer en el Semanario Siete Días de El Nacional, con la firma de Gabriela Rojas y Carmen Victoria Inojosa, leímos un extraordinario reportaje: “El escandaloso silencio en el caso de los sobrinos Flores”. Allí se nos da un perfil de los delincuentes en cuestión. De Efraín Campos Flores, quien es el hijo de crianza de la primera dama, se dice:

“Efraín Antonio Campos Flores, 30 años de edad, está casado y con dos hijos. El menor nació cuando estaba preso en el Centro Correccional de Manhattan. Según sus declaraciones juradas, tiene una empresa de taxis en Panamá. Ganó más de 10 millones dólares con negocios de petróleo. Tiene un Ferrari amarillo, motos de alto cilindraje, una camioneta Land Rover, un apartamento en La Castellana y otros inmuebles en Caracas, en El Paraíso y El Cafetal. Una finca en Higuerote y seis guardaespaldas entre quienes había Guardias Nacionales.”

Estas frases dejan colar elementos graves y peligrosos que mucho hablan de los niveles de corrupción y podredumbre que han invadido al régimen desde lo más alto. ¿Cómo un joven de 30 años logra hacerse de una fortuna de más de 10 millones de dólares? Alega que fue con “negocios de petróleo”. ¿Mas qué tipo de negocios? ¿Cómo tuvo acceso a los mismos? ¿Forman parte estos negocios de los escándalos de corrupción de Rafael Ramírez y su Pdvsa roja rojita?

Cuando se habla de sus propiedades, del Ferrari amarillo, las motos de alto cilindraje, la Land Rover ¿Dónde hace ostentación de estos vehículos de lujo? ¿En Caracas, en la Miami imperialista? ¿Por qué exhibe semejante derroche el hijo de crianza de la Primera Combatiente? ¿No decía el Comandante que ser rico era malo? Una finca en Higuerote, apartamentos en La Castellana, El Paraíso y El Cafetal, en Caracas, y seis guardaespaldas entre quienes había Guardia Nacionales. ¿Guardias Nacionales activos o retirados? Si es lo primero, la corrupción es aún mayor y amerita más investigación.

Este breve párrafo sobre el joven Campos Flores, dice mucho de la sospechosa oscuridad que rodea al régimen y de la fractura institucional que asfixia, destruye y ensucia a esta Venezuela de todos nosotros. Este pequeño párrafo amerita una larga y muy profunda investigación.

Pero, por lo pronto, solo se escucha el silencio.

Fuente: http://www.talcualdigital.com/Nota/135129/millones-de-dolares-millones-de-sospechas

28-11-16 CÉSAR MIGUEL RONDÓN @cmrondon

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