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Opinión

Mariza Bafile y Flavia Romani

Paseamos por el jardín que, en Central Park, dedicaron a Shakespeare. Allí entre flores de colores distintos y especias como el romero o el cardo que perfuman el aire y recuerdan las matas que describe en sus obras, mientras leemos citaciones de sus personajes en placas que se mimetizan con el verde, admiramos la morera blanca que, dicen, sea “hija” del árbol que el mismo Shakespeare plantó en 1602. Nos acercamos a la casita de madera del Swedish Cottage Marionette Theatre, espacio que ha visto pasar a los mejores marionetistas para goce de grandes y pequeños, y pensamos que no podía escoger mejor lugar para nuestra entrevista la actriz Yessi Hernández. “Descubrí este teatro gracias al trabajo que realizo en fiestas infantiles. Es mi quehacer del día a día, ese que la mayoría de quienes nos dedicamos a una actividad artística necesitamos para sobrevivir. Sin embargo, es una labor que disfruto mucho porque me encantan los niños y puedo juntar eso con la actuación. Aquí realizamos el cuento de la Bella y la Bestia. Fue muy divertido”.

Yessi Hernández, como tantos otros jóvenes ha dejado su país, Venezuela, porque “donde no hay seguridad personal no hay futuro”. Bien lo sabe ella quien ha sido víctima de secuestro pocos meses antes de graduarse. Mientras cuenta esa experiencia una sombra cruza su rostro por lo demás siempre luminoso y alegre. “Hace tiempo había decidido venir a Nueva York para profundizar mis estudios de actuación. Ya había terminado los exámenes y la tesis para graduarme en Comunicación Social y estaba decidida a esperar la entrega del título y luego a venir aquí para empezar a explorar posibilidades de estudio. Sin embargo, pocos meses antes de mi graduación, entraron en mi casa y nos secuestraron a mis padres y a mi. Fue una experiencia muy dura, pero por suerte estamos vivos. En ese momento la decisión de irme se consolidó. Esperé la entrega del grado, vine unos meses y aproveché para hacer unos cursos y talleres en HB Studio. Regresé a Venezuela para arreglar los papeles y finalmente me mudé. En el mientras había conocido al amor de mi vida, a Pablo, quien también es actor y es venezolano”.

La sonrisa vuelve a iluminar sus ojos que varían del verde al azul y sigue recordando. “Al regreso me inscribí en la reconocida escuela de Stella Adler y estudié durante un año en el Acting’s Drama Conservatory”.

Yessi ya había trabajado en teatro, televisión y cine en Venezuela. Pasajes que recuerda con gran nostalgia y agradecimiento por la oportunidad que le dieron directores que creyeron en su capacidad actoral. “Pude actuar en obras importantes como ‘La Casa de Bernarda Alba’ o ‘La Gaviota’ de Anton Chéjov. Una gran experiencia para mi”.

A pesar de su joven edad Yessi ha demostrado gran talento y la capacidad histriónica de interpretar tanto dramas como comedias. Ha logrado destacar y construirse un espacio también en una ciudad tan competitiva y de excelencia teatral como Nueva York. “Nueva York me ha permitido tener unas experiencias muy satisfactorias. He participado en obras como “Lo que Kurt Cobain se llevó” para la cual tuve una nominación en los Premios ACE Latinos, “Asesinas anónimas” con la cual obtuve dos nominaciones a los premios ATI, ACE y gané el LATA (Latin American Theatre Award) como mejor actriz revelación”.

Al hablar de estas experiencias Yessi recuerda con particular alegría su trabajo en “Asesinas anónimas”, una obra del dramaturgo venezolano Rodolfo Santana, dirigida por la actriz y directora María Fernanda Rodríguez, en la cual todo el equipo estaba conformado por mujeres. “También en otra ocasión, esta vez con una obra en inglés, ‘The Worker Must Have Bread But She Must Have Roses Too’, que presentamos en Maine, el elenco de actores y técnicos estaba compuesto por mujeres. Me parece muy positivo que haya siempre más mujeres en el mundo artístico y teatral y que tengan la posibilidad de mostrar todo su talento y capacidad profesional”.

Sensible a todas las temáticas sociales Hernández privilegia las obras que tocan el alma, esas que obligan a pensar. “Disfruté mucho la obra ‘Vestido de novia’ que narra la historia de dos mujeres quienes transcurren todo el tiempo preparándose para el matrimonio. Sin embargo, al final, descubrimos que viven en Venezuela un país en el cual el matrimonio gay no está permitido. Eso lleva a un desenlace emotivo que deja al público con muchas preguntas. Son temáticas importantes y que nos involucran a todos. Es muy injusto que existan lugares en los cuales amarse es prohibido”.

Uno de los papeles que más trabajo le ha dado ha sido el de la comedia de Julie De Grandy “Psicopatía Jauja”, en el cual interpreta a tres personajes diferentes, todos pacientes de una psicoanalista. Es una historia hilarante en la cual las vicisitudes de la analista se cruzan con las de sus pacientes. “Es una comedia que muestra a los psicoanalistas y psicólogos como seres humanos con sus angustias y preocupaciones. A veces para nosotros son solamente personas que van a resolver nuestros problemas, como si no tuvieran una vida al igual que todos, con sus alegrías y amarguras. Yo representaba tres papeles. El que me dio más dolores de cabeza fue el de una monja con doble personalidad: la primera sumamente severa y la otra desbocada y desinhibida. Hay diálogo entre las dos y otros entre cada una de ellas y la psicoanalista. Trabajando en esa obra me di cuenta de lo serias que son las comedias”.

Entre sus sueños está el de explorar más el cine. “El cine supera el tiempo, tu trabajo queda. Es una experiencia importante. Sin embargo, siempre regresaré al teatro que amo por lo opuesto. En las tablas cada noche es única. Y esa es su magia”.

Su miedo más grande: “Es el de dejar de perseguir mi sueño. A veces siento que las dificultades del día a día, la necesidad de sobrevivir, van quitando tiempo a lo que de verdad quieres hacer. Por ejemplo, hay algunos castings que no pude hacer porque en ese mismo momento tenía que trabajar. Luego me quedo pensando si hice bien o mal, si esa hubiera podido ser la ocasión que te cambia la vida. Creo que lo más difícil, lo que más me asusta es no lograr mantener el balance entre la sobrevivencia y el sueño que me ha traído a esta ciudad”.

En su afán por explorar diferentes facetas del mundo del teatro, Yessi Hernández ha incursionado también en la escritura. Realizó el Unipersonal “Forasteros”, que gira alrededor de la temática de la inmigración, y que fue seleccionado para el Festival MonologandoAndo. La obra, dirigida por Pablo Andrade, recibió el Premio de la Audiencia y el de Mejor Director. Yessi también recibió el Premio Arte 2019 como mejor Actor/Actriz.

Otro proyecto se estrenará muy pronto en el Festival de Microtheater de Teatro SEA en el cual participa como dramaturga y productora. La obra se llama “Hora Pico” y será presentada los días 22, 23 y 24 de noviembre en el Teatro SEA.

Yessi Hernández confiesa sentir un cariño profundo por esta ciudad. Sin embargo, como siempre pasa, la Nueva York real no siempre es la de los sueños. “Cuando vienes de vacaciones todo parece hermoso. Sin embargo, cuando vives aquí empiezas a darte cuenta de lo difícil que es sobrevivir en una ciudad tan cara y exigente. El tiempo para ti, para pasear, visitar lugares, asistir a fiestas se vuelve muy escaso. La mayoría de las veces regresas agotada a tu casa, muy tarde y a sabiendas que a la mañana siguiente tienes que volver a levantarte temprano. Mientras estás en el metro ves las caras cansadas de los demás, sus ojos que también se cierran por el sueño acumulado, los cuerpos que hablan de horas y horas de trabajo. Y sabes que esa es la ciudad verdadera. A pesar de todo amo mucho Nueva York, aunque no me siento atada a ella. Estoy abierta a otras experiencias y creo que el lugar ideal es el que te permite desarrollarte profesionalmente. Eso sí, siempre regresaría a Nueva York porque siento que esta es mi casa”. Tras quedarse un momento reflexionando agrega: “Hay personas de todo el mundo aquí y todos somos neoyorquinos. Es posible sacar a un neoyorquino de Nueva York pero no Nueva York de un neoyorquino. Lo mismo nos pasa a los venezolanos con Venezuela”.

Y si tuvieras que irte, ¿qué llevarías contigo? Yessi ríe, mira a su alrededor: “Me gustaría agarrar Central Park y ponerlo en un bolsillo… – luego reflexiona – En realidad hay muchos lugares especiales. Me llevaría los recuerdos que más valoro, y esa sensación tan única que te da esta ciudad. Así como ella da cabida a cualquier persona, sea cual sea su nacionalidad, color de piel, religión, preferencia sexual, así permite a cada uno de nosotros ser como somos, con todas nuestras facetas y complejidades”.

@MBAFILE·@MBAFILE

19 de noviembre 2019

ViceVersa

https://www.viceversa-mag.com/swedish-cottage-marionette-theatre-yessi-h...

 7 min


La Universidad es una institución que se está re pensando en todos lados de cara a los cambios que ocurren actualmente en el mundo. Estos derivan, en buena medida de transformaciones tecnológicas que generan profundas consecuencias sociales, afectando radicalmente la manera como vivimos y nos relacionamos los seres humanos.

Instalarse en los tiempos del mundo

Así las cosas, la Universidad actual requiere modificarse en muchos aspectos para ponerse a tono con la época que corre. En estas cortas líneas me referiré, por su extremada relevancia, únicamente a la situación que está experimentando la actividad de la investigación, mostrando como ha variado el modo de producir y distribuir el nuevo conocimiento, convirtiéndolo en un factor determinante en la organización y desempeño de las sociedades actuales e, igualmente, en elemento decisivo por su influencia sobre el resto de las actividades universitarias. Al escribir estas líneas tengo en mente, claro está, las condiciones en las que se encuentra la universidad pública venezolana.

A fin de ser breve me circunscribiré a señalar que los patrones que marcan esta época señalan como está disminuyendo la separación entre la investigación básica y la investigación aplicada (no hay más que ver, por ejemplo, la forma en que la biotecnología deriva de la genética molecular, o las telecomunicaciones de las ciencias físicas, por solo poner un par de ejemplos). Y como se está pasando, así mismo, de la organización de la investigación llevada a cabo por disciplinas científicas aisladas a la investigación multidisciplinaria e interdisciplinaria, superando los habituales compartimientos estancos y propiciando el trabajo en el seno de colectivos asociados alrededor de problemas y de necesidades ; o pasando de la actividad que tiene lugar en estructuras más o menos permanentes y rígidas a la que ocurre en estructuras organizacionales transitorias ; igualmente, como ha ido cambiando de aquella cuyos sus resultados son sometidos a un control de calidad que implica solo a la opinión de los “pares” , a la que reclama una evaluación colegiada y diversa, llevada a cabo por filósofos, sociólogos, ingenieros, economistas, ecologistas …, que calibran las iniciativas formuladas a través de un menú mucho más extenso y variado de criterios.

Son patrones, así pues, que dejan ver como se está pasando de la investigación que se ejecuta sobre todo a través de organizaciones individuales a la que se lleva a cabo vía interacciones con otros actores (diferentes centros universitarios, organismos públicos, industrias, firmas consultoras, redes empresariales, organismos internacionales ….) que suman conocimientos, capacidades y recursos de diversa índole; y por aludir a un último aspecto, llamaría la atención sobre la manera como se esta está mudando de la investigación mayoritariamente respaldada con recursos públicos (cuya importancia sigue siendo innegable), a la apoyada en la diversificación de fuentes y modalidades del financiamiento, con claro predomino de recursos privados y evidentes modificaciones en cuanto a sus objetivos e intereses.

Para terminar, es conveniente advertir que las reformas resumidas anteriormente van de la mano con la existencia de instituciones abiertas que se desempeñan a menudo dentro de un marco globalizado, formando parte de redes de colaboración en las que la interdependencia redefine, en buena medida, las condiciones y finalidades de la actividad de científica. En suma, nos encontramos ante esquemas de cooperación flexibles, heterogéneos y poco jerarquizados, que incluyen una gran variedad de instituciones, dando pie a un modo de creación de conocimientos que ha sido descrito como “socialmente distribuido” y que, según algunos autores, ha disminuido ostensiblemente la “hegemonía epistemológica” de la universidad .

Crisis civilizatoria

Las variaciones en los modos, alcances e influencia de la investigación universitaria tienen lugar en un escenario mundial muy complejo, agobiado por problemas diversos, todos muy graves (ambientales, económicos, demográficos, políticos y paremos de contar), al punto de que hay quienes (¿exagerados?) hablan de una “crisis civilizatoria”. Los cambios tecnológicos – estamos en tiempos de la Cuarta Revolución Industrial- no son ajenos a dicha crisis y ocurren de manera muy acelerada generando resultados que no son fáciles de precisar, ni de calibrar ni de regular, amén de que suscitan temas éticos de gran trascendencia que atañen a la propia condición humana. Tales transformaciones cobran forma, como dije, en un escenario que carece de las instituciones idóneas para asegurar la gobernabilidad global, hecho que ocurre al tiempo en que los Estados Nacionales se hallan cada vez más débiles para resolver los múltiples conflictos que se suscitan a lo largo y ancho del planeta

Por otro lado es conveniente destacar que este panorama ha impulsado, a su vez, innumerables y variadas iniciativas que buscan reorientar la dirección el desarrollo tecnocientífico en función de un orden mundial que pueda modelarse de acuerdo a criterios que impliquen más democracia y justicia, mayor armonía en el plano ecológico y más control de los seres humanos sobre su propio destino.

Opina el TSJ

Haciendo caso omiso del artículo 109 de nuestra Constitución, el TSJ decretó hace unas semanas que se hicieran elecciones en las universidades públicas. Obedeció así instrucciones emanadas de un Gobierno, cuyas ideas centrales para modificar las universidades figuran en un conjunto impreciso de planteamientos que se decantan en el propósito de “alinearlas” con estrategias y proyectos que lucen desencaminados e imprecisos, muy distantes, lo opuesto casi, de lo que debería ser una respuesta medianamente coherente con porvenir que se viene dibujando estos días. Al final de cuentas, se trata de un programa armado en torno a una épica desfasada que la propia gestión oficial se ha encargado de descalificar.

En suma, no hace falta mucha suspicacia para pensar, que tras dos décadas de agravios hacia las universidades – y no me refiero únicamente al maltrato presupuestario -, la decisión tomada por el TSJ está dirigida contra la libertad académica, la autonomía y el pluralismo de democrático que deben regir en el espacio académico. Es, así pues, la respuesta que tiene a la mano el Gobierno con relación a las universidades públicas frente a los desafíos, problemas y oportunidades que está dejando ver el Siglo XXI.

Yo, profesor de a pie

Así las cosas, yo, profesor de a pie de la UCV, me sumo a la iniciativa política que abra el camino para doblegar las intenciones que desnudan al Gobierno con el referido decreto del TSJ. Y apoyo, pues, toda fórmula electoral que, emanando de la propia institución académica, impulse la redefinición de políticas y planes orientados a la búsqueda de distintos modelos de organización para nuestras universidades públicas, con referencia a sus funciones, a sus ámbitos de actuación, a su gobernabilidad, a su calidad y al rol que deben desempeñar al servicio a la sociedad venezolana. El Nacional, miércoles 20 de noviembre de 2019

 5 min


Graciela Chichilnisky y Peter Bal

La crisis climática y la crisis financiera de 2008 son dos caras de la misma moneda. Ambas nacieron como consecuencia de la misma característica tóxica del modelo económico prevaleciente en el mundo: la práctica de gastar a cuenta del futuro. Proteger a la humanidad tanto de la ruina ambiental como financiera exige una estrategia completamente nueva para el crecimiento –que no sacrifique el mañana en el altar de hoy.

En un sentido, el germen de ambas crisis se puede rastrear hasta un mismo episodio: la creación de un nuevo orden internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Las instituciones de Bretton Woods que apuntalaban el orden –el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional- fomentaron una rápida globalización, caracterizada por un marcado incremento de las exportaciones de recursos del Sur Global al Norte Global. El resurgimiento de políticas económicas neoliberales –incluida la eliminación de barreras comerciales, una desregulación de amplio alcance y la erradicación de los controles de las cuentas de capital- a fines de los años 1970 aceleró este proceso.

Si bien este sistema incentivó un crecimiento y un desarrollo económicos sin precedentes, tuvo serios inconvenientes. Las innovaciones financieras sobrepasaron la regulación –o directamente la eludieron-, permitiendo que la industria financiera expandiera su influencia sobre la economía, asumiendo enormes cantidades de riesgo y recogiendo recompensas gigantescas. Eso finalmente condujo a la crisis de 2008, que puso al sistema financiero global al borde del colapso. Considerando que la reforma por la que pasó el sistema fue mínima, los riesgos sistémicos agudos persisten hasta la fecha.

En el frente ambiental, la extracción desenfrenada de recursos destruyó los ecosistemas de los países en desarrollo, alentando al mismo tiempo un consumo acelerado –más fundamentalmente de energía- en el mundo desarrollado. Hoy, a pesar de representar apenas el 18% de la población global, las economías avanzadas consumen alrededor del 70% de la energía del mundo que, en su gran mayoría (el 87%), proviene de combustibles fósiles.

La división Norte-Sur, por ende, está intrínsecamente vinculada a las emisiones de dióxido de carbono. Y, por cierto, ha asomado la cabeza en cada negociación climática de las Naciones Unidas, donde los países que más han contribuido al cambio climático –empezando por Estados Unidos- muchas veces se interponen en el camino de una acción efectiva.

La resistencia, por lo general, se reduce a una única consideración: la actual prosperidad económica. Por lo tanto, la única solución realista a la crisis climática es reemplazar la energía basada en combustibles fósiles por renovables de manera rápida y lo más costo-efectiva posible para mantener los motores del crecimiento en marcha. Afortunadamente, ya sabemos que eso es posible. La clave es un mercado de carbono global.

El Protocolo de Kioto de 1997 intentó utilizar un sistema de cuotas negociables para fijar un precio a las emisiones de CO2. Si bien varios países finalmente se negaron a firmar el protocolo –Estados Unidos firmó, pero no lo ratificó-, el mercado de carbono que creó (diseñado por uno de nosotros, Chichilnisky) ayudó a que la energía limpia sea más rentable y la energía sucia, menos.

Si bien el Protocolo de Kioto colapsó, el mundo ha usado de base este trabajo, y algunas de sus economías más grandes –China, la Unión Europea y varios estados norteamericanos, incluida California- hoy están utilizando esquemas de comercialización de emisiones. El valor de los mercados globales negociados para cuotas de CO2 creció el 250% el año pasado, y hoy supera los 178.000 millones de dólares anualmente.

Un mercado de carbono global reactivado ayudaría a cortar el nudo gordiano del crecimiento económico y la degradación ambiental. Es más, crearlo y operarlo prácticamente no costaría nada. Un esquema que ofrezca eficiencia basada en el mercado atraería a las economías desarrolladas. Los países en desarrollo, por su parte, lo apoyarían porque los límites obligatorios a las emisiones sólo se aplicarían a las economías de ingresos medios y altos, como era el caso del Protocolo de Kioto.

El potencial de un mercado de carbono global sigue creciendo. El año pasado, las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático informaron que “las tecnologías de emisiones negativas” que eliminan y secuestran CO2 del aire podrían escalarse de manera segura para capturar y almacenar un porcentaje significativo de las emisiones totales. Este proceso sería tan costo-efectivo que el CO2 capturado podría venderse de manera rentable en el mercado de carbono.

Por supuesto, las emisiones de CO2 distan de ser el único factor que contribuyó a la crisis climática. Pero también se pueden crear otros tipos de mercados verdes. Inclusive antes del Protocolo de Kioto, la Junta de Comercio de Chicago lanzó un mercado privado de derechos para emitir dióxido de sulfuro. Las Naciones Unidas hoy están considerando utilizar mercados similares para proteger la biodiversidad y las cuencas.

Al permitirles a los actores comprar y vender derechos para usar los bienes comunes mundiales, estos mercados verdes naturalmente combinan eficiencia y equidad. Sin embargo, la persistente división Norte-Sur –y especialmente la grieta entre Estados Unidos y China- está obstaculizando nuestra capacidad para aprovechar su potencial. Tenemos las herramientas para frenar, y hasta revertir, el cambio climático. Es hora de juntarnos y utilizarlas.

14 de noviembre 2019

Project Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/carbon-markets-emissions-tr...

 4 min


El sábado 16 de noviembre, el demócrata venezolano convencido del valor de la democracia expresó de nuevo su voluntad de participación política contendiente —no obstante el absurdo y sin sentido del 30 de abril e inmediatamente la solicitud del 16 de mayo— cuando se le solicitó apoyo de manera absurda a una Fuerza de Tarea de los EEUU, cuya misión es estratégica-militar y jamás una tarea de orden político doméstico en América Latina. Lo actuado por un supuesto liderazgo y su irresponsabilidad muestra la carencia total de un Instrumento Politológico que le acerque a comprender el Ambiente Político Real del Sistema Político Venezolano, y en consecuencia, también evidencia la inexistencia de una estrategia de Oposición Política frente al bestiario militarista-comunista.

El régimen castromadurista es ilegal y así lo confirma la Ley de Estatuto. La responsabilidad central del liderazgo democrático es haber organizado el cuerpo social en conjunto con los diputados de la Asamblea Nacional, a fin de desalojarlo del Poder Ejecutivo con una acción social masiva y direccionada. Todo ello para lograr una transformación: la reinstalación de la democracia y el pleno cumplimiento de la Constitución. Esa reinstalación tendrá que definir un método, la Resistencia Civil como lucha política que esta vez tiene que ser colectiva y se fundamentará en la desobediencia de la mayoría de demócratas.

Desde esa lucha política colectiva se emplea un instrumento de medición politológico del sistema político venezolano, que define el Ambiente Político Real ya sea Expectante, Confuso, Violento-Explosivo o Electoral. Ese conocimiento previo del Ambiente Político Real impondrá una estrategia, es decir, un desarrollo sistemático y de crecimiento gradual de la participación política contendiente según cada región, para garantizar el objetivo-fin: Desplazar al régimen mediante la acción de toda la ciudadanía que desobedecerá al gobierno autocrático militarista. Entiéndase, esta acción política como la dialéctica de la voluntad de todos los demócratas contra la violencia, la corrupción y la incapacidad del régimen militarista oprobioso, vergüenza de un país con gentilicio democrático. Son y serán todos los ciudadanos como una masa humana coordinada, pero antes convencidos, de que sólo así se logrará expulsar a quienes por veinte años han maltratado, robado y destruido el sistema político venezolano. No, no es una confrontación porque el régimen es inhumano, primitivo, descentrado. Es necesario crear un vacío ante y frente a la locura revolucionaria que hoy dice que hay que dolarizar el país. Es haciendo política desde el callejón, el cerro, la quebrada, el edificio, donde los demócratas poseen autonomía y crecerá su coraje, al ser demandantes mostrarán su decisión, independencia y convicción para expulsar la barbarie con la gran maniobra: la desobediencia civil.

Los ciudadanos demócratas organizados y convencidos en grupos con control de su acción en toda la geografía, quienes mostrarán durante las 24 horas que su decisión es inquebrantable: desobedecer al bestiario. Será entonces cuando la Acción Colectiva neutralizará la violencia policial y disfrazada del régimen, se logrará configurar “una desobediencia individual” que con convicción ética y disposición futura evite la acción violenta del militarismo y del elemento policial obsecuente que detendrá y derrotará al comunismo. El objetivo de la resistencia civil es el derrocamiento de un régimen brutal, que ya casi subyuga la decencia venezolana por veinte años y mientras ello ocurre, mediante la desobediencia civil… en otros espacios puede comenzar a crecer la Desobediencia.

Los ciudadanos en vinculación estrecha con el liderazgo político emergente, que es mucho y valioso, sofocarán las bases del supuesto Poder Ejecutivo y neutralizarán el empleo de sus múltiples organizaciones armadas en las cuales en algunos se expresan “un Resquebrajamiento”, con lo cual crecen la deserción, las ausencias, y sobre todo la murmuración y el descontento. Hay una “Resistencia Civil Silente” que ni siquiera los Delatores, Caporales y Comisarios Políticos han podido contener y, mucho meno,s denunciar. La ciudadanía democrática esta en cuenta de su primerísimo rol como factor de cambio y si fuese que creciera una Estrategia fundada en Instrumentos Válidos, se pudiera accionar el desplazamiento del desgobierno por parte de la oposición.

Estrategia entendida como el empleo del poder ciudadano mediante la Desobediencia Civil General e Instrumentos Prospectivos, son la combinación crítica, necesaria y eficiente para que la expresión heroica del sábado 16 del Noviembre no debe ser evaluada numéricamente sino cualitativamente, como una Respuesta Ética y “valerosa ciudadanamente” que está en búsqueda de la democracia. Deberá crecer y entonces se transformará en un Vector de Acción Permanente que termine por ahogar la locura de este marxismo-socialismo-militarista ya fracturado y desnudo por violento y corrupto que se ve en el precipicio y se quebrará.

La diáspora -dolorosa y amarga- la Sociedad Ahuecada y la Miseria Exponencial son hoy realidades que acusan a este régimen depredador que mediante la Desobediencia civil como Vector de Acción logrará la recomposición democrática de Venezuela. Ello será factible y viable siempre y cuando termine por entenderse la importancia de los instrumentos de medición del ambiente político real y la redefinición de estrategia para poder alcanzar el desplazamiento del bestiario castro chavista madurista.

Es original,

@JMachillandaP

Caracas, 19 de noviembre de 2019

 4 min


Daniel Eskibel

Nadie te vigila. ¿Verdad que no?

Al fin y al cabo no has hecho nada malo. Tampoco tienes secretos ni nada que ocultar. Nadie está interesado en los sitios que navegas en internet. Y menos que menos en tus comunicaciones telefónicas o en tus mensajes de texto o en los archivos que guardas en tu ordenador.

¿A quién podría interesarle el detrás de escena de tu vida política, profesional, empresarial o personal?

Pues a nadie, claro está.

¿A nadie?

¿De verdad lo crees?

Edward Snowden es ingeniero de sistemas y fue parte de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos de América. Trabajó 7 años para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Sus actividades de espionaje se realizaron tanto en territorio estadounidense como en el exterior de su país.

En el año 2013 Snowden reveló al mundo algunos de los mayores secretos de los organismos de inteligencia.

Sus revelaciones crearon un poderoso impacto que aún perdura y provocaron grandes cambios en los hábitos online y en las herramientas de comunicación de políticos, periodistas, activistas sociales, gobernantes, empresarios, profesionales y un creciente número de ciudadanos de todo el mundo.

Esas mismas revelaciones convirtieron a Edward Snowden en un fugitivo que huyó de Estados Unidos y que está en busca y captura internacional.

Actualmente está refugiado en Rusia y vive junto con su esposa Lindsay en un apartamento de dos habitaciones en Moscú. Cuando sale a la calle cambia ligeramente su apariencia para no ser reconocido y evita disciplinadamente las cámaras de vigilancia de la ciudad.

Desde ese apartamento moscovita dirige la Fundación Freedom of the Press, concede algunas entrevistas de prensa, se comunica a través de su cuenta de Twitter y brinda conferencias para universidades e instituciones defensoras de la privacidad y de los derechos humanos.

Allí escribió Vigilancia permanente.

El libro de Snowden (Vigilancia permanente | Edward Snowden | Editorial Planeta | Septiembre 2019 | 448 páginas)

Vigilancia permanente es un libro que en general se lee fácil, casi como una novela. A lo largo de sus páginas Snowden cuenta su vida, narrando los hechos pero también explicando los contextos y mostrando sus motivaciones psicológicas.

Algunas zonas del libro me resultaron especialmente atractivas, ya sea porque estimulan la reflexión, porque le dan contexto a hechos conocidos, porque revelan aspectos hasta ahora desconocidos del espionaje o porque nos hacen revisar nuestros propios comportamientos en internet. Y en todos los casos porque la privacidad es un asunto de inmensa importancia para la vida política, profesional y personal.

El libro de Snowden es enteramente disfrutable (aún tratándose de temas preocupantes) pero de mi lectura rescato varios pasajes que permanecen en mi memoria. Por ejemplo:

El recuerdo de la primera etapa de internet, el de la adolescencia de Snowden. Aquel internet de fines de los años 90 en el cual no vivíamos sino que nos conectábamos para propósitos definidos y deliberados. Un internet descentralizado que todavía no estaba dominado por gobiernos y grandes corporaciones.

El relato que hace Snowden sobre lo que vio, vivió y escuchó el 11 de septiembre de 2001 durante el atentado de Al Qaeda contra las torres del World Trade Center en Nueva York y contra las instalaciones del Pentágono en Washington.

La crónica realista de su vida como espía, sus actividades, sus misiones, sus rondas nocturnas como sereno en instalaciones secretas, sus inicios y su entrenamiento en la CIA, su acercamiento a una persona para extraerle información en Ginebra, su trabajo técnico en Tokio para conectar la infraestructura de la NSA con la de la CIA, o su descubrimiento del gigantesco sistema de vigilancia masiva. Todo contado desde la experiencia concreta, desde la vida real, desde lo cotidiano.

La descripción detallada de sus contactos con los periodistas a quienes reveló la información secreta, incluyendo tanto las medidas de seguridad adoptadas para evitar ser descubierto como lo ocurrido antes, durante y después de su encuentro con ellos en Hong Kong (documentado con mucha precisión por una de las protagonistas en la película Citizenfour).

La explicación clara y rotunda respecto a los programas que espían todas las comunicaciones de todas las personas por todos los medios y almacenando esos datos para siempre. Donde dice todo debe decir justamente eso: todo. O sea llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes, datos personales, historial de navegación, búsquedas en internet, archivos guardados en el ordenador, activación de cámaras y micrófonos, detección de la ubicación geográfica exacta, hábitos de consumo, desplazamientos, compras y un largo etcétera.

El retrato de la vida actual de Snowden como refugiado en Rusia, los detalles familiares, algunos aspectos de su vida cotidiana y muy especialmente los recuerdos de su esposa Lindsay acerca del momento más duro de la pareja, el momento en el cual Edward desapareció por completo sin ningún aviso previo para aparecer recién semanas después con su rostro en las portadas de todos los periódicos y en todos los canales de televisión del mundo.

Más allá de estos pasajes que subrayo, el libro de Snowden está repleto de historias que son muy políticas pero que al mismo tiempo son muy humanas y que vale la pena conocer.

¿Vigilancia o paranoia?

Muchas personas consideran que toda esta temática de la vigilancia es pura paranoia, puro sentimiento de persecución sin apenas bases reales. Lo consideran algo interesante en el cine o en la televisión, pero no algo a lo cual atender en la vida real.

A propósito de este tema en el cine y la televisión, bien vale recordar dos magníficos ejemplos:

La conversación, película de 1974 dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Gene Hackman.

Vigilados: Person of Interest, serie de televisión emitida entre 2011 y 2016, basada en un guión de J. J. Abrams y Jonathan Nolan y protagonizada por Jim Caviezel y Michael Emerson.

Es verdad que se trata de una temática excelente para el cine y la televisión, pero…¿se restringe solo a ese ámbito? ¿Es solo paranoia en la vida real de las personas comunes y corrientes?

Existen evidencias contundentes acerca de lo que está ocurriendo hoy en día. No se trata de paranoia ni de teorías conspirativas. El libro de Snowden es un testimonio serio al respecto. A su vez se suceden las investigaciones periodísticas documentadas que apuntan en la misma dirección.

Y algo tan importante o más: las propias agencias de inteligencia de los Estados Unidos cuestionan a Snowden por divulgar sus secretos, con lo cual aceptan que son reales.

A todo esto hay que sumar que procedimientos similares de vigilancia utilizan todos los demás organismos de inteligencia del mundo. Con mayor o menor nivel de sofisticación y con mayor o menor poder tecnológico, pero todos lo hacen.

Y tenemos que seguir sumando, porque también lo hacen las grandes compañías que dominan la economía mundial. ¿O acaso nunca te llamó la atención que busques algo en Google y que después te persiga la publicidad sobre ese algo en todas las páginas de internet que navegues?

Esto sin hablar de los hackers que alguien puede contratar para hacer espionaje político, empresarial o personal.

Todos los caminos conducen a Roma: internet ya no es ni tan seguro ni tan privado.

La privacidad en entredicho

Los políticos, los gobernantes, los equipos de campaña electoral, los periodistas, los académicos, los empresarios, los asesores, los consultores y los profesionales tenemos dos grandes cosas en común:

Todos usamos internet de manera intensiva, tanto para trabajar como para comunicarnos.

Todos debemos proteger la confidencialidad de nuestros datos.

¿Por qué proteger la confidencialidad de nuestros datos?

Porque así protegemos nuestras carreras, nuestra vida y la de las personas que se vinculan con nosotros.

Proteger tu privacidad es proteger a tus fuentes si eres periodista. A tus clientes si eres empresario o profesional. A tu producción intelectual si eres académico. A tus votantes y a tus ideas si eres político.

El libro de Snowden refuerza lo denunciado por él mismo en 2013. Leerlo es muy importante para quienes nos movemos en el ámbito político o en su entorno.

Porque ahora mismo hay alguien que quisiera vigilarte.

O que tal vez ya te esté vigilando.

PD: cuida tu privacidad, usa Signal.

Noviembre 2019

Maquiavelo&Freud

https://maquiaveloyfreud.com/edward-snowden-vigilancia-permanente-cia-nsa/

 6 min


Mariza Bafile

La sombra de los militares sigue empañando las democracias de América Latina. Pareciera un destino inevitable. Ellos pueden mantener en el poder a un Presidente así como pueden poner la palabra fin a su mandato. Lo saben los jefes de Estado y también lo saben sus opositores.

Evo Morales, obcecado en su afincamiento al poder, no hubiera caído y no habría tenido que dejar el país si el Comandante de las Fuerzas Armadas Williams Kaliman Romero no le hubiera “sugerido” renunciar.

Había podido hacer la vista gorda al malestar que se palpaba en las calles desde el momento mismo en el cual la Corte Constitucional había anulado los resultados de un referéndum y le había permitido una nueva reelección, la cuarta después de 14 años de presidencia. Había podido dejar de escuchar los consejos y críticas de su misma gente, esos líderes indígenas que tanto lo apoyaron en su escalada al poder. Estaba convencido de poder torear descontentos y protestas y bien lo hubiera logrado si a las masas que se volcaron en la calle no se hubieran unido los policías antes y los militares después.

Consciente de esa espada de Damocles que pendía sobre su cabeza, Morales había favorecido a los militares más que a nadie. Les concedió puestos de mucho poder dentro de la administración pública, los ayudó económicamente y les concedió beneficios laborales como a ninguna otra categoría de trabajadores. Quitó poderes a la Policía con tal de favorecer a los militares y finalmente ambas fuerzas se le rebelaron.

¿Y quién no recuerda a los militares que en Venezuela, en un primer momento, apoyaron a quienes trataron de transformar una manifestación pacífica en un golpe, y luego devolvieron a Chávez en el poder? ¿Cuál hubiera sido el desenlace de los eventos del 11 de abril de 2002 si los militares hubiesen decidido “sugerir” a Chávez que renunciara?

¿Tanto Maduro como los Ortega podrían seguir en el poder de sus respectivos desdichados países sin contar con el apoyo de las Fuerzas Armadas?

El grito de dolor de los pueblos, las manifestaciones, los muertos, los heridos, los presos políticos, las declaraciones de solidaridad del resto del mundo, no son suficientes para “sugerir las dimisiones” de un Presidente, sobre todo de quien tiene vocación de caudillo y un ego que destruye su capacidad de comunicarse con la calle.

Es lo que pasó a Evo Morales. Triste final para el primer Jefe de Estado indígena en un país herido por una discriminación racial violenta y desigualdades profundas. De nada le sirvió haber encabezado gobiernos que llevaron Bolivia a un crecimiento económico constante y a una disminución considerable de los índices de pobreza. No tuvo la capacidad de decir basta cuando las reglas democráticas así lo exigían. Y, solo frente a la “sugerencia” de las armas, entendió que su tiempo había terminado.

Independientemente del desarrollo político de Bolivia, un país en el cual nadie ha respetado las reglas democráticas, y de su futuro incierto, sería importante que las democracias de América Latina abrieran un debate y una reflexión. Es necesario que las instituciones, la sociedad civil, los políticos, analicen a fondo el riesgo que representa para todos, para quienes gobiernan y para quienes se oponen, la ausencia de canales democráticos que permitan a los pueblos contrarrestar la ambición ciega de uno u otro presidente/caudillo sin tener que esperar que algún general le pida la “renuncia”.

@MBAFILE

18 de noviembre 2019

Viceversa

https://www.viceversa-mag.com/a-punta-de-bayonetas/

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​José E. Rodríguez Rojas

El socialismo autocrático y burocrático, como el cubano, es un sistema generador de privilegios y desigualdades donde la gran mayoría de la población sufre carencias de todo tipo mientras una casta disfruta de una vida de lujos y privilegios. El modelo socialista replicado en Venezuela no se aleja de ello. La hiperinflación y la carencia de efectivo han generado un proceso de dolarización que incentiva una desigualdad que se profundiza cada vez más. Mientras un 20% de la población, tiene la capacidad de compra para adquirir exquisiteces en bodegones, el grueso de la población tiene un ingreso que no alcanza para cubrir el costo de la canasta alimentaria.

El socialismo autoritario y burocrático es un sistema que genera carencias que afectan a la gran mayoría de la población y un sistema de privilegios para una casta, que se ha denominado “la nomenclatura”. La propaganda se ha encargado de presentar al sistema socialista como un régimen igualitario, pero ello está muy lejos de la realidad histórica. El modelo cubano, que se ha replicado en Venezuela, no escapa a esta tendencia. En Cuba se ha consolidado un sistema policíaco y burocrático que ha arruinado a la economía cubana, sumergiendo a la mayoría de la población en una situación de pobreza, mientras una casta de privilegiados maneja las empresas del Estado y las escasas divisas que ingresan a la economía.

El llamado “socialismo del siglo XXI” que se ha instaurado en Venezuela es promotor de una desigualdad entre la población, que se agudiza cada vez más. Así lo afirma el economista Asdrúbal Oliveros de la firma Ecoanalítica quien señala: “Tenemos un país que por un lado, hay quienes compran exquisiteces en un bodegón y por otro lado tienes quienes no se pueden alimentar bien, no saben lo que es el jamón, pollo, queso, pan, un país extremadamente desigual. Eso lo puede ver en la misma ciudad, en la misma cuadra. Eso está pasando en Venezuela, porque hay un terrible sistema de desigualdad social que cada vez se profundiza más” (Noticiero Digital. 2019).

Como reflejo de esta desigualdad un pequeño grupo de privilegiados tiene la capacidad de compra para acudir a los bodegones y comprar delicateses. Este representa según Oliveros “un 20% de la población que son los que van a estos bodegones muy de moda en Caracas”, Este grupo está constituido en parte por la llamada boliburguesía integrada por empresarios vinculados al oficialismo, gerentes de empresas públicas y los altos funcionarios del Estado que no ocultan sus privilegios y se exhiben con zapatos de cientos de dólares, carteras y corbatas de marca. A ellos se les suma los que ahorraron en dólares en años previos y los que reciben remesas de sus familiares en el exterior.

Sin embargo “están otros 20 millones de personas en condiciones extremadamente precarias que podríamos dividirlas en tres grupos: un primer grupo en situación bastante crítica que depende de los subsidios del Estado, tipo la caja Clap, porque su ingreso está muy cerca o por debajo del salario mínimo; un segundo grupo que de alguna manera tiene ingresos por encima del salario mínimo, pero sigue estando muy lejos de lo que necesita y un tercer grupo que a lo mejor si tiene algo...pero el grueso de la población está entre el primer y segundo grupo”. (Noticiero Digital. 2019)

En el trasfondo de esta desigualdad está el proceso de dolarización que se ha adueñado de la economía como consecuencia .de la hiperinflación y la falta de efectivo. Leonardo Vera economista y profesor de la UCV estima que unos 13 millones de personas reciben dólares por concepto de remesas o pagos. Según los estudios de la firma Consultores 21 el 40 por ciento de la población manifiesta tener ingresos en dólares. La firma Ecoanalítica tiene un estudio con datos similares. Según Leonardo Vera las familias venezolanas reciben en promedio 90 dolares al mes lo cual es insuficiente para costear la canasta básica que Oliveros de Ecoanalítica estima en 500 dólares al mes (Noticiero Digital. 2019, Moleiro, A. 2019). Las remesas constituyen el segundo ingreso después del petróleo y equivalen a 3.700 millones de dólares según estimaciones recientes.

Entre los dos grupos que constituyen el grueso de la población están los empleados públicos pensionados y jubilados a quienes el Estado no les paga en dólares. Pueden recibir remesas que alivian su situación pero su nivel de carencias no se altera sustantivamente pues el ingreso de las remesas es insuficiente para costear sus necesidades básicas, como ya lo hemos señalado. “Y son unos 7-8 millones de personas” precisó Oliveros. (Noticiero Digital.2019). A estos grupos de empleados públicos pertenecen los docentes universitarios, los maestros y los profesionales de la salud que han estado presionando al régimen de Maduro por una mejora en sus ingresos y capacidad de compra. El régimen respondió con la aprobación de un salario mínimo que los gremios consideraron una burla pues no altera la situación descrita. Acaban de subir el salario mínimo a niveles que no superan los 10 dólares cuando se necesita al menos 500 para comprar las cosas que necesitas, según Oliveros.

Como señala el director de Ecoanalítica, el grueso de la población no tiene una capacidad de compra que les permita costear la canasta básica. Pero la situación es peor pues su ingreso no les permite ni siquiera cubrir el costo de la canasta alimentaria. Es el caso de los empleados públicos y de los que laboran en los diversos niveles de la educación así como los que prestan servicio en el sector salud. Su ingreso no alcanza ni para cubrir el costo de la canasta alimentaria, que el director del CENDAS estima en 300 dólares (Tal Cual. 2019). El salario de un docente universitario, por ejemplo, no supera los 50 dólares mensuales lo cual no cubre ni un 20% de la canasta alimentaria.

Referencia

Moleiro, Alonso. 2019. La hiperinflación acelera la dolarización en Venezuela. El País, 29 de octubre.

Noticiero Digital. 2019. Asdrúbal Oliveros: tenemos un terrible sistema de desigualdad que cada vez se profundiza más. 16 de octubre.

Tal Cual. 2019. Cendas. Venezolanos necesitan 600 dólares mensuales para cubrir necesidades básicas. 13 de noviembre-

Profesor UCV

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